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ESPERANZA NAVARRETE MARTÍNEZ La Academia de Bellas Artes de San Fernando y la pintura en la primera mitad del siglo XIX

Academia 1999

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  • T E S I S D O C TORALES CUM LAUDEC O L E C C I N

    SERIE

    NMERO

    6

    A

    SERIE A: ARTE NMERO 6

    ESPERANZA NAVARRETE MARTNEZ

    La Academiade Bellas Artesde San Fernandoy la pinturaen la primera mitaddel siglo XIX

    La Academ

    ia de Bellas Artes de San Fernando y la pintura en la prim

    era mitad del siglo X

    IX

  • .

  • LA ACADEMIA DE BELLAS ARTESDE SAN FERNANDO

    Y LA PINTURA EN LA PRIMERA MITADDEL SIGLO XIX

  • Esta Tesis Doctoral fue dirigida por el

    Dr. D. Vctor Nieto Alcaide

    y leda en Madrid en la Facultad de Geografa e Historia de laUniversidad Nacional de Educacin a Distancia

    el da 22 de febrero de 1999 ante el tribunalconstituido por los siguientes Profesores:

    Presidente: Dr. D. Jos Manuel Pita AndradeVocal: Dr. D. Ignacio Henares CullarVocal: Dr. D. Enrique Arias AnglsVocal: Dr. D. Jos Enrique Garca Melero

    Secretaria: Dra. D M Dolores Antigedad del Castillo

    habiendo recibido la calificacin de

    SOBRESALIENTE CUM LAUDE POR UNANIMIDAD

  • ESPERANZA NAVARRETE MARTNEZUniversidad Nacional de Educacin a Distancia

    Facultad de Geografa e HistoriaDepartamento de Historia del Arte

    LA ACADEMIA DE BELLAS ARTESDE SAN FERNANDO

    Y LA PINTURAEN LA PRIMERA MITAD

    DEL SIGLO XIXDirector: Dr. D. Vctor Nieto Alcaide

    FUNDACIN UNIVERSITARIA ESPAOLAAlcal, 93.

    MADRID,

    1999

  • Publicaciones de laFUNDACINUNIVERSITARIAESPAOLA

    Coleccin TESIS CUM LAUDE Serie A (Arte) - 6

    Cubierta: J.

    GMEZ DE NAVIA: Sala del Natural. 1781. Real Academia de Bellas Artesde San Fernando. Madrid.

    ISBN: 84-7392-432-0Depsito Legal: M - 20.096 - 1999

    FUNDACIN UNIVERSITARIA ESPAOLAAlcal, 93. (28009 MADRID)

    Tfno.: 91 431 11 93 - 91 431 11 22 Fax: 91 576 73 52 M E-Mail: [email protected]

  • PRLOGO

    El Seminario de Arte Marqus de Lozoya que dirijo en la Fundacin UniversitariaEspaola, (como Patrono de la misma) incorpora, a la coleccin de Tesis doctora-les cum laude, una que tiene para mi especial relevancia. Realizada por doa EsperanzaNavarrete Martnez, aborda el estudio de una faceta capital en la historia de la Acade-mia de Bellas Artes de San Fernando: la que se refiere a la enseanza de la pintura, porlos pintores vinculados a la Corporacin, durante la primera mitad del siglo XIX. Deboapuntar las razones especficas que me mueven a otorgar un peculiar significado a esteestudio. La nueva doctora realiz hace aos, en nuestra Fundacin, una fecunda laboral iniciar lo que hoy llamamos FICONOFUE, es decir, un ambicioso Fichero de Iconogra-fa, que aspira a brindar materiales de trabajo a los investigadores en un campo de laHistoria del Arte que ha despertado, en este siglo que est concluyendo, inusitadointers. Desde el Seminario Marqus de Lozoya doa Esperanza Navarrete se trasla-d a la Academia (de la que formo parte desde 1984), vinculndose a la Biblioteca yArchivo, donde viene realizando una fecunda labor. En 1989 pude contribuir a que laFundacin costeara la versin espaola de la importante monografa de Claude Bdat,La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1744-1808), apareciendo comocoeditoras ambas instituciones. Se comprender que me satisfaga y mucho el que ahora,de nuevo, contribuya la Fundacin a que se d a conocer un captulo importante de lahistoria de la Corporacin.

    Gracias al estudio en profundidad realizado por la doctora Navarrete, tiene brillan-te continuacin la empresa iniciada por investigador francs. Nos hallamos ante untrabajo riguroso y rico en aportaciones de primera mano. A travs de una serie decaptulos nos brinda, primero, un planteamiento general del tema, abordando luego elestudio concreto de cuantas cuestiones afectaban a las actividades docentes desarrolla-das por los pintores, con novedosas aportaciones extradas de su archivo. En las pala-bras preliminares se justifica plenamente el inters que tena la enseanza en la vida dela Corporacin. Si nos remontsemos a la ltima dcada del siglo XVIII, tendramos querecordar los famosos memoriales escritos por los artistas-profesores en relacin con losplanes de estudio y la valiente defensa hecha por Goya de la libertad de enseanza; noolvidemos que el genial aragones tuvo que dedicar una parte de su labor a aleccionar alos alumnos como recuerda, no sin cierta desazn, en alguna de las cartas a Zapater.

  • Esperanza NavarreteVI

    La tesis se inicia coincidiendo con una etapa importante en la trayectoria de laAcademia. Considero muy tiles la pginas que, en la introduccin, se ocupan del papeljugado en la primera mitad del siglo XIX, por las instituciones docentes (con la Univer-sidad a la cabeza) para justipreciar el puesto que, entre ellas, deba tener nuestraCorporacin. El extenso capitulo primero, al analizar la estructura de ella, en todas susvertientes, hace factible, entre otras cosas, que pueda comprenderse el papel jugado porlos acadmicos (en sus diversos niveles) y las Juntas. Fundamental es el capitulo segun-do que enfoca asuntos como el de los planes de estudio, situacin de los alumnos ypremios fruto, muchas veces, de los famosos concursos, con pruebas de pensado yde repente. El captulo tercero se enfrenta con un tema trascendente, el de las exposi-ciones, que iba a constituir el germen de las llamadas nacionales; stas con susmedallas, mediatizaran la vida de los pintores a partir de la segunda mitad del siglo.Tiene tambin subido inters el capitulo cuarto, que se ocupa del Museo de la Acade-mia. Les siguen los dedicados a la Biblioteca y a la Comisin de Pintura y Escultu-ra, y en el sptimo se han elaborado una serie de Apndices, cronolgicos unos, yalfabticos otros, muy tiles para la consulta rpida y complementaria de los nombresde las personalidades que dieron vida durante media centuria a la Real Academia deBellas Artes de San Fernando.

    La tesis aade, a su enriquecedor contenido, una especial virtud: fue realizada alpie de los documentos, contando con el ntimo contacto que doa Esperanza Navarretetiene con ellos gracias a las tareas que realiza en la Biblioteca y Archivo de la Acade-mia. El trabajo se inici hace bastantes aos bajo mi direccin; pero al volver yo a laUniversidad de Granada como profesor emrito, distanciandome inevitablemente de lavida universitaria madrilea, se tom el buen acuerdo de que se hiciera cargo de dirigir-lo el catedrtico de la Universidad Nacional a Distancia, y amigo verdadero, don VictorNieto Alcaide. A l se debe pues la supervisin de la tarea en sus etapas decisivas. Hede agradecerle muy de veras que haya recogido la antorcha, beneficiando, con susconsejos, a la entonces doctoranda.

    Jos Manuel Pita Andrade

  • PRLOGO VII

    La enseanza del arte, la forma de aprender los fundamentos y principios de unaespecialidad, la organizacin de los talleres, la relacin entre maestros y discpulos, esuna cuestin fundamental para comprender el desarrollo y la evolucin de los procesosartsticos. Sin embargo, hasta que las enseanzas se organizaron de forma reglada atravs del consiguiente control de las Academias, las noticias documentales fueronescasas y fragmentarias debido a que la enseanza de las artes se realizaba a travs dela vida y la prctica del taller en el que el joven aprendiz de artista pasaba sus aos deformacin. Contratos, menciones documentales y poco ms es lo que ha llegado anosotros de esta forma de aprendizaje que sera posteriormente desplazada por laenseanza reglada y sistemtica de las artes.

    Esta enseanza sistemtica del arte se produjo en consonancia con el papel desem-peado por las academias como organismos de control de la prctica artstica, de lateora y de la enseanza de las artes. La firme creencia en la idea de que el arte se regapor unos principios inmutables y permanentes determin que las Academias ejercieranun control estricto de la enseanza con la finalidad de mantener y transmitir las normasen las que se basaban sus ideas artsticas. Desde entonces, la documentacin se hizomucho ms abundante. Noticias de los profesores y alumnos, de los distintos tipos deejercicios y prcticas, del valor y papel de los distintos gneros, de las pensiones deestudios para Roma y Pars, as como otros numerosos aspectos, se registraron conprecisin configurando un corpus documental de singular valor. Hasta el punto de quesin su estudio resulta imposible comprender el papel de las academias en la formacinde los artistas y en el mantenimiento y en la difusin de las ideas sobre arte y el gustoartstico imperante en el momento. Pues la enseanza acadmica se planteaba como unatransmisin de principios basados en el valor y alcance de las normas. Algo muy distin-to a la formacin realizada en los talleres en los que lo dominante, y no siempre, era elestilo del maestro dando lugar, por tanto, a una gran diversidad.

    El funcionamiento de la Academia de Bellas Artes de San Fernando durante el sigloXVIII nos fue dado a conocer por el libro de Claude Bdat. Pero de la actividad corres-pondiente a la primera mitad del siglo XIX era muy poco, por no decir nada, lo quesabamos. El estudio de Esperanza Navarrete sobre la Academia de Bellas Artes de SanFernando y la pintura de la primera mitad del siglo XIX ha venido a llenar este vaco ya confirmar, de forma documentada, cientfica y rigurosa, algo que intuamos perosobre lo que tenamos noticias vagas y confusas. Esta investigacin fue presentadacomo tesis doctoral por Esperanza Navarrete en la Universidad Nacional de Educacina Distancia. Obtuvo entonces la mxima calificacin y se la concedi despus el PremioExtraordinario de Doctorado. Su publicacin ahora, poco despus de su presentacin

  • Esperanza NavarreteVIII

    como tesis, introduce en la historiografa una nueva e imprescindible referencia para elconocimiento de la Academia, de la enseanza de las artes y del arte de la primeramitad del siglo XIX. Una obra imprescindible para el arte de un perodo que no podrser estudiado sin su consulta.

