50
. 1 Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993): ¿crisis financiera o crisis de políticas de cooperación monetaria?” Guillermo Vázquez Vicente (Departamento de Economía Aplicada I. Universidad Complutense de Madrid)-febrero07 * Introducción. En la actualidad, el SME y la divisa europea –el euro- gozan de una salud envidiable. No se aprecian resquicios que pudiesen llevar al Sistema a una posible crisis financiera grave, y las instituciones monetarias y fiscales europeas parecen mostrar una eficiencia envidiada a nivel internacional. Pero es obvio que esta situación de estabilidad monetaria no es fruto del azar. Muchos años han tenido que pasar desde el Tratado de Roma, para que por fin, el 13 de marzo de 1979, entrase en vigor el Sistema Monetario Europeo (SME), como referente mundial en materia de integración monetaria. El camino que ha llevado a los países pertenecientes al SME desde la incertidumbre de la crisis económica mundial de finales de los setenta, hasta el nacimiento del euro, está salpicado de acontecimientos positivos y negativos. Pero quizá el hecho que con mayor virulencia puso en peligro la unidad monetaria europea y todo el SME, fue la crisis financiera que aconteció a lo largo de la segunda mitad de 1992 y la primera de 1993. La obligación de cumplir las condiciones de convergencia definidas en el Tratado de Maastricht para alcanzar la unión monetaria, desencadenó un proceso de crisis en el Sistema cuyo inicio se * Este trabajo es fruto de la actualización de un documento previo presentado como trabajo final de evaluación del curso Crisis Financieras en Economías Emergentes, impartido por el Profesor Pablo Bustelo en el Programa de Doctorado en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, a lo largo del curso académico 2004/2005.

Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

  • Upload
    hakhanh

  • View
    218

  • Download
    1

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 1

Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993): ¿crisis

financiera o crisis de políticas de cooperación monetaria?”

Guillermo Vázquez Vicente

(Departamento de Economía Aplicada I. Universidad Complutense de Madrid)-febrero07∗∗∗∗

Introducción.

En la actualidad, el SME y la divisa europea –el euro- gozan de una salud envidiable. No se

aprecian resquicios que pudiesen llevar al Sistema a una posible crisis financiera grave, y las

instituciones monetarias y fiscales europeas parecen mostrar una eficiencia envidiada a nivel

internacional.

Pero es obvio que esta situación de estabilidad monetaria no es fruto del azar. Muchos años han

tenido que pasar desde el Tratado de Roma, para que por fin, el 13 de marzo de 1979, entrase en

vigor el Sistema Monetario Europeo (SME), como referente mundial en materia de integración

monetaria.

El camino que ha llevado a los países pertenecientes al SME desde la incertidumbre de la crisis

económica mundial de finales de los setenta, hasta el nacimiento del euro, está salpicado de

acontecimientos positivos y negativos. Pero quizá el hecho que con mayor virulencia puso en

peligro la unidad monetaria europea y todo el SME, fue la crisis financiera que aconteció a lo

largo de la segunda mitad de 1992 y la primera de 1993.

La obligación de cumplir las condiciones de convergencia definidas en el Tratado de Maastricht

para alcanzar la unión monetaria, desencadenó un proceso de crisis en el Sistema cuyo inicio se

∗ Este trabajo es fruto de la actualización de un documento previo presentado como trabajo final de evaluación del curso Crisis Financieras en Economías Emergentes, impartido por el Profesor Pablo Bustelo en el Programa de Doctorado en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, a lo largo del curso académico 2004/2005.

Page 2: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 2

fecha en el día en que el pueblo danés decidió no ratificar dicho Tratado. Al mismo tiempo, el

proceso de reunificación alemana había llevado al país germano a fuertes presiones inflacionistas,

que provocaron una inminente subida de tipos por parte del Bundesbank. Estas decisiones

provocaron un creciente ambiente de incertidumbre y falta de confianza en el SME.

A mediados de septiembre de 1992, la libra esterlina y la lira italiana abandonan el Mecanismo de

Tipos de Cambio (MTC) y la peseta se devalúa un 5%, pero manteniéndose en su banda de

fluctuación. Un mes después, la peseta de vuelve a devaluar, pero esta vez acompañada del

escudo portugués. Dos meses más tarde, la libra irlandesa se devalúa como consecuencia de la

fuerte depreciación a la que estaba siendo sometida la libra esterlina. Pero todo no acaba aquí, ya

que en mayo de 1993 la peseta y en escudo vuelven a ser devaluados.

Pero estos no fueron los únicos países que sufrieron ataques especulativos. El franco francés

sufrió repetidos ataques a finales de 1992 y en 1993, y las tres monedas escandinavas, el markka

finlandés, la corona sueca, y la corona noruega, tuvieron que abandonar su paridad fija con

respecto al ecu.

¿Cuáles fueron los detonantes que llevaron a los grandes especuladores financieros a poner en el

punto de mira a la vieja y aparentemente estable Europa?. La literatura sobre crisis argumenta

generalmente que el detonante de la crisis fue el resultado del referéndum en Dinamarca que,

acompañado de la subida de tipos por parte del banco central alemán, creó un estado de

incertidumbre que fue caldo de cultivo de ataques especulativos.

¿Es esta visión cierta?. Es indudable que estos dos hechos fueron fundamentales para el estudio

de los acontecimientos que posteriormente se dieron cita. Pero, ¿no pudo ser explicada la crisis

por otros factores?. Es más, ¿pudo ser evitada la crisis de algún modo?.

La hipótesis que pretendo demostrar en este trabajo es que la crisis del Sistema Monetario

Europeo fue una crisis financiera precedida por una grave crisis en las políticas de cooperación

monetaria. Pretendo poder afirmar que la crisis que sufrió el Sistema tuvo mayor relación con una

Page 3: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 3

falta de confianza en la Unión Monetaria por parte de los países pertenecientes al Sistema, que

con los ataques especulativos típicos de las crisis financieras.

Para contrastar esta cuestión, en primer lugar realizo un análisis histórico del SME, yendo desde

su nacimiento y evolución, hasta el 2 de junio de 1992, fecha del referéndum danés; en segundo

lugar, realizo un pormenorizado análisis cronológico del derrumbe del Sistema, adelantando

posibles cuestiones a tratar; en tercer lugar, me centro en el estudio concreto de la crisis,

analizando los posibles factores que la pudieron ocasionar, así como los diferentes enfoques que

se le pueden dar a la misma; por último, presentaré las conclusiones extraídas del texto y la

conclusión final del trabajo.

Análisis histórico del Sistema Monetario Europeo (1944-1992).

• De Bretton Woods al nacimiento del Sistema Monetario Europeo (1944-1979).

En 1957, seis países de Europa Central1 firmaban el Tratado de Roma por el cual se conformaba

la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica

(CEEA). Seis años antes, estos mismos países habían firmado el Tratado de la Comunidad

Europea del Carbón y del Acero (CECA). La pretensión que estos países tenían con respecto a la

CEE era la de propiciar una integración económica que desembocase en un mercado común entre

los países firmantes. Sin embargo, no se consideraron etapas de integración, y la mención a

aspectos monetarios era aún marginal2.

A pesar de este inconveniente, ya en 1958, las principales monedas europeas habían alcanzado su

convertibilidad3, lo que propició el desarrollo del comercio internacional y la aparición de

importantes movimientos de capital (González S. y Mascareñas J., 1993, p.10). Pero para definir

la convertibilidad de las divisas europeas, es necesario hacer referencia al contexto económico

internacional en el que se encontraba en viejo continente después de la segunda guerra mundial.

1 Alemania Federal, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Holanda. 2 Las referencias sobre la cuestión monetaria se encuentran recogidas dentro de los artículos 103 al 108 de dicho Tratado. 3 Acompañada de una devaluación del franco francés y de una revaluación del marco alemán.

Page 4: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 4

Nos situaremos en primer lugar después de la devastación creada por la segunda gran guerra del

siglo veinte, que hizo necesario establecer un sistema monetario internacional que permitiese el

desarrollo económico, comercial y financiero de los países afectados. Es por tanto, en 1944, en el

seno de Bretton Woods, donde se intenta poner solución a estos problemas.

De este modo, los pilares sobre los que se asentaría el Sistema Monetario Internacional (SMI)

son:

1. un compromiso cambiario: tenía como referencia al oro y estaba basado en la definición

de un tipo de cambio fijo del dólar con respecto a dicho metal (35$ la onza de oro). Las

demás monedas deberían establecer un tipo de cambio también fijo con respecto a la

divisa norteamericana4.

2. el Fondo Monetario Internacional: fue creado en 1945 con la responsabilidad de fijar las

paridades de cada moneda nacional respecto al oro y al dólar, garantizar el libre comercio

multilateral a través de la convertibilidad exterior de las diferentes monedas, y facilitar

recursos financieros a los miembros que lo necesitasen, manteniendo el nivel de liquidez

adecuado.

A continuación nos situamos dentro del marco de la CEE, donde no hubo que esperar mucho para

que surgiesen las primeras voces que exigieran la Unión Monetaria Europea. Así, las escasas

referencias a aspectos referidos al ordenamiento monetario comunitario en el Tratado de Roma,

empujaron al Profesor Triffin ha presentar un plan detallado dirigido a conseguir tanto esta

Unión, como una moneda común5.

Como consecuencia, en diciembre de 1962 se presenta el Programa de Acción de la Comunidad

durante la segunda etapa del Mercado Común6. Pero un año antes, la Comisión había expresado

ya la necesidad de una coordinación monetaria, debido a que en ese mismo año, tanto Francia

4 Existía plena convertibilidad del dólar en oro, por lo que se trataba de un sistema divisa-oro, que técnicamente funcionaría como un sistema de tipo de cambio fijo con banda de fluctuación y paridad ajustable. 5 El denominado Informe Triffin hacía referencia, asimismo, a la incoherencia del sistema de patrón de cambios-oro. 6 Con un horizonte temporal que se extendía hasta 1970. Además del establecimiento de un sistema de consultas de asistencia recíproca y de una mayor liberalización de los movimientos de capital, se propone la creación de un Comité de Gobernadores de Bancos Centrales, un Comité de Política Económica a corto plazo, y un Comité de Política Presupuestaria.

Page 5: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 5

como Alemania habían modificado los tipos de sus respectivas monedas sin consulta previa al

resto de los miembros de la Comunidad.

Pero hasta la aparición del Plan Barre, y más tarde del Informe Werner en 1968, las cuestiones

monetarias se empantanan debido a que la atención comunitaria se encontraba centrada en el

desarrollo de la que posteriormente se denominaría Rúbrica Primera de la Unión Europea, esto

es, la Política Agrícola Común, y en la fijación de los precios agrícolas en Unidades de Cuenta

Europea. Estos dos Planes de acción comunitaria marcarían el camino para extender las acciones

comunes hasta el ámbito de lo monetario mediante un acuerdo destinado a reducir las

fluctuaciones en los tipos de cambio de las monedas, y a crear un mecanismo de cooperación

entre los Bancos Centrales de los Estados miembros7.

Sin embargo, a mediados de 1969, de nuevo el gobierno francés y el alemán modifican el tipo de

cambio de sus monedas sin consulta previa al resto de los socios8. Esta decisión provocó cierto

grado de inestabilidad, y llevó a la creación de los denominados Montantes Compensatorios

Monetarios. La necesidad de estabilidad comunitaria se hacía patente, y en diciembre de este año,

en la cumbre de La Haya, el Canciller Willy Brandt propone la creación de la Unión Económica

y Monetaria, a alcanzar en dos etapas:

1. armonización de las políticas económicas a corto plazo y, posteriormente,

2. la creación de un Fondo Europeo de Reservas.

Se plantean, asimismo, los objetivos finales de este proyecto, centrados fundamentalmente en la

plena libertad de movimientos de capital y la fijación definitiva de los tipos de cambios. Para

llevarlos a cabo, el 22 de marzo de 1971, el Consejo aprueba el Informe Werner, que incluía la

armonización de las políticas económicas y la integración monetaria. Es decir, una Unión

Monetaria por etapas.

