La Guerra en Kant. Del Estado de Naturaleza

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  • 7/29/2019 La Guerra en Kant. Del Estado de Naturaleza

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    Jaime Alberto ngel lvarez(Coordinador)

    Filosofa y tica:Deliberaciones sobre Polticay Globalizacin

    Universidad LibreFcult Floof

    Ofc rlco itttucol

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    Filosofa y tica: Deliberaciones sobre poltica y globalizacin

    Jaime Aberto ngel Alvarez

    Ediciones Universidad LibreBogota, D.C., abril de 2011Colombia

    Diseo, diagramacin e impresin:Editorial Kimpres Ltda.PBX: 413 6884 Fax: 290 7539

    Bogot, D.C., Marzo de 2011

    Nmero de ejemplares: 1.000

    ISBN: 978-958-8534-35-0

    Impreso en Colombia

    Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo grfco, puede ser reproducida, almacena-

    da o transmitida en manera alguna ni por ningn medio, ya sea elctrico, qumico, mecnico,

    ptico, de grabacin o de otocopia, sin permiso previo del autor, el editor o de la Universidad.

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    LaguerraenKant.Del estado de naturaleza

    a la imposicin racional del estado civil

    Pedro Pablo Serna*

    Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia

    * Licenciado en flosoa (Javeriana), magister en flosoa (U. del Valle) y candidato a doctor en flosoa

    (U. de Antioquia). Docente de planta de la Universidad del Norte, Barranquilla.

    Introduccin

    Frente al debate abierto entre quienes mantienen una visin plenamente pa-

    cista, en la que la guerra debe desaparecer por completo y rente a quienes, debido

    a la dicil propuesta de los pacistas, sugieren un control a la guerra mediante la

    moralidad dndole carcter justo a la guerra en algunas condiciones, aparece Kant

    con una propuesta alternativa que podramos adelantarnos diciendo que tienemucho de la una y de la otra.

    Sin caer en el atalismo de los pragmticos belicistas al decir que la guerra

    nunca va a desaparecer y que no es posible controlarla; evitando tambin soar

    demasiado pensando que la guerra tendra cmo acabarse con el pacismo radical

    de algunos, Kant apunta a proponer unas causas y un modo de la guerra que po-

    demos abordar desde la mirada de la mayora de edad, desde la edad de la razn.

    Esto le permitira a la humanidad dar un paso adelante no solo en el control de

    las guerras, sino un paso denitivo en la abolicin de la guerra como instrumento

    usado para resolver los confictos.Se hace necesario aplicar un nuevo tipo de anlisis que permita buscar alternativas

    distintas a las planteadas en la contradiccin entre la guerra y la paz como irresoluble,que han venido exigiendo una toma de posicin excluyente a favor del belicismo o del

    pacifsmo. La guerra es una realidad humana innegable y como tal hay que abordarla,pero asumiendo que puede ser evitable a largo plazo y que mientras seguimos haciendola guerra podemos preguntarnos por la clase de guerra que realizamos.

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    2. Laguerracomounaformaespeccadeconicto

    La guerra slo es un modo de conficto. Toda guerra es un conficto, pero no

    todo conficto es guerra.Podemos constatar que los que hace crecer una cultura y dinamizar la econo-

    ma y el deseo por aumentar nuestras posibilidades de vida no es necesariamente la

    guerra pero s el conficto y esta disposicin para el conficto, que es absolutamente

    natural en el ser humano, es la que motiva y lleva al crecimiento personal y colectivo.

    Kant se adhiere a la concepcin Hobbesiana de estado de naturaleza; por lo menos

    en la concepcin de un estado de guerra de todos contra todos y comparte la visin del

    egosmo humano como el motor de los enrentamientos y sentimientos de amenaza

    constante. Esta situacin de guerra, que incluye el temor o la amenaza que el otro repre-

    senta, solo puede ser superado cuando hay un tercero que, como juez, media y resuelve

    los posibles enrentamientos. Mientras no est este tercero habr guerra constante.

