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TIF
ICIA
SNº 155 MAYO AÑO 2015
T E R C E R M I L E N I O
Uno de los graves problemas que
arrastra el mundo islámico es el
enfrentamiento entre sunitas y
chiitas. Hoy Yemen es escenario de
un nuevo capítulo en esta lucha.
14
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 155. MAYO, 2015
AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60 COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10 COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40 FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99 MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60 MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99 INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 355 23 42 MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 525 32 04 MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78 MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71 MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16 MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40 MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55 MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16 PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00SOCIEDAD DE MARÍA - MONFORTIANOSGarabay, 7. 2º. 28850 Torrejón de Ardoz(Madrid). Tel. 91 677 69 11 SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41
coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
El Concilio Vaticano II se encuentra a las
puertas de cumplir 50 años, y con él el
decreto Ad gentes, el documento que cen-
tra y resume los principios sobre los que
gira la actividad misionera de la Iglesia.
INFORME
Millones de cristianos, en especial en Oriente
Medio y algunos países de África, son vícti-
mas de la intolerancia y la persecución reli-
giosa, una lacra que ha ido en aumento
de la mano del extremismo islamista.
7 TRIBUNA ¿Dónde estánlos pobres?
10 EL OBSERVADORR.D.CONGO - VENEZUELASUDÁN DEL SUR
20 ASÍ VA EL MUNDOARGENTINA - CUBATURQUÍA
36 ENTREVISTAAntonio José Molina, Misionero de África recientemente fallecido
40 ANIMACIÓN MISIONERA
43 CARISMASHermanas Franciscanas dela Purísima Concepción
46 CULTURALos refugiados muestran sus tesoros
54 MISIÓN VIVAAlfredo Marzo, misionero en la India
56 MISIÓN VIVAAleix Vilalta, voluntarioen la frontera birmana
24
30
En lo que va de año han
muerto ahogados en el
Mediterráneo al menos
1.700 inmigrantes. En
2014 fueron 3.500, y en los dos úl-
timos años suman más de 5.000.
Las previsiones, teniendo en cuen-
ta la situación de guerra que se vi-
ve en países como Libia, Siria o
Irak, son lógicamente al alza, y no
se puede olvidar tampoco que aquí
solo están contabilizados los casos
de naufragios conocidos, pero los
hay también de los que nunca se
sabrá nada más que la amarga au-
sencia que quedará para sus fami-
liares. El papa Francisco ya denun-
ció en noviembre de 2014 ante el
Parlamento Europeo que “no se
puede tolerar que el Mediterráneo
se convierta en un gran cemente-
rio”. Pero, a juzgar por lo visto,
poco caso se le está haciendo.
Sin embargo, no podemos caer
en el error de reducir a mera expo-
sición de cifras esta crisis humani-
taria y de humanidad que es el
problema de la inmigración. No po-
demos olvidar, como advirtió el
Santo Padre, que “son hombres y
mujeres como nosotros, hermanos
nuestros que buscan una vida me-
jor, hambrientos, perseguidos, heri-
dos, explotados, víctimas de gue-
rras”. El inmigrante no es el proble-
ma, es la víctima inocente de un
mundo injusto para vergonzoso
bienestar de unos pocos. Es el pri-
mer cambio que se debería operar
en la mentalidad de los dirigentes
y ciudadanos europeos, estadouni-
denses, sudafricanos, australianos...,
en definitiva, en el llamado mundo
desarrollado, de cara a comenzar a
solucionar el grave drama de la in-
migración. No se puede tratar co-
mo delincuentes a seres humanos
que solo huyen del horror, de una
muerte que en forma de miseria o
de violencia les pisa los pies. No
podemos recibirles con alambradas
y muros en los que se dejan la piel
y la vida a jirones. No podemos de-
volver por la puerta de atrás y a
escondidas a los que logran superar
tanto impedimento. No podemos
aplicar medidas que atentan contra
los derechos humanos, y menos
con el que está más desvalido.
La “acogedora” Europa se ha
convertido en una fortaleza de
desprecio e inhumanidad. Las polí-
ticas que se aplican, más que a ga-
rantizar el socorro y el recibimien-
to a quienes con desesperación lla-
man a nuestras puertas, van enca-
minadas a proteger un bienestar
que en ningún momento nos vie-
nen a quitar y que, además, ha si-
do logrado, en parte, con el expo-
lio de las riquezas de los países de
procedencia de estos inmigrantes.
Es cierto que no hay soluciones rá-
pidas y milagrosas para tan grave
problema. No se puede acabar de
la noche a la mañana con guerras
que hemos contribuido a iniciar, ni
se puede terminar de un día para
otro con años de miseria y con en-
quistadas prácticas de corrupción,
explotación y saqueo. Pero lo que
sin duda no se puede tolerar es
que sigan muriendo más gentes al
intentar cruzar el Mare Nostrum
camino de la vieja Europa.
No podemos acostumbrarnos a
tanta desolación. Urge, primero,
aplicar planes de salvamento, lo
más efectivos posible, para quienes
se lanzan al mar en pésimas condi-
ciones de seguridad. Es necesario
luchar contra las mafias que se
aprovechan y lucran con la deses-
peración de los inmigrantes. Y a
más largo plazo, y ello resulta fun-
damental, no conviene perder ni un
minuto más en aplicar toda una se-
rie de políticas encaminadas a bus-
car el desarrollo de los países de
origen, para que nadie se vea obli-
gado a salir de ellos.
E D I T O R I A L
EDITA: Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL DE OMP: AnastasioGil DIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán, An-tonio José Molina, José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez,
Modeste Munimi, José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, JoaquínMartínez, Juan Lázaro Sánchez, Vicente Marqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, Missio SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Inmigrante, víctima inocente
Solo en los dos últimos años más de 5.000inmigrantes han perdido la vida
ahogados en las aguas del Mediterráneo.
Demos marcha atrás al ca-
lendario, y verás: corre el
año 1965. El mundo es un
hervidero. En China, el
dictador Mao Tse Tung y Lin Piaoproyectan la sangrienta Revolución
Cultural. En Vietnam, partido en
dos, la guerra (1959-1975) se hace
interminable. Por si fuera poco, los
dos bloques, el Occidente capitalis-
ta y el Oriente comunista, que ca-
pitanean Estados Unidos y Rusia,
sostienen otro enfrentamiento más
sordo, pero no menos amenazador.
Es la “guerra fría”. Un combate que
se libra en todos los ámbitos: polí-
tico, económico, social, militar, in-
formativo e incluso deportivo.
En esas andaba el mundo 50
años atrás. Por eso, por todo eso,
desde el Vaticano, el buen papa
Juan –ahora, san Juan XXIII– grita:
“¡Paz en la tierra!”. La encíclica Pa-
cem in terris aparece en 1963, el
mismo año de su muerte. Cuatro
años antes, gracias a su clarividen-
te iniciativa, Angelo Roncalli tuvo
el coraje de convocar un nuevo con-
cilio que recogiese y promoviese la
más valerosa y valiosa puesta al día
de la Iglesia católica. Surge, así, el
necesario Concilio Vaticano II, uno
de los acontecimientos históricos
más sobresalientes del siglo XX.
