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EL MUNDO DEL CRIMEN EN LA PATAGONIA 4 32 C C O N F I N E S A R T E Y C U L T U R A D E S D E L A P A T A G O N I A EL EXTREMO SUR DE LA PATAGONIA OCTUBRE-NOVIEMBRE DE 2010 AÑO IX • N° 32 EDITORES: CRISTIAN ALIAGA ANDRES CURSARO EL EXTREMO SUR DE LA PATAGONIA es una publicación de Editorial Revuelto Magallanes. Propietario: Cristian Aliaga. Francia 731, Comodoro Rivadavia, Chubut. Tel. (0297) 155098191 e-mail: [email protected] Registro en trámite • Correspondencia exclusivamente a: Casilla de Correo Nº 246 (9000) Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina. www.confinesdigital.com EL DESPLAZAMIENTO, LA MIGRACIÓN Y LA POESÍA SON CLAVES EN UNA DE LAS OBRAS MÁS CONOCIDAS DE WASHINGTON CUCURTO, SEUDÓNIMO DE NORBERTO SANTIAGO VEGA (QUILMES, 1973), LA MÁQUINA DE HACER PARAGUAYITOS (1999/2005). EL LIBRO DE CUCURTO INCLUYE EN LA PÁGINA ANTERIOR A LA PORTADA UNA PIEZA INTRIGANTE, UNA COPIA DE UN COMPROBANTE FRONTERIZO A NOMBRE DE NORBERTO VEGA EXPEDIDO POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE MIGRACIONES DEL MINISTERIO DEL INTERIOR DE PARAGUAY, VÁLIDO DURANTE TREINTA DÍAS DESDE EL 23 DE ENERO DE 2000, SELLADO EN ENCARNACIÓN Y FIRMADO POR ZUNILDA C. RIVEROS. LA MÁQUINA DE CUCURTO TE ESTOY HABLANDO, PELOTUDO n POR BEN BOLLIG Leeds (Gran Bretaña) Traducción del inglés por Laura Cantora Especial para Confines - EES R orberto Santiago Vega es el nombre completo real de Cucur- to y, casualmente, la mujer de Vega es paraguaya. Si uno de los aspectos principales del neoli- beralismo es un mayor control y regulación de la fronteras, en particular en las fronteras de los pun- tos que no aportan beneficios para los capitalis- tas, La máquina comienza con un delicado acto equilibrista en y sobre la frontera: un argentino de la periferia de Buenos Aires (Quilmes) cruzan- do hacia el norte, a un país vecino más pobre, en dirección opuesta al camino que normalmente frecuentan muchos de sus personajes, pero cru- zando no por uno de los pasos fronterizos turísti- cos tradicionales preferidos por los nuevos ricos de los años de Menem, por ejemplo Iguazú, sino por Encarnación, el paso con Posadas en la pro- vincia de Misiones, un paso asociado con el con- trabando y el comercio semi ilegal o ilegal. Este viaje se hace bajo el nombre real del autor, no con su seudónimo, y la evidencia de dicho viaje es un documento oficial robado (los comproban- tes normalmente se devuelven a la salida del país). El nombre del signatario, Zunilda, es un nombre femenino típico paraguayo cuyos orígenes ger- mánicos tienen aires tanto exóticos como de cla- se alta, que al mismo tiempo evoca la historia oculta de la inmigración a Paraguay de alemanes nazis y supremacistas de la clase aria. De este modo, los dos nombres en el sello sugieren una serie de luchas de poder inscritas en términos nacionales, de clase y género. Se da un juego en el que la inventiva y genialidad de la persona que cruza la frontera, robando u ocultando su verdadera identidad y desafiando a los represen- tantes de la autoridad, se enfrenta a la imposi- ción de estas obligaciones impuestas por la fuer- za controladora del estado. Una cosa es robar un trozo de papel; otra muy distinta robar una obra completa. La máquina comienza con el siguiente epígrafe: Lo que escribo es tuyo. Pero ahora es mío. Porque yo te lo robé. (2005b: 9) La primera línea resulta, a la vez, una dedica- toria típica de una obra al lector, y una afirma- ción del estatus del lector como figura esencial para la interpretación y la existencia de la obra, una posición que recordaría mucho a los inten- tos de la crítica literaria del periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial por minimizar la in- tención del autor al escribir una obra como fac- tor decisivo en la interpretación de dicha obra (Roland Barthes es quizás la figura más repre- sentativa en este campo, pero hay innumerables ejemplos en el mundo francófono así como en otras tradiciones). El uso de puntos para dividir las líneas de un modo que no encaja del todo bien con los dictados del buen estilo reafirma el conflicto entre las proposiciones y así mismo apunta a una característica distintiva del estilo de Cucurto, como se ha indicado anteriormente. El enfrentamiento entre la interpretación de la poesía del autor y la interpretación del lector se elimina a continuación con la afirmación sobre la estética del robo que domina la obra de Cucur- to. De un regalo pasamos a una declaración de autoría y después volvemos al robo con un nue- vo entendimiento sobre el regalo original: el autor no regalaba la obra al lector, sino que era del lector en primer lugar, y ahora se la ha roba- do; lo que Cucurto escribe siempre habría perte- necido antes a otra persona y el proyecto de Cu- curto se basa en el robo. Sin embargo, esto sólo recalca lo que se puede llamar la acumulación cultural primitiva presente en la literatura, por la que la autoría de palabras, frases y fenómenos que circulan libremente en una cultura son tarde o temprano reclamados bajo el nombre de un autor; la imposibilidad de identificar el «yo» (Cucurto, Vega, ¿otra persona?) enfatiza esta in- certidumbre. Como un plagiador confeso, Cu- curto está llamando la atención sobre las estruc- turas de poder que sostienen la autoría. >>>> confines-032.pmd 30/11/2010, 03:18 p.m. 1