7 El Informe Werner incluía: la fijación irrevocable de tipos de cambio, la creación de una unidad de cuenta europea y la de un Fondo Monetario Europeo. Con el Plan Barre se pretendía: la ampliación de las consultas preventivas, la coordinación de las economías, un sistema de ayuda monetaria a corto plazo, un sistema de ayuda financiera a medio plazo, un acuerdo de acción entre los países miembros ante cambios de las paridades monetarias y el estudio de la fijación definitiva de los tipos de cambios, contemplando la posibilidad de la supresión de los márgenes de fluctuación que permitía en SMI. 8 En agosto de ese año, el franco francés se devaluó en un 11,1%, y en octubre, el marco alemán se revaluó en un 9,3%.

Page 6: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 6

De este modo, surgió la Serpiente Monetaria Europea, cuyo funcionamiento se vio

tempranamente truncado por la crisis económica internacional que imperaba. El SMI mostraba

sus deficiencias derivado del hecho de que en la base estaba el dólar americano como única

moneda de referencia con respecto al oro. En este contexto, los norteamericanos se debían

enfrentar a grandes gastos ocasionados por la guerra de Vietnam, que junto a la obligación de

facilitar la suficiente liquidez al SMI para su correcto funcionamiento, creo un clima de

desconfianza internacional debido al exceso de liquidez del sistema. Por otro lado, el gobierno

francés se enfrentaba a las consecuencias socio-políticas de mayo del 68, originando una crisis de

confianza en el franco, y el Reino Unido se intentaba reponer de las alteraciones sufridas por la

libra esterlina, derivadas de las guerras de independencia de sus colonias africanas.

Todas estas cuestiones alimentaron el deterioro del Sistema Monetario ideado en Bretton Woods,

y llevaron a la firma, en 1971, del Acuerdo de Washington, que concluye con la no

convertibilidad del dólar en oro y la ampliación de los márgenes de fluctuación, que pasaron del

+ 1% al + 2,25%9. Dicha modificación supuso también una ampliación del margen de fluctuación

de la Serpiente Monetaria Europea, que pasó del 1% al 2,25%10.

No obstante, la estabilidad cambiaria de las diferentes divisas europeas era difícil de mantener

debido a las restricciones y exigencias de la “serpiente monetaria” y a la inestabilidad generada

por el Acuerdo de Washington. En consecuencia, la mayoría de las monedas comunitarias

abandonaban intermitentemente el sistema (ver Tabla 1), creando amplios márgenes de

incertidumbre en lo relativo a la creación de una unión monetaria en el seno de Europa. Por este

motivo, y para intentar paliar los problemas de coordinación monetaria, se crea en la Cumbre de

París el Fondo Europeo de Cooperación Monetaria (FECOM).

Pero a pesar de todo, hay que esperar hasta diciembre de 1978 para que el Consejo Europeo,

reunido en Bremen, diera luz verde al segundo intento de aproximación a la unión monetaria en

Europa, el Sistema Monetario Europeo (SME), que entró en vigor el 13 de marzo de 1979.

9 Finalmente, el 13 de febrero se establece la paridad definitiva del dólar con respecto al oro, alcanzando un tipo de cambio de 42$/onza. 10 Esta decisión se acordó el 10 de abril de 1972, en el acuerdo comunitario de Basilea.

Page 7: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 7

• Hacia una Unión Monetaria Europea (1979-1992).

El SME inicialmente se desarrolló sobre los dos elementos de la experiencia anterior. En primer

lugar, la fijación de una banda de fluctuación del +2,25% para el tipo de cambio bilateral de todas

las divisas implicadas en el sistema (con la posibilidad adicional de establecer alternativamente

una banda del +6%). Y, en segundo lugar, el afianzamiento de los mecanismos de cooperación

monetaria acordados en el seno del FECOM. A estos dos elementos se añadió el ECU (european

currency unit), auténtica novedad del SME y antecedente inmediato del euro (Nieto Solís, 2001,

p.145)11.

Consecuentemente, el SME fue configurado como un elemento de cohesión para la búsqueda de

convergencia y una zona de estabilidad monetaria. Su gestión fue bastante coordinada a pesar de

los numerosos ajustes que acontecieron desde su creación hasta comienzos de 1987 (ver Tabla 3).

Pues éstos se llevaban a cabo como medidas defensivas ante las tensiones que se producían tanto

en el seno del SME, como en la economía internacional.

Dentro de estas últimas, el primer problema con el que se tuvo que enfrentar el Sistema fue la

segunda crisis petrolífera. Debido a esta cuestión, los términos de intercambio de los diferentes

países de la CEE se vieron deteriorados, provocando déficits por cuenta corriente y alzas

inflacionistas. Pero el efecto fue heterogéneo en función de la dependencia del país con respecto

al petróleo, y del mismo modo, los países que seguían políticas anti-inflacionarias supieron

enfrentarse con mejor suerte a estos problemas. Pero indistintamente, el resultado fue un

incremento de las divergencias entre los países y un acentuamiento de las tensiones en el SME.

11 No se pudieron realizar operaciones en ECUs sin tener que pasar por sus divisas componentes hasta abril de 1981. El ECU se definía como una cesta de monedas (ponderada y revisable) que contuviera toda las monedas adscritas al sistema. El Consejo Europeo definió el ECU a partir de las diferentes cuantías de las monedas de los países miembros (ver Tabla 2). Se acordó, además, que las variaciones o composición del ECU no podían alterar su valor externo. Aunque carecía de fundamento jurídico en el derecho comunitario, se apoyaba sobre un sólido compromiso que incluía la puesta en común a disposición del FECOM del 20% de las reservas de los Estados miembros –los bancos centrales de los países miembros realizan una aportación al FECOM con cargo a sus reservas de oro y dólares, aportación que era revisada trimestralmente. En correspondencia, el FECOM reconocía a cada banco central un depósito denominado en ECUs-. De esta manera, las funciones del ECU fueron: numerario del sistema de cambio, para fijar los tipos centrales y tipos pivotes; unidad de referencia en el funcionamiento del indicador de divergencia; denominador en las operaciones, tanto en el mecanismo de créditos como en el sistema de intervenciones; y moneda de reserva e instrumento de pago entre las autoridades monetarias de la CEE.

Page 8: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 8

Como consecuencia de esta crisis internacional, el dólar sufrió una devaluación en verano de

1979, lo que provocó una serie de variaciones en los tipos de cambio dentro del Sistema. Sin

embargo, serán los diferenciales de inflación entre los países lo que provocará una tormenta de

ajustes que durará hasta bien entrado enero de 1987 (ver Tabla 3). Este hecho llevará a los dos

primeros reajustes globales en las paridades de las siete monedas integrantes. La primera, el 21 de

marzo de 1983, tuvo como objetivo la búsqueda de una mayor convergencia económica. La

segunda, el 20 de julio de 1985, tuvo como objetivo la eliminación de los diferenciales de la

economía italiana y la reducción de su déficit comercial.

Paralelamente, en el viejo continente se continuaba debatiendo sobre la aproximación de las

políticas económicas y monetarias de los estados miembros. Así, el Acta Única entró en vigor el

uno de julio de 198712, constituyendo el instrumento legal que permitiría a la CEE la consecución

el 1 de enero de 1999 de un mercado europeo sin fronteras.

Posteriormente, en septiembre de 1987, se acordó el reforzamiento técnico del SME basado en:

1. un incremento de las intervenciones por parte de los bancos centrales para sostener la

cotización de las divisas débiles antes de alcanzar los límites máximos o mínimos

previstos por el compromiso cambiario.

2. la mayor flexibilización en la concesión y devolución de los créditos a muy corto plazo.

3. la fijación reuniones mensuales de los doce Gobernadores de los bancos centrales.

Pero con todo, hay que esperar hasta abril de 1989 para que se proponga la materialización de la

Unión Monetaria Europea (UME). En esta fecha se da a conocer el informe Delors, el cual

propone la materialización en tres etapas de duración indefinida13, refiriéndose a la UME como la

12 Fue desarrollada durante 1985 y aprobada el 27 de enero de 1986. 13 En la primera etapa se trataba de lograr una mayor convergencia de la actuación económica mediante el fortalecimiento de la coordinación de las políticas económico-monetarias dentro del marco institucional vigente. La fecha de entrada en vigor de esta etapa tendría lugar el primero de julio de 1990. En la segunda etapa se implantarían las reformas estructurales necesarias para poner en funcionamiento los órganos principales de la unión económica y monetaria, y para ir transfiriendo a nivel comunitario procesos de toma de decisiones basados en planteamientos realizados cada vez de forma colectiva. Como mecanismo de integración positiva se establece el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC). Esta etapa debería aplicarse el primero de enero de 1993 y finalizar el 31 de diciembre de 1995. La tercera etapa comenzaría con la adopción de tipos de cambio irrevocablemente fijos que permitirían la perfecta convertibilidad entre las monedas de los países de la CEE en cualquier momento y con absoluta certeza, lo que representaría de hecho, la existencia de una única moneda que podría denominarse ECU (como sabemos, se la denominó EURO).

Page 9: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 9

total e irreversible convertibilidad de las monedas, la completa libertad de los movimientos de

capitales en unos mercados financieros completamente integrados, y la existencia de unos tipos

de cambio irrevocablemente fijos. Finalmente, es en marzo de 1990, cuando el informe Delors es

aprobado por la Comisión, permitiendo que la UME continúe su curso, excepto en lo referente a

la propuesta sobre normas uniformes obligatorias en materia de política presupuestaria.

Pero antes de esta aprobación, dos sucesos provocaron las primeras reacciones institucionales

ante este informe. En primer lugar, los sucesos ocurridos durante la segunda mitad de 1989 en

Europa del Este, y en segundo lugar, las discrepancias en materia de integración monetaria entre

Reino Unido y el resto de los miembros de la CEE. A pesar de estos hechos, en la reunión del

Consejo en Roma de finales de 1990, los países miembros de la Comunidad (excepto Reino

Unido) decidieron iniciar la segunda etapa de la UME el 1 de enero de 1994.

Para concluir, en diciembre de 1991, los jefes de Estado de los diferentes países miembros de la

CEE se reúnen en la ciudad holandesa de Maastricht para llegar a un acuerdo sobre las

condiciones necesarias para llegar a una definitiva UME. Los resultados que se obtienen son:

1. el establecimiento de una serie de requisitos de convergencia que todos los países de la

Comunidad deberían cumplir para adherirse a la unión monetaria14,

2. la creación del Banco Central Europeo (BCE), con el objetivo de mantener la estabilidad

de precios y ser políticamente independiente y,

3. previa aprobación por los doce Estados miembros, la CEE pasa a denominarse

Comunidad Europea (CE).

Pero la obligación de cumplir los requisitos de convergencia y de este modo alcanzar la unión

monetaria, llevaron al SME a un proceso de crisis financiera, cuyo punto de origen se sitúa en el

2 de junio de 1992, día en el que el pueblo danés votó “no” en el referéndum de ratificación del

Tratado de Maastricht.

14 El país en cuestión: no debería poseer el año anterior a la incorporación a la UME un índice de precios superior al 1,5% por encima de la inflación media de los tres países con un IPC más bajo; el déficit público no debería superar el 3% del PIB; la deuda pública no debería superar el 60% del PIB; el tipo de interés medio a largo plazo durante al menos un año no puede superar en más de un 2% el tipo de interés medio de los tres países con una tasa de interés más baja.

Page 10: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 10

Análisis cronológico de el desplome del SME (1992-1993).

• Junio y julio de 1992.

Las tensiones en el mercado de cambios extranjero se incrementaron debido al resultado del

referéndum danés, lo que llevó a la lira italiana al punto de mira de los especuladores financieros.

Las reservas oficiales en moneda extranjera italianas se habían ido reduciendo progresivamente

desde febrero, y en junio, las salidas de reservas se incrementaron sorpresivamente llegando a

niveles muy preocupantes. Al mismo tiempo, los precios en liras cayeron, primero en el mercado

de futuros, y luego en el mercado del dinero. El ataque de los mercados internacionales sobre la

lira italiana era evidente15.

En julio, se produce un hecho que pondría más en entredicho la capacidad de unificación

monetaria de la CE. Los bancos centrales del G3 envían un mensaje bastante explícito a los

mercados internacionales: no se podrá llevar a cabo la más leve coordinación de políticas

internacionales en las actuales circunstancias. Las prioridades nacionales en la adopción de

decisiones monetarias dictaminaron la adopción de políticas monetarias divergentes en

Washington, Frankfurt y Tokio, y tres ajustes consecutivos de los tipos de descuento de estos

países se llevaron a cabo a lo largo de este mes16.