El bueno de Juan XXIII conocía
bien España: siendo patriarca de
Venecia, en julio de 1954, que era
año santo, había peregrinado has-
ta Compostela, por invitación de
su amigo, el cardenal Quiroga Pa-lacios. Celebró la eucaristía en la
catedral, y cenó en el colegio ma-
yor La Estila, junto a Maurice Fel-tin, arzobispo de París, también
peregrino. De regreso, visitó Alba
de Tormes y la casa natal de Tere-sa de Ávila, y el santuario de la
Gran Promesa, en Valladolid, y el
Pilar de Zaragoza, y Montserrat...
14 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
IGLES IA A FONDO
Medio siglo. Sí, 50 años. Esa, la edad que está a punto de
cumplir el Concilio Vaticano II. Y, con él, el decreto Ad gentes,
el documento que centra y resume los principios y valores
sobre los que ha de girar la actividad misionera de la Iglesia.
NÚM. 155, MAYO DE 2015 misioneros 15
Y, al cabo, en 1965, en Roma,
Giovanni Battista Enrico AntonioMaría Montini, que ahora se lla-
ma Pablo VI, es el nuevo Papa.
Dos años hace que sucedió a Juan
XXIII. También él quiso peregrinar
a España en 1965, que asimismo
fue año jubilar. Pero el general
Franco y sus polémicas prerroga-
tivas para dar el plácet a los nom-
bramientos episcopales no se lo
permitieron. Con permiso o sin él,
lo que sí culminó Pablo VI fue la
“gran puesta al día de la Iglesia”
que había iniciado su predecesor,
el papa Ronca-
lli, al convocar,
desde San Pa-
blo Extramu-
ros, el 25 de
enero de 1959,
último día de
la Semana por
la Unidad, la celebración del Con-
cilio Vaticano II.
Ecumenismo y misiónComo se sabe, el Concilio tuvo
cuatro sesiones. La primera, presi-
dida por el mismo papa Roncalli
en otoño de 1962; un año después,
el 3 de junio de 1963, falleció. Las
otras tres etapas fueron convoca-
das y presididas por su sucesor, Pa-
blo VI, hasta su clausura, en 1965.
El Vaticano II fue el concilio que
contó con la mayor y más diversa
representación de lenguas y etnias,
con una media de asistencia de
unos 2.000 padres conciliares,
Tras la muerte de Juan XXIII,Pablo VI culminó esa “puesta al día”de la Iglesia que fue el Vaticano II.
procedentes de todas las partes
del mundo. Un concilio que fue,
principalmente, ecuménico. Tam-
bién, porque se invitó a miembros
de otras confesiones cristianas. Pe-
ro un concilio, asimismo, misione-
ro. Por eso, ahí está, entre sus mu-
chos frutos, el decreto Ad gentes.
En diciembre de 1965, conse-
cuencia directa del Vaticano II, que
acaba de terminar, las misas co-
mienzan a ser celebradas en las
lenguas vernáculas. Y los sacerdo-
tes ya no presiden la celebración
de espaldas a los fieles. Todo es
menos distante, mucho más cerca-
no y fraterno.
Como queda dicho, Juan XXIII
hizo pública la convocatoria como
remate a la Semana de la Unidad.
Y, luego, Pablo VI pidió pública-
mente perdón por la desunión, “el
drama espiritual de la Iglesia”. Pe-
regrino en Jerusalén, abrazó a Ate-nágoras, patriarca de Constantino-
pla. Y la víspera de la clausura, el
7 de diciembre de 1965, queda le-
vantada la mutua excomunión que,
sobre las Iglesias de Oriente y Oc-
cidente pesaba desde 1054, año en
que se consumó la división entre la
Iglesia católica y la ortodoxa. Hay
distancias todavía, pero se han
acortado. Tras el Vaticano II, la
unión de los cristianos ya no es
una utopía: “Es una posibilidad
real”, decía el teólogo y jesuita de
Friburgo Karl Rahner.
Y el Vaticano II también fue,
como no podía ser de otro modo,
un concilio misionero. No porque
el bueno y santo papa Juan XXIII
hubiese sido, antes que Papa, di-
rector de las Obras Misionales
Pontificias de Italia, sino porque la
Iglesia católica es esencialmente
misionera. Por eso, uno de los 16
documentos allí alumbrados, el
decreto Ad gentes divinitus está de-
dicado a la acción misionera de la
Iglesia. Y no es un documento me-
nor. Tampoco, un documento ais-
lado. Al decir del P. Jesús Castella-no, consultor de la Congregación
para la Evangelización de los Pue-
blos, respira en comunión con
otros documentos conciliares en
los que la referencia a la Iglesia
misionera es constante, desde la
Sacrosanctum Concilium a la Lumen
gentium o la Gaudium et spes.
Cambio de conceptos y mentalidades
El Concilio Vaticano II transfor-
mó profundamente la comprensión
teológica de la misión. El docu-
mento conciliar “sobre las misio-
nes” se convirtió en el “Decreto so-
bre la actividad misionera”. Este
cambio en la terminología misional
no fue simplemente una cuestión
semántica, sino de conceptos y de
mentalidades. Dicho documento
conciliar fue sometido a mayor nú-
mero de redacciones que cualquier
otro texto del Concilio y se pro-
mulgó el 7 de diciembre de 1965. El
texto del decreto Ad gentes fue
aprobado, después de siete redac-
ciones, por 2.394 votos afirmativos
y solo 5 negativos. Fue la votación
más alta de todo el Concilio.
El decreto Ad gentes, en primer
lugar, afirma que la Iglesia entera
es misionera por su propia natura-
leza (AG 2). Con esta rotunda afir-
mación queda claro que la misión
no es un asunto solo de ciertas
congregaciones religiosas e institu-
tos misioneros, de los “misioneros
profesionales”, sino de todos los
bautizados, como un elemento
I G L E S I A A F O N D O
16 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
esencial de su identidad cristiana.
Precisamente esta idea, que toda la
Iglesia es misionera por naturaleza
(cf. AG 2) y que, por consiguiente,
toda la actividad misionera de la
Iglesia es central en ella, es la afir-
mación básica del decreto Ad gen-
tes. El documento también funda-
menta la misión, no tanto en la au-
toridad de la Iglesia, como en la
iniciativa amorosa del Padre, quien
envía a su Hijo y al Espíritu Santo
al mundo para que la humanidad
participe en la vida divina.
Actualidad deldecreto “Ad gentes”
El redondo cumpleaños del
Concilio y, en concreto, del decreto
Ad gentes, sin duda va a suscitar
no pocos recordatorios, reflexiones
y encuentros en fechas próximas.
