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Publicación Peronista Digital - Año 3 - Nº 29 - Río Cuarto (Córdoba) Primer semestre 12 años después, el peronismo vuelve a gobernar Río Cuarto. Juan Manuel Llamosas demostró en la recta final de la cam- paña la habilidad suficiente para sumar a todos quienes si- guen confiando en un rol activo del Estado a la hora de equili- brar las injusticias sociales.

Peruca nº 29

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Publicación Peronista Digital - Año 3 - Nº 29 - Río Cuarto (Córdoba)

Primer semestre12 años después, el peronismo vuelve a gobernar Río Cuarto. Juan Manuel Llamosas demostró en la recta fi nal de la cam-paña la habilidad sufi ciente para sumar a todos quienes si-guen confi ando en un rol activo del Estado a la hora de equili-brar las injusticias sociales.

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12 años después, el peronismo vuelve a gober-nar Río Cuarto. Juan Manuel Llamosas demostró en la recta final de la campaña la habilidad sufi-ciente para sumar –tal como lo dijimos la semana anterior- a todos quienes siguen confiando en un rol activo del Estado a la hora de equilibrar las injusticias sociales.La campaña fue módica en promesas y rica en implícitos. A pocos días del comicio, todas las encuestas hablaban de un triunfo del candidato de Unión por Córdoba por una diferencia que oscilaba entre los 4 y los 6 puntos. El oficialis-mo apeló entonces a la figura de Mauricio Macri. Después de cuatro años de la anterior elección comunal, durante los cuales radicales, juecistas y socialistas se burlaron de la falta de arraigo local del por entonces gobernador José Manuel De la Sota, terminaron cometiendo el mismo errorLa ya cínica perspectiva que el PRO tiene de la situación económica del país fue vital para que Llamosas ampliara hasta los 14 puntos la dife-rencia con Juni. Quedó claro –en especial, tras el

spor de Macri- que o los amigos de Durán Bar-ba le recomendaron al presidente sepultar a sus aliados radicales o simplemente les interesó tres pitos preguntarse cuál es la idiosincrasia del rio-cuartense medio. Lo concreto es que el mensaje del único presi-dente del planeta que sigue en funciones luego de que se le detectaran cuentas en un paraíso fiscal, generó dos actitudes muy claras de un ra-dicalismo que –aún frente a la perspectiva de perder las elecciones- había resuelto votar con la nariz tapada al candidato elegido. Por un lado, un grupo importante de esos votantes se incli-nó por una tercera fuerza, en especial por “Res-peto”, una agrupación de ONGs con mayoritaria presencia de quienes en un pasado no tan lejano formaron parte de las agrupaciones de la izquier-da más tilinga de la ciudad o del radicalismo mas “progresista”, si es que lo hay.Otro grupo importante se quedó en casa, por lo que la elección del domingo se transformó en una de las que mayor porcentaje de ausentes registró

Primer semestre

UNIÓN POR CÓRDOBA: Juan Llamosas será el segundo intendente peronista desde el ‘83.

ELECCIONES EN RÍO CUARTO

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en la historia reciente de la democracia local. Al final, Llamosas ganó con un 2% más de votos de los que sumó Miguel Minardi en el 2012. Ni siquiera alcanzó el porcentaje de votos al que si llegó Juan Juré cuando buscó su reelección. A ningún peronista le importó demasiado. Y aunque Juan Schiaretti y José Manuel De la Sota discreparon en público y en privado acerca del rol de Macri en el resultado final, lo concreto es que Llamosas sabe que necesita de ellos y de todos para que este viento de cola que lo catapultó a la intendencia no cese en los próximos cuatro años.A diferencia de lo que decía Perón (“ No es que nosotros hayamos sido buenos. Sino que los que vinieron después fueron tan malos que nos de-jaron como buenos a nosotros”) el electo jefe comunal deberá señalar: “No es que seamos muy buenos. Los que nos precedieron fueron pési-mos”. Llamosas comenzó bien: no dudó en armar un ga-binete en el que privilegió dos virtudes que difí-

cilmente pudo encontrar al confeccionar la lista de concejales en conjunto con otros sectores: : se rodeo de gente que le es leal y de funcionarios con experiencia intachable. Seguramente habrá varios que se sentirán excluidos. Deberán espe-rar: en estos primeros seis meses Llamosas se juega su gobierno y su futuro político. Demasiado como para andar mirando de reojo cómo juegan aquellos con los que no se siente cómodo, ya sea por razones políticas o personales. La definición de la emergencia vial, el estableci-miento de una política de personal que trate de respetar al que trabaja y alejar al que sólo pasa por el municipio a cobrar su sueldo, la suerte del plan de viviendas de Jure y la relación con CO-TRECO y todos los involucrados en el tema resi-duos se definen antes de fin de año. Y, en térmi-nos políticos, de la fortaleza y la convicción de las medidas que tome Llamosas para que el Estado sea eficaz, en mucho dependerá el humor social de los cuatro años de su gobierno.

