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SOCIEDAD GEOLOGICA DE PUBLICACION N* 3 CHILE AÑO 1963 OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL VALLE DEL RIO VOLCAN Oscar L. González F. CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA PRESENCIA DE CAROFITAS FOSILES EN LA FORMACION COLIMAPU / Rubén Martínez P. y Roberto Osorio O. (Apartado de la Revista Minerales N» 81 y N° 82, Año 1963 del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile) SANTIAGO DE CHILE

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S O C I E D A D G E O L O G I C A D E

PUBLICACION N* 3

C H I L E

AÑO 1963

OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL VALLE

DEL RIO VOLCAN

Oscar L. González F .

CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA

PRESENCIA DE CAROFITAS FOSILES EN LA

FORMACION COLIMAPU /

Rubén Martínez P. y Roberto Osorio O.

(Apartado de la Revista Minerales N» 81 y N° 82, Año 1963

del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile)

SANTIAGO DE CHILE

OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL VALLE

DEL RIO VOLCAN

Oscar L. Gonzá lez F .

(Apar tado de la Revista Minerales N" 81, Año 1963,

del Ins t i tu to de Ingenieros de Minas de Chile)

SANTIAGO DE CHILE

OBSERVACIONES GEOLOGICAS EN EL VALLE DEL RIO VOLCAN

Oscar L. González F**

RESUMEN

E n la región and ina del valle del Volcán existe la s iguiente secuen-cia estrat igráf ica: fo rmac ión Río Colina ( O x f o r d i a n o super io r ) , m a r i n a ; formación Río D a m a s ( K i m m e r i d g i a n o ) , cont inenta l ; fo rmac ión L o Valdés ( T i t o n i a n o „medio a N e o c o m i a n o m e d i o ) , m a r i n a ; formación Co l imapu ( N e o c o m i a n o medio a supe r io r? ) , cont inenta l costanera; y, fo rmac ión Abanico ( N e o c o m i a n o super ior? a Cretácico m e d i o ? ) conti-nental .

H a y además diorita, p robablemente del Cretácico medio , que in-truye a todas las formaciones . H a y evidencia de varios movimien tos epi-rogénicos y un solo ciclo orogénico hacia el Cretáciso medio , M U Ñ O Z C R I S T I (1950). Int rus iones menores , de carácter t raquí t ico y de edad probablemente terciaria, afectan a las diversas formaciones . El Cua te r -nario queda representado por las volcanitas del g r u p o volcánico de San José, y por sedimentos glaciales y fluviales que rellenan los valle s ac-tuales.

El espesor total de las rocas sedimentar ias estratif icadas alcanza 9,700 metros a p r o x i m a d a m e n t e , excluyendo las volcanitas cuaternar ias .

INTRODUCCION

L a región estudiada se divide en dos localidades; la p r imera corres-ponde al perfil p rop iamente tal en el valle del río Volcán y, la otra a la localidad tipo de la fo rmac ión Co l imapu , en la Q u e b r a d a de La M o n a = Co l imapu , separada por 26 K m s . hacia el sur de la p r imera . (F ig . 1).

El valle del Volcán se ubica en plena región and ina , l imi tado por los paralelos 33°45' y 33°55' sur, y los mer id ianos 69°5o' y 7o°T5' oeste. Se extiende como una faja este-oeste, de unos 30 ki lómetros de largo, desde la cadena l imít rofe hasta la confluencia de los ríos Maipo y Yeso. Jun to a Romera l - San Gabrie l y a unos 70 ki lómetros al sur-este de la c iudad de Sant iago. Los caminos de acceso son expeditos solamente hasta

* T r a b a j o p resen tado a la Sociedad Geológica de Chile, en su Sesión Acadé-mica del 19-X-62.

** Geólogo del Ins t i tu to de Geología de la Univers idad de Chile.

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PLANO DE UBICACION DE LAS SECCIONES ESTUDIADAS

5 0 100 Ita.

ESCALA 1 - SECCION DEL RIO VOLCAN 2 - SECCION RIO BARROSO-QUEBRADA HONDA

F i g . i OGF/1063

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el c a m p a m e n t o de la C o m p a ñ í a Yesera El Volcán ; es decir, a lcanzan la región del río Colina.

El estudio en la zona f u e hecho por levantamiento directo en el te r reno complemen tado con fotogeología. Las campañas de te r reno se real izaron en enero, m a r z o y octubre de 1959 y abril de 1962, con la colaboración de los colegas señores Mar io Vergara , Juan Tave ra , Cedo-mir M a r a n g u n i c y Ricardo Thie le . F o r m a parte del l evan tamien to de la Car ta Geológica q u e realiza el Inst i tuto de Geología de la Univers idad de Chile, a escala 1 : 250.000, entre los paralelos 29°y 35o sur, ba jo la su-pervisión del director del Inst i tuto señor Jorge M u ñ o z Cristi .

En t r e los t rabajos anteriores, podemos señalar un reconocimiento de las calizas de L o Valdés hecho por L E V I (1958); u n estudio de valo-rización de dichos bancos calcáreos por M U Ñ O Z M A L U S C H K A y H O R N K O H L ; y un levan tamien to regional de K L O H N (1960) que se ext iende i nmed ia t amen te al sur del presente perfil y cubre , por lo tanto, la localidad tipo de la fo rmac ión Co l imapu .

El autor expresa sus sinceros agradecimientos a la Sociedad Geoló-gica de Chile por haber acordado publicar este t rabajo, y a la Dirección del Ins t i tu to de Geología de la Univers idad de Chile por haber dado toda clase de facilidades y au tor izado la publicación del presente estudio.

RASGOS GEOMORFO LOGICOS

El valle del Río Volcán es un ampl io valle glacial enclavado en la alta cordillera and ina enmarcado por dos escarpados cordones monta -ñosos, de dirección este-oeste, cuyas al turas varían entre los 2.000 y 5.000 metros sobre el nivel del mar , mient ras el ta lweg del río Volcán , corre entre los 1.200 y 2.000 metros.

El río Volcán nace aguas abajo del Morro , donde se j u n t a n las aguas lechosas del río Colina con las aguas del río M o r a d o el cual, poco antes, recibe la de los esteros de la E n g o r d a y Marmole jo que d renan el sector l imítrofe norte, especialmente las vertientes orientales del volcán San José. Desde aqu í el río principal se desplaza hasta las cercanías del Romera l , donde entrega sus aguas al Maipo, a lcanzando así una longi-tud aprox imada de 1S ki lómetros.

El cajón presenta ac tua lmente características juveniles con un t raba-jo activo de los agentes de erosión, especialmente el hielo en las altas cumbres . Sus m o n t a ñ a s en el curso inferior son de rasgos suaves v, a medida que se r emonta valle arriba, éstas r áp idamen te se hacen más abruptas y escarpadas; presentan entonces paredes casi verticales y desni-veles del orden de los 1.500 metros respecto de algunos picachos que al-canzan la cota de los 4.000 y 5.000 metros, como los cerros San Francisco y Morado , los cuales se ven coronados con remanentes de g randes gla-ciares. El relieve cu lmina con la imponente mole del volcán San José que , con sus 5.880 metros, cierra el f o n d o del valle por el este, en plena cadena l imítrofe.

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El paisaje mon tañoso de esta zona presenta características particula-res debido, pr incipalmente , a erosión diferencial controlada tanto por la composición litològica como por la estructura. Así se pueden apreciar imponen tes m u r o s f o r m a d o s por los intrusivos andesíticos, o bien pro-f u n d a s gargantas labradas en regiones de sedimentos clásticos f inos ; todavía más, las fo rmas dómicas con sus labrados dend r i fo rmes que caracteriza a los apófisis y macizos del batolito de diorita and ina e n la región occidental, cont ras tan con los violentos escarpes basálticos q u e e n g e n d r a n las terrazas lávicas del San José en el ex t remo oriental del área descrita.

Los glaciares adqu ie ren impor tanc ia en esta parte de la Cordi l lera A n d i n a y se les encuen t ran , hacia las cotas altas, como remanen tes de aquellos que labraron los g randes valles actuales ocul tando, ba jo su masa helada, las estructuras mesozoicas. Ellos fue ron amp l i amen te estudiados y clasificados por L L I B O U T R Y (1956), qu ien señala para la hoya del río Volcán, u n área englaciada ac tua lmente de 56,^ k i lómetros cuadrados y de 8,8 k i lómetros cuadrados de hielo recubierto. Ref i r iéndo-se a las dimensiones de los principales glaciares, el m i smo autor indica a los l imítrofes M a r m o l e j o hasta Nieves Negras , tanto para las vertien-tes orientales como occidentales. A q u í reconoce cinco g randes lenguas cuya superficie alcanza, para las faldas orientales, 66 k m 2 y unos 7,2 k m 2

recubiertos, con una longi tud en proyección hor izonta l de 9,3 kms . y co-tas que f luc túan en t re los 2.080 y 6.050 metros ; las occidentales (chile-n a s ) , solo cubren 14,7 k m 2 y su longi tud es de 8 kms. , ent re las cotas ^.200 y 6.000 metros . Mayores antecedentes de la morfo log ía , d inámica y rég imen de a l imentac ión de los glaciares actuales, c o m o también de sus relaciones con los climas de altura, se encuen t ran en el t raba jo ya ci tado.

GEOLOGIA GENERAL

L a región and ina del valle del río Volcán se compone de rocas estra-tificadas, cont inentales y mar inas , cuya cronología c o m p r e n d e estractos mesozoicos que van desde el Jurásico superior ( M a l m ) hasta u n Cre-tácico medio a superior ( ? ) ; además, de plutoni tas de e d a d cretácica y t ambién probablemente terciaras. El Cua te rna r io q u e d a representado por las volcanitas m o d e r n a s asociadas al g r u p o volcánico del San José, de actividad reciente, y por sedimentos fluviales y glaciales que rel lenan los valles actuales. Las formaciones descritas en este perfil se caracter izan por una es t ruc tura algo comple ja y f o r m a n parte , en general , del ala occidenta l de u n g ran anticl inorio, al cual siguen pliegues y f lexuras menores hacia el poniente .

E l lado oriental , en el núcleo del g ran anticlinal, d o n d e la anhidr i ta y yeso a lcanzan g r a n desarrollo, se caracteriza por las f o r m a s diapíricas y de domos de sal. Po r su parte, los intrusivos se localizan casi exclusi-

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vamente en el sector occidental del valle y afee,tan a todas las rocas me-sozoicas presentes.

El espesor total de las rocas sedimentarias estratificadas alcanza u n total ap rox imado de 9,700 metros, excluyendo las volcanitas cuaternarias. La co lumna estrat igráfica ?stá consti tuida en su mayor parte por sedi-mentos clásticos y volcánicos continentales y, en m e n o r grado , por los de origen mar ino , los cuales se distr ibuyen como sigue:

Fo rmac ión Río Col ina ( O x f o r d i a n o super ior ) , mar ina , de facies regresiva con abundan tes depósitos de evaporitas, potencia aprox imada 700 m.

Fo rmac ión R ío D a m a s ( K i m m e r i d g i a n o ) . P r inc ipa lmen te clásticos continentales, con escasas intercalaciones volcánicas, 3.000 metros aproxi-m a d a m e n t e .

Fo rmac ión Lo Valdés ( T i t o n i a n o medio a N e o c o m i a n o m e d i o ) . Con dos facies mar inas t;ransgresivas, cuyos espesores varían entre los 250 y 500 metros, separados por una facie clástica regresiva de 1.200 metros ap rox imadamen te .

Fo rmac ión C o l i m a p u ( N e o c o m i a n o medio a s u p e r i o r ? ) . Sedimentos clásticos costaneros, a p r o x i m a d a m e n t e 1.700 metros .

Fo rmac ión Abanico ( N e o c o m i a n o superior a Cretácico m e d i o ? ) . Cont inenta l , con una u n i d a d inferior p r e d o m i n a n t e m e n t e volcánica, de carácter mesosilícico1 y silico-alcalino (quera tof íd ico) hacia su base con 2.000 metros; y una u n i d a d superior , esencialmente clástica de 1.000 me-tros ap rox imadamen te .

Se puede apreciar c la ramente que los sedimentos mar inos represen-tados por calizas, lutitas calcáreas y depósitos de anhidr i t a y yeso, ocupan sólo un 15% de la c o l u m n a estratigráfica, mien t ras q u e las sedimenti tas continentales correspondientes a lutitas, tufitas, areniscas y conglomera-dos, cubren u n 50%; por su parte, las volcanitas caracter izadas por lavas, tobas y brechas volcánicas de carácer mesosilícico (porf i r í t ico) y en me-nor g rado silico-alcalino (que ra to f íd ico ) , son del o rden de un 35% del espesor total.

R O C A S E S T R A T I F I C A D A S

•JURASICO

FORMACION RIO COLINA

Definición y relaciones estratigrájicas: Se ha des ignado Formac ión Río Colina a un c o n j u n t o de sedimenti tas clásticas mar inas fosilíferas con intercalaciones de potentes lentes de evapori tas (yeso) , q u e corres-ponden a la un idad estrat igráfica fosilífera más an t igua presente en este perfil . Esta u n i d a d está consti tuida pr inc ipalmente por evaporitas del

:t ipo yeso, con intercalaciones de areniscas y lutitas calcáreas gris-negras

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fosilíferas, al ternando con calizas y algunos bancos de areniscas verdosas, con lentes de conglomerados finos. Destácanse, en algunos sectores, las lutitas calcáreas fuer temente compresionadas por los diapiros de las len-tes de yeso.

La base de esta formación es desconocida, debido a que las lentes de yeso fo rman verdaderos domos diapíricos en el núcleo de un anticlinal. El límite superior corresponde al contacto concordante con las areniscas y conglomerados de la serie regresiva de la unidad suprayacente, Río Damas .

