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TIPS PARA SEGUIR LEYENDO...Graciela Montes en “La gran ocasión” nos dice: “El maestro conoce a su círculo, a su comunidad lectora… Está en inmejorables condiciones de hacer

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T I P S P A R A S E G U I R L E Y E N D O

Gemma Lluch, “Cómo analizamos relatos infantiles y juveniles”, Grupo Editorial Norma, Colección Catalejo, Buenos Aires, 2004.

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Bajo el supuesto de que la narrativa

infantil tiene elementos comunes

con la narrativa en general y, a la

vez, aspectos que le pertenecen de

una manera exclusiva, Gemma Lluch

propone a sus lectores una nueva y

minuciosa metodología para enten-

der con más acierto cómo están

estructurados estos relatos; cómo funcionan; cómo se constru-

yen a partir de un lector específico en mente, qué es el niño y

el adolescente. Una de las mayores ventajas de esta propuesta

es que no se limita al planteamiento teórico, sino que se reve-

la en su aplicación, a través del análisis concreto de obras clá-

sicas y contemporáneas de la Literatura, como los cuentos de

hadas, las obras de Julio Verne, Roald Dahl y J. K. Rowling, e

incluso de relatos infantiles de la televisión y el cine, como las

películas de Disney y la saga de La Guerra de las Galaxias de

George Lucas. La autora nos pregunta al comienzo: ¿Intento

complicaros la vida? Todo lo contrario, cuando en realidad se

ofrece la claridad y la agudeza en la reflexión. Este libro está

dirigido a maestros y a todo tipo de investigadores que bus-

quen entender la complejidad de los relatos infantiles y que

requieran herramientas para estudiarlos y compartirlos mejor.

Este es un texto elaborado y un ejercicio de pensamiento seve-

ro que, no obstante, concluye en una alternativa reveladora

para el lector. En otras palabras, está escrito para aquellos

curiosos que no le temen al razonamiento agudo y que buscan

entender con acierto las materias que son de su interés. Este

título es de suma importancia para entender que los relatos

infantiles y juveniles no son menos complejos o menos dignos

de una reflexión cuidadosa por estar escritos para menores de

edad. Muy poco está dicho sobre la manera en que maestros,

investigadores y lectores en general pueden acercarse a estos

relatos. Aquí hay una invitación a reevaluar cómo los entende-

mos y nos aproximamos a ellos, y una propuesta concreta y

aplicable para apreciarlos con más agudeza.

Sandra Carli, “La cuestión de la infancia. Entre la escuela, la calle y el shopping.” Editorial Paidós, Colección Cuestiones de Educación,Buenos Aires, 2006.

“Este libro analiza el complejo pano-

rama de la niñez en la Argentina,

focalizando en la escuela, la calle y el

shopping como espacios paradigmá-

ticos por los que transita la experien-

cia infantil. Los autores se abocan a

una reflexión profunda sobre los

conceptos de infancia, minoridad y niñez; sobre las figuras

emergentes del niño consumidor y del niño de la calle; descri-

ben nuevos ámbitos de socialización –como la vida en los

barrios cerrados o el McDonald´s como espacio de encuentro–,

a la vez que pasan revista a la construcción de identidades

infantiles en la publicidad, el cine o en campañas internacio-

nales como la de UNICEF. A esto se agrega el análisis del dis-

curso pedagógico posdictatorial, sin duda un punto clave para

pensar las figuras de autoridad y el rol docente y, sobre todo,

para pensar la escuela hoy.”

Daniel Link, “Cómo se lee” y otras intervenciones críticas. Grupo editorial Norma, Colección Vitral, Buenos Aires, 2003.

En todas partes se habla de la lectura.

Están los que consideran que hay una

crisis de la lectura, vinculada con la

crisis más global de la cultura letrada

y las humanidades. Para ellos, ese

“neo-analfabetismo” tendría fatales

consecuencias en la dinámica de las

sociedades democráticas: ¿es posible

una ciudadanía que no sepa leer? Y están los que señalan las pro-

fundas modificaciones que las nuevas tecnologías de reproduc-

ción y comunicación (Internet) introducen en los regímenes de

lectura, en los modos de convivencia y en el desarrollo de nuevas

formas de democracia. Cómo se lee y otras intervenciones críti-

cas es, además de un libro de crítica literaria y de teoría sobre la

lectura, una reflexión sobre el presente, entendido como una

articulación problemática de tecnologías, democracia y memoria.

Lo que está en juego en un debate sobre las maneras de leer no

es sólo el valor de una tradición literaria sino el futuro mismo de

la civilización y la cultura. Por eso hoy resulta importante seña-

lar los vínculos que nos permitan reconocer en el presente nues-

tro pasado: Valéry como precursor del hacker, Borges como ene-

migo del copyright, Rodolfo Walsh como inventor del spam.

Como se lee no es un tratado arqueológico sobre un mundo per-

dido para siempre, sino el anhelo de un mundo mejor.

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E D I T O R I A L L

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S T A F Fgetruria

Revista independiente de literatura juvenil

Año 1 Número 2 Novela de misterio y policial

Invierno - Julio 2006

Ilustración de tapa:Le Golconde (1953)

Autor: Magritte

DirecciónLic. Alicia Dieguez MaldonadoProf. Ángela Gentile

Colaboran en este númeroProf. Luis MaggioreProf. Mónica ClausProf. Guillermo PilíaProf. Vanessa DovileLaura MaldonadoProf. Gerardo BalverdeLic. Laura KitzisProf. Luciano Muliero

Invitada especialNorma Huidoro

AgradecimientosEduardo GonzálezAntonio Dal Masetto

DiseñoGisel Helouani

Composición, armado e impresiónGráfica Segarot, Humberto 1º 2357,Buenos Aires. La tirada de la presente edición es de1.500 ejemplares.

Etruria recibe toda su correspondenciaen Uruguay 252 4º 16 (C1015ABF)Teléfono: 4963-4683e-mail: [email protected]

Suscripción anual (4 números)Individual: $20Institucional: $30

Propietaria: Alicia Dieguez MaldonadoRegistro de propiedad intelectual entrámite exp. Nº 487577.

Etruria no se hace responsable de losartículos firmados. Queda totalmenteprohibida la reproducción total o parcialde los textos de esta revista sin mencio-nar su origen.

S U M A R I O4 El misterio de la novela o la novela de misterio

5 Los detectives de mi vida

6 ¿Quién conoce a Greta Garbo?

8 ¿Cómo se escribe un policial?

9 Detectives en actividad. Los herederos de Poirot, Dupin, Maigret, Marlowe y Cía

11 Edgar Allan Poe, creador del género policial

13 “Escribir es también aprender a borrar” Entrevista a Antonio Dal Masetto

20 Es un fantasma que crea mi ilusión

22 Los jóvenes preguntan: Intercambio entre Eduardo González y sus lectores

Vuelven los silencios, el espacio entre la soledad y la desprotec-

ción. ¿Es la literatura policial algo propio? ¿Algo del lobo en

busca del lobo?

Nos reunimos en ETRURIA para celebrar el universo de las pala-

bras alteradas por lo desconocido, el desafío del misterio y la

conspiración de los otros.

Ingresamos de la mano de nadie, descorremos los espacios de

todos y la oscuridad nos propone ser parte de una historia.

Tallamos la credibilidad propuesta por los autores y nos incor-

poramos a la parte oblicua de los sentimientos, a la duda, al

abismo, a la Nada.

ETRURIA les propone, desprotegidos lectores, el género oscuro,

una huella que nos bautiza ajenos y nos incorpora únicos.

ETRURIA rescata sombras, formas de cortesía y silencios opor-

tunos y así entramos junto a Poe a las postrimerías de lo abso-

luto; para detenernos en la mirada de Chesterton y celebrar los

nuevos rituales en la voz de Antonio Dal Masetto, Norma

Huidobro y Eduardo González.

El policial nos convoca y Etruria visualiza un centro, un despre-

venido transeúnte que es convocado a transformarse en lector.

Angela Gentile y Alicia Dieguez

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O P I N I Ó N

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El misterio de la novela o la novela de misterio

Enseñar literatura es, ante todo, contagiar, transmitirel asombro. Poder compartir ese entusiasmo, esas ganasde que otros lean un libro porque nos encantó, porquenos gustaron los personajes, quedamos atrapados por lahistoria y no pudimos parar hasta conocer el final.Porque queríamos seguir leyendo en el subte, en unmomento libre, en cualquier lugar. Compartir ese “nopude parar hasta el final, me lo devoré”.

Graciela Montes en “La gran ocasión” nos dice: “Elmaestro conoce a su círculo, a su comunidad lectora…Está en inmejorables condiciones de hacer de casamen-tero y mediar. Sabe que si el lector es puesto frente aalgo absolutamente ajeno, algo cerrado y tan complejoy alejado de sus estrategias de lectura que no tiene pordónde entrar para apropiárselo, posiblemente lo recha-ce furibundo… o abatido. Y que, en cambio, si hay algu-na puerta –y una de las más ricas e interesantes formasde intervención de un maestro es encontrarlas- y el lec-tor no queda aniquilado sino que siente que puedejugar, que puede ejercer su trabajo y leer con algunaconfianza, creyendo en sí mismo como lector, los efec-tos serán tremendamente saludables.”

La novela nos permite efectos más que saludables. Sibien los textos no pertenecen a un solo género, se leencomo un género, la novela es contenedora, seductora ysi a la vez contiene misterio, su poder para atraparnos esaún mayor.

La novela de misterio, la novela policial puede ser unaocasión más que interesante. La novela es un género noacabado, no se acomoda a otros géneros, lucha por susupremacía y ha novelizado a casi todos los demás géne-ros literarios. La novela es libre, es plástica, renueva sulenguaje, dialoga con otros géneros; con la risa, la iro-nía, el humor.”Es un género que siempre está en proce-so de formación por eso refleja con mayor profundidad,con mayor sensibilidad y más rápidamente el proceso deformación de la realidad misma… La novela expresamejor que otros géneros las tendencias de la evolucióndel mundo, ya que es el único género producido por esemundo nuevo, y emparentado en todo con él.”.(1)

La novela de misterio nos hace pensar, buscar estra-tegias, ver cómo avanzan los personajes, qué accionesrealizan, nos hace sospechar. Muchas veces el final esta-ba en el principio, otras, nos sorprende con algo oalguien en quien no habíamos pensado.

En un momento histórico en el cual lo que importa essólo el hoy, un hoy mediático, un hoy instantáneo, dondetodo ocurre “ya”, creemos que estas estrategias de pen-samiento, parecidas –si se quiere- a un juego de ajedrez-son muy interesantes para plantear a los jóvenes. Sobretodo, porque sabemos por oficio, que valen la pena, quedan resultado, que se van produciendo “comunidadeslectoras”, ésas de las que hablan Montes y Chartier, ésasque discuten si el final estuvo bien o mal, si ese persona-je que parecía insignificante cobró importancia casi alfinal, si el final fue precipitado o no. Y si los personajesde estas novelas son, en algunos casos, adolescentescomo ocurre en “¿Quién conoce a Greta Garbo?”, “Tresgenias en la magnolia”, “El fantasma de Gardel ataca elabasto”, “Octubre, un crimen” suelen producirse intere-santes reflexiones en las aulas que van más allá delgénero y se relacionan con la identidad de los lectores.

Finalmente, el robo, el asesinato, el asalto y la viola-ción han sido textualizados desde la tragedia griega. Unode los detectives más importantes de la época clásica fueEdipo quien tuvo el doble papel de investigador y crimi-nal encubierto.

Les proponemos un recorrido de lecturas que vandesde los autores clásicos a los actuales, que hemos tra-bajado con nuestros alumnos y que entusiasman, apa-sionan, son discutidos. Con respecto a los autoresactuales, nos hemos centrado en autores argentinoscontemporáneos que escriben novelas para públicojuvenil como Norma Huidobro y Eduardo González yque están incursionando en ese público, como es elcaso del escritor Antonio Dal Masetto. Estos tres auto-res son bien recibidos por los lectores y sus novelas sir-ven también para disparar interesantes debates queexceden la literatura y tienen que ver con la sociedadargentina contemporánea.

El lector busca al lector, los libros son llaves haciaotros libros y otras lecturas. Allá vamos, manos a la obra–o mejor dicho- ¡libros en las aulas!

Alicia Dieguez

(1) Mijail Bajtín “”Épica y novela” en “Teoría y estética de la novela”,

Taurus Humanidades, 1991, España.

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R E C U E R D O S D E U N A L E C T O R A L

Los detectives de mi vida

Siempre que leo esta frase –y lahe leído muchas veces- pienso en lasnovelas de detectives. En las novelasde detectives, la relación con elconocimiento se paga muy cara.Porque los que saben, se mueren.Mejor dicho, los matan. A veces lasvíctimas expiran un segundo antesde pronunciar el nombre del asesino.De hecho, un investigador que seprecie de tal, puede pensar que simataron a alguien es porque sabe.Así, la muerte demuestra (la mayoríade las veces, con carácter retroacti-vo) que alguien vio o escuchó algoque no debía. Una relación entre elsaber y la muerte –dicho sea de paso-casi ético-política, respecto de la cualseguramente no se han sacado todaslas conclusiones…

Mi primer detective fue HérculesPoirot. Mi papá me compró “El asesi-nato de Rogelio Ackroyd”, en unquiosco de revistas. Creo que yotenía nueve años y estábamos devacaciones en San Bernardo. Y ya nopude parar… Luego vinieron AugusteDupin con “Asesinatos en la calleMorgue”, “El misterio de MarieRoget” y “La carta robada”, y ConanDoyle con “El mastín de losBaskerville” y “Estudio en escarlata”.Una adicción. La primera y la mejorde todas. No podía estar una semanasin mi dosis de coartadas, chantajes,cartas anónimas y detectives que enuna plácida casa de la campiñainglesa y frente a los familiares yamigos de la víctima, humillaban alinspector de Scotland Yard de turno.