REspecial para Confines - EES · rico principal de la novela de Rodolfo Fogwill sobre el conflicto de las Malvinas ... Jerry Rivera, ambos ostentando versiones anglicistas al estilo

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EL MUNDO DEL CRIMEN EN LA PATAGONIA4

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CC O N F I N E SA R T E Y C U L T U R A D E S D E L A P A T A G O N I A

EL EXTREMO SUR

DE LA PATAGONIA

OCTUBRE-NOVIEMBREDE 2010AÑO IX • N° 32EDITORES:CRISTIAN ALIAGAANDRES CURSARO

EL EXTREMO SUR DE LA PATAGONIA es una publicación de Editorial Revuelto Magallanes. Propietario: Cristian Aliaga. Francia 731, Comodoro Rivadavia, Chubut. Tel. (0297) 155098191 e-mail: [email protected] en trámite • Correspondencia exclusivamente a: Casilla de Correo Nº 246 (9000) Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina. www.confinesdigital.com

EL DESPLAZAMIENTO, LA MIGRACIÓN Y LA POESÍA SON CLAVES EN UNA DELAS OBRAS MÁS CONOCIDAS DE WASHINGTON CUCURTO, SEUDÓNIMO DENORBERTO SANTIAGO VEGA (QUILMES, 1973), LA MÁQUINA DE HACERPARAGUAYITOS (1999/2005). EL LIBRO DE CUCURTO INCLUYE EN LA PÁGINAANTERIOR A LA PORTADA UNA PIEZA INTRIGANTE, UNA COPIA DE UNCOMPROBANTE FRONTERIZO A NOMBRE DE NORBERTO VEGA EXPEDIDO PORLA DIRECCIÓN GENERAL DE MIGRACIONES DEL MINISTERIO DEL INTERIORDE PARAGUAY, VÁLIDO DURANTE TREINTA DÍAS DESDE EL 23 DE ENERO DE2000, SELLADO EN ENCARNACIÓN Y FIRMADO POR ZUNILDA C. RIVEROS.

LA MÁQUINA DE CUCURTOTE ESTOY HABLANDO, PELOTUDO

��POR BEN BOLLIGLeeds (Gran Bretaña)Traducción del inglés por Laura CantoraEspecial para Confines - EES

Rorberto Santiago Vega es elnombre completo real de Cucur-to y, casualmente, la mujer deVega es paraguaya. Si uno de losaspectos principales del neoli-

beralismo es un mayor control y regulación de lafronteras, en particular en las fronteras de los pun-tos que no aportan beneficios para los capitalis-tas, La máquina comienza con un delicado actoequilibrista en y sobre la frontera: un argentinode la periferia de Buenos Aires (Quilmes) cruzan-do hacia el norte, a un país vecino más pobre, endirección opuesta al camino que normalmentefrecuentan muchos de sus personajes, pero cru-zando no por uno de los pasos fronterizos turísti-cos tradicionales preferidos por los nuevos ricosde los años de Menem, por ejemplo Iguazú, sinopor Encarnación, el paso con Posadas en la pro-vincia de Misiones, un paso asociado con el con-trabando y el comercio semi ilegal o ilegal. Esteviaje se hace bajo el nombre real del autor, nocon su seudónimo, y la evidencia de dicho viajees un documento oficial robado (los comproban-tes normalmente se devuelven a la salida del país).El nombre del signatario, Zunilda, es un nombrefemenino típico paraguayo cuyos orígenes ger-mánicos tienen aires tanto exóticos como de cla-

se alta, que al mismo tiempo evoca la historiaoculta de la inmigración a Paraguay de alemanesnazis y supremacistas de la clase aria. De estemodo, los dos nombres en el sello sugieren unaserie de luchas de poder inscritas en términosnacionales, de clase y género. Se da un juego enel que la inventiva y genialidad de la personaque cruza la frontera, robando u ocultando suverdadera identidad y desafiando a los represen-tantes de la autoridad, se enfrenta a la imposi-ción de estas obligaciones impuestas por la fuer-za controladora del estado.