De hecho, ya ha habido reuniones
de carácter misionero con ese te-
ma por bandera. Así fue, el pasado
mes de marzo, en Sevilla. A esa ci-
ta acudió el director nacional de
las Obras Misionales Pontificias en
España, Anastasio Gil, quien abor-
dó la “Actualidad de la misión ad
gentes” y ayudó a reflexionar y
comprender la “novedad” del de-
creto conciliar. Recordó que “la
Iglesia peregrina es, por naturale-
za, misionera”, y, apuntó quiénes
son sus agentes, sus destinatarios,
sus recursos y sus ámbitos. Tam-
bién recordó que la labor a de-
sarrollar “para que toda la diócesis
se haga misionera” (AG 38) pasa
por que la dimensión misionera
esté presente en la catequesis, la
celebración litúrgica, la cultura, la
caridad y la pastoral vocacional.
Otra reflexión semejante, la
que tuvo lugar en Brasilia, el pa-
sado mes de febrero, en el 4.º Sim-
posio de Misionología, promovido
por el CCM (Centro Cultural Misio-
nero) y la Red Ecuménica Latinoa-
mericana de Misionólogos. Allí, el
alemán padre Paulo Suess, asesor
teológico del CIMI (Consejo Indige-
nista Misionero) y profesor en el
ciclo de Misionología de postgrado
en el Instituto Teológico de São
Paulo, recordó ante más de medio
centenar de participantes –agentes
de pastoral, misioneros, teólogos,
docentes– que el decreto conciliar
reconoce la posibilidad de salva-
ción a partir de otros credos, cul-
turas y religiones. En su opinión la
Iglesia católica, durante 2.000
años, se ha creído en posesión del
monopolio salvífico, y la nueva vi-
sión de Ad gentes representó una
ruptura con esa mentalidad.
El secretario ejecutivo del CCM
y de la Relami, padre Esteban Ras-chietti, misionero estigmatino, ha-
bló sobre la misión a los pueblos a
partir del Concilio. A su parecer, “el
decreto Ad Gentes no puede ser
leído sin un abordaje integral del
evento conciliar, en todos los do-
cumentos. Con el Vaticano II, la
Iglesia católica procuró el propio
reposicionamiento en relación con
el mundo, inaugurando una época
de transición desde una cristian-
dad cerrada y autocomplaciente,
hacia una Iglesia samaritana y mi-
sionera”. Sobre el decreto Ad gen-
tes, el padre Esteban destacó que
“la Iglesia y su misión evangeliza-
dora tiene su origen y su fuente en
la Santísima Trinidad, según el
plan del Padre, la obra del Hijo y la
misión del Espíritu Santo. La Igle-
sia colabora con esta misión del
amor de Dios en nuestro mundo”.
Pero, a su juicio, la participación de
las Iglesias locales en la misión
de los pueblos todavía deja mu-
NÚM. 155, MAYO DE 2015 misioneros 17
cho que desear. El Ad gentes con-
tinúa desafiando, proféticamen-
te, a la Iglesia de todos los conti-
nentes en el campo de la coopera-
ción y en la responsabilidad con la
dimensión universal de la misión.
“¿Qué es necesario realizar aún pa-
ra que nuestras Iglesias asuman su
vocación misionera ad gentes?”,
pregunta Raschietti.
Y es que la misión de la Iglesia
ya no es un mero expansionismo
geográfico de la fe. Ese estilo de
caminar de la mano del colonialis-
mo está archisuperado. Tras el
Concilio, y antes que nada, es un
encuentro con personas y grupos
humanos que tienen su mundo
cultural y religioso donde el anun-
cio de Jesucristo aún no ha llega-
do, y en el cual actúa el Espíritu
Santo y brotan las semillas del Ver-
bo. De ahí la promoción cultural y
el respeto a la libertad de la con-
ciencia y de la persona que resaltó
el Concilio. Una verdadera “peda-
gogía misionera” válida y necesa-
ria hasta nuestros días, en un con-
texto de diversidad cultural y de
pluralismo religioso.
Por su parte, Teresa Moreno,
de la Compañía Misionera del Sa-
grado Corazón, explica lo que ha
supuesto para ellas el decreto Ad
gentes: “Ha sido un referente muy
valorado a lo largo del tiempo. Sus
contenidos han proyectado luz en
nuestra reflexión y acción misio-
nera. Ad gentes: salir al encuentro.
En el Evangelio, Jesús siempre es-
tá en movimiento: sale al encuen-
tro de las personas y situaciones,
pasa fronteras geográficas, huma-
nas, culturales, religiosas. Revela,
así, a un Dios que sale al encuen-
tro de la humanidad. ‘Sal de tu tie-
rra’. Ese imperativo es elemento
esencial de nuestro carisma genui-
namente misionero. Anuncio. Con
palabras y gestos, ser testigos sen-
cillos y coherentes de lo que anun-
ciamos. La universalidad es otro
de los rasgos de nuestro carisma
misionero. La llamada a vivir la
fraternidad universal nos brinda
una misión para vivir en el mun-
do: testificar que Dios es Padre de
todos y que todos somos herma-
nos. El decreto Ad gentes, hoy, tie-
nen la misma vigencia de ayer”.
El testimonio del jesuita Fer-nando García Gutiérrez, misione-
ro en Japón, también certifica la
18 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
El Vaticano II supuso un granimpulso de la cristiandad hacia
una Iglesia samaritana y misionera.
I G L E S I A A F O N D O
bondad y los muchos frutos que
ha propiciado el decreto Ad gentes:
“En Japón, donde he estado bas-
tantes años, se notó la influencia
del Vaticano II en la internaciona-
lización de aquella misión. El P.
Arrupe promovió el envío a Japón
desde muchas naciones. Yo fui uno
de los enviados. Encontré una mi-
sión formada por jesuitas de más
de 20 países diferentes, con el con-
siguiente aumento de la universa-
lidad de aquella misión. El trabajo
apostólico en Japón fue el iniciado
por san Francisco de Javier: la
evangelización por la cultura. Da-
do el nivel cultural de los japone-
ses, este era el modo de acercar a
ellos la labor evangelizadora de la
Iglesia. Colaborábamos con los mi-
sioneros de otras congregaciones
y con el clero nativo. Aunque el
número de conversiones no era
muy elevado, la influencia de la
mentalidad cristiana sí puede con-
siderarse muy alta. Después, fui
enviado a España, a continuar la
labor de promoción de la misión
del Japón aquí. La colaboración de
miles de españoles en esta obra ha
sido grande. Y todavía son mu-
chos los que siguen viviendo de
este modo su espíritu misionero:
abren su horizonte cristiano más
allá de los límites de la Iglesia lo-
cal. Esta apertura al espíritu mi-
sionero es uno de los frutos con-
cretos del decreto Ad gentes”.
Las cifras y datos estadísticos
no hacen sino redoblar la vigencia
y actualidad de este decreto. Aho-
ra, está más clara y es más nece-
saria que nunca: la acción misio-
nera, elemento esencial de la iden-
tidad cristiana, no debe ser com-
petencia exclusiva de aquellos a
los que llamamos misioneros. Es
labor que obliga y compromete a
todos los bautizados.
