505

Click here to load reader

ALBERDI, JUAN BAUTISTA - El Imperio Del Brasil Ante La Democracia de América

Embed Size (px)

DESCRIPTION

El Imperio Del Brasil Ante La Democracia de América

Citation preview

  • Zl /z/

    IMPERIO DEL BRASILaNTE la

    Democracia de Amriea

    Coleccion de los liltimos Escritos dados a lu2

    POR

    Don J. B. ALBRDIE .-Minisiro de la Ropriblica Argentina ea Pasi

    ~-O.S-^^>^^^^^~3

    PARISIMPRENTA A.-E. ROCHETTE

    72-SO, i;ov[,EVAUD Montparnasse, 72-80

    18G9>^

  • EL

    IMPERIO DEL BMSIL, ANTE LA

    Democracia de America

    PREFAGIO

    Este volmen constade una colecciondeescritosaparecidos sucesivamente con el objeto de estudiaruna crisis, casi permanente, de que son sintomas ymanifestaciones los acontecimientos que tienenpor actores al Brasil y las Repblicas del Plata,y por teatro al Paraguay, de cinco anos estaparte.

    El objeto del autor al reimprimirlos no es pro-seguir la discusion, sino cerrarla, dejando como \J

  • ltima palabra todo su trabajo reunido en uncuadro que, al favor de algunas reflexiones, per-

    mita al lector menos atento, conocer fondo y en

    toda su unidad el pensarciento que lo ha dirigido.El autor reproduce estos ti;abajos por la misma

    razon que tuvo para escribirlos, porque cre haberse

    ocupado en ellos de cuestiones del mas alto interspara su pais y para la America, vecina de su pais ;cre haberlas tratado en el sentido mas favorable

    su libertad y prosperidad, y en el tiempo en quecorrlan el mayor peligro de recibir una solucionfunesta sus destinos.

    Tal ha sido hasta aqui la razon de ser de estosescritos. Por hoy toda la mira del autor se concen-tra en una idea : resistir, protestar, oponerse al

    plan tradicional del Brasil, renovado est avez conproporciones aterrantes, de reconstruir su imperioen dotrimento del pueblo, del suelo y del honorde las Repblicas del Plata.

    Si por esta resistencia se siente contrariado elgobierno de su pais, el autor lo siente, lejos de ce-lebrarlo, pero dclara que su intencion no es re-sistir su gobierno, sino al gobierno del Brasil,en defensa del derecho de su pais, tal como suconciencia, libre de toda coaccion, lo entiende, ytal como lo entiende toda America. For eso es quehace votos por la terminacion leal, respetuosa,amigable de una alianza en fuerza de la cual nopuede un Argentino defender su pais sin contra-riar d su gobierno.Simpatisando con el Paraguay porque rsiste

    *#lo que l rsiste, el autor no es iasensiblq^ los

  • 111

    desastres argentinos. Los que han ganado sus gra-des y titulos militares derramando la sangre desus compatriotas en batallas de guerra civil, sa-ben que se puede aplaudir el triunfo de una ideasin celebrar por eso la sangre hermana derramada.Sarmiento y Mitre, que pasan por dos grandes

    patriotas argentinos, no pudieron dormir de con-tento la noche del 3 de febrero de 1852, segun lorefiere el primero. (,D6nde pasaron esa noche? enun campo sembfado de caddveres argentinos, delos dos colores rivales. ^ Era la sangre argentina larazon de su contento? No, seguramente; era eltriunfo de una idea util para el pais, aunque unaparte de l la hubiera resistido.

    Si la idea de nuestra sirapatia en la prsentelucha, es digna no de aplauso, los lectores arae-ricanos de este libro lo dirn. Pero no es esa lacuestion para nosotros. Sea cual fuere el valor denuestra idea, la intencion y desinteres con que lahemos servido, nos da derccho de crer raerecidoel aplauso que damos h su triunfo. Nadie puederesponder del acierto de su idea ; tal vez estamosequivocados en la nuestra, pero esta equivocacionen que tenemos el honor de persistir con la mejorbuena f, no nos ha valido empleos, ni condecora-ciones, ni titulos, ni sueldos, como otros les ha va-lido el sostener la idea contraria, sin que por esto

    pretendamos desconocer su patriotismo nadie,ni cada uno la libertad de opinar, y aun deequivocarse (1).

    *.

    (1) De todas las imputaciones vengativas que nos valen

  • IV

    Acabamos de leer en un mensaje que el ejrcitoargentine del Paraguay, es siempre el ejrcito deSan Martin y de Alvear. No lo dudamos un mo-mento ; pero es siempre la misraa la idea porquecombate ? Es siempre el ejrcito de San Martin,pero el ejrcito sin San Martin ; es siempre el ejr-cito de Alvear, pero sin Alvear ; lo que vale decir,sin Chacabuco, sin Maipo, sin Ituzaingo. Y por-qu razon ? porque falta la idea que glorificabaesas victorias

    ;porque Chacabuco y Maipo fueron

    batallas dadas para destruir el poder de los Bor-bones en America, y las que hoy se dan en el Para-guay, tienen por resultado restaurarlo en el Plata;porque Ituzaingo fu dada para echar los Bra-ganzas del Plata, y las batallas que hoy dan losargentinos en el Paraguay sirven para entregar elPlata d los Braganzas. Ah ! si las aimas grandesde esos ilustres rauertos pudiesen dar sus rdenes sus modernos viejos soldados, Dios sabe cualsria la direccionen queapuntaran sus fusilesparaser fieles la causa de Ituzaingo y de Maipo. Tales la idea con que aplaudimos la resistencia delParaguay contra el Brasil : la idea de Maipo contralos Borbones, la idea de Ituzaingo contra los Bra-

    estos escritos, la que menos impresion nos hace es la deiraicion y vcnalidad. La causa de esto viene de la cos-tumbre que noshizocontraerla Gazeta Mercantii deltierapodel gnerai llosas, de oirnos llani'ir traidores unitarios,vendidos al oro de los franceses.El mal que no nos hizo eltexto original de las injurias de INlarifio menos puedenhacernos las que son su plagio literal. Apelamos los

  • ganzas. Si hay quien dude de nuestro aserto, pre-giinte al Coude d'Eu, Principe Borbon entenadode un Braganza, si la campaia que hoy hace en elParaguay, tiene por objeto destruir el poder de susfamilias, estenderlo y afirmarlo. Pero el Conded'Eu no es el suicida : lo son sus aliados, y como

    estos son nuestros hermanos, natural es nuestrodeseo de ver ahorrado su esterminio (1).Es porque el autor no quiere que se vierta una

    gota mas de sangre argentina , que desea ver cele-brada la paz con el Paraguay, pues no hay masque un medio srio de probar que no se quierela efusion de esa sangre, y consiste simplementeen no esponerla, en terminar la guerra, en hacerla paz. Si no hay medio de firmarla, se la. hacesin este requisito dejando el campo, demasiadolauredo ya por torrentes de noble sangre vertidacon heroismo, como Inglaterra lo hizo mas deuna vez en el Plata, como Francia lo hizo enMejico, como Espana lo hizo en el Pacifico, sinque estas naciones hayan perdido nada de su honorpor esa manera de volver la paz que ahorraba lasangre preciosa de sus nacionales,

    plagiiirios mismos, que nunca se reputaron mas honrados,que cuando nos acompaSaban recibir esos ultrajes.

    (1) Nos acusan nuestros adversarios librales de sugeriral Paraguay nuestras ideas de libertad. Es reconocer cuandomenos, que no recibimos del Paraguay nuestras ideas. Enesto difiere su posicion de la nuestra ; mientras elles coutodo su poder no tienen una idea que no les venga delBrasil, nosotros, que no tenenios mas poder que el de nues-tra liblrta'l, somos accusados de dar inspiraciones librales. N*^ falta^ sind que accusen el Paraguay de recibiiiap.

  • VI

    La publicacion de este libro dista tanto de abri-

    gar mira hstil al nuevo gobierno argentine, queel autor haria mas bien un homenage de l latendencia paclflca que quiere suponerle, si los usos

    permitiesen homenages no ofrecidos ni aceptadosprviamente.Tampoco lleva mira hstil la administraciou

    pasada, y de ello es prueba la multitud de varia

    -

    ciones que ha hecho posible en esta edicion lacalma natural que sucede al ardor primero de to-dos los debates.Se ha procurado dejar nicamente en pi lo que

    pertenece al fonde de la inmensa cuestion que iosacontecimientos mas bien que los hombres, hanentablado, y que elles van resolver dentre depoco favor, en la opinion del autor, de los desti-nes democrticos de la America del Sur.

  • II

    No hay , en efecto , un solo inters fundamentalde rden social, econmico, politico, geogrdficopara toda esa porcion de America, que no estcomprometido gravemente en la cuestion que hoyse llama del Paraguay, y que no es en realidad

    sin la cuestion del Brasil, vista por su reverso.

    Bajo las apariencias de una empresa militar seesta operando una revolucion profunda y radical

    en las condiciones de existencia de esos paises : en

    el rden social, por la reforma de sus cdigos civi-les ; en el rden econmico, de que dependen supoblacion, comercio y riqueza, por el cambio reac-cionario del sistema de navegacion fluvial ; en elrden politico , alli subordinado la conformaciony limites geogrficos, por el cambio del mapa deAmerica en la parte que les concierne, lo que eslo mismo, en su equilibrio politico. Los que ahoracuatro afos oponian sus denegaciones burlonas los peligros que corre el equilibrio de esos Esta-dos, sienten hoy sobre su cuello todo el peso delBrasil

    , y tienen que cubrir su impotencia mate-rial para sacudirlo , con la mascara de su respetoescrupuloso los tratados.

    i Se quiere pruebas de que la cuestion es delBrasil y no del Paraguay ? Son muy sencillas ynotorias. Despues de la cuestion de Mejico no haocurrido en Sur America cuestion que haya hechomas rijido en Europa que la del Paraguay. Sabidoes quf de todos los paises de Sur America , es el

  • viir

    que menos intereses estrangeros de consideracioncontiene. ^ Sria causa de la atencion simptica queexita el inters moral 6 juridico de la cuestion?El mundo no acostumbra inquietarse de esas co-sas en este siglo. Luego esa guerra preocupa laopinion gnerai porque influye en la suerte delBrasil, cuyo comercio y gobierno son los mas rela-cionados con Europa.A esta prueba del inters brasilero de la guerra,

    se agrega otra de rden politico, y rsulta de unapalabra atribuida Don Pedro II, en que ha dichoque abdicaria su corona si no conseguia derrocaral gobierno actual del Paraguay. Si esta palabrano ha salido de sus labios, ella se desprende delconjunto de su politica en el Plata. De aqui el in-ters simptico que esa cuestion despierta en elpartido europeo, que vcon gusto el advenimientoposible de uno d sus reprsentantes dinsticos un trono Americano, si la guerra del Paraguaytermina de un modo feliz para el honor militar desu nuevo director.

    i Segun que mira, en que sentido, bajo que ini-ciativa se realiza la transformacion del Plata queacabamos de aludir ? Por la iniciativa del Brasil,bajo su accion principal, y naturalmente en suinters prpondrante, que es el polo opuesto delinters de los paises que sirven de instrumento yobjetivo de ese carabio brasilero.

