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PODER JUDICIAL DEL ESTADO.
PLENO DEL H. TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO: 113/2014.
DENUNCIANTE: TERCERA SALA PENAL.
DENUNCIADO: LIC. JULIO OBREGÓN FLORES.
“Con fundamento en los artículos 3, fracciones IV, VIII, XIX y
XX, 6, 22, fracción XVIII, 24, 74, 84 fracción II, 114 fracción I, 124 y 129 de la Ley Número 207 de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Guerrero; y Cuarto, Séptimo, fracción III, Noveno, Décimo octavo, Vigésimo tercero, Trigésimo octavo, fracción I, de los Lineamientos Generales en Materia de Clasificación y Desclasificación de la Información, así como para la elaboración de versiones públicas emitidos por el Sistema Nacional de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, en esta versión pública se omiten los datos personales por considerarse información confidencial de acuerdo a los supuestos normativos en cita.”
Chilpancingo, Guerrero, a veintisiete de febrero de dos mil diecisiete.
VISTOS, los autos del expediente administrativo 113/2014, para resolver
en revisión oficiosa, la resolución de ocho de julio de dos mil quince, emitida por el
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, en dicho expediente,
formado con motivo del procedimiento administrativo instruido en contra del
licenciado Julio Obregón Flores, en su carácter como Juez de Primera Instancia en
Materia Penal del Distrito Judicial de Mina; y
R E S U L T A N D O:
1.- Mediante oficio 502, presentado el veintiséis de junio de dos mil
catorce, el Magistrado Presidente de la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de
Justicia, en cumplimiento a lo ordenado en el quinto punto resolutivo de la
resolución emitida por esa Sala, el trece de junio de ese mismo año, en el toca
penal III-134/2014, formado con motivo del recurso de apelación interpuesto por
la Agente del Ministerio Público adscrita, en contra de la sentencia interlocutoria de
trece de enero de dos mil catorce, pronunciada por el licenciado Julio Obregón
Flores, Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, en
la causa penal 52/1993-II, con fundamento en los artículos 81 de la Constitución
Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero; 50 de la Ley Número 674 de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Guerrero; 76, 79,
fracción X y 110 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, ordenamientos
vigentes en la época de la comisión de la falta, procedió a dar vista al Consejo de
la Judicatura del Poder Judicial del Estado, respecto de la probable falta cometida
por el licenciado Julio Obregón Flores, en el desempeño de su encargo como Juez
de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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2.- Con motivo de la vista con efectos de denuncia, dada por la Tercera
Sala Penal, a través de su Presidente, precisada en el punto anterior, el Pleno del
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial local, en sesión ordinaria de catorce de
julio de dos mil catorce, acordó instruir procedimiento administrativo en contra del
Licenciado Julio Obregón flores, por la probable comisión de faltas en el
desempeño de su cargo como Juez de Primera Instancia del Estado de Guerrero,
en relación con la causa penal ya mencionada.
3.- Por proveído de ocho de agosto de dos mil catorce, la Presidencia del
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, inició el trámite de
procedimiento administrativo en contra del licenciado Julio Obregón flores, a cuyo
efecto ordenó formar y registrar el expediente que se resuelve en el libro de
gobierno correspondiente, mandando notificar al servidor público denunciado, para
que dentro de un término de cinco días hábiles siguientes al de su notificación,
rindiera su informe pormenorizado sobre las faltas motivo de la denuncia en su
contra. Asimismo, señaló fecha para la audiencia de pruebas y alegatos a que se
refiere la fracción I del artículo 136 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del
Estado, vigente en la época de la falta, y ordenó girar requisitoria al Juez Mixto de
Paz del municipio de Coyuca de Catalán, Guerrero, para que en auxilio de las
labores del consejo instructor, procediera a notificar la radicación del
procedimiento administrativo al juez denunciado.
4.- Previa notificación personal de la incoación del procedimiento
administrativo, el denunciado licenciado Julio Obregón Flores, rindió en tiempo su
informe, mediante escrito presentado el uno de septiembre de dos mil catorce.
El treinta de septiembre de dos mil catorce, tuvo verificativo la audiencia
de pruebas y alegatos prevista en la fracción I del artículo 136 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado, a la que no asistió el servidor público denunciado, ni
ofreció prueba alguna; teniéndosele por precluido su derecho para formular
alegatos; citándose a las partes para oír sentencia.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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5.- El ocho de julio de dos mil quince, el Pleno del Consejo de la Judicatura
del Poder Judicial del Estado, dictó resolución de fondo con los resolutivos
siguientes:
PRIMERO.- Por las consideraciones plasmadas en el
octavo considerando de esta resolución, se declara fundado el
procedimiento administrativo iniciado en contra del Licenciado
Julio Obregón Flores, Juez de Primera Instancia del Ramo Penal
del Distrito Judicial de Mina, con motivo de la vista ordenada en la
resolución de trece de junio de dos mil catorce, dictada en el toca
penal III-134/2014, enviada por el Magistrado Presidente de la
Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
SEGUNDO.- Se impone al Licenciado Julio Obregón Flores, la
sanción administrativa consistente en una suspensión de cuatro
meses, del cargo de Juez de Primera Instancia del Poder Judicial
del Estado. TERCERO.- Remítanse los autos al Pleno del Tribunal
Superior de Justicia del Estado, para la consecución del
procedimiento administrativo, hasta su total conclusión. CUARTO.-
Notifíquese a las partes en los términos establecidos por la ley, y
en su oportunidad archívese el expediente como asunto
totalmente concluido.
6.- En contra de la resolución anterior, el denunciado licenciado Julio
Obregón Flores, promovió Juicio de Amparo indirecto, mismo que se radicó bajo el
número 334/2015-III, por lo que, previos los trámites legales correspondientes, el
Juzgado Quinto de Distrito en el Estado de Guerrero, por resolución de dieciocho
de diciembre de dos mil quince, determinó que se actualizaba la causal de
improcedencia prevista en el artículo 61, fracción XXIII, en relación con el 107,
fracción III, inciso a), de la Ley de Amparo; considerando improcedente la acción
de amparo ejercida; en consecuencia, se abstuvo de realizar pronunciamiento de
fondo acerca de la validez de los actos reclamados por el ahí quejoso; sobreyendo
por ende dicho juicio de amparo.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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7.- En contra de la sentencia de antecedentes, el quejoso interpuso
recurso de revisión, el cual fue resuelto el dieciocho de noviembre de dos mil
dieciséis, por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del
Vigésimo Primer Circuito; Autoridad Federal que resolvió confirmar la sentencia
impugnada.