XIMENA DE ANGULO
l presente, los católicoscrecen en África, Asia yAmérica y se mantie-
nen estacionarios en Europay Oceanía. Así lo afirma elúltimo Anuario Estadístico dela Iglesia Católica, que reco-ge datos relativos a 2013, yque ahora se acaba de publi-car. Los católicos han aumen-tado en África (34%), que haacusado, entre 2005 y 2013,un aumento de su poblacióndel 1,9%. En Asia, tambiénse han incrementado los cató-licos más que la población(2,9%, frente al 3,2%). EnAmérica el aumento de loscatólicos es igual al de lapoblación (los católicos sonaquí el 63%). Su número esestacionario en Europa y enOceanía, también.
El número total de católi-cos en todo el planeta, en elaño 2005, era de 1.115 mi-llones, frente a los 1.254 mi-llones de 2013. Creció en139 millones de fieles más.En los dos últimos años, loscatólicos bautizados en elmundo han aumentado deun 17,3% a un 17,7%.
El número total de sacerdo-tes, seculares y religiosos,pasó de 414.313 en 2012,a 415.348 a finales de 2013.
Los candidatos al sacerdo-cio, diocesanos y religiosos,eran 120.616 en 2011, y118.251 en 2013. Han dismi-nuido el 2%. El único incre-mento, en África (+1,5%).Asia, Europa y Norteaméricaregistran una contracción del0,5%, 3,6% y del 5,2% res-pectivamente.
Por su parte, prosigue lafuerte expansión de los diá-conos permanentes: 33.391en 2005, y 43.000 en 2013.
A
La Iglesia, a los50 años del decreto
NÚM. 155, MAYO DE 2015 misioneros 19
Yemen está siendo escenario de un nuevo
capítulo en el secularenfrentamiento que su-
nitas y chiitas mantienenen Oriente Medio. Una
coalición de países lide-rada por Arabia Saudí
–la potencia suní en laregión– ha intervenido
militarmente en esta re-pública, del tamaño deEspaña y con 24 millo-
nes de habitantes, parafrenar el avance de los
hutíes. Este grupo zaidí(secta chiita), apoyado
por Irán, ha estado apunto de extender su
dominio a todo el país.
P R I M E R P L A N O
24 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
Cuenta una leyenda ye-mení que un buen díaDios decidió echar unvistazo al mundo para
comprobar el estado de su crea-ción. Pudo comprobar así que elReino Unido había experimentadograndes cambios, que Francia ha-bía igualmente prosperado sobre-manera, que Egipto ya no era co-mo lo recordaba... Al llegar el tur-no a Yemen, en cambio, el Altísimose limitó a sonreír y a exclamar:“Sigue igual que cuando lo creé”. Yes que en este rincón de la Penín-sula Arábiga –si esta penínsulafuera un pie, Yemen sería el talón–el tiempo parece haberse detenidohace siglos, con los mismos con-flictos tribales, los mismos clanesenfrentados, los mismos señoresde la guerra y la misma resistencianumantina a cualquier forma deautoridad central.
Desde finales de marzo, la Ara-bia Felix –así llamaban los roma-nos a las tierras que un día alber-garon también el mítico reino deSaba– está acaparando la atencióninternacional. Y es que sus sempi-ternas luchas internas han deveni-do en conflicto regional, despuésde que una coalición de diez na-ciones árabes, liderada por la veci-na Arabia (1.800 kilómetros defrontera común), haya intervenidomilitarmente para frenar el expan-sionismo de los hutíes, un grupochiíta, radicado en dos provinciasdel norte, que cuenta con el apoyode Irán. En la operación “Tormen-ta Decisiva”, como ha sido bauti-
zada, han participado los paísesque integran el Consejo del Golfo(Emiratos Árabes Unidos, Qatar,Kuwait, Omán y Bahréin), ademásde Egipto, Jordania, Marruecos, Su-dán y Pakistán, avalados todosellos por Estados Unidos. El frentealiado sunita ha contado tambiéncon el visto bueno de la ONU.
Los bombardeos aliados co-menzaron el 27 de marzo y con-cluyeron, al menos en teoría, el 22de abril. En esas poco más de tressemanas los proyectiles mataron a
más de 900 personas e hirieron aunas 3.500, según datos de laONU, que informa también de quemás de 100.000 yemeníes se hanvisto obligados a abandonar sushogares. La intervención armadase produjo después de que los hu-tíes se hiciesen con el control deSaná (la capital, 2.300.000 habi-tantes) y de Taíz (tercera ciudaddel país), y avanzasen peligrosa-mente hacia Adén, en la costa sur,plaza clave para el control delacceso al Mar Rojo, en la que se
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En opinión de los expertos la guerradesatada por el avance hutí es
una lucha por el poder, no religiosa.
YEMEN, YEMEN, ¿LA PRÓXIMA SOMALIA?
había refugiado el presidenteMansur Hadi antes de tener que
huir precipitadamente a Riad (Ara-bia Saudí). Una semana antes deese espectacular avance había te-nido lugar la mayor matanza de lahistoria del país. Se trata de un tri-ple atentado suicida –que fue rei-vindicado por el Estado Islámico–contra dos mezquitas de Sanáatestadas de fieles chiitas. En lasalvajada, cometida en viernes deoración, fueron asesinadas, mien-tras rezaban, unas 120 personas–entre ellas el imán Muqtada al
Mohadwari, líder espiritual hutí–,y otras 300 resultaron heridas.
La guerra no es algo desconoci-do en Yemen, ni mucho menos.Desde que en 1990 viese la luz laactual República, fruto de la uniónde la República Árabe del Yemen(Yemen del Norte) y la RepúblicaDemocrática Popular del Yemen(Yemen del Sur, comunista), los en-frentamientos entre clanes y fac-ciones o contra el poder centralhan sido constantes. La contiendacivil de 1994 concluyó con la con-solidación en el poder del presi-
dente Alí Abdulah Saleh, quien, abase de mano dura y redes clien-telares, consiguió gobernar duran-te tres décadas. En ese tiempo tu-vo que hacer frente a hasta seis re-beliones de los zaidíes chiítas, que
se consideraban discriminados. Laoleada revolucionaria de la “pri-mavera árabe” de 2011 supuso elprincipio del fin de su mandato, aligual que el de otros dictadoresilustres, como Ben Alí en Túnez,
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Yemen es un tablero más sobre elque Arabia e Irán se disputan su
predominio en todo Oriente Medio.
Gadafi en Libia o Mubarak enEgipto. Pese a su cerrada resisten-cia, a Saleh no le quedó más re-medio que renunciar y exiliarse aEstados Unidos, dejando el poderen manos de su vicepresidente, elcitado Mansur Hadi, por entoncessu hombre de confianza. En vistade la nueva guerra que se ha aca-bado desatando, y de la interna-cionalización del conflicto, es ob-vio que el actual presidente ha fra-casado como candidato de consen-so para pilotar una transición pa-cífica, como se pretendía.