    Asi la transformacion de los paises del Plata,que tiene por objeto servir d la reconstruccJon delimperio del Brasil, no les sirve ellos m^ismos,

  • IX

    sin para precipitar su disolucion. Ellos no hacenmas que trasvasar su sangre en las venas.del im- yperio agoni|ante para resucitarlo d la vida de que ' 'ellos se desprenden.Ni podria suceder de otro modo ^r dos razones

    capitales : l"* Porque el Brasil no es el pais quepuede dar los pueblos ciel Plata les elementos deprosperidadycivili|,acion,que l mismo le faltan, Xpor igual causa que sus vecinos, saber, la de sucondicion de ex-colonia americana del Portugal,emancipada diez anos mas tarde que las coloniasespaiiolas de su vecindad. Que necesitan, en e'fecto,para el desarrollo de su civiIi|;^cion las Repblicas ^del Plata? poblacion inteligente y laboriosa, capi-tales, industria, artes, ciencias , manufacturas

    ,

    mquinas, usos, inspiraciones de paises mas cultos /y adelantodos en civili^cion. Pero esto es cabal- '

    mente lo mismo que el Brasil necesita, porque ca-rece de ello en el mismo grado que sus vecinos.

    2" Tampocjo podria el imperio servir las Rep-blicas vecinas en sus intereses de pa^ interior, degohierno republicano, de cntralismo, de igualdadcivil si esclavos, de Uhertad flicvial imiversal, yno solo para riverenos, de comercio esterior directo,de integridad nacional, porque en todos estosgrandes intereses de los paises del Plata, servirse si mismo, es para el imperio brasilero, dafiara sus vecinos ; servir d sus vecinos esarruinar y destruir la propia existencia del Imperio : tanto es elantag(5nismo que divide, en el fondo, los anma-los aliados. ^

    ' I. ^

  • III

    El hocho es que todo el fondo de la cuestion quese disfraza con la guerra de Paraguay, se reduce,nada menos, que la reconstruccion del imperiodel Brasil, con nuevos territorios habitables pornuevas poblaciones europeas, y con otros principesdel mismo origen trasatlntico.La supresion del trfico^de negros, la abolicion

    de la esclavatura civil, la urgencia de poblar conrazas europeas los territorios inhabitados, que lalibertad fluvial erigida en derecho comun, haceaccesibles al mundo entero

    ; y la necesidad de unsucesor eficaz y srie para la corona del Imperio

    ^

    que la vida de Don Pedro II, ya avanjj^da para un /.clima devorador, no tardar en dejar vacante, encierto modo, son circunstancias que han puesto laexistencia del Imperio al borde de un abismo, si sureconstruccion no se opra prontamente con lascondiciones que dejamos senaladas, comolas nicascapaces de prvenir su ruina inminente. De estose trata, no de otra cosa ; y las Repblicas delPlata que iniciaron la revolucion de la indepen-

  • XI

    dencia, les cabe hoy el papel fatal que les imponesu falta de unidad de poder, de toraar su cargoesa reconstruccion quivalente su destruccionpropia.

    En efecto, las dos condiciones de la reconstruc-cion del Imperio, no son otras que la supresion 6rcvocacion de mas de una Repblica del mapa deSur America, y la reaparicion de los Borbones enla America, que sacudi su dominacion princi-pios de este siglo. Es decir, en otros trminos, quelas dos condiciones de la reconstruccion imprial,son la conqiiista y la contrarevolucion.

    Suponiendo que la America republicana lleve suabyeccion hasta dejar que el Brasil rehaga el mapade la America del Sur, en servicio esclusivo de sucorona, y que destruya para esa obra de reaccion,pieza por pieza, el edificio de la revolucion de Ame-rica, tiene el Brasil elemfitos sobrados para llevar cabo ese norme cambio ? Si los tiene, cuales son ?Esos elementos son mas fuertes y numerosos quelas resistencias y obstculos que opone su reali-

    y ^acion la fuerza natural de las cosas ?Trs son los elementos principales con que cuenta

    el Brasil para llevar cabo esa tarea :1^ La debilidad de los aliados que los hace ser

    instrumentos involuntarios del engrandecimientodel Imperio.

    2" La inferioridad comparativa del Paraguay.3** La magnitud y poder relatives del Imperio

    brasilro.

  • XII ~

    Veamos si estos trs eleraentos de reaccion, noson mas bien trs grandes ilusiones con aparien-cias de trs hechos im[iortantes; y si la politicadel Brasii basada en esas ilusiones puede ser otracosa que un romance costoso, tal vez, sus ac-tores, pero cuyo desenlace dejar la realidad talcomo antes se encontraba.

  • IV

    En el Plata son dbiles las instituciones, no loshombres ni las cosas.No se equvoca el Brasil en contar con la divi-

    sion que dbilita la Repblica Argentia, comocon su mejor ele.iientodepredominio. A ella debe,al menos, todo lo que hoy realiza en el Paraguay :y esa misma causa debi su entrada en ese paisen todos tiempos; antes de 1776, fecha en queces eventualmente por la formacion del Virrei-nato de Buenos-Aires ; en 1817, en 1821, en 1852,en 1855, y ahora mismo.

    El Brasil no esta en el Plata, Loy dia, por lafiierza de sus canones, sin por la division argen-tina, que dbilita evpoder de fta Repblica hastaquitarle, no solamentj todo medio de resistir alBrasil, sino hasta crearle la necesidad de traerella misma al Brasil al corazon de sus ngocies,para que la destruye mas comodamente, por de-cirlo asl.

    El triunfo del Brasil en el Plata no consiste enla caida^del gobierno de Lopez. Ya lo tiene conse-

  • XIV

    guido en parte por la caida del centralismo argen-tine, en que realmente consiste; y mintras esteprincipio duerma enterrado con su campeonilustre en la tumba de Rivadavia, el Brasil man-tendr su predominio en el Plata, con escuadras,6 sin ellas.

    Ljos de inquietarse por las adquisiciones dearmamento que atribuye al gobierno argentino,el Brasil podrm regalarle toda su escuadra enco-razda sin rie^o de (isminuir en un adarme supreponderancia prsente, con tal que su aliado leconserve las sigui 'ntes instituciones que son losverdaderos buques biindados, que dan al Imperiola posqpon de los paises del Plata.

    Esas instituciones brasileras, dirmos asi, por lautilidad que procuran al Brasil, son : 1" la unidadindivisible de la 'provincia de Buenos-Aires, deque es consecuencia lgica y necesaria ; 2'' la uni-dad divisible y dividida de la Rephlica Argen-tina, en 14 unidades provinciales soberanas, cuyoresultado natural, es ; 3^^ el espiritu de ver ene-mistad y aversion Buenos-Aires en la idea dereconstituir la unidad nacional del poder argen-tino, como el solo medio de sustraer la Rep-blica del predominio del Brasil. 4'^ El empefioequivocado de crer, sin confesarlo, que puedeexistir una causa de Buenos-Aires distinta de lacausa nacional argentina, y araenudo antago-nista, 5'' Un modo de ser el amigo de Buenos-Aires, quivalente en el fondo, ser el enemigo dela RepvMica Argentina ; y 6'', en una^ palabra.

  • XV

    mientras se tome como causa de Buenos-Aires, loque es por sus efectos prcticos, la cwsa del

    Brasil contra Buenos-Aires y contra la RepblicaArgentina.Segun esto, la division con que la ley constitu-

    ^,,

    cional dbilita y postra las fuerzas de la Repliblica/^iArgentina, es la premi^a; y la presencia prpon-

    drante del Imperio brasilero en el corozon delpais dividido y debilitado, es la consecuencia lgica

    ^.de esa premi|a. Los que hemos condenado siempre

    Jla premi^a, .podiamos dejar de condenar la conse-cuencia? Es, sin embargo, lo que hubiese deseadodenosotros la lgica que ha visto en estaconductaun estravio. En cuanto nuestros adversarios, sulgica hasido mas lgica, diremos asi. Ellos estnpor la consecuencia, porque han estado por lapremija. Autores constructores de la divisionargentina, podian haber dejado de ser los alia-dos y sostenedores del Brasil en su ingerencia enel pais que han dividido?

    Si el autor se equivoca en apreciar de este modolos efectos de esas instituclones, la equivocacion,entodocaso, pertenece Rivadavia, que desde 1826,las resisti precisamente por el temor de que ellassirviesen un dia para dar al Brasil la pose^ion de lospaises del Plata. Y no es una razon para crer queRivadvia estuviese equivocado, el que los hechos,que estamos presenciando, hayan venido darlela mas complta conflrmacion.

    Los hechos del momento han venido, en efecto, poner hte los ojos de todo el mundo, que lo que

  • XVI

    Buenos-Aires ha venido constrtiyendo coti tantolabor por espacio de 60 anos, como el ediflcio desu preponderancia provincial en la Repblica Ar-gentina, no es ni mas ni menos que el cimientomas slido del ediflcio imprial que el Brasil seocupa de construir en este raomento por la manode los mismos Argentinos.

    Digalo sin el Brasil mismo, que ha encontradosus aliados naturales para la ejecucion de sus de-

    '. signios en los organi^dores y reprsentantes deeseordendecosas, constituido paral,sio saberlo^'"no para Buenos-Aires, como lo hubieran creidosus autores.

    A no ser por ese destrozo del poder argentino,el gnerai Mitre no habria tenido necesidad debuscar la cooperacion cara y peligrosa de un Im-perio que necesita denuestro suelo, para pdir sa-tisfaccion de un agravio, real supuesto, unasola ex-provincia del pais que es hoy la confede-racion de 14 provincias argentinas, tan grandecada una como el Paraguay.

  • Pero esa enfermedad de la division argentina,es un elemento inseguro de poder para el Brasil.Aliarse con la enfermedad, es como aliarse con laoscuridad de la noche para realHj^r una empresa su favor ; la simple venida del diabasta para dejaral beligerante sin aliado. En los paises jvenes ybien dotados por la naturaleza, las enfermedadesduran poco, y se van por ellas mismas. El mal dela division argentina era infinitamente mayor quehoy, en 1817. Se complicaba entonces con las masdesesperadas circunstancias. LosEspanoles habiani-establecido su poder en Chile, y San Martin atra-vesando les Andes para destruirloa en el Pacifico,dejaba sin su apoyo al gobierno argentino, que eraentonces una sombra de gobierno. Los espaiolesocnpaban tambien las provincias argentinas delalto Peri'i (hoy Bolivia) y el ejrcito de Belgranodistraido de esa atencion para traer su apoyo algobierno nacional de Pueyredon, desconocido porlas movtoneras, se dispersaba l mismo en vez defontenerlas. Esa situncion puso al Brasil, como

  • XVIII

    era natural, en posesion de Montevideo. Pero lasalud de los nuevos Estados no tard en volver porsi misma,.y alla bast para alejar al Imperio ljosdel Rio de la Plata.La enferraedad argentina de 1817, es la que hoy

    tiene al Imperio en el Rio de la Plata ; pero comosu intensidad ya no es la misma, la salud, es de-cir, la centralizacion en que rside el poder vitaldel pais, vendra mas presto y con mayor vigor estavez, a dar al pais enfermo la fuerza de que nece-sita para sacudir y alejar el mal.Y no sera preciso que el gobierno la traiga; ni

    porque el gobierno sea incapaz de traerla, se debe

    desesperar de su vuelta. La centralisacion, es de-

    cir, la salud, la fuerza del pais, vendra por la na-turaleza de las cosas, como ley natural de vida

    nacional;pues toda institucion viva y eflcaz, que

    no consiste en mero papel escrito, es la obra es-

    pontnea de las cosas, y la unidad de la nacion esuna de ellas.

