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LA LABIODENTAL SONORA EN EL ESPAÑOL DE MÉXICO Las minuciosas investigaciones de Amado Alonso en torno a la antigua pronunciación del castellano 1 parecen haber demostrado satisfactoriamente que, al menos en amplias regiones hispánicas, la distinción entre la bilabial Ihl y la labiodental NI se mantuvo hasta bien entrado el siglo xvi, contrariamente a lo que se había pensado antes de que Alonso hiciera sus indagaciones. Menén- dez Pidal, en efecto, aunque consignaba la antigua oposición blv en cuanto representantes de articulaciones oclusiva y frica- tiva respectivamente (b = [b] y v = [~b]) 2 , pensaba que "la v nunca se pronunció nativamente en castellano [como labioden- tal], sino que el signo v se articuló siempre con los mismos valores de [~b] y [b] que l a ¿ " 3 . Tomás Navarro, por su parte, apoyán- dose en lo dicho por Cuervo a fines del siglo pasado 4 , considera- ba también que la única distinción existente entre las antiguas b y v era la dependiente del carácter oclusivo de la primera [b] y del fricativo propio de la segunda [~b], pero añadía que "no hay noticia de que la v labiodental haya sido nunca corriente en la pro- 1 A. ALONSO, De la pronunciación medieval a la moderna en español, Gredos, Madrid, 1955. 2 RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL, Manual de gramática histórica española, 6 a ed,, Espasa-Calpe, Madrid, 1941, § 35 bis, 4, p. 114. 3 Ibid., § 35, 2, p. 98. 4 RUFINO JOSÉ CUERVO, "Disquisiciones sobre antigua ortografía y pro- nunciación castellana", RHi, 2 (1985), p. 9. Estudios estos que abrieron y mar- caron el camino que habría de seguir décadas después Amado Alonso. Cuervo había advertido que "de las consideraciones en que se apoya Nebrija y del alfabeto que constituye, claramente se deduce que él consideraba como soni- dos diferentes la b y la v, la g y la z", etc. {Disquisiciones, p. 241 en Obras, Insti- tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1954, t. 2, por donde cito). NRFH, XXXVI (1988), num. 1, 153-170

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L A L A B I O D E N T A L S O N O R A E N E L E S P A Ñ O L D E M É X I C O

Las minuciosas investigaciones de A m a d o Alonso en torno a la ant igua pronunciación del castellano 1 parecen haber demostrado satisfactoriamente que, al menos en amplias regiones hispánicas, la distinción entre la b i lab ia l Ihl y la labiodental NI se m a n t u v o hasta b ien entrado el siglo x v i , contrar iamente a lo que se había pensado antes de que Alonso hic iera sus indagaciones. M e n é n -dez P i d a l , en efecto, aunque consignaba la ant igua oposición blv en cuanto representantes de articulaciones oclusiva y fr i ca ­t i v a respectivamente (b = [b] y v = [~b]) 2, pensaba que " l a v n u n c a se pronunció nat ivamente en castellano [como lab ioden­t a l ] , sino que el signo v se articuló siempre con los mismos valores de [~b] y [b] que la ¿ " 3 . T o m á s N a v a r r o , por su parte , apoyán­dose en lo dicho por C u e r v o a fines del siglo pasado 4 , considera­ba también que la única distinción existente entre las antiguas b y v era la dependiente del carácter oclusivo de la p r i m e r a [b] y del f r i cat ivo p r o p i o de la segunda [~b], pero añadía que " n o hay not i c ia de que la v labiodental haya sido nunca corriente en la pro -

1 A . A L O N S O , De la pronunciación medieval a la moderna en español, Gredos, M a d r i d , 1955.

2 R A M Ó N M E N É N D E Z P I D A L , Manual de gramática histórica española, 6 a ed,, Espasa-Calpe, M a d r i d , 1941, § 35 bis, 4, p. 114.

3 Ibid., § 35, 2, p. 98. 4 R U F I N O JOSÉ C U E R V O , "Disquisiciones sobre antigua ortografía y pro­

nunciación castellana", RHi, 2 (1985), p. 9. Estudios estos que abrieron y mar­caron el camino que habría de seguir décadas después Amado Alonso. Cuervo había advertido que "de las consideraciones en que se apoya Nebri ja y del alfabeto que constituye, claramente se deduce que él consideraba como soni­dos diferentes la b y la v, la g y la z " , etc. {Disquisiciones, p. 241 en Obras, Ins t i ­tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1954, t . 2, por donde cito).

N R F H , X X X V I (1988), num. 1, 153-170

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154 JUAN M . LOPE BLANCH NRFH, XXXVI

nunciación española" 5 . E l test imonio de los antiguos gramáticos españoles, analizado cuidadosamente por A m a d o Alonso, demostró cuan equivocada era esa creencia. L a articulación labiodental de la NI se conservó, al menos en las regiones meridionales de la Pe­nínsula Ibérica 6 , hasta el siglo x v i , y en algunas zonas p a r t i c u ­larmente conservadoras hasta comienzos del siglo XVII por lo menos 7 . También los sefardíes expulsados de España en 1492 l le­v a r o n en sus labios esa distinción, b (b i lab ia l ) - v ( lab iodental ) , que han mantenido en las hablas del Or iente hasta nuestros días 8 .

Restos de la NI lab iodental se han hal lado , en nuestro siglo, en hablas de ciertos terr i tor ios ibéricos y americanos. A u r e l i o M . Espinosa la encontró en dos pequeñas poblaciones de la p r o v i n ­cia de Cáceres — S e r r a d i l l a y G a r r o v i l l a s 9 — y M a n u e l Sanchís G u a r n e r la atestiguó en la Cana l de N a v a r r o s 1 0 , l ocal idad de la

5 T . N A V A R R O T O M Á S , Manual de pronunciación española, 5 a ed., Hafner, New Y o r k , 1957, § p. 9 1 .

6 Cf. A . A L O N S O , op. cit., pp. 45-46. Y Rafael Lapesa —magnífico editor de los escritos de Alonso en torno al tema— hace una adición valiosísima en su interpolación: " q u e los andaluces distinguían, lo confirma h . 1560 Antonio de Corro , sevillano, al decir que la pronunciación francesa de b y v era igual a la española" (p. 46).

7 Recoge A L O N S O los testimonios de los extremeños Gonzalo Correas (1626) y Gonzalo Bravo Graxera (1634) en tal sentido (op. cit., pp. 41 y 47-48). Como en seguida veremos, la distinción ha subsistido en algunos pueblos de Extremadura hasta nuestro siglo. Por otra parte, llega A M A D O A L O N S O a la conclusión de que la Ivl labiodental española era del mismo tipo que la ital ia­na, ya que "además de ser más floja que la francesa, con el filo de los dientes rozando la cara interior del labio inferior, es seguro que no era rehilada, como lo es la francesa" (op. cit., pp. 70-71).