Distribución y litología.—Esta unidad que constituye el con jun to de sedimentos químicos del tipo yeso, con intercalaciones de areniscas y lutitas, presenta su más amplio desarrollo en el curso inferior a medio del río Colina, en el extremo oriental del perfil. Su mejor exposición, donde la serie se presenta menos deformada por los diapiros de yeso, se encuentra en el cordón que separa el río Colina del estero de la Engorda . Desde aquí hacia el sur, dicha unidad aflora en ambos lados del valle del río Colina, consti tuyendo el núcleo de un anticlinal de rum-bo aproximado norte sur; mientras que hacia el norte del estero de la Engorda, ella queda sepultada por las volcanitas pleistocénicas del vol-cán San José (Foto i ) .

En un perfil aproximadamente N W - S E y que sigue aguas arriba del portezuelo situado al este del Morro Negro , en el cordón divisorio del río Colina y estero La Engorda (3.000 metros s. n. m . ) , se presenta la siguiente secuencia, descrita de arriba hacia abajo (Fig. 2 ) :

Techo areniscas y conglomerados verdosos de la Formación Río Damas .

Areniscas gruesas verdosas con lentes de conglomerados finos 25 m. Areniscas verdosas con lentes de yeso que alcanzan hasta 25 metros 50 m. Calizas gris plomisas bien estratificadas, fosilíferas, con ammonoídeos (Perisphinctes sp.) . Alterna con lutitas calcáreas negras 20 m. Yeso lenticular, gris amarillento, con abundantes microplie-gues y cruzado en parte por filones andesíticos verdes de 80 centímetros de potencia 150 m. Caliza gris plomiza, bien estratificada, alternada con lutitas negras, fosilíferas, con Perisphinctes sp. (cf. andium Stein-m a n n ) y Ammonites sp. 50 m. Yeso gris amarillento, con abundantes fragmentos de lutitas neg-as calcáreas en parte, cruzado por filones verdes 100 m. Luti tas fisibles rojizas, f inamente estratificadas, al ternando con lutitas calcáreas gris medio 50 m. Filón manto de andesita gris verde, afanítica 5 m.

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Formación B í o Donas

SECCION COUJMNAR DE LOS SEDIMENTOS MARINOS DE LA FORMACION RIO COLINA.

Oxfordiano S u p e r i o r Po tenc ia a p r o x . 7O0 metrotí .

Aren i scas verdea c a l c á r e a s Aren i scas con l e n t e s de yeso

L u t i t a s c a l c á r e a s no erras con:

Ammonites sp . (Pe r i sph inc t eB a p . )

Yeso g r i s a m a r i l l e n t o , e n p a r t e a renoso

F i l o n e s a n d e s í t i c o s ve rdes

C a l i z a s y l u t i t a e g r i s negras con : P e r i s p h i n c t e s s p . (cf . a n d i i » S te innann) Ammonites sp . Leptoephlnc tes p o s i b l e

Yeso g r i s a m a r i l l e n t o con f ragmentos de l u t i t a s negras

^ " ^ - ¿ r i L u t i t a s r o j i z a s

C a l i z a s g r i s negras con : P e r i s p h i n c t e s s p . ( e f . a n d i u m Steinmann) Ammonites s p . mal conservados

A r e n i s c a s Yeso Lut i taB c a l c á r e a s negras

Yeso g r i s a m a r i l l e n t o , f u e r t e m e n t e plegado

rig. 2 0GF/I982

Caliza gris negra, alternada con calizas grises macivas y gra-nudas, con algunas intercalaciones de lutitas negras carbono-sas, fosilíferas. Perisphinctes sp. (cf. andium S te inmann) y Ammonites sp., mal conservados. El conjunto se presenta algo

deformado y compresionado en su base 50 m. Areniscas finas moradas rojizas, alternan con capitas finas verdosas; el conjunto f inamente estratificado y cruzado por filones verdes 22 m. Yeso gris amarillento, con abundantes f ragmentos arenosos, con micropliegues 30 m. Lutitas calcáreas negras retorcidas 15 m. Yeso gris amarillento, fuer temente plegado 200 m.

Tota l 767 m.

Espesor de la formación.—El espesor se ha estimado, aproximada-mente, en 700 metros para el área donde se aprecia la secuencia con mayor normalidad, ya que los espesores de yeso varían enormemente de un aflo-ramiento a otro y creemos que ello se debe, probablemente, a la inyección diapírica o de domos de sal que se presentan, muchas veces, como una ver-dadera intrusión dentro de los sedimentos, falseando la potencia real (Foto 2) .

Edad, correlaciones y condiciones de sedimentación.— Según se deduce del presente perfil, constituido casi exclusivamente por yeso con escasas intercalaciones de sedimentos fosilíferos, corresponde indudable-mente en litologia y edad a los depósitos de yeso del geosinclinal andino conocidos como "Yeso Pr incipal" S C H I L L E R (1912). La posición estratigráfica del yeso principal ha sido dada por diversos autores entre el "Lusi taniano" y el "Kimmer idg iano" . B U R C K H A R D T (1900) y G E R T H (1935), lo atribuyeron al Oxfordiano. Sin embargo, K L O H N (i960) asignó al Miembro Santa Elena de la Formación Naciente del Teño , constituido enteramente por yeso, una edad secuaniana en consi-deración a que en el valle del río de las Choicas, República Argent ina , el Yeso se superpondría concordantemente a estratos fosilíferos del Rau-raciano y a que, en territorio también argentino, el "Yeso Principal" o "Auquilcoense" con el cual se correlacionaría este miembro, correspon-de a la parte baja del Kimmer idg iano , según L E A N Z A y S O L L N E R (i949)-

E n el presente perfil, la presencia de Perisphinctes andium Stein-m a n n , determinado por T A V E R A (1959), en lutitas calcáreas gris ne-gras que se encuentran intercaladas entre mantos de yeso, aparentemente concordantes según se ha podido observar en el t ramo del perfil ya se-ñalado, nos permite darle a esta unidad litològica una edad relativa.

Según T A V E R A (1959), los ejemplares obtenidos en las intercala-

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ciones media y superior, permiten establecer afinidades estrechas con material de Perisphinctes de la localidad de Caracoles (Antofagas ta ) , referibles según Ste inmann, a Perisphinctes andium S te inmann, del Oxfordiano. Ahora bien, L E A N Z A (1947) considerando al con jun to faunístico allí presente, atribuye al delgado manto de yeso existente una edad Kimmer idg iana inferior; G R O E R E R (1952) sin embargo, lo lleva al Argoviano, o sea al Oxfordiano superior, indicando la siguiente aso-ciación faunística:

Ochetoceras canalicidatum v. Buch

Euaspidoceras chilenie Leanza

Euaspidoceras cf. perarmatum Sow

Perisphinctes (Arisphincies) harringtoni Leanza

Perisphinctes healeyi N e u m

Perisphinctes andium S te inmann

Germanosphinctes indogermanus ( W a a g ) .

De acuerdo con esta asociación faunística, Perisphinctes andium Steinmann quedaría incluido en la zona del transversarium, debido a que Perisphinctes (Arisphinctes) harringtoni Leanza está asociado a las siguientes especies europeas: Euaspidoceras cf. perarmatum Sow y Ochetoceras cí.canaHculatum Buch que prueban una correlación preci-sa con la zona de plicatilis igual zona del Transversarium según A R K E L L (1956).

Ahora bien, considerando la revisión hecha por A R K E L L (1956), respecto a la sub-división del Oxfordiano y Kimmer idg iano inferior, la fauna encontrada en las intercalaciones de lutitas calcáreas negras de la formación Río Colina se ubicaría en la parte inferior del Oxfordiano superior y como ella se encuentra intercalada en el yeso, la depositación del yeso incluiría la zona del transversarium y probablemente de bima-mmatum; es decir, considerando el oxfordiano sensu-latu de Arkell , el yeso principal sería de edad Oxfordiano superior.

La formación Río Colina es directamente correlacionable con el, miembro superior de la formación Valle Grande , en la provincia de Curicó; G O N Z A L E Z y V E R G A R A (1961) y con el miembro Santa Elena, unidad superior de la formación Nacientes del Teño , descrita por K L O H N (1960), a u n q u e existe disparidad de opinión con dicho autor en lo que respecta a la edad asignada a esa unidad.

El miembro medio de la formación Lagunillas descrito por A G U I -R R E (1960), en la zona del nacimiento del río Juncal, provincia de Aconcagua, corresponde a su prolongación septentrional (según se ha podido observar en las fotos aéreas) y es fácilmente identificable y correlacionable, con la formación aquí estudiada, ya que todas las forma»

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dones mencionadas se encuentran aproximadamente en la misma linea, a ambos lados de la cadena limítrofe, constituyendo sus afloramientos a su vez el núcleo central de una gran estructura anticlinal. Esta formación, corresponde parcialmente a la unidad descrita por D A R W I N (1846), como "Gypseous formation", tipificada por la sección presente en el valle del Yeso, la cual se encuentra a unos 25 Kms. al norte del área estudiada y en línea con los afloramientos del presente perfil; en ella, sin embargo, incluye los sedimentos suprayacentes del Jurásico y Cretácico inferior.

Esta formación constituida principalmente por evaporitas con algu-nas intercalaciones de lutitas calcáreas fosilíferas y lentes de conglomera7

dos finos, estaría señalando depósitos en mares bajos de facie c laramente regresiva, los cuales concordarían con "la hilera de lagunas mar inas" extendidas de Arica a N e u q u é n , señaladas por H O F S T E T T E R (1957. p. 379). G R O E B E R (1952, p. 320), estima fundamenta l la intervención de emanaciones volcánicas sulfurosas en la producción de tal potencia de yeso. Pero, valdría considerar que tal potencia no es original y que ella se ve enormemente abultada por presiones tectónicas, las que a su vez han contribuido a que se comporten las masas de yeso como verda-deros diapiros, ligados natura lmente al cambio de volumen experimenta-do por hidratación de la anhidri ta .

FORMACION RIO DAMAS

K L O H N (1960, p. 38), denominó formación Río Damas a un con-junto de sedimentos clásticos y volcánicos terrestres subaéreos y laguna-res. Dado su marco estratigráfico y su distribución areal en la cordille-ra andina, se acordó (Sesión Académica del i° de Octubre de 1962, de la Sociedad Geológica de Chi le) , mantener dicha denominación, des-tacando en lo posible sus variaciones locales. El autor, aunque no cono-ce la localidad tipo de Río Damas , aceptó tal denominación para el con-junto de sedimentitas clásticas continentales rojizas y verdosas, bien de-sarrolladas en el cerro Catedral, al este del caserío Lo Valdés y al sur del río Volcán, frente a la confluencia del estero de la Engorda con el Mo-rado. Consiste en una sucesión de conglomerados gruesos y brechas roji-zas y verdosas con potentes intercalaciones de areniscas y limolitas que se repiten en gradación rítmica. Hacia su base predominan las brechas con abundantes clastos de queratófidos, mientras en su parte media son frecuentes las areniscas y limolitas rojizas, con grietas de secamientos, impresiones de gotas de lluvia y estratificación cruzada, que señalan claramente el origen sub-aéreo de estos sedimentos. Este conjunto tiene su mejor desarrollo en el Cerro Catedral y sobreyace concordantemente a la formación marina Río Colina. Su techo es un paso gradual de los sedi-mentos clásticos continentales a los estratos basales de la serie transgre-siva que constituye la formación Lo Valdés, propuesta aquí . Pero este contacto se encuentra localmente in te r rumpido y separado por una po-

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•tente brecha verde porfír ica, la que a su vez engrana con los sedimentos calcáreos.

CRETACICO

FORMACION LO VALDES

Definición y relaciones estratigrájicas.— Se designa Fo rmac ión Lo Valdés a un con jun to sedimentar io mar ino fosilífero, const i tu ido por tres miembros de los cuales, el inferior y el superior son pr inc ipa lmente calcáreos fosilíferos y el m i e m b r o medio se compone de sedimentos clásticos de facies r í tmicas regresivas. El con jun to en general está repre-sen tado por calizas de g r ano f ino, areniscas de g r ano medio a grueso, lutitas calcáreas gris negras, areniscas calcáreas, margas y areniscas glau-coníticas de colores grises pardo a grises verdosos, con a lgunas interca-laciones de areniscas conglomerádicas y pequeños depósitos de evaporé tas, cuyos estratos a f loran en sucesión normal en la quebrada Lo Valdés y en el cerro del m i smo nombre , s i tuado inmed ia t amen te aguas arriba del caserío Lo Valdés, al sur del río Volcán. Se ha prefer ido dar esta denominac ión , en consideración a repetidas referencias a esta localidad en la l i teratura geológica.

La fo rmac ión L o Valdés se superpone concordan temen te a los con-glomerados y areniscas cont inenta les de la fo rmac ión Río D a m a s y es infrayacente de las lutitas, areniscas y conglomerados rojizos de la fo rma-ción Col imapu , la cual se superpone concordan temente a la secuencia mar ina menc ionada .

Es impor tan te adelantar que la formación Lo Valdés no corresponde en sentido estricto a una sola sedimentación mar ina transgresiva normal , sino que se advier ten c la ramente dos secuencias, ne tamente transgresivas, separadas por una depositación rí tmica costanera de sedimentos com-puestos pr inc ipa lmente de areniscas a l te rnando con pequeños niveles conglomerádicos los cuales, hacia el techo, van acompañados por depó-sitos lenticulares de evaporitas. T o d o esto queda c laramente eviden-ciado en el perfi l complementa r io , levantado entre los ríos Barro-so, quebrada la M o n a y río Blanco (F ig . 6 ) , por G o n z á l e z y Ma-rangunic en Abri l de 1962, y que se localiza d i rec tamente a unos 26 K m s . al sur del río Volcán, el cual se describe más adelante.

Distribución y litología.—Esta secuencia mar ina aflora en fo rma de una potente f r a n j a de estratos cdsi verticales con un r u m b o medio N 10o E y man teo 80o W (Fo to 3) y corta en fo rma casi perpendicular al río Volcán en las vecindades de Lo Valdés, cubr iendo el cerro del m i smo n o m b r e al sur del río y extendiéndose hacia el norte, ent re las puntas Re fug io y Ven tana , al or iente de la quebrada de Morales.- La secuencia allí observada es, de arr iba hacia abajo (F ig . 3) , la señalada a cont inua-ción:

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Formación Colinapu

SECCION COLUMNAS IX LOS SEDIMENTOS NAHINC6 DE LA FORMACION LO VALDES.

