Prediccion de la sintomatologia a partir del estres.PDF

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  • 8/11/2019 Prediccion de la sintomatologia a partir del estres.PDF

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    Revista de Psicopatologfa y sicologa Clnica

    2000, Volumen 5. Nmero 3, pp. 165-178

    Asociacin E spaola de Psicologa Clnica y Psicopalologa AEPCP)

    ISSN 1136-5420/00

    PREDICCIN DE LA SINTOMATOLOGA SOMTICA A PARTIR DEL

    ESTRS DIARIO: UN ESTUD IO PROSPECTIVO CON TROLANDO EL

    EFECTO DEL NEU ROTICISMO

    MIGUEL A. SANTED, BONIFACIO SANDN, PALOMA CHOROT

    y MARGARITA OLMEDO

    Universidad Nacional de Educacin a Distancia

    Aceptado el 10 de febrero de 2000 )

    En este estudio prospectivo se analiza el potencial explicativo-predictivo del estrs

    diario sobre la sintomatologa somtica posterior una vez que el neuroticismo ha sido

    controlado estadsticamente, eliminando as el supuesto papel contam inante q ue esta

    variable ejerce en dich as relaciones. Los resultados supo nen un apo yo a la validez pre-

    dictiva del Cuestionario de Estrs Diario CED 44), un in strum ento p sicom trico dise

    ado para la evaluacin de las contrariedades diarias

    hassles).

    Au n considerando el

    criterio de exigencia de control del efecto del neuroticismo en las relaciones entre el

    predictor y el criterio, el CED-44 resulta eficaz para predecir, de forma significativa, la

    sintomatologa somtica posterior.

    Palabras clave: Estrs diario, contrariedades, sntomas, neuroticismo.

    The daily stress predicts soma tic symp toms when pre-existing neuroticism

    is accounted for

    This study tests the hypothesis that the reported relationships between daily stresshassles) and somatic sym ptoms are primarily a function of contam ination by ne uro

    ticism. In this respect, a prospectivo study w as condu cted to investgate wh ether mino r

    stressful life events predict subsequent somatic symptoms when pre-existing neuroti

    cism is accounted for. Results of this research indicated that Daily Stress Questionnaire

    CED-44) scores significantly predicted subsequent symptoms, after neuroticism were

    controUed statistically in hierarchical mltiple regression analyses.

    Key words: Daily stress, hassles, symptom s, neuroticism.

    INTRODUCCIN

    El estrs diario o contraried ades diarias

    hassles

    ), uno de los principales

    constructos existentes dentro del mbito

    del estrs psicosocial , cuenta con un

    importante volumen de investigacin que

    lo vincula a distintas variables de salud

    objetiva

    y

    subjetiva

    Sand n, Chorot y

    Santed, 1999). En este segund o caso, los

    estudios que han relacionado esta medi-

    Correspondencia:Miguel A. Santed, UNED, Facul

    tad de Psicologa, Dpto. Psicologa de la Personali

    dad, Evaluacin y TYatamiento Psicolgicos, Ciudad

    Universitaria s/n., 28040 Madrid. Tfno.: 913 987 639,

    Fax: 913 986 298, Correo-e:[email protected]

    da de estrs con autoinformes de salud

    fsica quejas de sal ud o snto m as som

    ticos) o psicolgica, ajuste, etc., han sido

    objeto de una cierta controversia terica

    y emprica referida al denominado

    pro

    blema de la confusin o circularidad) de

    medidas

    problem a qu e, por cierto, afec

    ta a una gran diversidad de variables de

    estrs psicosocial y que supone una am e

    naza a la validez de c onstructo y a la vali

    dez predict iva de dist intas medidas de

    estrs psicosocial).

    As , puede presentarse c i rcular idad

    explcita

    cuando se produce una redun

    dancia de tems en los dos tipos de medi

    das predictoras y criterio) o bien pu ede

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    Miguel A. Santed, Bonifacio Sandn, Paloma Chorot y Margarita Olmedo

    darse una circularidad implcita cuando

    las relaciones entre ambas variables son,

    en mayor o menor grado, reflejo de una

    tercera var iable suby acen te Lazarus ,

    DeLongis, Folk m an y Gruen, 1985). Aho

    ra bien, distintos grupos de investigacin

    han entendido y t ra tado e l problema de

    esta tercera variable de distinta manera.