    Asl como la vida en el hombre, no es la obra delmdico, tampoco es en el Estado la produccion delgobierno. Todo lo contrario, el gobierno es su pro-ducto. Todo cuerpo politico, por el hecho de existir,esta dotado de leyes naturales, segun las cuales

    se desarrollan las condiciones de su existencia, sin

    la participation de sus gobiernos y a veces supesar mismo, como cre el hombre jven pesarde los desrdenes con que destruye su salud.La centralisacion, que no es otra cosa que la

    autoridad fuerte, condicion de vida de todo Es-

  • XIX

    tado, vendra para la Repblica Argentina, como levino la independeiicia, por la fueza, de las cosas;cdmo satisfaccion instintiva dada la ley natural,segun la cual una sociedad necesita de un gobiernocomun para hacer vida comun y gnerai, es decir,vida nacional y de Estado civilizado, pues toda lacivilizacion politica de un pais rside en la insti-tucion de su gobierno nacional

    ,que es una

    mquina aritmtica,por la cual el valor de cada

    hombre se multiplica por tantos hombres como elpais contieno.En virtud de esa ley natural, que prside al

    desarrollo del centralisrao politico argentine, ya ladivision de la nacion su vieja enfermedad noes la misraa. Hay un gobierno nacional que aun-que no fuerte, es un gobierno central, cuya nieraexistencia

    ,por imperfecta que sea , es cuando

    menos un lioraenage del separatismo tributado la unidad de la nacion. La federacion de hoy diano es ya la del tiempo de Rosas; es decir, hoytiende significar union, mas bien que spara-cion. Los mismos que en 1860 atacaron por la re-forma el centralismo de la Repblica, en hostilidadde un partido, sienten hoy la necesidad de salir dela letra de su ley separatista

    ,para salvar el prin-

    cipio de unidad nacional, en que rside el podervital del pais. Su jurisprudencia

    , es mejor que suderecho escrito.La centralisacion ha comenzado recibir la san-

    cion del pais en los mnes de su reprsentantemuerto. Pronto el culto dado la tumba de Riva-

  • davia, se har estensivo sus ideas de unidad na-cional. La necesidad de alejar al Brasil del Rio dela Plata, obligar los desendientes de ese grandeArgentine echar mano del mismo centralismoque l emple para arrojarle de la Banda Oriental,en 1827.

    Esta vez el pais ha ensayado el derrotero de Bel-grano, que acab en el Paraguay. Manana ensayar,tal vez, el derrotero de Rivadavia que acab enYtuzaingo : derrotero que hubiese sido el deBolivar y Sucre, , no ser la emulacion que divi-di los libertadores de America.Entre Belgrano y Rivadavia, dos nobles guias

    de la juventud argentina, el ltimo es el masseguro, porque una existencia mas prolongada per-miti Rivadavia conocer raejor los tiempos y lascosas de la America moderna.

  • VI

    Todo conspira hoy dia en favor del restableci-miento de la unidad nacional argentina. Desdeluego la necesidad de salvar su independencia sulibertad esterior, la nica libertad real y verdaderaque haj'a conocido el pais desde que se mancip) deEspaia. Esta libertad , es decir, su independencia,esta comprometida por la alianza que lo convierteen un feudo del Brasil. Para rescatar la libertaddel Paraguay , el gobierno del gnerai Mitre era-peii la de su pais en un montepio brasilero.-Con las necesidades de la politica esterior, cons-

    piran, en igual sentido, las de la paz interna, queno podr existir jamas mientras faite un gobierno,que tome la capacidad real de protegerla , dondefinicamente existe, que es en la centralisacion de

    las facultades de todo el pais argentino.A la voz de esas necesidades se 'grega la doc-

    trina de los ejemplos esteriores, tanto de Eiiropacomo de America. Todas las confederaciones pro-penden hoy transformarse en naclones mas nmenos unificadas.

  • XXJl

    La Italia ha dejado la disperjjion por la unidad; laAlemania no ha tardado en repetir su ejemplo

    , ylos Estados Unidos han carabiado la consiitucionde su gobierno en el sentido centralista por la ju-risprudencia de las batallas.

    i Por que se hacen cada vez mas unitarios losEstados Unidos? Pbrque a medida que se hacen ungran poder se aperciben de que todos los grandespoderes en cuya sociedad internacional viven, sonpoderes unitarios, que deben su centralisacion lafuerza prpondrante de que su emulacion puedeservirse un dia para comprometer la existencia dela gran Repblica Americana, como se ha probadoen la ltima guerra. El mar que se interponeentre America y Europa , no impide los EstadosUnidos vivir en la sociedad de los grandes podereseuropeos ; es, al contrario, el mar el que les da esavecindad, pues hay menos distancia entre los Esta-dos Unidos y la Inglaterra , gracias al Oceano, queentre la Inglaterra y la Rusia, el imperio delAustria.

    La Repblica Argentina con mas razon que losEstados Unidos tendra necesidad de buscar en launidad del poder nacional la fuerza de que nece-sita para tenerse al nivel de sus vecinos, porquetodos ellos son Estados unitarios..Condenarse lafederacion mal entendida, es hacer el ngocie desus vecinos que no quieren otra cosa. Colocadaentre Chile, Bolivia , el Paraguay, el Brasil y elEstado Oriental, paises todos unitarios por la cons-titucion de sus gobiernos , la Repblica Argen-

  • XXIJl

    tina ha tenido la inconcebible idea de darse por \eyde gobierno, un sistema de division y fracciona-miento, que dbilita y esteriliza sus grandes re-cursos de poder, Imsta hacerla el Estado masdbil de cuantos la circundan.Cuando el sentido unitario y centralista de la

    ltiraa rvolu cion de los Estados Unidos se hagavisible por la capitalisacion de la ciudad de NuevaYork, de que ya se trata, como de un corolarionatural y necesario, Buenos-Aires dejar pro-bablemente el gusto y la costumbre de invocar eleemplo de Nueva York, como el modelo pretestode su actitud de estado autonomista ; y repitiendocon mejor sentido, su moderno ejemplo, tomaraen la nacion que pertenece el papel que le asi-gnan la historia y la necesidad de salvar la inde-gendencia nacional por la concentracion de todoel poder argentino, en torno de la ciudad de Bue-nos-Aires. La simple capitalisacion de esa ciudadsria, segun la mente de Rivadavia, todo lo que elpais necesita para librarse del ascendiente pr-pondrante del Brasil. Con ese solo arreglo resol-veria de un golpe trs probleraas que interesan su existencia : el de su paz interna, el de su gran-deza local y el de la independencia nacional, com-prometida hoy dia, por la alianza que la revocavirtualmente.Ese evento no tardard en producirse en fuerza

    de la necesidad que el pais tiene de salvarse y devivir vida civilisada y digna do l.La conclusion de este capitulo es que un Ar-

  • XXIV

    gentino necesita estar ciego enferme de espii'itupara desesperar de que su pais triunfe, esta vez,de todbs los planes desorganizadores del im-perio del Brasil, como ha triunfado tantas otrasveces.

    Que el Brasil tome los prsidentes por alia-dos : no har sin tomar la sombra del poder por larealidad del poder mismo.Los prsidentes se parecen los medicos en una

    sola cosa, y es en que ellos no hacen la salud ni lavida. Pero difieren del todo en otro punto, y es enque los prsidentes no tienen el poder de matar sus enfermos, ni sabiendas, ni por error. No esen sus mdicos, sin en la juventud y vitalidad desus Estados en lo que reposan las esperanzas de lasalud de Sur America. Sus prsidentes que pre -siden y na gobiernan, como los Reyes constitu-cionales, se parecen los mdicos de los coiegios',es decir, los ltimos mdicos que son, sin em-bargo, los que hacen mayor numro de cura-ciones, por la razon sencilla de que los machachossanan por si mismos.

    Se ha notado que siendo de todos los cristianosconocidos los que mas distan de estar cegadospor el fanatismo, los prsidentes y gobernantesde America, son los que mas invocan Dios ensus mensajes, y tienen razon porque su concieuciales dice, que si son ellos los que presidea, es Diosel que gobierna y administra las Repblicas de laAmerica del Sur.

  • vil

    Ese cambio invitable, traido por la fuerzade las cosas, en el sentido del centralisme ar-gentine, dejar mas tarde, mas temprano, alBrasil, sin la base que hoy ofrece sus planes dereconstruccion imprial, la division que dbilita yfrustra la accion del pueblo argentine.Pero otro obstculo mas grande sus miras tra-

    dicionales de dilatacion, viene del cambio produ-cido en toda Sur America por su revolucion fon-damental, mediante el cual el mundo entero haremplazado Espaiia en el goce de las ventajasdel suelo americano, y en el inters de conser-varlo y defenderlo, como beneficio propio y suyo.De ese modo la independencia de America ha ve-

    .

    nido d formar una parte intgrante del patri-monio comun de todos los pueblos civilizados.La revolucion de America y el cambio producido

    por elia en la condicion y coraposicion de sus pue-blos, han quitado al Brasil la posibilidad de re-petir la vieja politica del Portugal en America,que cofisistia en niejorar la condicion territorial

    2

  • XXVI

    de su colonia del Brasil, espensas y en detri-mento de las colonias espanolas, mejor situadasque l.Los pafses en que antes tropesaba el Portugal

    con Espafia, cuando dilataba sus dominios ameri-canos hacia cl sur, oponen hoy las aspiracionesdel Brasil un mundo entero formado de hombreslibres del todas las naciones, colocado en lugar deEspana por lamano de la libertad, no en perjuicio,sin en sosten de la independencia, que abre esecampo la actividad de sus nobles empresas in-dustriales. Donde el Portugal no encontraba sincolonias espanolas, el Brasil se encuentra conEstados independientes poblados de americanos,ingleses, franceses, alemanes, italianos y espano-les, mas civilisados, no solamente que los brasi-leros, sin que los portuguesesmismos, y tan inte-resados en la libertad de esos paises de su domicilioamericano, como los naturales mismos. Si esaspoblaciones estrangeras no componen su mayoria,forman, al menos, su poblacion mas rica, mas ade-lantada influyente, pues sus personas y bienesreunen la doble proteccion del pais en que residen,

    y del pais que pertenecen.Esto es lo que no ven los hombres de Estado bra-

    sileros, ni sus mentores europeos, cuando desen-tierran la politica del Portugal en el nuevo conti-nente en el ltimo tercio del siglo XIX. Ellosolvidan que desde la revolucion de America y dersultas de ella, la conquista parcial entera desus Repblicas, se ha vuelto un anacronismo para

  • XXVI I

    todo poder estraiigero en gnerai ; y para el Brasil,en particular, mas que un anacronismo, un sui-cidio. No son sin vanas y puriles conquistas lasque consisten en la compra de un liombre, de unpartido, de una influencia oculta, como medios deengrandecimiento. Por taies soluciones nada seresuelve. A laentidad quecompranlaraatan, por-que lapudren, aunque lacompren conhonores. Lavanidad visona de los prsidentes dejara al fin desucumbir al incentivo puril de las cruces y con-decoraciones impriales, medidaque ellos se aper-ciban de que no puede haber honor ni gloria paraun soldado de la America republicana en llevarinsignias que no llevaron jamas ni Washington, niBolivar, ni Belgrano, ni Lincoln ; de que el Brsilabusa de su candr cuando los adorna con cruces ycintas, que se guardaria de ofrecer a la imponentey majestuosa simplicidad de los Grant, de los Se-ward, de los Summer que ciertamente no son menosbenemritos de la civilisacion americana que losprsidentes Melgarejo y Sarmiento, Flores y Mitre.No son los ejrcitos, de esas Repblicas, ni sus

    gobiernos, ni sus gnrales, ni sus escritores losobstculos del Brasil para su obra de demolicionpreparatoria del nuevo edificio imprial. Son losintereses numerosos , las condiciones modernasde su existencia libre, franca, abierta, soberana.Con solo abrir sus puertas de par en par a la entra-da del mundo civilizado, esas Repblicas se con-vierten en fortalezas inexpugnables para los con-quistadores atrasados, de todo linage y orlgen.