Partida de ajedrezPero ¿quiénes son estos hutíes?
¿Y quién les apoya exactamenteen su pretensión de gobernar Ye-men? Los rebeldes, como ya se hadicho, son zaidíes (literalmente,“partidarios de Dios”), una confe-sión derivada del chiismo. El nom-bre de hutíes con el que se les co-noce deriva del líder del clan quecapitanea el grupo desde 2004:Mohamed Ali al Huti. Los hutíesvendrían a ser el equivalente deHezbolá en el Líbano: un partido-
milicia, con cierto respaldo popu-lar (el 46% de los yemeníes sonchiitas), y capacidad para hacersecon el poder, como demuestra elhecho de que, desde su feudo nor-teño (las provincias de Sa’dah y al-Jawf), pasasen en pocas semanas acontrolar Saná y otras siete pro-vincias más. El movimiento, comoya se ha apuntado, cuenta con apo-yo militar de Irán, pero también, yaunque sea difícil de entender, delas fuerzas leales al ex presidenteSaleh, las mismas que los comba-tieron en el pasado. En 2011, Ye-men contaba con 67.000 efectivosmilitares y 71.000 policiales.
Lo que está ocurriendo ahora,en cualquier caso, no puede com-prenderse sin tener en cuenta queel país es, desde hace tiempo, untablero más –como Líbano, Siria oIraq– de la gran partida de ajedrezque disputan Arabia e Irán en todoOriente Medio. La primera, la po-tencia sunita, es abanderada de ladoctrina salafista de la que bebengrupos yihadistas como Al Qaeda oel Estado Islámico, mientras que lasegunda, chiita, sostiene a milicias
como Hezbolá en Líbano, al presi-dente sirio Al Asad y, ahora, a loshutíes en Yemen. Casi todos lospaíses del Golfo cuentan con mi-norías chiitas, más o menos signi-ficativas, de las que recelan susGobiernos. En Bahrein, incluso, es-ta confesión es mayoritaria. Juanjo
Sánchez, historiador especialistaen el mundo árabe, ha recordadoen Radio Nacional de España que elconflicto entre las dos ramas del is-lam es de tal calibre que “en Ara-bia los libros de texto escolares en-señan que los chiitas no son mu-sulmanes, sino ateos, herejes y de-monios”. “Los saudíes –explica–odian a los chiitas igual que el KuKlux Klan puede odiar a los ne-gros”. Dicho esto, hay que dejarclaro también que la guerra de-satada por el avance hutí “es unalucha por el poder, no un conflictoreligioso”, según los expertos.
Base de Al Qaeda en la Península Arábiga
Yemen, la tierra que en la anti-güedad era célebre por sus legen-darias caravanas de oro, incienso,mirra, marfil, ébano y seda, eshoy un país empobrecido –el demenor renta per cápita de la re-gión–, muy joven (el 42,5% de supoblación tiene menos de 15 años)y sumamente inestable, con unaesperanza de vida de apenas 62años. “La estabilidad –escribía en2011 Fernando Reinares, investi-gador del Real Instituto Elcano–se sostiene en un frágil equilibriopolítico, que depende de las vo-luntades de confederaciones detribus [...] que disponen de mili-cias armadas capaces de apoyar oderribar a cualquier Gobierno. Laviolencia tribal y su tradición mer-cenaria es una realidad culturalyemení que se subestima o se des-conoce”. El país, además, es tris-temente célebre, según el citado
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Hasta el momento los bombardeos aliados han causadomás de 900 muertos y unas 3.500 personas heridas.
investigador, por su exacerbada“cultura de venganza” y por
contar con “la mayor tasa de ar-mas ligeras respecto al número dehabitantes de todo el mundo”.
Desde los años 90, y por si fue-ra poco, Estados Unidos –y Occi-dente en general– lo tienen en supunto de mira, por ser la base des-de la que actúan los terroristas deAl Qaeda en la Península Arábiga(AQPA). En octubre de 2000, AlQaeda atentó en la bahía de Adéncontra el buque de guerra USS Co-le, matando a 17 soldados esta-dounidenses. AQPA, que vio la luzen 2003, es la que planificó asi-mismo el fallido atentado suicidacontra un avión que volaba a De-troit el día de Navidad de 2009. Yen octubre de 2010 intentó, tam-bién sin éxito, introducir explosi-vos en impresoras que iban a sertrasladadas a Chicago en avionesde mercancías. Desde 2007, igual-mente, ha atacado en reiteradasocasiones a turistas que se habíanaventurado en el país. De hecho,
ese mismo año asesinó a siete es-pañoles. Estados Unidos la ha es-tado combatiendo mediante dro-nes desde sus bases en la región.
En 2011, un sondeo de opinióndeterminó que el 85% de los ye-meníes apoyaban la creación deun Estado islámico en su país. Un96% de los consultados estimaba,además, que Occidente e islam es-taban en guerra. De ahí que casi lamitad de ellos (un 48%) opinasenque los atentados de AQPA solo secometían sobre blancos legítimos.
¿Un Estado fallido?Los graves problemas que
arrastra desde siempre –la divi-sión política por un lado, y el se-cesionismo de distintos grupos,tanto en el norte como en el sur,por otro–, unidos a la pobreza, la
corrupción, la presión demográfi-ca y el auge del terrorismo, ame-nazan con convertir a Yemen enun Estado fallido, similar a Soma-lia. En 2010, de hecho, el paísocupaba el puesto 15 entre los demayor riesgo, según la lista ela-borada por Foreing Policy, revistaestadounidense especializada enpolítica internacional.
De llegarse a este escenario, auna segunda Somalia al otro ladodel estrecho de Bab el Mandeb, elconflicto podría tener serias con-secuencias, pues el tráfico maríti-mo por el Mar Rojo y el canal deSuez se vería amenazado. No hayque olvidar que en Somalia la gue-rra dura ya desde 1991, y que, pe-se a éxitos parciales contra Al Sha-bab (por ejemplo, el asesinato enseptiembre pasado, en un bombar-
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La división política, la pobreza, lacorrupción y el auge del terrorismo
amenazan seriamente al país.
Desde los años 90 Yemen se ha convertido en la base de operaciones de los terroristasde Al Qaeda en la Península Arábiga.
olo dos congregacio-nes religiosas católi-cas están presentes
en Yemen: los salesianos ylas Misioneras de la Cari-dad. Los hijos de Don Bos-co, que llegaron a estas tie-rras hace 28 años, depen-den de la Inspectoría de In-dia-Bangalore y tienen acinco de sus miembrosevangelizando en las princi-pales ciudades del país: enSaná, la capital; Adén, la se-gunda ciudad; Taíz y Hodei-da, según informa la agen-cia AICA, de la ConferenciaEpiscopal Argentina. "Por logeneral, los religiosos sereúnen una vez al mes, paratener un tiempo de compar-tir y reflexión, y para hacerexperiencia de comunidad",dado que "llevan una vidasolitaria en un ambiente to-talmente no cristiano". "Lossalesianos -explica AICA-son los únicos sacerdotescatólicos en Yemen. Se en-cargan de las tres iglesiascatólicas reconocidas enAdén y de los inmigrantesallí presentes, que provie-nen sobre todo de Filipinasy de la India, y trabajan co-mo enfermeros. Tambiénaseguran la asistencia espiri-tual a las Hermanas de laCaridad, que se dedican auna serie de actividadeshumanitarias en hospitales ycentros para ancianos, enfer-mos y niños necesitados".