    As , e l grupo de D ohr enw end Dohren-

    wend , Dohrenwend , Dodson y Shrou t ,

    1984), como parte de u na po lmica man

    tenida con el grupo de Lazarus sobre la

    confusin de medidas exis tente en las

    invest igaciones que es tos l t imos l leva

    ban a cabo sobre el estrs diario con la

    Hassles Scale HS) de Kanner, Coyne,

    Schaefer, y Laza rus 1981), ade m s de

    cri t icar la exis tencia de c ircular idad

    explcita, es decir, redund anc ia de tems

    del predictor con el criterio de salud uti

    lizado en conc reto laHopkins Symptom

    Check List

    HSCL

    de Derogatis, Lip-

    m an, Rickels , U hle nh uth y Covi; 1974) ,

    exp l ica ron la p resenc ia de una d imen

    sin suby acen te que ellos cifraron en la

    presencia de distress opsicopatologa en

    el predictor, la HS) a partir de las carac

    tersticas del formato de las instruccio nes

    y de las opciones de respuesta de la HS

    de Kanner et al. Dohrenw end y Shrout ,

    1985). De este mod o, se prod ucir a un a

    redu nda nc ia exp l c i ta e impl c i ta de l

    pre dic tor HS) con el criterio HSCL).

    Posteriormente, y siguiendo estos plante

    amientos , d is t in tos grupos de invest i

    gacin han abordado el problema de la

    c i rcu la r idad en tend indolo como una

    consecuencia de los aspectos formales de

    las medid as d e estrs y, tratando de m ejo

    rar, en consec uencia, dichos aspectos.

    En el presen te trabajo, en el que se pre

    tende anal izar la val idez predic t iva del

    Cu estion ario de Estrs Diario CED) San

    ted, Chorot y Sandn, 1991) sobre la sin-

    tomatologa somtica , y puesto que los

    posibles problemas de confusin de

    medidas der ivados de los aspectos for

    males comentados an te r io rmente han

    sido a tendidos convenientemente en su

    construcc in vase el apartado ded icado

    al ins trumento) , nos centraremos ahora

    en el anlisis del que, posiblem ente, es el

    ms elaborado argumento crtico sobre la

    circularidad implcita en las medidas de

    estrs psicosocial: el que rea lizan W atson

    y Penneb aker 1989) para un tratamien

    to ms amplio del problema de la confu

    sin de medidas, tanto en el nivel teri

    co como em prico, vase Santed, 1995 y

    Santed, Sandn y Chorot, 1996,1998). En

    este caso, como veremos a continu acin,

    la presencia de circularidad implcita se

    plantea como algo inde pen dien te de las

    caracter s t icas formales de las medidas

    de estrs.

    W atson y Penn ebaker 1989) cuest io

    naron e l s ignif icado de muchos de los

    hallazgos obtenidos por los estudios que

    anal izan las re laciones entre dis t in tos

    estresores psicoso ciales y la salu d fsica,

    resu l tados que ind ican , genera lmente ,

    que d ichos factores d e estrs estn co rre

    lacionados con varios indicadores de

    salud. Estos autores sugir ieron que

    muchas corre laciones es trs-salud pue

    den estar infladas de forma es puria a cau

    sa de la influencia comn del nevu-oticis-

    mo o de otras variables de afectividad

    negat iva AN), cua ndo am bas, es trs y

    variables de salud, son medidas a travs

    de autoinformes. Adems, su cr t ica se

    centra, sobre todo, en la salud fsica. En

    sntesis, el argumento de estos autores se

    fundamenta en que, segn la revisin que

    realizan de la bibliografa, las escalas de

    autoinforme de salud se relacionan baja

    o m ode rada m ente con salud objet iva

    determinada por variables tales como las

    visitas al m dico, el absentism o po r razo

    nes de sa lud, marcadores biolgicos de

    sa lud /enfe rmedad , hosp i ta l izac iones ,

    mortalidad, etc.) , por lo que parece que

    dichas escalas poseen dos fuentes distin

    tas de varianza, una relacionada c on ver

    dadera varianza de salud objetiva y otra

    que representa medid as de salud subjeti-

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    Prediccin de la sintomatologa somtica a partir del estrs diario