Y las adicciones suelen ir de lamano de la promiscuidad, así que yoandaba con varios detectives al mismo

tiempo: podían ser del ámbito público,como Monsieur Lecoq, o privado,como Perry Mason. ¡También podíanser mujeres, por supuesto! MissMarple, Cordelia Grey o Troy Alleyn(Miss Marple era una anciana viuda yCordelia una joven sin compromisos,pero Troy estaba casada… ¡con unsuperintedente de la policía neoze-landesa!) Estuve también con elInspector Queen y su hijo (sí, en lamisma novela…) Algunos tenían per-sonalidad disociada, como Mr. J.G.Reeder, y algunos, un trastornoobsesivo compulsivo (Nero Wolf y sucolección de orquídeas). Otros, comoel Padre Brown, se habían llamado asosiego, pero eso no los deteníacuando aparecía “el caso”.

Tal vez aquí llegó el momento deexplicar por qué me refiero a “nove-las de detectives” en vez de a “géne-ro policial”. En una novela policialpuede no haber asesinatos y latrama centrarse en el robo a unbanco. Puede saberse quién es elasesino, y el conflicto consistir endemostrarlo o en perseguirlo… Peroen una novela de detectives hay(prácticamente en todos los casos)un asesinato que hay que descubrir.Que hay que reconstruir. El detecti-ve debe ser un actor, un psicoanalis-ta, y además tener una mente crimi-nal… (al servicio del bien, se sobre-entiende). Y tiene que pensar e ima-ginar. Usar, como decía Poirot, laspequeñas “células grises”. El detecti-ve quiere saber porque está enamo-rado de la verdad, la desea a cual-quier precio. Por eso los mejoresdetectives siempre están estructuraly definitivamente solos.

El detective no se agota ni andaa las piñas por ahí… A veces se movi-liza, o usa alguno que otro recursotecnológico, pero básicamente sutarea es intelectual, es un científico:tiene que construir una hipótesis ysometerla a verificaciones constan-tes… y para eso no hace falta unagran masa muscular. Tal vez por esosea el género privilegiado del sexo“débil” y existan tantas mujeres quese dedican la literatura detectivesca.

Tenemos a los detectives de ins-piración inglesa con el berretínempírico de buscar las huellas, y a losde inspiración francesa, siempre másenroscados en el cherchez la femmey la cosa psicológica. Están tambiénlos detectives norteamericanos anti-sistema como Philip Marlowe. Philipjuega al ajedrez contra sí mismo(hace muchas cosas contra símismo), es un idealista incurable (asíle va), cobra 25 dólares por día, máslos gastos y tiene la cara deHumphrey Bogart.

Es cierto que cuando se leyó “Ellargo adiós” a los doce años existenaltas probabilidades de tener unavisión más bien tortuosa de la exis-tencia, y esto repercute severamenteen la vida relacional adulta… Pero dealgo hay que morir, ¿no?

Mis detectives son de otromundo. De un mundo en el cual sesabe cuál es el crimen, los muertosestán muertos, los malos pagan ytarde o temprano, se descubre y secastiga a los culpables.

Mis detectives eran sabios. Y yolos amé a todos y a cada uno de ellos.

Laura Kitzis

“Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia: yquien añade ciencia, añade dolor”

Eclesiastés 1:18

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A Greta, adolescente de catorceaños, sus padres (ambos actores) lepiden que concurra al ensayo de unaobra de teatro. Su padre debutaríacomo director. Ya en la sala, le dicena Greta que vaya hasta el camarín deVerónica Morel a buscar un chalblanco que se encontraba en el arma-rio de la actriz, quien ese día habíafaltado al ensayo. Cuando Greta estápor tomar el chal, cae un sobre abier-to donde se podía ver una carta queella lee, mezcla de amenaza y amor yuna rosa que parecía recién cortada.La ausencia de Verónica Morel sedebía a que había sido asesinada. En

la obra de teatro, que no llegó arepresentar, un asesino la iba aestrangular con ese chal, pero en laficción el chal blanco la salvaba.

La adolescente, hija única de unamadre controladora, de un padreconciliador, y nieta de una abuelaadicta a la televisión y exageradapara todo, emprende el desafío dedescubrir al asesino de VerónicaMorel. Así comienza esta novela poli-cial que se presenta sujeta al modelocultural actual. La trama narrativaestá atravesada por programas televi-sivos para adolescentes (conducidospor los galanes de turno y señoras

C R Í T I C A

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¿Quién conoce aGreta Garbo?

de Norma Huidobro*

Apreciaciones de una lectora

Me puse a pensar cómo había llegado a mis manos estelibro, y qué había sentido yo cuando lo leí por primera vezhace,ya, cuatro años. Recuerdo que me lo regaló una perso-na muy querida para mi cumple de doce años, y se puededecir que fue mi iniciación en este tipo de novelas: la poli-cial. Porque a partir de ese momento, o mejor dicho de eselibro, un maravilloso y fascinante mundo se abrió ante mí.

Como dije, este fue el principio de un maravilloso cami-no, de repente, un apetito voraz sobre este género se des-pertó en mí. Ágatha Christie, Arthur Conan Doyle y EdgarAllan Poe se convirtieron en parte de mis lecturas cotidia-nas, integrantes constantes de la pila de libros sobre mimesita de luz. Aunque debo admitir que mi favorita siemprefue Ágatha, con sus historias sobre el detective belga Poiroty la simpática y perspicaz viejita Miss Marple.

¿Quién conoce a Greta Garbo? Llegó en un momentobastante particular: ese año terminaba la escuela primaria yuna especie de luto se desarrollaba en mi interior, sabía que el

año próximo iba a tener que ir a otra escuela, hacer nuevosamigos, en fin, estaba entrando en la adolescencia. Creo queeso es lo que me gusta tanto de esta historia, que me puedoidentificar con la protagonista, Greta Casares. Ya que si bienella tiene catorce años y yo, doce en ese momento, ellaestaba pasando por todos los procesos que trae la adoles-cencia (cambios físicos, de humor, el mirarse en el espejo yque nada te quede bien). Además la historia está escrita deforma muy dinámica, con un lenguaje sencillo y divertido yel relato es atrapante, las páginas se me pasaban volando.

Lo más curioso, es que a medida que el tiempo pasa, lovuelvo a leer y lo redescubro. Lo sigo encontrando intere-sante y emocionante, no puedo parar de leer, y quiero termi-nar la página en la que estoy para ver qué va a pasar en lapróxima. Así que yo se lo recomiendo a cualquier lector, seaadolescente o no, y espero que lo disfruten tanto como yo.

Laura Eva Maldonado

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que se resisten a serlo y sólo ofrecenmercadería digerida) y por revistas delcorazón y de programas de televisión.Ahora, es justamente desde allí, dedonde van a ir surgiendo las pistashacia una posible resolución. Greta sedeslizará decidida y con soltura en unmundo de fans entre patéticos ytiernos y empezará a desplegar unateatral impronta detectivesca.

En esta novela no hay pipas, nilupas, ni sombreros, pero sí sobreto-dos y un detective: Nicolás Ponce. Élno vive solo. No trabaja en una ofi-cina llena de humo de tabaco. Suoficina está en su casa. Tiene veinti-trés años, es estudiante en Cienciasde la Comunicación y gran lector.Vive con su tía abuela y del maridode ella heredó esa profesión. NicolásPonce inicia la investigación a pedi-do de otro adolescente, DamiánMárquez sobrino del empresarioacusado y dueño del teatro, quien noconforme con la defensa del aboga-do de la familia, decide por su cuen-ta contratarlo como detective.Damián estaba totalmente conven-cido de la inocencia de su tío a quienacusaban de asesinato. Por otro ladoGreta, depositaria del conocimientode la carta, se cuestiona mirando laserie policial Columbo, cómo será undetective en la vida real ya que losindicios en la realidad no son de tanfácil acceso como en las novelas.

La narración avanza con losimpulsos de Greta y se equilibra conlos razonamientos de Nicolás, quienfiltra toda posibilidad de error y pormomentos no comparte los indiciosque obtiene. Aquí Norma Huidobrorompe con algunas convenciones ylibera el relato, dando señales visi-bles para que el lector pueda cons-truir la ficción junto a esa voz narra-dora que se multiplica fiel, a cadauna de las voces y se desdobla,logrando ser la adolescente queresiste, la abuela insufrible, la madreque impide todo pasaje que conduz-ca al sujeto peligroso televisión, el

padre agobiadopor la realidadlaboral peroconvencido desu vocación.

La búsquedade la verdad, laincontenible ansie-dad, el apetito voraz,los comportamientosde las familias en lasociedad actual, los intere-ses, los deseos, el predominio delo masivo, el peligro, los sueños, ladiferencia, la indiferencia no sonaspectos solamente literarios en estanovela. Cualquier adolescente puedeencontrarse en estas circunstancias.No hay distancia entre estos perso-najes y nosotros lectores.

Por último, a Greta también lefastidiaba su nombre, por ser el deuna actriz famosa hace mil años yque según ella nadie conocía. Laimportancia de la Garbo, diferida enel tiempo, le caía mal. Pero es NormaHuidobro quien logra la alquimia,cuando Greta, mitad ella y mitadactriz crea el protagónico y convier-te su realidad en teatro. El nombrede pila de su adolescencia y el apelli-do que conoció en su niñez se com-binan. Greta se inventa en un perso-naje y entra a su propio mundo.

Diría que con la excusa de unpolicial (blanco) la autora nos presen-ta y representa, entre tanto, la forta-leza y convicción de los adolescentes

y el valorde quitarleslas máscarasa los actoresque nuestrasociedad empe-cinada alimenta,disfrazándolos deinocencia.

Mónica Claus.

etruria l 7

*Norma Huidobro es escritora. Ha publicadonovelas para chicos y jóvenes. Entre ellaspodemos mencionar “¿Quién conoce a GretaGarbo”, “Octubre, un crimen”, “El sospechosoviste de negro” y de próxima aparición “Sopade diamantes”.

De próxima aparición:

“Sopa de diamantes” Norma Huidobro, Editorial Norma, ColecciónTorre Amarilla.

Resuelta a liberarse de sus conflictos familiares, Malena viaja aCórdoba para pasar las vacaciones de invierno con su abuelo. A partir desu llegada a Capilla del Monte, distintos episodios misteriosos relaciona-dos con un reciente asesinato pondrán a investigar a Malena, quien díaa día descubrirá nuevas pistas que la llevarán a la resolución de un fas-cinante caso.

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L A C O C I N A D E L A E S C R I T U R A

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A veces me lo preguntan, y megustaría saberlo. No sé, leyendo poli-ciales o simplemente leyendo.Partamos de lo básico: para escribir,hay que leer. Siempre la lectura vaprimero. Y la lectura a la que merefiero no es la que conlleva unafinalidad práctica o utilitaria, sinotodo lo contrario: es la que se hacepor placer. Del mero placer de leerestoy hablando. Nada menos. Y a lomejor se empieza por ahí: primeroviene el gusto por la lectura y des-pués la necesidad de escribir. Así quepara escribir: primero, leer.

Y cuando me preguntan por quéelijo el género policial y de misterio,suelo contestar dos cosas: primero,que no todo lo que escribo se ciñe alas exigencias del género (aunque síla mayor parte, hasta ahora) y segun-do, que no soy yo quien elige el géne-ro, sino que es él quien me busca a mí.Seguramente esto tiene que ver conmis preferencias de lectura durante laadolescencia, época en que descubrí elpolicial con los libros de la colecciónde “El séptimo círculo”, preferenciaque aún mantengo, si bien mi hori-zonte de lecturas, con el tiempo y losestudios, se fue ampliando considera-ble e inevitablemente. Pero a pesar deesto, mi pasión por el policial siguecomo en los viejos tiempos. Y debe serpor eso que a la hora de escribir, elgénero “me viene”, como quien dice. Yno sólo a la hora de escribir, sinoantes, también. Yo pienso mucho unahistoria antes de escribirla. Pienso elcomienzo y pienso el final. Lo delmedio va saliendo con la escritura.Pero pienso mucho y tomo notas enun cuaderno. Después arranco con elprimer capítulo y sigo tomando notasy pensando y dándole vueltas al asun-to como si formara parte de la reali-dad. Y esto también tiene que ver, nosólo con la adolescencia, sino con la

infancia, cuando inventar historias(vidas, personajes, situaciones) teníatanto que ver con la actividad diaria,como ir al colegio o jugar en la vereda.

Hay algunos libros –algunoscuentos, algunas novelas- que estánsiempre presentes en mí, tan presen-tes que cuando me pongo a escribir,sé que están ahí aunque yo crea queme los he sacado de encima. Me pasacon los cuentos de Borges, especial-mente “Hombre de la esquina rosa-da” y “Emma Zunz”. Me pasa conautores que no se han dedicado algénero, como Saramago, Saer yRulfo. Me pasa con los cuentos deCortázar, sobre todo los primeros;con muchos cuentos de HaroldoConti; con “Los adioses”, de Onetti;con “Boquitas pintadas” y “La trai-ción de Rita Hayworth”, de Puig, con“Ceremonia secreta” y “Rosaura a lasdiez”, de Denevi. Uno es lo que haleído. Nunca recuerdo quién lo dijo.¿Tal vez Borges? Yo he leído siempre.Hay libros que marcan más queotros. Creo que todos dejan algo, omejor dicho, se dejan ellos mismos,unos más, otros menos. La única lec-tura que hago es la placentera. Noacepto otra. Si un libro no me gusta,lo dejo. Leo absolutamente todos losdías y busco el momento para hacer-lo –y lo consigo- aunque tenga quearañarlo, robarlo o pedirlo prestado.

Dije antes que empecé a leer poli-ciales en mi adolescencia (13-14años) con algunos libros de “El sépti-mo círculo” que casualmente llegarona mis manos. Pero a partir de esemomento ya no llegaron en formacasual, sino que me encargué yomisma de buscarlos. Así, leí las nove-las de Ágatha Christie, Conan Doyle,Maurice Le Blanc, Gastón Leroux. Másadelante conocí a Dashell Hammet yRaymond Chandler. Después accedí aSimenon (creo haber leído toda la

saga del inspector Maigret). Chandlersigue siendo uno de mis preferidos(¿cómo olvidar “El largo adiós”?).También Wilkie Collins, sobre todo “Ladama de blanco” y “La piedra lunar”.El infaltable Poe y por supuesto,Bierce y desde luego, Chesterton.Después llegaron James Ellroy,P.D.James, Henning Mankell y otrosmás. El italiano Andrea Camilleri esuno de mis últimos descubrimientos;he leído todas sus novelas, al menoslas traducidas al castellano y me datristeza pensar que tendré que espe-rar a que escriba otra, o que se tra-duzca (no sé si está toda su obra tra-ducida) para volver a disfrutar otrahistoria del comisario Montalbano.