Una cosa es robar un trozo de papel; otra muydistinta robar una obra completa. La máquinacomienza con el siguiente epígrafe:

Lo que escribo es tuyo.Pero ahora es mío.Porque yo te lo robé.(2005b: 9)

La primera línea resulta, a la vez, una dedica-toria típica de una obra al lector, y una afirma-ción del estatus del lector como figura esencialpara la interpretación y la existencia de la obra,una posición que recordaría mucho a los inten-tos de la crítica literaria del periodo posterior a laSegunda Guerra Mundial por minimizar la in-tención del autor al escribir una obra como fac-tor decisivo en la interpretación de dicha obra(Roland Barthes es quizás la figura más repre-

sentativa en este campo, pero hay innumerablesejemplos en el mundo francófono así como enotras tradiciones). El uso de puntos para dividirlas líneas de un modo que no encaja del todobien con los dictados del buen estilo reafirma elconflicto entre las proposiciones y así mismoapunta a una característica distintiva del estilode Cucurto, como se ha indicado anteriormente.El enfrentamiento entre la interpretación de lapoesía del autor y la interpretación del lector seelimina a continuación con la afirmación sobrela estética del robo que domina la obra de Cucur-to. De un regalo pasamos a una declaración deautoría y después volvemos al robo con un nue-vo entendimiento sobre el regalo original: elautor no regalaba la obra al lector, sino que eradel lector en primer lugar, y ahora se la ha roba-do; lo que Cucurto escribe siempre habría perte-necido antes a otra persona y el proyecto de Cu-curto se basa en el robo. Sin embargo, esto sólorecalca lo que se puede llamar la acumulacióncultural primitiva presente en la literatura, por laque la autoría de palabras, frases y fenómenosque circulan libremente en una cultura son tardeo temprano reclamados bajo el nombre de unautor; la imposibilidad de identificar el «yo»(Cucurto, Vega, ¿otra persona?) enfatiza esta in-certidumbre. Como un plagiador confeso, Cu-curto está llamando la atención sobre las estruc-turas de poder que sostienen la autoría.

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LA DOMINICANA

��La máquina es una colección que explora endetalle cuestiones de migración y marginaciónen Buenos Aires; en particular en la figura de laDominicana, una mujer de la República Domini-cana a la que se dirigen muchos de los poemas dela obra o, en algunos casos, desde cuyo punto devista están escritos. Aparece por primera vez en«Día tras día un trío de mujeres»:

Y tú, dominicana del demonio, que lo único quehaces es dejarme chupado como un higo.Pasas las mañanas escuchando salsa,merengue, chachachá. ¡Que tu Willie Chirino!¡Que tu Jerry Rivera! Si yo fuera WillieChirino te daría salsa de patadas, unMerengue de escupidas. Tú y tus tres primaslibidinosas, que impúdicamente imponen alcentro de la mesa a sus novios senegalíes ymarroquíes […]Si no fuera porquecuando paseas por Corrientes enloqueceslibreros a granel, ¡uf!, judíos harapientos,dueños de los libros hermanos de la dicha.(2005b: 15-16)

De nuevo, una serie de referencias literariaslocales (la escena ambientada en un conventilloy los harapientos vendedores de las novelas deRoberto Arlt, por ejemplo El juguete rabioso(1926); un «pichiciego» (16), el animal metafó-rico principal de la novela de Rodolfo Fogwillsobre el conflicto de las Malvinas, Los pichicie-gos (1983)) pelean por espacio con las figurasmusicales populares, incluyendo al salsero cu-bano Willie Chirino y su homólogo portorrique-ño Jerry Rivera, ambos ostentando versionesanglicistas al estilo Ricky Maravilla. Se presen-ta un mundo de literatura, sexo, violencia, mi-gración y trabajo mal pagado, pero lo que másllama la atención es la creación de la voz de Cu-curto; el uso de la segunda persona del singular«tú» en lugar del vernáculo «vos» es una carac-terística de su condición de extranjero, a la vezque una serie de interjecciones y exclamacionesrompen el curso de la narración a favor de lasintervenciones expresivas de Cucurto, a menudode carácter violento o sexual. Inventar con el len-guaje es la característica más típica de Cucurto,siguiendo pensamientos o conexiones tanto me-tonímicas como metafóricas. En su lenguaje (elde Cucurto) todo es posible; tal y como afirmaen la fotocopia de una nota escrita a mano con laque se abre su obra reciente El amor es muchomás que una novela de 500 páginas (2009:2),«La literatura debe ser un espacio, ok, creación,un lugar, ¿un mundo? donde todo es posible.»