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    va que, al menos parcialmente, refleja

    percepciones de los sujetos sobre sus sen

    saciones f s icas internas. Estas percep

    ciones subjet ivas pueden dar, o no, una

    exacta medida de la verdadera salud

    fsica de los ind ivid uo s salud objetiva).

    Si un a d eterminad a variable, tal como el

    rasgo de AN o neu roticism o), o el estrs

    psicosocial p.ej.,suce sos vitales o estrs

    diario), aparece co rrelaciona da significa

    tivam ente con salud subjetiva quejas de

    salud), el significado de dicho resultado

    depende de s i mide el componente sub

    jetivo, el objetivo, o ambos.

    Puesto que estos autores presentaron

    una amplia revisin de la bibliografa que

    mo straba que el rasgo de AN o neu roti

    cismo) se relaciona nula o incon

    sistentemente con salud objet iva pero

    ma ntiene relaciones importantes y consis

    tentes con criterios subjetivos d e salud, su

    conc lusin es que la AN m ide fundamen

    talmente o completamente el com ponente

    subjet ivo. Adems, la AN apareca al ta

    me nte relacionada con el estrs percibido:

    Hablando en general, las medidas de estrs

    percibido tienen un fuerte componente de

    distress subjetivo y correlacionan signifi

    cativamente con las escalas de AN... Pare

    ce por lo tanto probable que las correlacio

    nes entre el estrs y los sntomas reflejen

    parcial o ampliamente su solapamiento

    con el componente de AN Watson y Pen-

    nebaker, 1989, p. 249).

    Por otro lado, estos autores realizaron

    un anlisis factorial en el que obtuvieron

    tres factores diferentes: el primero com

    prenda variables de AN, quejas de salud

    y estrs diario o contrarieda des; el segun

    do inclua medidas de salud cond uctual

    visi tas mdicas, das de hosp ital izacin

    y absent ismo por mot ivos de salud) ;

    finalmente, el afecto positivo defina un

    tercer factor.

    El hallazgo de que las con du ctas rela

    cionadas con la salud no estaban correla

    cionadas con la dimensin de distress

    gene ral definido po r las escalas de AN,

    con trariedades y quejas de salud), les lle

    v a concluir que:

    Se puede demostrar que las medidas de

    estrs, tales como la Escala de Hassles,

    pueden estar significativamente correla

    cionadas con el estado de salud definido

    objetivamente), pero las escalas de quejas

    de salud sobrestiman, indudablemente,

    esta relacin en una cantidad considera

    ble...En general, la influencia generaliza

    da de la AN complicar la interpretacin

    de algn estudio que use medidas de sn

    tomas fsicos como criterio de salud Wat-

    son y Pennebaker, 1989, p. 250).

    As pues, puesto que el estrs diario,

    segn sus anlisis, forma un nico cons-

    tructo de

    distress

    somatops quico junto

    con distintas variables de autoinforme de

    salud y de estado y rasgo de AN , el argu

    mento anterior sera, para estos autores,

    igualmente aplicable a este tipo de esca

    las de estrs psico socia l y sera am plia-

    ble a ot ras muchas medidas s imi lares) .

    De hecho, las relaciones de esta medida

    con autoinformes de salud es, segn sus

    anl is is , mayor que con medidas de

    salud objetiva.