CONFERENCIA DE PRENSA: El martes, dos días después de ganar, el intendente electo, Juan Manuel Llamosas, brindó una conferencia. Confirmó que en los primeros días dicatará la emergencia vial.

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Ya nos hemos referido en varias oportunidades a las enormes dificultades que tuvo el kirchnerismo en la pro-vincia para hacer pie.Salvo cuando Unión por Córdoba estuvo ausente en el proceso electoral, en 2011, tras las PASO, el Frente para la Victoria (más allá del nombre que utilizara en cada oportunidad) no pudo nunca quebrar la barrera del 20% de los sufragios.El año anterior, cuando la elección nacional aún era una incógnita, la dirigencia K de Córdoba capital fue incapaz de hilvanar una propuesta conjunta en función de la elección del jefe comunal de la Docta.El resultado fue horripilante: las “Orgas” llevaron como candidato al ex viceintendente de Luis Juez y ex inten-dente, Daniel Giacomino. El también ex radical se trans-formó en el único jefe comunal en la historia de Córdoba que al intentar volver al cargo por la vía electoral no pudo obtener ni siquiera un concejal.Los demás kirchneristas apostaron a la figura mediática de Tomás Méndez. No les fue mal. Obtuvieron un intere-sante segundo puesto, aunque nada hace presagiar que desde ese sector se pueda proyectar un armado político más perdurable en el tiempo que el que supo lograr el ahora “asilado” en la embajada argentina de Ecuador, el ya citado Juez.El PJ obtuvo un poco meritorio tercer puesto, con Este-ban Dómina a la cabeza. Todo dado, entonces, para au-gurar que mientras el peronismo no encuentre la forma de reunificarse detrás de un nuevo conductor, la capital provincial le seguirá siendo muy esquiva.Ya analizamos como Juan Manuel Llamosas fue cerrando, prácticamente sin ofrecer nada a cambio, con los distin-tos sectores del peronismo riocuartense. Augurábamos así que el candidato tenía asegurado al menos el 44% de los votos de toda la ciudadanía que obtuvo Miguel Mi-nardi en la elección del 2012. No nos equivocamos. Quienes fueron candidatos a inten-dente desde sectores que en 2015 acompañaron la pos-tulación de Daniel Scioli, cuatro años atrás no formaban parte del Frente para la Victoria. Enrique Novo secundó al radical disidente Eduardo Scoppa, Luciano Giuliani dijo ser “prescindente” (en la única elección local en la que formalmente participó el FPV) y Tonelli no tuvo mayor

participación pública. Con el PJ cerrando filas detrás de Llamosas, quedaban en danza los votos de los radicales enojados y el de los sectores de la antipolítica. Pablo Carrizo y su discurso de ONG los receptó. Si había un voto “K” suelto, Novo no lo supo integrar con sus humoradas y menos aún con su definición de “ni radical ni peronista”. Tonelli, quien pare-cía uno de los candidatos mejor preparados para aspirar a la intendencia, no encontró (como sí Carrizo) una for-ma de superar la falta de recursos económicos. Y tampo-co pudo proyectarse como alternativa para los sectores etarios más jóvenes. Finalmente, Buguy Giuliani fue coherente con la postu-ra que lo caracteriza desde hace un tiempo prolongado: participó sin que importen ni los resultados ni la imagen que proyecta hacia el resto de la comunidad. Lejos estu-vo de la postura de otros kirchneristas que ya en diciem-bre habían anticipado que sólo iban a impulsar una lista propia si esta podía asegurarse (con la relatividad que este verbo encierra) el piso del 12% que el FPV obtuvo en los distintos comicios el año pasado en la ciudad. Sólo Alberto Cantero y algún dirigente gremial podían disputar esos votos. Cuando esas alternativas se caye-ron, quedó claro que el grueso del sector iba a mirar lo sucedido con Giacomino y con Méndez en Córdoba. No hubo dudas entonces: esa mayoría “K” se abstuvo de construir cualquier alternativa que pudiera entorpecer la marcha de Llamosas hacia la intendencia. “Teníamos todo para perder y nada para ganar” sintetizaron. En general, no hubo acuerdos preelectorales con el ahora intendente electo. Sólo algunos implícitos. Los mismos que el candidato de Unión por Córdoba deslizó con La Cámpora cuando ésta pretendió convencerlo de que era la “orga” con mayor poder de convocatoria en la ciudad. A Unión por Córdoba, en realidad, no le interesó jamás acordar con sectores que ni siquiera aceptaron integrar-se a la nueva conducción del PJ provincial. En ese contexto, la idea de presentarse como los “únicos representantes de CFK en Río Cuarto” le volvió a jugar en contra al sector que se asumió como el “Frente por la Trapalanda”. Terminó noveno entre nueve, y soldando definitivamente las tapas del cajón del FPV en la provin-cia.