8.- Mediante oficio 14447, de veintiocho de agosto de dos mil quince, se
turnó al Magistrado relator el expediente administrativo de mérito, para la
formulación del proyecto correspondiente a la revisión de oficio a cargo de este
Honorable Pleno del Tribunal Superior de Justicia en torno a dicha resolución del
Consejo de la Judicatura; mismo que se emite en los siguientes términos;
C O N S I D E R A N D O:
I.- La competencia del Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado,
para resolver el presente asunto, se fundamenta en lo dispuesto por los artículos
1, 2, 14, 16, fracción XXVIII, 79, fracción X, segundo párrafo, 121, 122 y 136,
fracción VI, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, con vigencia anterior
a las reformas publicadas en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado, el uno de
agosto de dos mil catorce, y 3, fracción IV, de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado, antes de sus reformas de febrero de dos mil
quince, de cuya conjunción se establece que dentro del ámbito de atribuciones que
tiene este órgano en materia de responsabilidad administrativa de los servidores
públicos del Poder Judicial del Estado de Guerrero, le corresponde llevar a cabo la
revisión de oficio de las resoluciones sancionadoras emitidas por el Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, cuando la sanción impuesta al servidor
público sea la suspensión, destitución del cargo o inhabilitación para ocupar otro;
hipótesis que se actualiza en el caso, dado que conforme a los antecedentes
relatados, será objeto de revisión la resolución de ocho de julio de dos mil quince,
dictada por el Pleno del Consejo de la Judicatura en el expediente 113/2014,
relativo al procedimiento por faltas administrativas seguido en contra del licenciado
Julio Obregón Flores, cometidas en el ejercicio de su encargo como Juez de
Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, en la que se
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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impone como sanción una suspensión de cuatro meses del cargo de Juez de
Primera Instancia del Estado.
II.- Ahora, para una mejor comprensión del asunto, resulta conveniente
traer a cuenta el texto de la vista administrativa que dio la Tercera Sala, Penal por
conducto de su Presidente:
Asimismo, dada la forma en que resolvió el A quo,
quien omitió dar cabal y estricto cumplimiento a lo establecido
por la segunda parte del párrafo segundo del artículo 94, del
Código Penal vigente en la época en que se cometió el ilícito, lo
que constituye error y descuido, pues no analizó debidamente
el texto citado de dicho numeral, y al contravenir ello
indebidamente decretó la libertad del acusado.
En ese sentido, la responsabilidad administrativa podría
estar contemplada en la fracción III, del artículo 109, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, debe ser
regulada a su vez, en concordancia con el artículo 113, del
mismo ordenamiento fundamental, atendiendo también a las
leyes sobre responsabilidad administrativa que debe expedir el
Congreso de la Unión y las Legislaturas de los Estados. Bajo ese
orden, tenemos que en el Estado de Guerrero, los principios
contenidos en el texto de los dispositivos constitucionales
mencionados, fueron recogidos, entre otros por el artículo 46,
de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado de Guerrero, que en lo conducente refiere:
Artículo 46.- Todo servidor público tendrá las siguientes
obligaciones para salvaguardar la lealtad, honradez, legalidad,
imparcialidad y eficacia que deben ser observadas en el
desempeño de su empleo, cargo o comisión.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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XXI.- Abstenerse de cualquier acto y omisión que
implique el incumplimiento de cualquier disposición jurídica
relacionada con el servicio público.
Por lo que en estas circunstancias, podemos decir que
el actuar del juzgador primario en la resolución impugnada, al
omitir cumplir cabalmente con lo que dispone el numeral 94,
párrafo segundo, segunda parte del Código Penal vigente en la
época en que se cometió el ilícito, constituye una falta
administrativa, prevista por la fracción VIII, del artículo 112, de
la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Guerrero, pues
de acuerdo al precepto legal 110, de la Constitución Política del
Estado de Guerrero, dicho juzgador es un servidor público, el
cual incurrió en responsabilidad, al no cumplir cabalmente con
su obligación como lo indica el artículo 46, fracción XXI, de la
Ley número 674 de Responsabilidad de los Servidores Públicos
del Estado de Guerrero, pues dicho juzgador, como se señaló,
al dictar la sentencia interlocutoria que motivó la alzada, no se
apegó a lo estrictamente señalado por el numeral 94, antes
citado en su parte conducente, ello al no tomar como base el
término medio aritmético para la prescripción de la acción penal
del delito de que se trata o correspondiente, que el presente
caso lo es el homicidio calificado, lo que constituye una
desviación de legalidad por su evidente error y omisión en la
aplicación correcta del aludido precepto legal, transgrediendo
con ello los principios que establece el código de ética del Poder
Judicial del Estado de Guerrero, como es el principio de
objetividad, que es precisamente la actitud del juzgador frente
a influencias extrañas al derecho, provenientes de sí mismo.
Consistente en emitir sus fallos por las razones que el derecho
le suministra, y no por las que se deriven de su modo personal
de pensar o sentir, así como también del principio de
profesionalismo, traducido en la disposición para ejercer a
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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manera responsable y seria, la función jurisdiccional con
relevante capacidad y aplicación. Y consiste en que el juzgador
debe estudiar con acuciosidad los expedientes y proyectos en
los que intervenga, fundando y motivando sus resoluciones,
evitando las afirmaciones dogmáticas, administrando con
diligencia y esmero el órgano jurisdiccional a su cargo y el
principio de excelencia, que consiste en que el juzgador debe
perfeccionarse cada día para realizar sus funciones,
desarrollando las virtudes judiciales, consistentes en
patriotismo, compromiso, lealtad, orden, respeto, decoro,
laboriosidad, perseverancia, humildad, sencillez y sobriedad.
Por lo que en estas circunstancias y por las
consideraciones jurídicas antes señaladas, los integrantes de
este órgano colegiado, con fundamento en los artículos 81, de
la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de
Guerrero; 50, de la Ley Número 674 de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado de Guerrero, 76, 79, fracción
X y 110, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de
Guerrero, consideramos pertinente dar vista al Consejo de la
Judicatura del Estado de Guerrero, de la falta administrativa ya
precisada, por la actuación del licenciado JULIO OBREGÓN
FLORES, Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Mina, pues al dictar la sentencia interlocutoria que
motivó la alzada, en la causa penal antes señalada, no resolvió
conforme a derecho e indebidamente dejó en libertad al
acusado en la causa, violando con ello los derechos de la
víctima u ofendido del delito, lo anterior para que de
encontrarlo procedente, le inicie el procedimiento que al efecto
corresponda y en su oportunidad le imponga la sanción que en
derecho proceda, girándose al efecto el oficio correspondiente
al Consejo de la Judicatura Estatal, anexándole al mismo copia
certificada de la presente resolución, y de las constancias de la
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causa penal de donde deviene el presente toca, para los efectos
legales a que haya lugar.
Sirve de apoyo al anterior criterio, por analogía, la jurisprudencia definida,
cuyo rubro y texto dice:
SERVIDORES PÚBLICOS DEL PODER JUDICIAL DEL
ESTADO DE GUERRERO. LOS PRESIDENTES DE LAS SALAS DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ESTA ENTIDAD ESTÁN
LEGITIMADOS PARA DENUNCIAR ANTE EL CONSEJO DE LA
JUDICATURA LOCAL, LOS HECHOS QUE A SU JUICIO ENTRAÑEN
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA (La transcribe).