Ti toni ino Sup - Neocomiano I n f . Potencia aprox. 1700 met ros .

Areniscas verdee , con brechas v i o l á c e a s

Ca l izas g r i s e m a r i l i e n t a s

Brechas y a r e n i s c a s cafá v i o l í ce as

Ca l i zas g r i s plomizo con i n t e r c a l a c i ocoo de a r e n i s c a s -ve rdes . l en tes brechosao y n i v e l e s coquinoídeo*.

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Lut i t a s negra« ca lcá reas , f o « i l í f e m s .

Areniscas verdo« y ca fé « s a r i l i e n t o F l l é n TMJito, an ' i a s í t l cú g r i s v i o l á c e o Arenitícas vaE-das y .aunar!lient&s con n i v e l e s coquinoídess . Ca l izas g r i e a o . Arenisca» ve rdes ca lcárea«

Brecha vcrd» j t o r f í r i c a Areniscas y c a l i z a s coa ñ ivo lee de f i n o conglomerado.

Brechas verde p o r f f r i c a .

Lava por f f r i ca , amigx la lo ida l g r i s a m a r i l l e n t a .

Brecha verde p o r f í r i o a .

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Foríiacicjo Río Dajfcia

Areniscas y l u í i t a s c a l c á r e a s . L u t í t s a ne-jraa c a l c á r e a s

APiiílccaa y t r echa« r o j a s .

(Secc i ín de l v a l l e de l Río Volcán)

CC7/1962

Techo :

Areniscas y lutitas rojas de la Formación Colimapu

Areniscas verdosas con intercalaciones de brechas violáceas porfíricas 90 ra. Calizas gris amarillentas 10 m. Brechas y areniscas café violáceas 90 m. Calizas gris plomizo con intercalaciones de areniscas verdosas y niveles coquinoideos y lentes brechosos 390 m. Luti tas negras calcáreas, fosilíferas 130 m. Areniscas gris verdosas a pardo amarillento grano fino a grue-so con delgados niveles conglomerádicos 50 m. Filón manto (ocoita) andesítico porfírico gris violáceo oscuro 20 m. Alternación de areniscas verdes y grises amarillento con nive-les coquinoideos 50 ni. Brechas verdes porfíricas . . . 120 m. Areniscas y calizas con niveles de fino conglomerado 35 m. Brechas verdes porfíricas 130 m. Lava porfírica, amigdaloidal gris amarillenta 20 m. Brechas verdes porfíricas 445 m. Luti tas negras calcáreas 15 m. Areniscas 20 m. Luti tas negras calcáreas . . 20 m.

Piso:

Areniscas rojas de la formación Río Damas Espesor total .. . . 1.635 m.

La fauna descrita por T A V E R A (1958), para la localidad de Lo Valdés, es la siguiente:

Ammoni tes .

Odontoceras cf. pelmulticostatam Steuer. Steuroceras subfaciatiim Steuer Steuroceras cf. pelmulticostatum Steuer. Steuroceras cf. lamellicostatum Burck Berriasella \eolli\eri, Opp . Berriasella sp. Spiticeras? sp. ( A m m . cf. tripartitus H u p é ) Ammonites (Spiticeras?) cf. tripartitas H u p é Litoceras sp.

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Bivalvos:

Trigonia picunensis Weaver Trigonia transitoria? Steinm. ( juvenil) Anatina cf. Carteroni D ' Orb Isocardia sp.

Pinna aff. quintucoensis Weaver Perna sp. {¿Inoceramus glaber Ph i l? ) Lucina cf. nmqucnsis Panopaea cf. dupiniana D ' O r b Pholadomya? (Myacites) aff. Sánete-Crucis, Weaver Pholadotnya cf. elongata Weaver Munst . Inoceramus cf. labiatus Cedroensis N a u r y Eryphila sp. i Eryphila sp. 2

En un muestreo adicional se obtuvieron las siguientes especies:

Acantodiscus Wichmanni Gerth Berriasella calistoides Behrendsen Ammonites cf. tripartitus H u p é Myacites sp.

Según conclusiones de Tavera, las capas de Lo Valdés comprende-rían elementos muy característicos de la parte superior del infra-Valan-giniano medio según G E R T H y W I N D H A U S E N ; en cambio, serían Valanginiano medio según W E A V E R y Ti toniano superior según B U R C K H A R D T y L E A N Z A .

El perfil levantado por González y Marangunic , entre los ríos Ba-rroso y Blanco, ambos afluentes del Maipo, ha permit ido separar cla-ramente tres miembros de la formación Lo Valdés y cuya secuencia, de arriba hacia abajo (Fig . 4) , es la que se indica:

Techo: Concordante con limos y areniscas rojizas litorales de la for-mación Colimapu.

Miembro superior: (Foto 4)

Margas gris verdosas, estériles muy bien estratificadas en ca-pitas hasta de 80 cm. de espesor 20 m. Areniscas gruesas café moradas con abundantes concreciones alterna con capitas de limo verde 15 m. Calizas compactas grises, fosilíferas, alterna con niveles coqui-noideos, bancos calcáreos granudos y lutitas calcáreas con

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•Formación Icolimapu |colima

SECCION COLUMNAR DE LOS SEDIMENTOS MARINOS DE LA FORMACION LO VALDES. »

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Formación ÍRío Pamas

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>krgas vendes y a r e n i s c a s ca fé moradas, con abundantes concrec iones . Cal izas compactas g r i s s s , f o s i l í f e r a s , n i v e l e s coquinoídeos: Fauna: I socard ia Koeneni Behrenósen

Er iphy la sp . Trigamia sp . Ammonites sp .

Arenisca café verdosa , mi cácea ,yeso . Caliza g r i s c l a r a , c o q u i n o í d e a . Areniscas g ruesas a f i n a café v io l áceo a ve rde ,p resen tando a l t e r n a c i ó n r í t m i c a , e i n t e r c a l a c i o n e s de l e n t e s de yeso.

Ccnjlonserado grueso g r i s oscuro.

i Aren iscas ca fé r o j i z a s , f i n a s a gruesa

F i lón manto de a n d e s i t a p o r f í r i c a .

Conglomerado ca f é , en p a r t e brechoso.

Aren isca g r i s o s c u r a , g r u e s a , a l g o conglo-merada ca con c l á s t o s c a l c á r e o s . Coglomerado f i n o .

Arenisca g r i s medio,gruesa .

Conglomerado f i n o a grueso . Aren iscas f i n a s . Brecha g r i s v e r d e . g r u e s a , c l á s t o s de c a l i z a s , l u t i t a s y a r e n i s c a s .

Aren isca g r i s verdosa g ruesa .

Brechas i n t r a f o r r n a e i o r j a l , f r a g r e n t o s angulosos de c a l i z a s , p i z a r t a s y l e n t e s de a r e n i s c a s , c l áa toe p o r f i r i c e ® .

Cal izas a renosas fosilífer<at>. l auna : Berriaesklla a u s t r a l i s ; T h u r m n i t e s sp . Neoccmites sp .

L : i t i t a s c a l cá r ea s g r i s nagrae: Ammonites s p . ; Tfcimr.anAtes ap .

Cal izas a r e n o s a s , f o B Ü i f c r ' a s .

(Ssccíón r í o Barroso-Q. La Mona) Potencia aprex . 1970 ¡ni t ros .

CK-C3F/1962

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abundantes restos fosilíferos, principalmente pelecípodos (Iso-cardia \oeneni Behrendsen; Eriphyla sp; Trigonia?) e impre-siones de ammonoídeos indeterminables 150 m.. Calizas, al ternando con niveles arenosos y lentes de yeso . . . 100 m. Arenisca café verdosa, grano grueso, algo micácea (muscovi-ta) varía hasta muy fina 40 m. Arenisca fina verde y café, muy micácea ( f ragmentos hasta de 1 m m . de muscovitas), f inamente estratificada, con cierta pizarrosidad e intercalaciones de lentes de yeso ^o m. Arenisca café grano medio 40 m. Caliza gris clara, presenta una superficie leñar típica, posee restos fosilíferos indeterminados m.

425 m.

Miembro medio:

Areniscas gruesas a finas gris verdosas a café violáceo, presen-tando alternación rítmica con intercalaciones de lentes de ye-so hasta de 10 metros 200 m. Conglomerado grueso gris oscuro con abundantes rodados de lavas porfíricas con tamaños de hasta 40 cm 30 m. Areniscas café rojizas grano f ino a grueso, al ternando 100 m. Filón manto de andesita porfírica 10 m. Arenisca café verdosa y violácea, gruesa a fina, al ternando 120 m. Conglomerado café algo brechoso 20 m. Arenisca gris oscura, gruesa algo conglomerádica con algu-nos clastos calcáreos 90 m. Conglomerado fino 20 m. Arenisca gruesa, gris medio, con clastos mayores de cuarzo . . 150 m . Conglomerado fino a grueso 20 m. Areniscas grises verdosas, a l ternando finas y gruesas . . . . 140 m. Conglomerado grueso 40 m. Areniscas finas a gruesas, a l ternando rí tmicamente 15 m. Brecha gris verdosa, gruesa, clastos angulosos a sub angulares, principalmente calizas, lutitas y areniscas 50 m. Arenisca gris verdosa gruesa con estratificación cruzada . . . . 25 m. Brecha intraformacional, con f ragmentos angulosos de cali-zas y lentes de areniscas, clastos de pizarras, rocas porfíricas y silicificadas n o m. Areniscas gruesas grises verde a morada, al ternando con ni-veles conglomerádicos 100 m.

Total miembro medio 1.200 m.

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Miembro inferior:

Calizas arenosas, fosilíferas, abundantes ammonoídeos. Berria-

sella australis: Thitrmanites sp., NeOcomites sp Areniscas calcáreas gris oscura, finas Lutitas calcáreas gris negras fosilíferas. Ammonites sp.; Thurmanites sp Calizas arenosas, al ternando con lutitas calcáreas gris negras, altamente fosilíferas. Ammonites sp

6o m. 5 m.

40 m.

90 m.

Total miembro inferior

Total formación . . .

250 m.

1.965 m.

Espesor de la formación.— La potencia de la formación, para la localidad tipo de Lo Valdés, se ha estimado aproximadamente en i.8oo metros; pero es importante hacer notar que se ha considerado dentro de esta formación a un conjunto de brechas verdes porfíricas, presentes en su parte basa!, las cuales constituyen alrededor del 40% y, tam-bién algunos filones mantos que contribuyen en menor grado a abultar el espesor de la formación. Consideramos necesario destacar, además, algunas disparidades de opinión respecto a la potencia de esta secuen-cia; es así como 13. L E V I (1958) la estimó en 450 metros, en un perfil parcial levantado entre la quebrada de Morales y el estero Marmolejo; por su parte, M U Ñ O Z M A L U S C H K A y H O R N K O H L las estimaron en aproximadamente 300 metros.

La potencia de la formación en el perfil del río Barroso-Quebrada H o n d a ha sido estimado por González y Marangunic en 2.000 metros aproximadamente, los que se reparten en tres miembros, como sigue:

Miembro superior, calcáreo mar ino fosilífero 425 m. Miembro medio, clástico litoral costanero 1.290 m. Miembro inferior, calcáreo fosilífero marino 250 m.

Edad, correlación y condiciones de sedimentación.— El complejo sedimentario marino fosilífero de Lo Valdés ha proporcionado una abun-dante fauna cuyas especies, descritas por T A V E R A (1958) y referidas por dicho autor a las "capas limítrofes", estarían señalando una varia-ción entre un Ti toniano superior a Neocomiano, evidenciándose algu-nos niveles del Valanginiano por la presencia de Spiticeras y de Acan-thodiscus; pero, es posible que estén presentes otros niveles tanto del Ti toniano como del Neocomiano, ya que aun no se ha terminado el estudio que realiza Tavera de la fauna colectada a lo largo de dicho

i .965 m.

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perfil . Sin duda ellas están comprometidas e ín t imamente ligadas con los sedimentos marinos de la última gran transgresión Ti toniana-Neo-comiana del geosinclinal andino.

Al igual que en Lo Valdés, el miembro inferior del perfil río Ba-rroso-Quebrada H o n d a ha proporcionado una abundante fauna ammo-nitífera cuyas especies acusan claramente la presencia de un Ti toniano medio a Neocomiano medio, en el sentido de Leanza, de acuerdo con la revisión de B I R O (1962) quien reconoció las siguientes especies:

Ammonites (Spiticeras?) tripartitas H u p é ? Neocomites regularis Leanza Thurmanites áuraznensis (Girth) var. loteumbilicata Leanza

Berriaseila australis Leanza Isocardia l{oeneni Behrendsen Eriphyla lotenoensis. Weaver Trigonia sp.

En el miembro superior, en gran parre coquinoídeo, no ha sido po-sible determinar algunas especies de ammonoídeos; la abundante fauna de pelecípodos es muy semejante a la observada en los niveles supe-riores de Lo Valdés.

De los dos perfiles levantados, de sus características litológicas y faunísticas, se deducen claramente dos avances del mar separados por una oscilación de la plataforma, que permitió la depositación de los sedimentos rítmicos regresivos del miembro medio. Este tiende a acu-ñarse y a desaparecer hacia el norte, disminuyendo enormemente su potencia en Lo Valdés, mientras que los miembros medio y superior t ienden a juntarse. La fauna del miembro inferior estaría señalando claramente una edad Ti toniana media a superior y, el superior, una edad Neocomiana inferior-media (Va lang in iano) ; por lo tanto, el miem-bro medio correspondería tentativamente a un T i ton iano superior o Neocomiano basal.

En general esta formación se puede correlacionar, parcialmente, con los sedimentos marinos, que con el rango de formaciones y con diversas denominaciones locales, han reconocido otros autores, en afloramientos del área andina cuya edad fluctúa entre un Ti toniano inferior y un Neocomiano medio (Haute r iv iano) y que se extienden, aproximada-mente, entre los paralelos ^2° y ;¡o' de latitud sur.