    Este argiunento presenta u n m ayor gra

    do de elaboracin qu e el desarrollado ante

    riormente, y en la misma lnea, por Schro-

    eder y Costa 1984), y por Costa y McCrae

    1985,

    1987), pero sus elem entos funda

    me ntales se hallaban ya presentes en los

    trabajos d e esos autores. Por otro lado , tan

    to en los trminos en que lo plantearon

    Schroeder y Costa, como en la forma en

    que fue desarrollado por Watson y Penne

    baker, este argumento mantiene un objeti

    vo semejante al pretend ido por el grupo de

    Dohrenwend Dohrenwend et al. 1984;

    Dohrenwend y Shrout, 1985). Tampoco

    existe solucin de continuidad entre este

    planteamiento y el que mantuvieron psi-

    copatlogos como Thoits 1986), W elsh y

    Dah lstrom m 1956) y Gotlib 1984).

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    1 6 8 Miguel A. Santed , Bonifacio Sand n, Paloma Chorot y Margarita Olm edo

    Para Watson y Pennebaker (1989), las

    escalas que m id en la salud fsica subjeti

    va (quejas sintomticas) deben ser con

    trastadas con otros tipos de indicadores

    del estado de salud, incluyendo conduc

    tas re lacionadas con la sa lud

    (p.ej.,

    absentismo, visitas al mdico, etc.), mar

    cadores biolgicos, y otros resultados de

    sa lud

    (p.ej.,

    hosp i ta l izac iones , m or ta l i

    dad).Tambin sugirieron que en este tipo

    de investigaciones se debera incluir una

    medida de rasgo de AN para que su

    influencia pudiera ser identificada y ais

    lada.

    En este sentido, en una revisin recien

    te sobre el tema, Spector,Zapf Chen y

    Frese (2000), en contra de los autores que

    han recomendado parcia l izar la AN en

    determinados estudios sobre el estrs en

    general (p.ej., McCrae, 1990; Watson y

    Penneb aker, 1989) y sobre el estrs labo

    ral en particular (p.ej., Brief Burke, Geor-

    ge, Robinson y Webster, 1988; Burke,

    Brief y George, 1993; Payne, 1988; Wat-

    son, Pennebaker y Folger, 1987), y en

    contra tambin de otros muchos que han

    a tend ido es tas sugerenc ias , mant ienen

    que en e l campo de invest igacin del

    estrs laboral existe ms evidencia a

    favor de los efectos sustantivos de la AN

    (efectos qu e ya hab an sid o sugeridos por

    el propio grupo de Watson p.ej., Watson

    y Slack, 1993 y que Spector y col. lle

    gan a cifrar en seis tipos posibles) que a

    favor de los efectos de sesgo, y que la

    mayora, si no toda la evidencia relacio

    nada con el efecto de sesgo, consiste

    me ram ente en la observacin d e correla

    c iones entre las medidas de AN y de

    otras variables (p.ej., Agho, Price y Mu e-

    11er, 1992; Che n, O Co nn ell y Spe ctor,

    1993;

    C hen y Spector, 1 991; Jex y Spec

    tor, 1996; Moyle, 1995; M unz, Hu elsma n,

    Konold y McKinney, 1996; Schaubroeck,

    Gan ster y Fox, 1992; Spector y O Con

    nell , 1994; Tombaugh y White, 1989;

    Will iams y Anderson, 1994; Wil l iams,

    Gavin y Williams, 1996). Spector y col.

    consideran que la rut ina que muchos

    autores han establecido de controlar (par

    cializar) la AN en sus estudios puede ser

    peligrosa, puesto que no est clara la

    naturaleza del efecto de esta variable y,

    por lo tanto, no se pueden realizar infe

    rencias razonables sobre los resultados de

    la parcializacin (entre otras cosas, sea

    lan estos autores, este modo de proceder

    no permite convertir medidas de autoin-

    forme, mgicamente, en medidas objeti

    vas).

    Si la AN posee un pap el sustantivo

    en una determinada invest igacin, es ta

    prctica puede llevar a anular un efecto

    de in ters respecto de los fenmenos

    objeto de investigacin, as como a eli

    minar varianza compartida con las otras

    variables de inters y, por lo tanto , a dis

    torsionar su s efectos en lugar de elim inar

    sesgos. Este planteamiento en contra de

    la parcializacin en las investigaciones

    sobre e l es trs ha s ido mantenido tam

    bin por otros autores

    (p.ej.,

    Epste in y

    Katz, 1992).

