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Sir John Jellicoe Almirante de la ‘Royal Navy’. Dirigió la Gran Flota Británica en la Batalla de Jutlandia. Su actuación ha sido objeto de debate; acusado de ser excesivamente cauto —es cierto que sus unidades sufrieron más bajas—, sin embargo, los buques de supericie de la Kriegsmarine permanecieron inactivos el resto del conlicto, concediendo una victoria estratégica al Reino Unido. Especialista en artillería naval, había participado activamente en el desarrollo de los Dreadnoughts. Tras la batalla de Jutlandia, fue nombrado Primer Lord del Mar. Reticente sobre el uso del sistema de convoyes para frenar la amenaza de los submarinos alemanes, se le retiró de su cargo y fue “ascendido” a Jefe del Estado Mayor Naval. Reinhard Scheer Hombre fuerte de la ‘Kriegsmarine’. Capitaneó la Flota de Alta Mar de la Marina de Guerra Alemana en la Batalla de Jutlandia. En 1914, estaba al mando de la unidad más potente de la Kriegsmarine, el III Escuadrón de Combate, con la que se distinguió en las batallas del Mar del Norte en 1914 y 1915. Crítico con sus jefes, a los que acusaba de falta de agresividad, tuvo oportunidad de probar su estrategia al ser nombrado Comandante de la Flota en 1916, provocando la Batalla de Jutlandia. Partidario a ultranza de la guerra submarina sin restricciones —autorizada en febrero de 1917—, intentó estrangular las rutas de aprovisionamiento tanto con sus submarinos (U-boote) como con las unidades de supericie, buscando, a la vez, un nuevo enfrentamiento a gran escala con la Marina Británica. Fue jefe del Estado Mayor de la Marina desde agosto de 1918 hasta el inal de la guerra. Obernkirchen, 30 de septiembre de 1863 - Marktredwitz, 26 de noviembre de 1928 En Jutlandia vencieron todos L a aparición del “HMS Dread- nought” había supuesto una revolución tecnológica tal que desencadenó una carrera naval en- tre Gran Bretaña y Alemania que lle- vó a ambas potencias a la construc- ción de grandes armadas equipadas con poderosos acorazados y cruceros acorazados monocalibre. Pero, espe- cialmente al comienzo de la guerra, aún permanecían en servicio nume- rosos cruceros del tipo antiguo, algu- nos de los cuales escribirían algunas de las páginas de mayor gloria de la guerra naval. En la base naval alemana de Tsing- Tao, en China, se encontraba el es- cuadrón del Pacífico, al mando del carismático von Spee, compuesto por los cruceros acorazados “Schar- nhorst”, y “Gneisenau”, y cuatro cru- ceros ligeros. Incapaz de volver a la patria, Spee realizó un crucero en el que atravesó el Pacíico hasta ser in- terceptado por una lotilla de cruce- ros acorazados británicos al mando de Cradock. En un legendario com- bate, en Coronel, en la costa chilena, las naves de Spee destrozaron a sus contrapartes británicos que se hun- dieron con toda su dotación. Spee no sobreviviría mucho a su victoria, pues sería a su vez destruido por los cruceros de batalla británicos en la Batalla de las Malvinas. Corsarios. Uno de los cruceros alema- nes, no obstante, se había separado para hacer la guerra de corso en el Pacíico e Índico. Se trataba del “Em- den”, al mando de von Müller, que se grangearía el respeto de sus enemigos y la admiración de la prensa británica. Fue el primero de una serie de buques corsarios que sembraría el terror en las rutas comerciales aliadas y que forzaría al Almirantazgo a destinar un número desproporcionado de efec- tivos para contrarrestarlos. Entre los corsarios más famosos se encuentran lla de Jutlandia, el mayor com- bate naval de la historia, en el que la Grand Fleet de Jellicoe intentó destruir a la Hochsee Flotte de Scheer. Éste logró za- farse de los británicos y volver a sus bases, no sin antes haber inligido a sus enemigos unas dolorosas pérdidas. Éstas se- rían especialmente graves en- tre los cruceros de batalla de Beatty, que se vieron amplia- mente superados por sus equi- valentes germanos al mando de Hipper. Inmolados. Pero, aunque había logrado una victoria táctica, la situación estratégica no había variado y la Royal Navy se- guía imponiendo su bloqueo. La única opción de Alemania de invertir la situación era la guerra submarina total. A punto es- tuvieron de lograrlo pero la adopción del sistema de convoyes, la entrada de Estados Unidos en guerra con su poderosa armada y varias innovacio- nes técnicas hicieron que los U-Boote perdieran inalmente la batalla. La invicta armada alemana estaría condenada a un ignominioso final al ser repartida entre las potencias vencedoras pero, en su lugar, escogió inmolarse autohundiéndose en Scapa- Flow, dejando un legado de gloria a su sucesora, la Kriegsmarine. LA GUERRA EN EL MAR Los alemanes lograron la victoria táctica en la mayor batalla naval de la historia, pero estratégicamente el triunfo fue británico el “Möwe”, el “Wolf” y el velero “Seead- ler”, cuyo comandante, von Lückner, parece un personaje más propio de una novela de aventuras. Jutlandia. La lota alemana, inferior en número a la británica, no podía opo- nerse eficazmente al feroz bloqueo naval impuesto por la Royal Navy y pretendería a lo largo de la guerra atraer a una parte de la Grand Fleet para destruirla y lograr equilibrar la situación. Esta estrategia llevó, tras varios encuentros menores, a la bata- El transatlántico alemán “Kaiser Wilhelm”, armado como crucero ABC Los personajes Southampton, 5 de diciembre de 1859 - Londres, 20 de noviembre de 1935 JUAN VÁZQUEZ 3 Primera Guerra Mundial 15 La Larga Guerra del siglo XX, 1914-1989 ABC (Madrid) - 14/01/2014, Página 41 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.