III.- Por su parte, el servidor público denunciado, licenciado Julio Obregón
Flores, rindió su informe en los siguientes términos:
Que estando dentro del término de cinco días que se me
concedió, rindo un informe respecto de las irregularidades
denunciadas por la Tercera Sala Penal de H. Tribunal Superior de
Justicia del Estado, dentro de los autos del toca penal número
III-134/2014, deducido de la causa penal 52/1993-II instruida a
Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio, en agravio
de Ángel Pineda Mederos; así tenemos que los integrantes de la
Tercera Sala Penal, en su resolución de fecha trece de junio del
dos mil catorce, establecen lo siguiente:
Asimismo, dada la forma en que resolvió el A quo, quien
omitió dar cabal y estricto cumplimiento a lo establecido por la
segunda parte del párrafo segundo del artículo 94 del Código
Penal vigente en la época en que se cometió el ilícito, lo que
constituye un evidente error y descuido, pues no analizó
debidamente el texto citado de dicho numeral, y al contravenir
ello, indebidamente decretó la libertad absoluta, pues dicho
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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juzgador, como se señaló, al dictar la sentencia interlocutoria
que motivó la alzada, no se apegó a lo estrictamente señalado
por el numeral 94, antes citado en su parte conducente, ello al
no tomar como base el término medio aritmético para la
prescripción de la acción penal del delito de que se trata o
correspondiente, que en el presente caso lo es el HOMICIDIO
CALIFICADO, lo que constituye una desviación de legalidad por
su evidente error y omisión en la aplicación correcta del aludido
precepto legal, transgrediendo con ello los principios que
establece el código de ética del Poder Judicial del Estado de
Guerrero, como es el principio de objetividad, que es
precisamente la actitud del juzgador frente a influencias extrañas
al derecho, provenientes de sí mismo”.
Sobre lo anterior, el suscrito considera que estamos ante
la existencia de actos netamente jurisdiccionales, respecto de los
cuales no procede su análisis en esa vía disciplinaria, pues
debemos señalar que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, ha establecido que es procedente fincar
responsabilidad administrativa a partir de un análisis jurídico de
la congruencia y correcta aplicación de derecho en las
consideraciones expresadas por los órganos jurisdiccionales al
emitir sus decisiones pero con las limitaciones siguientes:
Que las actuaciones jurisdiccionales constituyan una
desviación de la legalidad que no sea debatible y opinable, en
que con base en criterio jurídico puedan sustentarse válidamente
diversas soluciones, derivadas de la interpretación de normas
jurídicas.
Que derive de un error o descuido objetivamente
evidente, por haberse emitido en contravención al texto de la ley
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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aplicable o ignorando constancias de autos de carácter esencial
para la solución del asunto.
Ahora bien, el suscrito, al resolver el incidente
respectivo, relativo a la prescripción de la acción penal,
contrariamente a lo argumentado por la Tercera Sala Penal, sí se
siguió el lineamiento señalado por el numeral 94 del Código
Penal, esto es el término medio aritmético del delito de homicidio
en su tipo penal básico 103 (sic) del citado ordenamiento legal,
ya que si somos cuidadosos, es el criterio que se ha estado
siguiendo y que es congruente con los principios de seguridad
jurídica que rige la institución de la prescripción, pues no existe
pronunciamiento firme respecto de la concurrencia de la
calificativa en el delito de homicidio, el anterior criterio tiene
sustento en la siguiente tesis.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCION PENAL. EL PLAZO PARA
QUE OPERE ANTES DEL DICTADO DE LA SENTENCIA SE
OBTIENE CONSIDERANDO LA PENA CORRESPONDIENTE AL
DELITO BÁSICO O FUNDAMENTAL SIN TOMAR EN CUENTA
AGRAVANTE ALGUNA (LEGISLACION DEL ESTADO DE BAJA
CALIFORNIA). (SE TRANSCRIBE).
Como es de verse, el suscrito juzgador analizó la figura
de la prescripción desde una óptica diversa a la señalada por los
integrantes de la Tercera Sala Penal, puesto que inclusive tenían
el mismo criterio cuando el pleno del H. Tribunal Superior de
Justicia del Estado, resolvió en revisión oficiosa la resolución de
ocho de junio de dos mil diez, pronunciada por el Consejo de la
Judicatura del Estado en el expediente administrativo 148/2009
y sus acumulados, en contra de la Licenciada Leodegaria
Sánchez Nájera, cuando fungió como Juez de Primera Instancia
en Materia Penal del Distrito Judicial de Morelos, en dicha
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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resolución fechada con veintinueve de febrero de dos mil doce,
a fojas 100 de la resolución, textualmente los magistrados que
integran el pleno del Tribunal Superior de Justicia,
establecieron:
“Así fue como la juez infringió el principio de legalidad,
dado que no estaba en condiciones para declarar la prescripción
de la acción penal ejercitada por el Ministerio Publico, porque en
cada uno de los eventos analizados no concurren los requisitos
determinados por la ley, como lo es el tiempo exigido por la
norma, porque en cuanto hace a la orden de aprensión librada
en contra de Tiburcio Teodoro Reyes (causa penal 02/998-I),
por el delito de homicidio calificado, es del veintitrés de enero
de mil novecientos noventa y ocho, por lo que desde ese
momento al día en que se decretó su detención legal veinte de
septiembre de dos mil siete (foja ciento sesenta y siete, tomo
uno), transcurrieron solo nueve años siete meses y veintisiete
días, lo que impide la extinción de la acción penal por no
haberse cumplido el plazo de catorce años indispensables para
tal efecto”.
Criterio anterior que como se establece, fue sustentado
por los integrantes del Pleno del Tribunal Superior de Justicia,
de ahí que evidentemente nos encontramos frente a un hecho
notorio, dado que los magistrados, con anterioridad emitieron
un fallo que fue similar al presente asunto que nos ocupa; en
apoyo a lo anterior se cita el criterio jurisprudencial que
enseguida se transcribe:
HECHO NOTORIO. PARA QUE SE INVOQUE COMO TAL
LA EJECUTORIA DICTADA CON ANTERIORIDAD POR EL
PROPIO ÓRGANO JURISDICIONAL, NO ES NECESARIO QUE LAS
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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CONSTANCIAS RELATIVAS DEBAN CERTIFICARSE. (SE
TRANSCRIBE).
Es decir, si los integrantes del pleno del Tribunal,
establecieron que en el delito de homicidio calificado, su plazo
para prescribir la acción penal es de catorce años,
necesariamente es el criterio que el suscrito juzgador siguió
para prescribir la acción penal en el asunto que resolví y que la
Sala III establece que incurrí en un evidente error y omisión en
la aplicación correcta del aludido artículo 94 del Código Penal,
por lo que en el presente caso, existe una discrepancia sobre la
apreciación del citado ordenamiento legal, que pueden ser
observadas desde distintas perspectivas, que no significa la
violación a los principios que rigen al servicio público a que
estoy obligado.
A lo anterior, resulta aplicable por identidad de razón
legal, el criterio contenido en la jurisprudencia de rubro y texto
siguiente:
QUEJA ADMINISTRAVA, VERSA SOBRE
IRREGULARIDADES ATRIBUIDAS A FUNCIONARIOS DEL PODER
JUDICIAL FEDERAL Y NO SOBRE CRITERIOS JURIDICOS. (SE
TRANSCRIBE).
IV.- El Pleno del Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial del Estado, para decidir sobre la existencia de la falta
administrativa y la sanción correspondiente, expresó las
siguientes consideraciones:
OCTAVO.- Al no actualizarse alguna causa de
improcedencia, se estima pertinente ingresar al estudio de
fondo de la conducta reprochada al licenciado Julio Obregón
Flores, por lo que a juicio de los integrantes de este Consejo de
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Guerrero, resulta
ser esencialmente fundada, por las razones lógico jurídicas que
se exponen a continuación.
Para estar en condiciones de dirimir la cuestión
controversial planteada, es necesario tener en cuenta ciertos
hechos debidamente acreditados en autos, a saber:
El seis de abril de mil novecientos noventa y tres (f.
61 a 63), se libró orden de aprehensión en contra de Manuel
Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio, previsto y
sancionado por los numerales 103 y 108, del Código vigente en
la época de la comisión del crimen.