    Spector y col. sealan que, no obstan

    te , las variables que s parecen tener un a

    fuerte correlacin con la AN son los

    sucesos vitales, el estrs diario, las esca

    las de conflicto interp erson al y la sinto-

    matologa somtica . De este modo, a l

    parcia l izar la AN, las re laciones ms

    reducidas son las que se refieren a estas

    m edid as. Por lo tanto, caso de q ue la AN

    tuviese u n efecto de sesgo, estas variab les

    seran las ms afectadas. Ahora bien, cen

    trndonos en el caso del estrs (y del

    estrs diario en particular) y la sintoma-

    tologa somtica (variables cuyas relacio

    nes const i tuyen e l in ters del presente

    trabajo), lo fundamental en esta cuestin

    es desentra ar las relaciones d e la AN y

    de la sintomatologa somtica con la

    salud objetiva (sin obviar por ello la

    importancia que en s misma posee la

    salud subjetiva) as como la naturaleza

    del supuesto factor de

    istress

    somatop-

    squico (y de las variables que pudiera

    inclu ir d icho factor). En este sentido , es

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    Prediccin de la sintomatologa somtica a partir del estrs diario

    169

    preciso tener en cuenta que los datos de

    W atson y Pen neb aker 1989) no son, ni

    muc ho m enos, conclusivos y que existen

    argumentos y resul tados de otros au tores

    que pueden cuest ionar ser iamente, o a l

    menos matizar, el argumento sobre el

    papel co ntaminante de la AN, tanto en lo

    que se refiere a la existencia de un n ico

    const ructo de distress somatops qu ico

    que incluya distintas medidas de autoin-

    forme de salud, de estado y rasgo de AN,

    as como de estrs psicosocial

    p.ej . ,

    el

    estrs diario), como en lo que se refie

    re a las relaciones de los autoinformes de

    salud y de las variables de AN con la

    salu d objet iva para un a revisi n, vase

    Santed, 1995; Santed et al, 1996, 1998).

    En la presente invest igacin, encami

    nada al estudio de la val idez predict iva

    del Cu estio nar io de Estrs Diario CED)

    Santed eal.,1991), se analiz hasta que

    punto el CED, como medida del est rs

    diario que pretend e superar d istintos pro

    blemas de formato e instrucciones rela

    cionados con la confusin de medidas

    vase el apartado de inst rumentos) , es

    eficaz para predecir el estado de salud

    que posee el individuo en un momento

    poster ior

    p.ej.,

    uno o varios das des

    pus) .

    En concreto, nuestro objet ivo se

    dirigi a analizar el poder predictivo del

    CED respecto a la salud somtica, m edi

    da esta m edian te autoinforme sntomas

    somticos). Ade ms, con relacin a nues

    tro objetivo sobre la validez predictiva, se

    anal iz no slo la prediccin bruta del

    estrs CED) sobre u n cri terio de salud

    salud fsica autoinformada), sino tam

    bin el poder pred ictivo que resta a dicho

    predictor t ras el iminar o controlar esta

    ds t icamente el posible efecto contami

    nan te de terceras variables subyace ntes

    que se supone pueden ejercer un efecto

    de este tipo

    p.ej.,

    en este caso, el neuro-

    t ic i smo). As , en este segundo anl i s i s ,

    seguim os, como criterio de exigencia, las

    recom endacio nes de los autores que reco

    m iend an que se debera controlar el efec

    to del rasgo de AN o neu rot icis mo ) en

    las relaciones entre autoinformes de

    estrs y sintomatologa somtica, aunque

    no por el lo podamos tener certeza sobre

    la naturaleza del efecto controlado, es

    decir, si tal efecto es fuente de relaciones

    ms o men os es purias o de otro t ipo. De

    ah la importancia de considerar tambin

    el pr imero de los anl i s i s que hemos

    sealado e n el que se presenta la pred ic

    cin bruta del estrs diario sobre la sin

    toma tologa som tica sin con trolar el

    efecto del neuroticismo). As pues, reali

    zamos un estudio prospectivo para inves

    t igar si el Cuest ion ario de Estrs Diario

    CED) es capaz de pre decir los niveles de

    sintomatologa somtica posterior tanto

    controlando como sin controlar el efecto

    de los niveles de neuroticismo previos en

    dichas relaciones.