  • XXVIII

    -

    Su prngreso invitable esta garantisado y ase-gurado hasta contra las inepcias y los atentadosde sus gobiernos, porlas leyes naturales que pre-siden d su invitable desarrollo espontneo. Lacorriente del siglo en que flotan esos Estados, suple sus gobiernos cuando duermen pasan su vidaen atacar defenderse.Pero el Brasil no solo desconoce su tiempo

    cuando copia servilmente la vieja politica portu-guesa de conqiiista, sin que olvida hasta las con-diciones del suelo que habita, el cual forma por sisolo el obstculo mas invencible y destructor desus empresas remotas. Este punto se liga con lagrandeza relativa del imperio, tomada como basede sus planes de reconstruirse con los fracmentosde las Repblicas vecinas.

  • VIII

    Puede decirsG que el Brasil no tiene vecinos sinantipodas. Sus vecinos territoriales son sus anti-podas, en efecto, no solo en interses, gobierno ylinaje, sin en situacion astronmica geogr-fica, por decirlo asi, atendidas las distancias queseparan sus centros capitales. Si el tiempo es platapara las empresas del comercio, el espacio es oro ysangre para las espediciones de la guerra. No de-ciraos la guerra; la simple araistad de sus vecinos,es para el Brasil como un cultivo de lujo.Sabido es que el imperio se toca por sus limites

    con todos los Estados de la America del Sur,ecepto Chile. A pesar de eso, el gobierno imprialdista de tal modo de sus grandes amigos, los pr-sidentes de su vecindad, que el mas inmediato deellos (el del Estado Oriental del Uruguay) se halla seis dias de navegacion por vapor de Rio de Ja-neyro ; el de la Republica Argentina, un poco mas ;el del Paraguay, como a catorce dias, mas de ladistancia de Liverpool Nueva-York; el de Chile veinte dias, siempre por vapor, y el de Boliviade 35 40, como de Southampton d Cobija. Los

    2.

  • XXX

    gobiernos del Per, del Ecuador, de Colombia, deVenezuela, estn de Rio de Janeyro distanciasmas que trasatlnticas.No hay que hablar de las comunicaciones por

    tierra. En tal caso las distancias se vuelven saisveces mas remotas.

    Segun esto para el Brasil, todos los paises de suvecindad, son paises remotos. Toda espedicion su vecindad, es espedicion lejana ; toda guerra delimites, es empresa remota, cra, por lo tanto, ydesastrosa para sus finanzas. Asl la guerra quepara todo el mundo es una locura, para el Brasiles un desastre. Sus victorias podrn ser dudosas ;lo que no dejar de suceder, es que la simpleguerra sera para l un desastre mayor que la der-rota. Las empresas lejanas son, en gnerai, ellujo de los grandes imperios, lujo que veces lescuesta la vida, pero que siempre pagan con laruina de sus finanzas. Es tan grande el imperiodel Brasil que pueda permitirse los goces de eselujo ? Compuesto de ocho millones de habitantes(semi-civilizados en su mitad) se puede decir queel Brasil es un imperio en miniatura, corao laBlgica, que tiene igual poblacion, es una mo-narquia en miniatura. Y aunque as mismo sea uncoloso en poblacion respecto de cada uno de susvecinos los Estados republicanos, la distancia in-mensa que le spara de ellos, restablece el equi-librio de fuerzas en favor de las Repblicas. Nin-guna de ellas reprsenta mejor este caso que elParaguay, y de ahi las difcultades gigantescas que

  • XXXI

    el imperio .encuentra en la prsente guerra. Noson las fortalezas ni los canones, ni las florestas ymontaas, la principal defensa del Paraguay. Suvaluarte mas poderoso es el espacio de dos milmillas que le spara de Rio de Janeyro. Ese es elfoso en que se agotan los tesoros y los ejrcitosdel Brasil.

    La empresa lejana de Mejico ha costado laFrancia un millar de francos. M. Thiers ha ofre-cido probarlo ante el Cuerpo legislativo.La empresa lejana de Abisinia ha costado la

    Inglaterra quinientos millones de francos, como seha dicho en el Parlamento. Bastar coraparar latalla del imperio brasilero con los imperios deFrancia y la Gran Bretana para colegir el estado enque habr dejado sus finanzas la campana lejanadel Paraguay, mucho mas rdua que las de Mjicoy Abisinia, y que sin embargo de tener ya cuatroaiios y mas de duracion, nadie puede calcular sudesenlace ni su termino. Ocupar la Asuncion,que esta en la frontera del pais, es bloquear si-tiar el Paraguay ; no es ocuparlo. Decir que todolo que no es la Asuncion, no es sin montanas,es hacer del Paraguay una especie de Suisa, esdecir, un valuarte de libertad inespugnable. LaSuisa era una provincia occidental del imperio deAustria. En sus montanas encontre su libertad,que ha conservado poi' seis siglos. Su altitud inac-cesible servira entonces al Paraguay de un va-luarte adicional al de su mra distancia, no menosformidible.

  • IX

    El insuceso de esta guerra (que lo es ya su meraprolongacion) ha venido quebrar otro prestigiodel Brasil en que reposaba su asendiente, y era el

    de la superioridad que las Repblicas atribuian

    su diplomacia , deslumbradas por el aparato de suforma monrquica.Lo peor de la guerra del Paraguay para el Bra-

    sil, es lo indefinido y oscuro de su trmino. Pero

    esta incertidumbre del fin, g no es la raejor pruebade que nunca debl tener principio, lo que es lo

    mismo, de la imprevision de la politica que ins-pir esa guerra? Si la guerra de Abisinia sirvi la Inglaterra para salvar su prestigio en Oriente,

    la del Paraguay puede servir al Brasil para perder

    el suyo en Sur America , de un modo irrparable.Hay un instrumento exacto para juzgar esta

    cam paria, y la politica que la ha producido : es su

    programa. Este programa esta escrito y publicado :

    es el tratado de alianza de 1" de mayo de 1865.No hay mas que comparar sus propositos con losresultados obtenidos, para ver que los resultados

  • XXXIII

    sou la sentencia y el castigo de los propsitos.Ensayemos brevemente este examen, que es inte-resante, porque es el de la capacidad politica delBrasil, en lacuestion mas rdua que le haya ocur-rido desde que es independiente del Portugal

    .

    De una politica errnea no podia salir unaguerra acertada. Dadme buena politica, se hadicho, os doy buenas finanzas. Otro tanto pudieradecirse de la guerra. En la cuestion del Paraguay,la politica ha comprometido la campaiia dandolepor objetivo un problema imposible y pr caminosde solucion mdios tan equivocados como su ob-jeto.

    Hablemos desde luego del objeto ostentado, lalibertad, no del objeto oculto, la conquista. Llevarla libertad interior al Paraguay, era suponer queel pueblo de ese pais se consileraba tiranisado porsu gobierno, y que bastaria en esta hipotesis dar la guerra por objeto, la destruccion del gobiernotiranico de Lopez

    ,

    para esparar que el pueblo pa-raguayo se adhiriese al invasor.Todo el plan de la guerra ha sido plantificado

    en esta hipotesis, que el testimonio de los resul-tados no ha tardado en desmentir del modo mascomplet.

    A las ofertas de una libertad interior, de queel Paraguay no sos;)echaba estar privado, supueblo ha respondido sosteniendo a su gobierno,con mas ardor y constancia, medida que le veiamas debilitado y mas desarmado de los mediosde oprimir, y medida que veia su enemigo

  • XXXIV ~

    mas internado en el pais y mas capaz de protgerla impunidad de toda insurreccion. El Paraguayha probado de ese modo al Brasil que su obe-diencia no es la del esclavo, sin la del pueblo quequiere ser libre del estrangero (1).

    El Paraguay cre defender su libertad esteriory,en efe.cto, la defiende, pues pelea por su indepen-dencia. Es la nica libertad de que tienen idealos pueMos jovenes. Ser libre para ellos, es no de-pender :'el estrangero. Las antiguas Repblicasde la Grecia no la entendieron de otro modo, yEsparta, dice Renan, era menos libre, en el sen-

    tido moderno de esta palabra, que la Persiamisma, la mas despotisada de las monarquiasasiticas (2). Rara es la Repblica de Sur Americaque entienda la libertad de otro modo.La entiende, al menos, mejor que el Brasil,

    (1) On a affaire un peuple neuf; il a tout le cou-rage, et il aura tout l'enthousiasme qu'on rencontre chez

    les hommes que n'ont point us les passions politi-ques j> Napolon P aludiendo a Espafa.

    (2) Entendons-nous sur ce qui constituait la libertdans les vieilles cits grecques. La libert, c'tait l'ind-

    pendance de la cit, mais ce n'tait nullement la libertde l'individu, le droit de l'individu de se dvelopper saguise, en dehors de l'esprit de la cit. L'individu qui vou-

    lait se dvelopper de la sorte s'expatriait...

    Ernest Renan.

  • \xxv

    cuando toma por libertad el acto do quitar unpais estrangero su gobierno nacional, para darleel gobierno bastardo que no quiere. La entiendemejor que los aliados del Brasil, cuando estescreen ser libres despues de haber empefiado su in-dependencia al estrangero por una alianza que lossubyuga su corona.

    Equivocarse en este punto capital, era equivo-carse en todo : en el objeto de la guerra, en elplan y direccion de la canipana, en el desenlaceposible de los acontecimientos, pudiendo encon-trarse el Brasil como le ha sucedido, con unabismo donde habia esperado encontrar su salud.

  • Se calcul a la guen-a una duracion de trs me-ses, y llva ya mas de ciiatro anos. Equivocarsede trs 50 meses en este clculo de tiempo, fuequivocarse en quinientos millones de pesos y enla sangre de 50, OuO hombres. No dira el Brasil queprolonga la guerra por solo tener el gusto de gas-tar un millon por dia. Las finanzas inglesas se re-entirian de gastos semejantes.

    Pens el Brasil, que tomar la capital en que re-sidia el gobierno, era quivalente tomar el Para-guay, y poner fin la guerra ; pero hemos vistoque ocupada la Asuncion por sus ejercitos, ha con-tinuado Lopez poseedor de todo el Paraguay, me-nos la Asuncion, que en cierto modo esta fuera delpais.

    Para ocultar esta bui'la , el Brasil se hace otrasdos : prtende que la Asuncion es todo el Para-guay, y que que el reste del pals no es sin mon-tanas, como quien dice las ubas verdes de la fa-bula.