    En su estudio Esperanza Navarrete analiza la historia de la Academia de BellasArtes de San Fernando y su proyeccin en la pintura de este perodo. Algo que seprodujo fundamentalmente a travs del control de la enseanza. Su trabajo, en estesentido, resulta enriquecedor y constituye un modelo de investigacin imprescindiblepara conocer las artes de este perodo. Las funciones de la Academia estaban sometidasa una estructura compleja organizada burocrticamente, que es analizada sistemtica-mente por la autora en su estudio. La organizacin de la Academia y de la enseanza delas artes, los acadmicos profesores, las asignaturas y el plan de estudios, la organiza-cin del curso acadmico, los premios y concursos, las pensiones de estudios, lasexposiciones pblicas y el Museo y la Biblioteca, as como la Comisin de Pintura yEscultura, son las piezas del argumento, estructurado de forma discursiva y coherente,de esta obra que ilumina, desde un planteamiento desconocido, la actividad artstica dela primera mitad del siglo XIX. La aportacin documental, las noticias y la historia dela Academia que nos transmite Esperanza Navarrete en su libro constituye una aporta-cin fundamental y relevante. Pero, tambin, lo es su aportacin a la mecnica y funcio-namiento artsticos de la poca. Conocamos las obras, los planteamientos, las ideas y elgusto de la poca, pero nos faltaba saber cmo se configuraban esas ideas, cmo seorganizaban los imperativos de ese gusto y cmo se transmitan las ideas artsticas. Elestudio de Esperanza Navarrete, en este sentido desborda los lmites cronolgicos deltema de su investigacin para abrirse a un campo mucho ms amplio convirtindose enun estudio modlico para la comprensin de los procesos determinantes del fenmeno delos comportamientos artsticos.

    Vctor Nieto Alcaide

  • NDICE GENERAL

    PRLOGO, por Jos Manuel Pita Andrade y Vctor Nieto Alcaide . . . . . . . . . . . . . . . . . VPRESENTACIN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7SIGLAS UTILIZADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    INTRODUCCIN: LOS ESTUDIOS DE BELLAS ARTES EN EL MARCO DE LAPOLTICA ESTATAL DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX . . . . . 13

    CAPTULO I

    . ESTRUCTURA DE LA ACADEMIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

    1. LOS ACADMICOS NO PROFESORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391.1. El Protector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391.2. El Viceprotector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411.3. El Jefe Principal de la Academia y dems Establecimientos de Nobles Artes . . 461.4. El Secretario y el Vicesecretario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471.5. Los Consiliarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 531.6. Los Acadmicos de Honor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

    2. LOS ACADMICOS PROFESORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 612.1. El Director General . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 642.2. Los Directores Actuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 692.3. Los Profesores con Honores y Graduacin de Director . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 762.4. Los Directores Honorarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 792.5. Otros Directores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

    2.5.1. Director de Pensionados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 812.5.2. Director de Perspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 822.5.3. Director de Anatoma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 842.5.4. Director de Colorido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85

    2.6. Los Tenientes Directores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 862.7. Los Profesores con Honores y Graduacin de Teniente Director . . . . . . . . . . . 912.8. Los Tenientes Directores Honorarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 922.9. Los Acadmicos de Mrito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93

    2.9.1. Por la Pintura de Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 992.9.2. Por la Miniatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1132.9.3. Por la Perspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1162.9.4. Por el Paisaje, Marinas y Animales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1182.9.5. Por la Pintura de Flores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

  • Esperanza Navarrete2

    2.10. Los Acadmicos Supernumerarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1212.10.1. Por la Pintura de Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1222.10.2. Por la Miniatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1252.10.3. Por la Perspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1252.10.4. Por la Pintura de Flores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

    3. LAS JUNTAS ACADMICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1263.1. Junta Particular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1313.2. Junta Ordinaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1323.3. Junta General . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1333.4. Junta Pblica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1343.5. Otras Juntas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134

    4. LOS NO ACADMICOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1354.1. El Conserje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1364.2. El Bibliotecario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1394.3. El Archivero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1424.4. Los Modelos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1454.5. Los Porteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147

    5. ALGUNOS PROBLEMAS POLTICOS: LAS PURIFICACIONES . . . . . . . . . . . . . . 148

    CAPTULO II

    . LA ENSEANZA DE LA PINTURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1571. EL PLAN DE ESTUDIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157

    1.1. Reformas y Proyectos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1581.2. Las Asignaturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192

    1.2.1. Perspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1931.2.2. Anatoma artstica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1971.2.3. Estudio del Modelo en Yeso y del Modelo Natural . . . . . . . . . . . . . . . . 2051.2.4. Colorido y Composicin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213

    2. EL CURSO ACADMICO Y LOS ALUMNOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2262.1. El Curso Acadmico y las Dificultades Econmicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226

    2.2. Los Alumnos: Matrculas y Disciplina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241

    3. LOS PREMIOS DE ESTUDIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245 3.1. Ayudas de Costa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245

    3.2. Otros Premios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2483.3. Los Concursos Trienales o Premios Generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250

    3.3.1. Los Temas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2543.3.1.1. Concurso de 1802. Temas de Pensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2543.3.1.2. Concurso de 1802. Temas de Repente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2553.3.1.3. Concurso de 1805. Temas de Pensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256

  • NDICE 3

    3.3.1.4. Concurso de 1805. Temas de Repente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2563.3.1.5. Concurso de 1808. Temas de Pensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2573.3.1.6. Concurso de 1808. Temas de Repente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2573.3.1.7. Concurso de 1831. Temas de Pensado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2583.3.1.8. Concurso de 1831. Temas de Repente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259

    3.3.2. Los Opositores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2593.3.3. Los Discursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263

    3.4. Las Pensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2693.4.1. Pensiones para Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2693.4.2. Pensiones para el Extranjero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275

    3.4.2.1. Pensiones para Roma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2853.4.2.2. Pensiones para Pars . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295

    CAPTULO III

    . LAS EXPOSICIONES PBLICAS DE LA ACADEMIA . . . 2971. ORIGEN, FRECUENCIA Y NORMAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297

    2. ESTUDIO GENERAL DE AUTORES Y OBRAS PRESENTADOS . . . . . . . . . . . . . 3202.1. Los Autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3202.2. Las Obras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322

    2.2.1. El Retrato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.2. Historia Sagrada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.3. Costumbres y Gnero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.4. Paisaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.5. Naturaleza Muerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.6. Animales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3232.2.7. Perspectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3242.2.8. Mitologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3242.2.9. Historia Civil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324

    2.3. Los Coleccionistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325

    CAPTULO IV

    . EL MUSEO DE LA ACADEMIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329

    1. LA INSTALACIN DE LAS OBRAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3302. PROCEDENCIA DE LOS CUADROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340

    2.1. Obras en Depsito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3422.2. Compras, Encargos y Permutas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3642.3. Donaciones y Legados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3702.4. Obras de Acadmicos de Mrito y de Supernumerarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377

    3. VENTAS DE CUADROS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 378

    4. INVENTARIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3814.1. Inventario de 1758 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3824.2. Inventario de 1794 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3834.3. Inventario de 1804 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383

  • Esperanza Navarrete4

    4.4. Inventario de 1814 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3844.5. Inventario de 1817 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384

    5. CATLOGOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3855.1. Catlogo de 1817 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3865.2. Catlogo de 1818 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3865.3. Catlogo de 1819 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3875.4. Catlogo de 1821 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3875.5. Catlogo de 1824 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3915.6. Catlogo de 1829 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392

    6. LOS RESTAURADORES DE PINTURAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 393

    7. NORMAS PARA LA COPIA DE OBRAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397

    CAPTULO V. LA BIBLIOTECA DE LA ACADEMIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4031. PROCEDENCIA DE LAS OBRAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409

    1.1. Compras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4091.2. Donativos y Depsitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4111.3. Publicaciones de la propia Academia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 412

    2. INVENTARIOS E NDICES: 1762, 1794 Y 1829 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4133. USO Y REGLAMENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416

    CAPTULO VI. LA COMISIN DE PINTURA Y ESCULTURA . . . . . . . . . . 4191. EL CONTROL SOBRE LA TASACIN DE PINTURAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4222. EL CONTROL SOBRE LA PRODUCCIN ARTSTICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4263. EL CONTROL SOBRE LA EXPORTACIN E IMPORTACIN DE PINTURAS . . 4294. LA CENSURA DE PUBLICACIONES ARTSTICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437

    CAPTULO VII. APNDICES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4551. RELACIN CRONOLGICA DE VICEPROTECTORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4552. RELACIN CRONOLGICA DE SECRETARIOS, VICESECRETARIOS

    Y CONSERJES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 455

    3. RELACIN ALFABTICA DE CONSILIARIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4554. RELACIN ALFABTICA DE ACADMICOS DE HONOR . . . . . . . . . . . . . . . . . 4565. RELACIN CRONOLGICA DE DIRECTORES GENERALES . . . . . . . . . . . . . . . 4606. RELACIN CRONOLGICA DE DIRECTORES DE PINTURA Y DE

    PROFESORES CON HONORES Y GRADUACIN DE DIRECTOR . . . . . . . . . . 460

  • NDICE 5

    7. RELACIN CRONOLGICA DE OTROS DIRECTORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4608. RELACIN CRONOLGICA DE TENIENTES DIRECTORES DE PINTURA . . . . 4619. RELACIN ALFABTICA DE ACADMICOS DE MRITO POR LA PINTURA . 46110. RELACIN ALFABTICA DE ACADMICOS SUPERNUMERARIOS POR

    LA PINTURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 462

    11. RELACIN CRONOLGICA DE BIBLIOTECARIOS Y DE ARCHIVEROS . . . . 46312. RELACIN CRONOLGICA DE LOS CONCURSOS GENERALES Y ALFABTI-

    CA DE LOS CONCURSANTES A LOS PREMIOS DE PINTURA . . . . . . . . . . . . 463

    13. RELACIN CRONOLGICA DE LAS EXPOSICIONES DE LA ACADEMIA,CON EXPRESIN DE LOS PINTORES Y OBRAS PRESENTADOS . . . . . . . . . . 466

    CAPTULO VIII. BIBLIOGRAFA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495

    NDICE ONOMSTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 555

  • .