S
deo estadounidense, del emir Ah-
med Abdi Godane, importante di-rigente del movimiento), esta mili-cia radical trata de extender elconflicto a los países vecinos, es-pecialmente a Kenia, que cuentacon cinco millones de musulmanes(el 11,5% de su población) y quetiene desplegadas tropas en Soma-lia. De hecho, los atentados quedesde hace varios años comete AlShabab en territorio keniano –Nai-robi: 67 muertos en el centro co-mercial Westgate en septiembrede 2013; Koromei: 36 víctimas endiciembre de 2014; o el último enla universidad de Garissa, el pasa-do Jueves Santo, con 148 estu-diantes cristianos asesinados– sonjustificados por la presencia deesas tropas del país vecino.
El conflicto armado en el Cuer-no de África está en el origen dela gran presión migratoria que,de unos años a esta parte, se hagenerado en esta región. Pero lossomalíes, eritreos o etíopes queabandonan sus países no se diri-
gen solo a Europa, como alguienpodría pensar, sino también aArabia Saudí y a los ricos emira-tos del Golfo Pérsico, países a losque tratan de llegar cada año de-cenas de miles de personas. Parapoder alcanzar su sueño, todasellas han de cruzar primero el es-trecho de Bab el Mandeb y atra-vesar después Yemen. Y lo másimportante: escapar a los trafi-cantes de seres humanos. Al igualque ocurre con los subsaharianosque tratan de entrar en Europasaltando las vallas de Ceuta o Me-lilla, los inmigrantes que van aArabia se concentran en la norte-ña provincia yemení de Sa’dah ala espera de una oportunidad. Yallí son presa fácil de las mafias.En abril de 2013, por ejemplo, elEjército realizó una incursión mi-litar en la región, en la que liberóa 1.620 inmigrantes, mujeres y ni-ños incluidos. Habían sido apre-sados y encerrados en granjas porlos traficantes de personas, quehabían exigido a sus familias unrescate por su liberación. El añoanterior habían llegado a Yemenpara hacer esa ruta 107.000 per-sonas, la mayoría etíopes.
Si estremecedor –a la paz quedesconocido– es este fenómeno,no menos preocupante resulta elmatrimonio precoz de las niñas. Yes que más de la mitad de las chi-cas yemeníes son casadas por suspadres antes de cumplir 18 años...y un 14% incluso antes de los 15.En las zonas rurales –y tres de ca-da cuatro yemeníes viven enellas– muchos progenitores obli-gan a sus hijas a interrumpir susestudios cuando tienen nueve odiez años para que ayuden en elhogar, cuiden de sus hermanospequeños y se preparen ya parael matrimonio, lógicamente conhombres mucho mayores.
JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
P R I M E R P L A N O
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Salesianos y Hermanas de la Caridad
I N F O R M E
ido que la comunidad internacional no permanezca silen-ciosa e inerte ante tal crimen inaceptable, que constituyeuna preocupante deriva de los derechos humanos más ele-
mentales”. Con estas palabras, pronunciadas el pasado 6 de abril, elpapa Francisco hizo un llamamiento para detener la persecuciónque sufren los cristianos en varias partes del mundo. Aún estabafresca la sangre de los 147 estudiantes cristianos asesinados el 2 deabril en la Universidad de Garissa, en Kenia, a manos de extremistasislámicos de Al Shabab. No era la primera vez que el Papa hablabaabiertamente de esta persecución. Ya el 23 de diciembre del año pa-sado, Francisco envió a los cristianos de Oriente Medio una carta pa-
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La intolerancia religiosa crece a pasos de gigante en elmundo, sobre todo de la mano del extremismo islamista.
Millones de cristianos en lugares como Oriente Medioy algunos países africanos son sus principales víctimas,
como ha señalado repetidas veces el papa Francisco.
P“
ra expresarles su cercanía y agra-decerles su testimonio de fe a pe-sar de las persecuciones del Esta-do Islámico, al mismo tiempo queinstaba a la comunidad internacio-nal a detener la violencia, “que yaha causado demasiado daño”.
Ese daño excesivo al que se re-fiere el Papa está muy lejos de seruna suma de incidentes aislados.Cada semana se acumulan los ca-sos de intolerancia religiosa contralos cristianos. El mes de abril nosha dejado todo un elenco de cruel-dades infinitas: aparte de la ma-tanza de los estudiantes kenianosde Garissa, en Libia el grupo terro-rista Estado Islámico (EI) difundióun vídeo en el que mostraba el ase-sinato en Libia de 28 hombres, alos que presentó como cristianosetíopes. Las imágenes son muy si-milares a las de otro vídeo, publi-cado el pasado febrero, de unaveintena de egipcios coptos quehabían sido secuestrados. En elnoreste de Nigeria, el pasado 17 deabril, los extremistas de Boko Ha-ram decapitaron a 19 cristianos enpueblos cercanos a la localidad deGwoza, y el mismo día penetraron15 kilómetros en la vecina Came-rún e hicieron lo mismo con otras16 personas en la ciudad de Diya.En la misma fecha, dos musulma-nes dispararon contra la escuelacatólica San Francisco en Lahore(Pakistán), hiriendo a un muchachode 15 años y al guardia que salió arepeler el ataque. Y, por si fuera po-co, el 16 de abril la policía italianadetuvo en Palermo a 15 africanosde religión musulmana por haberlanzado al mar a 12 cristianos, quefinalmente se ahogaron, cuandoemigraban hacia Italia en una pa-tera con la que habían zarpado delas costas libias tres días antes.
¿Ha lanzado el islam una “gue-rra santa” contra el cristianismo?“Lo absoluto, aunque titule bien,
suele ser falso”, dice en su blog elperiodista Ramón Lobo, que cono-ce bien muchos de los países deOriente Medio y de África dondetienen lugar estos ataques. Para él,“la realidad está en los pliegues, enlos grises que como periodista de-bo buscar y encontrar. Se trata depersonas fanatizadas concretas,con nombres y apellidos, que se es-cudan en unas creencias religiosaspara justificar acciones que vancontra su propia religión”. El pro-
blema es que los fanáticos dirigenpaíses donde se discrimina a loscristianos, o al menos se mira paraotro lado cuando se les persigue, obien difunden y financian doctrinascomo el “wahabismo” –desde Ara-bia Saudí– o, en el caso más extre-mo, dirigen grupos fundamentalis-tas que buscan la eliminación físicade personas de otra religión o, in-cluso, de los propios musulmanes alos que no se considera lo suficien-temente ortodoxos.