De todos modos, mi lectura esecléctica y, como dije antes, va enbusca del placer. Leo todo lo que megusta. No reconozco límites de géneroni de edades a las que supuestamentese dirigen algunos libros. He leído conla misma pasión “El evangelio segúnJesucristo”, “El señor de los anillos”, “Ellimonero real”, “El conde deMontecristo” y “Amigo se escribe conH”. Eso sí, tengo una preferencia muymarcada por la novela en general. Meapasiona la lectura que se prolongamás allá de un día. Me gusta empezarhoy una novela y saber que mañana lanovela me va a estar esperando paraque siga leyéndola. Igualmente, elcuento me gusta muchísimo, pero esuna lectura diferente. También es dis-tinto cuando se escribe. Me gustaescribir cuentos, pero me siento máscómoda con la novela. Empecé con elcuento, pero cuando probé con lanovela comprendí que era el géneroque mejor me iba.

Elijo escribir novelas que acos-tumbran ser policiales y de misterio.Lo que como lectora supe desde lostrece años, como escritora lo descu-brí pasados los cuarenta.

¿Cómo se escribe un policial?por Norma Huidobro

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T E O R Í A L

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Detectives en actividad.Los herederos de Poirot, Dupin, Maigret, Marlowe y Cía.

Los lectores actuales de relatos policiales saben quelos grandes detectives, héroes de ficciones pasadas, hanmuerto o se han retirado a gozar de una vejez sin histo-rias publicables. Los reconocidos Dupin, Holmes, Poirot,Miss Marpple, Marlowe o Sam Spade,1 entre muchosotros, se han llamado a silencio tal vez porque quienescontaban sus aventuras han muerto, no sin antes dejartestimonios de sus labores ejemplares. Queda el consue-lo de releerlos, o la felicidad de que el lector no iniciadodescubra sus casos, para ser testigos de la buena salud dela que gozan, cada vez que se abren los libros que siguenconteniéndolos.

Sin embargo y para corroborar la vitalidad del géne-ro, surgen a menudo nuevos investigadores envueltos enmisterios que devolverán al lector esa sensación extrañade aceptar el juego que todo buen policial propone. Enlos últimos años – finales del siglo XX y comienzos delXXI- han vuelto a aparecer una serie de autores de nove-las de enigma, o de novela negra (las dos grandes ramasen que la crítica divide al género) en los que se recuperaintacta toda la vieja magia.

Sabido es que todo buen policial de enigma cuentados historias: la del crimen y la de la investigación, y queuna comienza cuando la otra termina (Todorov: 1974). Esdecir que la investigación es la reconstrucción –que lee-mos- de cómo, quién y por qué se cometió un crimen,desestabilizando con ese acto un orden que debe serrecuperado. En cambio las novelas de la serie negrafusionan las dos historias creando un suspenso prospec-tivo que mantiene en vilo al lector.

Ahora bien, muchos autores han coincidido en la felizidea de crear detectives que reaparecen de ficción en fic-ción, como el fundador de la tradición, el Dupin de Poe.Y es entonces que a las dos historias básicas hay quesumarle, además, una que se construye, dispersa, a lolargo de los distintos casos (libros) que un detectiveresuelve. El lector de policiales tiene una tendencia a laadicción y a la frecuentación, por lo tanto, si sigue a unautor, se irá familiarizando con la vida, gustos, historia yproblemas de sus detectives favoritos, con los cualesestablece, en general, una corriente de simpatía que los

lleva a incorporarlos a sus preferencias. Y así como loslectores coetáneos de Conan Doyle o de Agatha Christieesperaban cada nuevo caso de Holmes2 o de Poirot,actualmente ocurre lo mismo con detectives en activi-dad, de los cuales en períodos más o menos frecuentesrecibimos una nueva aventura.

El primer caso notorio es el de Adam Dalgliesh, el ins-pector de la policía británica, creado por la actual grandama del crimen, Phyllis Dorothy James. El inspectorDalgliesh es un hombre que a lo largo de unas trecenovelas ha ido luchando contra el delito, a la vez que haido construyendo su perfil de investigador cauto, eficazy sensible. Es además un poeta reconocido, culto e intro-vertido, y nos vamos enterando, libro tras libro, de supasado nada agradable y de su relación complicada conuna intelectual oxoniense a quien duda en proponerlematrimonio, mientras resuelve casos atrapantes y refina-dos en la cada vez más complicada sociedad británicaactual: la lujuria, la codicia, la traición, la venganza y elresentimiento de clase terminan en asesinato. Y es el cri-men el que desestabiliza a una sociedad cada vez másamenazada en la que Dalgliesh sufre pero actúa de unmodo humano con un estricto sentido de la ley. El faroes el último de los casos publicados.

Pero no todos los detectives son atildadamente britá-nicos. Y para demostrarlo tenemos al gran SalvoMontalbano, del autor siciliano Andrea Camillieri, quiende a poco se va conociendo en nuestro país, a pesar deque viene resolviendo complicados asuntos desde haceunas décadas. El mundo del Mediterráneo es tan propi-cio para el crimen como las frías nieblas londinensesaunque no lo parezca. Y Montalbano, preciso represen-tante de su pequeña ciudad, Vigattà, es un policía apa-sionado del que nos vamos enterando acerca de su gustopor la buena mesa, del placer de nadar en el mar, de surelación con Livia, una esquiva dama del norte de Italia,y de toda la red de relaciones con sus pintorescos y sim-páticos compañeros y vecinos. Más visceral y apasionadoque Dalghiesh, es capaz de resolver crímenes de la mafiay sentarse en una playa a disfrutar de la pasta o del pes-cado, contándonos además la receta, entre persecución y

A lo largo del tiempo, nuestra memoria va formandouna biblioteca dispar, hecha de libros, o de páginas,cuya lectura fue una dicha para nosotros y que nos

gustaría compartir.Jorge Luis Borges.

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E D I T O R I A L

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persecución. Intuitivo y culto, con arrebatos de humor,pero profundo conocedor del entorno del pueblo chico,lo vemos enojarse, conmoverse, gritonear, deleitarse yenvejecer caso a caso, volviéndose cada vez más sabio ydesencantado. Un buen comienzo es Un mes conMoltabano, treinta casos cortos, de aparente simpleza,pero en los cuales el lector de policiales se deleitará conuna muestra latina de la profesión detectivesca, que noes sólo inglesa. De hecho, su apellido, Montalbano, es unhomenaje a Vázquez Montalbán, el escritor español,padre de ese gran detective y hábil cocinero que es PepeCarvalho, que ya no tendrá nuevos casos.

Y para corroborar que buenos detectives hay en todoslados, tal vez la última gran aparición en el panorama de laliteratura policial sea el de Kurt Wallander -una creaciónde Henning Mankell, escritor sueco- investigador de lapolicía de Scania, al sur de su país, en donde las nevadas, elfrío y los breves días complican cualquier investigación.Wallander es un policía que inició su actividad en lossetenta y que, a punto de retirarse dos décadas después,asiste azorado a la complicación del mundo del crimen: losdelitos informáticos, la disolución de la URSS y sus conse-cuencias, los problemas raciales, los crímenes globalizados,lo mantienen ocupado a lo largo de nueve libros magistra-les, en donde lo vemos sufrir –además- por la disolución desu vida privada: su úlcera, su divorcio, una hija que lo pre-ocupa, el insomnio, su afición a la ópera y la pérdida de losviejos compañeros lo van tentando con el retiro. Más pare-cido a sus colegas de la serie negra americana, Wallanderbebe de más, recibe golpes y con una vida gris nos va aden-trando en los pliegues de una Europa complicada que lodeja siempre anonadado, después de extensas jornadas detrabajo en las que duerme poco y sufre mucho. En la últi-ma entrega nos enteramos de que se jubila y de que su hijaLinda entra finalmente en la policía, lo que hace suponerque su figura será ahora la del experimentado ex-policíaque guía los pasos de su heredera.

Inglaterra, Suecia, Italia del Sur. Los tres detectiveseuropeos son muy diferentes entre sí. Los detalles de susvidas se desperdigan a lo largo de las historias que los tie-nen como protagonistas creando la tercera historia de laque hablábamos al principio. Y quizás esto sea el acierto deestos autores: humanizar la figura del detective, hacerloscumplir años, entregarlos a crímenes cercanos a la expe-riencia del lector, darles si se quiere una heroicidad máscotidiana, ser hombres en su tiempo que lejos de la invul-nerabilidad de los razonadores que fundaron el género, sonalentados sin embargo por el mismo impulso que guiaba aaquellos: la búsqueda de una verdad escurridiza, la reposi-ción del orden, la imposición de la justicia necesaria en unmundo que parece desmoronarse.

Borges afirmaba que Poe creó el género y con él creótambién el lector de policiales: “Nosotros, al leer unanovela policial, somos una invención de Edgar AllanPoe.” (1978) Con esta afirmación señala una realidadcomprobable en la lealtad que el lector de policialesestablece con el género, sus autores, sus detectives pre-dilectos. El lector de policial es desafiado y asiste el dueloentre la inteligencia del criminal y la del investigador,pero a la vez pone en juego su propia inteligencia, enduelo con la historia, en la que se juegan la perspicacia yla capacidad de entender, ya que en todo buen relatopolicial no hay finales ilógicos, sino que todo estaba ahí,pero el detective supo mirar y valorar aquello que tal vezel lector pasó por alto.

Como sea, por los motivos que uno crea, es cierto queel lector de policiales espera que un buen relato no lotraicione ni le haga trampas, que finalmente la verdaddescubierta sea resultado de las piezas que el autor des-ordenó, como si se tratara de un rompecabezas enorme,que finalmente arma su figura. La alegría del reencuen-tro con los detectives conocidos nos otorga una felicidadde lectores solo entendible para quienes entraron algu-na vez en el género para corroborar que ya no pudieronsalir de él impunemente.

Gerardo Balverde

Bibliografía mínima

- Borges, J. L. (1996) “El cuento policial”. En: Borges, oral, Obras com-

pletas IV. Buenos Aires.

- Link, D. (2003) El juego de los cautos. Literatura policial: de Edgar A.

Poe a P. D. James. Buenos Aires.

- Fevre, F. (1997) Introd. a Cuentos policiales argentinos. Buenos Aires.

- James, P. D. (2006) El faro. Buenos Aires.

- James, P. D. (2003) La sala del crimen. Buenos Aires.

- James, P. D. (2003) La muerte toma los hábitos. Buenos Aires.

- James, P. D. (1998) Cierta clase de justicia. Buenos Aires.

- Camillieri, A. (1999) Un mes con Montalbano. Buenos Aires.

- Camillieri, A. (2000) La voz del violín. Buenos Aires.

- Camillieri, A. (2002) La forma del agua. Barcelona.

- Mankell, H. (1998) Asesinos sin rostro. Buenos Aires.

- Mankell, H. (2003) El hombre sonriente. Buenos Aires.

- Mankell, H. (2005) Cortafuegos. Buenos Aires.

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T E O R Í A L

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A pesar de su corta vida – vivióapenas cuarenta años- Edgar AllanPoe se ganó un lugar permanente enla literatura americana y mundial.Parte de su genialidad consiste enque el estilo de Poe excede distintostipos de emprendimientos.

La obra de Poe está dotada deuna gran heterogeneidad y ésto sedebe por un lado, a su gran creativi-dad y por el otro, a la necesidad eco-nómica que muchas veces lo obligó asatisfacer las necesidades del merca-do.

Poe fue el primer crítico signifi-cativo que tuvo Estados Unidos.Escribió Teoría de la composición yPrincipios del arte creativo y tam-bién tuvo un trabajo destacadocomo editor. Entre los autores quedescubrió se encuentra Nathaniel

Hawthorne. Además experimentócon la poesía – su composición másdestacada fue “El cuervo”- aunqueen el área literaria que más sobresa-lió fue en la narrativa-.

La gran mayoría de los cuentos“fantásticos” de Poe participan de laatmósfera del horror, ya que su temaprincipal es la muerte y la angustiaque ésta produce.

También escribió cuentos que sepodrían ubicar dentro de la “cienciaficción” y en esto se anticipó a JulioVerne. Las misteriosas aventuras deun tal Hans Ptall son un ejemplo desu incursión por ese género, pues enesa historia aparece la descripción deun viaje a la luna en globo.

Es difícil hacer una clasificacióntemática de los cuentos de Poe, por-que en ella existe una interrelaciónde ciertos estratos narrativos quetienen algunas características quelos definen, pero que no los hacenexcluyentes entre sí. Se podríanresaltar cuatro cuentos que fueron

los primeros relatos analíticos o deraciocinio y que dieron las bases ala literatura policial: “Los críme-nes de la calle Morgue”, “El mis-terio de Marie Roget”, “La cartarobada” y “El escarabajo deoro”.

“Los crímenes de la calleMorgue” es el primer cuentopolicial de la historia de laliteratura universal. Poe

demuestra ser muy cons-ciente de ésto ya que al

principio deese cuentohace unaserie de ob-

servac ionesque, de alguna

manera, aclarancómo entender

mejor la historia que va a narrar. Enun momento de estas explicacionesadvierte: “no estoy escribiendo untratado sino proporcionando un pró-logo, con observaciones hechas muyal azar, para una narración bastantepeculiar…”

Poe hace esta aclaración porquese da cuenta que lo que va a contar esalgo novedoso y, como el autor sabeque este tipo de cuentos no ha sidoexperimentado por el lector, planteaun “lector modelo”. Humberto Eco en“Interpretación y sobre interpreta-ción” dice: “la intención del texto esbásicamente producir un lectormodelo, capaz de crear conjeturassobre él. La iniciativa de un lectormodelo consiste en imaginar unautor modelo, que no es el empíricoy que, en última instancia, coincidecon la intención del texto.”