  • 1 Caveda (1867-1868).

    2 Bdat (1989).

    PRESENTACIN

    El presente libro es parte de mi tesis doctoral que, bajo el ttulo de La enseanza dela pintura y los pintores en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando deMadrid durante la primera mitad del siglo XIX, le en Madrid en el Departamento deHistoria del Arte de la Facultad de Geografa e Historia de la Universidad Nacional deEducacin a Distancia, siendo mi director D. Vctor Nieto Alcaide. Debido a su exten-sin original no ha podido ver la luz el trabajo completo, pero no obstante quieromostrar mi gratitud a la Fundacin Universitaria Espaola y especialmente a uno de suspatronos, D. Jos Manuel Pita Andrade, por el inters que han manifestado para queeste original no quede indito.

    Ms que indagar en la vida y en la evolucin artstica de los pintores espaolesactivos en Madrid en la primera mitad del siglo XIX, me propuse investigar sus relacio-nes con la Academia de Bellas Artes de San Fernando como centro docente. Uno de losprincipales motivos que me indujeron a ello fue el de que la historia de la Institucindurante este espacio de tiempo contaba con muy pocos estudios especficos, y que lamayora de las noticias conocidas consistan en referencias indirectas incluidas en lasbiografas de algunos de los pintores que estuvieron relacionados con ella. Se haban yaestudiado con bastante amplitud los primeros cincuenta o sesenta aos de la vida de laAcademia, pero, a falta de estudios pormenorizados sobre las dcadas posteriores, loshistoriadores tendan a presuponer que las caractersticas observadas durante el sigloXVIII se mantuvieron durante toda su existencia, llegando incluso en algunos casos aolvidar el importante cambio que hubo a raz del R.D. de 25 de septiembre de 1844. Enel momento de iniciar mi investigacin existan dos obras puntales en este sentido: la deJos Caveda1 y la de Claude Bdat2. Entre ambas mediaban ms de cien aos, y durantetodo ese siglo la bibliografa no haba hecho mas que repetir lo apuntado por el primero,corrigiendo y, a veces ampliando, algunos datos muy concretos pero sin abarcar unestudio general sobre la Institucin. Bdat asumi este compromiso y el resultado desus investigaciones es tan valioso que hoy da es la fuente principal de cualquier estudiono slo de la Academia sino de buena parte del arte espaol de la segunda mitad delXVIII, adentrndose hasta el inicio de la Guerra de la independencia. A estos estudiossigui el de beda de los Cobos que se limitaba tambin a la segunda mitad del siglo

  • Esperanza Navarrete8

    3 beda (1988).

    4 Estatutos... (1757).

    5 Estatutos... (1846).

    6 Arao (1988). Como el propio autor manifiesta su tesis doctoral est centrada en analizar las

    circunstancias en que se ha desarrollado la formacin de los profesores de Dibujo.

    XVIII pero centrando su investigacin en la concepcin de la pintura que se fragu ymanifest desde ella3.

    As pues, salvo la obra de Caveda, ningn estudio entraba en profundidad en lavida de la Academia durante la primera mitad del siglo XIX, o ms concretamente hasta1844, momento en el que se aprob un Plan de Enseanza de los Estudios de BellasArtes de la Academia de San Fernando que tuvo consecuencias no slo en la docenciaen s sino tambin en la configuracin interna de la propia Institucin, que se vio obli-gada a reformar los Estatutos de 1757, an vigentes4, y a aprobar otros nuevos en18465. Todo esto conducira a que la Academia se convirtiera en organismo consultivodel Estado en materia de bellas artes, y a que, nominalmente, llevara vida separada dela Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado y de la Escuela Especial de Arqui-tectura, lo que abrira un nuevo perodo en la vida de la Institucin y en la enseanza delas bellas artes en Espaa. A partir de esas fechas y hasta 1980 esta enseanza especia-lizada tiene ya su estudio propio, gracias al Dr. Arao Gisbert6.

    Sobre la base de estos estudios, cre que mereca la pena averiguar si durante laprimera mitad del siglo XIX se siguieron manteniendo las directrices y caminos por losque se haba movido la Academia desde mediados del XVIII, o si bien se fueron modifi-cando, como caba esperar, y por qu derroteros. Aunque la obra de Bdat abarca elestudio de toda la vida acadmica desde 1744 a 1808 (tambin lo relacionado con laenseanza de la pintura), cre conveniente aprovechar y reforzar lo investigado por lsobre esta materia y empezar desde el inicio del siglo XIX. El trabajo de beda, aunquems prximo temticamente a mis intenciones, tambin acaba cronolgicamente afinales del XVIII. Por tanto, vi oportuno basar mi trabajo en analizar las lneas decontinuidad y ruptura respecto al perodo estudiado por ellos y en estudiar la vida de laAcademia durante casi toda la primera mitad del siglo XIX en todo lo referente a laenseanza de la pintura y a los pintores que se relacionaron con ella.

    Este libro est basado casi exclusivamente en los documentos manuscritos delpropio Archivo de la entidad (cuyas signaturas se facilitan entre parntesis en nota a piede pgina) y se completa con aquellas citas bibliogrficas que ms estrechamente serelacionan con el tema estudiado.

    Quiero mostrar mi agradecimiento pblico a todas aquellas personas que me hanapoyado durante la gestacin de este trabajo, y especialmente a D. Jos Manuel PitaAndrade, gran historiador y amigo, que me supo guiar en un principio por los caminosadecuados de investigacin; a D. Vctor Nieto Alcaide, quien no ha dudado en brindar-

  • PRESENTACIN 9

    me y dedicarme todo el tiempo que he necesitado y a cuyos consejos y orientacionestanto debo en cuanto al enfoque definitivo del trabajo; y a D. Jos Antonio DomnguezSalazar, acadmico-bibliotecario de la de Bellas Artes de San Fernando, sin cuyasdeferencias me hubiera costado mucho ms esfuerzo poder desarrollar este trabajo.Tambin a mi familia (significativamente a Juan, Carmen, Federico y Alfonso), y a miscompaeras y amigas de la Biblioteca de la Academia (Marisa Moro, Maite Galiana,Soledad Cnovas, Soledad Lorenzo, Ana Casas, Irene Pintado, Marisa Paredes y AnaGmez) que me han "sufrido" en mayor o menor medida a lo largo de todo este tiempo.A otros varios amigos, entre ellos a Antonio Calvo y Coral Maturana, y a Jos EnriqueGarca Melero, uno de los mejores investigadores y conocedores de los entresijos de laAcademia durante el siglo XVIII. Y por encima de todos, y por muchos motivos, a miquerido Pepe. Y del mismo modo, he de manifestar mi gratitud a la propia UNED porhaberme acogido como una ms de sus alumnas, y por supuesto a los miembros deltribunal que juzgaron y aprobaron la tesis, D. Jos Manuel Pita Andrade, D. M.Dolores Antigedad del Castillo Olivares. D. Jos Enrique Garca Melero, D. EnriqueArias Angls y D. Ignacio Henares Cullar, por haber aceptado formar parte del mismoy dedicar su valioso tiempo a examinarla. Tambin quedo muy agradecida al personalde la Fundacin Universitaria Espaola, especialmente a D. Manuel Martn y a D. JosMara lvarez por la inestimable ayuda que me han prestado para poner a punto laedicin.

  • .

  • SIGLAS UTILIZADAS

    J.C.P. = Junta de la Comisin de Pintura.

    J.C.P.E. = Junta de la Comisin de Pintura y Escultura.

    J.C.P.M.EE. = Junta de la Comisin del Plan y Mtodo de Estudios.

    J.C.NN.AA. = Junta de la Comisin reunida de las Tres Nobles Artes.

    J.Gen. = Junta General.

    J.O. = Junta Ordinaria.

    J.O.Extr. = Junta Ordinaria Extraordinaria.

    J.P. = Junta Particular.

    J.P.Extr. = Junta Particular Extraordinaria.

    J.Pb. = Junta Pblica

    JJ.OO. = Juntas Ordinarias.

    JJ.PP. = Juntas Particulares.

    L.C. = Libro de Cuentas.

    LL.CC. = Libros de Cuentas.

    R.C. = Real Cdula.

    R.D. = Real Decreto.

    R.O. = Real Orden.

  • .

  • INTRODUCCIN

    LOS ESTUDIOS DE BELLAS ARTES EN EL MARCODE LA POLTICA ESTATAL DURANTE LA

    PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

    Al iniciarse el siglo XIX la necesidad de reformar el sistema educativo del pas, y enespecial la enseanza universitaria, era una opinin compartida desde casi todas lasposturas ideolgicas. Esta necesidad de renovacin se vena arrastrando desde el sigloXVI, principalmente porque las materias que se impartan resultaban insuficientes y erapreciso prestar atencin a otras nuevas. En casi todas las universidades existan faculta-des de artes (llamadas tambin facultades menores) en las que se impartan smulas,lgica, fsica escolstica, metafsica, matemticas, y lenguas (griego, hebreo y rabe);estaban consideradas como estudios preparatorios literarios y cientficos para acceder alas facultades mayores de teologa, cnones y leyes, y medicina.

    A lo largo del XVIII fueron varias las opiniones que desde el Gobierno intentaronsolucionar la cuestin, pasando unas por considerar que lo ms adecuado era eliminardel todo estas enseanzas sustituyndolas por otras nuevas; tambin estaban los quecrean que lo mejor era fundar centros extrauniversitarios que abrazaran las enseanzasque se echaban en falta; y por ltimo, los que intentaban conciliar ambas posturas.Segn escriba Gil y Zrate a mediados del XIX, fruto de estas discusiones fue lacreacin de algunas reales academias literarias y cientficas, entendidas como centros deinvestigacin paralelos a las universidades, cuya finalidad sera "discutir y esclarecerlos asuntos que son de su competencia". As, se crearon en Madrid las de la Lengua (en1714), de la Historia (en 1738), y de Prctica de Leyes y Derecho Pblico de SantaBrbara (en 1763). La de Bellas Artes de San Fernando en un principio deba obedecera estos fines de investigacin y discusin de cuestiones artsticas, pero la prcticademostrara que estos fines fueron reconducidos principalmente hacia la docencia. Elmismo Gil y Zrate comentaba que "El gran nmero de pintores clebres que produjoEspaa en los siglos XVI y XVII, la variedad de sus escuelas, [y] el mrito de lasobras, debi inspirar desde luego la idea de formar una academia que conservase el

  • Esperanza Navarrete14

    1 Gil Zrate (1855).

    2 Fuente (1884-1889: vol. III, cap. LXII: "Creacin de las primeras reales academias. La Espaola

    o de la Lengua: 1714. La de la Historia: 1735. La de Bellas Artes: 1745"; en el vol. IV, cap. XLVII seocupa de los Estudios de Dibujo y habla de las mujeres acadmicas).