8 Cf . LAPESA, Historia de la lengua española, 8 a ed. , Gredos, M a d r i d , 1980, § 125, 4; p. 527. Aparte "de la distinción entre b oclusiva y b fricativa, sobre todo en posición inic ia l , según la procedencia lat ina, donde en el español mo­derno hay confusión completa" ( M A X L . W A G N E R , Caracteres generales del judeo­español de Oriente, Revista de Filología Española, M a d r i d , 1930, p. 16 (anejo 12). E n el judeo español de Bucarest no sólo se conserva la Ivl labiodental en cualquier posición — [ v e n i r , kaváiu, komvensér, av iar ] , etc. — , sino que ha atraído en muchos casos a Ihl intervocálicas procedentes de Ipl lat ina: [kavé-sa, risivír, kávra], las cuales alternan con articulaciones bilabiales oclusivas [ b ] , no fricativas [abandonar, abézba 'abeja', abrigo] , etc. (Cf. M A R I U S SALA, Phonétique et phonologie du judéo-espagnol du Bucarest, M o u t o n , The Hague-Paris, 1971, §§ 21 y 11 respectivamente).

9 A . M . ESPINOSA, Arcaísmos dialectales. La conservación de «s» y «z» sonoras en Cáceresy Salamanca, Revista de Filología Española, M a d r i d , 1935, p. 4, nota 1 (anejo 19). E n ambos pueblos, al parecer, la Ivl labiodental fricativa estaba en oposición a la Ihl b i labial oclusiva.

1 0 M . SANCHÍS G U A R N E R , "Extensión y vital idad del dialecto valenciano

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NRFH, X X X V I LA LABIODENTAL SONORA EN MÉXICO 155

p r o v i n c i a de Va lenc ia . Años después, la Iwl lab iodental fue reco­g ida en el habla culta de la c iudad de G r a n a d a y comarcas próxi­mas , como articulación que aparecía " c o n gran frecuencia, pero sin r egu lar idad a l g u n a " 1 1 , así como en u n pueblo de la p r o v i n ­cia de Málaga: A l a m e d a 1 2 .

E n lo que a las hablas americanas respecta, se h a n hallado ves­t ig ios de la Iwl lab iodental en el sur de A r i z o n a y en el norte de M é x i c o 1 3 , así como en alguna c iudad de C a l i f o r n i a 1 4 . C o m o rea­lización ocasional, asistemática, he tenido yo ocasión de registrarla en diversas hablas hispánicas de todo el suroeste de los Estados Unidos : San Marcos (Texas), M o r a (Nuevo México) , Tucson ( A r i ­zona) y San José ( C a l i f o r n i a ) 1 5 . Y así, como realización esporá­d i ca , la hemos hallado también m u y ocasionalmente en diversas localidades de Méx i co durante el largo proceso de levantamiento del atlas lingüístico del pa ís 1 6 . Y en el habla cul ta de la c iudad de M é x i c o , especialmente en situaciones formales o en elocucio­nes esmeradas y enfáticas, no es excesivamente raro oír una que o t r a lab iodenta l [v] más o menos tensa y rehi lante . E n el Para­guay , en cambio , la articulación lab iodenta l [v ] parece ser casi absolutamente general , en d e t r i m e n t o de la b i l ab ia l [ b ] 1 7 , como hemos visto que sucedía, aunque por causas m u y diferentes, en el judeoespañol de Bucarest (cf. supra, nota 8) .

N a t u r a l m e n t e que todos estos diversos test imonios hacen re-

apitxat", RFE, 23 (1936), 45-62, cf. p. 6 1 . 1 1 D Á M A S O A L O N S O , A L O N S O Z A M O R A V I C E N T E y M A R Í A JOSEFA C A N E L L A -

D A D E Z A M O R A , "Vocales andaluzas", NRFH, 4 (1950), 209-230; en especial, pp. 226-228.

1 2 D Á M A S O A L O N S O , En la Andalucía de la E, Artes Gráficas Clavileño, M a ­d r i d , 1956, p. 16, nota 6.

1 3 Cf. A N I T A C. POST, "Southern Ar izona Spanish phonology" , Univer-sity of Arizona Bulletin, Tucson, 5 (1934), p. 32, y D É L O S L . C A N F I E L D La pro­nunciación del español en América, Inst i tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1962, p. 69.

1 4 Cf. R O B E R T P H I L I P S , " T h e influence of English on the NI i n Los A n ­geles Spanish" , en R . W . Ewton y J . Ornstein (eds = ) , Studies in language and linguistics, Texas Western Press, E l Paso, 1972, pp. 201-212.

1 5 Se trata de 19 encuestas —cinco en cada localidad, salvo en M o r a , don­de sólo pude hacer cuatro— realizadas entre diciembre de 1985 y octubre de 1986. Breve noticia de ellas he dado en el ALM, 25 (1987), 201-208.

1 6 Cf. J . M . L O P E B L A N C H , " L a s zonas dialectales de México: proyecto de delimitación", NRFH, 19 (1970), 1-11.

1 7 Cf. G E R M Á N DE G R A N D A , "Observaciones sobre la fonética del español en el Paraguay" , ALM, 20 (1982), 145-194. E n relación con el origen de esta [ v ] , cf. infra, nota 4 1 .

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156 JUAN M . LOPE BLANCH NRFH, X X X V I

ferencia a m u y diferentes clases de uves. A u n q u e el supuesto ar ­caísmo del inexistente "español de Amér i ca " pudiera hacer pensar que podía exist ir a lguna relación histórica entre la ant igua d i s t i n ­c ión española de Ihl b i l ab ia l y Iwl lab iodental y los vestigios de [v ] lab iodental recogidos en el español americano, nada p e r m i t i ­ría sostener ta l dependencia. A q u e l l a Iwl medieval y renacentista n a d a tiene que ver con esta [v ] contemporánea.

Q u e la ant igua oposición blv llegó a América en labios de a l ­gunos de los pr imeros colonizadores parece ser cosa probada. R a ­fael Lapesa, recordando lo señalado por Rodol fo Lenz sobre la di ferente manera en que los oídos araucanos in terpre taban la Ihl y l a Iwl españolas 1 8 , l lega a la conclusión de que b y v " t odav ía e ran distintas en la pronunciación de algunos conquistadores y colonos de C h i l e " , aunque acabarían por confundirse en breve p l a z o 1 9 . Para la N u e v a España, me parece altamente p robator i o el test imonio indirecto que proporc iona Diego de O r d a z , en c u ­yas cartas manuscritas se m a n t i e n e n nítidamente diferenciadas la Ihl y la Iwl. Pero otros escribanos coetáneos suyos confundían t o ­ta lmente los dos fonemas 2 0 . Difícil de terminar si los casos de dis­tinción blv en el p r i m i t i v o español americano corresponden a la d i ferencia " o c l u s i v a / f r i c a t i v a ' ' o a la oposición " b i l a b i a l / l a b i o -d e n t a l " , pero supongo que, dado el alto número de emigrantes andaluces, en cuyo dialecto la lab iodenta l encontraba aún seguro re fug io , la grafía v representaría en ellos u n fonema lab iodenta l .