    La legislacin y el ordenamiento normativo al que como comunidad civil hemos

    llegado, se convierte en la reguladora de todas las acciones de la comunidad para per-

    mitir la convivencia y con ello la sobrevivencia de todos y cada uno de los individuos

    que hacemos parte de este colectivo que llamamos Estado. Este hecho transorma las

    anteriores guerras entre individuos en el estado de naturaleza en confictos que pue-

    den ser dirimidos por la autoridad constituida en el estado civil, que se hace necesaria

    en la medida en que reconocemos en el individuo una disposicin natural a buscar

    la satisaccin de su egosmo sin tener en cuenta las necesidades y la libertad de los

    dems. El ser humano cuenta con la herramienta de la razn como posible conductora

    de su quehacer constante, pero no est condicionado por ella y puede hacer el mal. Si

    lo correcto no lo hace motivado por la razn o, por decirlo kantianamente, de acuerdo

    a la mayora de edad, debe hacerlo por temor a las sanciones que proporciona la ley.

    Siempre, en el estado civil se cuenta con la herramienta de la ley que coacciona

    al ciudadano y que en un enrentamiento realiza su n dirimiendo el conficto, re-

    solviendo las amenazas y planteando los lmites de los intereses de los ciudadanos

    o grupos involucrados.

    La ley cumple as un papel preponderante en el mantenimiento del orden

    entre iguales y la implementacin de instrumentos tendientes a la solucin de lastensiones entre los ciudadanos. Tales tensiones entre instancias que no tienen un

    poder superior que sirva como juez puede lleva a extensas e intensas guerras que

    han originado un altsimo desangre y han llevado al reconocimiento de la dignidad

    humana a sus ms bajos niveles. La guerra, que es un modo como se presenta un

    conficto, nunca resuelve las causas que la originaron; solo posterga el momento nal

    del enrentamiento, porque el vencido, por dbil que sea, siempre ser una amenaza.

    El modo como se han asumido los confictos no ha sido lo sucientemente inte-

    ligente como para evitar el inmenso desangre que muchas guerras han implicado en

    toda la historia de la humanidad. Pero aunque se hayan manejado mal los confictos

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    debido a la exacerbacin de las pasiones, o, por decirlo kantianamente, no hacer uso

    debido de la razn, no por ello podemos armar que siempre tenga que ser as.

    Los confictos son parte de la naturaleza humana. El conficto es lo que nos

    permite crecer y mejorar indudablemente tanto las relaciones personales como lasinstitucionales y las que provocan el verdadero desarrollo y progreso de la huma-nidad y es en el conficto donde cabe la competencia y la posibilidad de querer ser,

    tener y saber ms que el otro; pero no siempre esta competencia tiene que llevar alenrentamiento armado entre dos individuos o estados. El conficto es necesario

    en la vida personal y estatal, no as el recurso a la violencia. 3

    El conficto se convierte entonces en un generador de posibilidades. Esta situa-

    cin de conficto no interere para nada en el proyecto de paz perpetua que Kant tena

    delimitado. No es la ausencia de conficto sino la ausencia de la guerra la que puede ser

    un indicador de paz. El conficto es connatural al ser humano, la guerra solo ha sido

    el modo como se han desarrollado los confictos. Obviamente para Kant, no el mejor

    modo. Ahora bien Es posible solucionar algn conficto sin recurrir a una instancia

    superior? Indudablemente, pero esto solo es posible en un mundo con individuos

    ilustrados que conan ms en los principios morales derivados de la razn que en la

    imposicin de la ley. Entre ms ilustracin haya, menos recurso a la violencia y mayor

    conanza en la ley, por eso una liga internacional de los estados hara desaparecer la

    guerra, en la medida que se constituira una instancia neutral que, a partir de normas y

    tratados internacionales, denira las vctimas, los victimarios y las sanciones necesarias.