La larga guerra del siglo XX 015

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La larga guerra del siglo XX

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Page 1: La larga guerra del siglo XX 015

Sir JohnJellicoeAlmirante de la ‘Royal Navy’.Dirigióla Gran Flota Británica en la Batallade Jutlandia. Su actuación ha sidoobjeto de debate; acusado de serexcesivamente cauto —es cierto quesus unidades sufrieron más bajas—,sin embargo, los buques desupericie de la Kriegsmarinepermanecieron inactivos el resto delconlicto, concediendo una victoriaestratégica al Reino Unido.Especialista en artillería naval,había participado activamente enel desarrollo de losDreadnoughts.Tras la batalla de Jutlandia, fuenombrado Primer Lord del Mar.Reticente sobre el uso del sistemade convoyes para frenar la amenazade los submarinos alemanes, se leretiró de su cargo y fue “ascendido”a Jefe del Estado Mayor Naval.

ReinhardScheerHombre fuerte de la ‘Kriegsmarine’.Capitaneó la Flota de Alta Mar de laMarina de Guerra Alemana en laBatalla de Jutlandia. En 1914, estabaal mando de la unidad más potentede la Kriegsmarine, el III Escuadrónde Combate, con la que se distinguióen las batallas del Mar del Norte en1914 y 1915. Crítico con sus jefes,a los que acusaba de falta deagresividad, tuvo oportunidad deprobar su estrategia al ser nombradoComandante de la Flota en 1916,provocando la Batalla de Jutlandia.Partidario a ultranza de la guerrasubmarina sin restricciones—autorizada en febrero de 1917—,intentó estrangular las rutas deaprovisionamiento tanto con sussubmarinos (U-boote) como con lasunidades de supericie, buscando,

a la vez, un nuevo enfrentamiento agran escala con la Marina Británica.Fue jefe del Estado Mayor de laMarina desde agosto de 1918 hastael inal de la guerra.