En veintiuno de enero de dos mil diez, se logró
cumplimentar la orden de aprehensión de seis de abril de mil
novecientos noventa y tres, con ello la captura de Manuel
Reynoso Carbajal, motivo por el cual se le dictó auto de
detención legal respecto del delito de homicidio, cometido en
agravio de Ángel Pineda Mederos.
Conforme a lo anterior, es importante destacar que
el inculpado se encontró sustraído de la acción de la justicia a
partir del día seis de abril de mil novecientos noventa y tres,
hasta el veintiuno de enero de dos mil diez, data en la que le
fue dictado auto de detención legal.
En veintisiete de enero de dos mil diez (f. 78 a 96),
se dictó auto de formal prisión en contra de Manuel Reynoso
Carbajal, por el delito de homicidio calificado, al haberse
acreditado como agravantes las circunstancias modificativas o
calificativas conforme al numeral 108 fracciones II y III del
Código penal aplicable, en los términos siguientes:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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“…Ahora bien, respecto a las calificativas que el órgano
monopolizador de delitos alude en su pliego de consignación, en
términos del artículo 108 fracciones II y III del código penal que
se encontraba vigente en la época en que aconteció el evento
delictivo, dichas calificativas se encuentran debidamente
acreditadas, ya que respecto a la prevista en la fracción II del
mencionado ordenamiento legal, tal calificativa se acredita con
las mismas probanzas que fueron analizadas y valoradas con
anterioridad, en consideración de que el activo se encontraba
armado, y por eso el hecho de portar dicha arma de fuego
colocó en ventaja para con el pasivo del delito, de quién no se
acredita que portara algún arma de fuego, por ello el citado
acusado no corría riesgo de ser muerto o lesionado.
Por lo que respecta a la calificativa que prevé la citada
fracción III del aludido precepto legal, consistente en que el
agente haya realizado el hecho quebrantando la confianza o
seguridad que expresamente le había prometido al ofendido, o
las tácticas que éste debía esperar de aquel, por las relaciones
que fundamentalmente deben inspirar seguridad o confianza; la
misma se encuentra demostrada debido a que retomando lo
vertido por las testigos presenciales de los hechos, éstas son
coincidentes en referir que el día del evento el pasivo del delito
quién es progenitor de las mencionadas testificantes, andaba
ingiriendo bebidas embriagantes con el activo del delito,
agregando las testigos que siendo las veintitrés horas, vieron a
una distancia de seis metros que el citado sujeto, con un arma
de fuego le disparó varios balazos al hoy occiso; luego
entonces, de dichas aseveraciones se desprende que aun
cuando las testigos no hayan referido expresamente que entre
el pasivo y el activo haya habido alguna relación de amistad o
confianza, sin embargo, por el hecho de que el día de los
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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hechos ambos estaban ingiriendo bebidas embriagantes, se
infiere que por este hecho existía amistad entre los antes
citados; por ende, se acredita la calificativa prevista en la
fracción III del artículo 108 del Código Penal; por tales
consideraciones, se arriba a la convicción, que en autos se
acredita el cuerpo del delito de Homicidio Calificado, en
términos del artículo 103 en relación con el diverso 108 fracción
II del Código Penal vigente en la época en que aconteció el
evento delictivo, cometido en agravio de Ángel Pineda
Mederos…”.
Mediante interlocutoria de trece de enero de dos mil
catorce (f. 262 a 279), el licenciado Julio Obregón Flores, Juez
de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de
Mina, resolvió el incidente no especificado de prescripción de la
acción penal, dentro de la Causa Penal 52/1993-II, hecho valer
por el procesado Manuel Reynoso Carbajal, donde el A quo
estimó que se encontraba superado en exceso el término medio
aritmético establecido por el numeral 94 del código punitivo
aplicable en el momento de cometido el delito, como
consecuencia actualizada la prescripción de la acción penal al
considerar lo siguiente:
“…como se aprecia de autos, el Ministerio Público, en su
pliego de consignación, ejerció acción penal por el delito de
homicidio, previsto y sancionado por el artículo 103 en relación
con el diverso 108 fracciones II y III del Código Penal vigente
en la época en que aconteció el evento delictivo (veintisiete de
marzo de mil novecientos noventa y tres), desprendiéndose que
se trata de un delito calificado; circunstancia por la cual al,
momento de resolverse la situación jurídica del recurrente
incidentista, en fecha veintisiete de enero de dos mil diez, se le
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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decretó auto de bien preso, como probable responsable del
delito de homicidio calificado, y no de homicidio simple.
Bajo ese contexto, el artículo 108 del Código Penal
vigente en esa época literalmente establecía:
Artículo 108.- “El homicidio se sancionará con prisión de
quince a treinta años, cuando […]
Así, atendiendo a lo previsto por el citado ordenamiento
legal, al cuantificar la pena mínima con la máxima tenemos que
ambas penalidades ascienden a cuarenta y cinco años de
prisión, cuyo término medio aritmético corresponde a veintidós
años, seis meses; plazo a la fecha insuficiente para declarar
prescrita la acción penal ejercida; sin embargo, atendiendo a la
interpretación que ha dado la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en el sentido de que debe tomarse en consideración la
punibilidad establecida en la ley para el ilícito de que se trate,
teniendo en cuenta el tipo fundamental o básico, sin las
modalidades atenuantes o agravantes que pudieran concurrir en
el caso concreto; por tanto, este aspecto cuyo estudio es de
oficio debe ser declarado en cualquier estado del proceso, lo
que ahora de hace tomando en cuenta la pena establecida para
el tipo básico, que en el caso resulta ser el delito de homicidio
simple, previsto y sancionado por el artículo 103 del Código
Penal del Estado vigente en la época en que aconteció el evento
delictivo (27 veintisiete de marzo de 1993 mil novecientos
noventa y tres).
Sirve de apoyo a lo anterior la tesis visible en el número
de registro 233992. Séptima Época. Instancia Primera Sala
Seminario Judicial de la Federación 217- 228. Segunda Parte
página 50, que dice:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
17
„PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. DELITO DE
HOMICIDIO, CUANDO EN SENTENCIA SE DETERMINA LA
CONCURRENCIA DE ALGUNA CIRCUNSTANCIA ATENUANTE (SE
TRANSCRIBE)‟.
Así como la diversa contenida en (sic) Séptima época,
Registro: 234597. Instancia: Primera Sala. Tesis Aislada.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación. 151-156 Segunda
Parte, Materia(s): Penal. Tesis: Página: 90.
„PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL (SE
TRANSCRIBE)´.
En ese contexto, se advierte la posibilidad de
encontrarse prescrita la acción penal, la cual deberá ser
declarada de oficio, por ello, es necesario atender a lo
establecido por los artículos 90, 94 y 97, fracción I, del Código
Penal del Estado, vigente en la época en que aconteció el
evento delictivo (veintisiete de marzo de mil novecientos
noventa y tres).
El primero de los dispositivos legales mencionados
establece lo siguiente:
„Artículo 90. (SE TRANSCRIBE)‟.
„Artículo 94. (SE TRANSCRIBE)‟
Mientras que el artículo 97 fracción segunda párrafo
(sic), dispone:
„Artículo 97. (SE TRANSCRIBE)‟.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
18
Bajo este contexto, al indiciado se le considera sustraído
de la acción de la justicia desde el día seis de abril de mil
novecientos noventa y tres, esto es, desde el siguiente día que
fue librada en su contra orden de aprehensión.