    3 Ajo (1957-1966).

    4 lvarez Morales (1971).

    buen gusto y los sanos principios del arte", y centr sus objetivos en "la perfeccin yadelantos de las tres nobles artes de Pintura, Escultura y Arquitectura"1.

    Otros historiadores del siglo pasado al tratar el tema de la universidad espaolaincluyeron entre sus pginas ligeros comentarios sobre los estudios de bellas artes. As,Vicente de la Fuente deca que "aunque las reales academias no son propiamente corpo-raciones docentes, su influencia se ha dejado sentir en la enseanza, y es conveniente ypreciso decir algo de ellas. La verdad es que la enseanza oficial haca poco o nada, ymenos en el siglo XVII, por la pureza de la Lengua y por el estudio de la Historia.Preciso es confesar que en las universidades se estudiaba ms el latn que el castellano,y en cuanto a la historia, ni se enseaba ni se saba bien, y lo que haban escrito Floriande Ocampo, Morales, Mariana y Garibay no lo haban aprendido en la universidad,siquiera los tres primeros fueran universitarios y tengan las universidades de Salamancay Alcal derecho a mirarlos como hijos suyos". Pero respecto a la de San Fernando selimitaba a hacer una breve resea sobre su fundacin y estatutos con una cronologams o menos precisa, y poco ms, sin entrar en valorar el contenido de sus enseanzas,salvo cuando trata de las Escuelas de Dibujo y de algunas mujeres acadmicas2.

    Ya en nuestro siglo, Ajo Gonzlez, lvarez Morales, Mariano Peset Reig y JosLuis Peset, o Richard Kagan, han realizado diversos y exhaustivos trabajos sobre lahistoria de la universidad en Espaa y Portugal. El primero de ellos apenas hace men-cin al tipo de academia que nos interesa3. Para lvarez Morales, quien public unaconcienzuda historia sobre las reformas de la universidad espaola en el siglo XVIII4, lasociedad dieciochesca, al elaborar un concepto nuevo de universidad, convirti elproblema de la cultura en un asunto nacional; por ello, las universidades, como engeneral todos los centros de enseanza del pas, no podan seguir su propia evolucin almargen de lo que suceda en la sociedad, de la que se encontraban separados por susustancial autonoma. La concepcin de la nueva universidad iba hacia su centraliza-cin en el Estado, como toda cuestin de dimensin nacional. Pero el principal proble-ma era el econmico ya que el Estado no destinaba los medios suficientes para finan-ciarla. Hasta ese momento, desde que las universidades haban aparecido en la EdadMedia, lo nico que a ellas y a sus profesores corresponda era la enseanza. Peroahora esa sociedad se cre la necesidad de realizar una investigacin cientfica, comoconsecuencia de la importancia superior que se conceda a las ciencias pragmticas, ytom la responsabilidad de llevar a cabo esta misin. En opinin de lvarez Morales, lo

  • INTRODUCCIN 15

    5 lvarez Morales (1971) no cita a la Academia de Bellas Artes, pero podemos aplicar sus criterios

    a este caso; los ejemplos que pone son los Reales Estudios de San Isidro, el Seminario de Nobles, elproyecto de universidad para Madrid, y las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas.

    6 Kagan (1981) opina que estas ideas de Feijo no hacan sino recoger los postulados que manifes-

    tara ya en el siglo XVI Pedro Simn Abril.

    que ocurra era que las universidades, en general, resultaban inservibles para poderdesarrollar esta tarea, y por eso la sociedad puso en marcha unas instituciones en dondepoderla llevar a cabo, y resucit las academias renacentistas. A esto haba que aadirque hubo por parte de los crculos ms ilustrados del pas una corriente de opinin paraquienes las universidades eran viejos establecimientos que, al haber quedado anticua-dos, resultaban imposibles de actualizar. Esta preocupacin vino a concretarse en unesfuerzo por llevar a cabo la creacin de unos establecimientos de enseanza nuevos, endonde nada se opusiera a que se impregnaran del nuevo espritu cientfico. Es lo queeste mismo autor ha llamado "la reforma extrauniversitaria", para la que encontraronapoyo en el propio monarca y su equipo de gobierno, que se lanz incluso directamentea la creacin de algunos de estos establecimientos, impulsados por ideas centralistasque buscaban hacer de Madrid la gran capital del Reino, donde pudieran mirarse (tam-bin en lo referido a la enseanza), las dems ciudades de la monarqua5.

    En esta lnea se encontraba Feijo quien, al considerar la posiblidad de introducirnuevas materias de estudio en la universidad (como fsica, astronoma, botnica ohistoria natural)6, pero consciente de las dificultades que esto conllevaba, propuso lacreacin de unas academias cientficas bajo la proteccin regia, como nica forma deconseguir que arraigaran estos estudios, y se mostr partidario de crear una en Madrid,a imitacin de la de Pars. Su idea de reforma de la enseanza iba pues unida a la de laintervencin del Estado, y a la nacionalizacin de la universidad, ideas que compartiPablo de Olavide quien, adems, en su informe de 1768 quiso restringir estos estudiossolamente a los nobles y a los ricos, puesto que si los pobres y los trabajadores acudana ella, las tierras, la industria y el comercio quedaran abandonados, lo que significaraun grave perjuicio para el pas. A ella, pues, solamente deberan acudir para formarselos hombres que la sociedad necesitaba para dirigirla. Si aplicamos este pensamiento deOlavide al campo de las bellas artes, podemos pensar que las ideas que mantuvieron aflote a esta Academia bien pudieran ser las de formar profesionales que dirigieran elgusto artstico de la nacin al servicio del Estado. En este sentido podramos entendertambin su legitimacin en la categora de estudios superiores equiparables a los de lasfacultades mayores. Pero a diferencia de otros, en estos estudios no se poda aplicar latabla rasa de separar a ricos y pobres, pues el talento artstico no dependa de la fortunaeconmica personal.

    A esta circunstancia eminentemente prctica y econmica dio respuesta Cabarrscuando, en 1792, manifest que las universidades deberan desaparecer tal y comoestaban concebidas, pues era el mejor medio para acabar con tanta profesin intil, y

  • Esperanza Navarrete16

    crear nuevos centros especializados que respondieran ms cercanamente a las necesida-des del pas, como por ejemplo aquellos donde se formasen buenos artesanos, industria-les y comerciantes. El caso de los artesanos, o parte de ellos, estaba ya cubierto en laAcademia de San Fernando, pues muchos de los alumnos que asistan lo hacan precisa-mente con la idea de formarse, a travs del aprendizaje del dibujo, en sus respectivas ofuturas profesiones de ebanistas, tejedores, tapiceros, u oficios similares. Y culmin en1816 con la creacin del Estudio de Dibujo de la Merced, y ms tarde otro en la calle deFuencarral, que se hizo extensivo tambin a las mujeres.

    Jovellanos concedi tambin gran importancia al estudio de las ciencias tiles, perono por ello consider necesario suprimir las universidades aunque comprendiera queeran incapaces de adaptarse a las nuevas necesidades. Prueba de ello fue la fundacindel Instituto Asturiano de Mineraloga, Pilotaje y Nutica para favorecer la extracciny el comercio de la hulla, concebido como una institucin paralela que no anulaba a launiversidad. Pero su proyecto de rectificar la direccin de los estudios universitarios nopudo llevarse a cabo, ya que antes fue destituido de su cargo pblico.

    En opinin de Kagan lo que se pretendi fue resucitar la universidad de la Edad de Oro:la restauracin de glorias mticas del pasado y la continuidad de prcticas sancionadas por eltiempo fueron parte integrante de la poltica y del pensamiento de la Espaa del AntiguoRgimen. Y la universidad, mentora de tantos gobernantes, era sin duda responsable en partede estos ideales. El resultado fue que se les permiti el lujo de permanecer como estaban ydejar el duro trabajo de la innovacin educativa a otras instituciones, entre ellas a las realesacademias, con lo que "la primaca intelectual de Espaa abandon la universidad y pas alas academias, dedicndose aqulla a servir a los intereses de los estudiantes de mentalidadvocacional y las aspiraciones sociales de los ricos".

    Nos puede servir esta introduccin para centrarnos en la idea de que la Academiade Bellas Artes de San Fernando no era una institucin marginal respecto al panoramaeducativo espaol. Si nos dejamos conducir por las opiniones que ven en institucionesde su estilo la nica solucin innovadora de salvar la penuria de la docencia en Espaa,podramos pensar que gracias a ella los estudios de bellas artes salieron de un estadoinsidioso para tomar un impulso no conocido hasta entonces, ya que se pas del tallerparticular del artista al gran taller costeado por el Estado. En este sentido, la Academiafuncion como una universidad ms, pero no autnoma sino que, al no poder mantener-se econmicamente ni por s ni por el Estado, su reforma se vincul a la del resto de lasinstituciones docentes del pas.

    Por ello, al iniciarse el siglo XIX arrastraba las mismas lacras que otros centros: nopoda reformarse porque ello significaba una fuerte inversin de dinero que no aportanadie. Pero el gran nmero de alumnos que asistan a sus salas no dejaba dudas sobre lanecesidad de su presencia en la sociedad del momento. A menudo se ha querido disfra-zar esta falta de progreso con las luchas intestinas entre sus miembros. Pero prctica-mente desde su fundacin se estuvieron haciendo gestiones para dotarla suficientemente,

  • INTRODUCCIN 17

    7 Esta opinin la expresaba el marqus de Espeja, siendo Viceprotector, en un informe que present

    a la J.P. de 20 de marzo de 1803 (126/3).