Si nos ajustamos a los hechos,la hostilidad contra los cristianoses una tendencia que no deja deaumentar, y hay motivos para pen-sar que va a incrementarse en lospróximos años. Los últimos infor-mes anuales del Pew Research Cen-tre –un prestigioso laboratorio deideas, con sede en Estados Unidos,que estudia las tendencias en ma-teria religiosa– afirman que cercade una cuarta parte de los 198países del mundo incluidos en sus
estudios experimentan de formahabitual hostilidades contra gruposreligiosos. Si se tiene en cuenta queen 2007 los países intolerantes re-presentaban el 20% del total, setrata de una tendencia muy preo-cupante. Según este instituto, la in-tolerancia religiosa ha crecido entodas las zonas del mundo, exceptoen el continente americano, con unaumento muy notable en OrienteMedio y en el norte de África.Tampoco hay que olvidar algu-
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Por medio de una carta, el papa Francisco
ha querido agradecer a los cristianos de
Oriente Medio su valioso testimonio de fe.
nos países de la zona de Asia-Pa-cífico, en la que –por ejemplo–
China pone muy serias cortapisasal ejercicio de la religión, con res-tricciones muy duras contra la li-bertad religiosa de los cristianos.
Muy similar es la conclusióndel último informe sobre la liber-tad religiosa publicado por Ayudaa la Iglesia Necesitada. Esta orga-nización concluye que, de los 196países analizados (de los que seofrece información muy detallada,
país por país), este derecho se hadeteriorado de forma preocupanteen 82 países, y solo en seis ha me-jorado. En la mayor parte de loscasos, los atentados contra la li-bertad religiosa están ligados alislam extremista (en África desta-can los casos de Sudán, Libia,Egipto y República Centroafricana)o a regímenes autoritarios, comoes el caso de Eritrea. Los cristia-nos son las principales víctimasde la intolerancia religiosa en el
mundo, aunque también hay ca-sos de minorías judías o musul-manas a las que en distintos paí-ses se les niega el derecho a poderpracticar su fe.
Otro instituto que estudia la li-bertad religiosa en el mundo, OpenDoors, publica anualmente la listade países que atentan contra estederecho. En la clasificación de2015, las 16 naciones más intole-rantes son: Somalia, Irak, Siria, Af-ganistán, Sudán, Irán, Pakistán,
Eritrea, Nigeria, Maldivas, ArabiaSaudí, Libia, Yemen, Uzbekistán,Vietnam y República Centroafrica-na. Les siguen muy de cerca otrospaíses que siempre han tenido unatradición de buena convivencia re-ligiosa, pero en donde la toleranciase deteriora con rapidez. Kenia,Etiopía, Jordania y Tanzania son al-gunos de ellos.
Ser cristianoen Oriente Medio
Uno de los casos más conoci-dos es el de Asia Bibi, una mujerpakistaní que lleva cinco añosconfinada en una cárcel de su pa-ís, a la espera de cumplir su con-
32 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
Los cristianos son las principales víctimas
de la intolerancia religiosa en el mundo,
una hostilidad que sigue en aumento.
Asia Bibi
dena a morir en la horca. En 2010fue acusada de insultar supuesta-mente al profeta Mahoma, un de-lito que se paga con la vida en es-te país, donde los cristianos ape-nas llegan al 2% de la población.Desde entonces, se ha convertidoen un símbolo mundial de la luchacontra la llamada “ley de la blas-femia”, una de las formas mássangrantes de discriminación ypersecución que sufren los cristia-nos en Pakistán. Su caso está lejosde ser un hecho aislado. Son fre-cuentes los ataques contra escue-las y templos católicos, como ocu-rrió el pasado 15 de marzo, cuan-do dos bombas lanzadas contra
dos iglesias mataron a 14 perso-nas. Y el 10 de abril, el adolescen-te Nauman Masih fue quemado vi-vo por musulmanes desconocidos,por decir que era cristiano. A lospocos días falleció, tras haber sidosometido a una operación.
En Oriente Medio, cuna de lastres religiones monoteístas, cuatromillones de cristianos viven hoyrepartidos en países como Irak, Si-ria, Jordania y los territorios pales-tinos. Una ola de violencia, terror yprejuicios ha acelerado la disminu-ción de la presencia de árabes bau-tizados. A comienzos del siglo XX,se calculaba que el 20% de la po-blación de Oriente Próximo era
cristiana. Hoy se estima que esacantidad no supera el 5%, y la po-sibilidad de que en poco tiemposus poblaciones cristianas lleguenprácticamente a desaparecer esavalada por muchas fuentes. Seisritos orientales de una enorme ri-queza litúrgica (copto, sirio-católi-co, maronita, caldeo, greco-melqui-ta y armenio) están amenazadosde muerte, después de haber so-brevivido a 14 siglos de islam.
En esta zona geográfica, la na-ción donde los cristianos sufrenmás persecución es Irak. Antes dela caída de Sadam Husein –un mu-sulmán suní bastante secular–, seestimaba que los cristianos llega-ban al millón y medio, y había enel país 300 iglesias, donde sus co-munidades rezaban en arameo, lalengua de Jesús. Hoy algunos redu-cen la cifra a poco más de 200.000cristianos, que rezan en las apenas50 iglesias que quedan en pie. Losque tenían medios han huido aotros países. Los más pobres, hos-tigados por las milicias chiíes y su-níes, han buscado refugio en elnorte de Irak, en la región contro-lada por los iraquíes de etnia kur-da. Los yihadistas del Estado Islá-mico los tienen como a los princi-pales enemigos a los que buscaneliminar. A mediados de 2014, losextremistas marcaron las puertasde casas e iglesias de cristianos deMosul con la “N”, en árabe, de “na-zareno”. Los radicales pretendíanestigmatizar así a quienes durantesiglos supieron vivir en armoníacon la mayoría musulmana.
En la vecina Siria, antes del le-vantamiento armado contra elrégimen de Bachar Al Asad, elpaís contaba con unos 800.000cristianos, en una población cer-cana a los 20 millones. No sé sabea ciencia cierta cuántos quedanhoy en el país, aunque –comoseñalaba una resolución del Par-
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CRISTIANOS PERSEGUIDOS I N F O R M E
lamento Europeo del pasadomes de marzo– varios centena-
res de miles de los cuatro millonesde sirios que han huido como re-fugiados a Egipto, Jordania, Líba-no y Turquía son cristianos.
La situación es menos angustio-sa en Israel y los territorios palesti-nos, pero igualmente alarmante. Elporcentaje de cristianos en los te-rritorios ocupados –Franja de Gazay Cisjordania– se ha visto reducidoa la mitad (del 2% al 1%) en los úl-timos 13 años. Y en Jerusalén, don-de en 1948 vivían 27.000 cristianos,hoy el número de bautizados no su-pera los 5.000. Además de las con-secuencias de las malas relacionescon Israel, los cristianos palestinospadecen también la discriminacióny hostilidad de los extremistas islá-micos de sus propias comunidades.