“Los crímenes de la calleMorgue” es el cuento fundador delgénero policial. Este relato tiene laparticularidad de que, en las prime-ras páginas, el narrador hace unaserie de comentarios acerca del aná-lisis matemático y el análisis psicoló-gico. Estas explicaciones serán devital importancia para comprendermejor la nueva propuesta de Poe.

Al principio del cuento el narradordescribe cómo de ser el analizado:”…sus resultados, logrados con elalma y la esencia del método, tienentodo el hálito de la intuición. Lafacultad de resolución está, posible-mente, muy vigorizada por el uso delas matemáticas…”

Estas características son las quehacen que Augusto Dupin, el primerdetective de la literatura, aclare losintrincados casos. Sin embargo, Dupinresuelve los enigmas basándose másen la intuición que en el raciocinio.El procedimiento de este personaje

Edgar Allan Poe, creador del género policial

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es meterse en la mente del criminal,tratar de pensar como éste, y asípoder deducir y anticipar sus movi-mientos.

De esta manera, Dupin introduceel método psicológico. Tratar dedeterminar la psicología del criminal,se convirtió en una tradición de lospoliciales: arranca con Edgar AllanPoe y llega hasta los policiales con-temporáneos. Esto también se volcóen el cine y en películas actualescomo “El silencio de los inocentes”fue llevado al extremo.

Jorge Luis Borges en una cróni-ca sobre el cuento policial (“Borges,oral”) dice que “el razonador era unaristócrata, no la policía, por esopone en ridículo a la policía”. Perotambién ridiculiza a la policía,cuando ésta, agotando todos losrecursos técnicos y científicos, nollega a la solución del caso porsubestimar el intelecto de su adver-sario. En tanto que Dupin resuelvelos enigmas porque trata de pensarcomo su rival.

Otro de los elementos básicosque introdujo Poe es la amistadentre el detective y su ayudante;esta amistad cumple dos funcionesesenciales: una contrastar el excén-trico y brillante detective con sucompañero, que además es un devo-to admirador. El amigo de Dupin, delcual no se sabe el nombre, es quizásmás racional y analítico que aquel,pero no posee los flashes de geniali-dad que exhibe el detective. Borges,dice al respecto “…esto tambiénforma parte de la tradición y fuetomado mucho tiempo después de lamuerte de Poe por el escritor irlan-dés Conan Doyle. Conan Doyle tomaeste tema, un tema atractivo en sí,de la amistad entre dos personas dis-tintas que vienen a ser de algunaforma el tema de la amistad entreDon Quijote y Sancho…”

Al equiparar de continuo a losdos personajes Poe logra destacar lasvirtudes del detective frente a un

prójimo menos dotado. Otra de lasfunciones que cumple el compañerodel detective es la de cronista. Elcronista de estas historias narra pro-ezas del detective. Además es quienpresenta los hechos al lector, permi-tiendo al detective reservar ciertainformación.

Poe no le permite al lector sen-tarse y observar: el proceso de razo-namiento está planteado tanto parael lector como para el detective. Lahistoria se convierte en tal cuando ellector acompaña al detective en labúsqueda de una solución. Esta ideafue muy importante para los poli-ciales posteriores.

Poe logra que el lector se sientaprotagonista mediante la entrega depistas, que son brindadas a lo largodel relato, hasta que al final delcuento el detective, haciendo unamirada retrospectiva, da una expli-cación racional de cómo llegó a laresolución del caso.

En la novela policial “El sabuesode los Baskerville” de Sir ArthurConan Doyle, el narrador dedica uncapítulo entero a la revisión retros-pectiva en el que Sherlock Holmesexplica cómo descubrió al culpable.

En el artículo ya citado de JorgeLuis Borges, nos dice el autorargentino “…tenemos pues el relatopolicial como un género intelec-tual. Como un género basado enalgo totalmente ficticio … Poesabía que lo que estaba haciendono era realista, por eso sitúa laescena en París…” El autor nortea-mericano no fue ajeno al romanti-cismo. Borges estaba convencido deque Poe era un gran poeta román-tico y que éste además lo sabía. Elescritor romántico fue general-mente elogiado y criticado porenfatizar lo extraño, lo inusual, loinesperado de su historia. Alromanticismo pertenecen figurascomo Frankestein y el CondeDrácula. El romanticismo sentía quelo común y lo cotidiano no tenía

lugar en el reino del arte. Poe, en susartículos teóricos, dejó explícito sumenosprecio por la literatura que tra-bajaba con objetos mundanos.

El alejamiento de la historia en elespacio se debe a otro recursoromántico, pues al alejar los hechosen el tiempo o en algún lugar remo-to, el escritor logra desplazar la ideay, además, que los lectores se alejendel imaginario.

En cuanto a la ambientación,también es característico del roman-ticismo la noche y los lugares oscu-ros. Los personajes de Poe llevan allímite esta tendencia nocturna ytanto es así, que en los crímenes dela calle Morgue, el narrador dice: “Ladivinidad negra no podía estar connosotros todo el tiempo, pero podía-mos falsificar su presencia.” Dupinpasa horas meditando en la oscuri-dad porque decía que ésta lo condu-cía a la reflexión.

Luego de Poe, vinieron grandesescritores como Conan Doyle yChesterton, quienes agregaron sucuota de genialidad al “género”.

Después apareció el thriller quese constituye a partir del géneropolicial clásico pero que impartiósus propias características. Tambiénel cine, a través del tiempo, fuevolcando todas estas historias a lapantalla. Finalmente, la televisiónhizo su aporte en materia de poli-ciales, con la creación de prestigio-sos detectives.

Como se puede ver, la historia delpolicial es muy rica y llega hasta laactualidad. Pero todo esto se debe aEdgar Alan Poe que no sólo inventóun género, sino que también creó unlector capaz de sospechar de cual-quier personaje con tal de llegar a laverdad.

Luciano Muliero

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N O T A D E T A P A L

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Antonio Dal Masetto*, el eter-

no trashumante, es conocido

y reconocido por todos, no

sólo por sus novelas sino tam-

bién por sus crónicas en el

diario Pagina 12. Con su

nueva novela, editada en el

2005. "Tres genias en la mag-

nolia" (Sudamericana) intro-

duce su escritura en un nuevo

campo, el de la literatura

juvenil.

L.E :- ¿ Cuántos y cuáles son los mun-dos que aborda Dal Masetto en elmomento de escribir?A.D: Bueno es un poco difícil resumirtodo esto. Creo que, en principio, hayque remontarse por qué y cómo unocomenzó a escribir y cómo nace estaespecie de necesidad que luego seconvierte en casi una especie de vicio,en un motivo de vida. Motivo de vidaal que no se puede renunciar a estaaltura de mi historia de trabajo con la

“ESCRIBIR ESTAMBIÉN APRENDER

A BORRAR”

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literatura, sentiría que realmente seacabó algo y probablemente unmotivo esencial de mi existencia.Pero allá, en los orígenes, lo que apa-reció primero, fue algún tipo de granpregunta subterránea, no explícita,que comenzó a exigir que uno inten-tara dar alguna respuesta y esa pre-gunta a lo largo de todos los autoresque he leído y me interesaron, nocambia, se va manteniendo a lo largode la historia de cada uno. Y reaflo-ra en cada obra, en cada novela en elcaso de los novelistas y de los poetastambién. O sea, es como un temacentral, hay algo ahí como una bús-queda de verdad, como si uno estu-viera mordisqueando siempre unmismo hueso, tratando de penetrar-lo y de llegar al corazón, corazón alcual jamás se llega. Uno va dejandotestimonio de ese intento de bús-queda y lo aborda desde diferentesángulos, es como si tuviera enfrenteuna ciudad amurallada y con unejército, que son los instrumentos deesa literatura, intentara abordarla,vencerla y penetrarla e inventasediferentes estrategias, las estrate-gias, en este caso, serían los diferen-tes argumentos de las diferentesnovelas. Al principio son novelas, aveces autobiográficas y juveniles;luego se van modificando con laedad, y con el conocimiento que unova teniendo del mundo pero, en elfondo, siempre se está hablando delo mismo.

L.E: ¿Qué mundos abordados por elescritor perduran?A.D:-En cuanto a esto de abordaralgo a lo que nunca se llega, a mísiempre me gustó y creo que lo puseen alguno de mis libros textualmen-te. Es la imagen del pescador, lafigura de un hombre parado a orillasde un río, un lago, un mar que estáahí durante horas y la línea se pierdeallá en el fondo del agua y él no venada, no se ve nada detrás de lasuperficie; todo es misterio, no sé

sabe lo que pasa abajo y tal vez nopase nada pero, en realidad, no sesabe.Hay un mundo que está arriba y unmundo que está abajo, pero la líneaestá en el fondo y siempre esa ima-gen me subyugó porque ya no setrataba de alguien que estaba inten-tando pescar un pez. Siempre mepareció que había en esa actitud deespera y en esa persistencia, un granacto de fe. Creo que el que trabajacon la escritura, con la poesía, con lapalabra y con otras artes, es alguienque trabaja en esa dirección. Escomo si todo el tiempo estuvieraarrojando sondas al vacío y despuésempieza a tirar de la piola a ver sitrae algo de ahí; no sabe si va a veniralgo pero ese esfuerzo de arrojaralgo y el trabajo de traerlo es lo queconfigura finalmente la obra que vadejando en el camino. Son pequeñosescalones que uno va remontando yno se sabe hasta dónde llegarán, esel testimonio de un largo trabajo y lafe en esa posibilidad que tal veznunca se concrete.

L:E:-¿¿ Cuáles son los temas que seacercan a Antonio Dal Masettonovelista?A.D: -Bueno hay de todo. Funda-mentalmente la propia experiencia.Creo que todo el mundo es autobio-gráfico en su escritura aunque escri-ba ciencia ficción, en realidad, se estáponiendo asimismo y su forma de veral mundo, a la gente y a la historia.Uno arrastra cosas que tiene, heren-cias que vaya a saber de donde vie-nen o cosas que mamó de muypequeño. Me doy cuenta pensandoen algunas cosas que he escrito queno sé de dónde me vienen, tal vez lasllevaba incorporadas en mí, son comovivencias, percepciones ¿De dóndesalió, cómo apareció acá?. Uno seabandona a eso y espera que llegueporque sabe que hay un gran trabajosubterráneo en uno. Digo siempreque la literatura no es inspiración, no

es todo esto que nos han contado dechicos los poetas o los músicos, ocreer que cualquier creador recibecualquier inspiración desde arriba ydesde ahí crea una obra. En realidad,lo que hace es trabajar duramentetodos los días, transpirar la camiseta,atarse al yugo del trabajo.Yo tengo ahí un papelito colgadoarriba de la máquina que dice“Justificá tu día” que al levantarmees lo primero que veo y me estádiciendo que este día que empiezaahora, en este momento, terminecon algo hecho- aunque sean cuatrolíneas- que no sea un día perdido.Al margen de eso, durante esa activi-dad forzada que parece una cosa unpoco materialista, cuando unocomienza a trabajar y la cabezaempieza a funcionar hay como unasuerte de exigencia que parte de estelento calentamiento de la imagina-ción y de la necesidad de que aparez-can cosas donde realmente comienzaa fluir un mundo muy extraño queno acudiría en frío; en realidad, esasideas no aparecerían. Es como unfluir de la conciencia, no digo que seacomo intentaban practicar los surre-alistas; pero, de alguna manera, unosiente que aparecen cosas que nosaben de dónde vienen y solamentese da cuenta que aparecieron cuandolas ve en el papel y están ahí y dice¡Ah bueno! está en mí pero yo no losabía, es casi mágico.

L.E: Alguna vez te escuché comentarsobre la importancia de estar atentoa los diálogos. ¿El novelista los buscao los encuentra?A.D: - Un novelista, como en mi caso,siente que tiene un tema agarradode las dos solapas y más o menos lotiene semi-escrito y va a entrar enuna etapa de semi-definición,empieza a frecuentarlo permanente-mente, se acuesta con él, se levantacon él, sueña con él y anda todo eldía con él. La palabra frecuentar megusta mucho, como uno frecuenta

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Una novela puede leerse desdemuchos lugares. Podemos pensareste nuevo texto de Antonio DalMasetto a la conquista de un públi-co juvenil como una novela de aven-turas con un misterio a resolver portres chicas de once años muy viva-ces, pícaras y curiosas que ayudadaspor Kivalá, un duende que les inspirafábulas para aplicar el método“inductivo-deductivo” y por losabuelos que juegan a las bochas enel club del barrio y guardan innume-rables historias de vida y sabiduría,deben salir a buscar a sus cachorrosy en esa búsqueda descubren el plande la gente poderosa del pueblo paraasustar a sus pobladores y obligarlosa vender sus propiedades con el finde construir una autopista y un casi-no. En esa búsqueda y, sorteandovarias situaciones peligrosas, irán cre-ciendo, y se irán transformando enadolescentes. Las frondosas hojas de lamagnolia y sus flores blancas les ser-virán de refugio (quien no tuvo unrefugio, un espacio amado durante laadolescencia,) y cuando la búsquedatermine el árbol se llenará de estorni-nos que les recordarán -en una metá-fora maravillosa- el valor de la liber-tad. Hasta aquí esta novela está bienmuy bien escrita, los lectores jóvenes

ampliarán su vocabulario -lo cual noimplica caer en cultismos ni nadaparecido- y leerán un texto excelenteen el cual la intriga y el humor seentremezclan con el misterio.