    8 Y citaba los casos de los cuadernos o cartillas redactados, pero luego retirados, de Aritmtica y

    Geometra de Jos de Castaeda, el Tratado de delineacin de los rdenes de arquitectura con lminas

    abiertas por diseos de Diego de Villlanueva; 23 lminas sobre Anatoma que haban quedado incom-pletas de texto; otras tantas para la Arquitectura hidrulica de Benito Bails; o las 30 lminas para lasAntigedades rabes de Granada y Crdoba

    an sin publicar (49-11/1).

    mediante la elaboracin de memorias y trabajos orientados a organizar su funciona-miento y hacer valer su viabilidad. Tareas que se significaron en torno al ao 1792 y alde 1799, y que siguieron nada ms comenzar el XIX, cuando el marqus de Espeja en1803 criticaba que la Academia no marchara adecuadamente porque no se hacancumplir las normas dictadas al caso. Pero quizs el problema no radicaba del todo en lafalta de normas, sino en que stas no haban sido capaces de romper con la costumbre.Refirindose en concreto al caso de los arquitectos y de los grabadores, el marqus deEspeja deca que stos se formaban no en la Academia sino en las casas y talleres desus maestros, siguiendo sus mtodos particulares y no el uniforme que debera hacerrespetar la Institucin7. Pero aqu entraba en juego otro problema, y es que an no sehaban redactado todos esos mtodos o "cartillas" para unificar las enseanzas8.

    Pero nuestra intencin por ahora no es entrar en las particularidades de la Acade-mia, sino en relacionarla con los problemas generales de la poltica educativa del pas.Por ello vemos que la enseanza de las bellas artes no era una cuestin de debategeneral, aunque s su forma de llevarla a cabo, al menos para un reducido nmero deinteresados. Los diferentes planes de estudios superiores que se aprobaron, o los que nopasaron de proyectos a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, la incluyeron dentrode su mbito, variando levemente el lugar que se le destin junto a los considerados denivel superior. El carcter de estos planes o proyectos estaba sujeto a los vaivenespolticos, pero en lo que se refiere a los estudios de bellas artes no variaron su conteni-do, ya que establecidas sus bases, siempre se dejaba a los propios establecimientosdocentes la elaboracin de sus reglamentos y programas concretos.

    El primer plan de enseanza universitaria del siglo XIX, el "Plan Caballero" de1807, no haca referencia a las bellas artes, pues se centraba sobre todo en suprimiraquellas universidades que no podan sostenerse debido a sus escasas rentas, y ensometer bajo un mismo sistema a las que subsistieran. Aunque lleg a ponerse enprctica, el Estado no pudo asumir el gasto de mantener a las supervivientes y, adems,sobrevino la Guerra de la independencia.

    Durante el tiempo que Jos I estuvo en el trono de Espaa no dict ninguna medidaespecial relativa a la enseanza de las bellas artes, aunque s mand formar en 1810una junta para examinar las necesidades de la instruccin pblica, la misma que recibiel 28 de enero de 1811 el encargo de elaborar un plan general de enseanza, que no

  • Esperanza Navarrete18

    9 Mercader Riba (1983).

    10 Peset y Peset (1974) apuntan que la universidad de Salamanca, en agradecimiento a las atencio-

    nes del mariscal francs, le nombr doctor.

    11 La primera reunin de esta Comisin se celebr el 23 de septiembre de 1811, y formaban parte de

    ella doce personas: Jovellanos, Luis de Salazar, Vicente Blasco, Manuel Jos Quintana, Manuel Abell,Juan de Ara, Jos Rebollo, Martn Gonzlez de Navas, Eugenio de Tapia, Bartolom Gallardo, DiegoClemencn y Jos Oduardo. Vid. Puelles y Mayordomo (1982: vol. I)

    12 En concreto fue en la sesin del 17 de enero de 1812 (Puelles y Mayordomo: 1982, vol. I).

    13 Arts. 366-371.

    14 Art. 367.

    15 El 18 de julio de 1813 la Regencia redujo su nmero a seis, manteniendo solamente a Quintana,

    Gonzlez de Navas, Tapia y Clemencn, y aadiendo a Jos Vargas Ponce y a Ramn de la Cuadra(Vid. Guerrero, en el "Estudio preliminar" a Puelles y Mayordomo: 1982, vol. I).

    16

    Informe de la Junta creada por la Regencia para proponer los medios de proceder al arreglo delos diversos ramos de Instruccin Pblica, firmado por Martn Gonzlez de Navas, Jos Vargas yPonce, Eugenio de Tapia, Diego Clemencn, Ramn de la Cuadra y Manuel Jos Quintana. Cdiz, 9 deseptiembre de 1813. Entre otros, Ruiz Berrio (1970), y Guerrero (bidem), sealan que este informeest inspirado en el que Condorcet presentara en 1792 a la Asamblea Nacional francesa en nombre delComit de Instruccin Pblica (Vid. Puelles y Mayordomo, 1982, vol. I).

    pas de ser un proyecto9. Algunas universidades cerraron sus puertas, otras lucharoncontra la invasin, y la de Salamanca, por ejemplo, recibi ayuda francesa por parte delmariscal Thiebault, quien redact, en opinin de los profesores Mariano y Jos LuisPeset, un curioso plan de estudios10. La Academia no cerr oficialmente sus puertas,aunque se interrumpieron muchas clases debido a la ausencia no slo de algunos profe-sores sino tambin de otros acadmicos. Paralelamente, la Regencia, y dentro de lostrabajos preparatorios del texto constitucional, creaba en 1811 una Comisin del Plande Instruccin y Educacin Nacional11. En una de las sesiones de Cortes, concretamenteen la que se discuti lo relativo al captulo de la instruccin pblica, se trat de laconveniencia de adoptar el trmino "bellas artes", como estaba propuesto, o el de"nobles artes", acordndose finalmente adoptar el primero por considerar que el segun-do estaba ms relacionado con las artes del dibujo12. El ttulo IX de la Constitucin de1812 estaba dedicado a la Instruccin Pblica13, y en particular se deca que "se arre-glar y se crear el nmero competente de universidades y de otros establecimientos deinstruccin, que se juzguen convenientes para la enseanza de todas las ciencias, litera-tura y bellas artes"14.

    Pero aunque sancionado el texto constitucional, los trabajos de la Comisin deInstruccin Pblica continuaron, y como en 1813 an no haba presentado sus conclu-siones, la Regencia decidi modificar el nmero de sus componentes15. stos fueron losque elaboraron el conocido Informe Quintana de 181316. La intencin del mismo eratrazar unas lneas generales para intentar remediar la desastrosa situacin de la ense-anza en el pas, sobre las bases de que debera extenderse a todos los ciudadanos,

  • INTRODUCCIN 19

    abrazar todos los conocimientos humanos, ser accesible a cualquier edad, que losmtodos utilizados fueran los mismos para todo el reino, estar abierta a alumnos matri-culados y a oyentes, ser gratuita, y tener libertad de ctedra y de eleccin de maestro.As, se establecan tres niveles de instruccin: primera, segunda y tercera. Es en esteltimo nivel donde se situaban los estudios universitarios y todos aquellos que "sonabsolutamente necesarios para los diferentes estados de la vida civil", que se impartiranen "grandes escuelas", como las de Medicina y Ciruga, Comercio, Astronoma yNavegacin, Agricultura experimental, Geografa prctica, Msica, Veterinaria, y lasde Nobles Artes (que no de bellas artes como se haba recogido en las discusiones de lasCortes). Los estudios de nobles artes se impartiran en las cuatro academias (o "grandesescuelas") ya existentes en la Pennsula, es decir, en las de Madrid, Valencia, Zaragozay Valladolid, y adems se habilitara con igual rango a la de Sevilla.

    A los redactores de este Informe el tema de las reales academias no les era ajeno,ya que al principio del texto se referan a ellas como ejemplo de logro particular ("inspi-raciones efmeras") de algn ministro ilustrado empeado en realizar reformas en elsistema educativo pero sin haber sido capaz de acometerlas en su conjunto. Precisamen-te uno de los graves defectos que vean en este tipo de instituciones era el que no estu-vieran coordinadas entre s, pues siendo organismos pluridisciplinares si aunaranesfuerzos podran conseguir mayores logros, por lo que proponan la creacin de unasola, con sede en la capital del reino, a modo de gran Academia Nacional: "llegada ya lapoca de dar a nuestras academias aquella planta magnfica y grandiosa que es confor-me a la dignidad y elevacin de nuestras nuevas instituciones, y consiguiente a lailustracin de la Europa. Desde que la razn, ayudada de la filosofa, se ha convencidode que el rbol de la ciencia es uno, de que todos los conocimientos se enlazan entre spor un tronco comn y se prestan mtuo apoyo; de que unidos se engrandecen, y aisla-dos se anonadan, la idea de establecimientos semejantes [...] ha sido repetida por lossabios y por los polticos, y puesta en ejecucin en alguna capital de Europa [...] As,nuestra Academia Nacional es el ltimo grado de instruccin que se proporciona a loscultivadores de la sabidura; ella influye en todas las edades de la vida y en toda lanacin a la vez; ni se limita a esta ciencia, a esta arte, a este talento: todos los abriga[...] ocupado siempre en recoger, fomentar, aplicar y difundir los descubrimientostiles, y en preparar al entendimiento nuevos medios de multiplicarlos y de acelerar losprogresos del saber". El Informe propona que estuviera formada por un nmero fijo demiembros, elegidos libremente, sin solicitud previa sino acorde con sus mritos pbli-cos; y centraba sus trabajos en tres grandes bloques: ciencias fsicas y matemticas,ciencias morales y polticas, y literatura y artes, cada una con un director y un secreta-rio.

    Para coordinar la administracin econmica y gubernativa de todos los centrospblicos el Informe propona crear una Direccin General de Estudios, para evitar quedependieran, como hasta el momento, de varios ministerios. Esta Direccin estara

  • Esperanza Navarrete20

    17 Dictamen y proyecto de decreto sobre el arreglo general de la enseanza pblica presentados a las

    Cortes por su Comisin de Instruccin Pblica, mandados imprimir de orden de las mismas el 7 demarzo de 1814. Reimpresin, Madrid, 1820. Los miembros nombrados por el Gobierno para la forma-cin de este proyecto eran: Manuel Jos Quintana, Jos Vargas Ponce, Ramn de la Cuadra, MartnGonzlez Navas, Diego Clemencn y Eugenio Tapia, es decir, los mismos que firmaban el Informe de1813 (Ruiz Berrio, 1970).

    18 Tt. VII.

    19 Art. 64.4

    20 Art. 65.

    21 Arts. 66 y 67.

    22 Tit. XI.

    formada por cinco miembros, con rango y sueldo igual al de los del Tribunal Supremode Justicia, y tendran dedicacin exclusiva. Adems, habran de presentar a las Cortesuna memoria anual de actividades. Seran elegidos por primera vez por el Gobierno, yen lo sucesivo entre ellos mismos, junto a dos de la Academia Nacional.