NovenosELECCIONES EN RÍO CUARTO

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La ruta del peronismo cordobésA fines de marzo de 2003, Néstor Carlos Kirchner recorrió en un auto particular la ruta 158 que una San Francisco con Villa María y Río Cuarto.Al volante iba Jorge “El Zurdo” Montoya, un de-lasotista todoterreno, elegido por el gobernador para acompañar al candidato presidencial bende-cido por Eduardo Duhalde. Cuando llegó a Río Cuarto, donde gobernaba Al-berto Cantero, Kirchner respiró aliviado. La to-rrencial lluvia que había dejado atrás y el pésimo estado de la ruta lo habían llevado a pensar que esa ruta que unía tres de las cinco ciudades más importantes de Córdoba podía transformarse en el punto final de su vida.Un poco más relajado, enfrentó a la prensa con una promesa inesperada: si llegaba a la presiden-

cia de la Nación iba a ordenar entre sus primeras medidas la repavimentación de la ruta. No parecía estar especulando electoralmente: igual a nadie le resultó extraño el anuncio cuando faltaba poco menos de un mes para los comicios nacionales. Los intendentes de Villa María, Eduardo Accaste-llo, y de Río Cuarto –al igual que José Manuel De la Sota- habían manifestado un muy tibio apoyo a la candidatura del por entonces gobernador de Santa Cruz. Aunque no lo decían públicamente, el fantasma menemista (como quedó probado en la primera vuelta) revoloteaba fuerte en la cabe-za de los jefes comunales. En San Francisco, el radical Madonna dudaba entre el candidato ofi-cial de su partido y Lopez Murphy. En Córdoba, el impresentable Germán Kammerath no tenía

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tantas dudas. Lo concreto es que a pesar de las promesas via-les, Kirchner no tuvo un desempeño electoral ni siquiera digno en toda la provincia (no llegó al 5%) pero igual cumplió con colocar a la ruta 158 entre las prioridades de su gestión. No fue una gran obra. La ruta se repavimentó, pero por su paso continuo por diversas localida-des, se transformó en una vía extremadamente lenta. Durante el 2015 todos los candidatos pre-sidenciales que tenían un mínimo de información al respecto, prometieron transformarla en una autovía.De concretarse, esta vez unirá tres ciudades go-bernadas por el Justicialismo. Aunque con mati-ces muy diferentes. San Francisco tiene como intendente a un licen-ciado en administración rural de 46 años. El ex bancario Ignacio García Aresca sucedió interi-namente en el cargo a Martín Llayllora cuando este asumió como ministro de Industria. Pero fue ungido de manera definitiva por el voto popular en julio de 2015. Llayllora, quien en el 2003 fue electo concejal, hoy es vicegobernador de la pro-vincia.En Villa maría, Martín Gill ya había sido intenden-te interino en aquellos años, cuando Accastello asumió como Ministro de Gobierno. Luego, rea-lizó una carrera meteórica en el ámbito académi-co y político universitario. Abogado de profesión, Gill fue rector de la Universidad de VillaMaría, llegó a presidir el Consejo Interuniversitario Na-cional, fue nada menos que Secretario de Polí-ticas Universitarias y, cuando muchos pensaban que su carrera política iba a concentrarse en los claustros académicos, aceptó secundar a Caroli-na Scotto en la lista de candidatos a diputados nacionales por el Frente para la Victoria. Fue, a no dudarlo, la gran revelación de la elección del 2013. Cuando nadie lo esperaba, el FPV alcanzó el tercer lugar y Gill se quedó con una banca. Sólo el respeto a la trayectoria de Accastello y la nece-sidad de asegurar la victoria del kirchnerismo en Villa María lo privó de ser el candidato a goberna-dor del espacio u encabezar su lista de senadores nacional. En Río Cuarto, un hombre que no surgió del dela-sotismo terminó siendo el candidato a intenden-te del gobernador. Juan Manuel Llamosas con sus 41 años sabe que haber roto la hegemonía radical