    Un estado que quiera evitar las guerras con otros pases no puede hacer sinolo que hicieron los ciudadanos cuando ormaron el estado: reconocer un poder

    supremo que asegure sus derechos y, en igualdad de condiciones, el derecho delotro estado. Slo as puede haber un conficto con solucin.

    Se puede acudir al argumento de que yo tengo la razn; soy la vctima y por

    lo tanto tengo derecho a la legtima deensa; pero no podemos ser juez y parte,porque solo habra deensores en todas las lneas de combate. 4

    Es as como Kant reconoce y conrma la importancia y la inevitabilidad delas dierencias entre los ciudadanos y tambin de los Estados entre s, porque la

    realidad es dialctica y nos lo confrma en su texto de la Paz Perpetua, cuando dice:

    Quien suministra esta garanta es, nada menos, que la gran artista de lanaturaleza (natura daedala rerum) en cuyo curso mecnico brilla visiblementeuna nalidad: que a travs del antagonismo de los hombres surja la armona,incluso contra su voluntad5.

    La armona tan slo puede venir de la contradiccin que genera nuevasrealidades; por ello la sociabilidad y el estado, las leyes nacionales y el derecho in -

    3 KANT Immanuel.Ideas para una historia universal en sentido cosmopolita. Madrid: tecnos, 1994. P. 8.4

    KANT. La paz. Opc. Cit. p.57 -58.5 Ibidem, P. 31.

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    ternacional, solo pueden ser validados rente a la insociabilidad humana, porquees en este enrentamiento y en los confictos generados cuando se da una nueva

    sociedad y una nueva posibilidad para la paz mundial. No a pesar, sino a partir de

    los confictos originados en la misma naturaleza humana.Con seguridad existirn los confictos mientras existan los antagonismos, losintereses distintos y las voluntades entre seres humanos. Pero tal antagonismo es

    el que nos permite armar que la guerra tiene su justicacin y legitimidad en lanaturaleza humana (ver insociable sociabilidad). Kant parte de este principio. Esta

    disposicin al conficto es parte undamental de nuestra naturaleza; por ello no sepuede hablar de paz perpetua partiendo de la naturaleza misma porque implicara

    un cambio imposible, en el cual el ser humano pasara de ser egosta naturalmente

    a bueno; por ello se hace necesario imponer la paz desde un mbito distinto, comola ley que da origen a la vida civil y a la posibilidad de regulacin de la guerra.

    3. La guerra entre naciones

    En la denicin del concepto de Guerra par Kant es importante acudir primero

    al estado de naturaleza en el cual se identica con Hobbes, cuando dene el estado

    de naturaleza como un estado de guerra, que cuenta con el recurso a la violencia paraarmar el derecho6. Esta situacin de guerra en el estado de naturaleza que se ha

    resuelto en la constitucin de un estado civil, solo se repite y se da cuando un estadose enrenta a otro por un inters de cualquier tipo o cuando se siente amenazado.

    Si hubiera un derecho internacional que regulara las relaciones no habra amenaza

    o temor constante rente al otro por asuntos econmicos, polticos o militares; slo

    habra confictos que el derecho resolvera. Por ello solo la voz protica de Kant nospermitira entender que sin la existencia de un poder neutral que tuviera sufciente

    autoridad legtimamente establecida y con el poder suciente para establecer lmi-

    tes, no quedara sino la guerra o la renuncia a ella por el temor a las consecuencias.

    El derecho y la libertad de un estado no se pueden dejar a la voluntad y libertadde otro, atrincherado en su poder econmico y militar7.Kant, hace una descripcin

    cercana al abuso de las potencias de su tiempo sobre otras naciones y de los risibles

    argumentos que usaban para justicar sus acciones.8

    La situacin que critica Kant de las naciones potentes y su poltica exterior

    no ha cambiado mucho. Frente a esta situacin, que puede generar guerras entre

    estados, nada puede hacer el derecho internacional mientras no haya un poder

    establecido que obligue y realmente coaccione9.