En lo que respecta a las condiciones de sedimentación en la región de Lo Valdés, se puede apreciar que corresponden a sedimentos de aguas poco prolundas, probablemente de carácter nerítico, mientras que en el perfil del río Barroso-Quebrada Honda , tanto el miembro inferior co-m o el superior, corresponden a sedimentos marinos de aguas someras.

E n cambio el miembro medio señala más bien un ambiente costa-nero, lo que se evidencia por la depositación de lentes de evaporitas (yeso) y areniscas conglomerádicas de carácter regresivo.

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FORMACION COLIMAPU

Definición y relaciones estratigrafías.— Con este nombre definió K L O H N (1960) a un conjunto sedimentario continental, separado en tres miembros, cuya localidad tipo es la quebrada Col imapu. Estaría, según dicho autor, constituida principalmente de areniscas tobíferas rojizas, lutitas tobíferas, tufitas rojas con intercalaciones de conglomera-dos, brechas y lavas andesíticas, calizas y capas discontinuas de yeso.

Como la secuencia expuesta en el perfil del río Volcán no corres-pondía exactamente a las facies y potencias descritas por K L O H N (1960), se estimó conveniente reestudiar la localidad tipo en la quebra-da C o l i m a p u = L a Mona (Foto N.o 5), entre los ríos Barroso y Blanco del Maipo a unos 26 Kms . al sur del perfil del río Volcán; con tal propósito se levantó detalladamente un nuevo perfil, según se indica en el plano ad jun to (Fig. 6) .

Como resultado del estudio de este perfil, cabría hacer una rede-finición y restricción de la formación Colimapu, manteniendo su nom-bre. Con respecto a sus características litológicas ella está compuesta ca-si exclusivamente, por sedimentos de facies litorales costaneros con abun-dantes depósitos del tipo deltaico y lagunares (a lbuferas) ; es decir, pre-dominan las areniscas y lutitas rojas, las tufitas rojas, con intercalaciones lenticulares de conglomerados de carácter fluvial y lentes brechosas. El conjunto siempre se presenta intruído por verdaderos reticulados de fi-lones verdes diabásicos, afaníticos y porfíricos.

Con respecto a las relaciones estratigráficas de esta formación ro-jiza continental (de facies costanera en el presente in forme) , ella es concordante tanto con la formación infravacente Lo Valdés, como con la suprayacente Abanico, y sólo existe entre ellas el engrane lenticular con discordancias probablemente de erosión, propias a formaciones con-tinentales; en n ingún momento se ha evidenciado la discordancia oro-génica señalada por K L O H N (1960) para el techo de esta formación.

Distribución y litología.— La formación Colimapu, al igual que las formaciones anteriormente descritas, se distribuye en forma de una f ranja de rumbo aproximadamente norte sur, fo rmando parte de los sedimentos del ala occidental de una gran estructura anticlinal, con algunas flexuras de menor grado, como se puede apreciar en el plano geológico adjunto (Fig. 7) .

La secuencia presente en el perfil río Barroso-Quebrada La Mona-Quebrada Honda , es la siguiente, de arriba hacia abajo (Fig. 5).

"Colimapu", es una designación acuñada por Klohn, para la quebrada que todos los baqueanos llaman quebrada "La Mona".

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Formación Abanico

SECCION COLüVffilAR DE LOS SEDIMENTOS CONTINENTALES DE LA FORMACION COL1MAPU.

Neocomiano medio a. sup? Potencia aprox. 1700 metros .

Areniscas gruesas a f i n a s , f i n a m e n t e e s t r a t i f i c a d a s en e s p i t a s a m a r i l l a s y morado r o j i z o . Linio ca f é . Arenisca r o j i z a . F i l ó n manto a n d e s í t i c o Limo morado oscuro con concrec iones . Aren isca café r o j i z a .

Limos morados.

Aren i scas moradas.

L u t i t a s moradas r o j i z a s .

Limos y a r e n i s c a s r o j i z a s , a l t e r n a n d o

Al te rnac ión de limos y a r e n i s c a s café r o j i z a s a morado c l a r o .

Limos ca lcá reos inorados, con abundantes concreciones . Arenisca g r i s morada g ruesa . Conglomerado f i n o . Limo« calcáreos,s i l ici í icados. Carcjiias . Arenisca c a f é r o j i z a , c o n c r e c i o n e s ca l ca r .

Arenisca ca.fi morado. Conglomerado ca.fi v e r d o 8 0 , f i n o . Limos c a t i c l a r o c a l c á r e o . Arenisca morada grano medio. Arenisca ca fé verdosa en p a r t e conglomeré Limos ca l cá reos . Arenisca ca fé rej i3a, i38di& a g ruesa , m i c á c e a , e s t r a t i f i c a c i ó n cruzada.

Arenisca café r o j i z a .

Limo ca fé c l a r o . Arenisca conglcw®raC¿íoís,c£fé vartíosa Límoe ro Icé oaoa (nfuscovita) r o j i z o s .

(Sección r í o Barroso -Q.Honda)

Tig. 6 Localidad tipo. OC5?-CK/I962

39 -

Techo concordante: Lavas y brechas de la formación Abanico.

Areniscas gruesas a finas con intercalaciones de limos mora-dos, f inamente estratificados, en capitas de colores amarillos a morado rojizo 150 m. L imo café con pequeños depósitos de travertino 30 m. Filón manto gris verde 5 m. Arenisca rojiza 60 m. Filón manto gris verde 3 m. Limo morado oscuro, con concreciones calcáreas y en parte po-ros por disolución de las concreciones 30 m.

Arenisca café rojiza 20 ni. Filón gris verdoso 2 111. Arenisca café rojiza, gruesa a fina, con algunas intercalacio-nes de limo 100 m. Limos morados 15 m. Areniscas moradas al ternando con limolitas y areniscas grue-sas café rojizas 120 m. Areniscas café moradas, grano medio, bien estratificada . . . 25 m. Lutitas moradas bien estratificadas con intercalaciones de ca-pitas de areniscas gruesas 150 m. Filón manto andesítico, gris verdoso, porfírico, de 1,5 metro de potencia, intercalado en las areniscas 6 m. Alternación de limos y areniscas café rojizas a morado claro, f inamente estratificado en capitas que varían entre 0,30 y 1,50 metro 180 1:1. Limos calcáreos, con abundantes concreciones moradas 30 m. Limo café oscuro, algo calcáreo, con pequeños núcleos de li-monita 40 111. Arenisca gruesa gris morada, bien estratificada 25 m. •Conglomerado fino, en parte brechoso 20 m. Arenisca gruesa morada 15 m. Limos calcáreos gris morado, en parte silicificado. Nivel de Carofitas 20 ni. Arenisca café, grano medio, abundantes concreciones calcáreas, presenta descomposición esferoidal 100 m. Arenisca fina a gruesa, café morado, alterna con otras verdes, •con concreciones de núcleos calcáreos 70 m. Conglomerado fino café verdoso, clastos entre 2 y 5 mm. , abundante material calcáreo 20 m. Areniscas café rojizo, g rano medio 30 m. L imo calcáreo café claro 20 m. Arenisca morada grano medio 40 m. Limo café morado 20 m. Arenisca café verdosa, algo conglomerádica, los clastos son

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principalmente f ragmentos de calizas, contiene restos de mi-crofósiles 40 m. Limos calcáreos 15 m. Arenisca café verdosa grano grueso 25 m. Arenisca media a gruesa, café rojiza algo micácea. Presenta estratificación cruzada, del tipo deltaico (Foto 6) 50 m. Arenisca café rojiza grano medio a fino, bien estratificada . . 100 m. L imo café grisáceo 15 m . Arenisca gruesa algo conglomerádica café verdosa, en parte calcárea y abundante mica (muscovita) y granos de cuarzo 80 m.

Total formación 1.671 m.

Espesor de la formación.— La potencia determinada en ambos per-fijes es muy diferente a las dadas por Klohn para esta formación. Es así como en la sección del río Volcán ella tiene aproximadamente 1.200 metros, mientras que en el sector de las quebradas de la Mona y H o n -da, es del orden de los 1.700 metros. Esto está de acuerdo con las po-tencias determinadas por A G U I R R E (1960), quien reconoció en terreno espesores hasta de 800 mts. Además dicho autor, por estudios fotogeo-lógicos, estimó que la potencia para la formación Cristo Redentor no alcanzaría más de 1.800 metros; por su parte, G O N Z A L E Z y V E R -G A R A (1961) reconocieron dicha formación a lo largo de casi 100 Kms. , entre los ríos T e ñ o y Maule, observando que sus espesores varían entre 350 y 1.200 metros como máximo.

Edad, correlaciones y condiciones de sedimentación.— En esta for-mación no se había encontrado fósiles hasta la fecha; pero anal izando algunos niveles de limos calcáreos, rojizos, en parte silicificados, se des-cubrió una microflora, que es estudiada en el Centro de Micropaleon-tología de la Escuela de Geología de la Universidad de Chile y, según M A R T I N E Z , ( información verbal) ella correspondería a una micro flo-ra fósil de Carofitas, que serían las primeras descubiertas en el meso-zoico de Chile. Ellas señalarían ambientes de transición del tipo lagunar costanero, probablemente de albuferas. Dados los antecedentes que exis-ten, especialmente su estrecha relación con la formación infravacente de Lo Valdés, de edad mín ima probable Hauter iviana, es posible con-siderar que la formación Col imapu se habría depositado en forma irre-gular durante el neocomiano medio a superior? permaneciendo estre-chamente ligada a la regresión marina del Neocomiano.

Esta formación es directamente correlacionable dent ro de la f ran ja de afloramientos andinos, con la formación Cristo Redentor en la pro-vincia de Aconcagua, A G U I R R E (1960). Por otra parte, corresponde solamente al miembro superior de la formación Col imapu definida por K L O H N (1960) que es el único que litológicarrrente tiene cierta simi-

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PERFIL F O T O C R O Q U I S

GEOLOGICO RIO BARROSO - Q. LA MONA - QUEBRADA HONDA

NA NM

UNIVERSIDAD DE CHILE INSTITUTO DE GEOLOGIA

E S C A L A

9 Km.

Declinación magne'tica

9" Est*

L E Y E N D A

C U A T E R N A R I O

|:•,•..,•,..•.] Sedimentos glacial»! aluviales y coluviales

C R E T A C E O

Zona de alteración (Rocas corneas)

[^•t.*.»*! Rocas Intrusivas

Formación Abanico (lavas, brechas y tutitas )

Formación Collmapu (areniscas y l imol i tas)

Calizas fosilíferas

Artniscas con nivelas conglomeradlos

o -o

l ì

Brechas y Conglomerados

J U R A S I C O Formacíon R i o D a n t a s (araniscas. conglomerados y brachas)

Yeso Principal

Glac iar««

1500 P E R F I L A - A '

O.González y C. Marangunic

1 9 6 2

l i tud con la un idad presente en te r reno; además, la potencia dada por dicho autor para ese m i e m b r o , está más o menos de acuerdo con los espesores reales medidos y reconocidos en las diversas secciones a lo lar-go del área andina .

La depositación de esta secuencia ha sido m u y var iada, como lo> revelan sus constantes cambios de facies sub aéreas, de pan tanos y pla-nicies aluviales en zonas costaneras, e n g r a n a n d o con depósitos fluviales y deltaicos, los cuales se deposi taron probablemente en u n ambien te al-t amen te oxidante, y que habría sido el causante del color roj izo pre-d o m i n a n t e que la caracteriza.

FORMACION ABANICO

L a qu in ta y ú l t ima secuencia corresponde a los sedimentos conti-nentales, con p redomin io de lavas y brechas de carácter mesosilfcico, de la formación Abanico, d e n o m i n a d a así por J. M U Ñ O Z C R I S T I , e n H O F F S T E T T E R (1957). E n el presente perfil se han reconocido dos unidades litológicas de la fo rmac ión Abanico, las cuales en posición concordante se sobreponen a la fo rmac ión Co l imapu . L a inferior co-r responde a lavas, brechas, tobas y piroclásticos mesosilícicos con algu-nas intercalaciones de conglomerados , de colores gris verdoso a violáceo amar i l len to ; la un idad superior , es casi exclusivamente arenisca, tufitas, conglomerados y potentes intercalaciones de lutitas y l imos f i namen te estratificadas, gris verde oscuro o claro. La depositación de estas vol-canitas y sedimenti tas clásticas tuvo lugar du ran t e un per íodo de mar -cada actividad volcánica, con a lgunas interrupciones, d u r a n t e las cuales se depositaron en cuencas parciales las tufi tas, lutitas, areniscas y conglo-merados fluviales.

La edad de estas dos formaciones , Co l imapu y Abanico , es insegura, puesto que carecen de fósiles pero son post-neocomiano med io y pre-batolito andino, el cual las int ruye, especialmente en el ex t remo occi-denta l del área.

CUATERNARIO

C o n respecto a los sedimentos cuaternarios, estos se pueden agru-par en tres clases, que se dis t r ibuyen como sigue:

Morenas (an t iguas y recientes) .

Te r r azas fluvio-glaciales.

Coluvios y aluvios actuales.

Los sedimentos morénicos se pueden agrupar g roseramente en dos fases; la más an t igua corresponde a depósitos c o m o los que se pueden observar especialmente en la j un t a de los ríos Volcán , Col ina, M o r a d o y E n g o r d a (Fo to 1) ; en la región de la quebrada de Morales-Lo Valdés ;

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en la zona Romeral - Queltehues; y, además, en algunos valles suspen-didos con cotas que varían entre los 1.800 a 2.000 metros aproxima-damente.

El otro grupo de morenas ligado a los glaciares o remanentes gla-ciares actuales, en el fondo de los valles de Morales, Marmolejo-Engorda, y en los faldeos occidentales del volcán San José. En general, estas úl-timas morenas ín t imamente ligadas a la actividad glacial actual se lo-calizan en los faldeos de los grandes macizos de esta zona, f luctuando sus depósitos entre los 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar .

Las terrazas fluvioglaciales rellenan los valles y se componen prin-cipalmente, por clastos heterogéneos subredondeados, redondeados y an-gulosos, con lentes de ripio y arcillas, sobre los cuales se ha desarrollado una capa de suelo apta para el cultivo y mantención de veranadas en algunos sectores. Estas terrazas se ven labradas por los ríos actuales (Foto 5) .