en la segunda ciudad de la provincia, lo proyecta a nivel provincial y nacional como una nueva fi-gura política de Unión por Córdoba. El PJ de Río Cuarto no aporta un dirigente de peso a nivel na-cional desde las épocas de Humberto Roggero, más allá del protagonismo que le cupo a Cantero como diputado nacional y, en menor medida, a Eduardo Di Cola como titular del Correo Argenti-no. Hechas las excepciones, hasta resulta difícil recordar los nombres de quienes representaron a la ciudad en el Parlamento e incluso que el ex tenista Agustín Calleri ocupa en la actualidad un escanio. En ese marco, no resulta extraño que el pasado domingo los tres (junto al intedente de La Calera, entre otros) estuvieran en el festejo del peronis-mo riocuartense. La mayor sorpresa la representó Gill: desde el 2007 ningun referente de Villa Ma-ría integra las listas de Unión por Córdoba. Pero el propio intendente se encargó de hablar de la felicidad que le inspiró el triunfo de Llamosas y su participación en el acto en el que el gobernador Juan Schiaretti trató de desnacionalizar la victo-ria peronista para no ofender al presidente y em-presario de las cuentas off-shore. Gill aceptó el rol. Al día siguiente, en el programa “La tarde” que por C5N conduce Víctor Hugo Mo-rales- Iván Schargrodsky le preguntó a Llamosas si había visto mal o era el intendente de Villa Ma-ría quien sonreía al lado de él y del gobernador en el palco de Estudiantes. Llamosas prefirió no decirlo expresamente y, en su única respuesta dubitativa, mencionó tres veces en medio minuto su propia pertenencia al espacio delasotista y su relación personal con Schiaretti.Cuando ya Llamosas no estaba al aire, Schar-grodsky recoordó a propósito de Gill y del pro-pio Llamosas una anécdota que “pinta entero” a cualquier intendente que se precie de defender a su gente: “Un día Hugo Curto me dijo de otro jefe comunal: “Tenía proyectado construir tres puen-tes en su ciudad. Se peleó con el gobernador ¿Sa-bés cuántos pudo hacer?. Ninguno.””En otras palabras, García Aresca (o Llaryora, como se prefiera), Gill y Llamosas saben que ya tienen un espacio en el armado del peronismo cordobés que apuesta al futuro. Pero hoy el presente pasa por otro lado. El de juntarse para la foto.

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Carta a José (López)

Hola José:Yo sé que alguno me va a mirar dentro de un rato mien-tras hago la cola del banco. Me va a mirar por vos, José, por las bolsas llenas de dólares que revoleabas ayer.Y me va a mirar a mí como si yo fuera un chorro. La puta que te parió, José. ¿Sabés para qué tengo que hacer la cola del banco? Para sacar de mis ahorros, porque no tengo laburo, y con los ahorros pagar mis impuestos, la puta que te parió. Porque yo laburé y pago impuestos. ¿Y sa-bés cuántos que siguen bancando y pagando impuestos van a tener que explicar que el kirchnerismo no fue una banda de delincuentes, José? Todos vamos a tener que explicarlo, la puta que te parió. Por vos. Y la mitad del país no nos va a creerr. ¿Para qué querías tanta plata? ¿Y los relojes, la puta que te parió? ¿Cuántos relojes pensa-bas ponerte en el brazo? ¿Tanto te importa la hora? ¿Sa-bés que hora es ahora? La hora de que los se robaron el país, esos que siempre se robaron el país, los que volvie-ron para robárselo de nuevo, aprovechen que vos sos un chorro y un idiota para venderles a los que están ávidos de creer que no se equivocaron cuando votaron la Revo-lución de la Alegría que están mejor con este gobierno, la puta que te parió. ¿Sabés la canti dad de gente que ti e-ne que sobreponerse todos los días a esta amargura y la sigue luchando, José? Mientras vos andabas por ahí sin saber dónde poner las bolsas de dólares esa gente se desvive para organizarse, para reunirse, para juntar ener-gías, para no rendirse, la puta que te parió. Montones de viejos, montones de pibes jóvenes, montones de madres que usan ti empo y energía que no les sobra para ver si es posible recuperar aquel país que daba laburo, que daba dignidad, que daba alegría. Gente decente y trabajadora, la puta que te parió. No como vos que sos un chorro de cuarta. ¿Qué te creíste, José? ¿Cuántos dólares creíste