Pero las [v] labiodentales registradas en nuestros días no guar­d a n relación directa a lguna con las Iwl del siglo x v i . Veamos a l ­go más de cerca qué peculiaridades presentan cada u n o de los diversos testimonios de [v ] antes enumerados .

Las que mayores posibi l idades podrían tener de ser c o n t i n u a ­doras de las labiodentales antiguas serían las encontradas en las localidades meridionales de España. E n u n hermoso estudio so­bre La fragmentación fonética peninsular, hace Dámaso Alonso u n de­t e n i d o análisis de la igualac ión 2 1 " B = V en la Península

1 8 Cf. R . L E N Z , Para el conocimiento del español de América, en BDH, 6 (1940), pp. 245-246.

1 9 R . LAPESA, op. cit., § 129, 1, p. 562. 2 0 Cf. J . M . L O P E B L A N C H , E l habla de Diego de Ordaz. Contribución a la his­

toria del español americano, U N A M , México, 1985, p. 46. E n los manuscritos ordacianos sólo hallo u n caso de confusión: ovispo. Pero en las cartas que no son autógrafas, la confusión es constante: vino y bino, valen y batían, servido y serbicio, ventura y bentura, conviene y conbiene, vibienda, etcétera.

21 ELH, C .S . I .C . , M a d r i d , 1962, supl. del t . 1, pp. 200-201.

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NRFH, XXXVI LA LABIODENTAL SONORA EN MÉXICO 157

Hispánica ' ' , y considera que la existencia ant igua de u n a [v] l a ­b i o d e n t a l en todo el sur de la Península Ibérica resulta ya incues­t i onab le , pero no por " l a s af irmaciones de algunos dómines del siglo x v i , con la cabeza «conformada» por el molde de los mode­los l a t i n o s " , sino por

la repartición que tienen hoy [. . . ] los restos de la v en la Penínsu­la: todo el sur de Portugal, puntos de Cáceres, algunos puntos en Andalucía (Málaga, etc., con abundancia en Granada), puntos de habla no valenciana de Valencia; el valenciano [. . . ] salvo la faja central de apitxat; en Cataluña, el campo de Tarragona, y, fuera, las Baleares y Alguer. Esa repartición es meridional y periférica.

S i n negar la ra igambre m e r i d i o n a l de la ant igua [v] lab ioden­t a l , los datos modernos a que atendía Dámaso Alonso no parecen ser enteramente seguros, en especial en lo que se refiere a la con­servación de labiodentales en Andalucía. E l propio Dámaso Alonso había advert ido que de todos los fenómenos fonéticos registrados en su estudio sobre el habla de G r a n a d a "este de la lab iodental sonora es el más necesitado de u n a sosegada y n u t r i d a invest iga­ción c o m p l e m e n t a r i a " 2 2 . A ta l investigación se entregó Gregor io Salvador , con resultados que no c o n f i r m a b a n lo registrado por A l o n s o , Canel lada y Z a m o r a . E n efecto, Salvador, catedrático de la U n i v e r s i d a d de G r a n a d a y residente d u r a n t e muchos años en esa c i u d a d , a f i rmaba en 1961 que "después de haber realizado por enc ima del centenar de encuestas dialectales en Andalucía y haber v iv ido muchos años, con el oído atento , en el ambiente gra­n a d i n o donde ellos la descubrieron [ la v l ab i odenta l ] , aún no he t e n i d o la f o r t u n a de e s c u c h a r l a " 2 3 . Y , respetuoso de la seriedad científica de los descubridores de ta l [ v ] , i m a g i n a b a u n a solución u n t a n t o sorprendente: que se t r a t a r a de " u v e s r isueñas" . L o ex­p l i caba así:

H a y unas determinadas circunstancias en que una articulación b i ­labial puede convertirse insensiblemente en labiodental: cuando se

2 2 "Vocales andaluzas", p. 227. Y posteriormente insistía en destacar la inseguridad de tales datos: "Se han señalado, además, muchos casos esporá­dicos de v en Granada y varios en algún punto de la provincia de Málaga, pero en condiciones dudosas, que necesitarían mayor atención" ( D . A L O N S O , La fragmentación, pp. 156-157).

2 3 Esto lo escribió SALVADOR en su reseña del l ibro sobre Dialectología es­pañola de A L O N S O Z A M O R A , publicada en AFA, 12-13 (1961), p. 399.

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158 J U A N M . LOPE BLANCH NRFH, X X X V I

p r o n u n c i a al m i s m o t i empo que se ríe o se sonríe abiertamente [. . . ] . A h o r a b i e n , este hecho no es granad ino sino universa l [...]. He visto esta v (e inc luso emes y pes labiodentales) en hablantes risueños de m u y v a r i a d a procedenc ia geográf ica 2 4 .

Explicación que he calificado de sorprendente, ya que no de­jaría de sorprender que lingüistas t a n serios y autorizados como * * Dámaso Alonso , Alonso Z a m o r a y M a . Josefa Canel lada pasa­r a n por alto , y a u n a d m i t i e r a n sin rechistar, "ese aire de j o l g o r i o con que algunas gentes se prestan a u n a investigación fonética de este t i p o " 2 5 . E n u n estudio posterior — a l que habré de re fer i r ­me con frecuencia en las páginas que s i g u e n 2 6 — el profesor Sal- • . • ' vador explica que las encuestas granadinas de A lonso -Cane l la -d a - Z a m o r a se efectuaron en u n despacho de la Facul tad de F i l o ­sofía y Letras , y que los in formantes eran los estudiantes de la p r o p i a Facu l tad . N o parece m u y probable que esos jóvenes gra­nadinos — p o r m u y festivo que se considere el carácter de los a n ­daluces en general : no tanto el de los granad inos— m a n t u v i e r a n "ese aire de j o l g o r i o " en el i n t e r i o r del despacho en que a u t o r i ­zados profesores l levaban seriamente a cabo u n t raba jo tan serio como en ellos cabe suponer. Recuerda Salvador " e l aire festivo con que aquellos de mis compañeros y compañeras que eran l l a ­mados para observarles las aberturas vocálicas salían del despa­cho donde se l levaba a cabo el i n t e r r o g a t o r i o " 2 7 . N o dudo de que aquellos jóvenes mostraran u n " a i r e fest ivo" al salir del despacho-laborator io y al reunirse con sus compañeros , pero i m a g i n o que en el i n t e r i o r del despacho, solos, aislados de sus compañeros y en presencia de dos o tres catedráticos afamados, guardarían u n a a c t i t u d mucho más f o r m a l y respetuosa. M e resisto a pensar que t a n autorizados encuestadores d ieran por buenas y normales res­puestas articuladas entre risas o en plena sonrisa. Y me resisto a pensar que aquellas encuestas se h i c ieran en u n ambiente t a n falto de seriedad, t a n festivo, como para que tantas [b] se conv i r ­t i e r a n en [ v ] . Más b i e n cabría incl inarse a pensar lo c on t rar i o . Esto es, que lo i m p o n e n t e de la situación, la f o r m a l i d a d del i n t e -

2 4 Loe. cit. 25 Loe. cit. 2 6 " L a labiodental sonora en el español a c t u a l " , en Actas del I I Simposio

Internacional de Lengua Española, Las Palmas de Gran Canaria, 1984, pp. 45-54. Está también recogido en el l ibro del propio SALVADOR, Estudios dialecto lógicos, Paraninfo, M a d r i d , 1987, pp. 124-131, por donde hago todas mis citas.