Los sedimentos coluviales y aluviales actuales están representados por los conos de deyección, sedimentos de pie de monte y flujos de ba-i rro, los que se apoyan en su mayor parte sobre las terrazas fluvio gla-ciales y en las laderas de los cerros, engranando con los sedimentos fluviales más recientes (Fotos 4, 7) .

R O C A S I N T R U S I V A S

Se han podido reconocer varios intrusivos, los que se pueden agru-par como sigue:

Batolito Andino

Stocks de porfidos traquíticos

Filones mantos y diques andesíticos.

El macizo del batolito andino es quizás el intrusivo de mayor exten-sión y aflora como tal en la zona de Romeral , San Gabriel y Quelte-hue - Melosas hasta la quebrada del Cobre por el este, donde se pre-senta intruyendo a las lutitas y areniscas de la unidad superior de la formación Abanico. Es importante observar el contacto que presenta con dicha unidad en la ribera norte del río Volcán. Petrográficamente corresponde a una diorita con textura hipidiomorfa granular , con pía-gioclasa del tipo oligoclasa andesina, anfíbola (hornb lenda) , y cuarzo intersticial.

Los pequeños stocks de pórfidos traquíticos se presentan intruyendo a las formaciones continentales, tanto Col imapu como Abanico, espe-cialmente en aquellas zonas donde los pliegues son más fuertes; es decir, en las proximidades de la nariz de la flexura (Foto 7) . U n o de estos

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intrusivos se presenta muy típico y con estructura columnar , entre las Chacritas y Bocatoma. Se puede observar que este stock da origen a varios apófisis que en parte se presentan como filones-manto (sill), pero de poca extensión. En el terreno se presta para confusión una ca-pa, de color similar al intrusivo, la cual corresponde a una brecha gris amarillenta con clastos andesíticos morados.

Sus características petrográficas corresponden a un pórfido traquí-tico con fenocristales de oligoclasa zonada normalmente , con núcleo de andesina y biotita en parte cloritizada; la masa fundamen ta l es de na-turaleza feldespática y presenta numerosos granitos de óxido de fierro.

Los filones-manto (sill) y los diques andesíticos, porfíricos y afaní-ticos, de masa fundamenta l que varía de un gris negro al verde claro, son bastante frecuentes a lo largo de todo el perfil; pero difieren un poco en sus rasgos estructurales en el sector comprendido por la for-mación Colimapu, en donde se presentan como verdaderos reticulados, retorcidos en parte, dentro de las lutitas rojas.

R O C A S E X T R U S I V A S

Volcanitas del Volcán San José.— Además de las volcanitas aso-ciadas con la formación Abanico, se encuentran extensas áreas cubiertas con las rocas extrusivas modernas del grupo volcánico del San José, en el extremo oriental del perfil y en plena cadena limítrofe.

E n sus rasgos generales, las volcanitas del San José corresponden principalmente a potentes coladas andesítico-basálticas, asociadas con brechas y piroclásticos de composición similar. Este conjunto se apoya discordantemente sobre la superficie de erosión de estratos jurásicos y cretácicos, cubriendo la mayor parte del ala oriental de la gran estruc-tura anticlinal.

El aparato volcánico, que alcanza una altura de 5.880 metros sobre el nivel del mar, ha sido posible estudiarlo solamente desde el punto de vista morfológico y mediante la observación de fotografías aéreas verticales. De acuerdo con dichas fotografías, un 75% de la superficie del macizo está ocupada por glaciares cuyo desarrollo es especialmente notable en las vertientes orientales ya que, las vertientes occidentales, presentan escarpes basálticos en gran parte libres de hielo. Su extremo superior presenta el aspecto de un gran cono t runcado, cubierto por piroclásticos (cenizas y bombas) . A q u í se observa claramente la existen-cia de cuatro cráteres emplazados asimétricamente, los que se traslapan parcialmente a su vez y se alinean en una dirección aproximada N 10o

W , siguiendo una depresión cratèrica de unos 3 K m s . de longitud por un kilómetro de ancho aproximadamente . El más moderno de estos cráteres se localiza en la mi tad norte de esta depresión, edif icando un cono de piroclásticos de aproximadamente un kilómetro de d iámetro

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y, en su centro, presenta una p r o f u n d a depresión, rodeada de cierta ac-t ividad solfatárica, según in fo rmac ión verbal del andinis ta L U I S K R A H L .

A unos 2,5 K m s . al nor te del g ran cono, se observa u n estrecho cráter en el centro de un cono de piroclásticos (F ig . 7 ) .

ESTRUCTURA

El cuadro tectónico genera l del cajón del Volcán testifica acciones bastante intensas y capaces de engendra r un fuer te p legamiento con el consecuente desarrollo de f rac turas , fallas y sistemas de diaclasas. Es posible, provisoriamente, d is t inguir dos tipos de tec tonismo; uno oro-génico de intenso p legamiento y otro posterior de bloques, el cual ha-bría dado origen a elevados girones peniplanizados que se observan m u y f recuen temente en esta zona cordil lerana. Estos ú l t imos movimien-tos habr ían renovado el ciclo de erosión.

C o m o puede deducirse del perfil geológico, las diversas unidades litológicas presentan un r u m b o general ap rox imado norte-sur, con bu-zamientos m u y variados a lo largo del perfil y que permi ten observar en algunos sectores, la inversión casi total del o rden de los estratos; igual efecto producen en el sector oriental , la dislocación y deformaciones de los estratos mar inos causada por la invección diapírica de las lentes de yeso. Se observan además, complicaciones locales causadas por la m e n o r competencia de a lgunas sediment i tas continentales.

La unidad litològica superior de la Fo rmac ión Abanico presenta, en el contacto de la in t rus ión diorítica del batolito, una pequeña flexura anticlinal (convexa) , lo cual está en contraposición a la es t ructura que debiera producir n o r m a l m e n t e una intrusión d inámica . S E G E R S T R O M V RU1Z (1962, p. 52), han observado fenómenos semejantes para el área de Copiapó y consideran que ella se podría explicar " supon iendo que la orogénesis que tuvo lugar duran te , y, o después del e m p l a z a m i e n t o del batolito, habría p roduc ido un pliegue de arrastre a lo largo del con-tacto, entre la masa de roca batolítica más competente y las capas me-nos competentes de rocas sedimentar ias ."

A v a n z a n d o hacia el este se puede apreciar que las capas t ienden a tomar una acti tud sinclinal, s iempre de proporciones re la t ivamente pequeñas , cuyo eje estaría a p r o x i m a d a m e n t e con r u m b o norte. Conti-n u a n d o hacia el oriente se observa que Jos estratos adqu ie ren un buza -mien to cada vez más fuer te , 37o a 40o Oeste, a la a l tura del pueblo del Volcán, en la ribera norte del río; aguas arriba se to rnan to ta lmente verticales y en su ex t remo superior, hacia la cota 2.500 a 3.000 metros, se invierten casi to ta lmente , presentando un b u z a m i e n t o hacia el Este. Estos mismos estratos, p r inc ipa lmente efusivos correspondientes a la u n i d a d inferior de la fo rmac ión Abanico, or ig inan entre Los Arboli tos y Las Chacri tas la nar iz de una g ran f lexura por la cual se pasa, gra-

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.dualmente, de capas verticales a horizontales (Foto 7) . Más hacia el este, próximo a Bocatoma, adquieren una actitud N 20o E, .55o O, ob-servándose que las formaciones Abanico y Colimapu, concordantes, tien-den a tornarse nuevamente verticales; luego, pasan solamente los estra-tos de Colimapu a constituir un pliegue anticlinal, al tamente cerrado y fracturado, cuya ala oriental compone el núcleo de un pliegue sinclinal, en la región de la quebrada de Morales.

Desde las puntas Refugio y cerro Valdés, hacia aguas arriba, los estratos concordantes de las formaciones Lo Valdés, Río Damas v Río Colina, adquieren una actitud prácticamente monoclinal, con un buza-miento medio de 809 oeste, generando el ala occidental de la gran es-tructura anticlinal; en la zona de los afloramientos del yeso principal, de la formación río Colina, se reconoce el núcleo anticlinal obscurecido por las inyecciones diapíricas del yeso, que se comporta como domos de sal.

El cuadro tectónico de la ribera norte presenta varias fallas rumbo norte sur, algunas verticales y cuyo desplazamiento de la vertical es casi insensible; tal vez, las de este tipo sean las de mayor magni tud . La principal se encontraría en el lado occidental del perfil, afectando a las unidades de la formación Abanico y se extendería hacia las cercanías del caserío de las Melosas. También se observan varias fallas inversas menores, tal vez la más evidente y de la cual no queda duda, ya que el recubrimiento anormal de los estratos con saltos de 50 metros apro-ximadamente, se puede apreciar claramente en el terreno, en las cer-canías del intrusivo de Romeral .

Las mismas unidades biológicas se observan en el cordón de la ribera sur del río, pero con una estructura parcialmente algo diferente y quizás ocasionada en parte por los intrusivos. Es así como, un poco al este y bajo el campamento de la Mina Merceditas a la altura del pue-blo del Volcán, se observa una flexura que no se repite en la ribera norte. Las capas de la flexura presentan primero una posición casi ho-rizontal y luego, poco más al este, se tornan violentamente verticales hasta alcanzar la inversión de los estratos, igual que en la ribera norte, .alrededor de la cota 2.600 metros s.n.m.

En el perfil levantado entre río Barroso y quebrada H o n d a , los es-tratos de las formaciones jurásico-cretácicas se presentan concordante-mente y formando parte del ala occidental de la gran estructura anti-clinal ya señalada en el perfil del río Volcán, modificándose hacia el poniente en una suave flexura en forma de rodilla, que podría inter-pretarse como el esbozo de un pliegue sinclinal; ello se puede apreciar claramente en los estratos de la formación Colimapu, los cuales, en las cercanías de la quebrada H o n d a y en concordancia con las volca-nitas de la formación Abanico, vuelven a mantear hacia el oeste. En este perfil, se hacen más características las inyecciones de los domos •de yeso.

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HISTORIA GEOLOGICA

La formación Río Colina presenta facie marina regresiva como lo atestiguan los depósitos de lutitas calcáreas gris negras, con lentes de calizas arenosas y areniscas micáceas y potentes depósitos lenticulares de yeso. Estos últimos señalan un ambiente restringido y de aguas so-meras; por otra parte, el análisis de su contenido faunistico, ha permi-tido considerarlo oxfordiano superior. Es posible c]ue esta regresión ha-ya sido originada por movimientos epirogenéticos que probablemente, tengan relación con la orogenia jurásica superior, evidenciada en el norte del país, RUIZ et. al. (1960, p. 20).

Engranando con esta secuencia marina, cont inuaron depositándose gran cantidad de areniscas, conglomerados y brechas, los que quedan representados en este perfil por la formación Río D a m a s cuyos ele-mentos presentan abundantes estructuras primarias, como grietas de secamiento e impresiones de gotas de lluvia, que evidencian su origen sub aéreo. Los clastos corresponden principalmente a rocas porfíricas (mesosilísicas) v queratófidos (silico-alcalinas) ; la matr iz , arenosa, mues-tra granos de feldespatos alterados, cuarzo y magneti ta , con cemento calcítico y parte epidotizados. Su carácter brechoso y gran potencia, po-dría estar señalando un rejuvenecimiento del ciclo de erosión en las áreas positivas, ligados a un rápido hundimiento de la cuenca de se-dimentación, acaecido durante el Kimmer idg iano .

A comienzos del Ti toniano, el mar nuevamente invade las áreas continentales acumulando depósitos calcáreos fosilíferos que constituyen el miembro inferior de la formación Lo Valdés. Probablemente en el Ti toniano superior o Neocomiano basai, se producen movimientos de carácter epirogenético en la plataforma continental y que originan una oscilación del mar obligándolo a retirarse temporalmente ; así se depo-sitarían los sedimentos del miembro medio de dicha formación carac-terizado por las brechas intraformacionales y los depósitos rítmicos de areniscas micáceas (muscovi ta) , limos y lentes conglomerádicos, ade-más de algunos depósitos lenticulares de evaporitas (yeso) hacia la parte superior, que sugieren fuer temente un carácter regresivo Sobre la unidad descrita, avanza otra vez el mar con depositación de po-tentes bancos de calizas coquinoídeas, lutitas calcáreas gris negras e in-tercalaciones lenticulares de areniscas verdosas que conf iguran el miem-bro superior de la formación Lo Valdés. De la secuencia litològica de los miembros marinos inferior y superior, se deduce claramente que ellos se depositaron en un ambiente litoral nerítico; además, el miembro superior representa la úl t ima fase marina dentro de la secuencia estra-tigráfica aquí presente y sobre ella se depositan los sedimentos conti-nentales de la formación Colimapu compuesta por conglomerados, are-niscas y gran cantidad de lutitas lagunares que engranan con sedimentos.

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fluviales de colores rojizos predominantes. La orientación que muestran-en esta serie algunos afloramientos de areniscas, con estratificación cru-zada deltaica, podría sugerir, como hipótesis, una proveniencia de ma-teriales del oeste y la existencia de un área positiva hacia el sur-oeste.

A la formación Col imapu se sobrepone totalmente concordante y con engranes lenticulares, una secuencia mayormente volcánica com-puesta de tobas, lavas y brechas que serían el resultado de un volca-nismo sílico-alcalino a mesosilícico y constituye la unidad inferior de la formación Abanico. El derrame de material efusivo habría provocado el embalsamiento de los antiguos sistemas fluviales y la forma-ción de efímeras cuencas lacustres que rapidamente habrían sido colmadas como lo demostraría el conjunto litològico de lutitas gris cla-ras, verdosas, negras, areniscas y conglomerados gris verdosos en la parte superior de la formación Abanico aquí presente.

Dicha sedimentación probablemente fue in terrumpida cuando, en el Cretácico medio?, sobrevinieron los movimientos de la primera fase de la Orogénesis Andina, "o sea, el comienzo de los rasgos orográficos que van a caracterizar más adelante el territorio chileno", M U Ñ O Z CRISTI (1950, p. 85). La primera culminación de la Orogénesis An-dina, plegó los sedimentos acumulados desde el Triásico medio en el Geosinelinal And ino y afectó por conjunto a todas las rocas depositadas hasta ese momento .