    MTODO

    Instrumentos

    Cuestionario de Estrs Diario CED )

    El CED San ted, Cho rot y Sa nd n, 1991)

    es un cuestionario para cuya elaboracin

    nos basamos, fundamentalmente, en la

    est ructura y concepcin general de la

    Hassles and Uplifts Scale DeLongis,

    1985;

    DeLongis, Folkman y Lazarus,

    1988), la cual , a su vez, es una versin

    revisada de las escalas de Kanner e al.

    1981). Los tems, adems de estar for

    mulados de una manera neut ra , evi tan

    hacer referencia e xplcita a procesos cog-

    ni t ivos o emocionales y no se solapan

    con sucesos vi tales m ayores.

    El cuest ionario qued const i tuido por

    60 tems relacionados con distintas face

    tas de la vida cot idian a de las pe rsona s

    famil ia, t rabajo, estudios, economa,

    etc.).

    Puesto que tres de esos tems estn

    relacionados con temas de salud f s ica

    nmeros 28, 29 y 60), pue den el iminar-

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    Miguel A. Santed, Bonifacio Sandn, Paloma Chorot y Margarita Olmedo

    se en estudios en los que el CED se pon

    ga en relacin con ot ras medidas de

    salud.

    En las instrucciones se pide a los suje

    tos que, centrndose en los i tems cuyo

    contenido se refiera a hechos acaecidos

    en las l t im as 24 ho ras de su vida o

    bien, dep end iend o del diseo, de los s ie

    te l timo s d as) , establezcan un a valora

    cin positiva [uplifts satisfacciones dia

    rias) y negativa de los m ismo s {hassles

    contrar iedad es diar ias), en funcin

    del efecto que los hechos a los que se

    refieren los contenidos de los i tems

    hayan ejercido sobre ellos. Al tratarse de

    t ems s in contenido mani f i es tamente

    positivo o negativo, cada uno de ellos es

    susceptible de ambas valoraciones. Para

    este propsito se dispone de dos escalas

    tipo Likert una para la valo racin nega

    tiva y otra para la positiva) con rango de

    0 a 3, donde = nada posit ivo/negativo,

    1 = algo pos i t ivo/neg at ivo, 2 = bas tan te

    pos i t ivo/n egat ivo y 3 = m uch o pos i t i

    vo/negativo).

    El formato de respuesta a tiende la con

    s iderac in de que un suceso pueda no

    tener un significado ne gativo o positivo)

    para la persona. Adems de ese aspecto,

    el formato neutro de los tems, y el que

    no hagan referencia explci ta a procesos

    cogni t ivos y emocionales , s iguiendo,

    como hemos dicho, la es t ructura y con

    cepcin general de la escala de DeLongis

    1985) y DeL onguis 1988), t rata de dar

    cuenta de algunas de las crticas vertidas

    sobre el formato d e las escalas a nteriores

    de Kanner et al. 1981). No ob stan te, a

    nuestro entender, puesto que en las ins

    t rucciones se mant iene la referencia al

    proceso de evaluacin, la respues ta del

    sujeto a los tems depender en definiti

    va, y consecuentemente con los plantea

    mientos t ransaccionales del grupo de

    Lazarus, de los procesos cognit ivos del

    individuo.