LA MIGRACIÓN A BUENOS AIRES

��La migración hacia Buenos Aires tiene unasignificación especial en el mundo que se repre-senta en las obras de Cucurto; tal y como Solbergdescribe en su importante estudio comparativosobre la inmigración a comienzos de siglo XIX aArgentina y a Chile: «all the ills of the citieswere laid on the shoulders of the foreign born»(1970:94) [«todos los problemas de las ciudadescaían sobre los nacidos extranjeros»], en particu-lar los problemas de prostitución y crimen (101).Otero y Pellegrino (203) argumentan que en Bue-nos Aires la concentración geográfica de los in-migrantes es relativamente baja (81). En BuenosAires, «the conventillos encouraged a kind of‘melting pot’ at the bottom of the social pyra-mid» (102) [«los conventillos fomentaban unaespecie de ‘melting pot’ en lo más bajo de lapirámide social»]. Los autores hablan de un «post-migratory social space» (105) [«espacio socialpostmigratorio»] presente en Buenos Aires en elque se pueden encontrar «new multiethnic net-works» (109) [«nuevas redes multiétnicas»]. Laelección de una emigrante Dominicana como fi-gura central y frecuente narradora de la obra deCucurto es de gran relevancia. Es curioso que apesar de la importancia que se le da a la inmigra-ción europea a fines del siglo XIX / principiosdel siglo XX en estudios sobre la historia y lacultura de Argentina, inmigraciones más recien-

tes han atraído mucho menos interés, quizás enparte debido a su existencia dentro de lo queJones describe como «the informal, illegal orvernacular city» (2006:242) [«la ciudad infor-mal, ilegal o vulgar»], que es quizás lo que mejorse recoge en el poemario de Cucurto de 2007Hatuchay, con sus descripciones fotográficas delbarrio de Once, y el mercado repleto de zapatosbrasileños, mano de obra industrial y domésticaparaguaya, supermercados coreanos, comida chi-na o italiana, y prostitutas dominicanas o delnorte de la Argentina (20-21). La migración do-minicana a Argentina es un caso particularmentecurioso; la «biografía» de Cucurto explica queél llegó a Buenos Aires a principios de los años70, una fecha coincidente con la época de emi-gración masiva de la República Dominicana. Ra-mona Hernández, en su estudio sobre migraciónde la República Dominicana perfila las causasdel «Dominican exodus» (2002:24) [«éxodo do-minicano»] que se dio a partir de la caída deldictador Rafael Leónidas Trujillo en 1962. Mien-tras Trujillo había estimulado el crecimiento dela población e instaurado un estricto control so-bre la expedición de pasaportes, la intención delpresidente Joaquín Balaguer era la de estimularun cambio en la actividad económica de la Re-pública de la agricultura hacía los sectores co-mercial e industrial a través del aumento de lainversión extranjera así como permitiendo la sa-lida del país a una gran cantidad de la población.Como un gobernante autoritario, con más inten-sidad incluso a partir de los años 70, las accionesde Balaguer incluían «expelling undesirablevoices that attacked the regime» (39) [«echar delpaís a aquellas voces indeseables que ataquen alrégimen»] pero también la expedición indiscri-minada de pasaportes a todo aquel que los soli-citara con el fin de aliviar la presión demográfi-ca. En parte como resultado de estas políticas yotras, en particular relacionadas con el crecimien-to del turismo, la República Dominicana, ha pa-sado a ocupar un papel destacado en el comerciosexual internacional; en primer lugar, tal y comoobserva Amalia L. Cabezas, la República tieneuna de las industrias sexuales per cápita más im-portantes del mundo (1999:110); y en segundolugar, las mujeres dominicanas desempeñan unpapel predominante en la migración internacio-nal relacionada con el trabajo sexual (112). Tal ycomo apunta Padilla:

While Cuba was the primary Caribbean des-tination for sex tourists to the region prior toCastro’s revolution [...] the Dominican Republicbecame one of the region’s primary destinations– as well as the most important «exporter» offemale sex workers both within and beyond theCaribbean [...] following President Balaguer’sincentives to foreign tourism investment in thelate 1960s and 1970s. (2007: 228)

[«Mientras Cuba había sido el destino cari-beño preferido por los turistas sexuales en la re-gión antes de la revolución de Castro […] la Re-pública Dominicana se convirtió en el destinoprincipal de la zona – además de en el exporta-dor más importante de trabajadoras sexuales tan-to dentro como fuera del Caribe […] tras los in-centivos a la inversión de turismo extranjero delpresidente Balaguer a finales de los años 60 ydurante los 70»]

Esto forma la gran mayoría del trabajo ex-tranjero que, mediante remisiones, dio cuenta demás o menos una cuarta parte de la moneda ex-tranjera de la República en los años 80 (Kempa-doo, 2004:164); tan importantes son los trabaja-dores sexuales y las migraciones relacionadas conel sexo en la República Dominicana que Kempa-doo llega a argumentar que la sexualidad operacomo «a potentially transformational dimensionof the region» (205) [«un aspecto que puede po-tencialmente transformar a la región»].