Con los diferenciales de interés a corto plazo por encima de los seiscientos puntos básicos, los

inversores perdieron su interés por el mercado norteamericano, desprendiéndose de dólares para

invertir en el mercado de activos alemán. De este modo, se mejoraron las tensiones que habían

estado acuciando al SME desde un mes antes. Pero también en julio, se intensificaron las salidas

de capitales de las reservas en moneda extranjera de Italia después de que un incremento del

impuesto sobre patrimonio en los depósitos fuera asociado con el desafortunado anuncio por

parte del Estado Italiano de que no se haría cargo de las deudas derivadas de la situación de

15 Italia, como muchos otros países de la UE con una historia reciente de inflación, había utilizado en SME como mecanismo para importar la credibilidad anti-inflacionaria del Bundesbank. Pero esta medida no pudo evitar que las reservas oficiales en moneda extranjera pasaran de 36.500 a 31.600 millones de dólares en un mes. 16 El 2 de julio, el tipo de descuento estadounidense se redujo del 3.50% al 3.00%. El 16 de julio, el Bundesbank incrementó su tipo de descuento de un 8.00% a un 8.75% (aunque el tipo Lombardo se mantuvo), marcando un pico máximo desde el final de la guerra. El 27 de julio, el tipo de descuento japonés, cayó desde un 3.75% a un 3.25%.

Page 11: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 11

bancarrota del holding empresarial Ente Partecipazione e Finanziamiento Industria Manifatturiera

(EFIM)17.

• Agosto de 1992.

En el plano Comunitario, el nivel de crisis llegó a su primera cima a finales de agosto. El 25 de

este mes, el tipo de cambio del dólar americano con respecto al marco alemán era de 1.4, un

mínimo histórico. La caída del dólar fue acompañada por la libra esterlina, la cual ese mismo día

sobrepasó levemente el suelo del Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC). Y el 28 de agosto, la

lira italiana acompañaba a la libra esterlina tocando también el suelo del MTC, mientras fuera del

mercado de divisas, nuevos mínimos se alcanzaban en las bolsas de valores, incluida la alemana.

Como posible explicación a estos primeros problemas acontecidos en el MTC, algunos políticos

y observadores europeos piensan que fue debido principalmente a la crisis del dólar. La economía

estadounidense se encontraba debilitada por los intentos de la Junta de Gobernadores de la

Reserva Federal para bajar los bonos a largo plazo a través de restricciones en los tipos a corto

plazo, y por la ausencia de interés por parte de los dos candidatos presidenciales, Bush y Clinton,

en lo relativo al destino de su moneda nacional.

Como se cuestionan en su libro Buiter, Corsetti y Pesenti (1998, p.55): ¿podemos culpar o hacer

responsables a la libra esterlina, la peseta o la lira italiana de algún tipo de desequilibrio

fundamental o desalineamiento significativo?. En vistas de la actitud estadounidense con respecto

al mercado internacional y al equilibrio de su moneda, la estabilidad del MTC era sólo posible a

través de un acto de pura y fervorosa fe.

• Septiembre de 1992.

Con el propósito de reforzar su compromiso en la defensa de la posición de la libra esterlina en el

MTC, el Banco de Inglaterra mejoró su capacidad para resistir ataques especulativos mediante la

reposición de su stock de reservas internacionales18. 17 A pesar de todo, el último día del mes de julio, empleados, sindicatos y gobierno, firmaron un acuerdo histórico sobre política de ingresos, desinflación y costes laborales, el cual reformaba el sistema de relaciones laborales, aboliendo la indexación de sueldos y salarios.

Page 12: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 12

Reunión de la CE en Bath.

El 5 y 6 de septiembre, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de

los países miembros de la CE, se reunieron en la ciudad de Bath. Aunque en el programa de este

encuentro no se encontraba oficialmente el tratamiento de los problemas que acontecían en el

SME, esta reunión de altos mandatarios se convirtió en una plataforma de protesta contra los

altos tipos de interés del gobierno alemán19. Como respuesta a estas quejas, el presidente del

Bundesbank advirtió la posibilidad de un realineamiento general en el sistema como condición

previa para una modificación de los tipos de interés del Bundesbank. Pero aparentemente, a

ninguno de los allí presentes pareció interesarles la propuesta. La reunión llegó a un punto muerto

y el único resultado que se obtuvo por parte del presidente del Bundesbank fue que bajo las

presentes circunstancias, su banco no veía razones para seguir incrementando los tipos de

interés20.

Crisis de tipo de cambio en Escandinavia.

Durante los ochenta, los países nórdicos habían decidido anclar su tipo de cambio al ECU, no

solamente para importar la estabilidad de precios de Alemania sino también para reforzar las

oportunidades de su aplicación. Debido a esta medida de política monetaria, fueron estos países

los primeros que sufrieron ataques especulativos.

Estas consecuencias se observaron primero en Finlandia, país que no era miembro del MTC, ni

de la UE, pero que había decidido anclar su tipo de cambio al del ECU. La debilidad del markka

se hizo patente, y llevó en noviembre al Banco de Finlandia a una devaluación del mismo en un

12%21. Previamente, el 8 de septiembre, el banco central de Finlandia, casi sin reservas e

18 El 3 de septiembre, se hizo con 10 billones de ECUs en marcos alemanes del mercado. Un día antes, el Banco de Italia habían incrementado el tipo de descuento desde el 13.5% al 15%. 19 Durante el encuentro, el gobierno británico expresó los efectos adversos de esta medida en su nivel de actividad económica, mientras que el gobierno francés puntualizó la influencia política negativa que estaba teniendo en el Referéndum que se llevaría a cabo en su país dos semanas más tarde. 20 Por otro lado, la idea de rebajar los tipos no fue mencionada en ningún momento. Posteriormente, en un comunicado post-meeting se recogía el compromiso general de defender las paridades existentes, pero además puntualizaba que los miembros del MTC aprovecharían cualquier oportunidad para reducir sus tasas de interés. 21 Las exportaciones de Finlandia se vieron afectadas severamente por la desintegración de la economía soviética. Los bancos y las empresas de esta nación se encontraban expuestos como resultado de la expansión del crédito que siguió a la liberalización financiera de mediados de los ochenta, al tiempo que los incrementos de las tasas de interés alemanas y europeas, en general, les dificultó la posibilidad de obtener recursos para realizar sus operaciones.

Page 13: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 13

incapacitado para tolerar un mayor incremento en los tipos a corto plazo por encima del -en ese

momento- 14%, se vio forzado a poner el markka en flotación.

La profundidad de la caída de la divisa finlandesa implicaba grandes ganancias potenciales si

otras divisas europeas en situación de debilidad respondían de manera similar. Los operadores

miraron en primer lugar hacia Suecia, cuya situación se asemejaba en cierta medida a la de su

vecino nórdico. Pero la reacción Sueca a la crisis de su vecino fue en dirección opuesta. Por dos

veces en pocas horas, el Riksbank incremento el tipo marginal de préstamo en un 75%. Al mismo

tiempo, se comprometió con un préstamo en moneda extranjera, doblando su stock de reservas

oficiales.

Este hecho provocó un movimiento de la ola especulativa hacia el sur y el oeste del continente.

Dentro del MTC, la lira y la libra esterlina llegaron a los límites inferiores de la zona de

fluctuación, sufriendo la primera, finalmente, una salida de las bandas unos días más tarde -a

pesar de las grandes ventas realizadas de marcos alemanes-.

Realizando un análisis del contexto económico que se daba cita en ese momento, por encima de

todos los acontecimientos que se dieron cita en la crisis de escandinavia, dos fueron los que más

llamaron la atención a los observadores:

1. En primer lugar, después de la crisis de Finlandia, el markka se depreció con respecto al

marco alemán en más de un 13%, mostrando la presencia de un amplio diferencial entre

los datos oficiales y las creencias del mercado. Los gobiernos de los países del SME no

pudieron disimular por más tiempo la desagradable posibilidad de que las tensiones

especulativas reflejasen la valoración de los mercados en términos de desequilibrios

fundamentales en los tipos de cambio reales dentro de la CE.

2. Si George Soros y sus emuladores estaban esperando un realineamiento en pocas

semanas, o quizá días, sólo un incremento en los más relevantes tipos de interés hubiese

podido limitar el incentivo de tomar las divisas débiles para realizar ataques

especulativos.

Page 14: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 14

Una propuesta para un realineamiento coordinado.

Al final de la segunda semana de septiembre, el Banco de Italia y el Bundesbank se vieron

forzados a reconocer la insostenibilidad de la actual paridad de la lira. Los dos países presentaron

una propuesta que incluía un revaluación del marco en un 3.5%, junto con una devaluación de un

3.5% de la lira22. Por su lado, el Bundesbank accedería a recortar los tipos de interés en,

probablemente, cien puntos básicos. La magnitud de este recorte es claramente significativo

debido a que era una pieza clave para las divisas incluidas en el MTC y su posible realineamiento

(especialmente para la libra y la peseta)23.

El realineamiento de la lira.

La lira había sido la única divisa que se había devaluado con especto al marco alemán. Para

posibilitar un nuevo realineamiento de la divisa italiana, el Bundesbank anunció una disminución

de los tipos de interés. Y así, el 14 de septiembre se rebajó el tipo de descuento en un 0.50% y el

tipo Lombardo en un 0.25%, alcanzando el 9.50%.

Este anunció encontró reacciones muy diversas. En el plano financiero se produjo una efímera

apreciación de la libra esterlina, que fue seguida por la lira. Pero fuera del MTC, el banco central

sueco recortó el tipo marginal de préstamo de un 75% a un 20%, lo que ocasionó que en menos

de 24 horas, la lira se saliese de su banda de fluctuación, esta vez seguido por la libra esterlina.

La venta de libras en el mercado se intensificó y los únicos residuos que quedaban vacilantes

dentro del sector financiero privado se desvanecieron cuando el diario económico alemán

Handelsblatt anunció que el presidente del Bundesbank había comentado que no descartaba la

posibilidad de que incluso después del realineamiento y el recorte de tipos de interés alemán, una

o dos divisas podían caer bajo presión después del Referéndum francés.

A pesar de todo, el gobierno británico y el Banco de Inglaterra dudaron en elevar las tasas de

interés, aparentemente por temor a que aumentos adicionales agravaran el desempleo e incitaran

a una rebelión entre los diputados conservadores, los cuales veían un incremento en los tipos

22 Es decir, una devaluación del 7% de la lira con respecto al marco alemán. 23 El gobierno británico reclamó que no se les había consultado acerca de la devaluación de la libra esterlina, por lo que se rehusó incluir a la libra en el realineamiento. Esperaban de este modo ganar tiempo para ver los resultados del Referéndum francés que se llevaría a cabo a la semana siguiente.

Page 15: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 15

como una inequívoca señal al exterior de debilidad. De esta manera se incrementaba la tensión en

la economía interna y en el MTC, que finalmente provocó una perdida de reservas del Banco de

Inglaterra calculadas en aproximadamente 15 billones de dólares, es decir, cerca de un 58,6% del

total de sus reservas24.

El miércoles negro.

Al 16 de septiembre de 1992 se le conoce con el sobrenombre de “Miércoles Negro” en

Inglaterra, debido a la herida en el orgullo provocada en las autoridades monetarias británicas por

los hechos que acontecieron en esa fecha. En la mañana, el Banco de Inglaterra incrementó los

tipos mínimos de préstamo de un 10% a un 12%. Unas horas más tarde se anunció un nuevo

incremento de un 15% que nunca se llevó a cabo25. Como consecuencia, la libra cerró ese día en

Londres por debajo de su suelo de fluctuación permitido, y por la tarde, el Banco de Inglaterra

anunció una retirada temporal de la libra esterlina del MTC26. En la noche de ese mismo día,

Italia siguió a Gran Bretaña fuera del Sistema, mientras la peseta se devaluaba en un 5%, pero

permaneciendo dentro de los límites de fluctuación. Fuera del MTC, el Banco Central Sueco,

luchando contra viento y marea, empujó los tipos marginales de préstamo más allá del

espectacular nivel del 500% (tipo anual).