Precisado lo anterior, se procede a realizar operación
matemática, se contabiliza el término medio aritmético de la
pena establecida para el delito atribuido al indiciado y al efecto
tenemos que el artículo 103 del Código Penal vigente en el lugar
y fecha en que se verificó el evento delictivo, establece:
„Artículo 103. (SE TRANSCRIBE)‟.
Por tanto, el término medio aritmético requerido para la
prescripción es de catorce años.
Ahora bien, se procede a realizar la operación
matemática, consistente en contabilizar el tiempo transcurrido
desde el seis de abril de mil novecientos noventa y tres, fecha
desde que se considera que el indiciado se sustrajo a la acción
de la justicia, a la fecha en que fue detenido veintiuno de enero
de dos mil diez, se obtiene que transcurrió un plazo de
diecisiete años, tres meses quince días.
En esas condiciones, el lapso transcurrido es superior a
la media aritmética de la pena de prisión establecida para el
delito atribuido al indiciado; por lo tanto, es claro que opera a
favor del procesado Manuel Reynoso Carbajal, la prescripción de
la acción penal a su favor.
Así las cosas, por las razones expuestas se estima que
en el caso procede la prescripción de la acción penal ejercitada
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
19
en contra de Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de
homicidio en agravio de Ángel Pineda Mederos”. (f. 269 a 275).
Con base en el cuadro procesal brevemente descrito con
antelación, se tienen por demostrados en forma plena los
hechos siguientes:
Que el delito por el cual se libró orden de
aprehensión, el seis de abril de mil novecientos noventa y tres,
en contra de Manuel Reynoso Carbajal, en el asunto natural fue
homicidio calificado, conforme a los artículos 103 y 108
fracciones II y III del Código Penal aplicable en la época de
cometido el delito.
Que hasta el veintiuno de enero de dos mil diez, se
cumplimentó la orden de aprehensión de seis de abril de mil
novecientos noventa y tres, con ello la captura de Manuel
Reynoso Carbajal, motivo por el cual se le dictó auto de
detención legal respecto del delito de homicidio, cometido en
agravio de Ángel Pineda Mederos.
Que el inculpado se encontró sustraído de la acción
de la justicia a partir del día seis de abril de mil novecientos
noventa y tres, hasta el veintiuno de enero de dos mil diez.
Que al dictar auto constitucional de formal prisión,
conforme a las pruebas recabadas por el Ministerio Público, se
tuvo por acreditado el delito de homicidio calificado, con base
en las calificativas previstas por el numeral 108 en sus
fracciones II y III del Código Penal aplicable, relativas al
aprovechamiento de las circunstancias o situaciones que
imposibilitaron la defensa del pasivo y la relativa a que entre
activo y pasivo, tenían alguna relación de amistad o confianza.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
20
Que el licenciado Julio Obregón Flores, Juez de
Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina,
mediante interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce (f.
262 a 285), declaró procedente la prescripción de la acción
penal con base en el artículo 94 segundo párrafo del Código
Penal, que establece que en tratándose de los delitos cuya pena
privativa de la libertad es superior a cinco años, la acción penal
prescribirá en un plazo igual al término medio aritmético de la
sanción privativa de libertad respectiva, al considerar que había
transcurrido el medio aritmético del delito básico, penalidad
relativa al delito de homicidio simple previsto y sancionado por
el numeral 103 del Código Penal del Estado, con una penalidad
de prisión de ocho a veinte años, vigente en la época de
cometido el delito, cuya penalidad es inferior a la prevista para
el delito de homicidio calificado, sin considerar que en el
sumario de origen fueron acreditadas las calidades modificativas
previstas por el numeral 108 fracciones II y III, cuya penalidad
es de quince a cuarenta años, del citado cuerpo normativo, es
decir que tenía la obligación de entrar al estudio de la figura de
la prescripción, pero tomando en consideración la figura
delictiva de homicidio calificado y no por el delito de homicidio
simple, lo que desde luego constituye una desviación de la
legalidad, por su evidente error y omisión en la correcta
aplicación de los preceptos legales de referencia.
De esta manera, la conducta realizada por el A quo,
encuadra en el supuesto de infracción administrativa previsto en
la fracción I, del artículo 46, de la Ley de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado, antes de sus reformas de
febrero de dos mil quince, que dispone:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
21
“Artículo 46. Todo servidor público tendrá las siguientes
obligaciones para salvaguardar la lealtad, honradez, legalidad,
imparcialidad y eficiencia que deben ser observadas en el
desempeño de su empleo, cargo o comisión:
I.- Cumplir con la máxima diligencia el servicio que le
sea encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión,
que cause la suspensión o deficiencia del servicio o implique
abuso o ejercicio indebido de un empleo, cargo o comisión;
(...)”.
La fracción I del numeral invocado, contiene dos
hipótesis diversas, a saber: la primera, consiste en la obligación
de cumplir con la máxima diligencia el servicio encomendado; y,
la segunda, la relativa a abstenerse de cualquier acto u omisión
que provoque la suspensión o deficiencia en el servicio o
implique abuso o ejercicio indebido del empleo, cargo o
comisión.
Cabe mencionar, que los supuestos precisados
encuentran una distinción de origen, la primera, implica valorar
si el servidor público se ha conducido en su actuación con la
máxima diligencia en el servicio encomendado, para lo que se
debe tomar en cuenta el cúmulo de actividades desarrolladas
durante el lapso a evaluar, en relación con los factores externos,
como la carga de trabajo, la premura para resolver, la
complejidad y los elementos materiales y humanos.
En cambio, la segunda hipótesis, se refiere a una
conducta singular, que valorada conforme a los factores
externos mencionados, provoque la suspensión o deficiencia del
servicio o implique abuso o ejercicio indebido de un empleo,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
22
cargo o comisión; hipótesis en que se estima que encuadra a la
conducta aquí cuestionada.
Esto es así, porque la actuación que se reclama al juez
denunciado, entraña en una conducta singular de carácter
positivo es decir un acto del que de su contenido se extrae una
omisión, que le es reprochable al servidor público implicado,
porque de acuerdo a las disposiciones que rigen el desempeño
del cargo, causa deficiencia en el cargo encomendado,
conforme una interpretación de los artículos 94, párrafo
segundo, 103, en relación con el 108, fracciones II y III, del
Código Penal local aplicable al momento de cometido el delito,
que en la parte conducente disponen lo siguiente:
“Artículo 94.- La acción penal prescribirá en un plazo
igual a una tercera parte del término medio aritmético de la
pena privativa de libertad que señala la ley para el delito de que
se trate.
El plazo para la prescripción de la acción penal señalada
en el párrafo anterior no será aplicable tratándose de aquellos
delitos cuya media de la pena máxima privativa de la libertad
señale la ley, exceda de cinco años. En tales casos la acción
penal prescribirá en un plazo igual al término medio aritmético
de la sanción privativa de la libertad correspondiente.
(…)”.
“Artículo 103.- Al que prive de la vida a otro, se le
impondrá prisión de ocho a quince años”.
“Artículo 108.- El homicidio se sancionará con prisión de
quince a cuarenta años, cuando:
(…)
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
23
II.- El agente haya realizado el hecho empleando
medios o aprovechando circunstancias o situaciones tales que
imposibiliten la defensa del ofendido y aquel no corra riesgo de
ser muerto o lesionado, con conocimiento de esta situación:
III.- El agente haya realizado el hecho quebrantando la
confianza o seguridad que expresamente le había prometido al
ofendido, o las tácticas que éste debía esperar de aquel por las
relaciones que fundamentalmente deben inspirar seguridad o
confianza, o (…)”.