EL POETA DOMINICANO

��El personaje de Cucurto como poeta de la Re-pública Dominicana también resulta intrigante;no es un país famoso por sus poetas como lo sonmuchos de sus vecinos más cercanos (Cuba yNicaragua siendo los ejemplos más típicos) y en

dos recientes antologías de poesía latinoameri-cana es un país de algún modo insuficientemen-te representado (en la antología de Ortega (2001)aparecen tres poetas, dos en ZurDos (2005)). Esmás, uno de los poetas más conocidos de la Re-pública es el antiguo presidente Joaquín Bala-guer, cuyo régimen es, se podría afirmar, la causaficticia por la que Washington Cucurto abando-na la República. En la década de los 70 el régi-men de Balaguer permitió los escuadrones de lamuerte que fueron responsables de los asesinatosde cantidad de figuras de la oposición, y en 1971«for nine months a group of junior officers knownas La Banda [...] attacked left-wing organizatio-ns and individuals and even shot up schools withthe connivance, it seemed, of the police» (101)[«durante nueve meses un grupo de jóvenes ofi-ciales de policía conocido como La Banda [...]atacó a organizaciones e individuos de izquier-das e incluso destrozaron a tiros algunas escue-las, según parece, con el beneplácito de la poli-cía»]. A pesar de su carrera política, que se pro-longó hasta los noventa, Balaguer encontró tiem-po para publicar una serie de poemarios. Así,Cucurto toma uno de los clichés más comunessobre la identidad e inmigración Argentina y lomatiza para crear un retrato de una migraciónplebeya y en gran parte escondida, pero que per-mite una unión constante entre literatura, políti-ca y sexo.

El personaje de La Dominicana es central enLa máquina y una serie de poemas incluyen re-cuerdos contados desde su punto de vista, comoen la composición «Y he contribuido al bienes-tar nacional...»

[...]Soy la respetabilísima, la Dominicana.He pagado los impuestos con mis ahorros.He contribuido al bienestar nacional.Y todavía conservo el orgullode afirmar que ningunoha sido infeliz en esta cama.¿Me escuchas? ¿Estás ahí?Te estoy hablando, pelotudo.(2005: 42)

Gran parte del poema traza una serie de remi-niscencias sobre la carrera y los viajes de la Do-minicana, incluyendo Lima, Panamá y Venezue-la. Tras algunos movimientos por distintos luga-res y épocas, donde se cubre un periodo de trein-ta años y varios países, el poema se centra en elcargado ambiente de una pieza, en el que se sitúaa los lectores con la expresión «esta cama». Laeconomía de la vida de la mujer es consistentecon lo que se conoce sobre el trabajo sexual deemigrantes, pagando impuestos legales de un tra-bajo ilegal y sin recibir ninguno de los benefi-cios de los que otros contribuidores del estadodisfrutan, junto con un orgullo profesional ensus habilidades sexuales. Sin embargo, las dosúltimas líneas, la interpelación a un interlocutorexplícitamente masculino y desconocido (¿ellector?, ¿el escritor?) es un ataque directo y ofen-sivo al lector y también a las figuras de Cucurtoy Vega, quienes por un lado se benefician de susituación y por otro la ignoran cuando les con-viene. El poema cuestiona por tanto el papel tan-to del lector como del escritor en la explotaciónde las mujeres. Demuestra la tensión latente en-tre las restricciones económicas y los interesespersonales, en los que una mujer se ve obligada aofrecer el último trabajo que le queda, trabajosexual, pero a la vez también está orgullosa de laactividad que realiza y de sus efectos. Esta curio-sa adhesión conservadora al presente sistema ca-pitalista de sus miembros más marginados, tieneel efecto de resaltar la gran hipocresía tras lasreivindicaciones de una base ética en el capita-lismo.

LA BIOGRAFÍA DE CUCURTO-VEGA

��La máquina concluye con una reveladora bio-grafía de Cucurto. Washington Elphidio Cucur-to, dice el corto pasaje que se incluye al final delvolumen y que firma Santiago Vega, «agitadorcultural, se dedica desde hace años a compilar laobra de Washington Cucurto» (2005:61), nacióen la República Dominicana en 1942 y llegó a