27 Estudios dialecto lógicos, p. 128.

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NRFH, X X X V I LA LABIODENTAL SONORA EN MÉXICO 159

r r o g a t o r i o h u b i e r a n impulsado a los estudiantes informadores a adoptar una ac t i tud lingüística esmerada, sumamente f o r m a l , ge­neradora de modalidades enfáticas de expresión, y que , en conse­cuencia, h u b i e r a n art iculado esas [v] labiodentales debidas a pre juic ios escolares, a p r u r i t o de corrección, de que tanto habre­mos de hablar en lo que sigue. T a l vez los estudiantes granadinos quis ieran demostrar oralmente a sus sabios encuestadores que te­nían " b u e n a ortograf ía" . Pero claro está que , no habiendo p a r t i ­cipado en las encuestas, cualquier hipótesis que se haga será, como ésta, enteramente in fundada .

D e cualquier m o d o , sea cual fuere la explicación de las [v] l a ­biodentales registradas en las encuestas granadinas , lo que queda en claro es que el habla cul ta de la c iudad de G r a n a d a no parece real izar n o r m a l m e n t e articulaciones labiodentales sonoras 2 8 . E l tes t imonio de Gregor io Salvador queda respaldado por el cortés escepticismo con que otro entonces catedrático de la U n i v e r s i d a d de G r a n a d a , A n t o n i o Llórente, se ha referido al hallazgo de A l o n ­so, Cane l lada y Z a m o r a :

Aparición de labiodental fricativa sonora (v): Sólo se presenta en fonética combinatoria y sintáctica como solución de los grupos s + ¿ . M u y esporádicamente aparece en posición intermedia, en contacto con líquida, nunca en posición inicial n i intervocálica; sin embargo, se ha hablado de una v intervocálica en Granada 2 9 .

E n lo que respecta a las labiodentales sonoras registradas en t e r r i t o r i o valenciano o en la p rov inc ia de Cáceres, parece razona­ble l a observación que Salvador hace en el sentido de que

ambas zonas son fronterizas con las hablas portuguesas y valencia­nas que poseen la labiodental y por lo que se ref iere a la [primera] no se puede olvidar que la pronunciación de la uve en su castellano es u n hecho en hablantes bilingües del área valenciana, del sur de Cataluña y de las islas Baleares y, por supuesto, en los monolin-

2 8 " N o hay en Granada n i en ningún otro lugar de Andalucía, que sepa­mos, uves habituales, espontáneas, no condicionadas. Esto conviene dejarlo ya m u y claro, proclamarlo así de una vez por todas y prescindir del dato para cualquier tipo de especulación histórica o de descripción dia lecta l " (ibid., p. 130). Y en el ALEA sólo f iguran casos de labiodentalización de v cuando ésta va precedida de aspiración procedente de -s implosiva.

2 9 A . L L Ó R E N T E M A L D O N A D O DE G U E V A R A , "Fonética y fonología anda­luzas " , RFE, 45 (1962), pp. 235-236.

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gües castellanos de esas zonas, lo que le da al fenómeno un carácter innegable de sustrato o adstrato 3 0 .

A u n q u e no creo que el bilingüismo de Garrov i l las y Serradi -11a — s i es que existe— sea de la m i s m a m a g n i t u d que el de la zona va lenc iana 3 1 , para ésta no parece arriesgado invocar la i n ­fluencia del adstrato. Cosa que — c r e o — es lo que debe hacerse también en el caso de los dialectos hispánicos del suroeste de los Estados U n i d o s . Es lo que hizo A n i t a C . Post, al señalar que la aparición de v labiodentales en el español del sur de A r i z o n a se daba sólo en el habla de personas bilingües en inglés y español 3 2 . Es lo que ha advert ido Rober t Phi l ips en el español hablado en la c iudad ca l i forniana de Los Angeles (cf. no ta 14). Y es lo que he observado yo en el habla de todos los in formantes del suroeste de los Estados U n i d o s en que he recogido testimonios de [ v ] : t o ­dos ellos hablaban el inglés tan b i en o, por lo general , mejor que el español.

Tenemos , pues, ya dos clases de Ivl en español contemporá­neo: la que ar t i cu lan hispanohablantes que residen en terr i tor ios en que se habla otra lengua poseedora de Ivl lab iodental —como el valenciano, el catalán o el inglés—, y la que subsistía en a lgu ­nos puntos arcaizantes de la p r o v i n c i a de Cáceres, todavía en 1 9 2 5 3 3 , como vestigio del pasado.

Además , en dialectos en que la Ib/ b i l a b i a l —-ortográficamente b o v— precedida por u n a aspiración procedente de -s implos iva (secuencia sb, como en desbaratar, desvanecer, las barcas o las vacas) puede transformarse en lab iodenta l , ya sonora [v], ya sorda [ f ] . Se t r a t a s implemente de u n fenómeno p a r t i c u l a r de asimilación

3 0 Estudios dialecto lógicos, p. 1 2 5 . 3 1 Si la situación de ambas regiones fuera, como sospecho, diferente, las

Ivl labiodentales de la provincia de Cáceres podrían en verdad ser rastros ar­caizantes de la antigua labiodental común en el sur de la Península, como la presentaron sus descubridores y como Dámaso Alonso se ha inclinado a inter­pretarla.

3 2 No contradice —me parece— esta observación de Ani ta Post lo que ob­jeta D . L . C A N F I E L D en el sentido de que él había aprendido " a pronunciar el español en Nogales de los 1 2 a los 1 5 años de edad" y tenía la certeza de que " las labiodentales de estas dos lenguas son distintas, siendo el sonido cas­tellano más postdental de articulación, y por lo tanto, propicio a convertirse en b i l a b i a l " (La pronunciación, p. 69, nota 14). Esta observación se prestaría a m u y diversos comentarios.

3 3 N o sabemos si hoy en día se habrán extinguido esos vestigios extreme­ños de la NI antigua. Sería conveniente investigarlo.

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a r t i c u l a t o r i a , ampl iamente documentado en diversos dialectos de España y de América : [defivaratár, resfalar], etc.

D i s t i n g u e Gregor io Salvador o tro caso más en que la b i l a b i a l suele realizarse como lab iodenta l sonora: aquel en que el fonema lab ia l va en posición i n i c i a l absoluta — t r a s pausa— o precedido de u n a consonante nasal. Y proporciona una explicación razonable:

Se trata, creo, de una tendencia a mantener en el fonema /é/ su ras­go fricativo en los únicos casos en que el contexto fónico condiciona la oclusión de la labial [. . . ] . En la oposición plb lo pertinente no es sólo la sonoridad, sino que también el carácter de interrupto o continuo del fonema juega papel esencial, es algo más, o por lo me­nos tiende a serlo, que una mera redundancia combinatoria. La apa­rición de esa labiodental en sustitución siempre del alófono oclusivo y nunca del fricativo del fonema Ihl parece claro resultado de esa tendencia que digo 3 4 .