El día después del Miércoles Negro, todas las monedas que habían conseguido sobrevivir a los

ataques especulativos se encontraban cerca de sus límites mínimos de fluctuación. El Banco de

Inglaterra validó a posteriori las expectaciones del mercado, llevando de nuevo el tipo mínimo de

préstamo al 10%. Mientras, el Banco de Irlanda siguió la receta sueca, y el 18 de septiembre

elevó de la noche a la mañana los tipos en un 300% (tipo anual).

24 Sólo un poco menos dramática fue la caída de la peseta por debajo de su tipo central -el nivel objetivo defendido por el Banco de España-. 25 El primer incremento se demoró más de una hora con respecto a la apertura de los mercados y, en cualquier caso, era una respuesta débil, por lo que no tuvo el impacto esperado en la moneda. Las dudas surgieron aun antes de aplicar el segundo aumento, el cual fue rápidamente anulado. 26 Esa noche, el Comité Monetario de la Comunidad Europea aceptó la solicitud de Gran Bretaña para retirar a la libra del MTC, pero se rechazó la solicitud de Londres de suspender completamente el MTC. El 19 de septiembre se pospuso definitivamente su vuelta al MTC.

Page 16: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 16

El franco francés en el punto de mira.

El 20 de septiembre, el pueblo francés dijo “sí” en el Referéndum del Tratado de Maastricht. El

resultado fue muy ajustando, venciendo la decisión pro-Maastricht con sólo un 51.1%. No

obstante, los ataques especulativos sobre el franco francés -junto con la libra irlandesa, la peseta y

el escudo- se intensificaron a pesar del resultado pro-europeísta del Referéndum.

Los dos países que habían dispuesto sacar sus monedas del MTC no mostraron ningún tipo de

interés en volver al Sistema, y de hecho, el 21 de septiembre Italia anunció que la lira no estaba

preparada para volver al MTC en un futuro cercano. Un día después, Inglaterra recortaba el tipo

mínimo de préstamo hasta un 9%.

Así, el 23 de septiembre, se lanzó un duro ataque contra el franco francés que no tuvo éxito. El

banco de Francia había subido los tipos de interés hasta alcanzar el 13%, mientras el Bundesbank

intervenía en ayuda del franco. En la semana que concluye el 23 de septiembre, el banco central

francés gastó 32 billones de dólares en la defensa del franco.

La búsqueda de estabilidad en período de turbulencias.

La búsqueda de una posición fiscal fuerte pareció dominar el debate de la mayor parte de los

miembros del SME durante las siguientes semanas. En particular, Italia dio pasos concretos para

llevar a cabo un ambicioso proyecto de reforma económica, la cual incluía una contención del

déficit presupuestario, privatizaciones de empresas estatales, y la estabilización de la lira. Del

mismo modo, también se anunciaron fuertes políticas fiscales en Portugal y Finlandia.

• El último cuarto de 1992.

La tensión en los mercados financieros pareció disiparse entre octubre y noviembre. Los

controles de capital españoles se aplicaron a partir del 5 de octubre, y los tipos de interés

principales se ajustaron a la baja27. Pero este período de relativa tranquilidad se vio interrumpido

por otra crisis financiera, que esta vez comenzaba en el norte del continente europeo. El 19 de

27 El 21 de octubre, los tipos de interés se rebajaron en 15 puntos básicos en Alemania. En Italia, el tipo de descuento se recortó un 1% el 23 de octubre. En Francia, los tipos de interés de rebajaron un 2.5%, volviendo a sus niveles de septiembre del 10.5%.

Page 17: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 17

noviembre, el Riksbank incrementó el tipo marginal de préstamo hasta un 20% en un nuevo

intento de defensa de la corona sueca frente a presiones especulativas. Sin embargo, esta vez el

resultado no fue el mismo que en anteriores ocasiones, y después de unas cuantas horas, el banco

central sueco decidió poner en flotación la corona y rebajar su tipo principal al 12.5%28.

El impacto en el cada vez más debilitado SME fue inmediato. El 22 de noviembre, España y

Portugal anuncian una devaluación del 6% de la peseta y el escudo, respectivamente. Para

defender la libra irlandesa, el banco de Irlanda incrementó los tipos en un 100% (tipo anual) entre

el 26 de noviembre y el 2 de diciembre. Y finalmente, el 10 de diciembre otra divisa escandinava

capituló ante los ataques especulativos. La corona noruega se puso en flotación y el banco central

noruego rebajó sus tipos de préstamo en 5 puntos porcentuales.

• Primer cuarto de 1993.

En estos meses, los períodos de tensión y relajación se fueron alternando. El 4 de enero, el franco

francés fue empujado de nuevo cerca del suelo del MTC, llevando al Bundesbank y al Banco de

Francia a cooperar conjuntamente en la defensa del franco. Por su parte, la libra irlandesa se

encontraba bajo presión a principios de enero, y para su defensa el banco central irlandés tuvo

que subir de nuevo los tipos de interés. A pesar de todo, el 30 de enero la libra irlandesa fue

devaluada en un 10%29.

En este mes, Alemania y Francia anunciaron planes de cooperación cambiaria, y el ministro

danés de asuntos exteriores anunciaba que su prioridad era asegurar el “sí” en el próximo

Referéndum para secundar Maastricht. También en este mes, el banco central holandés anunció

que durante la crisis había vendido 400 lingotes de oro, equivalentes a un cuarto de sus reservas

totales de este metal.

28 Se estima que el banco central sueco tuvo una pérdida de reservas de 26 billones de dólares (más del 10% del PNB sueco). 29 Los altos tipos de interés mantenidos a lo largo de todo el mes no sirvieron para nada.

Page 18: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 18

Finalmente, la materialización del recorte de los tipos de interés en el país germano llegó el 18 de

marzo, después de la firma del tan esperado pacto de solidaridad30. Este nuevo recorte en los

tipos alemanes en medio punto porcentual evitó una posible crisis financiera que había podido ser

provocada por el resultado del Referéndum francés del 28 de marzo.

• Segundo cuarto de 1993.

En abril, algunos tipos de interés importantes fueron rebajados. Desde el simbólico recorte del

tipo de descuento alemán hasta el 7.25%, a ajustes más sustanciales como las intervenciones

francesas en sus tipos. En el caso de Irlanda, los tipos importantes alcanzaron, tras varios

recortes, el 9%.

Pero estos signos de optimismo fueron pronto dejados de lado por una nueva aparición de

entusiasmo especulativo. El 27 de abril, la peseta fue empujada hasta el nivel más bajo de

cotización contra el marco alemán desde que entró en el SME31. La bajada de los tipos de interés

por parte de Alemania hasta un 7.75% evitó otra devaluación de la divisa española. Por esta

cuestión, se pospuso una posible realineación, debido a que el Banco de España se veía

incapacitado para resistir las olas de venta especulativa contra la peseta, ya que andaba escaso de

reservas32. Finalmente, el 13 de mayo, después de una serie de fuertes ataques contra la peseta, el

banco central español abandona la defensa de la banda del MTC y pide un nuevo realineamiento,

el tercero desde que comenzase la crisis. La peseta se devalúa en un 8%, y rápidamente se

produce una devaluación gemela de un 6.5% de la divisa portuguesa, el escudo.

A pesar de todo, llegaron buenas noticias de Dinamarca, pues el 18 de mayo, en el segundo

referéndum nacional sobre la aceptación del Tratado de Maastricht, el pueblo danés dio el “sí”

definitivo. Desaparecía, de este modo, un obstáculo para la ratificación del Tratado por el pueblo

británico.

30 Un acuerdo entre los Länder y el gobierno federal para la financiación compartida de la carga de la reconstrucción de Alemania del Este. 31 La tasa de desempleo en España había aumentado hasta el 20%. Los decepcionantes datos de desempleo para el último trimestre de 1992 publicados a la mitad de febrero, dieron lugar a una presión para vender pesetas, mientras que la convocatoria de elecciones para el 12 de abril despertó incertidumbre acerca de las intenciones del gobierno. 32 Su stock de reservas en moneda extranjera había caído a 15-20 billones de dólares al final de abril, desde un nivel de más de 50 billones de dólares a finales de 1992.

Page 19: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 19

Parecía por lo tanto, que se volvía a un período estable materializado en una espectacular caída de

los tipos de interés franceses, que llegó a su punto álgido el 21 de junio, cuando el tipo de

intervención se rebajo a un 7% -por debajo incluso de su contraparte alemán por primera vez en

26 años-. Otros recortes fueron llevados a cabo por los diferentes bancos centrales, consiguiendo

de esta manera una sustancial convergencia en los tipos a corto plazo europeos, a pesar de las

enormes disparidades existentes en los de largo plazo.

• Agosto de 1993.

Pero este período de tranquilidad financiera no duró demasiado, y a mediados de julio el SME

estaba de nuevo bajo presión. El franco francés fue llevado ligeramente por debajo de su piso del

MTC33 y, por primera vez en seis semanas, los tipos de mercado del dinero franceses se

encontraban por encima de sus contrapartes alemanes. Esta situación presionó al gobierno a no

incrementar las tasas de interés para defender al franco y llevó al gobierno alemán a reducir sus

tasas a fin de apoyar al vecino galo. Por este motivo, el 14 de julio el franco se aproximó a la

máxima divergencia permitida frente al marco alemán, dando lugar a ventas masivas de francos

que tuvieron su contrapartida en compras igualmente masivas del Banco de Francia34. Como

consecuencia, las reservas del Bundesbank se habían incrementado en 40 billones de marcos

alemanes -alrededor del 33%-.

Las tensiones también llegaron a Dinamarca, forzando a su banco central a incrementar los tipos

de interés. Pero ni siquiera esta decisión desalentó a los especuladores, que el 30 de julio de ese

año condujeron a todas las divisas del SME al límite de sus bandas de fluctuación contra el marco

-con la única excepción de la libra irlandesa-. Después de una reunión de emergencia en Bruselas,

se anunció una profunda modernización del MTC el 1 de agosto, acordándose una ampliación del

tamaño de las bandas, que pasó de un 4.5% a un 30% (15% para cada lado de la inalterada

paridad central). La única excepción admitida fue el tipo de cambio entre el marco alemán y el

florín holandés, el cual se mantuvo el los mismos términos de fluctuación. Finalmente, el 3 y el 4

de agosto, el Bundesbank anunció algunos recortes menores en los tipos de interés.

33 El desempleo francés había sido motivo de preocupación durante todo el período. 34 Gastó más de 32 billones de dólares de reservas en la última semana de julio –el 80% de ellas, el 29 de julio, último día hábil del mes-.

Page 20: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 20

• Una banda más ancha: ¿mayor flexibilidad?.

Con todo, las tensiones financieras no concluyeron, y de nuevo todas las divisas implicadas en el

nuevo MTC, excepto el florín holandés, se depreciaron dentro de la banda ancha. Sin embargo,

antes del final de 1993, la máxima depreciación con respecto al tipo central fue como máximo de

6.95% para el franco belga, 8.93% para la corona danesa, 5.7% para el franco francés, 4.37%

para la libra irlandesa, 4.94% para el escudo portugués, y 5.77% para la peseta española. Así, a

finales de 1993, la mayoría de las divisas se encontraba cerca, o bien por encima, de su tipo de

cambio central. Fue a partir de ese momento, cuando la agitación en el mercado de divisas se

apaciguó.

Interpretación de la crisis.

No solamente Finlandia sufrió problemas de competitividad externa con la decisión de establecer

su tipo de cambio fijo con banda de fluctuación. Otros países europeos, como Italia y Reino

Unido también lo sufrieron. Como en el caso de cualquier estabilización basada en el tipo de

cambio, no solamente la inflación actual, sino también los efectos acumulados del pasado fueron

incorporados al nivel de precios, creando problemas de sobrevaluación. Puesto que la inflación se

estabilizo más lentamente que el tipo de cambio, las tasas de interés tendieron a bajar también de

forma muy pausada. Como consecuencia directa de lo anterior, los inversionistas obtenían

préstamos en lugares donde los tipos de interés eran bajos (Japón, Estados Unidos) e invertían

donde las tasas de interés eran elevadas (Europa), esperando que estos capitales produjeran

ganancias en un futuro cuando las tasas de interés bajasen. Consiguientemente, la entrada de

recursos alimentó el otorgamiento de préstamos bancarios y la expansión del crédito interno,

retrasando y maquillando los problemas financieros, pero alimentando, de modo paralelo, las

dudas sobre la estabilidad del tipo de cambio fijo.