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Buenos Aires a comienzos de la década de los70. A continuación siguen una serie de referen-cias tanto reales como ficticias a trabajos de Cu-curto, así como información sobre sus viajes porArgentina, las provincias del interior y algunospaíses limítrofes, hasta llegar a desaparecer enAmérica Central allá por 1979. Tamara Kamens-zain señala que entre todos los cruces internacio-nales (un argentino haciéndose pasar por domi-nicano con una máquina para hacer paraguayos)La máquina «trabaja, como una inmigración la-tinoamericana, invadiendo todo, ocupando loslugares, rompiendo las escrituras» (2007:130).La interpelación de la Dominicana a lector y es-critor es una reclamación por espacio y atenciónhecha desde una de las posiciones más margina-das y desaventajadas, que se hace eco de las prác-ticas de la empresa editorial de Cucurto. Al igualque el verso del presidente Balaguer, llama laatención sobre el variable estado político de lapoesía y sobre el trabajo necesario para evitarque ésta se convierta en propaganda política parael sistema existente o en un espectador apolítico,haciendo un ruego especial por un arte que sedivorcie de la cruda y tormentosa vida política.Friera (2007) señala que el personaje no deberíaser confundido con el autor, a pesar de «equívo-cos» de esta índole que aparecen a veces en losmedios de comunicación. Cucurto, su biografíacontinúa, utiliza otro seudónimo más, HumbertoAnachuri. Complicando las cosas aún más, Ana-churi, «electricista paraguayo y crítico» (Ana-churi, 2005: sn) escribe una reseña sobre una delas novelas de Cucurto, Las aventuras del Sr.Maíz, para la página web de la editorial que pu-blica la obra, mientras en la solapa de El curan-dero de amor (2006), los detalles bibliográficosde Santiago Vega se dan como si fueran los deCucurto. La biografía de Vega, ofreciendo másclaridad sobre la escritura de Cucurto, cita unaentrevista ofrecida por Cucurto a la revista deBuenos Aires La novia de Tyson en la que explicasu idea de plagio como «una auténtica variantede la literatura»:

Yo no afano, simplemente escribo «a la ma-nera de»; aparte ni el más genial creador podríaplagiar magistralmente como yo. Si plagiamos alplagiario, saldrá algo maravilloso, lo mismo siplagiamos a un muerto […] pues no se lo puedehacer peor […]; en estos casos el plagio es siem-pre progresista y por consecuente productivo, aligual que el peronismo. El plagio es ante todo unacto de amor peronista….Perón le afanaba aMussollini, Menem a Reagan, Cortázar a Mi-chaux (2005: 60)

EL PLAGIO Y EL PERONISMO

��Dejando a un lado la sorprendente inclusiónde Julio Cortázar, un escritor conocido por sudesacuerdo con las políticas peronistas, la no-ción de una tradición política y literaria de pla-

gio es sorprendente, en particular al inscribirseen la historia del peronismo en sus diferentesversiones. Kamenszain (2007:128-9 n14) ve elvínculo entre el peronismo y el plagio como par-te de una tradición literaria iniciada por OsvaldoLamborghini. De hecho, al igual que en la pre-sentación de la inmigración dominicana a Ar-gentina, hay una curiosa nota de verosimilitudcon la condición de Cucurto de peronista popu-lar; como señalan Lupu y Stokes, desde la reins-tauración de la democracia, la polarización delas clases, con los sectores más bajos a favor delperonismo y «the Peronist Party again represen-ting the poor» [el partido peronista representan-do de nuevo a los pobres], se ha vuelto a conver-tir en una característica de la política argentina(2009:58; 81). Cucurto, el plagiador, es por tan-to un usurpador literario, igual que Perón, un pla-giador de los fascismos europeos y las culturaspopulares locales, quien fue, a los ojos de lasclases gobernantes, el mayor usurpador políticoargentino. Es más, Cucurto redescubre el canonargentino como una serie de robos; como expli-ca en una entrevista, «Borges era un chorro» (Ca-pelli, 2006:nn). De este modo Cucurto entra enuna tradición literaria y política de robo, inclu-yendo «Pierre Menard» de Borges, el uso del diá-logo grabado de Puig, el robo de libros del per-sonaje de Arlt en El juguete rabioso (1926), y elplagio de Perón de las políticas de Musollini y lasonrisa de Gardel. Los productivos robos creati-vo-literarios de Cucurto se convierten en una in-tervención política; la economía del usufructolatente en el proyecto Eloísa Cartonera se trans-forma en la obra literaria de Cucurto en una poé-tica del robo. Así, la escritura de Cucurto mues-tra no sólo la gran variedad de migración en Ar-gentina, y las consecuencias políticas inespera-das de esta representación, sino también el po-tencial de las intervenciones poéticas en las queactivismo y poesía encuentran un balance entreética y estética. Aún así concentrarse en el con-texto y el contenido de la poesía de Cucurto, enlos hechos de una poesía de migraciones medioescondidas, trabajo sexual y bailes de cumbia,no hace más que oscurecer el complejo trabajoliterario presente al desmenuzar y volver a com-poner el canon argentino. Los medios a través delos cuales la poesía puede intervenir política-mente no están limitados a una serie de eleccio-nes binarias, sino que son parte de una red deestética, temática y selecciones prácticas en lacomposición, circulación y recepción de la poe-sía. A menudo la poesía encuentra su éxito en loque en otros géneros literarios se describiría comofracaso �

OBRAS CITADAS

Anachuri, Humberto [pseudonym of Norberto SantiagoVega]. 2005. Reseña de Washington Cucurto, Las aven-turas del Sr. Maíz. http://www.interzonaeditora.com/titu-los/titulo.php?idTitulo=43&idAutor=8 [accedida 21 deagosto 2008].