Habría que d i s t i n g u i r nítidamente esta labiodentalización es­pontánea y " n a t u r a l " de la Ihl, producto de u n proceso fonético inconsciente, de la " l l a m a d a v p e d a n t e " , falso f onema que sólo aparece " e n pronunciación no espontánea" (p . 131). L a p r i m e r a corresponde a articulaciones labiodentales en palabras como con­vocar, conversación, conveniente, envía, un veintidós por ciento, y aun convus-tible o un vanderín, y en varios o vamos pero sólo tras pausa (p . 124). Recoge Salvador test imonios de [v ] tras nasal en el habla de dos i lustres filólogos españoles y, en relación con M é x i c o , en dos per­sonalidades públicas de nuestro país:

Y dos [uves] más, por último, que habrán oído millones de perso­nas. Mientras corrijo pruebas del l ibro , comienza el Campeonato M u n d i a l de Fútbol y, en la ceremonia inaugural, el presidente del comité organizador, Guillermo Cañedo, da la bienvenida a los asis­tentes y el propio Presidente de la Nación, Miguel de Lamadrid [sic], envía u n saludo del pueblo mexicano a los telespectadores de todo el mundo: dos uves históricas (nota 18).

Estos dos test imonios mexicanos de articulación lab iodenta l de v se aducen como corroboración de la tesis re la t iva al condic io ­n a m i e n t o del fenómeno por parte de u n a nasal que preceda a la l a b i a l . L a tesis no deja de ser a trac t iva y a u n seductora. D u r a n t e semanas he ido acumulando casos de art iculaciones labiodentales

Estudios, p. 130.

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p a r a t ra tar de ver si la insinuación de Gregor i o Salvador en rela­ción con México corresponde o no a la real idad. E l mismo propone:

Por lo que se refiere al español de América, no faltan pruebas de v afectadas n i de labiodentalización de t) en el grupo s + b, y en lo que respecta a v precedida de nasal tengo ejemplos anotados por mí y, para Colombia, existe el testimonio de Luis Flórez. Conven­drá precisar en futuros trabajos con qué frecuencia se dan y en qué áreas (p. 131).

Hagamos u n in tento en relación, básicamente, con el español hablado en la c iudad de M é x i c o .

N o se d a n en él casos de lab iodenta l sonora condic ionada por prev ia aspiración de -s implos iva , cosa n a t u r a l , dado el firme m a n ­t e n i m i e n t o de la /s/ en los dialectos de los alt iplanos central y me ­r i d i o n a l de Méx i co . N o cabe tampoco i m a g i n a r s iquiera casos de labiodentalización por in f luenc ia del náhuatl, ya que en esta l e n ­gua no existe / v / , a di ferencia de lo que sucede en guaraní, cuyas Iwl parecen ser causa de las abundantes [v ] que existen en el es­pañol paraguayo (cf. infra, nota 41) . Prácticamente todos los ca­sos de [v ] que he recogido en M é x i c o pertenecen a elocuciones formales — e n especial, discursos políticos— y de manera m u y so­bresaliente al habla de locutores de rad io y de televisión. Se t r a t a ­ría, pues, de la v u l t racorrecta t a n re i teradamente censurada y r i d i c u l i z a d a por m u y diversos lingüistas. Pero acerquémonos u n poco a los test imonios r e u n i d o s 3 5 , para ver qué observaciones pueden hacerse a ellos.

A di ferencia de lo que constata Gregor i o Salvador para el ha ­b la de los locutores españoles 3 6 , en la de los mexicanos la a p a r i ­ción de la lab iodenta l sonora puede darse en cualquier posición como realización del alófono oclusivo de Ihl o del alófono f r i c a t i ­vo . E n efecto, he recogido múltiples test imonios de [v ] en las si ­guientes secuencias fonéticas:

1. Posición i n i c i a l absoluta, al comienzo de elocución o tras

3 5 Los cuales se aproximan a medio mi l lar . Pero debo advertir que son fruto de muchas horas de escucha de los programas de noticias de la radio y, sobre todo, de la televisión. Que la aparición de NI labiodentales es muy espo­rádica también en México.

3 6 " L a aparición de esa labiodental [se da] en sustitución siempre del aló-fono oclusivo y nunca del fricativo del fonema / b / " (La pronunciación, p. 130. E l subrayado es mío).

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pausa completa: 6 1 F a m o s y a " , " D i e z para t i , veinte para m í " . O sea, como representante del alófono oclusivo [ b ] .

2. E n posición intervocálica, ya en i n t e r i o r de pa labra , ya en sílaba i n i c i a l : " l a v a d o " , " p a r a vivir", " h a s u e l t o " , " e s ta v i d a " . Es decir , como representante del alófono f r i cat ivo [ b ] .

3. Precedida de nasal , ya dentro de la pa labra , ya en fonética sintáctica: " i n v i c t o s " , " c o n v o c a t o r i a " , " u n veinte por c i e n t o " . O sea, como representante del alófono oclusivo [ b ] .

4. Precedida de otras consonantes, también dentro de la pa­labra o en fonética sintáctica: "pervers i ón" , " e s tar v i e j o " , " o l v i ­d a " , " e l v e l e r o " , " l a s ventas " , " d e s v í o " etc. O sea, como representante del alófono f r i cat ivo [ b ] .

C o m o se ve, no co inc iden mis observaciones con las que hace Salvador en relación con los alófonos del fonema Ihl a que susti­tuye la articulación lab iodenta l . E n M é x i c o , las personas que ar ­t i c u l a n [v ] tras pausa o nasal son las mismas que se s irven de la lab iodenta l en posición intervocálica o tras diversas consonantes.

E n cuanto a los locutores españoles, no tengo, lógicamente, la experiencia de Salvador en el estudio de su habla . Pero sí pue­do decir que u n o de ellos — l l a m a d o Joaquín Peláez— envía oca­sionalmente a M é x i c o "v ía satélite", breves reportajes sobre la ac tua l idad española, y a él he o ído decir no sólo " c o n v i e n e " —de acuerdo con la tesis de Sa lvador—, sino también " p a n y v i n o " y " l a v í c t ima" , en contra de d icha tesis. S inceramente , no creo que l a labiodentalización de Ihl se produzca , exclusiva y n a t u r a l ­mente , como realización del alófono f r i cat ivo de la l a b i a l . Creo que —también en España— el l ocutor o rec i tador que d iga " c o n ­v i d a r " , " e n vez d e " o " c o n v a t e " , dirá también " v i v i r " , " s a l v o " o " l a v o z " .