A esta fase orogénica probablemente estuvieron ligados los prime-ros episodios intrusivos del Batolito Andino .

Desde el Cretácico medio a superior? hasta el Cuaternario, no tenemos antecedentes geológicos en esta región que nos permitan de-ducir los acontecimientos acaecidos; sólo podemos inferir un largo pe-ríodo de erosión y peniplanización seguido de nuevos depósitos con-tinentales, tanto volcánicos como clásticos, que fueron afectados proba-blemente por algunas pulsaciones orogénicas, según antecedentes re-gionales que quedan fuera de esta área de estudio. Es posible que al final del Terciario, después de un intenso período de denudación, so-brevinieron movimientos tectónicos de carácter epirogenético que des-arrollaron los actuales rasgos fisiográficos del territorio nacional; en el Plioceno, especialmente, se habrían producido grandes movimientos de ascensos que llevarían la peniplanicie a la posición que hoy ocupa. Duran te este últ imo lapso, predomina la "tectónica de bloques" y ella parece continuar hasta ahora.

Finalmente , durante el Pleistoceno se desarrolla una intensa acti-vidad glacial y volcánica, modeladora del paisaje actual. Esta actividad se evidencia tanto por los abundantes depósitos morénicos, en su mayor parte ligados a la actividad glacial decadente, como también por las volcanitas basálticas y andesíticas del volcán San José.

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ESQUEMA DE CORRELACIONES DE LAS DOS SECCIONES ESTRAT ¡GRAFICAS GENERAL IZA Citó

VALLE DEL RIO VOLCAN RIO BA RR 06 O-Q .HONDA

Ci* t i c ico Medio ?

Neocomlano Medio a Sup.?

Neoccmlano Inf . a Medio (Valanginiano)

T i t o n i a n o M e d i o a S u p ,

A r e n i s c a s y C o n g l o m e r a d o s

Lavas y b r e c h a s p o r f i r í t l c a s

A r e n i s c a s , Carofita» LutitaS y

t u f i t a s r o j a s

Sup. 1000 n.

FORMACION ABANICO

(Continental)

I n f . 2000 m.

1 — 1 2 0 0 m.

436b. Calizas

A r e n i s c a s

11290 m.

m

'Cal izas

Brechas verde

T i t o n i a n o I n f e r i o r ?

Kimmeridgiano

Areniscas C o n g l o m e r a d o s B r e c h a s

S u p . vil Medio

I n f .

FORMACION

COLIMA PU ( L i t o r a l -

C o s t a n e r a )

FORMACION LO VALDES

( M a r i n a )

r?1

o o o o o o O O O I

o o o o O I FORJACION RIO DAMAS

( C o n t i n e n t a l )

o o o o o O O O o

o o o o o o O O o

O o O O o O o o o o

o o o o o o o O a o

o o o o o a

3000 TU,

Oxfordiano Superior

Lut i tas ea lcá rea í

Yeso Principal 26 b is .

TOO m.

FORMACION RIO COLINA

( M a r i ñ a )

F i ? . SDR NORTE

OOF/1962

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CONCLUSIONES

El estudio de la estrat igraf ía y es t ructura del valle del r ío Volcán, . complementado con la revisión de la fo rmac ión C o l i m a p u en su loca-l i d a d tipo, permite apor tar las siguientes conclusiones:

1.—La edad del "yeso pr incipal" (Fo rmac ión Río Co l ina ) , es Ox-ford iana superior, dado el contenido fauníst ico de las lutitas calcáreas intercaladas y corresponde a depósitos de mares bajos y de facie clara-men te regresiva. Su espesor original se ve e n o r m e m e n t e abul tado por presiones tectónicas, lo que ha cont r ibuido a que las masas de yeso se compor ten como verdaderos diapiros ligado ello, como es natura l , a los cambios de vo lumen exper imentados por h idra tac ión de la anhidr i ta .

2.—La fo rmac ión L o Valdés, mar ina , compuesta por tres miembros de edad T i ton i ana medio a N e o c o m i a n o medio, no corresponde en sen-tido estricto a una sola sedimentación mar ina transgresiva normal , sino que se advier ten c l a ramente dos facies ne tamente transgresivas y sepa-radas por una depositación rí tmica de sedimentos costaneros con pe-queños depósitos de evapori tas (yeso) .

3.—Los miembros med io y superior de la formación Lo Valdés, .corresponden a los miembros inferior y medio "cont inenta les" de la formación Co l imapu , def in ida por C. K L O H N (1960).

4.— Se redef ine y restr inge la formación Col imapu , destacándose que está const i tuida casi exclusivamente por sedimentos de facie costa-neras, con abundan tes depósitos deltaicos y lagunares , es decir, predo-m i n a n las areniscas, lutitas y tuf i tas rojas, con intercalaciones lenticula-res de conglomerados de facies fluviales y lentes brechosas. El con jun to s iempre se presenta in t ru ído por verdaderos reticulados de filones ver-des, diabásicos, afaníticos y porfíricos.

5.— La fo rmac ión Co l imapu tiene una potencia m á x i m a de 1.800 metros.

6.— T a n t o la base c o m o el techo de la fo rmac ión Co l imapu , es concordante con las formaciones presentando sólo acuñamien tos y en-granes lenticulares, propios de las formaciones continentales.

7.— N o existe discordancia orogénica entre las formaciones Coli-m a p u y Abanico, como ha sido señalado hasta ahora para la localidad tipo.

ABSTRACT.

T h e región of the Volcan River Valley of T h e A n d e s shows the fo l lowing s t ra t igraphic sequence : Río Colina F o r m a t i o n ( u p p e r Oxfo rd -i an ) , ma r ine ; Río D a m a s F o r m a t i o n ( K i m m e r i d g e ) , cont inenta l ; Lo-Valdés F o r m a t i o n ( M i d d l e T i t o n i a n to Middle N e o c o m i a n ) , mar ine ; Co l imapu F o r m a t i o n ( M i d d l e to U p p e r N e o c o m i a n ? ) , con t inen ta l ; and the Abanico F o r m a t i o n ( U p p e r N e o c o m i a n ? to Midd le Cre taceous?) , cont inental .

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T h e r e is also a Dior i t ic Bathol i th , probably Middle Cretaceous in age that in t rudes all these format ions . T h e r e is evidence of a series of epeirogenic uplif ts and one orogenic cycle towards the Midd le Creta-ceous (J. M u ñ o z Cristi, 1950). Minor intrusions, trachytic in compo-sition and probably Te r t i a ry in age, in t rude the d i f ferent format ions . T h e Qua te rna ry is represented by the volcanics of the San José Volcano and by the glacial and f luvial sediments f i l l ing the present valleys.

T h e thickness of the stratif ied rocks is, w i th exclusion of the Q u a -ternary volcanics, about 9,700 meters .

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DESCRIPCION DE FOTOGRAFIAS

L á m i n a I : Fo to 1. Vista aérea del curso superior del R ío Volcán . Se aprecia c la ramente la or ientación ( N i o ° E ) de los estratos casi verticales de las formaciones Río D a m a s y L o Valdés, como también los domos de yeso en el curso inferior del río Col ina . E n el ex-t r e m o N E , se observan las coladas basálticas del volcán San José. (Fo to H y k o n del Inst . Geográ-fico Mi l i t a r ) .

L á m i n a I I : Fo to 2. A f l o r a m i e n t o de una lente de yeso perteneciente a la fo rmac ión Río Colina, en P u e n t e de Tie r ra , curso superior del río Maipo .

Fo to 3. Lut i tas grises calcáreas y calizas a l t amen te fosilí-feras y f i namen te estratificadas pertenencientes a la fo rmac ión L o Valdés, al sur del r ío Volcán .

L á m i n a I I I : Fo to 4. Q u e b r a d a La M o n a - Co l imapu , en la vert iente iz-qu ie rda , calizas algo de fo rmadas por la intrusión de yeso, pertenecientes al m i e m b r o superior de la fo rmac ión Lo Valdés. H a c i a la derecha, lutitas f i n a m e n t e estrat if icadas de la f o rmac ión Coli-m a p u .

Fo to 5. Q u e b r a d a La Mona . Se dis t ingue c la ramente la erosión diferencial entre los estratos calcáreos del m i e m b r o superior de la fo rmac ión Lo Valdés y las lutitas fisibles y tufi tas rojas de la formación Co l imapu , en el curso superior del río Maipo.

— 53 —

Lámina I V : Foto 6. Areniscas rojizas de la formación Colimapu con estratificación cruzada deltaica. Vista hacia el sur del ala occidental del anticlinal. Quebrada La Mo-na, río Maipo.

Foto 7. Flexura en los estratos clásticos volcánicos de la formación Abanico. A la derecha intrusión de pórfidos traquíticos. Vertiente norte del río Vol-cán.

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LAMINA II

LAMINA III

FOTO 4.

LAMINA IV

CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA

PRESENCIA DE CAROFITAS FOSILES EN LA

FORMACION COLIMAPU

R u b é n M a r t í n e z P. y Roberto Osorio O .

(Apar tado de Revista Minerales N» 82, Año 1963,.

del Ins t i tu to de Ingenieros de Minas de Chile)

SANTIAGO DE CHILE

CONSIDERACIONES PRELIMINARES SOBRE LA PRESENCIA DE CAROFITAS FOSILES EN LA

FORMACION COLIMAPU *

Rubén Martínez P. y Roberto Osorio O. #*

RESUMEN

Se señala el descubr imien to en la formación C o l i m a p u de Carófi tas fósiles que se pueden vincular con Aclistochara hungarica Rasky y con A. mundula Peck = Stellatoc liara munAula ( P e c k ) . D e las dos fo rmas encontradas se dan las f iguras y las descripciones correspondientes . Se trata de las pr imeras Caróf i tas fósiles encont radas en el Mesozoico de Chile y de los pr imeros fósiles encontrados en la f o r m a c i ó n Co l imapu . El hecho de que las Caróf i tas estudiadas hayan sido asignadas al Al-biano, implica que la edad m í n i m a de la fo rmac ión C o l i m a p u no po-dría ser anter ior a tal edad , y q u e la fase per t inente del Batol i to A n -dino debe llevarse a la parte infer ior del Cretáceo Super ior . Las Ca-rófitas presentes en la mues t ra es tud iada representar ían una tanatoce-nosis redepositada s incrónicamente en sedimentos esencialmente conti-nentales, situación que podría ser la p r edominan te en la localidad típi-ca de la fo rmac ión C o l i m a p u .

INTRODUCCION

D u r a n t e el estudio geológico real izado por O . G o n z á l e z (1962) e n la Reg ión A n d i n a de la Provincia de Sant iago, se ob tuvo una mues-tra de la formación Co l imapu , en la cual este Cen t ro ha podido cons-tatar la presencia de abundan t e s fruct if icaciones fósiles de Carófi tas . Según la l i teratura a nues t ra disposición esta es la p r imera vez que se señala en Chile este t ipo de microfósiles en el Cretáceo y la p r imera también , que se logra encont rar a lgún tipo de fósil en la fo rmac ión Co l imapu ( K l o h n , 1957 y 1960; Corvalán , 1957).

Has t a ahora sólo se ha c i tado oogonias de Caróf i tas en la fo rma-ción Altos de Pica ( ? ) , posiblemente del Pleistoceno (Cecioni y Gar-cía, 1960, p. 7 ) .

(*) T r a b a j o p resen tado por la Sociedad Geológica de Cl'ile. (Sesión: 19 - X - 62) (••) Centro Univers i ta r io de Micropaleontología . Escuela de Geología, U. de Chile,

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La formación Col imapu, en el sentido restringido que le ha asigi nado recientemente O. Gonzá lez (1962), está constituida esencial-mente por potentes mantos de areniscas de grano medio a grueso, a veces f inamente conglomerádicos, que alternan con capas menores de limos calcáreos y aún de lutitas. El conjunto es en general de color rojo-piorado y alcanza una potencia máxima de 1.700 m. en la locali-dad típica. Den t ro del cuadro paleogeográfico definido por Groe-ber (1952) para el Mesozoico Sudamericano, la formación Col imapu marcaría el ocaso de las condiciones marinas regresivas desarrolladas en el Andico Medio y el establecimiento subsiguiente de las condiciones parálicas que van a cerrar defini t ivamente el ciclo con el depósito de potentes Series de Sedimentos Rojos en el Andico Superior (Corva-Lán, 1957). A esta misma fase del ciclo Andico corresponderían tam-bién los Sedimentos Rojos que con un marcado diacronismo aparecen por sobre el Cretáceo Inferior mar ino en diversos puntos de nuestro país y de los Andes.

Den t ro de los Sedimentos Rojos, las Carófitas son a m e n u d o los fósiles más abundantes y de mayor valor estratigráfico. Las Carófitas son algas Cloroficeas de un tamaño entre 10 y 60 cms. que viven en la actualidad en aguas dulces o salobres.

Como fósiles se encuentran, por lo general, sólo sus fructificacio-nes, debido a que las células que recubren los elementos sexuales fe-meninos (oogonios) depositan en la superficie de éstos, capas de car-bonato de calcio que facilitan su preservación.

Las fructificaciones son generalmente de forma ovoide o subesfé-ricas y de dimensiones no mayores de un milímetro. Las células recu-brientes que segregan el carbonato de calcio son alargadas y están dis-puestas en forma espiral en torno al oogonio. En la parte superior se unen para originar determinados patrones morfológicos de valor sis-temático.

El número de estas células, su forma de arrol lamiento y la posi-bilidad de que todo el con jun to esté o no provisto de una cubierta externa altamente o rnamentada o utrículo, son también criterios de valor sistemático. Cuando las fructificaciones pierden las células recu-brientes y en la superficie sólo resta el depósito calcáreo que ellas pro-ducen, se habla por lo general de "girogonitas". La eliminación de la cubierta calcárea en las girogonitas conduce en cambio a la obtención de rellenos internos que por lo general siguen conservando el desarro-llo espiral superficial.