    6 Ibidem P. 10.7 Ibdem 22-23.8

    Ibidem 28.9 Ibidem 23.

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    4. Guerra y naturaleza humana

    Son distintas los argumentos que sostienen la natural disposicin de los seres

    humanos para hacer la guerra. Presentan esta situacin como si uera un destinoque no podemos eludir o cambiar.10

    Kant va a acudir constantemente a lo que se puede constatar en la naturaleza humana

    y que ha hecho que la guerraparezcaun fenmeno no solamente natural sino necesario11.

    La satisaccin de todas nuestras necesidades y la bsqueda de la seguridad

    predisponen nuestra vida y nuestra historia para la guerra. A esto se le suman lasdierencias de religin, regiones y partidos polticos, que de algn modo amplican,

    de manera desproporcionada e irracional, nuestro egosmo, irrespeto y exclusin.

    Este es el germen de odios y por lo tanto de guerras.

    Esta es la crtica de Kant a todos aquellos que siguen considerando comoabsolutamente natural la guerra entre los hombres. Esta disposicin natural, como

    vemos puede ser simplemente un argumento audaz de quien lo necesita para subenecio. No obstante, este argumento no es solo de los polticos y, eectivamente,

    se puede constatar la disposicin del ser humano para el conficto; pero a pesar

    de que acudamos a la violencia para resolver nuestros confictos de intereses, nopodemos armar que siempre tenga que ser as.

    La naturaleza humana es confictiva. El conficto es una condicin de creci-miento. Si no hay oposiciones, la vida sigue igual y se mantendra aburrida y se

    aplicara aquello de lo que Kant habla en la crtica del Juicio cuando hace reerenciaa la pereza mental de un pueblo a partir de una larga paz.

    Los seres humanos necesitamos del conficto. El conficto, la conrontacin;el enrentamiento de visiones e intereses entre las personas puede generar un cre-

    cimiento continuo cuando este enrentamiento se lleva respetuosamente.Los intereses enrentados son los que originan el conficto y la posible guerra.

    La racionalidad atraviesa estos confictos y los aprovecha para el crecimiento de todosen la medida que la dialctica propia del conficto, que es la que lleva realmente a

    cualquier negociacin, posibilita reconocer que la peticin y necesidad del contrario

    (llmese en la guerra enemigo) no es algo irracional. All surge la armona. Cuandohablamos de armona hacemos reerencia al ruto del enrentamiento entre posi-

    ciones distintas. El conficto es el que nos posibilita conrontar nuestra posicincon la del contrario y maniestar nuestros intereses en una situacin determinada.

    En la descripcin que Kant hace del estado de naturaleza presenta la tensino amenaza constante como la caracterstica undamental de este estado hipottico.

    Por el conficto que se puede desatar con los dems surge la tensin y la guerra,que debe ser resuelta con el establecimiento del estado civil; por ello el estado de

    10

    Ibidem P. 36.11 Ibidem P. 8.

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    El ser humano ha venido aprovechando este antagonismo para disear y

    realizar nuevos modos de ser y de pensar y con ello busca la instauracin de un tipo

    de sociedad en el que pueda regularse la tendencia insociable pero pueda satisacer

    tambin sus deseos y necesidades. El ser humano busca un estado de tranquilidady de paz. Su razn se lo impone. El ser humano busca la seguridad que en medio

    de la guerra no puede tener, por ms uerte que sea y por ms armas que tenga.

    Las guerras son la expresin ms clara de la insociable sociabilidad y por ello

    Kant les da tanta importancia y constata que han sido, hasta ese momento, motor

    del desarrollo histrico. La pregunta que cabe entonces es si la guerra es la nica

    posibilidad de que la humanidad mejore. Y esta pregunta es necesaria porque parece

    un contrasentido el que busquemos la paz con la imposicin de la guerra.