Pero en u n a cosa sí co inc iden, al menos parc ia lmente , mis ob­servaciones con las de Gregor i o Salvador: aunque — r e p i t o — la labiodentalización de Ihl no se da exclusivamente tras pausa o con­sonante nasal , sí observo que la aparición de [v ] labiodentales es re la t iva o p roporc i ona lmente más frecuente tras nasal . Para ha ­cer esta afirmación, no me baso en impresiones subjetivas, sino en u n recuento estadístico, cuyo resultado es el s iguiente:

L a secuencia ortográfica nv (invitar) o n + v (un vaso) represen­ta en español sólo u n 8 % aprox imadamente de apariciones en el discurso. A la v intervocálica corresponde alrededor de u n 4 8 % y a l a v- i n i c i a l de pa labra u n 3 6 % . Y a la secuencia " consonante d i s t i n t a de I ni + NI" solamente u n 8 % a p r o x i m a d a m e n t e . Pues b i e n , a ese 8 % de casos en que aparece la secuencia n(+)v corres-

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ponde u n 2 6 % de los testimonios de articulación lab iodenta l que he r e u n i d o , en tanto que al 4 8 % de los casos de v intervocálica corresponde sólo u n 3 5 % de las labiodentales recogidas por mí , en vez del 1 5 6 % que proporc iona lmente debería corresponderle.

Pero la situación es m u y parecida en el caso de la secuencia " consonante diferente de n(+)v": al 8 % de los casos en que apa­rece ta l secuencia en el discurso hispánico corresponde u n 2 7 % de los testimonios de articulaciones labiodentales reunidas por mí. Esto es, esencialmente lo m i s m o (sólo u n 1 % más) que lo que su­cede en el caso de la secuencia n(+)v. E n conclusión, creo que lo que sucede es que la labiodentalización de v resulta c laramente favorecida por la presencia de u n a consonante anter i o r , sea nasal o sea de cua lquier o t ra clase. E n efecto, al 1 6 % de secuencias "consonante + ¿>" ( 8 % de n(+)v y 8 % de " o t r a s consonantes + v") corresponde el 5 3 % de todos los casos de articulaciones lab ioden­tales, en tanto que al 8 4 % de todas las demás posiciones de v co­rresponde sólo el 47 % restante de las articulaciones labiodentales. L a di ferencia es demasiado notable para no ser s igni f i cat iva , s in­tomática.

E n síntesis, el fenómeno ul tracorrecto y a u n pedante de la la ­biodentalización de v se ve fuertemente favorecido por la presen­cia de u n a consonante anter ior , sea o no nasal . E n t r e las consonantes no nasales, parece ser —según mis datos— que la l\l favorece al fenómeno con m a y o r as iduidad que las demás con­sonantes, excepción hecha de la / n / . E n mis materiales , son rela­t i v a m e n t e frecuentes casos como " o b i d a r " , " d e l c i e rnes " , " e l v e i n t e " , " # o b e r é " , " d e l #aso" , " c a b i c i e " . C l a r o está que la se­cuencia ortográfica " 1 + v " es re la t ivamente elevada en español a causa de la frecuente aparición del artículo: " e l melero", " d e l ^ i a c r u c i s " , " e l v o l t a j e " , etc. Quizá a esto se deba la observación que h i c i e ron A lonso , Canel lada y Z a m o r a en el estudio citado en la n o t a 1 1 : " E n líneas generales se puede a f i r m a r que la lab io -denta l es más acusada y pert inaz en los casos en que va precedida de art ículo" (p . 227) . Por su par te , los casos de labiodental iza­ción de v i n i c i a l absoluta —situación m u c h o menos frecuente que las anter i o rmente c i tadas— pueden estar favorecidos por la m a ­y o r fuerza ar t i cu la to r ia correspondiente al comienzo de la elo­cución.

Recoge Salvador casos de b precedida de nasal en que t a m ­bién se produce labiodentalización: "an#os , con^ates y G r a n Bre­taña" (p. 129). Y o he recogido asimismo algunos pocos: "también" y " e n c a j a d a ' ' . Pero el hecho no se l i m i t a a b precedida por nasal,

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sino que lo he documentado — y aún más f recuentemente— en otros contextos: " h a y vecas", " insopor tab lemente v e l l a " , " p o r v i e n " , " m á s rajo". Si la labiodentalización de v fuera u n fenó­m e n o espontáneo y n a t u r a l cuando va precedida por nasal, debe­ría producirse también, y con la m i s m a frecuencia, en la secuencia ra(+)¿; pero la verdad es que, en este caso, la labiodentalización de b es sumamente ocasional, al menos en los materiales mexica ­nos reunidos por mí. Frente a más de ciento veinte casos de l a ­biodentalización de n(+)v, sólo he recogido los dos citados (tanvién y encajada) de labiodentalización de n( + )b, y los cuatro , también mencionados , de otras secuencias ( " h a y vecas, ¿>ella, por vien y más # a j o " ) . Así pues, la labiodentalización de b no se produce solamente en el alófono oclusivo [ b ] , sino también en el alófono f r i ca t ivo [ t>] . N o es u n fenómeno fonético condic ionado , sino u n caso de asistemática confusión, s imi lar al que se daba en cier­to actor mexicano que , t ra tando de reproduc i r la l engua clásica española — p a r a lo cual creía que la articulación de / 6 / i n t e r d e n ­t a l era indispensable—, hablaba de G a m l a ^ o de la V e g a . . .

D e acuerdo con mis observaciones, puedo añadir algunos por ­menores más. H e adver t ido que la frecuencia de articulaciones labiodentales a u m e n t a cuando el locutor o el orador lee su c o m u ­nicado y d i sminuye cuando habla espontáneamente. L a vista a y u ­da , sin duda , a la m e m o r i a a aislar y destacar esas u.Y, por o t r a par te , he advert ido as imismo que la frecuencia de labiodentales a u m e n t a también cuanto más f o r m a l o solemne es la situación. U n o de los locutores de televisión cuya habla he anal izado con m a y o r insistencia y cuidado hace frecuentes entrevistas en direc­to . Si el entrevistado es persona de la confianza del entrevistador y la conversación se desliza n a t u r a l m e n t e dentro de u n ambiente i n f o r m a l y espontáneo, no p r o n u n c i a el locutor n i n g u n a [v ] l a ­b i odenta l ; pero si el entrevistado es personaje i m p o r t a n t e o de re ­conocida a u t o r i d a d c u l t u r a l , la entrevista se desarrolla de manera más formal y , en consecuencia, la aparición de [v] labiodental brota con re lat iva frecuencia. Y ese m i s m o locutor , al leer las noticias in f o rmat ivas — a c t i v i d a d más f o r m a l que la de entrevistar a u n a persona de su con f ianza— ar t i cu la frecuentes [v ] labiodentales.

Los test imonios que conozco sobre la situación que el fenó­m e n o guarda en Hispanoamérica coinciden con lo que he adver­t ido en el español de México. Veámoslo: Quienes han escrito alguna anotación en t o r n o al fenómeno coinciden en considerarlo prop io de maestros de escuela, actores de teatro , personas instruidas o locutores de r a d i o y televisión. Y co inciden as imismo en señalar

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que las condiciones que favorecen el fenómeno son todas las si ­tuaciones formales o solemnes: en conferencias o discursos, al leer o hab lar ante u n público, etcétera.