  • XXXYII

    No pudiendo llevar la guerra cabo, la d poracabada, como el mdico que d de alta su enfer-mo cuando no puede curarle.No pudiendo tomar el Paraguay, que todos co-

    nocen, el Brasil se ha puesto construir un Para-guay apart, con una especie de gobierno para-guayo, destinado firmar una especie de tratadode paz, por el que pueda la cuestion recibir unaespecie de solucion, que le perraita retirarse con

    una especie de honor.Para persuadir al mundo de todo esto, habia un

    exelente medio, que es el aislamiento hermticodel Paraguay, copiado al doctor Francia, por elliberalismo del Brasil; pero la presenciade un mi-nistro americano en la residencia del gobiernolegitimo, ha dejado ese recurso sin efecto.

    Si la guerra no puede concluir, es porque la po-litica la empes mal. Le di por objeto la destruc-cion de unatirania, y en lugar de una tirania tieneque destruir la libertad de una nacion, es decir,su independencia, que es la nica libertad que unpais no puede recibir del estrangero, porque es lanica que solo el estrangero puede arrebatarle.Segun esto el programa de dar la libertad los

    paraguayos, haquedado reducido dar el gobierno unaporcion de ellos. Y ^cuales s{>n los que debenrecibirlo? Los que ya lo tenian, pues todos los queconspiraban en favor del Brasil, eran miembros agentes principales del gobierno existente, lo quedemuestra que la raiseria y la opresion no eran lacausa que los hacia conspiradores. Estimando mas

  • XXXVIII

    digno y patriota tener el poder, que ya ejercian,de manos del Brasil, que del paraguayo Lopez, esoslibrales daban la meditla de su inteligencia encosas de libertad.Cont el Brasil con que la complicidad de dos

    prsidentes dbiles bastaria para garantirle la im-punidad de su atentado contra la existenciadeunaRepblica, y se encuentra, al consumar su obra,con la protesta enrgica de quien ? De lagran Repblica de los Estados Unidos de America,nada menos, especie de corte de casacion del nuevomundo en todo conflicto en que el derecho repu-blicano se halla en causa. El gobierno de Washin-gton, i)or su actitud abraza y reconoce como el re-prsentante de la libertad del Paraguay, al mismoprsidente que el imperio del Brasil, juez incom-ptente, condena muerte como tirano de esaRepblica.

    El doble error sobre el objeto de la guerra y elpunto de direccion de la campana, produjo el dela composicion de un ejrcito anfibio, que debia dequedar inservible el dia que la guerra cambiase suteatro del litoral al interior, como ha sucedido.Hasta aqul el imperio ha podido conseguir ven-

    tajas caras sobre un corto ejrcito disminuido porcuatro aiios de resistencia herica; pero la posiciondel Paraguay no ha empeorado por eso.Un corto ejrcito es mas barato y manejable. La

    America se emancip de la Espana al favor depequeos ejrcitos. El de Ayacucho no contaba8,000 hombres. San Martin y Belgrano, nunca

  • XXXIX

    mandaron 10,000 soldados. El pesado ejrcito delBrasil, mil lguas de su centre, es un cinturonde fierro en el cuerp de un naufrage que debesalvarse nado : su propio ejrcito le es mas des-tructor que su enemigo.Por una iraprevision nacida de las anteriores,

    el Brasil no se ha detenido en gastos con la espe-ranza consignada en el tratado de 1" de mayo de1865, de que el Paraguay los pagar con su terri-torio con su independencia. Olvid que las guerrasde honor no se hacen pagar al enemigo vencidopor los imperios que se respetan a si mismos.Invadir un pueblo, matarle 50 mil habitantes,destruir sus defensas, su ejrcito, su marina, susarsenales , su fortuna pblica, y luego pasarle lacuenta de lo que debe su esterminador por eseservicio, puede ser tan moral y digno, como elBrasil lo quiera; pero es muy dudoso que lgrellevar cabo la ejecucion, mientras su deudor semantenga de pi con la espada invencida en susmanos.

    Peroel puntoen que la iraprevision delapoliticabrasilera, pas todos los limites, fu el de suponerque la guerra sria capaz de terminar por tratadosde paz, celebrados con un gobierno cualquiera delParaguay. El Brasil no previ que la guerra asu-miria, tarde temprano, su verdadero caracter deguerra de libertad , de independencia, por partedel Paraguay, y que adquiriendo de ese modo suinvitable popularidad, acabaria por ser, comotodas las guerras de independencia, interminable,

  • XL

    por otro raedio que no sea una paz sin tratados,una paz de hecho, no escrita ni estipulada, obraesclusiva de las cosas, como la que ha seguido enAmerica todas sus guerras con Espana.Por resultado de esos errores, el Brasil ha con-

    seguido hacerse si mismo la siguiente situacion,trs veces imposible : de no poder seguir la guerraen su nuevo teatro, por la manera de ser de suejrcito anfibio : de no poder concluirla por untratado de paz, atendido que, siendo deindependen-cia nacional, es interminable contra el Parayuay :y porfin, de no poder alejarse sin concluir la paz nila guerra, como Espana lo hizo en el Pacifico, y laInglaterra en Abisinia, porque estando el Brasilen America, no podr eludir impumemente suadversario, con solo volverse su hogar. El im-perio del Brasil tiene clavado al Parayuay en susflancos como el toro la banderiUa incendiaria

    ; ypor mas que se aleje de su suelo, le dejar siempreen sus manos sus dos provincias limitrofes deMatto-Grosso y Rio-Grande, ya como prendas, yacomo aliados (1).

    Quiere decir, cuando menos, que para el Brasil,no vencer y conquistar al Paraguay, es lo mismoque salir derrotado y perdido en esta empresa deser no ser para su imperio.

    (1) El autor habla nicameate del Brasil porque tieneescrpulo de concieucia eu tomar como sus aliados los queno son sind vctimas.

  • Las guerras lejanas no solo ciiestan la ruina deltesoro al poder que las emprende, cuando se pro-longan deraasiado : el peor de sus resultados suele

    ser la ruina del gobierno interior del pais agresor,el cambio de su constitucion, la revolucion, enuna palabra. El Brasil puede sacar de su empresalejana del Paraguay, si se prolonga deraasiado, loque ha sacado Espana de la suya en los paises delPacifico. El trono de los Borbones ha sido conde-nado rauerte abordo de esas mismas naves quemandaron ellos al Pacifico con miras semejantes las que hoy tienen Don Pedro II en el Rio dela Plata.

    Desde Julio Csar hasta el almirante Topete, lahistoria no se ha desmentido jamas en las conse-cuencias politicas de las prolongadas campaias le-janas. La formula en que esos cambios se realizanpor la lgica de los acontecimientos, esta trasadaen la historia del imperio de los imperios.

    Cuando las legiones romanas (dice Montes-quieuj pasaron los Alpes y el mar, los militares

  • XLII

    aquienes era necesario dejar durante largas cam-panas en los paises sometidos, perdieron poco poco elespiritu de ciudadanos, y los gnrales quedisponian de los ejrcitos, sintieron su propiafuerza y ya no pudieron obedecer. Es de crer que en prvision de este y para im-

    pedir que algun gnerai brasilero caiga en la ten-tacion de hacerse un Csar por la prolongacion dela guerra del Paraguay, Don Pedro II ha creidoprudente hacer al futuro Csar brasilero, el g-nerai en gefe de la campana del Paraguay. Nopuede ser otro el sentido politico de la promociondel conde de Eu al mando y direccion de esa cam-pana, que no es para un horabre de sus condi-ciones.

    El mejor medio de completar su candidatura in-suficiente para suceder Don Pedro II en el trono(que sria un suplicio moral para una dama), era

    . dar su marido la ocasion natural de corapletarlapor el merito de reconstruir territorialmente elimperlo, al favor de la prsente guerra, que viene ser en este sentido trascendental, su guerra delas Gaulas.Pero este medio de prvenir una revolucion,

    puede ser capaz de producirla por otro lado. ElConde de Eu es un Principe de la familia de Bor-bon. Construirle un trono en Sur- America couterritorios conquistados Repblicas, que se eman-ciparon de la dominacion de esa familia en 1810,puede aparecer como una restauracion, en ciertomodo, del gobierno derrocado por la revolucion de

  • XLIII

    mayo (el 89 de los Argentines) , hace 60 anos. LaAmerica puede ver en esta reaparicion una es-pecie de contrarevoliicioii monrquica, con la cir-cunstancia humiliante para ella de que los Bor-bones reaparecen en el Plata, en el momento enque la vieja Espafa busca sus libertades en elabandono que hace de esos principes, siguiendo elejemplo de su vecina la Francia moderna, que porsus trs grandes revoliiciones de 1789, 1830 y1848, ha buscado la libertad en el abandono deLouis XVI, Carlos X y Luis Felipe I , trs prin-cipes Borbones.La America ha aplaudido Mejico porque no ha

    querido por soberano un principe de la casa rei-nante de uno de los imperios mas poderosos deEuropa

    ,que le traia en dote su apoyo moral , la

    alianza militar de la Francia, y la amistad de

    todas las cabezas coronadas de Europa. Que diriade las- Repblicas, que aceptasen la monarquia,no para elevarse como Mejico la altura de lasotras monarquias, sin para descender hasta en-feudarse, con el disfraz de aliados, una ex-co-lonia Americana de Portugal, bajo la soberania deun Borbon, destronado y proscripto : ilustre ybrillante Principe, cuanto se quiera, por sus cali-dades personales

    ,pero que en vez de traerles en

    dote el apoyo prestigioso del gran imperio de supais nativo, les trae tal vez la ojeriza de laFrancia.Y como los Borbones de la mejor raza, que son

    los nacidos bajo el hermoso cielo de Francia, no

  • XLIV

    irian a America para habitar pases como el Ma-dagascar, como Guinea, como Angola por su climatrrido, en que acabarian por degenerar juntocon sus subditos de origen europeo ; la conse-cuencia de su instalacion soberana en el Brasiltendria que ser la reconstruccion del imperio conterritorios templados habitables por hombres dela Europa ; condicion que no puede realisarse sinsuprimir mas de una de las Repblicas del Plata,culpables do poseer los bellos territorios que elBrasil necesita para completarse, si ha de conser-var el imperio con emperadores de raza europea.Pero la supresion de una Repblica, mas 6

    menos abiertamente realisada ^on ese objeto , nopodr llevarse cabo, sin por una guerra de con-quista

    ; y esa es cabalmente la guerra que actual-mente se hace al Paraguay, en apariencia, enrealidad , una causa que es de todo un conti-nente.

    El Brasil es hbil en personificar en Lopez lacausa de la guerra (si una guerra personal puedevaler mas que un gobiemo 2oersonal y una politicaPersonal); pero la America no es ciega para no verque tras de la persona de Lopez, hay seis grandesprincipios puestos en el mayor peligro, saber :1" el principio republicano que significa el rdenestablecido; 2" la libertad fluvial, de que dpendela del comerico esterior, destinado poblar y civi-lizar el interior de esa parte de America ; 3 lagarantia mas eflcaz de esa libertad, que es la exis-tencia soberana del Paraguay, pals litoral de los

  • XLV

    afluentes del Plata, que vive de esa libertad ; 4" el

    equilibrio politico de dos sistemas de gobierno y dedos nacionalidades antagonistas ; 5' la igualdadcivil la democracia sin esclavos ; 6 el equilibrioamericano amenasado por la reconstruccion de uniraperio en detrimento territorial de mas de unade sus Repblicas, yen beneficio, maso menosdirecto, de una dinastia europea, cuya posicion di-ficil la eclia en el caraino de las empresas aventu-rosas.