Como lectora adulta, la novelame sugirió otro enfoque: mientras laleía -además de divertirme con lasocurrencias de las protagonistas ylos abuelos- me sentía a caballoentre los años de plomo y la décadamenemista. ¿A qué me refiero? Elpersonaje “poderoso” de la historia,la Mariscala, esposa del teniente ydueña de la voluntad de los habitan-tes de Los Aromos con su vestimen-ta, su andar a caballo, hiperbolizada,rodeada de misterio, de aires de caci-que que la envuelven, hace pensaren otro tiempo. Las ansias de hacer

negocios interesantes del Senador,de la gerente del banco y el dueñode la inmobiliaria, (teniendo comocómplices al sacristán y la policía dellugar); la idea de construir un casinoy un shopping, a costa de diezmar elpaisaje y la tranquilidad del pueblo,no está nada lejana a nuestra histo-ria. Develar el misterio y descubrircómo es la gente: voluntades sinvoluntad su miedo a participar y adecidir por sí misma, su miedo ahablar, el no querer ver, tal comodice Pilar Calveiro, es la herencia quenos dejó la dictadura. Y atención, nohablamos de politizar la literatura

pero la literatura está atravesada pornuestra historia y en la novela senota. Finalmente, el deseo de lasprotagonistas es “resistir” para notransformarse en seres iguales a loshabitantes de Los Aromos. El narra-dor sabe muy bien que salvar unpensamiento de los márgenes signi-fica impedir que el margen se vuelvaausencia y la memoria sea apenasuna estética cuya historia no radicaen ninguna parte.

Podemos abordar este textocomo una “novela blanca” de miste-rio o leer “entre líneas” e ir unpoquito más allá, de cualquiermanera, la historia está bien conta-da, tiene ritmo y atrapa, disfrutare-mos las ocurrencias de las tres“genias” y los impagables diálogos de

los abuelos mientras están el club(Iñaki, Oso y Rufino son personajesclaves: “piensen mal y no se equivo-carán”, le aconsejan a las niñas) opodemos analizar qué nos pasó,cómo salir de la inercia, cómo resis-tir. El héroe omnipotente de lamodernidad ya murió y la posmoder-nidad nos mostró una realidad y unatemporalidad que no tienen hori-zonte. De cualquiera de estas dosformas y de las innumerables lectu-ras que cada lector realice, la novelade Dal Masetto vale la pena.

Alicia Dieguez

“Tres genias en la magnolia”de Antonio Dal Masetto

“Al pensarlas, al susurrarlas, les parecía ir entendiendo que las palabras eranuna gran fuerza, a veces positiva, a veces negativa, que les otorgaba peso y medida a todas aquellas cosas que las estaban esperando más allá de la magnolia.” Capítulo 39.

“...tres chicas de once años muy curiosas, descubren que lagente poderosa del pueblo para asustar a sus pobladores yobligarlos a vender sus propiedades con el fin de construiruna autopista y un casino.”

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un pariente, estoy permanentemen-te ahí; por lo tanto lo que hace esprestar atención a todo lo que ocu-rre alrededor porque la realidad teva dando cosas que a veces sonobvias o pasan desapercibidas, o quesencillamente no son interesantes, ono nos parecen interesantes pero enese momento sí, porque en cualquierlugar salta algo, una cara se cruzadelante de ti en una calle, en un baro en una estación. Y de pronto, esaes la cara y es el perfil, es el rasgo, esla mueca que andabas buscandopara cierto personaje y no encontra-bas; o tal vez, alguien pega un gritoy esa voz es la voz que necesitabas,ni sabías que a lo mejor la estabasbuscando pero la escuchas y decíseso me sirve y no estas hablando deimágenes, no estás ni fotografiandoni filmando pero se graba en vozcomo algo que tratarás de reprodu-cir en palabras y al leerlo alguienque se acerque a lo que después sepublique, pueda ver lo que en esemomento percibiste. Por lo tanto,que uno de los trabajos de alguienque escribe es esta suerte de vaga-bundear por el mundo; siendo unpoco un espía , un ladrón de cositas,de imágenes, de diálogos y, a veces,uno lo hace con absoluta intención,o sea, se sienta en determinadoslugares o ve un par de personas queson interesantes, o están discutien-do o una pareja que se está pelean-do y uno se arrima y ve cómo vienela mano y escucha y construye unahistoria a partir de eso, o parte,o hayfrases que te sirven.

L.E: ¿ Entonces se inicia el ritual dela escritura?A.D: - Muchas veces he construidouna historia a la distancia , los baresa mí me dieron mucho, no es que mesiente a escribir en los bares; porejemplo, una pareja que está senta-da a lejos y no puedo escuchar loque dicen pero veo que están en unaconversación densa y me invento

una historia por las caras queponen; y esto también es un buenejercicio y por ahí la historia notiene nada que ver con lo que lesestá pasando pero, cuando empiezoveo dos actitudes que se estánenfrentando en ese momento para,luego, deslizarse y aparecer comoque me estuvieran dando la razón.Son formas de trabajar, yo en algu-nos momentos apelo mucho a esto.

L.E: Se cargan a las espaldas losmundos y se escribe desde la auten-ticidad sin pensar en clasificaciones.Para vos ¿Cuál es tu opinión comocreador?A.D:-Evidentemente existen, pero nosé cuales son los límites esencial-mente. Hay novelas que son esen-cialmente policiales, si vos tendríasque hablar de Ágata Cristhie diría síson novelas policiales, indudable-mente. Hay novelas que son típica-mente autobiográficas, donde alguienanuncia: voy a escribir mi autobio-grafía, autobiografías noveladas.Pero, en general, los límites son bas-tante difíciles de establecer; porejemplo, yo tengo novelas que las hancalificado como “Siempre es difícilvolver a casa” o “Bosque” dentro delgénero policial negro pero lo queocurre es que lo que pretendés con-tar se tiene que ajustar a los méto-dos de ciertos géneros; pero nonecesariamente, yo no quise escribirdos novelas policiales, lo que quiseera contar dos historias que tuvieranque ver con la violencia; es más, laintención era señalar que la violen-cia está presente en cualquiera, yfundamentalmente está de unamanera solapada en gente aparente-mente pacífica, en aquella que esamable que saluda “buenos días”,“buenas tardes” y sabe sonreír ydonde todo transcurre con placidezcomo estos pueblos donde se des-arrollan estas historias y que, depronto, apenas tienen oportunidad ose le abre una puerta o se le arrima

un fósforo, como quiera llamarle,explotan y lo que tienen adentro esrealmente espantoso.

L.E : ¿ Cuáles son los recursos utili-zados por un novelista?A.D: -Esto lo he visto, lo hemos vistoy lo quise contar pero la únicamanera para contarlo era recurrir acierto elemento que tuviera la nove-la policial, tenía que recurrir a unasalto a un banco, a una situaciónque enervara, que sacara de quicioademás que justificara al pueblo unareacción como que se sintieranexcluidos de la posibilidad de culpa.Esto es un ejemplo y nada que vercon lo policial, de todos modos así loclasificaron pero para muchos es eso.Creo que el lector cuando se acerca aun libro si el libro es bueno, no sepone a pensar a qué género pertene-ce, se identifica o no con la historia.Aún una novela policial puede trans-mitir cosas que te lleven a pensar y apensar muy profundamente sobre elmundo en el que vivimos.En una novela autobiográfica unpersonaje, de pronto, está hablandode sí mismo y en realidad lo que estáreflejando es su tiempo, está hacien-do un gran análisis de su tiempo através de su propia vida; por lo tantoa mí francamente mucho no meinteresan. Uno no elige un génerome parece que elige primero unahistoria que quiere contar y luego elgénero se irá adaptando a historia,más que la historia a un género.

L.E:- Al leer tus textos, uno sienteque lo acompaña alguien con el queva dialogando ¿Cómo llega DalMasetto a lograrlo?A.D: Bueno, eso lo busco adrede. Noes fácil porque uno tiene la tenden-cia a buscar una terminología y unlenguaje, sobre todo, al comienzo,mucho más denso, más rico parademostrar qué bien maneja las pala-bras y todo lo demás; y luego, se dacuenta que tiene que empezar a

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bajar los decibeles y tratar de ser lomás simple posible, ser simple noquiere decir descartar riquezas; sino,poder decir toda esa densidad queuno quisiera que esté con las pala-bras más sencillas. Este es el gran tra-bajo, para mí, la escritura es lograr unestilo y un estilo es eso, lo que habíalogrado Pavese. Pavese a mí me des-lumbró a los veinte años por primeravez, me deslumbró por las historiasque contaba que me gustaban perolo que me llamó la atención es losiguiente : leí una página o un capí-tulo de una novela suya y la escritu-ra era muy sencilla, muy simple, muylineal que se deslizaba como un aguay al final cuando terminaba eso esta-ba tan cargado, tan poéticamentecargado. Me preguntaba cómo haceeste tipo para escribir de una maneratan simple y dejarme la impresión detanta densidad, lo releía y siempreme quedaba con el interrogante por-que no encontraba la respuesta.Evidentemente, Pavese había traba-jado mucho el lenguaje y entonces,cada palabra suya elegida tenía elpeso necesario como para transmitirlo que él quería que transmitiera y elresto quedara oculto y el otro restolo pusiera el lector. Porque esto estambién lo que pasa, el autor da unaparte y una parte se la reserva peroestá incluida en ese ocultamientoque es una manera de obligar al lec-tor a participar. Me parece entoncesque el gran trabajo de la escritura esese, vos podés tener grandes ideas,brillantes ideas, pero si no lograsdominar y manejar este instrumen-to, la herramienta que uno tiene quees la palabra; probablemente lasideas se frustren, queden en elmamarracho porque una gran ideamal escrita es nada; en cambio, unaidea más o menos buena escrita bri-llantemente puede ser una buenaobra.

L.E: -¿¿Cómo un escritor logra esapalabra justa?

A.D: Y bueno el tema de la econo-mía; esto se ha dicho muchas vecespero si puedo decir algo en quincepalabras porque las voy a decir encincuenta. ¿Para qué voy a ponercuarenta palabras más o cuarentalíneas más? Me preocupo mucho poreso y trato de narrar como si alguiencontara no, así que se deslice, yo meleo mucho a mí mismo, me leo envoz alta a veces y presto muchaatención a que no haya brusqueda-des, que no haya interrupciones, queuna frase se encadene a la otra connaturalidad; mientras esto ocurrasiento que va todo bien porque laescritura es fundamentalmentemúsica y tiene que deslizarse comola música; porque si ponemos undisco y la púa empieza a chirrearcuando estamos escuchando, algoestá pasando y con la escritura pasalo mismo.Si me estoy leyendo y de pronto hayuna interrupción, hay un salto y nopuedo seguir naturalmente, tengoque revisar o falta algo, o algo sobra,o hay una cuña que habría queponer ahí para enlazar una cosa conla otra, bueno, eso es un trabajoartesanal diría.

L.E : -¿¿Encontrar esa voz narradoraes, en definitiva, una lucha continua?A.D: Es la gran preocupación, saberqué hacer con la palabra y tambiénhay un tema a tener en cuenta.Escribir es también saber borrar,creo que eso es fundamental porqueuno cuando escribe de pronto lascosas le van saliendo, le cuestamucho quitar lo que ha escrito por-que termina enamorándose. A veceshay cosas que están bien desarrolla-das pero que, en el conjunto, en laarquitectura del texto, de la novela,están de más y esto cuesta trabajo aveces; y es allí, que hay que ser muyduro, muy cruel consigo mismo por-que es doloroso. Inclusive cuando selo das a leer a otro y dice que uncapítulo sobra. Pero uno responde

que es lindo cuando, en realidad, noencaja con el resto; en fin, saberquitar es otra de las cosas que hayque aprender. Personalmente me cuesta pero porlo menos lo sé. Cuando hay unpárrafo que me parece que sobra yme resisto, pasan los días y lo vuelvoa leer y vuelvo a leer el conjunto,digo, bueno no lo voy a sacar, losaco momentáneamente y lo pongoal final del texto y leo el texto sinesa parte y esa otra parte no vuelvemás, si te sonaba algo raro es porquesobraba. Cuando te suena la voz dealarma hay que darle pelota.

L.E: ¿A qué te referís cuando hablásde alimentos?A.D: Eso, lo otro, uno anda por ahíbuscando cosas, uno se alimenta dela realidad, de la imaginación. Laimaginación es la gran ayuda;obviamente, las lecturas que ha rea-lizado que siempre están ahí comomodelos de los cuales se intenta ale-jar para encontrar su propia voz ;pero la realidad es también peligro-sa no porque la realidad te damucho material ; sino porque tienetrampas. Es muy común en gruposde talleres literarios que he tenido,decirle a alguien:- bueno mirá creoque exageraste un poco en cuatropáginas mataste a cinco persona,¿No te parece con uno hubiera sidosuficiente para conseguir el efectoque querías. Y me respondía “No,esto pasó de verdad, pasó en la casade al lado de mi casa, es un hechoverídico” Y entonces le decía la fraseque me gusta repetir “Es un hechoverídico pero no es creíble” A vecesla verdad exagera, esa es la realidad,es creíble en la crónica policial perono en la ficción y sino habrá queencontrar la forma adecuada paraque eso se vuelva creíble.El solo hecho de trasladar la realidada la ficción no es garantía de queesto funcione, hay que reelaborar, osea, todos estos son los caminos que

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uno va buscando para conseguirfinalmente eso que apunta a unaforma de perfección que nunca loverá pero que trata de arrimarse.

L.E ¿El lector está desprevenido entu obra? ¿Sabe a qué atenerse?¿Cómo te imaginás tu lector?A.D: El tema de los lectores es untema aparte. Uno cuando escribe,escribe para sí mismo, quiere escribirun libro que a uno lo satisfaga.Lograr aquello a lo que apunta, estees el tema. Nunca piensa en el lec-tor. En realidad, comienza a pensaren el lector cuando en la editorial tedice se vendieron tantos libros, yuno se pregunta quién es el que lee,cómo lee, me gustaría verle la cara aalguno, se vendieron 5000, 10.000,se vendieron 15.000, se hicieroncinco ediciones y esa es una pregun-ta que jamás tiene respuesta salvocuando uno sale y va a una feria delibros o invitado a una biblioteca ,ya través del acercamiento de algunode los concurrentes y de las pregun-tas que le hacen, intercambian esascharlas que mantiene, uno deduceque leyeron, qué les interesó y dequé manera, qué puntos tocó y ,aveces, sorprende .Uno a veces no sabe que había escri-to ciertas cosas; por ejemplo, vienealguien y dice “Me pasó esto con sulibro” y uno ni tenía idea que podíahaber tocado ese costado tan ínti-mo, tan interesante.