No obstante, el caso de Gran Bretaña es diferente, ya que este país entró en el SME con un tipo

de cambio muy alto y difícil de mantener. Los índices de inflación eran elevados, pero la libra

esterlina se había apreciado debido al crecimiento macroeconómico del país. Por otro lado, altos

índices de desempleo afectaban a todo el continente y este país no se escapaba de las

Page 21: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 21

repercusiones sociales que este provocaba en la masa social. Debido a esta cuestión y a la

recesión que afectaba a determinados países, se empezó a cuestionar la posibilidad de que los

bancos centrales fueran capaces de soportar un ataque especulativo35.

Además, dentro del Tratado de Maastricht, se exigía a los países criterios de convergencia en lo

relativo a la estabilización de los tipos de cambios y la participación en el SME. Esto es, un

compromiso monetario suficiente en defensa de sus monedas. Pero el resultado del referéndum

del 2 de junio danés, puso en entredicho esta restricción. Si no había una Unión Monetaria por la

que luchar: ¿era rentable cumplir los estrictos requisitos de convergencia establecidos en

Maastricht?. Los mercados financieros rápidamente sacaron sus propias conclusiones y comenzó

la carga contra las divisas que mayor debilidad aparentaban. La primera víctima fue la lira

italiana.

En Italia, los problemas de competitividad se habían acumulado como resultado de una inflación

crónica. A pesar de que la lira no se había desviado de su banda del SME desde que esta se

estrechó de 6% a 2.25% -enero 1990-, su paridad cayó hasta el límite inferior de fluctuación. Para

intentar solventar este problema, el Banco de Italia elevó los tipos de interés, pero los mercados

internacionales estaban más preocupados por el aumento del servicio de la deuda, lo que ocasionó

que esta medida de compromiso no tuviese el éxito esperado.

Paralelamente, a medida que se iba acercando la fecha del referéndum francés, las tensiones se

incrementaban debido a que no se podía predecir cual sería la evolución del SME, y por

extensión, de una posible unión monetaria, si otro país dijese “no” al Tratado de Maastricht.

Debido a este contexto tan adverso, la libra esterlina cae a finales de agosto, y la lira se le une

pocos días después. De ahí que se haga necesario organizar una respuesta coordinada entre los

países integrantes del SME. Como medida de urgencia, se habla de un realineamiento de todas

divisas europeas mediante una devaluación de todas las monedas excepto el marco alemán y el

florín holandés36, junto con una reducción de las tasas de interés en Alemania. Con este

35 Las decisión de los gobiernos de conservar el tipo de cambio tenía un talante básicamente político, aparte de la creencia en que la defensa del SME era esencial para la continuidad del proyecto de integración europeo. El Informe Delors, y el Tratado de Maastricht, -que aun no había sido ratificado-, elevaron las apuestas a favor de la unificación. 36 En los mercados financieros, Holanda era considerada como parte de Alemania.

Page 22: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 22

propósito, se realiza la reunión del ECOFIN en Bath. Pero el fracaso es rotundo, ya que Alemania

se niega a bajar los tipos de interés, y España, Francia y Reino Unido rehúsan a devaluar sus

monedas para no verse afectados por el caso italiano.

Como acertadamente comenta Eichengreen (Eichengreen, B., 2000, p.304-305), los tipos de

cambio fijos en Europa eran frágiles, debido a una combinación de desequilibrios

macroeconómicos y de debilidades estructurales. Los gobiernos y los bancos centrales tenían una

capacidad limitada para defender sus monedas, y además el proyecto de la unión monetaria tenía

perspectivas inciertas. No es sorpresa, visto en retrospectiva, que los especuladores en divisas

voltearan su atención al SME y que sus embates finalmente tuvieran éxito.

Dado el aura de inevitabilidad que rodea a esta episodio, es importante recalcar que, en ese

momento, este resultado parecía muy lejos de ser algo seguro. Muchos años habían pasado desde

que habían sido cambiadas las paridades en el MTC, y con o sin el referéndum danés, el

compromiso de la unión monetaria continuaba dando forma a las decisiones oficiales. Pero al

analizar los indicadores de las expectativas del mercado -ya sean del mercado de futuros, las

medidas de la tendencia ajustada de las expectativas de realineamiento, o las probabilidades de

realineamiento derivadas de los precios de las opciones-, estos sugieren que hasta las semanas

inmediatas previas a la crisis, no se concedía una probabilidad significativa al realineamiento.

Llegados a este punto cabe preguntarse: ¿cuáles fueron realmente las causas de la crisis del

SME?. Varias son las argumentaciones esgrimidas por los diferentes autores, y no se deciden los

subsiguientes trabajos realizados acerca de la pertenencia de esta crisis a los modelos de primera,

o bien a los de segunda generación. Sin embargo, lo que sí queda patente es que tres son los

factores en los que los diferentes estudiosos del tema han coincidido a la hora de analizar esta

crisis: la competitividad externa (cuenta corriente), la cuenta de capital y los tipos de cambio fijo.

• Una crisis de la cuenta corriente.

Las políticas de estabilización con apoyo en el tipo de cambio tiende a agravar los problemas de

competitividad. Esta hipótesis es importante, teniendo en cuenta que varios países, como Italia y

Page 23: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 23

España, habían seguido políticas desinflacionarias basadas en el tipo de cambio. Teniendo en

cuenta esta hipótesis, aun cuando sea posible alcanzar la estabilidad de precios mediante la

fijación de un tipo de cambio, es muy probable que la inflación tarde en igualarse al nivel que

prevalece en el que país que funciona como ancla.

En el caso de Europa, además de los problemas derivados de mantener unos tipos de cambio

fijos, los diferentes países se enfrentaron a los efectos derivados de los incentivos fiscales. En

consecuencia, los déficit como proporción del PIB se incrementaron en la mayor parte de los

países (ver Tabla 5), con las excepciones de Austria (con el índice más bajo) y Alemania, y

España y Portugal –países, estos últimos, que contaban con índices bastante elevados-.

Otro problema adicional que tuvieron que sufrir los países integrantes del SME fue la

depreciación del dólar, que mermó la competitividad de las divisas europeas37. Los países más

afectados fueron aquellos cuyas divisas presentaban mayor debilidad. En este sentido, es

importante volver a destacar el efecto que la bajada de tipos estadounidense tuvo en el mercado

europeo.

¿Podemos hablar entonces de una sobrevaluación generalizada de las divisas del SME?. Resulta

difícil no hacerlo bajo estas circunstancias coyunturales. Así, realizando un análisis más riguroso

sobre los índices de precios sobre los que se apoyan las estimaciones de competitividad, podemos

apreciar que estos muestran movimientos muy pequeños38. Pero al analizar los costos unitarios

relativos de la mano de obra, podemos obtener más información en la medida en que los servicios

laborales no son comerciales (ver Tabla 6). En el caso de Italia, los costos unitarios de trabajo con

respecto a otros países europeos se incrementaron en un 7% en el período que va desde la

creación del nuevo SME hasta el inicio de la crisis. En el caso de España, el incremento es del

7.5%. Portugal y Suecia también sufrieron incrementos, así como el Reino Unido39. Pero estos

datos no muestran una evidencia real de sobrevaluación en ningún país europeo más. Esto nos da

una idea importante acerca del hecho de que fueran Italia, España, Gran Bretaña y Suecia, cuatro

37 De abril a agosto, éste cayó cerca de un 20% respecto al marco alemán (ver Gráfico1), reflejando de esta manera las reducciones en las tasas de interés acordados por la Reserva Federal. 38 Esto es debido a que se encuentran dominados por los precios de los productos básicos cuya divergencia se hace mínima por el efecto del arbitraje de precios de las materias primas. 39 Aunque esto ocurrió antes del ingreso de la libra esterlina en el SME.

Page 24: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 24

de los primeros países en sufrir ataques especulativos. Pero por otro lado, nos muestra también la

necesidad de continuar investigando las causas de esta crisis a través de otros factores

complementarios.

De esta manera llegamos a otro de los factores argumentados a la hora de analizar esta crisis: la

reunificación alemana de finales de los 80. En este contexto, el presidente alemán había

prometido no elevar los impuestos para financiar los costes de la reunificación40. Al mismo

tiempo, se incrementó el gasto en seguro de desempleo y en pensiones para los residentes del

este, así como los gastos en infraestructura y en limpieza del medioambiente. Como

consecuencia, la demanda agregada de Alemania aumento, incrementando el déficit

presupuestario y generando presiones inflacionistas41. Esta última secuela alimentada por un

incremento en los salarios. Para reducir estas presiones, al Bundesbank no le quedó más remedio

que incrementar los tipos de interés42.

¿Puede, por lo tanto, la reunificación alemana ser el eje fundamental que explique la secuencia en

la que se produjeron los eventos?. Los subsiguientes acontecimientos tuvieron lugar en el

contexto económico alemán nos ilustran una posible respuesta. Así, aún cuando el Bundesbank

propuso un incremento de los tipos de interés con la esperanza de que el gobierno alemán

aplicara una restricción fiscal para solucionar los problemas ocasionados por el incremento de

demanda agregada, el banco central alemán incrementó los tipos para luchar contra la aceleración

de la inflación, sin prestar interés a las consecuencias que esta medida tendría en la economía

nacional real y en el contexto internacional.

Otro intento de explicación de la crisis como crisis de la cuenta corriente viene de la mano de las

implicaciones que el resultado del referéndum danés tuvo en la credibilidad en el SME. La

satisfacción del criterio de convergencia que se desprendía del Tratado de Maastricht requería la

40 En 1991, las transferencias netas de fondos públicos de Alemania del Oeste hacia Alemania del Este fue de más de 139 billones de marcos. La transferencia neta alcanzó los 180 billones de marcos en 1992. 41 Dada la desproporcionada propensión de los ciudadanos alemanes a consumir bienes nacionales, este aumento de la demanda determinada por factores fiscales requirió de un incremento en el precio relativo de los bienes locales. Por este motivo, el crecimiento de los precios en 1992 fue del 4.5%. 42 La alteración de los tipos de cambio en el resto de los países europeos con respecto al marco alemán podría haber cumplido con esta función, pero dichos países se resistían a cambiar sus paridades dado que habían adoptado estrategias desinflcionarias ancladas al tipo de cambio.

Page 25: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 25

eliminación de déficit excesivos, así como la igualación de las tasas de inflación e interés con las

de aquellos países que disfrutaban de las mejores cifras. Toda la presión que suponía el

cumplimiento de estos criterios se eliminaba si algún país no aprobaba el Tratado, prevaleciendo

de este modo, la libertad de los gobiernos para aplicar sus prácticas inflacionarias. Debido a este

hecho, a los países con altos índices de desempleo no les convenía elevar sus tipos de interés

hasta alcanzar los de Alemania, ya que lo más coherente en su situación sería rebajarlos para de

este modo combatir sus índices de paro. Sólo una promesa a largo plazo realizada en Maastricht,

les impedía no llevar a cabo este tipo de políticas. Por esta cuestión, a medida que las tasas de

desempleo fueron incrementándose (ver Tabla 7), la presión para reducir los tipos se hacía más

fuerte. Pero por otro lado, la tendencia a la alta de los tipos de interés alemanes presionaba en

sentido inverso. Así, cuando el pueblo danés dijo “no” a Maastricht, la duda sobre la reacción de

los países con altos índices de paro provocó que los operadores se deshiciesen de las divisas de

estos países, ante la suposición de que los gobiernos estaban a punto de violar el Tratado.

A pesar de todo lo anterior, el problema de esta interpretación es que posteriormente al resultado

del referéndum en Dinamarca, no se produjo una explosión monetaria ni una pérdida de la

disciplina fiscal. De hecho, a pesar de que el compromiso de Dinamarca con Maastricht se ponía

en duda, el resto de los países continuaron comprometidos con el proyecto.

Por lo tanto, una posible interpretación de la crisis del SME como una crisis de la cuenta

corriente, nos permite avanzar en la compresión de los eventos ocurridos y de sus posibles

consecuencias. Pero es indudable que nos obliga a seguir buscando factores que enriquezcan

nuestro análisis para ganar en rigor.

• Una crisis de la cuenta de capital.

Es imprescindible tratar la cuenta de capital para reforzar nuestro análisis anterior. Por lo tanto,

continuaremos nuestro estudio dentro de este parámetro, y situándonos en 1992, fecha en la cual,

por primera vez, la cuenta de capital de encontraba abierta.