    Encuantolos EstadosUnidos, es iraposible quesu gobierno tan perspicaz y previsor d9je de resis-tir en su inters propio el mas vidente, la insta-lacion directa indirecta de una dinastia europea

    en Sur-America. Por la disposicion geogrfica desu territorio situado entre los dos Oceanos, los Es-

    tados del Atlntico no pueden comunicar por aguacon los del Pacifico, pertenecientes la Union,sin por el intermedio de las costas del Brasil yde toda Sur-America. Poned, segun esto, el Brasilen manos de un fuerte poder maritimo de Europa,

    y la integridad naval de la gran Republica Ameri-cana, quedar la merced de ese poder, el dia queun conflicto estalle entre los dos. La suerte de losEstados hispano-americanos del Pacifico sria to-davia peor, porque su roce con Europa quedaria la merced del poder europeo poseedor del Brasil,que es la llave del Pacifico.No se trata, en efecto, de un principe aislado y

    simple ornamento parsito de una dinastia estran-gera, que abunde de herederos capaces de ocupar

    3.

  • XLVI

    el trono. La situacion del eraperador del Brasiltiene de particular que no pose un heredero mas -

    culino de su corona. El marido de la princesa im-prial, es un principe frances que lleva el nombredinstico de Orlans. Como sus hijos han de Uevarel nombre de su padre y no el de su madr, el Prin-cipe que suceda la madr en el trono sera natu-ralmente un Orlans, y no un Braganza,

    Luego, ya sea que este cambio empiese d tenerefecto en el conde de Eu, que deba empesar ensu hijo, la sucesion del trono del Brasil esta desti-nada irremediablemente los Orlans; y la di-nastia futura del Brasil tendra que ser orleanista,aunque haya recibido el trono por herencia demanos de los Braganzas. Tratase pues de uncambio de dinastla, no de un cambio de empe-rador. Es una familia en lugar de otra, no unprincipe en lugar de otro. Es la familia francesade Orlans, sostituida a la familia portuguesa deBraganza, en el trono del Brasil. Este cambioesta ya virtualmente realisado por la presenciade dos raiembros de la familia de Orlans en lacasa reinantc del Brasil, uno de los cuales es prin-cipe imprial sub-entendido, como marido que esde la princesa que debe lieredar la corona. Ljosde ser una idea especulativa, este cambio ha em-pesado ser un hecho positivo desde el dia que elconde de Eu ha toraado el mando del ejrcito yde la campaa del Brasil en las Repblicas delPlata. En vano se prtende atenuar la impor-tancia de este hecho, asimilando la posision del

  • XLVII

    conde de Eu en el Brasil la del principe Albertoen Inglaterra. Su posicion no es la que tuvo esteprincipe como raarido de la reina Victoria, puesbien sabido es que el principe Alberto no quisoadmitir el raando del ejrcito ingles, ni se mescljamas en la vida politica del pais de su augustamujer y de su adopcion social.Atendidas todas estas circunstancias puede de-

    cirse que el nombramiento del conde de Eu, rea-lisado con la mira politica de que la simple cam-paiia lo haga un 'vice-emperador de hecho, paraserlo su tierapo de derecho por la fuerza de lascosas, asi preparadas, es una medida de grandeaicance politico, que en cierto modo quivale unproyecto de abdicacion 6 de transferencia inmediatade la corona en favor del nico principe de la fa-milia, que sea capaz de llevarla. No habria exage-racion, en vista de esto, si se digese que el tronodel Brasil perteiiece, desde ahora.-en cierto modo, la familia francesa de Orlans; y que lo que enEs[iaiia es la aspiracion el deso de un partido,en el Brasil es casi una realidad.

    El lado euroi)eo de este acontecimiento no se pr-senta visible hasta hoy todos los ojos, pero notardar muclio en que eso suceda, porque en re;a7liilad ese cambio tiene gran relacion coi^ujc(fi 4la Europa. !!; f-i i^t o,bLa accion de la America en; Europa, empleada

    como elemento polilico por io^ panidps e.4rop^^^no es un heclio que r^eiCjp^ ,'et^, ,pQ^]^^^c9d|Ct(i^HA>e ha hecho :5ent4i?j,y^ijjieia

  • XLVIII

    francesa ; en la reciente trasformacion de Italia,pues mas de uno de sus hroes ha creado en elnuevo mundo el prestigio que le ha servido enEuropa; y hoy mismo en el movicimiento fenia-nista de Irlanda, cuya base esta en America.

    Si el partido politico representado en Europapor la familia que hemos aludido viniese un diapor la voluntad, siempre caprichosa, de los aconte-cimientos, ocupar un gran trono en Europa, elBrasil sria su palanca para establecer su pre-dominio en toda la America re^ublicana del Sur,con una facilidad de que ningun poder europeoha gosado jamas hasta el prsente.Ya desde hoy mismo, el Brasil debe esa circuns-

    tancia un grado de influencia que por si solo nuncatuvo, ni bajo el gobierno del Portugarni bajo susgobiernos independientes.

    Desde luego tiene su disposicion el contingentedeluces, consejos, esperiencia, prestigio y rela-ciones influyentes de un partido europeo, que enEuropa y America, se hace sentir de mil modos, enla prensa, en la sociedad, en la diplomancia; que

    se har sentir manana en los Parlamentos, comohoy mimo en el terreno de los recursos pecunia-rios de que dispone el Brasil para una empresa que

    no esta en proporcion con los medios de su tesorode tercer rden.En fuerza de todo esto, se diria que el soberano

    actual del Brasil ha dejado casi de pertenecerse si mismo, y que ya en cierto modo se encuentraconstituido en braso de un partido europeo, mas

  • XLIX

    menos como los prsidentes del Plata lo estn res-

    pecte del Brasil. Este solo puede sorprendernos

    los republicanos de Sur-Araerica poco familiarisa-dos con las combinaciones pollticas de un largo yreraoto desarrollo; pero la familia que coloc susprincipes en America no lo hizo sin tener en miraesas espectativas naturales de preponderancia quehoy comiensan realisarse.

    Asi el trono del Brasil esta en camino de tenerdoble influyo que se teraia del trono de Mejicoen los destinos de la America rpublicana, por lacencilla razon de que el Brasil es un imperio yaconsagrado por America y recibido en su familiapoMtica. Pero los efectos de este influjo sern muydiferentes en la suerte de la America antes espa-nola. La accion monarquista de la Europa, harentonces su entrada en la parte de ese continentepoblada de 24 millones de Americanos de origenEspaiol, por la peor de las aduanas, es decir, porintermedio de un pais portuguez de raza, africanopor su clima y por la gran masa de su pueblo, habi-tado apenas por dos millones de hombres de origeneuropeo, y cuya sociedad esta amoldada en la ins-titucion de laesclavitud civil.Este pais, que re-prsenta lo menos feliz de Sur-Amrica por sucomposicion, vendria ser el ncleo, el centro deiniciativa, la cabeza, entorno de la cual se plegasenumilde y oscuraraente la parte mas numerosa ymejor dotada de esos paises ?

  • xir

    Al lado de la reconstruccion del imperio del Bra-sil, y como formando parte de ella, se habla , esverdad, de la reconstruccion del Vireinato de Bue-7ios-Aires, con la cooperacion del imperio. No s-ria imposible que al^una mira de este rden hu-biese entrado en los elementos de la alianza. Perola reconstruccion del Vireinato, es una espresion

    que tiene dos significaciones : 6 signiflca la orga-nisacion de una confederacion republicana, com-puesta de todos los paises que formaron el Virei-nato de Btienos-Aires (que son la Republica Argen-tina, Bolivia, el Paraguay, y la Banda Oriental);6 signiflca una raonarquia compuesta do todos esosmismos paises de origen espariol, bajo la protecciondel Brasil, para seguridad y garantia de las doscoronas por una alianza fundamental y perptua,bosquejada, talvez, desde ahora.Ni una ni otra idea pueden recibir su ejecucion

    de la mano del Brasil, por una razon que es impo-sible desconocer, y es, que el Vireinato de Buenos~Aires fu constituido por Espana para contener las

  • LI

    usurpaciones de los Portugueses en los paises delPlata, hoy mas que nunca necesarios al Brasil, siha de continuar gobernado por dinastias de origeneuropeo. Gastaria su oro y sangre el Brasil, para

    reconstruir la monarquia que se eriji para servirde barrera contra el mismo?

    El Vireinato fu disuelto por el localismo malentendido de Buenos-Aires, cuyas exigencias im-}revisoras produjeron las segregaciones de los pai-ses argentines, que son hoy Bolivia, el Paraguayy la Banda oriental. ^Sria Buenos-Aires el brasoauxiliar del Brasil para llevar cabo esa recons-truccion que tendria por resultado uatural la dis-minucion del asendiente anti-argentino de la pro-vincia de Buenos-Aires?Menos adraisible es que el Brasil cooperase la

    reconstruccion de una Repblica vasta y poderosa,de todos esos paises, que l codicia, para que aifavor de su grandeza danase al imperio por doscaminos : destruyendo sus proyectos ambiciososde anexion y contaminando la autoridad del prin-cipio monrquico, por el prestigio natural de unaRepblica grande, libre y prospra.

    Estaria tras de esas miras la idea de una fusionde esos paises de origen portuguez y Americano,segun la teoria de la Union Ibrica en Espaiia?Sria otra qumera menos practicable

    ,porque no

    cuenta, como en la peninsula espaiiola, con las ne-cesidades imperiosas de la geografia. Paises quepecan por su estension ilimitada no pueden encon-trar su salud en la union de sus desiertos, porque

  • LU

    unirlos es agrandarlos. La Union Ibrica en Eu-ropa es la absorcion del Portugal por Espana, y na-turalmente el Portugal la rsiste por esa razon.En America sria la absorcion de las Repblicasde origen espaiiol, por el imperio de origen portu-guez ; es decir , de lo principal por lo accesorio,del elemento mas puro por el mas alterado

    ;ga-

    nancia del Brasil, en ruina de los anexados.Todas esas ideas de reconstrucciones monar-

    quistas hubiesen estado en su lugar en 1864, cuan-do se trat de la monarquisacion de Mejico, yprobablemente perteaecen ese tiempo. En l diprincipio la cuestion que liasta hoy tiene en cam-paia los paises del Plata. Lleg creerse enton-ces en el mundo que la division inminente de laRepblica de los Estadus Unidos, ayudada por laEuropa, inclinase en la direccion de las solucionesmonarquistas el problema del gobierno en la Ame-rica del Sur. Asi se vi que las ideas monarquistasde Belgrano y San Martin llegaron recobrar uncierto favor. El desinteres de la cooperacion de laEuropa para la ejecucion de ese cambio se haciamas creible , en vista de la generosidad con que laFrancia ayudaba constituir un trono en Mejicopara un principe austriaco, no frances.