L.E Tu último libro, “Tres genias en lamagnolia”, parece circular entre lec-tores más jóvenes ¿Crees que seagregó una franja lectora con otrasnecesidades?A.D: Esta fue una experiencia nuevapara mí porque salieron dos edicio-nes: una para adultos, entre comillas,y otra en la colección juvenil y fuetomado por maestras, profesoras dediferentes colegios. Se lo dieron a leera los chicos; y fue así que me invita-ron a varios colegios y descubrí ese

otro tipo de lector, el joven. Este lec-tor es por un lado, menos expertopero también más curioso , másabierto , más imprevisible para elautor y las preguntas son diferentes,es alguien que se asoma a un mundoy ese mundo lo sorprende y pregun-ta desde otro lado. No lo hace desdeel lugar intelectualizado sino de unapura emoción, la cosa le llegó muyfuertemente y te lo dice, si hayalguien que no entendió te lo pre-gunta pero no es que no lo hayaentendido, te das cuenta por qué losorprendió, por qué lo emocionó.Al preguntarte, es casi una respues-ta de qué es lo que le pasó al leereso; y esto es interesante, son losmomentos en los que uno tiene unacercamiento con el lector.Me ubica en un territorio grato, esuna experiencia nueva y me doycuenta que me gustaría trabajar másen esa zona; porque uno está,modestamente, alimentando a inte-ligencias que están empezando aasomarse a la literatura; por ahípuede ayudarlo e impulsarlo a seguiren ciertas búsquedas.Recuerdo lo que me pasaba a mí conmis primeras lecturas, cuando depronto me deslumbraba un autor losprimerísimos autores que leí , erande libros de aventuras.Ellos me abrían un mundo, la imagi-nación volaba muy alta y creo queahí se plantaban las primeras semi-llas de lo que, luego, sería esta nece-sidad también de intentar escribir.Frente a eso es donde siento queestoy cumpliendo, por suerte, algu-na función de incidir, no digo enuna vocación, pero por lo menos enun amor por los libros, por ejemplo,en continuar en alguna dirección enuna búsqueda que tenga que vercon los libros, o con la literatura, osimplemente con la lectura.

L.E:- Este modo de vislumbrar laliteratura, tiene que ver con tu for-mación, ciertamente. Lo interesante

es saber como confluyen esos mun-dos a la hora de transmitirlos a tusjóvenes lectores.A.D: Yo creo que los chicos estánabiertos a todo. Si se identifican, sile tocas el costado de la imagina-ción, si es una buena historia, si estáescrita y todo lo demás. Creo quepuede llegar a existir un error, errorque no siempre ocurre obviamente yes en pensar en literatura para chi-cos. Al decir chicos estoy hablandode adolescentes como si hubieramucha diferencia con la literaturapara adultos; simplemente quehabrá libros a los que ellos no ten-drán acceso porque no tienen lapreparación todavía por la compleji-dad; aunque hay libros de adultosque nosotros hemos leído a la edadde 30 -35 años que puede leer unchico tranquilamente y deslumbrar-lo. Me parece que primero se puedeestablecer esta diferencia.Yo escribí este libro sin pensar enedades. Lo que ocurre es que comolas protagonistas, las heroínas porllamarlas de alguna manera, son tresnenas de once años, la historia se vaadecuando a lo que pueden hacer yel mundo en que pueden manejarsetres nenas de once años. Por lo tantoentra naturalmente en un territorioleído por chicos.Volvemos al principio, yo vuelvo arepetir algunos conceptos por deba-jo, que están como telones de fondo,pero que se repiten en todas mis his-torias. Acá las heroínas son tres nenasaventureras , imaginativas, hay anéc-dotas, hay mucho movimiento perolo que finalmente se termina contan-do, y esa es mi intención, es mi mira-da del mundo actual, el mundo queyo he visto y, cuando digo mundo,digo la gente: cómo es la gente,cómo es este mundo, cómo se mane-ja la gente, qué piensa, qué actitudtiene. Finalmente, lo que trato deponerle en boca de estas tres nenases un gran descubrimiento, el pasoentre la niñez, la ingenuidad y el

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salto que pronto las coloca en unterreno desconocido, que es el cami-no a la adultez , es como si hubieranmordido la manzana del Edén y sonexpulsadas de algo. Por eso, la granpregunta del libro es la que ellas sehacen ¿Cómo es la gente? No seestán preguntando cómo es lagente, ese grupo perteneciente algrupo de los corruptos que ellaspudieron identificar; porque lo quemás les preocupa cómo es la otragente: aquella que se deja manejarpor los corruptos, o sea, por qué haygente dominada y manejada , utili-zada y despojada .¿Por qué esagente es así?¿ Por qué es hipócrita?¿Por qué no asume su libertad? ¿Porqué no pelea por lo suyo? ¿Por quées cobarde? ¿Por qué si algo le pasaa un vecino es cobarde “mientras nome pase a mí no me importa”.?Es una historia que puede leer unchico o un adulto ¿Qué les pasa aestas nenas? Que no lo pueden deciren estos términos y se formulan unagran pregunta en forma implícita¿Nosotras también vamos en caminoa convertirnos en eso que es lagente? Y la respuesta es la que daLeticia, la que lleva la voz cantante,y es una palabra sola: resistir. Signi-fica aceptar ese mundo al cual van aingresar sin perder aquellos valoresiniciales que las habían convertidosen tan especiales o con las que habí-an vivido hasta ese momento queeran valores muy fuertes, segura-mente, heredados del mundo dondehabían sido educadas pero con uninnato sentido de la justicia. Por eso me parece que los límitesson bastante difusos entre literaturajuvenil y literatura para adultos.

L.E: Más allá de los niveles de lectu-ra, les estás hablando con el lengua-je de ellos y para ellos “resistir” estan propio que no les entra otraidea. A:D: Estuve en Bahía Blanca, en labiblioteca de Rosario, en Mercedes

en la Feria del Libro, en Tandil, yotros encuentros en Capital y obser-vé un trabajo forzado y subterráneode aquellos que están en contactocon los chicos de incitación a la lec-tura ; pero un gran trabajo muy bienhecho; porque finalmente no es elviejo sistema de darle un libro ydecirles. “ léanlo es un clásico por-que es importante”.Han buscado las necesidades yaquello que a los chicos les puedeinteresar, identificar, decir: esto soyyo me interesa y sino soy yo no loentiendo. He visto que en ese senti-do hay un trabajo muy profundo ysostenido.

L.E :- Entonces eso de contextualizarlo mediato es darle el alimento en elmomento justo, como ha sucedidoúltimamente con libros como HarryPotter?A.D:- Harry Potter me pareció másallá de que a uno le guste o no, untexto que llegó a los mismos chicosque están jugando en computado-ras. Esto significa que la lecturacuando realmente engancha y cuan-do el pibe se identifica o cuando laimaginación empieza a volar y ledan aquellos que están necesitandoleer o queriendo leer, va.El chico lo nota y si queda engan-chado desde edad temprana; luegonunca más abandona el libro podráleer mucho o poco el tema es cuan-do leyó un libro. Lograron que leye-ra algo que a él le interese, ese es elgran tema, queda vacunado a favorde la lectura.Me remito a mis lecturas de chico,cuando leía Salgari no leía la historiade Sandokán , del Corsario Negro, yoera Sandokán , yo era el CorsarioNegro. Yo andaba en la selva y si noera yo iba al lado de él; y así descu-bría lo que él descubría y peleabajunto a él, andaba en la selva y anda-ba por los mares y al abordaje. Esdecir, cuando un chico ve por la pan-talla la misma aventura, está viendo

un espectáculo, él es un espectadorésta es la enorme diferencia entre lalectura y la pantalla; y de este modo,está como advertido, tomó concien-cia de que hay un mundo posibleque es mucho más vasto, muchomás rico donde la imaginación vuelamucho más alto.

L. E:- Y esta mirada nueva de los chi-cos ¿En qué te modificó? A.D: Me dieron ganas de seguirescribiendo pero también me dicuenta que los chicos leen otrascosas. Leen mucho más en los bue-nos colegios, quiero decir, dondehay buenos docentes que se dedicana dar buenas cosas, no porque seanlibros míos pero me di cuenta quelos chicos habían leído “Oscuramentefuerte es la vida” o los cuentos de losbares. Habían leído muchos libros yme hacían pregunta sobre el tema,de “Oscuramente fuerte es al vida”,sobre el personaje de la mujer, deuna mujer grande de ochenta años;les interesaba la época, como real-mente se vivía, la guerra y me hací-an preguntas que podrían hacer losadultos; o si esto me había pasado amí, si los libros tenían mucho deautobiográfico o las había inventa-do. Esto significaba un interés real einmediato, no eran preguntas alazar, algo que les había interesado,investigar el origen.

* Antonio Dal Masetto nació en Italia en 1938.Su familia emigró a la Argentina en 1950, y seradicó en Salto. Es autor de “Oscuramentefuerte es la vida” (1990, reeditado por Sudame-ricana en 2003) y “La tierra incomparable”(Premio Planeta Biblioteca del Sur 1994, ree-ditado por Sudamericana en 2003), entreotros. Recibió dos veces el Segundo PremioMu-nicipal, y el primer Premio Municipal y elPremio Club de los XIII. Actualmente es unasiduo colaborador del periódico Página/12de Buenos Aires.

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Pensábamos que laserie de relatos de fantas-mas ( “ Ghost Stories”)-tributaria de la novelagótica inglesa- cuyoexponente y precursormás encumbrado, tal vez,haya sido el novelistaescocés Sir Walter Scott,que nos ha dejado comolegado, por ejemplo, elrelato “ La cámara de lostapices”, había sido clau-surada con el texto de

Oscar Wilde “ El fantasma de Canterville”, esa fantásticaparodia del género que, de algún modo, cierra el cicloenalteciéndolo y que utiliza las desventuras de un espec-tro para realizar una feroz crítica a los modos y costum-bres de vida norteamericanos. Pensábamos que esta clau-sura no sólo se debía al hecho de que ciertos procedi-mientos del género, ciertos convencionalismos que tení-an que ver con lo escenográfico – cámaras oscuras, case-rones sombríos, luces extrañas, puertas que chirrean,espectros encadenados y demás elementos- estaban ago-tados o a que el miedo ya había transitado, con EdgarAlan Poe, otro aspecto: el terror psicológico, sino a otracosa que creemos intuir que el escritor irlandés nos quisodecir: no necesitamos fantasmas para vivir llenos deinquietud porque nos alcanza y sobra con la realidad.Cuando vemos por televisión que un padre iraquí cargaen sus brazos a su hijo de diez años muerto por unaesquirla de bomba norteamericana o cuando observamosperplejos a un grupo de niños de una guardería nortea-mericana que esperan vanamente que los vengan a reco-ger sus padres que han quedado sepultados por losescombros de las Torres Gemelas, sabemos que no existenada más horroroso que la realidad.

De todas maneras los fantasmas son obstinados:siguen estando entre nosotros y poblando la literatura.Prueba de ello es esta atrapante novela policial que nosdeja Eduardo González y que tiene por personaje prota-gonista a un fantasma que es ni más ni menos que elzorzal criollo, Carlos Gardel.

Acotadas mis palabras, debido a que he transitado-junto al detective privado, Agustín Montaliú- los misterios

de la trama, aclaro que mi discurso no será otra cosaque un juego perifrástico o, en el mejor de los casos, uneufemismo.

Hay un pájaro enjaulado. Ese pájaro es un zorzal. Elzorzal es Carlos Gardel. Alguien abre la puertita de lajaula y el ave- emblema de la movilidad- vuelve a su ser.Ahora está en el cielo y canta. Ese cielo es el cenit de unarayuela cortazariana. Esa rayuela es el barrio del Abasto,una geografía sentimental y tanguera que deberánrecorrer, tanto el joven Montaliú como el comisarioPereira, para llegar a la verdad. Esa geografía que respi-ra tango es la ontología de lo perdido y lo recuperado: loque se ha llevado la diosa Kali (diosa de la “destrucción”):el calentador primus y la memoria de muchos; pero,también, lo que nunca se ha ido: “la liviana melodía/ quesólo es tiempo”, como dice Borges.

Por un itinerario amplificado y enriquecido por unavastísima intertextualidad musical ( Melodía de arrabal,Cuartito Azul, Cuesta abajo, Volver, Arrabal amargo, entreotras obras) y literaria ( Cortázar, Doyle, Wells, Arlt,Borges, Salgari, Carroll, entre otros) seremos llevados dela mano- porque nosotros, los lectores, somos el detecti-ve, también- por la encantadora Luciérnaga Curiosa, esaespecie de Beatriz orillera y suburbana, que como la hero-ína florentina nos depositará en las puertas del cielo.

Una senda de Purgatorio en la que los perros sonlegión y, tal vez, alguno de ellos por la ausencia del zor-zal ya no comía ; una rayuela en cuyo nadir se ha empo-trado un shopping que es observado por una genealogíade astrólogos- que juegan a ser Nostradamus- como labase de operaciones de una invasión extraterrestre; unaperipecia de calles por las que transitan japoneses ena-morados del tango, italianos fileteadores, hombres conmáscaras de lana que parecen ser nuestros enemigos yque, sin embargo, están expresando una paradoja, comosi todo fuera una historia contada por Chesterton.

Eficaz, por no decir infalible, el detective Montaliú hon-rará a la dinastía de investigadores que lo preceden- Dupin,Sherlock Holmes, Hércules Poirot, para nombrar algunos- yencarnando la “razón pura” deducirá, a partir de unasecuencia lógica de hipótesis, la verdad, ese cielo al queusted, estimado lector, no debe dejar de acercarse. Porqueese cielo que nos regala el autor es mucho más que la histo-ria que se cuenta; ese cielo es nuestro corazón, lo transitorioque ha pasado por él y lo permanente, y que es eterno.