Por Carlos Barragán

que te merecías por cada escuela que levantaste? Qué ti po de mierda que sos, José. Usaste el privilegio que tu-viste, el privilegio de construir para el pueblo, en un pri-vilegio para llenarte de guita sucia. Transformaste lo que fue un acto de justi cia, un acto de reparación, un acto que dignifi caba a nuestra gente en un delito. Si serás im-bécil, la puta que te parió. Un chorro tan imbécil que lo-graste que estos que llegaron para robarse la jubilación, los programas de inclusión, los fondos en el banco cen-tral, la comida de los pibes, los que vinieron para robar para los fondos buitres parezcan buena gente que lucha contra la corrupción. ¿Qué querías hacer con toda esa guita, José? ¿Pensaste que te la merecías? ¿Pensaste que entre tantos miles de millones que manejaste esa guita era poca, era “un vuelto”? Qué pedazo de hijo de puta que sos. ¿No pensaste que nosotros no nos merecíamos que vos estuvieras robando dentro del gobierno que defendíamos? ¿No te importó que mientras nos acusa-ban injustamente de chorros vos estuvieras robando de verdad? A vos no te importa nada, José. Ya lo sé. Vos en la cabeza tenés mierda. ¿Cuántas casas pensabas com-prarte con esa guita? ¿Cuántos autos? ¿Cuántas piletas de natación? ¿Cuántas botellas de whisky? ¿Cuántos zapatos italianos, tarado? ¿Cuánto caviar, boludo? Y la ametralladora, José. Qué vergüenza. Qué pelotudo, vos con una ametralladora encima. ¿A qué estabas jugando? ¿No lo sabés, no? Yo tampoco. Pero sí sé con qué estabas jugando. Estabas jugando con un montón de personas que seguimos poniendo nuestros nombres y nuestras caras por tener un país más justo. Jugaste con nosotros y ahora hacés que paguemos con vos por tus delitos. Por momentos tengo ganas de decirte que ojalá te mueras, José. Pero sabés qué, no te deseo nada. Arreglate como puedas. Que tu vida estúpida siga como sea. A nosotros no nos sobra nada como para andar gastándolo en vos. Y vamos a tener que seguir luchando por un país más justo, a pesar de que un ti po como vos se mezcló con nosotros. Y que nunca se te ocurra pensar que fuiste uno de nosotros. Vos no sos nadie, José. Porque vos robando para construir sos peor que los que hoy destruyen para robar.

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Cuando vemos que un tipo, sea un funcionario del gobierno o sea un particular, le roba al Esta-do, debemos entender que ese fulano nos está afanando a todos. En especial, le está robando a los más pobres, es decir a quienes más necesitan de las políticas sociales para sobrevivir. No im-porta ni el monto ni la forma en la que se produce ese choreo: puede ser por quedarse con parte del sobreprecio en una obra pública o porque evade impuestos fugándolos al exterior. En ambos, ca-sos, las consecuencias de esas conductas generan hambre, muerte, injusticia. Por ello, este tipo de delitos no sólo debería ser imprescriptible sino equivaler a un crimen de lesa humanidad. Y, de ser factible, los hallados culpables deberían ser colgados en la plaza pública. Y si se trata de fun-cionarios que se refugiaron en un gobierno popu-lar para ocultar su accionar, el castigo debería ser lisa y llanamente la lapidación. Porque los casos de corrupción de un gobierno popular son utiliza-dos para hacer mierda el proyecto político. Y eso no tiene perdón de Dios ni del pueblo.

ImperdonablePor Osvaldo Da Costa

EL CHISTE DE LA SEMANA