Bell, Ian. 1981. The Dominican Republic. Boulder/Lon-don: Benn.

Cabezas, Amalia L. 1999. «Women’s Work is Never Done:Sex Tourism in Sosúa, the Dominican Republic.» enKemala Kempadoo (comp.). Sun, Sex, and Gold. Tourismand Sex Work in the Caribbean. Oxford/New York: Row-man & Littlefield, 93-124.

Capelli, Matías. 2006. «Borges era un chorro.» (entrevis-ta con Washington Cucurto). Los inrockuptibles.www.losinrockuptibles.com/cucurto.htm [acc.18 de agos-to 2009].

Cucurto, Washington [Norberto Santiago Vega]. 2009a.El amor es mucho más que una novela de 500 páginas.Buenos Aires: Eloísa Cartonera.

Cucurto, Washington. 2009b. El tractor. Buenos Aires:Eloísa Cartonera.

Cucurto, Washington. 2007. Hatuchay. Bahía Blanca:Vox.

Cucurto, Washington. 2006. El curandero de amor. Bue-nos Aires: Emecé.

Cucurto, Washington. 2005a. Como un paraguayo ebrioy celoso de su hermana. Bahía Blanca: VOX.

Cucurto, Washington. 2005b [1999]. La máquina dehacer paraguayitos. Buenos Aires: Mansalva.

Cucurto, Washington. 2003. La Cartonerita. Bahía Blan-ca: VOX.

Friera, Silvina. 2008. «Hay un espíritu más o menosanarco que nos abarca a todos.» Pagina/12 3 junio 2008.http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/especta-culos/2-10245-2008 [acc. julio 2009].

Friera, Silvina. 2007. «Washington Cucurto y el mundosegún ‘el curandero de amor’». www.elortiba.org/cucurto.html [acc. 13 de agosto 2008]

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EL MUNDO DEL CRIMENEN LA PATAGONIA

UN LIBRO DEL NEUQUINO GABRIEL RAFART INVESTIGA LA VIDA COTIDIANA DELTERRITORIO Y SUS HISTORIAS MÍNIMAS DE AUSENCIA, DESOLACIÓN Y DESAMPARO.LA VIDA FUERA DE LA LEY, LOS BANDIDOS Y LA CULTURA DE LA MARGINALIDADBRINDAN PISTAS SOBRE EL IMAGINARIO DE UNA REGIÓN COMPLEJA

LOS DOCUMENTOS DE LOS VIAJEROS,NACIONALES O EXTRANJEROS; LOSTESTIMONIOS DE LOS DIRIGENTES Y LOSRELATOS PERIODÍSTICOS SON SÓLO LACIMA DEL ICEBERG QUE PERMITEDESCRIBIR LA EVOLUCIÓN DE UNACOMUNIDAD. LA VIDA FUERA DE LA LEY,SUS FORMAS Y SU CULTURA, SUSPROTAGONISTAS INDIVIDUALES OCOLECTIVOS, APORTAN PARACOMPLETAR EL CÍRCULO DE UNAREALIDAD QUE SIEMPRE RESULTA DIFÍCILDE ATRAPAR. «HISTORIA SOCIAL YPOLÍTICA DEL DELITO EN LAPATAGONIA», COMPILADO POR GABRIELRAFART PARA LA EDITORIAL DE LAUNIVERSIDAD DEL COMAHUE, LO LOGRA.

la vida social de la Patagonia entre los finalesdel siglo XIX y comienzos del XX, por lo menoshasta la década de 1940. Un inesperado aportepermitió que investigadores e historiadores dela Universidad Nacional del Comahue accedie-ran a una ventana por donde asomarse a ciertasmarginalidades, ausentes de la documentaciónoficial.

En efecto, el traspaso del Archivo de la Justi-cia Letrada del Territorio del Neuquén –AJLTN-a la Biblioteca Central de la UNCo, en carácterde resguardo, permitió al Grupo de Estudios deHistoria Social, GeHiSo, profundizar la investi-gación en la vida cotidiana del territorio y sushistorias mínimas de ausencia, desolación, des-amparo.

