ROLES DEL DOCENTE

(Ensayo)

DIANA PAOLA LÓPEZ LOZANO

LIC. IDIOMAS MODERNOS ESPAÑOL- INGLÉS

INSTITUCIÓN EDUCATIVA TÉCNICA “MANUEL BRICEÑO”

BRICEÑO

2011

ROLES DEL DOCENTE

Para nadie es un secreto que ser docente es una de las carreras que más roles tiene por desempeñar en el cumplimiento de su labor, a diferencia de otras carreras en las que se cumplen dos o tres roles como máximo; el docente dentro y fuera del aula de clase cumple roles tales como: padre, psicólogo, pedagogo, tutor, guía, científico, comunicador social, amigo entre otros muchos sin contar con el de sacerdote(cuando confiesan sus secretos) y regente de farmacia (cuando se le pide consejo para algún dolor que presenten en clase)…

Ser docente de idiomas suma muchos otros roles que la comunidad educativa no identifica fácilmente pero que da mucha más responsabilidad al que se desempeñe en este campo. Por ejemplo al docente de idiomas se le responsabiliza de si un estudiante utiliza malapropismos en los alrededores de la institución, si no se expresa bien ante cualquier público y en cualquier ambiente, si no saluda o si no lo hace adecuadamente, sumándole el hecho de que en las reuniones o comités se deben auto postular para secretarios, relatores y quien de las conclusiones de lo dicho anteriormente.

Al docente de idiomas se le permite que las clases puedan ser totalmente variadas y se pueda desarrollar y/o potencializar las competencias comunicativas de cada uno de los estudiantes. Cada una de las actividades por desarrollar en clase permiten al estudiante mejorar el aspecto que más le agrada o por el cual más se inclina, por ejemplo: se encuentran estudiantes a los cuáles les gusta dar discursos, intervenir ante un público y/o tratar de persuadir o convencer a una comunidad en especial; existen estudiantes que les encanta declamar, crear poemas o poesías y se sienten en desventaja si no se trata ese tema en clase; a otros les encanta el teatro, el actuar ante un público y hacer escenas de cualquier índole en una clase; se encuentran otros que les encanta la escritura y es la forma más acertada para expresar sus sentimientos y pensamientos, lo cual vemos reflejados en sus ensayos, reflexiones o cualquier otro tipo de texto; y otros más que se inclinan por la lectura de obras literarias, periódicos, ensayos, entre otros. Por este motivo como docente de idiomas modernos: español e inglés, siento una ventaja grande y a la vez una responsabilidad más grande, puesto que debo

desarrollar dentro de cada periodo una cantidad de actividades bastante variadas para que si un estudiante no es muy hábil en una actividad, tenga el chance de mejorar sus calificaciones en cualquiera de las otras actividades como: centros literarios, periódicos murales, ejercicios de caligrafía, lectura de obras literarias, actividades de argumentación e improvisación y comprensión de textos.

“El diálogo representa un intercambio comunicativo continuo y evolutivo por medio del cual logramos una aprehensión más plena del mundo, de nuestra subjetividad y de los demás.” (Burbules, 1999, pág. 32). Como el ejemplo viene por casa, yo suelo ser una de las personas que más trata de mantener la comunicación dentro del aula despejando dudas, explicando cada uno de los temas, ejemplificando las temáticas y muchas otras veces resolviendo conflictos y haciendo reflexiones, lo cual se que es una fortaleza, puesto que se ve un aprendizaje más significativo y se le suele dar más autoconfianza a los estudiantes y la clase se torna mucho más amena, pero que también trae sus consecuencias como las de no alcanzar a desarrollar las temáticas propuestas en cada periodo en muchas de las ocasiones.

Aunque hoy día, el papel del docente se ha ido menospreciando por la sociedad en tal grado que los estudiantes creen y pretenden saber más que el mismo docente, eso no fuese malo, si no se buscara desafiar al docente y poner en ridículo su misma posición, a diferencia de la época antigua o aún en nuestras épocas de estudio(1987-1998), donde el maestro, el médico y el sacerdote eran los más respetados y apreciados por la comunidad debido a sus conocimientos y a la labor que le prestaban a la misma sociedad. Cuando hoy día, vemos sociedades en las que ese respeto se ha perdido y los mismos padres buscan responsabilizarnos de la educación ética y moral que sus hijos tienen, a sabiendas de que la formación en valores y disciplina deben partir de su mismo hogar. No con esto se pretende que el docente no deba reforzar dentro de su aula estos valores de los que tanto depende una buena sociedad.

Pero todo esto tiene su razón de ser, y es que el colegio o la escuela es el segundo hogar de cada uno de los jóvenes y jovencitas a los que debemos guiar, es donde ellos permanecen por más de 6 horas y 5 días a la semana; adicionalmente somos modelos a seguir por cada uno ellos. Sin darnos cuenta, estamos dejando en ellos una huella que les puede servir para formar o para deformar, como también lo fueron para nosotros algunos docentes de primaria, secundario o en la universidad, los cuales tomamos como modelo para nuestra

misma formación de docente y también de los cuales rechazamos algunas actitudes para evitar mostrar o no aplicar alguna de ellas. El docente y estudiantes tienen mucho por aprender el uno del otro fuera de los contenidos programáticos. Que el docente esté abierto y propicie el espacio para el diálogo en la enseñanza permite expresar y crear comprensiones nuevas, reflexionar acerca de las normas éticas o políticas y dirimirlas (Burbules, 1999, pág. 42)

Pero lo más importante es que como docentes no olvidemos formar y no deformar, ser ejemplo y no tomar sólo ejemplos y como lo plantea Juan Carlos Tedesco (2003) la escuela debe reasumir un rol contracultural bajo los riesgos que esto libera, donde al alumno se le enseñe a ser solidario, reflexivo, “ciudadano” y se le planteen nuevamente los valores de la convivencia.