Page 26: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 26

Ya dentro del contexto histórico, volvemos en primer lugar a los criterios de convergencia

impuestos en Maastricht, que obligaba a los países a reducir sus niveles de inflación para

converger con sus homólogos de menor tasa de inflación. El deseo de los países europeos con

mayores tendencias inflacionarias era no quedar fuera del acuerdo. Pero para ello pretendían

reducir su inflación interna y posteriormente hacer lo propio con los tipos de interés. Esta era la

lógica que subyacía en la denominada “jugada de convergencia”. Con todo, ésta no estaba

completamente relacionada con Maastricht, ya que el éxito de los países en lo referente a la

reducción de la inflación en el contexto del MTC mediante la utilización de estrategias de

estabilización basadas en el tipo de cambio, es lo que les había llevado a atraer cuantiosos flujos

de inversión43. De modo que los bancos y las empresas se financiaban externamente,

endeudándose en marcos alemanes y en florines holandeses.

A partir de aquí, ¿es posible asignar un papel autónomo a los movimientos de capital?. En este

sentido, queda bastante claro que el resultado negativo del referéndum danés afectó la dirección

de los flujos de capital únicamente porque dio pie a anticipar que la política se modificaría en una

dirección expansiva (Eichengreen, 2000, p.318). Desde este punto de vista, los flujos de capital

simplemente respondieron a los cambios previstos en la política pero no los precipitaron.

Pero si tenemos en consideración la posibilidad de que fuese el nivel de las tasas de interés lo que

hubiese condicionado el cambio de política, sí sería posible introducir un carácter autónomo a los

movimientos de capital. Tras la búsqueda de los beneficios que de la pertenencia a la unión

monetaria cabría esperar, los países debían mantener los tipos de cambio soportando unos

elevados tipos de interés que ocasionaron presiones fiscales y decisiones de política económica

muy difíciles. A este coste se debe añadir el de la latente desaceleración del crecimiento

europeo44.

Así, en un escenario también óptimo, los países que previamente estaban preparando sus

economías para aceptar los altos niveles de desempleo asociados al elevado nivel de las tasas de

43 Entre 1986 y 1991, los flujos de capital que ingresaron tanto en Italia como en España se triplicaron. El diferencial de las tasas de interés de los depósitos en divisas europeas cayó de 800 a 200 puntos base. Cuando Reino Unido se unió en octubre de 1990 al MTC, también se convirtió en receptor de estos fondos. 44 El costo más evidente causado por las altas tasas de interés y por los elevados tipos de cambio fue el estrangulamiento de la rentabilidad industrial y el alto índice de desempleo.

Page 27: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 27

interés a cambio de la recompensa de entrar en la unión monetaria, abandonarían las paridades en

el MTC, reducirían sus tasas de interés, y permitirían que sus monedas se depreciasen. En este

modelo, el papel de la cuenta de capitales es totalmente autónomo.

Pero es evidente que no todos los países se encontraban sometidos a las mismas presiones

fiscales45. Los países que se encontraban en una peor situación serían más tendentes a abandonar

sus compromisos en lo referente al tipo de cambio, a causa de una pérdida de confianza. Este

análisis es complementario al fundamentado en una crisis en la cuenta corriente ya que propone

elementos adicionales que limitarían más la capacidad de un gobierno para establecer medidas

que defendiesen su moneda en caso de fragilidad macroeconómica y financiera.

Basándonos en esta interpretación, el papel del referéndum danés fue el de empujar a los países a

esta zona de fragilidad macroeconómica y financiera. La atracción de la unión monetaria y los

esfuerzos en materia de convergencia que se requerían, se diluyeron con el referéndum danés. La

posibilidad de que no se materializase la unión monetaria desequilibró la balanza, volviendose la

recompensa unionista difusa y descompensada en comparación con los elevados tipos de interés

que debían aceptar.

El conclusión, esta interpretación puede explicar porque países como el Reino Unido, Italia,

Suecia y España fueron los primeros en sufrir el ataque: tenían las tasas de desempleo más altas,

las recesiones más intensas, los sistemas bancarios más débiles y la deuda pública más elevada.

Pero también puede explicar porque los especuladores eligieron el franco francés como blanco de

ataque, ya que no era difícil advertir que el índice de desempleo en Francia era elevado, y además

políticamente delicado, dada la inminencia de las elecciones.

Por lo tanto, lo anterior puede explicar la renuncia de algunos gobiernos -como el del Reino

Unido- a elevar las tasas de interés y la oposición de otros -como el de Suecia- a mantenerlas

elevadas para defender sus monedas. También otorga un papel al referéndum danés, el cual

45 En aquellos con alto desempleo, con sistemas bancarios débiles, con elevados montos de deuda a corto plazo, y con tasas de interés hipotecarias indizadas, el aumento de las tasas de interés resultó menos tolerable.

Page 28: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 28

incrementó el escepticismo acerca de la disposición de los gobiernos europeos para mantener la

disciplina que exigía el Tratado (Eichengreen, B., 2000, p.320).

• El SME como sistema colectivo de tipos de cambio fijos.

En primer lugar es importante dejar claro que Europa operaba en un sistema colectivo de tipos de

cambio fijos. No podemos referirnos, por lo tanto, al SME en los mismos términos que como lo

hacemos al hablar del tipo de cambio fijo unilateral de México previo a 1995, o a la Caja de

Convertibilidad argentina de la década de los noventa.

¿Cuál es la diferencia más llamativa entre el SME y el resto?. Precisamente el carácter colectivo,

no unilateral. Como Buiter, Corsetti y Pesenti (1998, chapter.4) argumentan en un su libro, un

sistema colectivo de tipos de cambio fijo, con administración conjunta, debería ser más estable

que un tipo de cambio fijo unilateral, y por lo tanto, la tragedia de Europa fue que se desperdició

la oportunidad de cooperación. Eichengreen (2000, p.322) parece estar de acuerdo con esta

afirmación y añade que la falta de cooperación transformó las presiones del mercado en una

crisis: si se hubieran aplicado políticas cooperativas, el ajuste hubiera sido más suave y la

amenaza para el SME hubiera sido menor.

La lógica de este análisis es muy coherente y factible para haberse llevado a cabo. El Bundesbank

estaba presionando al alza los tipos de interés del resto de los países del MTC, siendo ésta más

acentuada entre los vecinos más débiles –Italia y Reino Unido principalmente-. Pero Alemania se

encontraba en ese momento con una tasa de inflación elevada46 y no estaba dispuesto a reducir

unilateralmente los tipos por temor a agravar la inflación interna. Como consecuencia de la

política financiera llevada a cabo por este país, la lira, y posteriormente la libra, salieron del MTC

mediante una consecuente depreciación. En un enfoque cooperativo coordinado, los países del

MTC (excepto Holanda) habrían realineado ligeramente sus monedas frente al marco alemán

dentro del MTC. De este modo, Alemania habría podido reducir sus tipos de interés al mismo

tiempo que luchaba contra la inflación interna. En consecuencia, el precio más bajo de los bienes

46 Aproximadamente un 4.5%. Cifra nada alarmante para otros países pero verdaderamente terrible para los estándares alemanes.

Page 29: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 29

importados del resto de Europa habría atenuado la presión inflacionaria reinante en el país, y la

bajada de tipos de interés por parte del Bundesbank habría fortalecido las economías italiana y

Británica, permitiendo a la libra y a la lira permanecer en el MTC después del realineamiento.

Para el resto de los países esta solución también hubiese sido beneficiosa, puesto que habría

protegido al MTC contra los efectos desestabilizadores que podría causar la expulsión de Italia y

Gran Bretaña.

Concluyendo: ¿la crisis del SME pudo en cierta medida ser evitada?. La anterior argumentación

nos muestra claramente que sí. La aplicación de políticas cooperativas habría alejado a los

fantasmas desestabilizadores del MTC, mediante un fortalecimiento del mismo a través de una

drástica decisión conjunta: el realineamiento de las divisas frente al marco alemán.

Esta fue la cuestión principal que llevó a los ministros de finanzas y los gobernadores de los

bancos centrales de los países miembros de la CE a la reunión de Bath. Pero el fracaso de la

reunión, como se ha comentado anteriormente, fue rotundo.

¿Cómo es posible que Europa, donde la cooperación monetaria estaba más desarrollada que en

ninguna otra parte del mundo, fuese incapaz de responder de manera armónica a esta crisis?. La

respuesta viene dada por las dificultades que conlleva el manejo colectivo de los tipos de cambio

en un contexto tan plural como el europeo en esos momentos.

Francia estaba en buena posición como para rechazar las presiones internacionales de

devaluación del franco. Pero las verdaderas razones eran bien distintas y no revestían un carácter

estrictamente político. El gobierno francés llevaba tiempo aplicando una política de “franco

fuerte” con la intención de establecer al franco como un socio en los mismos términos que el

marco alemán. De modo que una devaluación habría llevado a Francia a perder la tan ansiada

posición de colíder del SME junto con su vecino germano. Además, el fatal desenlace habría

tenido lugar a tan solo unos días del referéndum francés. Por lo tanto, una negativa francesa a

devaluar su moneda tendría peso a nivel internacional, y empujaría a otros países a no hacer lo

mismo, mermando de este modo las posibilidades de realineamiento de divisas en el seno del

MTC.

Page 30: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 30

Por otro lado, Irlanda, España y Portugal tenía razones bien distintas para evitar la devaluación,

ya que estos países estaban siguiendo políticas desinflacionarias basadas en el tipo de cambio.

Los tipos de cambio fijos eran la garantía de su credibilidad inflacionaria, y devaluar su moneda

hubiese sido un golpe muy severo a su confianza47.

Finalmente, Gran Bretaña se encontraba en una situación parecida a la de los tres anteriores.

Asímismo, el gobierno estaba siguiendo una política fuerte de no-devaluación. Por lo que llevarla

a cabo hubiese sido un fuerte golpe a su credibilidad internacional. En esos términos, se alegaba

que en caso de tener que depreciar la libra, era mejor salirse directamente del MTC y dejar que

esta fluctuase libremente, depreciándose si era el caso, antes que intentar –con dudoso éxito-

mantener la divisa dentro del MTC48.

Por todas estas cuestiones, los países que podían elegir, rehusaron a devaluar sus monedas de

modo conjunto. Y en lo relativo a sus homólogos con divisas fuertes, apreciamos como estos

carecían del mecanismo para obligar a los primeros a devaluar.

En este sentido es interesante hacer un receso en el análisis y preguntarse: si los países hubiesen

devaluado una vez, ¿qué impediría a los mercados pensar que era posible que se dieran más

devaluaciones?. Como ya hemos comentado, la cuenta de capital se encontraba abierta, no había

controles y el entorno era de alta movilidad de capitales. Por lo tanto, nada impedía actuar a los

operadores de divisas basándose en esta suposición. Siguiendo esta argumentación, un

realineamiento general habría disminuido la confianza en el MTC. Pero por otro lado, esta

pérdida de confianza habría sido menor que la que se produjo bajo los parámetros de la no

coordinación, e igualmente hubiese supuesto una inequívoca señal hacia el exterior de

cooperación en las políticas cambiarias, y de compromiso con una unión monetaria que se vio

perjudicada por el resultado del primer referéndum danés de unos meses antes.

47 Quizá, una causa importante de este problema radique en la incapacidad de los países para desarrollar una estrategia de salida de un esquema de tipo de cambio fijo. 48 Esta es la actitud que finalmente tuvo el gobierno británico al afrontar los problemas que acontecieron en el “Miércoles Negro”.

Page 31: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 31

Finalmente, el último factor a tener en cuenta son los obstáculos prácticos para la colaboración

que se daban en las instituciones de cooperación monetaria europea49. En primer lugar, los

ministros y los presidentes de bancos centrales fueron quienes se reunieron en Bath, pero las tasas

de interés eran controladas por los consejos de los bancos centrales -en algunos casos, de bancos

centrales independientes-50. En esta situación, la presión de los diferentes países acerca de los

tipos de cambio no tuvo el éxito esperado. En segundo lugar, los esfuerzos para organizar una

realineación general conjunta se complicaron debido a las reglas que obligaban al presidente del

Comité Monetario de la Comunidad a comunicar la postura alemana a los demás miembros así

como a convocarles a las reuniones relevantes. Casualmente, el presidente del Comité era el

Director General del Tesoro Francés, Jean-Claude Trichet. A pesar de que Trichet estaba

informado de la posición alemana51, no convocó a una reunión al Comité, y parece ser que ni

siquiera la sugirió52. La explicación más argumentada es la que sospecha que los franceses

temieron que una reunión semejante pondría presión para incluir al franco en un realineamiento

general frente al marco. Hecho este, temidamente contrario a la política de “franco-fuerte”

seguida por el gobierno francés. Era preferible, consiguientemente, evitar esta posibilidad pues el

referéndum francés estaba ya amenazado.