    La guerra ha servido para que la humanidad avance en varios mbitos, pero

    los costos, en trminos de humanidad, de vidas, de inelicidad, de pobreza para

    muchos, han sido muy altos; tan altos, que la humanidad ha surido retrocesos en

    algunas guerras, si no en todas. La segunda guerra mundial es una prueba de ello. El

    al lsoo de Konigsberg comprende que el caos de la guerra es simplemente parte

    del proceso hacia un uturo de paz y armona. Es contrario a la razn considerar

    que lo seres humanos mantendremos la guerra como el instrumento comn de re-

    solucin de confictos; pero tambin sera contrario a ella pensar que la comunidad

    humana completa optar por la paz sin enrentarse al dolor y la barbarie de la guerra.

    Por eso Kant arma que solo despus de haber llegado a una cultura plenamente

    desarrollada podramos hablar de una paz perpetua. Dnde?, Cundo? Cmo?

    No sabemos. Bstenos, por ahora decir que la ley se encarga de controlar todos

    los eectos negativos de la insociabilidad, en la medida que obliga al individuo a

    respetar, mediante la coaccin, los derechos de los dems.

    5. Del mandato de la razn de acabar con la guerra

    Para Kant, como para Hobbes, La paz y la seguridad derivadas de un tratado

    civil son una imposicin de la razn, no de la naturaleza. Es una imposicin de la

    razn la bsqueda de salidas al problema de la amenaza constante que implican losdems en un estado de naturaleza. El miedo, la inseguridad; las pocas posibilidades

    de sobrevivencia los lleva a negociar, an con quien consideran enemigo pequeo

    pero que no deja de ser una amenaza. Esto es lo que les permite a los seres humanos

    pasar de un estado de naturaleza a un estado civil. Lo contrario sera la aniquilacin

    o el temor constante de que ello suceda.

    Quin impone esta solucin?

    Podramos decir que la razn les impone como medio de sobrevivencia la

    negociacin. Estamos en el nivel del imperativo hipottico, en el que no estamos

    pensando moralmente. Slo tenemos un n: la sobrevivencia; y la razn nos im-

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    pone un medio que es la negociacin y con ello la constitucin de un estado civil,que regulado por leyes y dirigido por un soberano, resuelve los confictos entre los

    ciudadanos de una manera pacca, undamentalmente porque conviene:

    Esta necesidad que constrie al hombre tan apasionado por la libertad sin ata-duras- a ingresar en ese estado de coercin, es en verdad la mayor de todas, esto es,aquellas que se infigen mutuamente los hombres, cuyas inclinaciones hacen que nopuedan coexistir durante mucho tiempo en salvaje libertad. Slo en el terreno acota-do de la asociacin civil esas mismas inclinaciones producirn el mejor resultado16

    La salida del hombre del estado de naturaleza tiene muchas implicacionespositivas para la humanidad, en la medida que permite la coexistencia pacca; pero

    adems inaugura la posibilidad de actuar de una manera distinta a la imposicin

    de sus tendencias naturales. El ser humano as entra al imperio de la razn, sin

    renunciar necesariamente a la satisaccin de sus necesidades personales, pero s almodo como lo consigue. Este es el comienzo de la solucin al problema de la guerra.

    El estado civil se convierte en la regulacin que posibilita la vida en sociedad

    en la medida que constrie la libertad individual y por ello permite al individuoalcanzar sus nes y mantener su sobrevivencia, sin aectar los nes y la libertad

    de los dems. Lo nico necesario es tener claras las reglas de juego. Esta situacinejerce cierta violencia contra el individuo en la medida que limita su libertad para

    evitar que le haga dao a los dems, pero a la vez le permite alcanzar sus nes ygarantiza la libertad propia con la uerza de la ley.