Q u e la labiodentalización de v es u n " v i c i o " escolar inculca­do en los a lumnos por algunos maestros lo sostienen casi todos. " P o r el cuidado de la escuela" explica Henríquez Ureña la di fe­renciación — " e r r ó n e a " — de b y v en el español de Santo D o m i n g o 3 7 . A la "insistence o f p r i m a r y and secondary school tea-c h e r s " la a t r i b u y e Stanley L . Robe en el español de Panamá 3 8 , así como Elsie A l varado, quien la juzga "reminiscenc ia de los años esco lares" 3 9 . C o m o " p r o n o n c i a t i o n sco la i re" la considera B e r t i l M a l m b e r g en relación con el habla a r g e n t i n a 4 0 y la p a r a g u a y a 4 1 . Se ref ieren al empeño de algunos maestros por mantener la di fe­renciación b/v y t r a n s m i t i r l a a sus a lumnos L u i s Flórez en lo que respecta al español de C o l o m b i a 4 2 y Ángel Rosenblat en relación con el habla venezolana 4 3 y también con la n o r m a española 4 4 . Ese empeño de tantos maestros t ra ta de ser jus t i f i cado por el afán de fac i l i tar la buena ortografía en los dictados, según lo constatan Rosenblat , A l v a r a d o y , para España, Dámaso A l o n s o 4 5 . Y des-

3 7 P . H E N R Í Q U E Z U R E Ñ A , El español de Santo Domingo, BDH, 5 ( 1 9 3 6 ) , § 4 3 , pp. 1 3 7 - 1 3 8 . Diferenciación paralela a la de z y s o de // y y en el habla de la isla.

3 8 S. L . R O B E , The Spanish of rural Panamá, University of California Press, Berkeley-Los Angeles, 1 9 6 0 , § 1 1 . 5 , p. 4 2 .

3 9 E. A L V A R A D O D E R I C O R D , E l español de Panamá. Estudio fonético y fonológi­co, E d . Univers i tar ia , Panamá, 1 9 7 1 , p. 8 4 .

4 0 B. M A L M B E R G , Etudes sur la phonétique de Vespagnol parlé en Argentine, C . W . K . Glearup, Lund-Copenhague, 1 9 5 0 , p. 6 0 .

4 1 Notas sobre la fonética del español en el Paraguay, Aarsbok, L u n d , 1 9 4 7 , p. 1 5 . Cosa esta última que rechaza tajantemente G E R M Á N DE G R A N D A por­que la aparición constante de [v] labiodentales en el español paraguayo se de­be a la influencia del adstrato guaraní, lengua que posee una [v] "de realización poco tensa y de fricación débil" coincidente con la [v] del español paraguayo ("Observaciones sobre la fonética del español en el Paraguay" , p. 1 5 6 ) .

4 2 L . F L Ó R E Z , La pronunciación del español en Bogotá, Inst i tuto Caro y Cuer­vo, Bogotá, 1 9 5 1 , § 5 7 , p. 1 4 3 .

4 3 A . R O S E N B L A T , Buenas y malas palabras en el castellano de Venezuela. Segun­da serie, Edime, Caracas-Madrid, 1 9 6 0 , pp. 2 1 6 y 3 7 5 .

4 4 Recuerda ROSENBLAT (loe. cit.) el testimonio de Pío Baroja, en La feria de los discretos, cuando " r id i cu l i zaba a u n maestro de escuela de Córdoba, el dómine Piñuela", cuyos alumnos "tenían que decirprimafera, fida'', si no que­rían ser castigados.

4 5 " H a y maestros que la deñenden [la distinción b/v] como una necesi­dad para facilitar la ortografía" (ROSENBLAT, op. cit., p. 2 1 9 ) . " L o s maestros que enseñan a leer y escribir, para ayudar a la ortografía de los niños, pronun­cian como labiodental la # " ( A L V A R A D O DE R I C O R D , E l español de Panamá,

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pues, ya establecida la manía d i ferenc iadora , resulta difícil des­hacerse de ella, y más si se tiene en cuenta que " m u c h a s personas apren d i e ron a p r o n u n c i a r l a [ la v] con sudor y l á g r i m a s " 4 6 .

Además de los maestros de escuela, suelen considerarse ada l i ­des de la distinción a los actores y a los recitadores de poesía. E n lo que al español de Venezuela se refiere, Rosenblat sostenía que los actores de teatro eran los más apasionados defensores de la articulación labiodental de la v47, y Dámaso Alonso se refiere a los actores y recitadores españoles de poemas en términos m u y parec idos 4 8 .

L a función d is t inguidora que durante tanto t iempo correspon­día mantener a maestros, actores y recitadores parece haber pa ­sado ahora a labios de los locutores de rad io y —aún más, creo— de televisión. Casi todos los filólogos que se han ocupado del asunto hacen clara referencia a e l l o 4 9 . Y en tanto que el alcance de los maestros no rebasaba los límites del aula escolar, el alcance de los modernos medios de información — r a d i o y televisión— es m u ­cho m a y o r y llega a todos los rincones del país. N o creo arriesga­do a f i r m a r que el actual auge de las [v] labiodentales en el español de la c iudad de Méx i co tiene su razón p r i m e r a en el hecho de que dos de los locutores de televisión más famosos y escuchados del

p. 8 4 ) . " S o n legión los maestros que no harán u n dictado sin pronunciar es­pléndidas labiodentales" ( D . A L O N S O , La fragmentación, p. 2 0 4 ) .

4 6 A . ROSENBLAT, loe. cit. 4 7 A . ROSENBLAT, op. cit., p. 3 7 5 . Recordaba la confesión de U n a m u n o :

" Y o no puedo soportar a los actores [españoles] que dicen vive, pronunciándo­lo con las uves francesas" (ibid., p. 2 1 9 ) .

4 8 Y en La fragmentación, nota 5 4 1 observa: " A m i g o s muy queridos del autor de estas líneas pasan, automáticamente, a articular como labiodental la v etimológica en cuanto se ponen a recitar u n poema; lo o lvidan, inmediata­mente, en cuanto vuelven a la conversación". Es algo similar a lo que obser­vaba yo, líneas antes, en relación con el locutor mexicano al hacer entrevistas formales a grandes personajes.

4 9 E n Colombia, ' 'quienes más frecuentemente se empeñan en producir dicho sonido son los radiofonistas" ( L . F L Ó R E Z , La pronunciación, § 5 7 . Cf. también su l ibro Apuntes de español, Inst i tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1 9 7 7 , pp. 1 3 - 1 4 ) . Para Venezuela, véase el cap. que dedica ROSENBLAT a " E l castella­no de la radio y la televisión" (op. cit., esp. pp. 3 7 5 - 3 7 6 ) . Para Panamá, véase E. A L V A R A D O , p. 8 4 . Y para España, además de lo dicho por D . A L O N S O (La fragmentación, p. 2 0 3 ) , recuérdense los abundantes ejemplos que toma C. SAL­V A D O R de labios de u n solo locutor de televisión, aunque —según él— en con­textos fonéticos donde únicamente cabía el alófono oclusivo [b] (Estudios dialecto lógicos, p. 1 2 9 ) .