    La Comisin de Instruccin Pblica de las Cortes elabor una respuesta a esteInforme, y, retocado, fue el que sirvi de base para la confeccin de un proyecto dedecreto que se present oficialmente el 7 de marzo de 181417. En l se mantena el mismoesquema en cuanto a las tres fases de la instruccin, incluyendo los "colegios o escuelasparticulares" o parauniversitarios de la tercera18, entre los que se encontraban los denobles artes. Pero adems, el proyecto de decreto contemplaba las necesidades no slode la Pennsula sino tambin de las provincias de ultramar, para las que propona lahabilitacin de cuatro escuelas de nobles artes: en Mxico, Guatemala, Guadalajara yLima19. Todas, las de la Pennsula y las americanas, tendran que elaborar particular-mente sus reglamentos de organizacin interna, econmica y de gobierno20, los cualesseran presentados a la Direccin General de Estudios, que los examinara y compararacon opiniones de expertos en cada materia; la Direccin General los presentara alGobierno debiendo ser las Cortes las que los aprobaran definitivamente21.

    Tambin recoga la idea de crear una Academia Nacional, que absorbera a las otrasacademias de la capital, cuyo principal objetivo era "conservar, perfeccionar y propagarlos conocimientos humanos", formada por "los sabios, los literatos y los profesores debellas artes que hayan dado pruebas pblicas de su aplicacin y conocimientos enalguno de los ramos del saber a que ha de dedicar la Academia sus importantes tareas"22.Se fijaba el nmero de sus componentes en cuarenta y ocho, distribudos en las tressecciones ya propuestas, y tambin se creaba la figura de los "individuos corresponsa-les". Esta Academia Nacional actuara adems como asesora de la Direccin General deEstudios en cuanto a formacin de planes y reglamentos, mejora de los mtodos deenseanza, y redaccin y publicacin de tratados elementales. Y aada respecto alInforme de 1813 lo siguiente: una vez establecida la Nacional quedaran suprimidastodas las existentes en la capital del Reino, refundindose en ella sus fondos y arbitrios,

  • INTRODUCCIN 21

    23 Art. 110.

    24 Art. 111.

    25 Puelles y Mayordomo (1985: vol. II, Introduccin).

    26

    Plan gubernativo del estudio de las nobles artes, Jos Luis Munrriz, Retorta, en el valle deMonterrey, a 25 de abril de 1812; es copia presentada a la Academia el 15 de agosto de 1813 (18-25/1),en cuya J.P. se le daban las gracias y se acordaba guardarlo en el Archivo por si en un futuro senecesitaba (126/3; 18-17/1). As lo explicaba tambin el mismo Munrriz al duque de San Carlos,Protector, en carta del 6 de septiembre de 1814 (18-17/1).

    depsitos y colecciones, obligaciones y trabajos23, excepto la de San Fernando, quesubsistira como "escuela particular de nobles artes"24. Podemos interpretar esta salve-dad en el sentido de que las funciones de la Academia de San Fernando quedaban dividi-das en dos grandes bloques: por una parte las que eran de competencia comn de aseso-ramiento a la Direccin General de Estudios seran absorbidas por la Academia Nacio-nal, mientras que como escuela de bellas artes seguira funcionando independientemente.En este sentido es en el que podemos interpretar la parte del texto que dice que el Go-bierno utilizara los centros ya existentes.

    Segn Puelles Bentez, el proyecto educativo que elaboraron los liberales de Cdizno olvidaba su dbito para con los ilustrados en su fe en una educacin bsica paratodos, incluida su gratuidad. Pero tambin se apartaba de ellos en cuanto que la reformaeducativa la ligaba estrechamente a una reforma del rgimen poltico en el que la sobe-rana nacional era el eje central de toda la convinvencia. Sobre las bases de una educa-cin costeada por el Estado, sta se haca universal, pblica, uniforme, libre y gratuitacon el fin de educar en la libertad y la tolerancia25.

    Hasta aqu hemos intentado hacer un resumen de la poltica educativa oficial en loreferente a las bellas artes. Ahora pasemos a analizar algunos de los documentos de laAcademia que hacen referencia a esta poltica general. Se conserva un documentofechado el 25 de abril de 1812 de cuyo origen podemos pensar dos cosas: o es uninforme pedido a la Academia por la Regencia sobre el estado de la enseanza de lasbellas artes, o bien fue redactado a iniciativa particular por su autor valindose de surelacin con la Academia y querer informar as voluntariamente a la Comisin del Plande Instruccin Pblica de las Cortes. El escrito es de Jos Luis Munrriz, acadmico dehonor desde 1796 y secretario general de la Academia desde 1807, y lo firmaba enRetorta, dirigindolo al secretario de Estado y del Despacho. Nos inclinamos a pensarque su origen obedece a su iniciativa particular pero impulsado por el conocimiento quetena (desde su exilio en Galicia, en donde estaba empleando "ltimamente el ocio queme precisa contra mi genio, la cesacin en mis tareas ordinarias") de los trabajos que laRegencia haba mandado emprender a la Comisin de Instruccin Pblica. Deca Mun-rriz basar algunas de sus propuestas en otras que ya haba presentado a la mismasecretara de Estado en 1808, por acuerdo de la Academia, sobre "la necesidad deinspeccionar el estudio" de las nobles artes26. El escrito lleg a su destino, y el goberna-

  • Esperanza Navarrete22

    27 Oficio de Jos [Garca de Len] Pizarro dirigido a Jos Luis Munrriz firmado en Cdiz el 5 de

    diciembre de 1812 (copia, 18-25/1).

    dor de la Pennsula, Jos Pizarro, acusaba recibo dndole las gracias en nombre de laRegencia27.

    Su plan constaba de cinco captulos referidos principalmente a: las academias yescuelas provinciales, al ejercicio de las nobles artes y prerrogativas de sus profesores,obras pblicas, y antigedades. Respecto a la enseanza en s y al orden de las losestudios aportaba pocas novedades comparado con lo que se vena debatiendo en el senomismo de la Academia desde haca tiempo; tampoco respecto al papel privilegiado quetenan los consiliarios, ya que adems intentaba reforzarlo mediante la concesin demayores atribuciones, pero fijaba su nmero en veinte, cosa que no estaba contempladaen los Estatutos. Su principal novedad est en que propona la desaparicin del mbitonacional de las otras reales academias de bellas artes existentes (Valencia, Valladolid yZaragoza) quedando solamente la de Madrid; y respecto a las de ultramar, confirmandola de Mxico, aada la creacin de una en Lima (de San Hermenegildo); ambas, aun-que con cierta autonoma, estaran bajo el control de la de Madrid. Constitua as unnuevo mapa de las academias en el que propona que cada una de las tres tuviera dos"satlites" y que en cada capital de provincia se formaran las respectivas bajo el gobier-no de la "nacional". La enseanza terica de estas tres academias debera ser comnsegn los parmetros establecidos por la de Madrid "hasta la conclusin y superioraprobacin del Plan que tiene pendiente".

    Estas tres academias tendran igual dotacin, pero las americanas haran sus consul-tas al Gobierno a travs de la de Madrid; ninguna nombrara ya ni acadmicos supernu-merarios ni maestros de obras. Podran enviar a Madrid tres pensionados cada una: porespacio de cinco aos habra tres pensionados para estudiar arquitectura, tres parapintura y tres para escultura o para grabado, con el fin principal de obtener el ttulo deacadmicos de mrito. Por su parte, la de Madrid (y las americanas fuera del mbito desu propio territorio o del peninsular) no podran enviar al extranjero a ningn pensiona-do; pero si alguna otra institucin o un particular pretendiera hacerlo, habra de pedirpermiso al Gobierno, y previo informe de la de San Fernando y haber ganado algnpremio general, los pensionados tendran que cumplir con el reglamento que se le impu-siera desde ella, pero nunca por un espacio de tiempo superior a tres aos.

    La idea ya apuntada con anterioridad por la Academia de crear Escuelas de Princi-pios de Dibujo al margen, pero dependientes, de la de San Fernando, la desarrollabaMunrriz extendindola tambin al marco americano. Pero aada otra ms en cadacapital de provincia, eliminando las existentes mantenidas por los consulados, socieda-des econmicas, etctera, y las pona bajo el control de los gobernadores provinciales.stas podran conceder pensiones bien para estudiar en la misma provincia o bien para

  • INTRODUCCIN 23

    28 Esta idea de crear academias territoriales que adems de realizar funciones docentes vigilaran las

    antigedades aparecidas o por aparecer, nos traslada mentalmente a las posteriormente creadas JuntasCientficas y Artsticas Provinciales de 1837, y a sus derivadas Comisiones Provinciales de Monumen-tos, nacidas en 1844. Vid. Grahit (1847: cap. I) y Navarrete Martnez (1995).

    acudir a Madrid por tres aos si era para estudiar pintura o escultura, cuatro para elgrabado y ocho para la arquitectura.

    La preocupacin por la enseanza de las bellas artes en los territorios de ultramaracabamos de ver que tambin se contemplaba en el Informe Quintana de 1813, y en elproyecto de decreto de 1814, salvando las diferencias respecto al nmero de ellas. Yaunque la idea de Munrriz de eliminar todas las de la Pennsula excepto la de Madridparece un poco exagerada, puede establecer ciertas concomitancias respecto a la de laComisin de Instruccin Pblica de las Cortes de eliminar todas las reales academias yestablecer una sola Academia Nacional, denominacin que tambin utiliza Munrriz. Enambas concepciones prevalece la idea de centralismo pese a la creacin de las escuelasprovinciales, al fin y al cabo slo "satlites" de la nacional o central.

    En cuanto a los acadmicos (de honor, consiliarios o de mrito), Munrriz semostraba partidario de que conservasen los privilegios concedidos en los Estatutos de1757: el de nobleza, y el de que los de mrito y directores de Escuelas de Dibujo pudie-ran tasar con valor judicial las obras de arte de su competencia. Reconociendo que lainvencin de obras pblicas era libre, sin embargo crea que su ejecucin deba irprecedida del examen y aprobacin de las academias territoriales; y respecto a las obrasde arquitectura, se declaraba partidario de crear una comisin, a semejanza de la yaexistente en la de Madrid, en las de Mxico y Lima.