    Una constitucin que permita la mxima libertad humana de acuerdo aleyes que establezcan que la libertad de cada cual pueda coexistir con la delos dems (no de la mxima felicidad, pues sta ya vendra por s mismacomo consecuencia), es por lo menos una idea necesaria que tiene que servirde base, no slo en el primer proyecto de una Constitucin del Estado, sino

    tambin en todas las leyes17

    Aqu nace el estado de derecho y la posibilidad de la coexistencia pacca

    entre los individuos que ya haran parte de una comunidad civil y los convierte enciudadanos, cobijados bajo una misma ley. Estamos hablando de una ley positiva,

    que regula a una comunidad concreta, histricamente determinada y que validalo que esa comunidad considera importante validar. Lo nico universal es la nece-

    sidad de sobrevivencia, pero las leyes no son de carcter universal. Cmo llegara construir una legislacin que tenga carcter universal? Se hace necesario dar el

    paso hacia la moralidad que es la que permite universalizar cierta normatividad;

    pero tambin, podramos decir que es universalmente vlido el que la humanidadquiera alcanzar los nes para los que ue creada. La consecucin de estos nes solo

    16

    KANT.Ideas

    Opc. Cit.P. 11.17 KANT Immanuel. Crtica de la Razn Pura. Buenos Aires, losada, 1960, p. 61.

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    es posible mediante la vida en comunidad; en un estado civil. En este sentido se

    convertira al estado civil no slo en un medio, sino en un n en s mismo que le

    garantizara al ser humano las condiciones avorables para que alcance su elicidad

    y su libertad mxima sin oponerse necesariamente a la libertad y felicidad de losdems. As se construye no slo una constitucin civil, sino una comunidad de

    personas con un objetivo comn.

    Salir de la guerra propia del estado de naturaleza es una imposicin de la

    razn, porque es contrario a ella el pensar que haya alguien que no quiera alcanzar

    su elicidad y que no quiera realizar en l el mandato natural de la libertad.

    El estado civil es la unin de la moralidad y de la elicidad humana y ello la

    convierte en un n en s mismo.18

    El reino de los nes, es as, el Estado de derecho y proteger este Estado es pro-

    teger las condiciones de la realizacin humana. Si el estado civil es el que garantiza

    las condiciones para realizar plenamente la humanidad, es un imperativo de la razn

    su realizacin. Esto no quiere decir que obligatoriamente tendr que se realizada

    para que tenga validez, sino que racionalmente no hay otro modo de buscarla; es

    decir hablamos de una libertad personal en concordancia con la libertad de los

    dems. Este hecho es universalmente posible. Es universalizable racionalmente.

    As como hablamos de la imposicin de la razn de un pacto que le permita a

    los individuos convertirse en ciudadanos y buscar conjuntamente las condiciones

    de elicidad y libertad, del mismo modo podemos armar que a la razn se le ma-

    niesta como un imperativo el resolver de una vez por todas los confictos a nivel

    interestatal de una manera razonable y mediada por la ley.

    Cuando los seres humanos tuvieron acceso a otros territorios y poblaciones y

    con ello a otros bienes y placeres, surgi la guerra entre los pueblos; entre las comu-

    nidades constituidas legalmente. Con ellas se aect la economa y la tranquilidad de

    los estados que encontraron en la guerra su posibilidad de crecimiento en distintos

    mbitos, pero tambin ue minando la seguridad de los pueblos y la estabilidad de

    los gobiernos; aect la libertad individual y con ello la consecucin de su elicidad;

    el sometimiento y el embrutecimiento de las costumbres y de los hombres ueron

    tambin razones importantes para entender que la guerra s es un mal, totalmente

    daino para la humanidad. Los adelantos cientcos que se hacan cobijados porel manto belicista terminaron aectando ms directamente la poblacin civil; au-

    mentaron las muertes y generaron mayor inseguridad de manera masiva; haciendo

    que an los pases ms uertes temieran el poco poder de los dbiles. Esta situacin

    representativa de un estado de naturaleza entre pases individuales y soberanos, en

    la que existe una amenaza constante sin poder encontrar quin dirima por un modo

    distinto al de la uerza un conficto cualquiera, es la que ha llevado en los ltimo