Así tenemos que, las premisas normativas que se
desprenden de los preceptos invocados, son:
» Que la regla de prescripción de la acción penal, en
tratándose de delitos en los cuales la media de la pena máxima
privativa de la libertad es superior al periodo de cinco años,
prescribirá una vez transcurrido el medio aritmético de la
sanción privativa.
» Que la penalidad del delito de homicidio calificado,
conforme al numeral 108 del Código Penal, por acreditarse que
el activo se encuentre en circunstancia de aprovechamiento -
doctrinalmente conocido como ventaja- donde el pasivo se
coloque en desventaja o bajo imposible defensa (fracción II),
como también lo es que en abuso de la confianza (fracción III),
-que en la doctrina se alude como traición- será sancionado con
prisión de quince a cuarenta años.
Conforme a lo anterior, es patente que para declarar la
prescripción de la acción penal, respecto del delito de homicidio,
calificado, es indispensable que haya transcurrido el plazo medio
aritmético respectivo, que será tomado en consideración
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
24
conforme a la penalidad prevista específicamente para el tipo
penal.
Luego, si en las constancias de autos, de acuerdo al
auto de plazo constitucional de veintisiete de enero de dos mil
diez, se tuvo por acreditado el delito de homicidio calificado, en
que concurrieron las circunstancias modificativas de las
fracciones II y III, del artículo 108, del código punitivo aplicable
al momento de cometido el delito de homicidio calificado.
Por lo que, en este caso era aplicable una mayor
penalidad en relación con el delito básico o fundamental, al
haberse cometido en circunstancias de ventaja como son la
indefensión de la víctima, por lo que el pasivo no se encontraba
armado y el activo sí; ya que, portaba un arma de fuego y el
quebrantamiento de la confianza o seguridad, existente ya que
se encontraban en el baile que se celebraba en el poblado de
Río Florido, lo que reveló amistad entre el activo en relación con
el pasivo a juicio del resolutor primario, y dicha resolución se
encontraba, habría adquirido firmeza en el procedimiento penal.
En esa sintonía, debieron ser consideradas las
calificativas al momento de resolver el incidente relativo a la
prescripción de la acción penal y con ello considerar que el plazo
de prescripción aplicable era el medio aritmético de quince a
cuarenta años, que prevé el numeral 108 del código punitivo de
la entidad aplicable al momento del delito, lo que el juez
denunciado omitió tomar en cuenta para efectuar el estudio de
la prescripción de la acción penal.
Por tanto, es evidente la irregularidad administrativa
atribuida al juzgador, ocasionó deficiencia de su cargo; puesto
que, declaró la prescripción de la acción penal, respecto del
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
25
delito de homicidio simple, cuando de autos consta que en el
auto de formal prisión el delito que se tuvo por configurado fue
el de homicidio calificado, previsto y sancionado por los
numerales 103, en relación con el 108, fracciones II y III, del
código sustantivo penal, y cuya penalidad de quince a cuarenta
años, no fue considerada al resolver la interlocutoria de trece de
enero de dos mil catorce.
Lo anterior, se considera como un desacierto por parte
del juzgador implicado, porque si bien la penalidad prevista para
el delito de homicidio, va en razón del bien jurídico que protege,
en este caso la vida, el cual se considera de mayor valía y
esencial interés de proteger por parte del Estado; también lo es,
que en el asunto que nos ocupa fueron demostradas en forma
precisa las calidades modificativas y calificativas, a las cuales le
es aplicable una penalidad mayor, para ello el legislador previo
una mayor temporalidad, al considerar las circunstancias de
ventaja y traición en la comisión del delito de homicidio, lo cual
fue inobservado por el A quo, y con ello incurrió en un acto que
causa deficiencia en la correcta administración de justicia, pues
se apartó del ideal de justicia para el cual se le encomendó
desempeñar ese cargo.
Por tanto, al resolver procedente la prescripción de la
acción penal, al considerar que se trata de homicidio simple, no
le importó como perito en la materia, dejar de observar que se
trata del mismo tipo penal con modalidades o calificativas que
agravan su penalidad, dado que la propia legislación punitiva
establece diferencias y características entre uno y otro, como
ocurre en tratándose de la penalidad y el lapso para que opere
la prescripción de la acción penal.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
26
Ahora bien, como se desprende del contenido de la
sentencia interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce, en
la que el juez denunciado al motivar su determinación y
considerar que se tendrá en cuenta el delito básico o
fundamental y no sus calificativas, lo hizo conforme a lo
sustentado por las tesis con número de registro 233992 y
234597, Séptima Época, de la Primera Sala, del Semanario
Judicial de la Federación 217-228, segunda parte, página 50 y
151- 156 segunda parte, respectivamente, página 90, cuyos
rubros y contenidos son los siguientes:
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. DELITO DE
HOMICIDIO, CUANDO EN SENTENCIA SE DETERMINA LA
CONCURRENCIA DE ALGUNA CIRCUNSTANCIA ATENUANTE. (La
transcribe).".
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. (La transcribe)."
Por lo anterior, es importante precisar que los criterios
en los que se basa el A quo denunciado, no son aplicables al
caso concreto, porque se encuentran superados, como se
observa del contenido de la contradicción 46/2007-PS, resuelta
por la Primera Sala, que se sustentó entre el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal del tercer circuito y el Cuarto
Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, misma que
aparece publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVIII, diciembre de 2008,
página 117, cuyo rubro y contenido es el siguiente:
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. PARA SU
CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA PENALIDAD APLICABLE AL
DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE INTEGRA EL
PROCEDIMIENTO PENAL. La Primera Sala de la Suprema Corte
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
27
de Justicia de la Nación ha sostenido que tanto al obsequiarse la
orden de aprehensión como al dictar el auto de formal prisión,
debe fijarse el delito, ya sea en forma simple o con sus
respectivas calificativas, modalidades o modificativas; de ahí
que en cualquier fase del procedimiento penal, el plazo para
que opere la prescripción debe computarse a partir del
establecimiento del delito que se le atribuye al probable
responsable. Así, la prescripción se actualiza en cada etapa
procesal, tomando en cuenta el delito por el cual se emite la
determinación respectiva, atendiendo a si existen o no
calificativas sobre el ilícito establecido y conforme a la
legislación correspondiente. Esto es, debe considerarse la pena
del delito configurado atribuido al responsable, ya sea básico o
con todas sus modalidades o circunstancias modificativas o
calificativas, lo cual deriva en la obligación constitucional y legal
de todo juzgador consistente en que al emitir una orden de
aprehensión, auto de formal prisión, apelación o cualquier otro
acto durante el proceso determine, según el delito de que se
trate, los datos que acrediten los elementos del tipo penal, no
sólo para precisar la figura delictiva básica, sino también para
que, de ser el caso, se configure su específica referencia a un
tipo complementado, subordinado o cualificado, pues no debe
perderse de vista que durante el proceso penal pueden
actualizarse diferentes fases, por lo que deben determinarse con
precisión sus elementos constitutivos, incluyendo las
modificativas o calificativas que, en su caso, surjan de los
hechos materia de la etapa procesal de que se trate. Por tanto,
debe tomarse en cuenta el delito determinado por el cual se
sigue el procedimiento, en cualquiera de sus fases, de manera
que la prescripción quedará condicionada al transcurso del
término establecido para la sanción que corresponda al delito
concreto señalado en cada etapa procesal. Lo anterior es así,
porque conforme al principio de seguridad jurídica, en cada una
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
28
de ellas puede modificarse el delito, por lo que si al obsequiar la
orden de aprehensión se le atribuye al probable responsable
determinado ilícito, el término para que opere la prescripción se
computará de acuerdo a los plazos previstos en la legislación
correspondiente, y si al dictado del auto de formal prisión se le
ubica en uno diverso, ya sea básico o con calificativas, el
indicado término se computará de acuerdo a la penalidad
aplicable a esta nueva valoración del delito, y de igual forma
tendrá que hacerse en cada una de las fases que integran el
procedimiento penal”.