Aumenta la intoleranciaPor lo que se refiere a África, hay
que distinguir varias situaciones.Hay países donde el islam es la re-ligión del Estado: Argelia, Marrue-cos, Yibuti, Comoras, Sudán, Túnezy Mauritania. En algunos de ellos,como Sudán y Mauritania, la con-versión a otra religión distinta delislam se califica de apostasía y esun delito que puede ser castigadoseveramente, como ocurrió el añopasado con Mariam Ibrahim, unamujer sudanesa cristiana, condena-da a muerte por supuesta aposta-sía, y posteriormente liberada, peroa la que se detuvo cuando intenta-ba abandonar el país. En otros, co-mo Marruecos y Argelia, las autori-dades limitan la posibilidad de cam-biar de religión. En Libia, aunque nohay ninguna ley que lo prohíba, laconversión puede significar arries-garse a ser detenido.
En otras naciones africanas lasituación es más engañosa. Puedeocurrir que la Constitución reco-nozca la libertad religiosa, pero, en
la práctica, existan fuertes restric-ciones para su ejercicio. Este es elcaso de Eritrea, donde el Gobiernoobliga a los religiosos a realizar elservicio militar e intenta controlara las distintas confesiones nom-brando, por ejemplo, al gran muftíy al patriarca ortodoxo. La Iglesiacatólica eritrea, que nunca ha acep-tado esta política de injerencia yque ha criticado la falta de libertaden el país, sufre restricciones im-portantes, como la denegación devisados a personal misionero. EnRuanda se han dado varios casosde sacerdotes detenidos y multa-dos por haber expresado puntos devista sobre la reconciliación queiban contra la política oficial deconsiderar como genocidio solo elrealizado contra los tutsis en 1994.Otros países se aferran al requisitolegal de exigir a las confesiones re-ligiosas tener un número mínimode fieles para poder registrarse, pa-ra negar en la práctica la libertadde culto de algunas minorías. Estecriterio impide, en realidad, a gru-pos evangelistas y pentecostales
gozar de libertad de culto en paí-ses como Burundi, y ha dado lugara situaciones que rayan en lo ab-surdo, como la prohibición oficialdel islam en Angola a finales de2013; una medida que desde en-tonces ha dejado en la incertidum-bre a miles de inmigrantes de paí-ses de África occidental que profe-san la fe musulmana.
A pesar de todo, en la gran ma-yoría de los países de África, susciudadanos gozan de libertad reli-giosa; un derecho desarrolladogracias a una cultura muy exten-dida de la tolerancia y el respetomutuo. La mayoría de las Consti-tuciones reconocen el carácter lai-co del Estado, hasta en paísesdonde hay una mayoría de musul-manes, como es el caso de Sene-gal, Níger y Guinea Conakry. Algu-nas de estas naciones tienen in-cluso una tradición de libertad re-ligiosa que podría calificarse demodélica, como ocurre en Benín,Burkina Faso, Ghana o Sierra Leo-na; y no faltan los casos de legis-laciones específicas que penalizan
34 misioneros NÚM. 155, MAYO DE 2015
el enfrentamiento y la discrimina-ción por motivos religiosos, comoocurre en Etiopía y Gabón.
No obstante, en algunos de es-tos países con una historia de co-existencia religiosa pacífica la si-tuación se ha deteriorado seria-mente durante los últimos años.Un ejemplo de ello es Kenia. Antesde que ocurriera la matanza de losestudiantes de Garissa, el 22 denoviembre del año pasado, un gru-po de extremistas pararon un au-tobús en el condado de Mandera,cerca de la frontera somalí. Trashacer descender a los viajeros, se-leccionaron a 28 de ellos que no
podían recitar suras del Corán ylos mataron a tiros. Al mismotiempo, los musulmanes se quejana menudo de trato discriminato-rio, al ser asociados en bloque congrupos terroristas. Pero tambiénlos cristianos se quejan de sufrirun trato semejante en zonas comoel noreste, donde las autoridadesmusulmanas les niegan incluso laposibilidad de ser enterrados enterritorios municipales. Tambiénen Tanzania los grupos extremis-tas han socavado la tradicionalconvivencia pacífica, sobre todo enla isla de Zanzíbar.
En África, el mayor peligro con-tra la libertad religiosa tambiénviene de la mano del fundamenta-lismo islámico. Desde hace pocosaños, el continente se ha converti-do en una base segura de los tresprincipales grupos radicales: AlQaeda en el Magreb Islámico (enÁfrica del oeste), Boko Haram (enNigeria y Camerún) y Al Shabab,que, al haber perdido terreno enSomalia como consecuencia de lasoperaciones de la fuerza de inter-vención de la Unión Africana (AMI-SOM), golpea cada vez más conatentados terroristas en la vecinaKenia, donde tiene la ventaja de ac-
tuar en un país con unos serviciosde seguridad que se han distingui-do por su incompetencia y su inca-pacidad para prevenir ataques.
Aunque no sea políticamentemuy correcto afirmar esto, se pue-de asegurar que el principal frentede la intolerancia religiosa hoy lohan desarrollado extremistas mu-sulmanes, pero también, en mu-chos casos, potentes poderes eco-nómicos del Golfo, con quien los lí-deres occidentales no quieren in-disponerse. Como afirma Alberto
Eisman en su blog “En clave deÁfrica”, de Religión Digital: “El cris-tianismo, con sus líderes a la cabe-za, habrá cometido todos los fallosdel mundo, pero hay que reconocerque ha hecho un esfuerzo por dia-logar con el mundo secular. La or-todoxia del islam no está dispuestaa dialogar con nadie; es más, for-mulará una fatwa contra cualquierpersonaje musulmán que quieraabrir nuevos caminos de diálogo odisienta de la línea oficial. El islamincluso desconfía de los sufíes,aquellas personas que en la místicay en la experiencia profunda de latrascendencia encuentran un nue-vo nivel de apertura y de relacióncon el mundo exterior. Esto le pasóa Mahmoud Taha, un devoto mu-sulmán, verdadero Gandhi sudanés,que fue ahorcado por sus posicio-nes. En Arabia Saudita seguirá pro-hibida la cruz en cualquiera de susformas, el abrir una iglesia (a pesarde las mezquitas que ellos hanabierto en Europa) será una quime-ra, tener una Biblia seguirá siendoun delito, visitar la Meca como nomusulmán se seguirá castigandocon la muerte, y reunirse para orarserá todo un acto de clandestinidady riesgo físico. Ningún gobernantetendrá agallas de criticar al régi-men de Riad, demasiado importan-te para la economía mundial”.
JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ
NÚM. 155, MAYO DE 2015 misioneros 35
CRISTIANOS PERSEGUIDOS I N F O R M E
Una joven estudiante es atendida tras el atentado contra la Universidad de Garissa, en Kenia.