    Pero el restablecimento de la integridad de los

    Estados Unidos de America , dej todas esas es-peculaciones en la nada

    , y repuso para siempre lasolucion republicana del problema del gobiernoen la America de origen espafiol. Desde ese mo-mento, qued herido de muerte el plan de reconS'

  • un

    truccion de que sigue ocupndose el Brasil. Sepuede decir que l sucumbi el mismo dia que laidea del imperio raejicano, aunque ninguna cone-xion espresa las ligase ni tuviesen entre si mas li-

    gazon que la nacida de la filiacion natural de loshechos

    ; y se puede decir que en la batalla de Pe-tesbourg mat el gnerai Grant dos Aguilas de unmismo tiro. Es preciso descender las considera-ciones que preceden para encontrar la esplicacion

    de un hecho que ha debido llamar la atencion demuchos.Los que tanto aconsejaban al emperador Napo-

    lon de retirarse de Mejicio, estn hoy ljos de dar Don Pedro II el mismo consejo, despues de unacampaiia sangrienta de mas de cuatro anos quepromete ser todavia mas estril y mas larga que lade Mejico.En cuanto los politicos del Plata, si pudiesen

    darse cuenta de lo que hacen 6 se perteneciesen d simismos, no se obstinarian en la prosecucion de unpensamiento, que, sea cual fuere su mrito, ha de-jado de ser "sensato, y harian al contrario su aban-dono digno, leal y libre, como tienen derecho dehacerlo, conlabuenafconqueBelgrano, Rivadaviay Bolivar dejaron susgenerosas veleidades monar-quistas para devolver de Ueno sus simpatias laRepblica, desde que la vieron triunfante por lafuerza de las cosas.Los imitadores de Belgrano y Rivadavia tampoco

    deben olvidar que estos grandes hombres toraabanla monarquia como instrumento que podia servir-

  • LIV

    les para hacer triunfar la independencia y la revo-lucion, ea un tiempo en que la fortuna vacilantede las armas parecia no dejarles otro. Pero toinadacomo muestran emplearla los aliados actuales delBrasil, sria para comprometer la independencia,la iniciativa y la nacionalidad del pais argentino,entregando sus fragmentos al Brasil para, la re-construccion desumonarquia, trs vecesestrangeraen raza, idioraay suelo. Sria el imperio del Brasilengrandecindose con las Repblicas del Plata, comola Rusia con los despojosde la Repblica polaca. De-saparecer como Mejico para ser parte de la primeraRepblica del mundo, es la calamidad mas feliz quepuede sucederle un pais condenado morir comonacionalidad

    ; pero desaparecer para ser un anexooscuro de una ex-colonia portuguesa situada en lazona trrida, es morir trs veces para la raza, parala libertad y para el honor.

  • XIII

    Es prcise que Don Pedro II est persuadido deque el iraperio no puede existir, sin bajo las doscondiciones que dejaraos senaladas, para que lasbusqu . precio de una guerra tan terrible y tanobstinadamente prolongada. Sabiamos ya que laguerra busca territorios habitables para las razasde la Europa. Hoy nos descubre que tambien buscauna nueva dinasta.

    Y si no, jcual es el motivo de su prolongacionindefinida? Antes de la ocupacion de Humaita, elBrasiJ desech todas las mediaciones de paz, ale-gando que su honor comprometido no le permitiatirraarla, sinque ntes recibiese una especie de sa-tisfaccion tcita por algun suceso afortunado.Mas tarde ha tenido la suerte inesperada de ocu-

    par Humaita y todo el litoral del Paraguay hastala Asuncion, capital del pais; y que ha hecho en-tonces? No ha hablado mas de paz, dando por razonde esto que Lopez y su pueblo habian desapare-cido.

  • LVI

    Pero ese Lopez, que no existia para hacer la paz,ha seguido existiendo para ser objeto de una nuevacampana de 30 mil hombres, conflada al herederode la corona imprial, nada mnos.

    Si esta segunda campana produjese lo que haproducido la primera, es decir, la necesidad dehacer una tercera campana, habria llegado entn-ces el caso de reconocer que la guerra es incapazde producir como su resultado las dos condicionesde que dpende la reconstruccion 6 resurrecciondel imperio del Brasil ; y que si ellas acaban porprobarse imposibles, la viabilidad del imperio quedadesde entnces puesta en problema, por la fuerzainvencible de las cosas.Bien sabemos que la perecitud del imperio del

    Brasil tiene incrdulos obstinados en Europa yAmerica. Pero la lgica de las pasiones no es laque gobierna el mundo. Hay hombres que detestanel imperio en Europa y que lo hallan simptico enAmerica. Si se les dice que el imperio esta pordesaparecer en Francia, lo creen con la mayor faci-lidad, y la razon de su credulidad es que unacorona rodeada de otras coronas, no esta en suelemon(o natural. Pero si oyen que el imperio delBrasil puede sucumbir antes de poco, oponen laincredulidad mas obstinada, y la razon que tienende no creerlo, es que un imperio situado en uncontinente donde no hay mas que repblicas, estaen su elemento propio.

    Tal es la lgica de las pasiones. Pero si la querige los acontecimientos produjese un dia la diso-

  • - LVII

    lucion del imperio, que forma la ecepcion del nuevomundo ^ sria un resultado invitable de ella ladeslruccion ruina del Brasil ? Ciertamcnte queno. I a existencia de un pais no dpende de la vidade su gobierno, en tal cual forma dada ; es, al con-trario, de las condiciones naturales del pais quedpende la forma de su gobierno.

    Si por la naturaleza de las cosas el gobierno eshecho para el pais, y no el pais para el golaierno, lonatural sera que el Brasil haga su gobierno, y noque el Imperio, es decir, el gobierno liaga su Bra-sil. La voluntad del pais hace el gobierno induda-blemente, pero a condicion de que esa voluntadsea la expresion de la naturaleza de las cosas, quees en realidad la que d su gobierno natural cadapals.

  • XIV

    Puede el Brasil resolver el problema de su civi-lizacion politica y social, sin esas dos condicionesde la conquista y de una nueva dinastia? No solotiene los medios y la posibilidad de realizarlo

    ,

    sin que tal vez no esta en su mano dejar de apli-carlos la solucion nica que admite ese pro-blema. Vearaos cuales pueden ser esos medios.EUos emanan de la naturaleza del fin, del ter-

    reno verdadero del problema y del modo de ser delobstculo primordial.Como el imperio, es decir, como el gobierno, el

    Brasil democrtico tiene tambien sus dos condi-ciones respectivas de salud. Una de ellas es tam-bien la conquista, pero no del suelo ageno, sindel clima que falta al suelo propio

    ; y tambien es laotra la reconstruccion del gobierno

    ,pero la re-

    construccion, con arreglo la condicion y modode ser del pais, no la del pais con arreglo al modode ser de una familia gobernante. Si el Brasil tr-rido y ardiente, tal cual es, no conviene las razassoberanas de la Europa, otra forma puede facilitar

  • LIX

    el gobierno del Brasil por las razas que convienen su clima. Esta formula no esta por inventarse.Es cabalmente la del gobierno natural de Ararica,

    y consiste simplemente en el gobierno del pueblo,por el pueblo y para el pueblo.Muy poco fruto habr sacado de sus estudios

    politicos la juventud brasilera que viaja en elmundo mas civilizado, si no se ha apercibido de lainmensa admiraciony simpatia que exita en todaspartes el gobierno que hace la grandeza de les Es-tados Unidos de Ararica. Ante un hecho seme-jante, sria inexplicable que el Brasil dejase elsuelo americano de ese gran modelo, que es elsuyo propio, para buscar tipos del gobierno libreen los tiempos y paises que representan el pasadode la civilization politica del mundo.Aproxiraar el clima . la condicion del pueblo

    por las conquistas del genio industrial sobre la na-turaleza, y aproximar la condicion del pueblo ladel modo de ser del clima, por las conquistas delarte del gobierno, es la doble direccion en que elBrasil tiene que buscar la solucion del problemaque se impone su civilizacion politica y social,por las condiciones del suelo que habita. Es masdigno del horabre civilizado el transformar el suelode su cuna, que contiene los sepulcros de sus pa-dres, que no desertarlo para dejar , otros sin suhogar, mediante la iniquidad de la conquista. Sepuede decir que la rgion ecuatorial pertenece laraza portuguesa por derecho de descubriraiento,pues fu un Portugues, Basco de Gama, el primer

  • LX

    hombre que cruz la linea ecuatorial del mundo.Aunque no fuese sin por consagrar esa gloria deraza, debia el Brasil, portuguez de origen, quedaroruuUoso, en sus limites actuales.

    El enemigo del Brasil, no es el Paraguay, ni elEstado Oriental, ni el sistema republicano, ni elabolicionismo. Su enemigo capital, es el sol de lazona trrida. i Puede este adversario ser vencido ?

    l Es posible aclimatar al hombre de la Europa, en elsuelo de la zona trrida? ^ El Brasil es viable como

    pueblo civilizado en el suelo que ocupa? Esos son

    los terminos del gran problema en que ese paistiene que buscar por la mano de la civilizacion, lo

    que su politica, de tlempos muertos, no le dar porlos trs grandes crfmenes, de la guerra, la escla-

    vitud y la conquista.Ya este problema esta resuelto en su mitad por

    la mera presencia de la raza portugueza en el

    Brasil; y lo que falta su solucion complta, esta

    resuelto por las conquistas de la civilizacion an-

    glo-sajona en los paises ecuatoriales, que obedecen su dominacion inteligente.Hay un emperador mas poderoso que Carlos V,

    y que con mejores titulos que l pudiera jactarsede que en sus dominios nunca se pone el sol ni es

    jamas obstculo para sus designios; para l nohay zona trrida, ni zona glacial; no hay polos, nohay antipodas. Esepoder es elgenio industrial delhombre de este siglo. Colaborador de la provi-dencia, en cierto modo, el genio de la industriaha sabido hacer el verano permanente en Rusia,

  • LXI

    y el invierno inacabable en el Ecuador, desde queel calor, el hielo, el vapor, el aire, la electricidad,

    el gaz, el agua, veiicidos y soraetidos su domi-nacion, han venido ser los nobles esclaves delhombre, quien sirven sin huraillacion, ni l-griraas, en todos los trabajos necesarios la vida.H ahi el pais lejano en que el Brasil hallar losesclavos, que ya no sacar del Africa, ni encon-trar en el Paraguay.Que de inventes y conquistas aplicables este

    triunfo no liabria ya estiraulado con el oro em-pleado esfcerilmente en conquistar los territoriostemplados que no tiene!En lugar de pedir la civilizacion industrial de

    la Europa sus mquinas de guerra para destruirciudades de la America civilisada, ^no haria mejorel Brasil en pedirle sus mquinas de produccion, decreacion, de construccion, que son los arraamentesmodernos de engrandecimiento nacional sin crmeny sin deshonor?Hacer de un hombre una mquina de agricul-

    tura, fu, en otra edad ya muerta, un triunfo debarbarie; hacer de una mquina un esclavo, quetrabaja, que transporta, que conduce, que trans-mite el pensamiento traves del espacio, que ca-lienta, que refrsca, que atca, que alumbra

    ,que

    releva al negro esclavo de su cruel destino , en elhogar, en los campos, en las minas, en la guerra;es el triunfo esplndido de la civilizacion sobre lamateria, triunfo sin sangre, ni victimas, ni lgri-mas.