    Los datos de f iabil idad y validez psi-

    comtr icas de es te cues t ionar io se han

    prese ntad o en diferentes trabajos Santed,

    Chorot , Sandn, J imnez y Garca-Cam-

    payo, 1994a, 1994b; Santed, 1995). Ade

    ms,

    existe una versin abreviada de 44

    tems,

    con propiedades ps icomt r i cas

    semejantes, y en algunos aspectos supe

    riores, a la versi n original Santed ,

    1995). El presente trabajo pu ed e conside

    rarse, igualmente, un es tudio sobre la

    validez predict iva del cuestionario, ms

    en concreto de la vers in abreviada

    CED-44) que uti l izaremos en esta oca

    sin. De las dist intas variables que pue

    den operativizarse a part ir del CED-44,

    para el presente trabajo slo se ha consi

    derado la intensidad diaria de co ntrarie

    dades.

    Escala de Sntomas Som ticos ESS)

    La ESS San dn y Chorot , 1987) cons

    ta de 50 tems que miden f recuencia e

    i n t ens i dad de s n t omas y cond i c i ones

    somticas relacionados con los s iguien

    tes sistemas somatofisiolgicos del orga

    nism o: gastro intestinal GI), resp iratorio

    RS),

    piel y alergia PA), neu ro-sen sorial

    NS),

    card iova scular CV), mu sculo es -

    qu elt ico ME), ge ni to ur in ar io GU),

    inmu nolgico genera l IG) y r epro duc

    tor femen ino RF). La bo nd ad p sicom -

    t r ica de la escala ha s ido mostrada en

    dis t i nto s t rabajos San dn y Ch orot ,

    1991; Sandn, Chorot , Segura y Pardo,

    1988;San dn, Chorot , J imnez y Sa nted,

    1994; Lozano, 1994) . Para el presente

    trabajo slo se ha considerado la varia

    ble intens idad diar ia de s intomatologa

    somtica.

    Cuestionario de Personalidad de

    Eysenck, forma A EPQ -A)

    Se trata del cuestionario de personali

    dad publ icado por Eysenck y Eysenck

    1975) y adaptado a la poblacin espao-

  • 8/11/2019 Prediccion de la sintomatologia a partir del estres.PDF

    7/14

    Prediccin de la sintomatologa somtica a partir del estrs diario

    1 7 1

    la por TEA (Eysenck y Eysenck, 1986).

    Este cuestionario se com pone de 94 tems

    con formato de respuesta si/no, que eva

    lan las variables de neuro ticismo, extra

    versin, psicoticismo o dureza y sinceri

    dad. Las escalas de psicoticismo,

    extravers in y s incer idad no son cons i

    deradas en este trabajo.

    a la jornada que entonces f inalizaba. La

    variable de neuroticismo (medida con el

    EPQ-A) fue evaluada una sola vez, una

    semana antes de que se comenzase a

    tomar el resto de med idas. Los mom entos

    de medida que se utilizan para operativi-

    zar las distintas va riables apeirecen repre

    sen tad os en la Figiura 1.

    Sujetos

    En el estudio part iciparon, de forma

    voluntaria, un total de 128 estudiantes de

    Psicologa, fundamentalmente de cuarto

    curso, con un rango de edad entre 19 y

    57 aos (M = 26,09; DT = 7,0). De ese

    total , 35 fueron hom bre s (27,3 ) y 93

    fueron mujeres (72,6 ) . La m ed ia de

    eda d para los hom bres fue 28,2 ao s (DT

    = 8,2) y pa ra las m ujeres 25,3 (DT = 5,8).

    No hu bo diferencias s ignif icativas en

    la variable edad en funcin del sexo:

    ( 4 5 , 7 ) = l , 8 9 , p > 0 , 0 5 .