    Fuera ya del mbito de la enseanza, tambin es novedosa la importancia que dabaa la conservacin y restauracin de las "antigedades" (principalmente arqueolgicas)ya conocidas o que pudieran aparecer tanto en la Pennsula como en Mxico o Per. Sucontrol debera estar a cargo de conservadores especiales, y en su defecto, de los ayun-tamientos o de los estamentos judiciales, bajo la inmediata inspeccin de la academiaterritorial. El Gobierno debera aprobar cualquier actuacin sobre ellas ya fuera derestauracin o de demolicin, previo informe de la de Madrid28.

    Por ltimo, Munrriz, haciendo un repaso de las principales cuestiones que, tenien-do pendientes la Academia, debera pasar a solucionar una vez se reanudara su activi-dad normal, mencionaba la conclusin del mtodo general de estudios para las acade-mias y escuelas ("ya muy adelantado"), oyendo a la junta particular, al director general,y a otros dos acadmicos o ms, para as exponerlo al Gobierno; arreglar los estatutossegn las propuestas que contena su escrito, disponer reglamentos de escuelas y pen-siones en el extranjero, etc.

    Como hemos comentado ya, la Academia recibi en agosto de 1813 una copia deesta propuesta de Jos Luis Munrriz, y decidi archivarla por si en un futuro pudierautilizarse. Al mes siguiente, se comentaba que el Plan General de Instruccin Pblica

  • Esperanza Navarrete24

    29 J.P. del 15 de septiembre de 1813 (126/3).

    30

    Plan general para el restablecimiento de la Real Academia de las Nobles Artes de San Fernandocon aumentos y mejoras considerables a favor de su instituto, Pedro Franco, Madrid, 4 de junio de1814. Este Plan se completa con un Apndice que remiti el da 15 (18-17/1). Adems de los Planes deFranco y Munrriz, el conserje Jos Moreno tambin redact y present otro en este mismo ao (18-17/1), y fueron vistos en la J.P.Extr. de 15 de junio de 1814 (126/3).

    estaba ya elaborado, y que si se llevaba a cabo tal y como estaba planteado "va aempeorar el sistema y rgimen de la Academia, al que ha debido hasta ahora sus venta-jas y esplendor"29. Evidentemente estos temores deban referirse al Informe Quintana,que haba sido firmado en Cdiz el 9 de septiembre, y que como hemos visto dejaba a laAcademia reducida a mera escuela de bellas artes, ya que el resto de sus competenciaspasaran a la proyectada Academia Nacional. No tiene nada de extrao que el escrito deMunrriz se mandara archivar, entre otras cuestiones por las innovaciones referidas alas academias americanas y sus puntos de contacto con la tesis del Informe Quintana,adems de por la inestabilidad poltica de las colonias.

    Las suspicacias respecto al Informe Quintana y, por extensin, al proyecto dedecreto presentado a las Cortes el 7 de marzo de 1814, quedaron disipadas al decretarFernando VII el 4 de mayo la anulacin de toda la labor de las Cortes, declarando"nulos y sin ningn valor ni efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesenpasado jams tales actos y se quitasen de enmedio del tiempo", por lo que ni los traba-jos de 1813 ni el proyecto de 1814 pudieron ser sancionados. Inmediatamente despus,el 4 de junio, el que sera nombrado al da siguiente viceprotector de la Academia,Pedro Franco, present un Plan General para su restablecimiento, que complet a lospocos das30. Hemos apuntado que uno de los aspectos coincidentes entre la propuestade Munrriz (1812), el Informe Quintana (1813) y el proyecto de decreto de las Cortes(1814) es la referencia a las academias de ultramar; pero ahora, Pedro Franco, quizsqueriendo borrar tambin, como Fernando VII, todo rastro de la labor anterior, y viendolos rebrotes de independentismo, olvidaba tratar el tema.

    Vuelto pues a Espaa, Fernando VII mand formar en febrero de 1815 una Juntaintegrada por ministros a la que encomend la tarea de elaborar un texto para el PlanGeneral de Instruccin Pblica; en agosto nombr una Seccin compuesta por otros tresministros jubilados para que se dedicaran exclusivamente a ello. Ambas, Junta ySeccin, seguan trabajando en ello cuando sobrevino el cambio poltico de 1820. Eneste intervalo de tiempo Fernando VII nombr a su hermano Carlos Mara Isidro (di-ciembre de 1815) "Jefe Principal de la Academia y dems establecimientos de noblesartes de Espaa", gesto que fue entendido como de buena voluntad hacia la Corporacincon el fin de darle el impulso que necesitaba. Entre 1816 y agosto de 1818 nuevascomisiones del seno de la Academia trabajaron en este sentido, quedando interrumpidashasta el 2 de febrero de 1820 para proseguir hasta el 4 de mayo, presentando sus con-clusiones el 23 de noviembre.

  • INTRODUCCIN 25

    31 J.P. de 29 de mayo de 1820 (127/3).

    32 El oficio del Ayuntamiento fue visto en la J.P. de 6 de julio de 1820, y en la misma el Viceprotec-

    tor present la contestacin, que fue aprobada (127/3).

    33 La R.O. fue vista en la J.P. de 6 de julio de 1820, y aceptado su cumplimiento (127/3).

    34

    Exposicin del Viceprotector de la Academia de Nobles Artes de San Fernando sobre los adelan-tamientos que ha tenido este instituto desde que el Rey regres felizmente a esta Corte, con las venta-jas que presenta y los medios de conseguirlos, bajo los auspicios de la sabia Constitucin de laMonarqua Espaola, est firmada por Pedro Franco pero no fechada, aunque por su contenido puedeser a la que se refera l mismo en otro dirigido a los "Sres. de la Junta" con fecha 6 de septiembre de1820 (18-39/1).

    35 El proyecto fue aprobado en la J.O. de 17 de diciembre de 1820 (88/3), y apareci impreso al ao

    siguiente (Plan... 1821).

    36

    Reglamento General de Instruccin Pblica, aprobado por decreto de las Cortes el 29 de junio de1821, firmado por Jos M Moscoso de Altamira (presidente), Francisco Fernndez Gasco (diputadosecretario) y Pablo de la Llave (diputado secretario). (Recogido en Puelles y Mayordomo, 1985: vol.II).

    Pero iniciado el Trienio Constitucional la Academia se mostr de nuevo inquietacon el sistema de instruccin pblica que pareca iban a adoptar las Cortes, pues consi-deraba que "alterara la actual constitucin de las academias"31. Por otra parte, elayuntamiento de Madrid oficiaba a la Academia trasladndole una R.O. de 29 de mayo"referente a manifestar los deseos del Rey en preparar las mejoras y perfeccin de laindustria pblica, sealadamente la que comprende los ramos de la primera educacin;y siendo uno de los ms principales la parte del dibujo para la perfeccin de los artefac-tos, cuya enseanza se halla a cargo de la Academia", le peda se le facilitasen variosdatos: el nombre del establecimiento, el objeto de su fundacin, sus patronos, proceden-cia de sus rentas, su estado presente, las prdidas tenidas y mejoras proyectables, y susaspiraciones32. Adems, el ministerio de la Gobernacin solicit de ella que su Sala deJuntas fuera habilitada para albergar a la Comisin nombrada por el Rey "para prepa-rar los trabajos que se haban de presentar a las Cortes para el establecimiento de unplan uniforme y general de enseanza en todo el reino"33.

    En el mes de septiembre de 1820 la Academia era para su viceprotector "el tribunalde las bellas artes", y considerada "como la Universidad" de las mismas34. En diciembrela Academia dio por fin el visto bueno al Plan de estudios que le present la comisinencargada de elaborarlo, referido a la enseanza de pintura, escultura y grabado, yorden su impresin junto a lo que se haba ya aprobado anteriormente relativo a la dearquitectura35.

    A los pocos meses, el 29 de junio de 1821, las Cortes aprobaban el ReglamentoGeneral de Instruccin Pblica36, y los temores que la Academia haba expuesto en1813 y 1820 afloraron de nuevo. Para algunos historiadores las ideas liberales expresa-das en este texto diferan de las de los liberales de Cdiz en cuanto que ahora susredactores se mostraban menos tolerantes hacia la libertad de enseanza, y en especial

  • Esperanza Navarrete26

    37 Tit. V.

    38 Art. 62.

    39 Tit. IX, arts. 115 y 116.

    40 J.P. de 16 de junio de 1821 (127/3). En la edicin que hemos consultado de este Reglamento

    respecto a la universitaria, queriendo ver en ello un intento de restringir el elevadopoder de la Iglesia. Este Reglamento, heredero de las labores de 1813 y 1814, mantenael ideal de que la enseanza costeada por el Estado, o impartida por cualquier corpora-cin con autorizacin del Gobierno, haba de ser pblica y uniforme, igual el mtodoutilizado en libros y manuales, y, tambin, en su gratuidad. Tampoco se modificabanlas tres fases de la enseanza, y se concretaba ms respecto a las escuelas particulares,denominndolas ahora "escuelas especiales"37, formando parte de ellas las de bellasartes38. Pero ahora se establecan en la Pennsula seis escuelas (academias) de noblesartes, pues a las de Madrid, Valencia, Zaragoza, Valladolid y Sevilla, se aada la deBarcelona; y en ultramar se pasaba de las cuatro anteriores a nueve, aadiendo a las deMxico, Guadalajara, Guatemala y Lima, las de La Habana, Manila, Chile, Santiago yBuenos Aires. El acceso a ellas sera previo examen, y elaboraran sus respectivosreglamentos que pasaran a la restablecida Direccin General de Estudios que lospresentara al Gobierno para su sancin definitiva por las Cortes. Tambin recuperabaeste Reglamento la idea de formar una Academia Nacional, y mantena la excepcin yaformulada en 1814 de respetar a la Academia de San Fernando como escuela de noblesartes39.