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país se han dado a t r a t a r de p r o n u n c i a r l a con u n entusiasmo d i g ­no de mejor causa. L a gran mayoría de los testimonios de [v ] por mí recopilados procede de esos dos locutores. Y de ahí, de la tele­visión, han ido extendiéndose y ascendiendo hasta l legar a la voz presidencial , como Gregor i o Salvador observó en los dos e j em­plos mexicanos por él aducidos.

Estas tres grandes categorías de dist inguidores se completan con el concurso de personas comunes y corrientes, pero con pre ­tensiones cultistas o incl inaciones pedantes. Son adictos a estas [v ] labiodentales " a l g u n o s colombianos c u l t o s " 5 0 , sobre todo " c u a n d o aspiran a hablar finamente"51, " u n o s pocos pedantes" panameños 5 2 , algún que otro puertorriqueño i n s t r u i d o 5 3 , ciertos chilenos de "pronunc iac ión enteramente a r t i f i c i a l " 5 4 , así como algunos españoles "demas iado in f lu idos por prejuic ios ortográfi­cos o par t i cu larmente propensos a a fe c tac i ón" 5 5 . E n síntesis, s iempre entre personas de hab la afectada o en situaciones m u y formales ; nunca en el habla espontánea o i n f o r m a l 5 6 .

También h a n señalado algunos autores que la lab iodenta l i za -ción de v es más frecuente en la lec tura , de acuerdo con lo que yo he observado en el habla de los locutores mexicanos (cf. suprdf1.

5 0 L . F L Ó R E Z , Apuntes, p. 13. Cf. también R U F I N O JOSÉ C U E R V O , Apunta­ciones críticas sobre el lenguaje bogotano, en Obras, t . 1, Inst ituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1954, núm. 12, pp. 106-107.

5 1 L . F L Ó R E Z , La pronunciación, § 57, p. 143. 5 2 S. L . R O B E , The Spanish, p. 42. 5 3 Cf. T . N A V A R R O T O M Á S , E l español de Puerto Rico, Universidad de Puer­

to Rico, Río Piedras, 1948, p. 60, nota 2. Según Tomás Navarro , " e l prur i to de emplear este sonido [v] no se da entre los puertorriqueños instruidos con tanto empeño como entre las personas de igual clase de otras regiones de Amér ica" .

5 4 R O D O L F O L E N Z , E l español en Chile, en BDH, 6 (1940), p. 139. 5 5 T . N A V A R R O T O M Á S , Manual, § 9 1 , p. 92. 5 6 L a [v] " n o ocurre en el habla informal de ningún nive l , pero se escu­

cha a veces cuando la persona habla con tensión emocional" ( A L V A R A D O DE R I C O R D , E l español de Panamá, p. 84).

5 7 Ello se debe a lo que ROSENBLAT llamó " e l fetichismo de la l e t r a " i m ­presa, " e n la creencia de que si se hace la distinción en la escritura se debe hacer igualmente en la pronunciación" {Buenas, p. 219). E n el mismo sentido lo observan Luis F L Ó R E Z para Colombia ( " T a l pronunciación la realizan cuando leen u n texto, no al hablar corrientemente" : Apuntes, p. 14) o para toda Hispanoamérica: " E n todos los países de la América española hay quie­nes pronuncian la v labiodental cuando hablan o leen para el públ ico" (Leccio­nes de pronunciación, 2a. ed. , Inst i tuto Caro y Cuervo, Bogotá, 1963, p. 98),

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NRFH, X X X V I LA LABIODENTAL SONORA EN MÉXICO 169

E n cuanto a los contextos fonéticos que parecen prop ic iar la labiodentalización, es de jus t i c ia adver t i r que , antes que Grego­r i o Salvador, ya L u i s Flórez había observado re i teradamente que el fenómeno se produce ante todo , " s e g ú n nuestras observacio­nes, con la v i n i c ia l de palabra y la que sigue a consonante nasal, d e n t r o de vocablo o en el enlace sintáctico: veinte, los valores, envi­dia, en vano", e tc . 5 8 . Pero Flórez, a diferencia de Salvador, no de­cía que esas dos posiciones condic ionaran la aparición de la articulación lab iodenta l , sino sólo que la p r o p i c i a b a n . E n cambio otros estudiosos, como C r i s t i n a Isbá^escu, observan que la lab io ­dentalización se produce en cualquier posición 5 9 . Y L u b o m i r Bar-tos, p o r su parte , advierte que — e n el habla de sólo dos es­tudiantes cubanos residentes en P r a g a — la v intervocálica era ple­namente lab iodenta l , en tanto que en posición i n i c i a l absoluta te­nía u n a articulación compleja , b i l a b i a l oc lusiva por u n lado y al m i s m o t i empo lab iodenta l , por cuanto que " l o s incisivos supe­riores tocan suavemente el labio i n f e r i o r " 6 0 . Pero claro está que las observaciones obtenidas en una encuesta tan part i cu lar y a t r a ­vés de datos t a n reducidos como los que mane ja el profesor Bar -tos no son probator ias de nada seguro.

Pienso, en conclusión, que en el español de M é x i c o sólo se h a l l a n test imonios de la l l amada v pedante, u l t racorrec ta o afec­tada , que aparece casi exclusivamente en elocuciones formales o en el habla enfática, y que puede encontrarse en cualquier posi­c ión, aunque la presencia de u n a consonante precedente — n o só­lo n a s a l — favorece firmemente la articulación lab iodental del f onema Ihl cuando está representado por el grafema v y sólo m u ­chísimo más esporádicamente cuando corresponde al grafema b.

Y no obstante el carácter u l t racorrec to , a r t i f i c i a l , pedantesco y a u n ridículo de ese t ipo de art iculaciones, tratemos de juzgar los

así como E L S I E A L V A R A D O respecto de ios locutores "cuando l een" (op. cit., p. 84), aunque también entonces sólo ocasionalmente.

5 8 La pronunciación, § 57, p. 143. L o mismo en Apuntes, p. 13. 5 9 " L a labiodental [v] se encuentra, en la pronunciación cubana [. . . ] en

todos los contornos fónicos, respondiendo tanto al grafema v (en la mayoría de los casos) como al grafema b (con menor frecuencia)" : C . ISUBA^ESCU, "Sobre la existencia de una fricativa labiodental sonora [v] en el español cu­b a n o " , CH (3), pp. 477-478.

6 0 L . B A R T O S , " L a realización de los grafemas b y v en el español actual con respecto a la modalidad cubana" , IAP, 1 (1967), p. 64.

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con alguna benevolencia y de ver algo posit ivo en el fenómeno, pensando que responde, en buena m e d i d a , al excelso afán de su­peración que ha impulsado al género h u m a n o por enc ima y por delante de las demás especies animales .

J U A N M . L O P E B L A N C H Universidad Nacional Autónoma de México

E l Colegio de México