Por lo tanto, ¿podemos culpar directamente al mecanismo de colaboración institucional de la falta

de cooperación?. Indudablemente se puede afirmar que sí tuvo una relación directa. Pero no

debemos olvidar que los conatos nacionalistas pueden mermar también la capacidad institucional,

sobre todo si éstos vienen dados por negligencias realizadas de manera totalmente consciente.

49 Factor generalmente ignorado pero de gran importancia, debido a que Europa era quizá el lugar donde este tipo de instituciones estaba mejor desarrollado. Por lo que no deja de sorprendernos. 50 El Ministro Federal de Finanzas, Theo Waigel, y el Presidente del Bundesbank, Helmut Schlesinger, aunque presentes en Bath, no tenían el poder para alterar las tasas de interés alemanas. Esta decisión solamente podía ser tomada por el Consejo del Bundesbank (la Junta de Gobierno conjuntamente con los presidentes de los Bancos Centrales de la regiones). 51 Los funcionarios alemanes se la hicieron saber justo antes de reunirse con los italianos. 52 Diversos autores afirman que Trichet informó de algunos aspectos de lo planteado por los alemanes a otros ministros europeos en conversaciones telefónicas. Esto obstruyó, en vez de impulsar, una reunión del Comité Monetario.

Page 32: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 32

Conclusiones.

No es fácil establecer cuales fueron las razones que llevaron al SME a la situación de crisis

financiera que vivió a lo largo de 1992 y buena parte de 1993. Los interrogantes se amontonan e

incrementan a medida que profundizamos en el análisis de los hechos, y se mezclan

acontecimientos de carácter internacional con cuestiones meramente nacionalistas, del mismo

modo que vemos como decisiones soberanas nacionales tienen repercusiones internacionales.

Tampoco en fácil modelizar la crisis del SME e intentar establecer paralelismos teóricos con los

diferentes modelos que imperaban en esos momentos en la economía teórica. ¿Podemos situar la

crisis del SME dentro de los modelos de segunda generación, como antesala de la crisis de

México o la de los países asiáticos?. La literatura es variada pero las conclusiones al respecto no

son unánimes. En este trabajo se intenta analizar esta crisis desde un punto de vista no

matemático y centrado fundamentalmente en una metodología de análisis de corte histórico y

estructural, para de este modo intentar concluir el porque de la misma, y de las decisiones de los

diferentes operadores financieros internacionales.

Entrando netamente en las conclusiones del estudio, tenemos que a la hora de analizar la crisis

desde el punto de vista de la cuenta corriente y de la cuenta de capital, las conclusiones obtenidas

son las que siguen:

1. Los países se debían enfrentar a problemas derivados del efecto de los incentivos fiscales

en la economía. El déficit como proporción del PIB se incrementaba en la mayor parte de

los países, poniendo alerta a los mercados financieros.

2. Al mismo tiempo, los países del SME se tuvieron que enfrentar a una devaluación del

dólar, que provocó una sobrevaluación generalizada de las divisas pertenecientes al MTC,

provocando problemas de competitividad en las divisas europeas.

3. Es patente que los tipos de cambio de países como España, el Reino Unido e Italia no

hubieran sido atacados tan fácilmente si no hubieran permitido que sus divisas se

sobrevaluaran. En el caso de España e Italia, el problema radicaba en que estos países

seguían políticas desinflacionarias basadas en el tipo de cambio, y una devaluación

hubiese podido truncar sus planes de estabilización. El caso de Gran Bretaña era distinto,

Page 33: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 33

ya que este país entró en el SME con un tipo de cambio excesivamente alto, así como una

elevada inflación y desempleo.

4. Francia no se hubiese enfrentado a tantas dificultades para defender el franco si su tasa de

desempleo no se hubiera elevado a niveles tan altos. La política de “franco fuerte” seguida

por el gobierno francés limitaba las posibilidades reales de actuación frente a problemas o

distorsiones económicas.

5. Los problemas que sufrieron los países escandinavos vinieron dados en primer lugar, por

el sistema de ancla de sus monedas con respecto al ECU y, en segundo lugar, por la

condición débil de sus sistemas bancarios.

6. El aumento de la tasa de interés que acordó el Bundesbank agravó las tensiones. La

reunificación alemana no dejó opción al gobierno alemán, ya que se desestimó un posible

realineamiento general de las divisas del MTC.

7. Sin embargo, no existían indicios para asegurar que se iban a dar ataques especulativos.

Además, el Tratado de Maastricht funcionó al principio como canalizador de flujos

financieros hacia las economías europeas, y como mecanismo de fortalecimiento de la

creencia en la Unión Monetaria. Pero cuando el pueblo danés votó “no” en el referéndum

de ratificación, se creó un clima de desconfianza en el SME, que provocó un verdadero

aluvión de ataques especulativos que fueron de la segunda mitad de 1992, hasta agosto de

1993.

Pero a pesar de que el compromiso de Dinamarca con Maastricht se ponía en duda, el resto de los

países continuaron comprometidos con el proyecto. Por lo tanto, es necesario buscar otros

factores que fortalezcan el análisis, para avanzar en la consecución de una conclusión final firme.

De este modo llegamos al último factor de análisis: el estudio del SME como sistema colectivo

de tipos de cambio fijos.

De este modo, la primera conclusión que se obtiene es la imposibilidad de consolidar la

estabilidad monetaria con paridades fijas, porque las causas de la inestabilidad no se encontraban

en los ámbitos monetarios y financieros, sino que gozaban de cierto carácter estructural.

Page 34: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 34

La segunda conclusión viene dada como solución de la anterior. ¿Cuál era la única solución

posible a la inestabilidad del SME, que además posibilitase la consolidación monetaria?.

Indudablemente las políticas de cooperación. La aplicación de políticas cooperativas habría

alejado a los fantasmas desestabilizadores del MTC, mediante un fortalecimiento del mismo a

través de una drástica decisión conjunta: el realineamiento de las divisas frente al marco alemán.

En un enfoque cooperativo coordinado, los países del SME -excepto Holanda- habrían realineado

ligeramente sus monedas frente al marco alemán dentro del MTC, y de este modo Alemania

habría podido reducir sus tipos de interés al mismo tiempo que luchaba contra la inflación

interna. Como inferencia de lo anterior, la bajada de tipos de interés por parte del Bundesbank

habría fortalecido las economías europeas y habría protegido al MTC contra los efectos

desestabilizadores exteriores.

En consecuencia, la conclusión final del trabajo es que la crisis del Sistema Monetario Europeo

fue una crisis financiera precedida por una grave crisis en las políticas de cooperación monetaria.

Sin la segunda, posiblemente no se hubiese dado la primera. Por lo tanto, podemos incluso

afirmar que la crisis que sufrió el Sistema Monetario Europeo entre 1992 y 1993 estuvo más

relacionada con una falta de confianza en la Unión Monetaria por parte de los países

pertenecientes al Sistema, que con los ataques especulativos típicos de las crisis financieras. A

pesar de que debido a lo primero, irremediablemente se dio lo segundo.

Bibliografía.

Arrizabalo Montoro, X. (1997): El ajuste en la Unión Europea durante los años noventa: los

Acuerdos de Maastricht, en Arrizabalo Montoro, X. (editor): Crisis y Ajuste en la

economía mundial. Implicaciones y significado de las políticas del FMI y el BM.

SÍNTESIS. Madrid.

Beeby, M., Hall, S. G. B. y Marcet, A. (2004): Expectation Formation and the 1990´s ERM

Crisis, en Estudios de Economía Aplicada, Vol.22-2.

Page 35: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 35

Buiter, W., Corsetti, G. y Pesenti, P. (1998): Financial Markets and European Monetary

Cooperation: The lessons of the 1992-93 Exchange Rate Mechanism Crisis. Cambridge

University Press.

Bustelo, P., García, C. y Olivié, I. (2000): Crisis financieras en economías emergentes:

enseñanzas de Asia Oriental. Ediciones Cooperación al Desarrollo. Agencia Española de

Cooperación Internacional. Madrid.

Campos López, M. I. y Rodríguez López M. A. (2002): Ciclo económico y presiones

especulativas en un sistema de bandas, en Información Comercial Española. Enero.

Coloma A. I. (1998): El Sistema Monetario Europeo. Documento digital disponible en web:

www.amusal.es/Biblioteca/Trabajos/SistemaMonetario/SistemaMonetario.html

Eichengreen, B. (2000): La Crisis del Sistema Monetario Europeo en retrospectiva, en

Estabilización y Política Monetaria. La experiencia internacional, preparado para la

conferencia conmemorativa del 75 aniversario del Banco de México, celebrada en la

Ciudad de México los días 13 y 14 de noviembre de 2000.

García Gracia, M. I. (1995): El SME: un modelo de comportamiento asimétrico, en Estudios de

Economía Aplicada, Nº3.

González, S. y Mascareñas, J. (1993): El Sistema Monetario Europeo. EUDEMA. Madrid.

Jordán Galduf, J. M. (1998): El euro: aspectos generales sobre la construcción de la Unión

Económica y Monetaria, en Revista Valenciana D´Estudis Autonómics. Número 22.

Primer trimestre.

La Caixa. Estudios Especiales: << El euro, moneda única de la Unión Europea >>, Informe

Mensual. Enero 1996.

La Caixa. Estudios Especiales: << La economía financiera, protagonista de la coyuntura

internacional >>, Informe Mensual. Junio 1997.

Nieto Solís, J. A. (2001): La Unión Europea. Una nueva etapa en la integración económica de

Europa. Ediciones Pirámide. Madrid.

Rojo, L. A. (1995): Conferencia del Gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, en

L´Institut d´Etudes Bancaires et Financiéres, en Banco de España. Boletín Económico.

Noviembre.

Page 36: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 36

Anexo estadístico.

Tabla 1. Modificaciones en el tipo de cambio central bilateral en la Serpiente Monetaria

Europea (1973-1978)*.

Fecha Moneda Revisión %Revisión

12 marzo 1973 Marco alemán revaluación 3.0 29 junio 1973 Marco alemán revaluación 5.5 17 septiembre 1973 Florín holandés revaluación 5.0 16 noviembre 1973 Corona noruega revaluación 5.0 17 octubre 1976 Marco alemán revaluación 2.0 Corona danesa devaluación 4.0 Corona noruega devaluación 1.0 Corona sueca devaluación 1.0 1 abril 1977 Corona sueca devaluación 6.0 Corona danesa devaluación 3.0 Corona noruega devaluación 3.0 28 agosto 1977 Corona danesa devaluación 5.0 Corona noruega devaluación 5.0 13 febrero 1978 Corona noruega devaluación 8.0 17 octubre 1978 Marco alemán revaluación 4.0 Florín holandés revaluación 2.0 Franco belga revaluación 2.0

* A la Serpiente Monetaria Europea podían adscribirse otros países europeos aunque no perteneciesen a la CEE, como era el caso de los países nórdicos. Fuente: González y Mascareñas (1993).

Page 37: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 37

Tabla 2. Composición inicial del ECU.

Moneda Composición

Marco alemán 0.828 Libra esterlina 0.0885 Franco francés 1.15 Lira italiana 109 Florín holandés 0.286 Franco belga 3.66 Franco luxemburgués 0.14 Corona danesa 0.217 Libra irlandesa 0.00759

Fuente: González y Mascareñas (1993).

Page 38: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 38

Tabla 3. Reajustes en el SME desde 1979 hasta 1987.