    Diseo y procedimiento

    Se instruy a los sujetos para que cum

    pl im entas en dura nte 7 das seguidos la

    ESS (con la que se midi la intensidad

    diaria de sntomas somticos) . Por otro

    lado,

    el prim er da se evalu el estrs dia

    rio con el CED-44. En las instruc cion es se

    peda a los sujetos que contestasen estos

    cuestionarios al f inal del da, antes de

    acostarse, y que refiriesen sus re spue stas

    RESULTADOS

    Como variable criterio se tom la sinto

    matologa fsica total (ESS) en distintos

    momentos de medida . Del to ta l de 7

    momentos en que se midi dicha var ia

    ble ,

    para este propsito se emplearon 6,

    con cretam ente los nm eros 2, 3, 4, 5, 6,

    y 7 (es tos m om ento s aparec en seala

    dos,en la Figu ra 1, con la letra s .Como

    predictor se incluy la medida en t iem

    po 1 de la variable inten sidad de contra

    ried ad es (CED-44) (sealad o, en la Figu

    ra 1, con una e) . La variable de

    neuroticismo (letranen tiempo 0) sirvi

    como variable de control . Se realizaron

    dos grupos de an lis is: un o de regresin

    s imple, para ver el potencial expl icat i -

    vo-predic t ivo de l as cont rar i edades

    sobre la s intomatologa somtica en los

    di s t in tos momentos de medida de l a

    misma, y o t ro de regres in ml t ip le

    jerrquica con el mismo propsito, pero

    es ta vez controlando el efecto que el

    neurot i c i smo, medido en t i empo O,

    pudiera ejercer en la relacin entre esas

    dos variables.

    Momentos (das)

    Figura 1. Lnea temporal del estudio diario en la que se representan los diferentes momentos

    en que se operativizan la variable de control (n = neuroticismo), el predictor (e = estrs

    diario) y el criterio (s = sintomatologa somtica); los momentos 1 a 7 se refieren a 7 das

    seguidos, y el

    corresponde a un mom ento anterior (7 das antes).

  • 8/11/2019 Prediccion de la sintomatologia a partir del estres.PDF

    8/14

    17 2 Miguel A. Santed , Bonifacio Sand n, Palom a Chorot y Margarita Olme do

    En la Tabla 1 se presentan los resulta

    dos correspondientes a los anl is is de

    regresin simp le realizados, y en la Tabla

    2 se presentan los resultados correspon

    dientes a los anlisis de regresin mlti

    ple jerrquica con siderand o la variable

    del primer p aso como c ontrol de la varia

    ble del segundo).

    Como puede observarse en la Tabla 1,

    donde se presentan los es tads t icos

    correspondientes a los modelos explica-

    tivo-predictivos de regresin simple) que

    relacionan la intensidad de contrarieda

    des,

    como predictor en momento 1, con

    cada una de las dis t intas medidas de

    inten s ida d de s intomatologa som t ica

    m o m e n t o s 2 , 3 , 4 , 5 , 6 y 7 ) , l o s v a l o r e s

    del es tads t ico F de Snedeckor , con el

    que contrastamos la bondad de ajuste del

    modelo dadas las s imi l i tudes ent re el

    anlis is de regresin y el de varianza,

    poseen niveles de significacin menores

    a 0,05, aunque con una tendencia decre

    ciente a lo largo del tiempo.

    En la Tabla 2 se presentan los estadsti

    cos correspondientes a los mo delos exp li-

    cativo-predictivos de regresin m ltip le

    jerrquica) que relacionan la intensidad

    de contrariedades, como predictor en el

    mo men to 1, con las distintas medidas de

    inten s idad de s ntomas somt icos mo

    m e n t o s 2 , 3 , 4 , 5 , 6 y 7 ) , u n a v e z c o n t r o

    lado el efecto del neu roticism o variable

    de control) en las relaciones entre esas

    dos variables. En este sentido, dichos

    valores resultan ser s ignif icativos para

    todos los mo men tos de med ida d el cri te

    rio,

    excepto en el momento 7.

    Tabla 1. An lisis de regresin sim ple

    Criter ios

    ESS (momento 2)

    ESS (momento 3)

    ESS (momento 4)

    ESS (momento 5)

    ESS (momento 6)

    ESS (momento 7)

    R A justada

    0,15

    0,15

    0,20

    0,17

    0,12

    0,04

    E.E.

    R

    5,96

    6,61

    5,87

    6,64

    6,72

    8,76

    F

    18,67

    18 ,99

    26,73

    20,85

    14,50

    5,77

    Sig.

    F