O P I N I Ó N

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Es un fantasma que crea mi ilusiónApreciaciones sobre la novela “El fantasma de Gardel ataca el Abasto”,

de Eduardo González

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E D I T O R I A L L

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Hay un cuarto. Ese cuarto puedeser el “Cuartito azul” u otro. El cuar-to está en una casa. La casa está enel barrio. Al barrio lo cobija un cieloargentino en el que un zorzal canta.

El cuarto, la casa, el barrio y elcielo con su pájaro cantor son, fun-damentalmente, el corazón de unhombre, el autor. De su pecho se haescapado este zorzal que, adoptandola forma de un fantasma, puebla laspáginas que nos ha dejado. Para queno se diga como en la grabación de

1926 que hizo el morocho delAbasto del tema “Aquel cuartito depensión” (C. M. Viale / R. Los Hoyos):“…Si vos lo vieras, mudo y tristón/ ycual queriendo también penar. / Yano se empilcha con el oro del día, /ni vibra con las dianas de tu zorzal”,sino más bien: “Mi casa es dondecanto/ porque aprendí a escuchar/la voz de Dios que afina en cualquierlugar” (“Milonga del trovador”,Astor Piazzolla / Horacio Ferrer),claro: la voz de Carlos Gardel.

Un policial de enigma impecable,que ha respetado las leyes del géne-ro y que hemos leído- seducidos poruna sólida técnica folletinesca y unafirme trama- de un tirón y con pla-cer. En suma: un entrañable fantas-ma que ha creado la ilusión de esteescritor argentino, que se llamaEduardo González.

Luis Maggiori

El fantasma de Gardel ataca el Abasto, un abanico de múltiples posibilidades

¿Cómo enfocar el análisis de una novela en el aula sincircunscribirse únicamente a los clásicos cuestionariosdonde el alumno debe responder quién es el narrador,quiénes son los personajes, cuándo y dónde suceden loshechos, qué pasó en determinado capítulo o cómo termi-na? La respuesta obviamente la ofrece el mismo texto. Esla novela la que despliega las posibles líneas de trabajo.Somos nosotros, los docentes, los que debemos estaratentos a estas “pistas” y de aquí que la sola elección deleer determinada novela sea fundamental para el trabajoáulico. Después de todo, es nuestro objetivo y responsa-bilidad la de formar lectores. De aquí que la mera deci-sión de leer determinado texto sea tan crucial para nues-tra tarea. En este sentido, como profesora, me sientoafortunada de que la novela de Eduardo González hayacaído en mis manos.

El fantasma de Gardel ataca el Abasto no sólo tieneun argumento atractivo para chicos de 11 años en ade-lante, lleno de suspenso, acción e intrigas, con personajesadolescentes (más verosímiles para estos lectores) y unregistro de habla sencillo aunque no vulgar con el cualfácilmente se puedan identificar; sino también es unanovela que presenta un abanico de ejes interrelacionadosque incentivan a pensar y a reflexionar.

Un primer eje (tal vez el más evidente, pero no porello insoslayable) es el tango. Ya se plantea de entradaque la nostalgia es el móvil de todas las acciones poste-riores y ¿qué mejor excusa para Eduardo González, aquien le gusta la música, que el tango como telón defondo para la trama? Con los alumnos se puede investi-gar sobre el tango en general, conocer su historia, cantar-lo y, ¿por qué no?, aprender los pasos del 2 x 4. Tambiénpueden investigar sobre los exponentes más representati-vos (Gardel, sin lugar a dudas, Pugliese, Troilo, Caruso oPiazzolla) y buscar información sobre el mismo Abasto,

para comparar cómo era antes con cómo es en la actua-lidad. Incluso se puede trabajar con el lunfardo y el voca-bulario de la época, al igual que aprender las técnicas delfileteado. El abanico comienza a desplegarse.

Un segundo eje es, desde ya, el policial como géneroliterario. En esta novela no hay un crimen como en lospoliciales clásicos. Sin embargo, ¿cuáles son los elementosque nos permiten identificarla como tal? ¿Cuál es el enig-ma? ¿Qué ingredientes tiene en común con los policialesclásicos y en qué se diferencia? ¿Podemos hablar de unneopolicial? El abanico se despliega...

Un tercer eje, que personalmente es el que me haparecido el más interesante, es el trabajo con la intertex-tualidad. Los títulos de los capítulos son una clara invita-ción para hacerlo, ¿o acaso Eduardo González tuvo algu-na otra intención? Tal como lo hace Pilo, Internet resultauna herramienta muy útil en este caso para pedirles a losalumnos que rastreen cuáles son los textos a los que sehace referencia. Cortázar, Borges, El hombre de la másca-ra de hierro de Alejandro Dumas, El fantasma de la óperay El misterio del cuarto amarillo de Gastón Leroux,“Cuartito azul” de Mariano Mores, “La casita de mis vie-jos” de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, “El díaque me quieras”, “Cuesta abajo”, “Mi Buenos Aires queri-do”, “Volver” y “Melodía de arrabal” (tango que aparececitado en el primer capítulo y cuya letra se puede relacio-nar perfectamente con el tema y el argumento de lanovela), estos últimos de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera,los entrañables Erdosain y el astrólogo de Roberto Arlt,Sandokán... Una lectura que abre las puertas a otras lec-turas... Eduardo González, mis alumnos con gusto hanaceptado su invitación. El abanico se ha abierto en todosu esplendor, para no cerrarse jamás...

Vanessa Dovile

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E N T R E V I S T A

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¿Cuándo eras chico te gustabaescribir?A mí me gustaba más leer que escri-bir. Me gustaba más leer, leer novelasde aventuras. En realidad, empecé aescribir en la adolescencia. Me gusta-ba el rock, escribía canciones y empe-cé a hacer algunos talleres de poesíapara escribir canciones. Después merecibí de maestro y empecé a escribirpequeños cuentos para mis alumnos.Y más adelante estudié con otroescritor, que seguramente conocen,Gustavo Roldán y decidí dedicarme ala literatura infantil. Estuve estudian-do con él unos siete años, más omenos, y después empecé a escribir ybueno, escribo.

¿Por qué quisiste escribir un librosobre el tango y no sobre otro tipode música?En realidad, el tango surgió después.Cuando estaban haciendo el shoppingdel Abasto hace unos seis años, más omenos, yo vivía bastante cerca de eselugar. Muchas veces paseaba por eselugar y había estado abandonadomucho tiempo, era un barrio bastantefeo en esa época y cuando lo empeza-ron a construir me llamó la atenciónque la gente, los vecinos del lugar,protestaban y protestaban y me llamóla atención porque antes era un lugarabandonado. No es que era un lugarlindo y no entendía por qué.Y hablando con la gente, me conta-ba que se habían criado en un barriode tangos y que no era un barriopara hacer cosas modernas. Y ahí, seme empezó a ocurrir la idea de este

conflicto que hay en la novela de lascosas nuevas y las cosas viejas y seme ocurrió hacer una novela sobre elAbasto. Y tuve que investigar acercadel tango que está relacionado conel Abasto. Entonces pensé qué podríapasar y se me ocurrió la idea de unfantasma que estuviera por elAbasto y empecé a investigar Gardel,la vida de él, y se me ocurrió quetendría que ser Gardel el que armelío, pero Gardel ya está muerto y seme ocurrió el fantasma. Así surgió elfantasma de Gardel y el interés porel tango.

¿Alguno de los personajes es real?Natu es un personaje inventado,cuando mis hijas eran chiquitasantes de dormir les contaba lasaventuras de Natu, que es la noviade Pilo. Pilo surgió en un revista quese llamaba AZ10, de ahí empecéescribiendo los primeros cuentos dePilo, del año ’98 y eran pequeñas his-torias policiales de Pilo. Y después yaescribí la primera novela que es ésta.

¿Te gustaba más el Abasto como eraantes o ahora?En realidad, me gusta más ahora. Por-que antes estaba todo abandonado.

¿Por qué los títulos de los capítulos?Hay un tipo de novela que se llamafolletín. Folletín eran unas novelasviejas que aparecían hace muchosaños. ¿Vieron los programas de tele-visión? Termina un capítulo y quedala intriga para el día siguiente. Esoen realidad es una vieja historia. Se

llamaban folletín o novelas porentrega que salían los capítulos enlos diarios; como no había televisiónaparecían estas novelas y la idea eraque el capítulo terminaba siemprecon algún misterio que se resolvía aldía siguiente, o a la semana siguien-te. Cuentan que cuando Dickensescribía la gente esperaba, comopasa hoy con la televisión, era muypopular el folletín. Entonces, se meocurrió usar ese modo de escritura:termina un capítulo con una intrigaque se resuelve en el siguiente y eltítulo colabora a crear ese misterio,está construida como un folletín.En realidad la novela policial surgedel folletín. Primero fue el folletín yluego el folletín va evolucionando ysurge la novela policial o de enigmaSherlock Holmes, por ejemplo.

¿Por qué escribís novelas policialespara chicos?Porque a mí lo que más me gusta leerson novelas de aventuras y policiales.Entonces, por eso me dedico a eso,porque es lo que más me gusta. Delas novelas románticas, me gustanalgunas, algunas de aventuras quetienen elementos románticos como“Los tres mosqueteros” pero sobretodo me gusta la novela policial.

¿Te gusta como cantaba Gardel?Pienso que Gardel en su época fuecomo si hoy habláramos de CharlyGarcía o de Alberto Spinetta, o sea,era la música de esa época. Era lamúsica que representaba a la gentejoven de Buenos Aires. Yo creo que

Los jóvenes preguntan, el autor contesta

Intercambio entre EduardoGonzález y sus lectoresEscuela Integral Maimónides, séptimo grado 2006, Ciudad de Buenos Aires.

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Gardel fue un cantante excepcional,cantaba muy bien. Sé incluso que lagente que estudiaba canto lo usabacomo ejemplo, su técnica para can-tar. Cantaba muy bien.

En la contratapa dice que “El fantas-ma de Gardel” es tu segundo libro,¿cuál fue el primero?Mi primer libro fue un libro de cuen-tos que se llamaba “Cementerioclandestino” que es para chicos unpoco más grandes. Pilo en realidadson una serie de libros. La idea mía esque cada uno de los libros sucedieraen un lugar de la Argentina distinto.Entonces, empecé por Buenos Airesporque vivo en Buenos Aires y se meocurrió que quería tomar un temaque tuviera que ver con el lugar,como el tango. El segundo sucede enla Quebrada de Humahuaca, en Jujuyy el tercero, en la Patagonia. Voy tra-tando de cambiar el lugar.

¿De qué se trata el segundo?El segundo se llama “El secreto deLeonardo Da Vinci? Y Pilo investigaporque roban la Gioconda y pareceser que estos ladrones se van a Jujuyy él va tras la pista de la Gioconda.Siempre investigo antes de comenzara escribir. Ahora estoy investigando,por un lado, el Aconcagua y losascensos al Aconcagua y también megusta toda la parte de Misiones. Megustan los dos temas, no sé cuál de losdos voy a desarrollar para el cuartolibro de Pilo. Primero, investigo.Estuve leyendo un libro sobre elAconcagua de un señor que lo escaló,le mandé un mail, me contestó, fui ala casa a ver los planos; estoy investi-gando todos los planos que ellos usa-ron para subir al Aconcagua. Piensoque voy a ir por ese lado pero todavíaestoy en la etapa de investigación.

¿Qué escritores te gustan?Me gustan muchos. De los clásicos,me gustan Stevenson, Dumas, lasaventuras de Sherlock Holmes. De

literatura argentina, me gustanCortázar, Borges. Más actuales, megusta Paul Auster. Me gusta leermuchas cosas.

¿Cuánto tiempo te lleva escribir unlibro?Más o menos entre que investigo,leo, estudio y escribo alrededor dedos años.

¿Escribís con un plan o el personajete va llevando?Trato de hacer una guía. Generalmen-te, cuando ustedes escriben policial,uno sabe cómo termina, o sea, uno loempieza a escribir de atrás para ade-lante. Y la gracia de un policial es irponiéndole trampas al lector. ¿Cómotrampas? Por un lado, hay que darledatos. A todos los que leemos policia-les nos gusta averiguar un misterio.Ahora, si yo adivino el misterio en elprimer capítulo se terminó la gracia.Ustedes cuando escriban tienen que irponiéndole trampas al lector, este esel sospechoso o es el otro. Son tram-pas que se le hacen para que el lectorcrea una cosa y a su vez, es el interésde la novela policial ir creando unenigma. Pero generalmente uno sabeya cuál es el final de la novela y lo vaescribiendo.

¿Usas borrador cuando escribís, se tevan ocurriendo las ideas?En general, cuando yo empiezo aescribir trato de elegir el tema. Poreso les decía ahora estoy entre elAconcagua o Misiones, la selva, nosé. Estoy entre esos dos temas. Meinclino más por el Aconcagua;entonces, investigo sobre elAconcagua. Investigo, investigohasta que aparece algún tema inte-resante. Por ejemplo, me llamó laatención la gente que hace expedi-ciones al Aconcagua porque loascendieron pero buscaron el ladomás difícil para subirlo no buscaronel más fácil. Buscaron las paredesverticales. Me llamó la atención todo

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lo que llevan para subir, por ejemplo,tienen que tomar seis litros de aguapor día porque es tal la cantidad deesfuerzo que hacen que se deshidra-tan; tienen que comer 5.000 caloríaspor día. Comen grasa pura porque sino pierden la grasa de los músculos,el esfuerzo y la presión. Tienen quellevar bronceador por la altura.Primero trato de investigar todo eso.Una vez que tengo alguna idea dealgo que me gusta, voy anotandotodas esas cosas y después pienso enalguna historia que puede sucederahí. Algún misterio que tenga quever. Aquí todavía no encontré unmisterio. En el caso de Gardel el mis-terio es que había un fantasma queasustaba a la gente del Abasto. Generalmente después la novela meva llevando, porque la novela vateniendo su propia lógica.Muchas veces me pasó de empezar a

escribir algo y que no me gustara.Muchos piensan que los escritoresson personas que se inspiran. No.Ustedes tienen que trabajar y van atener que tachar mucho, borrarmucho, borrar archivos completos.Uno por ahí tiene veinte páginasescritas y dice, esto es horrible, nome gusta, es aburrido. No, uno loborra y lo vuelve a escribir. Uno tieneque trabajar, tachar, corregir.