La muestra utilizada en este estudio fue obtenida en la Quebrada de la Mona = Col imapu, ubicada en la región cordillerana del río Maipo, entre los ríos Barroso y Blanco, tributarios con el pr imero (aprox. 7o°io' long. W ; 34°io' lat. S.) .

Corresponde a la capa de limos morados de 20 m. de espesor si-

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tuada i nmed ia t amen te por enc ima de la segunda capa de arenisca de too m. de espesor q u e aparece en la parte infer ior del Perfi l , y que se destaca por presentar abundan te s concresiones calcáreas con altera-ción esferoidal. La capa de l imos en cuestión se ubica a p r o x i m a d a m e n t e a 625 m . sobre la base en la localidad típica. ( V e r G o n z á l e z , 1962, fig- 5)- /

Según el estudio, rea l izado por J. Varela , de la mues t r a q u e pro-porcionó las Carófi tas, se t ra ta de una arenisca calcárea de color pardo-ro-j izo (Gray i sh -Brown 5 Y R 3 / 2 ) con a p r o x i m a d a m e n t e 30% de car-bonato de calcio, según ensayo de digestión con H C L . Los granos pre> sentan una distr ibución caótica y con u n escaso porcenta je de contacto entre ellos; su t a m a ñ o med io varía entre 0,1 y 0,4 m m . Es tán consti-

j ídos esencialmente por plagioclasas del t ipo Andes ina con escasa co rrosión y reemplazo por ca rbona to ( 7 0 % ) , por carbonato de calcio de origen mani f ies tamente orgánico ( 2 0 % ) , por cua rzo de bordes corroí-dos y reemplazados por ca rbona to (5—10%) , y por restos líticos de rocas porfíricas (con microl i tas) y cuarcitas. Valor medio del r edondeamien-to 0,5 — 0,7; de la esfericidad 0,3. L a ma t r i z y el cemento representan alrededor del 60% de la mues t ra . E l cemento está const i tu ido f u n d a -men ta lmen te por carbonato de calcio microcris tal ino d i seminado (60%) y por óxido de Fierro , t ambién diseminado, posiblemente asociado con •nateria orgánica ( 4 0 % ) . L a porosidad es baja , a l rededor del 5%.

OBTENCION Y NATURALEZA DEL MATERIAL PALEONTOLOGICO

D a d o el carácter litològico de la muest ra , dur í s ima y fue r t emen te calcificada, ha sido s u m a m e n t e difícil poder obtener u n n ú m e r o ade-cuado de fructif icaciones en buenas condiciones de estudio. E n gene-ral, lo único que pudo obtenerse fue ron los ' ' rel lenos" de las girogoni-tas, y ello gracias a que éstas se presentan con la interfase en t re la cubierta calcárea periférica y el relleno in terno f u e r t e m e n t e silicificado. D e este modo , d iger iendo en f o r m a previa la cubierta calcárea de las girogoni tas con ácido clorhídrico, los rellenos correspondientes , q u e per-manecen adher idos a la roca sólo a través de la región apical, pueden ser luego removidos fác i lmente con una agu ja de disección. El hecho uc que en a lgunos moldes sólo aparezca silicificada la peri teria y ei interior de los mismos cont inúe siendo calcáreo —especialmente hacia el ex t remo basai— hace posible aún , q u e los rellenos obtenidos repre-senten rea lmente "oosporas". Al respecto es interesante destacar que a lgunas secciones delgadas longi tudinales real izadas de estos moldes parecen most rar huellas de una m e m b r a n a periférica, y que a lgunos de los moldes que aparecen en la superficie f u e r t e m e n t e meteor izada de la mues t ra , son comple t amen te huecos y sólo conservan una f ina cubierta superficial .

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Para poder ofrecer una identif icación aceptable del mater ial , fue necesario preparar vaciados de los moldes externos dejados por las gi-rogonitas removidas con objeto de obtener rellenos. Estos se obtuvieron l lenando las oquedades correspondientes con termoplást ico pulver izado y fund i éndo lo luego, ba jo el microscopio, con u n microcaut ín eléctrico. Los vaciados se recuperaron luego disolviendo la roca con ácido f luorhí-drico. El mé todo es delicado, po rque la acción p ro longada del ácido f luorhídr ico sobre el termoplást ico t e rmina por. suavizar y aun elimi-nar los rasgos morfológicos captados por éste. Se in ten tó superar esta úl t ima dif icultad usando p lomo en lugar de termoplást ico, pero no fu e posible obtener la fus ión adecuada del p lomo t r a b a j a n d o ba jo el microscopio y f i na lmen te se dejó de lado sin mayores ensayos.

El n ú m e r o total cíe rellenos recuperados en un v o l u m e n de mues-tra de alrededor de 100 cc. fue de ap rox imadamen te 120 especímenes. La frecuencia en porcenta je de las girogonitas en la mues t ra podría fluc-tuar entre un 1 y un 5%.

Los tipos de referencia seleccionados han q u e d a d o deposi tados en el Cen t ro Univers i tar io de Micropaleontología ( C U M ) , Sant iago.

DESCRIPCIONES SISTEMATICAS

Clase C H A R Q P H Y T A O r d e n C H A R A L E S Fami l ia C H A R A C E A E G é n e r o Aclistochara Peck, 1937

Aclistochara "A" ( L á m . i , figs. 6-7).

Rellenos por lo general , ovoides prolatos, var iando las d imensiones l ímites del eje polar entre 0,56 y 0,64 m m . y las del eje ecuatorial ent re 0,4: y 0,50 m m . Este ú l t imo se ubica de preferencia hacia la parte me-dia del eje polar, l igeramente desplazado hacia el hemisfer io infer ior .

La relación entre el eje polar y el ecuatorial varía entre 1,14 y 1,39. El ex t remo basal es obtuso, y mues t ra la presencia de un poro basal gran-de, de bordes l igeramente proyectados y f o r m a pentagonal , cuyas di-mensiones f luc túan entre 0,10 y 0,15 m m . El ex t remo apical está en-mascarado por u n depósito de material adventicio que f o r m a una es-pecie de corona y se presenta fue r t emen te silicificada, hecho que hace imposible su el iminación posterior. El mater ia l de la corona es el m i smo que fo rma la m a t r i z de la roca, y representa los restos de la zona c o m ú n a través de la cual los rellenos permanecen adher idos a la roca luego de la digest ión de la cubierta calcárea de las girogoni tas con ácido. D e acuerdo con las secciones delgadas obtenidas, el ex t remo

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apical podría ser t runcado y poseer una suave depresión ocupada por un área pentagonal que parece dejar al centro un p e q u e ñ o orificio, ( L á m . I, fig. 2 ) . El n ú m e r o de espiras visibles la te ra lmente f luctúa en t r e 7 y 8. Las espiras conservan Ja misma f o r m a en todo su recorri-do, son planas o l igeramente cóncavas y están l imitadas por dos qui-llas agudas bajas; el ancho de las espiras varía entre 0,07 y 0,08 m m . Por lo general , las espiras parecen dar una y media vueltas antes de a lcanzar el ex t remo apical. Es posible que al a lcanzar este ex t remo las espirales se incurven hacia la depresión allí presente, ya que en a lgu-nos moldes se puede constatar que las quillas espirales se hacen radia-les den t ro de ella ( L á m . I, f ig. 2 ) . El espesor de la cubier ta calcárea superficial, medido en las secciones delgadas, es de a p r o x i m a d a m e n t e 0,07 m m .

OBSERVACIONES

D e acuerdo con la l i teratura a nuestra disposición Aclisíochara ''A", se correspondería es t rechamente con A. hungárica Rasky del Meso-Cre-táceo de Europa y con A. mundula Peck = Stellatochara mundula ( P e c k ) del Apt iano-Alb iano de la región de las M o n t a ñ a s Rocosas de E E . U U . D e la pr imera , con la cual parecen ser mayores las analogías, es posible que se diferencie en el ext remo apical, que no conocemos con certeza en nuestros especímenes. D e la segunda se puede dis t inguir por el n ú m e r o de espiras — 9 a 11 en A. mundula y 7 a 8 en nuestras for-mas — y en el d iámet ro del poro basal, no mayor de 0,05 m m . en A. mundula y entre 0,10 y 0,05 en nuest ro material . Es interesante señalar también que la f igura dada por Fr i t zche (192^) del ex t remo apical de Chara clliptica, de la fo rmac ión Puca en el N o r t e de Argen t ina , es m u y similar con el obtenido por nosotros median te el vaciado en termo-plástico del molde externo de una girogoni ta . Esta especie se diferen-ciaría de nuestras fo rmas en que es elíptica oblata. C o m o no se ha dado de ella ni las dimensiones ni las vistas lateral y basal, la referencia que hacemos de dicha especie es más bien in format iva . E n general , y puesto q u e no hemos tenido material de comparación para verificar las vincu-laciones sugeridas, el análisis real izado ha sido esencialmente biblio-gráfico.

Aclisíochara "B"

( L á m . I, figs. 4 - 5 )

DESCRIPCION

Rellenos pequeños de f o r m a elipsoidal m a r c a d a m e n t e prolatos va-r i ando el eje polar entre 0,34 y 0,35 m m . y el eje ecuatorial entre 0,22 y 0,25 m m . Este ú l t imo se ubica por lo general hacia el hemisfer io supe-

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rior. L a relación entre el eje polar y el ecuatorial varía en t re 1,40 y 1,59. El ex t remo basal e n a lgunos especímenes presenta u n p e q u e ñ o cuello de ap rox imadamen te 0,014 m m . de largo; en otros es obtuso. El e x t r e m o apical es t runcado y casi s iempre está enmascarado por u n depósito de mater ia l adventicio que f o r m a u n a especie de corona sobre él y es im-posible poder e l iminar sin destruir el relleno. E l n ú m e r o de espiras en vista lateral varía entre 6 y 8; el ancho de éstas podr ía ser de 0,04 y 0,06 m m . E n general , el m a l estado de conservación de los rellenos y lo reducido de su t amaño , hacen difícil la caracterización morfológica de estas formas .

OBSERVACIONES

Es posible cjue Aclistochara 'B" represente las f o rmas más peque-ñas de A. mundula Peck = Stellatochara mundula ( P e c k ) . D e acuerdo con las cifras dadas por Peck (1957), el t a m a ñ o de las f o rmas más pequeñas de esta especie desciende hasta 0,32 m m . para el eje polar y 0,28 m m . para el eje ecuatorial . Estos valores son m u y próximos a los obtenidos por nosotros, 0,34 y 0,22 m m . , respect ivamente, t an to m á s si se considera q u e nuestras mediciones se basan en los rellenos y no en las girogoni tas mismas, d o n d e necesar iamente deben ser mayores , especial-m e n t e en lo q u e respecta al d iámet ro ecuatorial . E n favor de esta asi-milación está t ambién la marcada s imil i tud que ofrecen los rellenos ob-tenidos por nosotros con el d ibu j ado por Peck (1957) en la l ámina 3, f ig. 28.

CONSIDERACIONES CRONOESTRATIGRAFICAS

D a d o que los estudios previos no han logrado evidenciar la pre-sencia de fósiles en la fo rmac ión Col imapu , su ubicación den t ro del C u a d r o Cronoest ra t igráf ico def in ido en Chile Cent ra l ha sido has ta ahora indirecta y basada f u n d a m e n t a l m e n t e en la es t rat igraf ía y en la tectónica. Según K l o h n (1957 y 1960) "Los límites m á x i m o y m í n i m o de la edad de la fo rmac ión C o l i m a p u están establecidos por la inf raya-cente formación Baños del Flaco, q u e consti tuye su base no rma l y con-cordante , y por la edad de la p r imera fase del p legamiento a n d i n o q u e afectó a esta un idad estrat igráfica", separada por tanto de la fo rmac ión Coya-Machal í suprayacente por una discordancia orogénica. Según este m i s m o autor , la edad m í n i m a de la fo rmac ión Baños del F laco sería Hau te r iv iana , mien t ras q u e el p legamiento and ino inicial q u e afecta a la formación Co l imapu sería inter-Senoniano. D e acuerdo con lo ante-rior, K l o h n ubica la fo rmac ión Co l imapu en su sentido ampl io or iginal , ent re el Bar remiano y el Coniaciano.

Según O. G o n z á l e z (1962) que ha restr ingido la fo rmac ión Coli-m a p u al m i e m b r o superior de la co lumna inicial de K l o h n (1957 y

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i960), esta formación es por el contrario concordante tanto con la for-mación Lo Valdés infrayacente como con la formación Abanico supra-yacente. La formación Lo Valdés, incluye según este autor, la formación Baños del Flaco y los miembros inferior y medio de la formación Coli-m a p u de Klohn, y sería Neocomiana Inferior. La formación Abanico, que al igual que la formación Col imapu carece de fósiles y está intruida por la diorita del Batolito Andino , sería equivalente con la formación Coya-Machalí de Klohn. Fa l tando totalmente los antecedentes paleontológicos para la ubicación cronológica precisa de las formaciones Col imapu res-tr ingida y Abanico, lo único que se puede establecer en forma segura según O. González, es que ellas son posteriores al Neocomiano Medio y previas a la intrusión del Batolito Andino . D a d o que este últ,imo sería Meso-Cretáceo según Brüggen (1950), M u ñ o z Cristi (1950 y 1962) y Ruiz et al. ( i960) , termina estimando, en fo rma tentativa, que la for-mación Colimapu en sentido restringido podría ser Neocomiana Medio-Superior ( ? ) . El miembro superior de la formación Col imapu en su sentido amplio original — equivalente con lo que O. González (1962) ha interpretado como formación Colimapu en sentido restringido — fue inicialmente asignado por Klohn (1957 y i960) al Cenomaniano-Conia-ciano.