Obernkirchen, 30 de septiembrede 1863 -Marktredwitz, 26 denoviembre de 1928

En Jutlandia vencieron todos

L a aparición del “HMS Dread-nought” había supuesto unarevolución tecnológica tal que

desencadenó una carrera naval en-tre Gran Bretaña y Alemania que lle-vó a ambas potencias a la construc-ción de grandes armadas equipadascon poderosos acorazados y crucerosacorazados monocalibre. Pero, espe-cialmente al comienzo de la guerra,aún permanecían en servicio nume-rosos cruceros del tipo antiguo, algu-nos de los cuales escribirían algunasde las páginas de mayor gloria de laguerra naval.

En la base naval alemana de Tsing-Tao, en China, se encontraba el es-cuadrón del Pacífico, al mando delcarismático von Spee, compuestopor los cruceros acorazados “Schar-nhorst”, y “Gneisenau”, y cuatro cru-ceros ligeros. Incapaz de volver a lapatria, Spee realizó un crucero en elque atravesó el Pacíico hasta ser in-terceptado por una lotilla de cruce-ros acorazados británicos al mandode Cradock. En un legendario com-bate, en Coronel, en la costa chilena,las naves de Spee destrozaron a suscontrapartes británicos que se hun-dieron con toda su dotación. Speeno sobreviviría mucho a su victoria,pues sería a su vez destruido por loscruceros de batalla británicos en laBatalla de las Malvinas.

Corsarios.Uno de los cruceros alema-nes, no obstante, se había separadopara hacer la guerra de corso en elPacíico e Índico. Se trataba del “Em-den”, al mando de von Müller, que segrangearía el respeto de sus enemigosy la admiración de la prensa británica.Fue el primero de una serie de buquescorsarios que sembraría el terror enlas rutas comerciales aliadas y queforzaría al Almirantazgo a destinarunnúmerodesproporcionadode efec-tivos para contrarrestarlos. Entre loscorsarios más famosos se encuentran

lla de Jutlandia, el mayor com-bate naval de la historia, en elque la Grand Fleet de Jellicoeintentó destruir a la HochseeFlotte de Scheer. Éste logró za-farse de los británicos y volvera sus bases, no sin antes haberinligido a sus enemigos unasdolorosas pérdidas. Éstas se-rían especialmente graves en-tre los cruceros de batalla deBeatty, que se vieron amplia-mente superados por sus equi-valentes germanos al mandode Hipper.

Inmolados.Pero, aunque habíalogrado una victoria táctica, lasituación estratégica no habíavariado y la Royal Navy se-guía imponiendo su bloqueo.La única opción de Alemaniade invertir la situación era la

guerra submarina total. A punto es-tuvieron de lograrlo pero la adopcióndel sistema de convoyes, la entradade Estados Unidos en guerra con supoderosa armada y varias innovacio-nes técnicas hicieron que los U-Booteperdieran inalmente la batalla.

La invicta armada alemana estaríacondenada a un ignominioso finalal ser repartida entre las potenciasvencedoras pero, en su lugar, escogióinmolarse autohundiéndose enScapa-Flow, dejando un legado de gloria a susucesora, la Kriegsmarine.

LAGUERRAENELMAR ▶Los alemanes lograron la victoria táctica en lamayorbatalla naval de la historia, pero estratégicamente el triunfo fue británico

el “Möwe”, el “Wolf” y el velero “Seead-ler”, cuyo comandante, von Lückner,parece un personaje más propio deuna novela de aventuras.

Jutlandia.La lota alemana, inferior ennúmero a la británica, no podía opo-nerse eficazmente al feroz bloqueonaval impuesto por la Royal Navy ypretendería a lo largo de la guerraatraer a una parte de la Grand Fleetpara destruirla y lograr equilibrar lasituación. Esta estrategia llevó, trasvarios encuentros menores, a la bata-

El transatlántico alemán “KaiserWilhelm”, armado comocrucero ABC

Los personajes

Southampton,5 de diciembrede 1859 -Londres, 20 denoviembrede 1935

JUAN VÁZQUEZ

3 Primera Guerra Mundial 15La Larga Guerra del siglo XX, 1914-1989

ABC (Madrid) - 14/01/2014, Página 41Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de loscontenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposicióncomo resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de losproductos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.