  • LXII

    El camino de estas conquistas no esta por descu-brirse. Elias son un hecho en la India inglesa, enla Africa inglesa, en la Australia y donde quieraque el pueblo Sajon, tan respetuoso del derechocomo irrespetuoso del secrto de las cosas natu-rales impra.Muchas de esas conquistas estn aplicadas en la

    parte tropical de la America misma, sin escluir elBrasil, Cuando los Portugueses esploraban ese paisabrasador, ni el vapor maritimo y terrestre, ni laelectricidad, ni mil descubiertas mecnicas habianvenido a dar su actividad el auxilio que ahoraprestan sus desendientes. Era natural que los

    Portugueses acomodasen su politica y su legisla-

    cion al modo de ser del Brasil de aquella edad. Sihoy goberuasen al Brasil harian probablemente lo

    que en sus colonias acaban de realisar, arrojandoljos la esclavatura de la raza negra como una m-quina mostruosa infernal de agricultura, que su ex-

    colonia de America conserva sin embargo. ^Piensael Brasil haber hecho todo cuanto hay que hacer

    con abolir el trflco? Mientras la esclavatura quede

    existente, el significado de ese cambio no sera sino

    este : que para ser esclavo en el Brasil se necesita

    haber nacido brasilero. Un pais que regala el pri-vilegio de las cadenas al negro que nace en su

    suelo, y que exime de l al negro nacido en Africa,entiende la caridad al rvez del genero humano,es decir, la iniquidad por cdsa.

  • XV

    Tal es la direccion en que deseramos ver colo-cada la politica interior y esterior de! Brasil, bajotodos sus gobiernos. No es ciertamente una pruebade enemistad ese pais el desearle tal politica. Lodecimos sin la menor afectacion : la grandeza delBrasil, para nosotros, como pais americano, formaparte de nuestro engrandecimiento continental

    ;

    y se la deseamos, no solo en su inters, sin en elnuestro, convencidos corao estamos de que parapaises ligados por la geografia , el comercio y lacivilization, no hay calamidad que no sea comunni prosperidad que no sea reciproca.Toda otra direccion de la politica del Brasil, no

    es de este tiempo, no es de la America; es politicamuerta, desenterrada de los archivos portuguesesdel tiempo de la conquista de America por lasrazas de la Europa. A esa politica de tiempos ypaises que no existen , de gobiernos atrasados, po-litica de anacronismo y de origen anti-americano,pertenecen tambien las trs quimeras que elBrasil mantiene, cuando piensa que su papel en

  • LXIV

    Sur-Amrica, es el de la Francia en Europa , elde los Estados Unidos en Norte-America, el deRoma en el hemisferio del Sur.Un pais que ha dejado de ser colonia del Portu-

    gal dies anos despues que la America antes espa-nola hizo la revolucion de su independencia, nopuede tener iniciativa polltica respecte de sus ini-ciadores. Para ser la Francia de Sur-Amrica, elBrasil necesitaria tener lo que le falta para smismo, saber : los capitales, poblaciones, artes,industrias, ciencias, conocimientos utiles en queabunda la Francia, colocada, por la posesion deuna marina mercante que el Brasil no tiene, mascerca de Sur-Amrica, que lo esta el Brasil mismo.Para tener en la America del Sur el papel que

    los Estados Unidos tienen en la America del Norte,el Brasil necesitaria que los Estados Unidos noestuviesen prsentes en Sur-Amrica , como estanmas que el Brasil mismo, al favor de una marina queel Brasil no pose

    , y del honor de ser la escuelade la democracia republicana que gobierna alnuevo mundo. Sabido es que donde no estn pr-sentes por su comercio, lo estn por el ejemplo desus instituciones ejemplares.

    El Brasil muestra conocer menos sus vecinosdel hemisferio del Sur, que d sus vecinos de Sur-Amrica, cuando olvida que la

  • LXV

    habitado en el hemisferio austral de nuestro globo.Como hay una America del Sur, liay tambien unaAsia del Sur y Una Africa del Sur. En la estre-midad mridional de estos trs mundos florecenlos colores sajones que han visto nacer los Es-tados Unidos, y protejen hoy mismo, en el Surcomo en el Norte, la aclimatacion afortunada dela civilizacion y de la libertad sajonas, en Austt-a-lia, Tasmania, Nueva Zelandia, Falhland y BuenaEsperanza, formando al derredor del globo esosplanteles de civilizacion, una zona de libertad, deriqueza y de esperanza, para el porvenir delmundo entero, en medio de la cual se encuen-tran colocadas las repblicas de Sur-Amrica,que se imaginan no tener mas vecino poderoso queel Brasil.

    Esos paises estn ligados entre si por noblesma-res que parecen separarlos, pero que en realidadlos acercan unos otros, mejor que si habitasenun suelo continuo y continental.Bien pueden desaparecer los itzmos de Suez y

    Panamd, no por eso Sur-Amrica quedar pr-dida y solitaria en el fondo de un mundo desierto.Australia la quinta parte del mundo, es la ltiraay flamante edicion improvisada del idal de civi-lizacion britnica que empieza ya emular los es-plendores de los Estados Unidos, por sus libresmstituciones, por su inmensa riqueza, por su po-derosa industria y creciente poblacion. Doce arosmas jven que San Francisco de California, Mel-bourne cuenta pocas rivales en Europa que le dis-

    4.

  • LXVI

    puten las brillantes ventajas de pais civilizado, enque se distinguen los establecimientos britnicos

    por todas partes ; y aunque su antonomia no seaabsoluta, esto no es mas que una garantia mas de

    su porvenir, pues mas bien que colonias, son Es-

    tados coloniales, que se gobiernan si mismos,bajo la autoridad nominal de la libre Inglaterra.No basta sin que taies pueblos existan al Sur dela linea equatorial, bajo un cielo hermoso y en unclima vigorosante, para que el Brasil qude per-ptuamente relegado rangos inferiores, ljos detener la iniciativa que se atribuye en el hemisterio

    del Sur (1).

    (1) Il est vraiment inte'ressant de voir sur. cette jeuneterre la pure d'^'inocratie mise l'usre, l'cole de la viepolitique ouverte tous, dgage des pr

  • XVI

    Tampoco sera el Brasil la Roma del niievo mundo,por mas que Buenos-A) res se empene en ser laAtenas del Plata. Buenos-Ayres, en efecto, se pr-tende la Atenas de Sur-Amrica. Y, por que no?Bien puede haber una Atenas sin Fidias, ni Praxi-teles, sin Aristoteles ni Platon, como lo prueba laAtenas de la Grecia actual, que no perderia mu-cho en llamarse a su vez la Buenos-Ayres deOriente. No son paralelos sus origenes modernos?Dej la una de ser colonia de los Turcos, casi almismo tiempo que la otra dej de serlo de Espaia,esta Turquia de occidente, como la llamaba JorjeCanning.Mas fuerte sria consentir en que el imperio del

    Brasil sea la Roma de la America latina romana.Pero concedamosle por un momento este papelque parece darselo l mismo. El Imperio del Brasiles unitario como era el pueblo romano. La Rep-blica Argentina es fdral como era la Grecia. Es-tas semblanzas son innegables. gQue sucedi en el

  • LXVIU

    conflicto que decidi de sus destines respectives?Que con todas sus ventajas de arte militar, de civi-lizacion y de raza, la Grecia fu vencida y domi-nada por los Romanos, inferiores los Griegos encultura. La historia de todas las edades ha sacadode duda esta verdad : siempre que una federaclonexiste al lado de un Estado unitario con interesesopuestos y antagonistas, la federacion es absorvida explotada por el vecino centralista. Pero las sem-blanzas no acaban ahi.

    Divididos y debilibados por su falta de unidad,los 'griegos llamaron como aliados los romanospara btir Filipo el tirano, como quien dice, enestilo brasilero, el Lopez de Macedonia. La destruc-cion de Filipo , en que el valor de los Griegos tuvola parte principal, los Uen de una satisfaccion im-bcil (segun la espresion de Montesquieu), pues notardaron en reconocer que habian triunfado paralos Romanos, y que en vez de aliados, se habiandado senores y dominadores , en sus pretendidoscompafieros de armas. La destruccion de Filipopor la mano de los Griegos, puso los Romanos enposesionde todoel Oriente; pues del mismo tiranovencido se sirvieron ellos mas tarde para semeterdel todo los Griegos, sus anteriores aliados.Esos lugares traqueados de la historia antigua,

    son objeto de los estudios obllgados de todo empe-rador, y el del Brasil nos prueba que no los ha des-cuidado en su juventud por la direccion de su poli-tica respecte de la federacion argentina y delParaguay, los Griegos y los Macedonios del Plata.

  • XIV

    Felizmente no es Roma todo el que quiere serlo.Si la politica reciente de Berlin, apesar de sus cir-cunstancias atenuantes, es considerada por la Eu-

    ropa del dia como un anacronismo escandaloso, larepeticion impertinente de ese doble antcdenteromano y aleman en la America democrtica deldia, g no sria repelidapor toda ella como un aten-

    tado insoportable?

    Roma someti todos los pueblos de su tiempono por ser mas grande en territorio , sin por sermas fuerte y capaz en buena conducta. Empez porser pequefia y acab por ser grande; la estensionla mat, ljos de ser la causa de su preponderancia.Esta es la moral de su historia entera.Por una razon de ese gnero se esplica que el

    Brasil, inmenso, haya podido salir del Portugal pe-queiio ; pero lo contrario sria menos comprensible,porque un pueblo situado, como la Africa, bajo lalinea equinoxial, muy bien pudo ser el conquis-tado, pero no el conquistador del Portugal, pequeiopero fuerte y capaz de las conquistas, que ilustransu historia.

  • Las guerras de los Romanos eran proriuctivas yfecundas para su. tesoro, causa de la moral deaquellas edades en que la conquista, el botin, laconfiscacioii, el despojo, el corso, la pirateria, laesclavitud del vencido, eran medios licites y per-mitidos de adquisicion, quivalentes por su legi-tiraidad lo que son hoy la compra, \?l fabricacion^el descubrimiento, la donacion, la herencia, en lamoral ecnomica de nuestros dias.,El pueblo que en estos tiempos prtende imitar

    los Romanos en esa manera de engrandecerse, escondenado al baiio de las naciones honestas. Si unjoberano se permitiese hoy decir como el empe-

    " ]?ador Juliano dijo a sus soldados descontentos :

  • l.XXI

    Si el imperio conoce la historia de los Romanos,

    sus vecinos pueden aprender la historia de los Ger-manos

    ,que es la historia de los libres, en que lis

    repblicas agredidas y provocadas aprendern conocer como se desbarata, an nombre de la pazde un uiundo, un imperio que vive para pertur-barla.

    )H

    XVIII

    PliRecapiiulacion. ^

    >

    La guerra del Paraguay es una grande rvolutionde todos los paises del Plata. ^

    Esa revolucion es hecha para servir la recon4-truccion del Imperio del Brasil, y naturalmntees dirijida por la mano del Brasil. '

    Esta reconstruccion tiene por objeto prvenir laruina del imperio, que esta inminente por laaccion de los cosas. "^

    Las condiciones de esta resurreccion son d^s :nuevos territorios y nueva dinastia, es ehiv :la conquis ta de sus territorios las repbcasculpables de tenerlos, y la reaparicion de losBorbones en America, 6 la coutra-revolucion.

    Los medios elementos para obrar este cambio,son :

    ,

    1 La debilidad de las repblicas del Plata, quelas hace ser los instrumentes del Brasil , sinquererlo. ^^

  • LXXU

    2 La inferioridad relativa del Paraguay.3 Lasuperioridad relativa del imperio brasilero.

    Los obstculos y resistencias son y se componen :1 De lo ilusorio y faite de realidad de esos trspretendidos medios dei poder brasilero.

    2" De los intereses heridos por las miras y porlas condiciones de ese cambio.

    Resultado posible del insuceso de la recons-

    truccion imprial : la transformacion del Brasilen los Estados Unidos de la America antes por-tugueza, gobierno natural del nuevo mundo.

    Las g