Conforme a lo anterior, se evidencia la infracción
administrativa por parte del juez denunciado, ya que, una vez
más se reitera al momento en que resolvió la interlocutoria de
trece de enero de dos mil catorce, omitió considerar las
circunstancias modificativas del delito; aunado a que, se
sustentó en criterios, que ya fueron superados, lo cual refleja
una notoria ineptitud para ocupar el cargo de juzgador, al no
ceñirse o acatar los fundamentos legales invocados como son lo
dispuesto por el numeral 108, fracciones II y III, del código
punitivo aplicable, como las tesis y resoluciones publicadas en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta ya que es
perito en la materia; máxime que, dicha contradicción impera
publicada desde el año dos mil ocho; por tanto contaba con la
posibilidad de consultarlo debido a que ya existía un criterio
firme respecto de la prescripción de la potestad punitiva, dicho
criterio, por su propia naturaleza se encontraba firme, con ello
se encontraba obligado en atenderlo; por tanto, de las
constancias de autos se demostraron las circunstancias
calificativas del delito de homicidio calificado conforme al
numeral 108 fracciones II y III del código sustantivo penal del
Estado de Guerrero, aplicable al momento de cometido el delito.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
29
Es por ello, que al resolver que la prescripción de la
acción penal se encontraba prescrita dado que había
transcurrido el plazo medio aritmético, respecto del delito de
homicidio simple, se apartó del interés general que existe en la
persecución de los delitos y la protección a los derechos
humanos de la víctima; puesto que con su determinación causó
detrimento a la correcta administración de justicia, ya que no
cumplió con uno de los fines primordiales en materia penal,
relativo a que existe una obligación constitucional por parte del
Estado, en que el delito no quede impune, máxime que obra
acreditado que el delito configurado es homicidio calificado,
cuya penalidad es mayor en relación con el delito básico o
fundamental y se encontraba catalogado como grave, conforme
al artículo 70, del Código de Procedimientos Penales del Estado
de Guerrero.
Por tal motivo, es que la conducta reprochada bajo
estudio, es evidente, ya que al resolver la interlocutoria de trece
de enero de dos mil catorce (F. 262 a 286), se apartó de la
obligación que tiene el Estado de investigar, perseguir y castigar
los delitos, dado que busca velar porque se garantice la armonía
social, cuyo fin se puede materializar mediante la correcta
administración de justicia, sobre todo cuando se demostraron las
calidades modificativas para considerar el plazo de prescripción
conforme a los artículos 103 y 108, fracciones II y III, del Código
Penal aplicable en la época de cometido el delito, no como
ocurrió con la declaratoria de la prescripción de la acción penal,
que tuvo como consecuencia la inmediata y absoluta libertad del
procesado, cuando dicha potestad aún se encontraba vigente,
como se muestra en la gráfica siguiente:
Tipo penal
fundamento Penalidad
Orden de
aprehensión.
Sentencia
interlocutoria que
declara la
Media aritmética
artículo 94 párrafo
segundo del código
Tiempo transcurrido al
21 de enero
de 2010 (ejecución de la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
30
prescripción de la
acción penal.
penal aplicable. orden de aprehensión).
Artículo 103
Homicidio
simple
8 a 20
años 6 de abril de
1993. 13 enero de 2014.
Catorce años.
Dieciséis años, nueve
meses y catorce días. Artículo 108
Homicidio
calificado
15 a 40
años.
Veintisiete años con
seis meses.
De ahí, que al resolver el incidente de prescripción de la
acción penal, dejó de atender conforme a los autos, que se
encontraban acreditadas las modalidades del delito de
homicidio calificado, al que le es aplicable mayor penalidad
respecto del delito básico, y por ello, declaró que operaba la
prescripción de la pena, ya que ocasionó que de manera
incorrecta declarara la inmediata y absoluta libertad de Manuel
Reynoso Carbajal, respecto del delito de homicidio, cometido en
agravio de Ángel Pineda Mederos.
Por tanto, es que se encuentra demostrado un notorio
error inexcusable en el cumplimiento estrictamente profesional,
en que incurrió derivado de una omisión al declarar que había
cesado la potestad punitiva del Estado, por el transcurso del
tiempo, basándose únicamente en el delito básico sin considerar
que se encontraban justificadas en autos las modalidades
relativas al delito de homicidio calificado, desde el momento en
que fue librada la orden de aprehensión, como en el término
constitucional, ya que consta de las constancias que obran en el
presente sumario, circunstancias que pone en evidencia la
transgresión al interés general del Estado en perseguir delitos y
el relativo a que el delito no quede impune; aunado a que, de
autos se justificaron las calidades modificativas, por las cuales
estaba obligado conforme al marco normativo y ético que rige
su encargo, a aplicar la regla de prescripción respecto a la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
31
penalidad prevista en las fracciones II y III del arábigo 108 del
Código Penal, aplicable al momento en que se cometió el delito.
De igual modo, el descuido en el cumplimiento
estrictamente profesional en que incurrió al declarar que había
cesado la potestad punitiva del Estado, por el transcurso del
tiempo, basándose únicamente en el delito básico, sin
considerar que se encontraban justificadas en autos las
modalidades relativas al delito de homicidio calificado, desde el
momento en que fue librada la orden de aprehensión, como en
el término constitucional, como consta de las constancias que
obran en el presente sumario, circunstancia que pone en
evidencia la transgresión a los principios de lealtad, legalidad y
eficiencia que rigen el servicio público de impartir justicia, lo que
demuestra un error inexcusable, derivado de la ignorancia de la
ley y de los criterios rectos de interpretación vigentes en el
desempeño de sus labores.
Sirve de apoyo, por identidad de razón, la tesis P.
CXLV/97, emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, visible a página ciento ochenta y siete, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo VI,
correspondiente al mes de octubre de mil novecientos noventa y
siete, Novena Época, Materia común, con número de registro
197484, que a la letra dice:
“CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. AL ANALIZAR
LA CAUSA DE RESPONSABILIDAD PREVISTA POR EL ARTÍCULO
131, FRACCIÓN III, DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN, NO SE ERIGE EN UN TRIBUNAL
DE LEGALIDAD. El Consejo de la Judicatura Federal, para poder
fincar la causa de responsabilidad prevista en la fracción III, del
artículo 131, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
32
Federación, relativa a la notoria ineptitud o descuido de un
servidor en el desempeño de sus funciones o labores que deba
realizar, requiere adoptar una actitud que, sin llegar a
convertirse en órgano revisor de la legalidad de las resoluciones
emitidas por los Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito, sí
pueda apreciar de manera directa los fundamentos y motivos
expuestos, ya en una determinación procesal o en un fallo y
que, sin entrar al fondo del negocio ni afectar las situaciones
jurídicas derivadas de lo resuelto, simplemente vigile que la
actitud del juzgador, materializada en su resolución, sea
congruente con la naturaleza de la actividad jurisdiccional que le
es propia de acuerdo a la ley.”