    18

    KANT Immanuel. En torno al tpico: Tal vez eso sea correcto en teora, pero no sirve para la prctica. Madrid: tecnos,

    1986, p. 11

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    siglos a mejorar la diplomacia y el derecho de gentes. Esta necesidad latente es laque ha dado origen a la sociedad de naciones y a lo que representa la Organizacin

    de las Naciones Unidas para el mundo. Acabar con la guerra es un imperativo de

    la razn; pero a pesar de ser un mandato de la razn, a muchos no les conviene alargo plazo. Algunos pases se benecian de la guerra en el corto plazo: las ventasde armas, nuevos impuestos y dispositivos econmicos, el monopolio y el dominio

    de unos pases sobre otros; el posicionamiento geoestratgico, etc. Pero todas estasmedidas son las mismas que tomara un individuo que, en el estado de naturaleza,

    temiese constantemente a sus enemigos.Esta situacin, propia del estado de naturaleza, solo se da cuando no hay un

    poder soberano que legitime acciones punitivas contra aqul estado que ha violentado

    ciertas normas de convivencia internacional. No es racionalmente aceptable que lahumanidad quiera vivir en una situacin en la que si un pas se siente con el derecho

    y la uerza suciente para aprovechar los recursos y para imponer sus condicionescomerciales, lo pueda hacer. Yo puedo querer hacerlo si mi pas tuviera la uerza, pero

    no puedo querer que todo mundo lo haga; como no puedo querer que todo mundo ocualquier pas lo haga, se me impone a la razn que la guerra debe acabarse y que nos

    debemos regir de acuerdo al derecho ormulado por los miembros de una sociedad,llmese civil (al interior del estado), llmese de naciones (entre estados soberanos). El

    nico modo de dirimir cualquier conficto comprensible entre estados, es cuando hayuna normatividad clara, ruto de la negociacin de todos los miembros de tal sociedad.

    El derecho es el garante de que la humanidad puede alcanzar los nes traza-dos por ellos y por la naturaleza. Cuando el ser humano anula toda posibilidad de

    regulacin mediante el derecho, anula la posibilidad de consecucin de sus nes y

    con ello la realizacin de su elicidad.Kant, en la conclusin de la doctrina del derecho,19 propone la deseabilidad

    de la paz y por ello es normal que se le imponga a la razn el mandato de acabar conla guerra. Los horrores propios de la guerra, la pobreza generalizada, la muerte, la

    devastacin, la prdida de la libertad, se convierten en los argumentos undantes detal mandato, adems del dao cultural generado cuando los sbditos son obligados a

    realizar cosas ilegales e injustas propias de la guerra (asesinatos, mentiras, amenazas).

    Sin compartir la visin de los pacistas radicales, Kant promueve el sentido de la pazen la medida que sostiene que la humanidad debe oponerse a la guerra y pactar la pazdenitiva. Para ello comienza desmiticando o abandonando la alternativa de la guerra

    justa, porque legitimar algn tipo de guerra es ponerle trabas al camino de la paz.Acabar con la guerra es simplemente un mandato de la razn y por ello no

    puede ser ruto de la imposicin del ms uerte. Esto hara una paz muy rgil que

    uncionara hasta que alguien se considere sucientemente uerte y aectado yquiera asumir la violencia de la guerra nuevamente.

    19 KANT Immanuel. La metafsica de las costumbres. Santaf de Bogot: editorial Rei Andes Ltda., 1995. p. 194 -195

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    Independientemente de las posibilidades reales de concrecin en la historia

    de su ideal de paz perpetua, la razn prctico moral expresa en nosotros su veto

    irrevocable: no debe haber guerra; ni guerra entre tu y yo en el estado de naturaleza, ni

    guerra entre nosotros como Estados

    20

    .

    Bibliografa

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