La identificación en el tercio inferior de la formación Colimapu de Aclistochara "A" y "B", y las vinculaciones que ellas ofrecen con Aclistochara hungarica Rasky y con Stellatochara mundula (Peck) hace perfectamente posible intentar ahora, por primera vez, una datación di-recta de esta formación. Aclistochara hungarica marca en Europa las facies continentales del Cretáceo Medio (Rasky, 1945). Stellatochara mundula el Aptiano-Albiano en las facies análogas de las Montañas Ro-cosas en los EE. U U . (Peck, 1957). Según este mismo autor, el género Stellatochara se extendería sólo hasta el Albiano. Al respecto es intere-sante señalar que entre los rellenos de Carófitas obtenidos de la muestra en estudio, no se ha identificado n inguna forma referible a la familia Clavatoraceae. Este hecho es valioso, aún siendo negativo, porque la fa-milia Clavatoraceae es part icularmente frecuente entre el Port landiano y el Apt iano (Peck 1957; Mädler , 1958) y no se encuentra en el Albiano, a pesar de que se conoce una especie aislada en el Cenomaniano-Turo-niano de EE. U U . (Peck, 1957). Una de las Clavatoraceae más impor-tantes del Aptiano es justamente Atopochara tivolvis Peck, que se con-sidera una forma guía para esta edad en el Golfo de México (Peck, 1957), en H u n g r í a (Rasky, 1945), en Siria (Bellen, 1948) y en Argelia (Bär y Magné, 1955). La circunstancia de que hayamos podido vincular Aclistochara ' B" con las formas más pequeñas de A. mundula Peck, y que estas formas sean marcadamente escasas en nuestro material, donde no pasan de un 5% apunta también en la misma dirección. Según Peck (1957) ellas serían más abundantes en el Aptiano. Podría agregarse, aún , que los sedimentos de la formación Puca que llevan Chara ellip-

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tica F r i t zche en el N o r t e de Argen t ina , y que este autor señaló c o m o Cretáceo Infer ior o Super ior , se as ignan en la actual idad p re fe ren temen te al Cretáceo Medio según Groeber (ci tado por Ahl fe ld , 1957).

E n base a lo anterior , es a l t amente probable q u e las Caróf i tas fósiles encont radas en la fo rmac ión Co l imapu puedan ser Albianas. Si esto es efectivo, la edad m í n i m a de la fo rmac ión Co l imapu no podría ser ante-rior al Albiano, siendo per fec tamente posible, dado q u e la mues t ra es tudiada se ubica i n m e d i a t a m e n t e por encima del tercio infer ior , q u e ésta pueda ser aún menor . Según esto mismo, la edad de la fase intrusiva pos t -Neocomiana del Batoli to A n d i n o tampoco podría ser Mesocretácea c o m o se ha aceptado hasta ahora, sino posterior. A l respecto es intere-sante destacar q u e de acuerdo con las úl t imas de terminaciones r ad iomé-tricas de grani tos chilenos, q u e han dado valores entre 90 + 10 — 105 + 10 millones de años (Levi et al., 196}) ésta corresponder ía al Ce-n o m a n i a n o - T u r o n i a n o según la escala de K u l p (1961, p. m i ) , tal como lo había sugerido con anter ior idad M u ñ o z Cristi (1956, p. 203).

La posibilidad de q u e el intervalo A l b i a n o - C e n o m a n i a n o pud ie ra resultar m u y breve para la depositación de los mil met ros superiores de la fo rmac ión Co l imapu y los 5.000 m . correspondientes a la fo rmac ión Abanico suprayacente, tal como podría sugerir lo el hecho de que d u -rante el Bar remiano y el A p t i a n o sólo se habr ían deposi tado los 600 m . basales de la fo rmac ión C o l i m a p u — y que podría ser una objeción se-ria a nuestra datación — es sólo aparente . C o m o lo ha demos t rado re-c ientemente K u l p (1961, p. 1112), la etapa más larga del Cretáceo f u e jus tamente el C e n o m a n i a n o , q u e representó casi un tercio de todo el período, mientras que el D a n i a n o , Santoniano, Coniaciano, T u r o n i a n o , Bar remiano , Hau te r iv i ano y Va lang in iano fue ron m u y cortos, del or-d e n de unos pocos millones de años ún icamente . Concre t amen te , todo el Cretáceo Infer ior hasta el t é rmino del Ap t i ano habr ía representado en con jun to 15 millones de años; el Alb iano 10, el C e n o m a n i a n o 20, el T u r o n i a n o 2, el Coniac iano 4, el San ton iano 3 y el C a m p a n i a n o y el Maestr icht iano 9 mil lones de años cada uno respect ivamente. Es indu-dable que dent ro de este nuevo marco cronológico la si tuación an te -rior es per fec tamente factible.

CONSIDERACIONES PALEOECOLOGICAS

La tanatocenosis es tudiada está f o r m a d a esencialmente por Caró-fitas, por Ostrácodos y por restos de algas no identif icadas. Estos dos ú l t imos elementos, secundarios con respecto a las Caróf i tas , sólo han sido reconocidas en cortes delgados.

Las Carófi tas son algas radicantes sumergidas , propias de sed imen-tos arenosos o l imosos y de aguas con u n m í n i m o de circulación, sean estas l imnéticas (dulces) o mixohal inas (salobres) (More t , 1949; John-son, 1954; Peck, 1957). Ellas f o r m a n a m e n u d o extensos p r a d e ñ o s en el

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fondo de los lagos, lagunas, bordes de los estuarios y aún golfos de aguas escasamente mixohalinas. De acuerdo con la zonación que se ha estable-cido para la hidrofit ia radicante de las aguas litorales de los lagos, las Carófitas constituyen la zona basal inmediatamente por bajo de la de Potamogeton que marca el límite de penetración de las fanerógamas. La zona de Carófitas se inicia, por lo general, a 6 m . de p rofundidad y puede extenderse hasta los 25, en los límites mismos de la zona fótica. Por debajo de esta zona y hasta la profundidad de 60 m . sólo prosneran-algunos musgos. Cuando el cuerpo de agua tiene estratificación, las Carófitas pueden pasar del epil imnion al hipol imnion, disminuyendo sólo su frecuencia (Arévalo, 1929, pág. 69 y 119). Según Johnson (1954) una elevada oxigenación del agua no sería esencial para estas plantas, pero sí el grado de transparencia (grado de turb idez) . El aumento de la turbidez tiende a reducir la zona fótica, disminuyendo la abundancia de fitoplancton y de algas rizobentónicas sumergidas (Emery y Stevenson, 1957, p. 690). La depositación del material en suspensión sobre la hidro-fitia del fondo tiende a inhibir su desarrollo y provocar su desaparición (Dahl , 1948, p. 133). Con respecto al p H , las Carófitas pueden vivir tanto en aguas alcalinas como débilmente acidas, pero son más abundantes en las aguas alcalinas ( W o o d , 1952, p. 319-320). Dado que no se han indicado valores concretos de p H , es posible que las aguas débilmente acidas de Wood deban interpretarse como muy vecinas a las neutras de Krumbe in y Garrels (1952) entre 7 y 7,8 o, aún, de Chill inger (1955) entre 6,6 y 7,2. Según lo establecido por Spurway (1941) en Chara vul-garis el p H óptimo podría ubicarse entre 7,5 y 8,5. D e cualquier manera el p H no podría ser marcadamente inferior a 7, que es el m í n i m o reque-rido para la depositación del carbonato de calcio (Pet t i john, 1957, p. 600). E n relación con la salinidad se ha citado Carófi tas viviendo en aguas oligohalinas y mesohalinas con una salinidad máxima de 6 por mil en el Golfo de Bothnia, Mar Báltico (Segerstrále, 1957, p. 788-789) y de 7-10 por mil en el Lago Varna , Bulgaria (Caspers, 1957, p. 853). Las Carófitas pueden tolerar también elevadas concentraciones de car-bonato de calcio (Olsen, 1944). Esto último estaría en relación directa con su capacidad para depositar carbonato de calcio en ciertas partes de su organismo, proceso que se vería facilitado ya sea por la remoción de CO2 del sistema durante la fotosíntesis (Blinks, 1951), o bien, me-diante la obtención directa de CO2 a partir del bicarbonato de calcio en solución, tal como pueden hacerlo las Diatomeas y algunas otras algas incrustantes (Pet t i john, 1957, p. 411; Revelle y Fairbridge, 1957, p. 262). Los Ostrácodos pueden ser marinos, mixohalinos o limnéticos y parecen haber preferido los fondos limosos o f inamente arenosos cubiertos de vegetación, que son generalmente más ricos en materia orgánica, de la cual se al imentan (Grekof f , 1956, p. 81).

En general, la mayoría de los Ostrácodos vive sobre o muy cerca del fondo y en algunos casos, en los pocos milímetros superiores del

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fango mismo, donde ellos hozan y se entierran después de alimentarse (Tressler, 1957, p. 1161). Los ostrácodos bentónicos preferirían los fon-dos con elevado contenido de oxígeno, aunque su falta parece no afec-tarlos de manera especial ( K u m m e r o v , 1959). Según algunos autores (Loomis, 1903; Ulr ich y Bessler, 1923) los Ostrácodos podrían vivir aún en ambientes euxínicos.

En base a los hechos anteriores, ateniéndose a la terminología re-comendada por el "Simposio sobre aguas Salobres" de Venecia (1958) y la reciente presentación en español de los principales conceptos sobre Ecología Acuática Continental realizada por Ringuelet (1962) se pue-de concluir entonces que es muy probable que la biocenosis con predo-monio de Carófitas y Ostrácodos, cuyos restos se han encontrado en la parte inferior de la formación Colimapu, se haya desarrollado en un biotopo léntico de aguas l igeramente mixohalinas o limnéticas, poco pro-fundas —no más de 25 m.— con escaso tripton, con abundante carbo-nato de calcio en disolución y con importantes aportes pluviales o de afluentes dulceacuícolas. El p H debió ser neutro o l igeramente alcali-no. El complejo biológico habría estado constituido esencialmente por zooplancton —el cual raramente logra fosilizar— y por una hidrofitia radicante de Carófitas, con la cual es posible que se hayan asociado tam-bién algunos organismos perifíticos y aun endobentónicos, como pare-ce sugerirlo la presencia de Ostrácodos. La existencia de estos mismos organismos sugiere, además, que el contenido de materia orgánica en los sedimentos fué de cierta importancia y que hubo afluencia de oxí-geno hacia el fondo, de modo que la superficie de oxidación-reducción pudo haber estado situada inmediatamente contigua a la interfase agua-sedimento.

Un ambiente de este tipo y con estas características, pudo haber es-tado representado por el borde interno de los estuarios, por lagunas cos-teras (albuferas) y, aun, lagunas de escasa profundidad , siendo perfec-tamente posible que estos diversos biotopos hayan podido estar engar-zados en una sucesión de carácter distrófico condicionada geológicamen-te.

Lo sorprendente de este análisis es que las características ecológi-cas deducidas para la posible biocenosis original resultan, en últi-mo término, contradictorias con los antecedentes ecológicos sugeridos oor las características litológicas de la muestra estudiada. Por de pron-to, el acentuado color rojo-morado que caracteriza a la muestra sugie-re un ambiente con muy escaso contenido de materia orgánica (Kos-sovskaja y Choutov, 1957, p. 251; Weller, i960, p. 134), al tamente oxi-dante (Pet t i john, 1957, p. 629) y de aguas lénticas temporarias o lóti-cas agitadas, cuando ellas intervienen; como ha señalado Hutch inson (1957, p. 699) es muy poco probable que los sedimentos de un cuerpo de agua estable y marcadamente léntico puedan ser oxidantes. Siendo conocido aue las Carófitas y los Ostrácodos pueden transgredir

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las facies por redepositación isocrónica (Shopf , 1957, p. 703; A g n e w , 1957, p. 931), lo más probable entonces, es q u e el b iotopo original de estos organismos no se haya extendido den t ro del área de la localidad típica de la fo rmac ión Co l imapu , con la cual sólo habr ía sido conti-guo, de tal mane ra q u e la tanatocenosis es tudiada representar ía esen-cia lmente una "orictocenosis" secundaria , con u n m í n i m o de diacronis-m o con respecto a la p r imera .

D e acuerdo con lo anter ior , y dado que el color ro jo -morado de los sedimentos es prác t icamente u n i f o r m e a lo largo de toda la fo rmac ión Co l imapu ( O . G o n z á l e z , comunicac ión verba l ) , es posible a u n que la situación anterior tenga valor general , y que la mayor par te de los se-d imentos de esta fo rmac ión sean esencialmente cont inentales . Los sedi-mentos propios de facies lacustres y transicionales normales q u e involu-cra la existencia de las Caróf i tas , de estar representados, serían margi -nales y estarían engranándose la tera lmente con los de la fo rmac ión Co-l imapu en su localidad típica, especialmente hacia la base.

CONCLUSIONES

Las amplias posibilidades puestas en evidencia por el estudio preli-mina r de las Caróf i tas fósiles encontradas en la fo rmac ión Co l imapu y la necesidad de ampl ia r y con f i rmar las conclusiones a lcanzadas , hace a l tamente recomendable : 1) Real izar el mues t reo sistemático exhaust ivo de la fo rmac ión Coli-

m a p u como base para u n estudio micropaleontológico más ampl io . 2) Impulsar el conocimiento de los microfósiles que podr ían estar pre-

sentes en el resto de las formaciones que se h a n correlacionado con la fo rmac ión Co l imapu .

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LAMINA 1

Figs . 1-3, 6-7. Aclistochara "A"

1-3. Vista lateral y basal del relleno de la g i rogoni ta ; aprox. X 40. Regis t ro C U M - 1 - R.

2. Vista superior de la girogonita según un vaciado en termoplást ico; aprox. X 40.

6. Sección longi tudina l mos t r ando el rel leno silicificado; falta la cubier ta calcárea; aprox. X 65. Registro C U M - 1 - S D .

7. Sección longi tud ina l m o s t r a n d o la cubier ta calcárea de la g i rogoni ta y el comienzo de la silicificación del re-l leno; aprox. X 65. Regis t ro 0 U M - 2 - S D .

Figs . 4-5. Aclistochara "B"

4. Vista lateral del relleno de la g i rogoni ta ; fo rmas con el ex t remo basal obtuso; aprox. X 40. C U M — 2 — R .

5. Vista lateral del relleno de la g i rogoni ta ; fo rmas con el ex t r emo basal con u n pequeño cuello; aprox. X 40. Regis t ro C U M - 3 - R .

L A M I N A I