Fecha Moneda Revisión %Revisión 24 septiembre 1979 Marco alemán Revaluación 2.0 Corona danesa Devaluación 2.9 30 noviembre 1979 Corona danesa Devaluación 4.8 23 marzo 1981 Lira italiana Devaluación 6.0 5 octubre 1981 Marco alemán Revaluación 5.5 Franco francés Revaluación 3.0 Lira italiana Devaluación 3.0 Florín holandés Revaluación 5.5 22 febrero 1982 Corona danesa Devaluación 3.0 Franco belga-lux Devaluación 8.5 14 junio 1982 Marco alemán Revaluación 4.25 Franco francés Devaluación 5.75 Lira italiana Devaluación 2.75 Florín holandés Revaluación 4.25 21 marzo 1983 Marco alemán Revaluación 5.5 Franco francés Devaluación 2.5 Corona danesa Revaluación 2.5 Lira italiana Devaluación 2.5 Libra irlandesa Devaluación 3.5 Florín holandés Revaluación 3.5 Franco belga-lux Revaluación 1.5 20 julio 1985 Marco alemán Revaluación 2.0 Franco francés Revaluación 2.0 Corona danesa Revaluación 2.0 Lira italiana Devaluación 6.0 Libra irlandesa Revaluación 2.0 Florín holandés Revaluación 2.0 Franco belga-lux Revaluación 2.0 6 abril 1986 Marco alemán Revaluación 3.0 Franco francés Devaluación 3.0 Corona danesa Revaluación 1.0 Florín holandés Revaluación 3.0 Franco belga-lux Revaluación 1.0 2 agosto 1986 Libra irlandesa Devaluación 8.0 21 enero 1987 Marco alemán Revaluación 3.0 Florín holandés Revaluación 3.0 Franco belga-lux Revaluación 2.0

Fuente: Banco de España. Extraído de González y Mascareñas (1993).

Page 39: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 39

Tabla 4. Ponderación de las diversas monedas componentes del ECU el día 8 de febrero de

1993.

Divisas Cuantías Tc/pta. Cuantías en pts. Ponderación

Marco alemán 0.6242 70.9500 44.287 32.04% Franco francés 1.332 20.9690 27.931 20.20% Libra esterlina 0.08784 168.7540 14.823 10.72% Florín holandés 0.2198 63.0540 13.859 10.03% Lira italiana 151.8 0.0768 11.652 8.43% Franco belga-lux 3.431 3.4377 11.795 8.53% Peseta española 6.885 1.0000 6.885 4.98% Corona danesa 0.1976 18.5750 3.670 2.66% Libra irlandesa 0.008552 172.7730 1.478 1.07% Escudo portugués 1.393 0.7852 1.094 0.79% Dracma griego 1.44 0.5306 0.764 0.55% 1 ecu = 138.238 pesetas 100.00%

Fuente: González y Mascareñas (1993).

Page 40: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 40

Tabla 5. Desempeño de los miembros del Sistema Monetario Europeo

(SME) con respecto a los criterios de Déficit y Deuda.

DÉFICIT / PIB(%) DEUDA / PIB (%)

1991 1992 1993 1994 1995 1991 1992 1993 1994 1995

Austria 2,4 2,0 4,1 4,4 5,5 56,6 56,1 63,0 65,2 68,0

Bélgica 6,5 6,6 6,6 5,3 4,3 132,6 134,4 141,3 140,1 138,3

Dinamarca 2,1 2,9 4,5 3,9 2,1 60,9 63,1 66,8 68.7 68,8

Alemania 3,3 2,9 3,3 2,5 2,3 42,7 47,3 51,8 54,6 62,5

Finlandia 1,5 5,8 7,9 5,5 5,0 23,2 42,7 56,2 62,7 69,1

Francia 2,2 4,0 6,1 6,0 5,0 41,1 45,6 52,9 56,8 59,5

Grecia 11,5 12,3 13,2 12,5 11,4 81,7 88,6 117,1 119,8 120,2

Irlanda 2,1 2,2 2,3 2,2 2,5 95,3 90,7 92,7 87,9 83,3

Italia 10,2 9,5 9,6 9,0 7,8 103,9 111,4 120,2 122,6 122,1

Luxemburgo 1,0 2,5 2,1 2,3 1,4 6,0 7,0 7,0 7,0 8,0

Holanda 2,8 3,8 3,2 3,0 3,3 76,4 77,1 78,5 79,0 79,4

Portugal 6,5 3,3 7,1 5,7 5,4 62,2 63,2 67,8 70,4 70,8

España 4,9 4,2 7,5 6,6 6,2 49,9 53,0 59,4 63,5 66,5

Suecia 1,1 7,5 13,4 10,4 9,2 53,7 69,8 74,6 79,4 84,5

Reino Unido 2,6 6,1 7,9 6,5 4,2 35,5 41,4 47,4 51,6 53,4

Fuente: Buiter, Corsetti y Pesenti (1998, p.54).

Page 41: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 41

Gráfico 1. Tipo de cambio del marco y el ecu con respecto al dólar. (Unidades de moneda nacional por dólar de los EEUU, en media anual)

0,000

0,500

1,000

1,500

2,000

2,500

3,000

3,500

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

Marco

Ecu

Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 42: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 42

Tabla 6. Indicadores de variaciones acumuladas de competitividad (en porcentaje)

Con respecto a otros

países de la UE(b) Con respecto a países

industrializados Con respecto a otros

países de la UE(b) Con respecto a países

industrializados

País Precios

productor

Costos Unitarios

de trabajo©

Precios productor

Costos Unitarios

de trabajo©

Precios productor

Costos Unitarios

de trabajo©

Precios productor

Costos Unitarios

de trabajo©

1987-Agosto 1992 1987-Diciembre 1992(e)

Bélgica 4,0 5,6 1,3 2,7 0,9 1,9 -0,3 0,3

Dinamarca 3,6 6,4 -0,5 3,8 -1,9 4,1 -4,9 1,9

Alemania (oeste) 1,7 0,5 3,8 -5,5 -4,3 -6,6 -5,5 -8,6

Grecia n.a n.a -10,2 -15,6 n.a n.a -10,8 -13,4

Francia 7,9 13,3 3,3 7,2 3,1 8,1 1,7 5,1

Irlanda 6,4 35,7 1,3 27,9 -0,6 26,6 -1,9 23,6

Italia -3,0 -7,0 -6,4 -9,8 11,1 5,7 8,2 4,6

Holanda 1,5 5,2 -1,4 1,9 -2,6 2,1 -3,9 0,1

Desde la entrada del MTC(d) -Agosto 1992 Desde la entrada del MTC(d) -Diciembre 1992(e)

España -2,1 -7,5 -8,1 -13,8 4,2 -2,2 0,5 -6,2

Portugal n.a -4,6 n.a -6,9 n.a -9,5 n.a -9,5

Reino Unido -1,7 -0,4 -4,0 -1,7 8,3 13,2 8,7 13,2

Fuente: BPI excepto los datos de España e Italia, los cuales fueron obtenidos de los bancos centrales respectivos. Extraído de Eichengreen (2000). (a) Los números negativos indican pérdidas. (b) Excluyendo Grecia. (c) Sector Manufacturero. (d) España: junio 1989; Portugal: abril 1992; Reino Unido: octubre 1999. (e) Estimados.

Page 43: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 43

Tabla 7. Tasa de desempleo(a)

.

Porcentaje de la fuerza laboral civil

País 1987-89

promedio 1990 1991 1992(b)

Bélgica 10,0 7,6 7,5 8,2

Dinamarca 6,6 8,1 8,9 9,5

Alemania (oeste)©

6,1 4,8 4,2 4,5

Grecia 7,5 7,0 7,7 7,7

España 19,1 16,3 16,3 18,4

Francia 9,9 9,0 9,5 10,0

Irlanda 17,0 14,5 16,2 17,8

Italia 10,9 10,0 10,0 10,1

Luxemburgo 2,1 1,7 1,6 1,9

Holanda 9,2 7,5 7,0 6,7

Portugal 5,9 4,6 4,1 4,8

Reino Unido 8,7 7,0 9,1 10,8

EEC:

Promedio 9,7 8,3 8,7 9,5

Dispersión(d)

2,7 2,6 3,3 3,7

Banda estrecha original del MTC:

Promedio 8,1 7,2 7,1 7,4

Dispersión(d)

2,2 2,2 2,8 2,9

Estados Unidos(e)

5,7 5,5 6,7 7,3

Japón(e)

2,5 2,1 2,1 2,2 Fuente: Eurostat. Extraído de Eichengreen (2000). (a) Definición estandarizada. (b) Estimados. (c) Para 1992, tasas de desempleo (definición nacional) 14.3% para Alemania del Este y 7.7%

para Alemania completa. (d) Desviación estándar ponderada. (e) Porcentaje de la fuerza laboral total.

Page 44: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 44

Tabla 8. Producto Interior Bruto de los principales países de la OCDE (1989-1994). (Porcentaje de variación anual a precios constantes)

EEUU Japón Alemania* Francia Italia Reino Unido España UE OCDE 1988 3.8 6.2 3.7 4.5 3.9 5.0 5.2 4.2 4.2

1989 3,4 4,8 3,6 4,3 2,9 2,2 4,7 3,5 3,6

1990 1,3 5,1 5,7 2,5 2,2 0,4 3,7 3,0 2,7

1991 -1,0 4,0 5,0 0,8 1,1 -2,0 2,3 1,5 0,8

1992 2,7 1,1 2,2 1,2 0,6 -0,5 0,7 0,9 1,8

1993 2,3 0,1 -1,1 -1,3 -1,2 2,1 -1,2 -0,5 1,0

1994 3,5 0,5 2,9 2,8 2,1 3,8 2,1 2,9 2,7 * Hasta 1991, sólo Alemania Occidental. Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y FMI. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 45: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 45

Tabla 9. Déficit Público en los principales países de la OCDE. (Superávit o déficit (-) público en porcentaje del PIB nominal)

EEUU Japón Alemania* Francia Italia Reino Unido España 1989 -2.1 1.5 -2.2 -1.7 -10.7 1.0 -3.3

1989 -1,7 2,5 0,1 -1,2 -9,9 0,9 -2,8

1990 -2,7 2,9 -2,1 -1,6 -11,0 -1,2 -4,1

1991 -3,3 2,9 -3,3 -2,0 -10,2 -2,5 -4,9

1992 -4,4 1,4 -2,8 -3,8 -9,5 -6,3 -3,6

1993 -3,6 -1,6 -3,5 -5,6 -9,6 -7,8 -6,8

1994 -2,3 -2,1 -2,4 -5,6 -9,0 -6,8 -6,3 * Hasta 1990, sólo Alemania Occidental. Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y FMI. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 46: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 46

Gráfico 2. Tipos de interés a corto plazo. Comparativa entre países OCDE. (Media anual en porcentaje)

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994

EEUU

Japón

Alemania

Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 47: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 47

Gráfico 3. Tipos de interés a corto plazo. Comparativa entre países SME. (Media anual en porcentaje)

0

2

4

6

8

10

12

14

16

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994

Alemania

Francia

Italia

Reino Unido

España

Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 48: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 48

Gráfico 4. Tipos de interés a largo plazo. Comparativa entre países OCDE. (Media anual en porcentaje)

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994

EEUU

Japón

Alemania

Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 49: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 49

Gráfico 5. Tipos de interés a largo plazo. Comparativa entre países SME. (Media anual en porcentaje)

0

2

4

6

8

10

12

14

16

1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994

Alemania

Francia

Italia

Reino Unido

España

Fuente: Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).

Page 50: Título: “La crisis del Sistema Monetario Europeo (1992-1993

. 50

Tabla 10. Tipos de interés oficiales (1991-1994). (Porcentajes)

EEUU Japón Alemania Francia Italia Reino Unido España

(1) (6) (1) (1) (3) (2) (1) (4) (5)

31-dic-91 3,50 4,00 4,50 8,00 9,75 9,60 12,00 10,50 12,50

31-dic-92 3,00 3,00 3,25 8,25 9,50 9,10 12,00 7,00 13,75

31-dic-93 3,00 3,00 1,75 5,75 6,75 6,20 8,00 5,50 9,00

31-dic-94 4,75 5,50 1,75 4,50 6,00 5,00 7,50 6,25 7,35 (1) Tasa oficial de descuento. (2) Tipo de intervención. (3) Tipo Lombardo (préstamos sobre títulos). (4) Tipo básico préstamos a la banca. (5) Subasta decenal de regulación monetaria. (6) Fondos federales (objetivo implícito). Fuente: Extraído de La Caixa. Estudios Especiales (1997).