¿Vos en “El fantasma...” utilizás laintertextualidad?Todo el tiempo uso intertexto, conlas letras del tango, o a otros libros,o a cuentos de Borges, “El jardín delsendero que se bifurca”

¿La gran duda era el “káiser”?El káiser es porque un amigo míotiene un perro siberiano y se llamaKáiser.

Nada que ver con lo que nosotroshabíamos pensado.En todo caso es intertextualidad demi amigo.

¿A vos se te ocurrió que los perrosodian a los carteros?Eso lo había leído una vez en unchiste y me resultó entre tonto ygracioso. Me pareció que era buenopara la novela. Yo, a veces, pongocosas dentro de las aventuras de Pilo,cosas que no puede resolver. Y él seobsesiona con esa idea y en realidad,no lo lleva a nada. En el segundolibro de Pilo uno de los personajesera los tres mosqueteros porque losladrones se disfrazan de mosquete-ros y roban el Louvre. Entonces enun momento dado, Pilo se obsesionacon el nombre de Los tres mosquete-ros y Pilo comienza a obsesionarse conla idea de que los tres mosqueteros

Eduardo González con los alumnos de séptimo grado de laEscuela Integral Maimónides

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son cuatro y se pregunta ¿Por quélos tres mosqueteros son cuatro? Lospongo como ideas absurdas que se leocurren a Pilo y que no puede resol-ver. Cada tanto le aparece esa ideaque no tiene nada que vercon lo que está investi-gando. Como cuando leaparece la voz de sumamá que le dice “Poneteel saquito, llevás pañuelo”.Y él dice a los detectivesno le pasa esto; que sumamá le diga “Nene, andáabrigado” Juego con eso. Es una fazhumorística del personaje.

¿En todos los libros Pilo tiene lamisma edad? Sí. Los otros dos libros son un pocomás largos. Incluso ahora estuvimostrabajando porque hicimos un sitioen Internet de Pilo.

¿Cuál es la dirección?www.pilomontaliu.com.ar. Ahí apa-recen casos policiales, aparecen losamigos. Cuando se inventa un personaje, sibien Pilo es de ficción, uno imaginacómo se viste, cómo es la oficina deinvestigaciones, la casa donde vive,quiénes son sus amigos. Y, como esuna serie, también los personajes vancambiando, no son siempre los mis-mos, no van siendo iguales.Aparecen otros personajesen las otras novelas.

¿Qué sentís cuando termi-nás de escribir un libro?Siempre tengo muchasdudas. Tengo varios fina-les posibles a veces y nome termina de convencerninguno. Dudo bastante,porque uno no se sentó y ya sabíacómo era el libro. No, a uno le sur-gen un montón de ideas: si terminaasí qué pasa, y se terminara de estaotra forma. Por ejemplo, el fantas-ma, en realidad, no iba a ser solo

Pilo, iba a ser un grupo de chicos queinvestigaban: Pilo, Natu, otro chicoque se llama Matías. Iba a ser ungrupo que investigaba.

¿El personaje principal iba a ser Pilo?No, iba a ser un grupo, primero.Entonces, lo empecé a escribir y nome gustaba mucho porque me pare-cía que los personajes hablabantodos de la misma manera, erantodos muy parecidos y, bueno, no seentendía. Entonces, como yo estabaescribiendo para la revista, se meocurrió tomarlo a Pilo y que fueraPilo el que lo hiciera. Entonces, para responder la pregun-ta anterior: cuando termino un librosiempre tengo muchas dudas, si esees el final que tiene que tener. Y des-pués, a veces pasa que el correctorme dice: Mirá, acá se contradice estepersonaje, fijate. Porque a uno se lepasan cosas. Terminar, desde ese punto de vista,es un alivio porque si no uno se lapasa corrigiendo y corrigiendo.

Cuando está publicado, ¿lo leés denuevo?Sí, porque a mí me gustan mucho loslibros. No me gusta leer en una panta-lla, me gusta leer el libro hecho libro.No me gustan los libros digitales.

Entonces, siempre el libro lo leo enhojas, en mi monitor. Entonces, lovuelvo a leer para ver cómo es leerloen el libro.

¿Por qué lo elegiste a Piloy no a Natu?Había pensado en Natu,pero a mí me cuestamucho escribir como unachica. Me costaba mucho.Matías no era tan impor-tante. Incluso, estoy pen-sando que Matías puede

llegar a ser una especie de enemigode Pilo más adelante. Me resultabamuy, muy difícil escribir como si fuerauna chica. Por eso me resultó másfácil que fuera Pilo, además, ya lovenía escribiendo y por eso lo elegí.

¿”El secreto de Leonardo Da Vinci”tiene que ver con “El código DaVinci”?No, no tiene nada que ver. Haymuchos libros escritos sobreLeonardo Da Vinci, ocurre que “Elcódigo Da Vinci” se hizo muy famo-so. Hay otro que se llama “La bicicle-ta de Leonardo da Vinci”, hay otroque se llama “El último misterio deLeonardo da Vinci”. Hay muchoslibros sobre Leonardo da Vinci.El mío fue escrito en el 2002. Y notiene nada que ver. Los tres mosque-teros roban la Gioconda y tiene que

investigar y Pilo se va aJujuy a investigar quésucede, empiezan a pasarcosas y tiene que comen-zar a resolverlas.

¿Qué recorrido hace tulibro hasta llegar a lalibrería?Primero, yo lo presento a

la editorial, lo lee el editor y el editorlo pasa al corrector. El corrector velas fallas de estilo, si llegó a pasaralgo. Ahora con los programas decomputación no hay tanto problema,pero antes, uno entregaba originales,

“...cuando ustedes escriben policial, uno sabecómo termina, o sea, uno lo empieza a escribirde atrás para adelante. Y la gracia de un poli-cial es ir poniéndole trampas al lector...”

“...me ha pasado escribir y al releer darmecuenta que eso lo había escrito Stevenson, porejemplo, que lo había leído en otro lado. Lo quetrato de hacer en ese caso es hacer alguna refe-rencia y que quede como intertextualidad...”

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se te pasaba una falta de ortografía,ahora no porque lo corrige el pro-grama. Una vez que lo ve el correc-tor se llama al ilustrador. Entoncesel ilustrador lo lee y hace las ilustra-ciones. Y después una vez que estáeso, pasa a la editorial, sacan fotosde los dibujos, el montaje. Y memandan a mí lo que se llaman “gale-ras” o “galereadas” que son borrado-res de lo que va a ser el libro paraque yo los corrija por última vez.Entonces, yo lo vuelvo a leer, si hayalgo que quiero cambiar, lo tacho olo corrijo. Ya lo envío de nuevo, sehace el libro y después la editorial lodistribuye.

¿Qué haces cuando no escribís?Hago un montón de cosas. Tengohijas, me divierto, paseo, voy al gim-nasio, hago otras cosas además deescribir.

¿Alguna vez te pasó que no te hayanaceptado un libro?Sí, me pasó al principio, con un libroque era muy largo; tenía como dos-cientas páginas y me pidieron que loredujera a la mitad. Yo no lo aceptéy el libro no salió.

¿Se te ocurre tomar ideas de otroslibros?No, lo que me ha pasado escribir y alreleer darme cuenta que eso lo habíaescrito Stevenson, por ejemplo, quelo había leído en otro lado. Lo quetrato de hacer en ese caso es haceralguna referencia y que quede comointertextualidad. Porque en realidad,yo escribí algo y no me di cuenta.Algunas veces las hago a propósito,por ejemplo, “El jardín de los sende-ros que se bifurcan” es un homenajea Borges. Por ejemplo, el astrólogo, esun personaje de Roberto Arlt, estáhecho a propósito. Algunos sonhomenajes a determinados libros yestán hechos intencionalmente.

¿Por qué aparece un comisario?

Porque yo necesitaba de alguien quepudiera hacerlo. Pilo solo no puedehacer nada, no puede llevar preso anadie.

¿Te gustaría que algunos de tus librosse transformaran en una película?En realidad, me gusta más la anima-ción. A mí me gusta mucho las pelí-culas de dibujos animados. El sitiode Internet, abre como un dibujo deanimación: Pilo andando en moto.La idea del sitio es que los chicosmanden cosas.

¿Siempre quisiste ser escritor?No, en realidad, cuando era chico enlo que menos pensaba era en serescritor. Cuando yo era chico queríaser veterinario, me gustaban losbichos. Tenía gallinas, conejos,perros, gatos y tenía la idea que ibaa ser veterinario. Después, cuando empecé a escribirlo hice porque tenía una banda derock y escribíamos canciones. Reciéncuando fui maestro empecé a dedi-carme a escribir. Mientras estudiabaen la facultad no tenía mucho tiem-po y cuando me recibí, ahí me di elgusto y estudié con Gustavo Roldán.

¿De dónde se te ocurrió el “CuartetoReal”?En realidad se me ocurrió del“Quinteto Real” que existió y de esamezcla con el grupo “De la Guarda”que hacen danza área, con arneses.Así surgió la idea del “Cuarteto Real”.

¿Vos pensás que el shopping le robóel alma al Abasto?A mí me pasan las dos cosas. A mí mepasa como a Pilo: por un lado, megusta que hayan hecho ese lugarporque antes era un lugar horriblepero en un primer momento cuandohicieron la reforma del Abasto habí-an pensado en hacer un centro cul-tural ahí, el proyecto del Abasto erahacer un proyecto cultural con tea-tros, salas de música, a mí hubiera

gustado eso. Pero prefiero este shop-ping a que estuviera abandonado.Un poco ese conflicto me pasó a míy lo llevé al libro: por un lado, megustaba y por otro, no. Hay cosasque me encantan. Me encantan laplaza que hicieron, la fuente, loscines. No me gustan tantos negocios.

¿Luciérnaga Curiosa, existió, noexistió, fue novia de Gardel? Nospodés comentar un poco.En realidad, Luciérnaga Curiosa esuna intertextualidad con el tango“El día que me quieras” y es una ideaque a mí se me ocurrió porque yopensaba si Gardel cantaba esa can-ción romántica se la canta a unachica, una hipotética novia. ¿Cómose llamaría la novia de Gardel?Luciérnaga Curiosa porque él diceLuciérnaga Curiosa.

¿Por qué Gardel?Porque empecé por Buenos Aires, seme ocurrió que quería trabajar sobreel Abasto y el personaje del Abastoera Gardel. Está la casa de Gardeldonde, en realidad, nunca vivió. Lamuerte de Gardel fue muy sospecho-sa, algunos dicen que fue un acciden-te. Algunos dicen que el accidente deavión fue un atentado. Hay toda unahistoria muy confusa. Dicen que esosaviones los usaban los nazis paraentrenarse, que fue un atentado quehubo en Colombia y por eso muereGardel, por accidente, él no teníanada que ver. Y como él había filma-do muchas películas trataron de ocul-tar su muerte. Inventaron una histo-ria en la cual Gardel era el hijo de lacosturera que vivió en el Abasto. Enrealidad, no se sabe muy bien.Lo que sí se sabe es que los pilotos deesa línea área eran alemanes, que seestaban entrenando. Todos esos pilo-tos eran parte de la armada nazi,pero eso se tapó porque había dineroen juego, películas filmadas, y es todoun misterio. Y como todo misterio,hay muchas leyendas.

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“El fantasma de Gardel ataca el Abasto” es unanovela buena, pero tiene mucha fantasía. Hablamucho del tango, de Carlos Gardel y a mí no megusta el tango. Pero, en general, la idea de la novelaestuvo buena porque había enigmas por resolver ylos personajes eran divertidos.”

Evelyn Cohen Sabban

Me pareció muy buena la idea del perro y el car-tero. También me gustó mucho el enigma policial,Gardel, el Abasto, el tango y los fantasmas. Meencantó todo el suspenso, que no podés dejar de leer.Es una muy buena novela policial.

Ariel Cozak

Me gustó la novela porque hubo misterios, inter-textualidad y la relación con el tango. Me hizo cono-cer más sobre Gardel, su vida, el tango y sus letras.También entré a una página en Internet y conocísobre su música y sobre muchos cantantes de tango.

¡Espero que quien lea esta novela le guste tantocomo a mí!

Mia Buengueroff

La novela “El fantasma de Gardel ataca elAbasto” me gustó mucho por las intertextualidades,que a mí me parecieron cómicas, por la intriga de lanovela que tenía Pilo ¿Por qué los perros odian a loscarteros? También la creatividad del escondite dePilo y su pueblo “Philix Araxi”. Por otro lado, el usode la nostalgia como razón para que el fantasmaataque el shopping y Gardel como estereotipo delAbasto. Yo lo recomendaría a todos aquellos quegustan del género policial y a los que no les gustaleer esta novela los hará reflexionar y cambiar sugusto.

Jonathan Hasbani

Esta novela es muy buena porque cuando termi-nabas de leer un capítulo siempre daban ganas deleer el próximo. Todos los misterios, recorridos, per-sonajes, el ambiente, el tiempo y las pistas eran muyinteresantes y siempre te dejaban con intrigas.

Recomiendo este libro a chicos de 12 a 14 añospor su vocabulario y su misterio.

Ariel Braverman

La casa de Gardel es una casa quecompraron, la pusieron a nombre dela mamá de Gardel pero él nunca lahabitó. Ahora dicen que es la casa deGardel.

¿Qué te gusta más leer o escribir?Y es muy difícil. Es como si te pre-guntara qué te gusta más la milane-sas con papas fritas o el asado. Esdecir, me gustan las dos cosas. Enalgunos momentos me gusta másleer y en otros, escribir.

* Eduardo González nació en Buenos Aires en1957. Es psicoanalista y escritor. Fue docentey columnista en diversos programas de radio,compuso música para teatro y colaboró endiversos sitios de Internet."El fantasma de Gardel ataca el Abasto" es susegundo libro.

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Opiniones sobre la novela

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