    Conociendo el texto y adelantndose a su publicacin, la Academia debati sobreestas cuestiones en una de sus juntas. El viceprotector explicaba que "por el artculo119 de l se supriman todas las Academias existentes en esta capital para refundirse enla Nueva Academia Nacional con sus fondos, arbitrios etc.", y que se exceptuaba por elartculo siguiente a la de San Fernando, que subsistira como Escuela Especial deNobles Artes. Aada a su explicacin que, considerando que no quedaban clarasciertas cuestiones que le incumban, como por ejemplo "las funciones que ejerce estaAcademia en los exmenes de los profesores, de obras pblicas de arquitectura, etc,deseaba que la junta tomase esto en consideracin para el gobierno interior de la mismaAcademia". Y en vista de todo, crey la junta que la Academia "debera continuar comohasta aqu en todas sus funciones, as respecto de la enseanza pblica como en elrgimen interior y econmico; pues an cuando el Gobierno al establecer el Plan Gene-ral aprobado por las Cortes haga algunas reformas segn el estado actual de la Acade-mia, no podrn ser notables respecto a la enseanza de las Nobles Artes que debecontinuar como Escuela Especial conservando sus enseres, colecciones, fondos ydepsitos como se previene en la excepcin del artculo 120; y por tanto pareca que noera tiempo de alterar el rgimen actual, ni de reclamar sobre el que puede tener en losucesivo"40.

  • INTRODUCCIN 27

    (recogido en Puelles y Mayordomo, 1985: vol. II) no son los artculos 119 y 120 los referidos a lasupresin de las academias y excepcin de la de San Fernando, sino los artculos 115 y 116: "Ttulo IX.De la Academia Nacional. Art. 115. As que se establezca la Academia Nacional quedarn suprimidaslas existentes en la capital del reino, refundindose en aquella sus fondos y arbitrios, sus depsitos ycolecciones, y sus obligaciones respectivas. Art. 116. Exceptase de lo dispuesto en el artculo anteriorla Academia de San Fernando, la cual subsistir como escuela de nobles artes".

    41 "Gracia y Justicia. Real Decreto sobre el plan general de estudios del Reino, aprobado el 14 de

    octubre de 1824" (Recogido en Balmaseda y Nieva, 1825: vol. IX).

    Al concluir el Trienio Constitucional Fernando VII derog sus logros legislativos,y el Reglamento de 1821 qued sin vigencia. Igual suerte corri el Plan General de laAcademia que con tanto trabajo haba conseguido ser publicado en el mismo ao.Recordemos que el Reglamento estableca que cada escuela especial debera elaborar unreglamento propio que regulara sus aspectos docente, econmico y administrativo,presentarlo a examen de la Direccin General de Estudios, dar sta su visto bueno,pasarlo al Gobierno y sancionarlo las Cortes. Pero que hayamos podido constatar, elPlan General de la Academia no sigui estos pasos, ni tampoco se indicaba en el textoque vio la luz. Tan slo se haca una exposicin de motivos dirigida al infante CarlosMara como Jefe Principal de la Academia en respuesta a la confianza que haba depo-sitado en la Junta designada por l en 1816. Esto hace pensar que el texto no iba aseguir la va ordinaria de los reglamentos de otros establecimientos docentes, sino que,aceptado por el Infante, ste lo remitira directamente al Rey para su sancin. Debemosapuntar a este propsito, como veremos en el captulo correspondiente, que en 1817 elmonarca le haba autorizado para poder determinar en aquellos asuntos de gobiernointerno de la Academia que por los Estatutos no estuvieran reservados a la resolucindel Rey, y que con el visto bueno de su Jefe principal bastaba.

    Fernando VII nombr en febrero de 1824 otra Junta para estudiar de nuevo lareforma educativa que haba iniciado en 1815, interrumpida cuando, segn l mismomanifest, "sobrevino la terrible calamidad de marzo de 1820" y "aparecieron luego losque se decan legisladores, y sin contar conmigo, y auxilindose de todos los genios dela rebelin, trabajaron en razn inversa para viciar y corromper las enseanzas con laponzoa de las doctrinas anrquicas e irreligiosas"; a ella se uni a partir de julio de1824 una Comisin especial. Pero ahora los trabajos se centraron en la reforma univer-sitaria por ser considerada prioritaria. Fruto de ellos fue el "Plan Calomarde" de arreglode las universidades, aprobado el 14 de octubre41, que las pona bajo la tutela delMinisterio de Gracia y Justicia, y debera entrar en vigor desde el curso siguiente, paraas "contener los estragos que hacen todava las mximas revolucionarias". Es un plandedicado ntegramente a las universidades, en el que no aparece mencin alguna a esosotros estudios superiores. Estuvo en vigor hasta 1836. Para el profesor Puelles Bentezuno de sus fines principales fue eliminar de las universidades todo rastro de pensamien-to liberal llevando a sus lmites los ideales de uniformidad y centralizacin liberales,

  • Esperanza Navarrete28

    42 Puelles y Mayordomo, 1985: vol. II.

    43 Por acuerdo de la J.P. de 14 de febrero de 1835 (128/3).

    44

    Plan General de Instruccin Pblica, aprobado por R.D. de 4 de agosto de 1836. (Recogido enPuelles y Mayordomo, 1985: vol. II).

    pero sometindolas a un estrecho margen de maniobra. Ms bien parece un reglamentointerno, ya que llega incluso a establecer los horarios, los textos a seguir, el calendarioescolar, los rganos de gobierno, etc, escondindose detrs la obsesin absolutista de nodejar resquicio alguno a la iniciativa de los profesores, de los alumnos o de los rganosde gobierno. Y aade Puelles que, este plan, inaugura la tendencia de unir en un mismotexto legislativo la poltica y la religin en materia de educacin42.

    En lo que respecta a la Academia sus estudios se siguieron rigiendo aparentementeen funcin de su propio Plan de 1821. Pero en 1835 el secretario general MarcialAntonio Lpez plante la necesidad de metodizar definitivamente la enseanza de lasartes, y explicaba que la Academia deba comprometerse a ofrecer al estudiante un planintegral e independiente de otros centros. La misma se hizo eco de esta advertencia yacord ponerse a trabajar de nuevo43. Pero al parecer se hicieron pocos progresos, puesno hemos vuelto a encontrar noticias sobre el asunto sino hasta 1838. Para entonces yahaba fallecido Fernando VII, y los liberales retomaron el tema educativo. Pero stos yano eran los mismos de los tiempos de las Cortes de Cdiz, pues la divisin ideolgica enel campo poltico (de una parte los moderados, los viejos doceaistas, y de otra losprogresistas, exaltados o radicales) se traslad tambin al terreno educativo, por lo quesus ideales se reflejaron en la manera de concebir un nuevo plan que veniera a sustituiral de Calomarde. Gobernando los moderados, el gabinete de Istriz aprob un PlanGeneral de Instruccin Pblica en 1836 (el "Plan duque de Rivas") que fue derogado alos pocos das de su promulgacin44. La primera gran nota que le diferenciaba de otrosproyectos era la eliminacin de la gratuidad total de la enseanza, en consonancia,segn el profesor Puelles Bentez, con los ideales moderados de sustituir la soberananacional por una soberana de la inteligencia: ya no era precisa la extensin de laeducacin al mayor nmero de ciudadanos, sino que parte de ella sera privilegio de lasclases medias. Este Plan justificaba que solamente la enseanza primaria deba sernecesariamente gratuita (y con todo, solamente a los pobres de solemnidad) y, a medidaque el grado de especializacin fuera mayor, los interesados tendran que costerselapor su cuenta. Tambin se intentaba poner freno a la libertad de ctedra, por una partecon la intencin de salvaguardar el inters pblico de la enseanza utilizndola comoinstrumento de adoctrinamiento ideolgico, y por otra, poner freno al afn de lucro de laenseanza privada. Otra nota diferenciadora respecto al Reglamento de 1821 era queantes se poda cursar la enseanza universitaria bien de manera privada bien por cuentadel Estado, pero ahora solamente se poda cursar en centros estatales.

  • INTRODUCCIN 29

    45 Tit. III, arts. 47 y 48.

    46

    Proyecto de Ley de 29 de mayo de 1838, presentado por el Sr. Ministro de la Gobernacin sobrela Instruccin Secundaria y superior. (Recogido en Puelles y Mayordomo, 1985: vol. II).

    47 Tit. I, cap. III, art. 14.

    48 Cap. V, art. 21.

    A diferencia de otros planes que incluan a las escuelas especiales de bellas artesdentro del tercer ciclo educativo (pero al margen de las universidades) el del duque deRivas englobaba dentro de ste a las facultades, a las escuelas especiales y a los "estu-dios de erudicin", y se le denomina ya Escuela Especial de Bellas Artes, alejando eltrmino "nobles artes". Para acceder a ellas el alumno tena que haber terminado susestudios en un instituto elemental (es decir, tener acabada la instruccin secundariaelemental), salvo los arquitectos, a quienes se exiga el grado de bachiller en ciencias45.Ya no se hablaba de la Academia Nacional, y la Direccin General de Estudios pasabaa denominarse Consejo de Instruccin Pblica, dependiente del ministerio de la Gober-nacin de la Pennsula. Se regulaban las diferentes categoras de profesores de lasegunda y tercera enseanzas, pero en esta ltima solamente los de las facultadesmayores, nada se deca sobre los de las escuelas especiales.

    La Constitucin de 1837 devolvi las competencias de educacin a las Cortes, porlo que el Plan de Rivas fue derogado. Ante ello, el gabinete del conde de Ofala y suministro de la Gobernacin, el marqus de Someruelos, viendo que cualquier plangeneral de enseanza tena que pasar por la aprobacin de las dos cmaras, decidieronpresentar dos proyectos de enseanza separados: uno sobre la primaria, y otro sobre lasecundaria y superior. ste ltimo (el "Plan Someruelos") fue presentado al Congresoen 1838 pero, a pesar de manifestar que pretenda "poner en sintona nuestras actualesinstituciones con lo que exige la ilustracin del siglo", no lleg a ser aprobado46. Propo-na que toda la enseanza pblica, sin entrar en la primaria, deba impartirse en institu-tos, universidades y escuelas especiales. stas eran las de Caminos, Canales y Puertos,Minas, Agricultura, Veterinaria, Nutica, Comercio, Bellas Artes, Artes y Oficios, ycuantas el Gobierno juzgara oportuno crear47. Dejaba a las escuelas especiales libertadpara fijar la duracin de sus estudios y la elaboracin de sus reglamentos. Novedoso es,respecto al "Plan Rivas" por el que solamente los institutos superiores y las universida-des podan expedir grados, que ahora se propusiera que "en las Escuelas Especialespara carreras facultativas podrn tambin obtener los alumnos los grados acadmicos,siempre que en ellas se hicieren los estudios que stas requieren"48. Tambin fijaba losprecios de las matrculas para institutos elementales y superiores, y para las facultades,pero nada se deca de las escuelas especiales, como tampoco sobre su profesorado. Poreste proyect