El compilador del trabajo es Gabriel Rafart,historiador y docente de la UNCo, quien expre-sa en la introducción a «Historia social y políti-ca del delito en la Patagonia» que a comienzosde la década de 1990 «se ‘descubrieron’ a losbandidos y a los homicidas. Más adelante, a lasprostitutas, los ladrones de poca monta, a lospenados que cumplían sus condenas en los pre-carios penales de la región. También a los servi-dores de la ley y sus permanentes mudanzas dedelincuentes a policía y de éstos a criminales...Junto con ellos, comenzaron a adquirir visibili-dad otros tipos de criminales, como los abusa-dores y violadores. Hubo oportunidad de cono-cer las voces de las víctimas, como los gruposindígenas despojados de sus propiedades, tam-bién de las mujeres y niñas abusadas. Lo mismoocurrió con los crímenes políticos, la criminali-zación de los ‘locos’ y los complotadores políti-cos. Otras formas de morir también fueron partede este relevamiento, entre ellas los suicidios ola muerte abrupta por falta de protección anteun ambiente y clima muy hostil. El papel de laprensa y su mirada sobre la delincuencia com-pletaban ese panorama». Dos datos no menores:el primero que la investigación permitió esta-blecer la precoz criminalización y judicializa-ción de la vida del trabajador, donde cada acci-dente, por ejemplo, era atribuido a una respon-sabilidad del obrero y no de las condiciones la-borales en que se desempeñaba.

El segundo, no menor, la invisibilización del

��POR GERARDO BURTONNeuquénEspecial para Confines - EES

Viajeros, misioneros, militares, an-tropólogos. A veces periodistas,maestros. Pioneros, comercian-tes. Todos produjeron documen-tos que permitieron reconstruir

sitio se-cundario,marginal ypostergadode las muje-res, víctimasde abuso, vio-laciones, rap-tos y asesinatos.En este caso,también la vícti-ma era considera-da victimaria –es-pecialmente en he-chos vinculados conla prostitución siste-mática o con las vio-laciones casi consue-tudinarias ocurridas enuna sociedad con po-blación mayoritaria-mente masculina-.

Para Rafart, el estudio del mundo del cri-men constituye una «oportunidad excelente»para conocer un aspecto más de la vida social ypolítica de la Patagonia y de cómo se conformó

EL VOLUMEN

� Este libro es el quinto de una serie iniciada hace diez años, aproximadamente, por elmismo grupo de investigación o especialistas vinculados con él: «Historias de sangre,locura y amor», coordinado por Beatriz Gentile y Ernesto Bohoslavsky (2000); «Pobres,marginados y peligrosos», de Juan Quintar y Jorge Trujillos, editado en Guadalajara, Méxi-co en 2004; «Historias secretas del delito y la ley», por Diego Suárez, Marcela Debener ySusana Debattista, 2004; y «Tiempos de violencia en la Patagonia: bandidos, policías yjueces», Gabriel Rafart, 2008.

El libro abre con relatos de femicidio: el primer triple crimen de Cipolletti –a cargo deSusana Yappert-; y dos ensayos sobre raptos, violaciones y vida prostibularia, respectiva-mente por Beatriz Gentile y Carla Bertello.

La segunda parte, titulada «La muerte, la locura, los raros» relata casos de sodomía en elnorte neuquino; historias de alcohol y juego y un estudio del suicidio. En esta sección,colaboran Diego Suárez, Marcela Debener, Carlos Lator, Cecilia Arias, María Gorrochate-gui, Ernesto Bohoslavsky y Daniel Caminotti.

La tercera sección, «Ladrones y bandidos», aborda la marginalidad de criollos e indíge-nas y está a cargo de Rafart, Enrique Mases y Francisco Camino Vela. Luego, un capítulodedicado a los crímenes de Mario Amaya y el soldado Omar Carrasco, y a la vida de ErichPriebke en San Carlos de Bariloche. En este apartado escriben Susana Debattista, GuillermoBerto y Hans Schulz.

Luego, dos capítulos finales, uno para la relación entre jueces, policías y poder –escri-ben Gabriel Carrizo, Graciela Suárez, Melisa Fernández Marron, Fernando Casullo- y otropara ajustar el enfoque teórico –Lila Caimari y María Elba Argeri- �

una forma de hacer cultura en la región.El trabajo puede considerarse también el co-

rolario de un esfuerzo intelectual comenzadohace ya al menos dos décadas por los escritoresen la Patagonia. El rescate, por llamarlo de al-guna manera, de la historia posterior a la cam-paña de Julio A. Roca, y el relato de la exis-tencia de la población criolla, pionera o no,que conformaba a paso lento una sociedad,tiene, al menos en Neuquén, antecedentesimposibles de soslayar. Uno de ellos es eltrabajo del dramaturgo Alejandro Finzique con una obsesión por las historiaspatagónicas, desarrolló obras de teatrocon las vidas del periodista Abel Cha-neton; de Juan Bautista Vairoletto; deMartín Bresler –uno de los fugadosde la U 9 en 1918-; de Juan Benigar.En todos los casos, la investigación

previa a cada obra, en condiciones ad-versas por la falta de documentos y, por supues-to, de testimonios, permitió iniciar una recons-trucción que hoy completa, desde lo académi-co, la actividad desarrollada por historiadores einvestigadores. Como si el mito, una vez más,precediera a la historia �

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