Es por ello que, la conducta infractora lesiona los
derechos humanos del agraviado en el proceso penal, al
declarar procedente la prescripción de la acción penal y con ello
decretar la libertad del procesado, a pesar de que se encontraba
pendiente por transcurrir el plazo medio aritmético, conforme a
lo dispuesto por las reglas establecidas por el numeral 94, en
relación a las calidades modificativas previstas por el diverso
108, fracciones II y III, del código sustantivo penal vigente en
la época de los hechos.
En relación a lo anterior, puede apreciarse que el A quo,
al resolver que la acción penal se encontraba prescrita por el
transcurso del tiempo, respecto de la penalidad establecida para
el delito básico, como lo es el de homicidio simple, al considerar
que era el que más le beneficiaba al procesado, lo cual resulta
apartado de todo contexto jurídico; porque omitió considerar
que se encontraban acreditadas las categorías agravantes del
delito, por tanto es que en forma interpretativa se extrae que la
omisión de considerar las calificativas del delito de homicidio,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
33
tuvo como consecuencia la deficiencia en la prestación del
servicio público.
Lo anterior es así, ya que la prescripción de la acción
penal, se encuentra en función de la pena correspondiente al
delito en concreto, cometido por el infractor, con el requisito
legal de que se encuentren acreditadas las calificativas y no así
por cuanto hace al delito considerado como básico; ya que de
ocurrir se contravendría en forma grave el interés general del
Estado en la persecución del delito conforme a nuestra Ley
Fundamental.
De ahí, es evidente que la actuación del juez
denunciado es susceptible de analizarse en esta sede
administrativa, dado que con dicha determinación se aparta de
la primordial tarea que tiene el Estado de impartir justicia, lo
que en el caso va encaminada a la persecución de los delitos y
procurar con ello la protección a los derechos de la víctima,
como también la reparación del daño como mecanismo para
garantizar la armonía social.
Asimismo, con dicho ilícito se perjudico un bien jurídico
de protección primordial del Estado, con ello, concedió la
posibilidad de que el procesado en cuestión se sustraiga de la
acción de la justicia, por el sólo hecho de no tomar en cuenta
las agravantes del delito de homicidio es decir, aplicó de forma
incorrecta la hipótesis contenida respecto del delito de homicidio
simple, cuando del sumario que dio origen al presente asunto,
se desprende que en la interlocutoria de trece de enero de dos
mil catorce, omitió considerar -como se ha visto-que no se
encontraba prescrita la potestad punitiva del Estado, puesto que
se encontraban acreditadas las calificativas del delito de
homicidio calificado, con ello causó detrimento a la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
34
administración de justicia, a la sociedad y a los derechos
humanos de la víctima u ofendido, al no lograr el resarcimiento
del interés jurídico afectado por la conducta delictiva.
Bajo ese marco, es de señalarse que la conducta
irregular del servidor judicial denunciado sólo puede
considerarse como un error craso, al realizar una incorrecta
apreciación de los hechos e inobservar que en el caso concreto
se acreditaron las circunstancias modificativas del delito de
homicidio, por lo que a la data en que resolvió el incidente de
prescripción de la acción penal, ésta no se encontraba agotada,
por tal motivo es que se apartó de la delicada tarea
encomendada, como integrante de un órgano jurisdiccional, que
tiene a cargo el servicio de administración de justicia, al
inobservar la estricta aplicación de la ley.
Para concluir con la plena acreditación de la infracción y
fincar responsabilidad administrativa al denunciado, es
indispensable determinar la incidencia o no de los factores
externos a la labor jurisdiccional, como la carga de trabajo, la
premura, la complejidad, los recursos materiales y humanos,
puesto que en algunos casos, éstos pueden erigirse como
atenuantes o causas de justificación a favor de los servidores
públicos.
En este sentido, se sostiene que al tratarse de una
omisión que deriva del mero descuido del A quo, al declarar que
se encontraba prescrita la acción penal, respecto del delito de
homicidio simple, acorde a lo establecido por el numeral 103,
del Código Penal aplicable al momento de cometido el delito, sin
considerar que en el asunto natural se encontraron demostradas
las modalidades previstas por el diverso 108, fracciones II y III,
del ordenamiento legal invocado, y que declaró la prescripción
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
35
de la acción penal, la cual va encaminada en función de la pena
respectiva, es decir, no en función de la pena señalada para el
delito considerado en modo genérico, con ello causó perjuicio a
los intereses de la víctima, dado que el Estado tiene como
interés la persecución de los delitos con ello garantizar que se
administre justicia en forma adecuada conforme a lo dispuesto
por el artículo 17, de nuestra carta magna.
Por tal motivo, en primer término se descarta la
incidencia de la carga de trabajo, ya que de acuerdo con las
constancias de autos se demostraron las agravantes
establecidas por el artículo 108, fracciones II y III, del código
punitivo, aplicable al momento en que se cometió el delito de
homicidio calificado; aunado a que, no transcurrió el término
para declarar la prescripción penal, conforme a las reglas
previstas para declarar el medio aritmético, como se desprende
del propio artículo 94, segundo párrafo, del código punitivo
aplicable en el momento de la comisión de dicho ilícito.
Aunado a ello, el factor concerniente a la carga de
trabajo del órgano jurisdiccional no fue hecho valer por el
servidor público, lo que permite desestimar su concurrencia,
pues por cuestión lógica, si hubiera tenido alguna incidencia en
la comisión de la infracción, así lo hubiera alegado el
denunciado, lo que no acontece.
En este sentido, debe señalarse que cuando un
funcionario judicial argumenta la existencia de una carga de
trabajo excesiva, como una condición excepcional que dio lugar
a la irregularidad que se le imputa, tal situación debe ser
demostrada por éste, puesto que la carga de la prueba le
corresponde, y si en la especie no hizo valerse esa circunstancia
y en los autos no obran constancias que permitan advertir su
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
36
concurrencia, debe descartarse que haya influido a favor del
servidor público.
Sobre el particular, es aplicable por identidad de razón,
la tesis II.2o.T.Aux.19 A, sustentada por el Segundo Tribunal
Colegiado Auxiliar, con residencia en Naucalpan de Juárez,
Estado de México, editada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Enero de 2011, Materia
Administrativa, Novena Época, que se reproduce:
“RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS
SERVIDORES PÚBLICOS DEL PODER JUDICIAL DEL ESTADO DE
MÉXICO. LA CARGA DE LA PRUEBA EN EL PROCEDIMIENTO
RELATIVO CORRESPONDE A AQUÉLLOS CUANDO
ARGUMENTAN COMO CAUSA DE LA CONDUCTA INFRACTORA
LA EXCESIVA CARGA DE TRABAJO. Los artículos 52, 63 y 118 a
121, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de México
y 62 a 73 del Reglamento Interior del Consejo de la Judicatura
de la misma entidad, prevén que a dicho órgano corresponde la
administración, vigilancia y disciplina de la actuación de quienes
laboran en dicho poder. Asimismo, regulan la tramitación del
procedimiento de responsabilidad administrativa de sus
servidores públicos y, en particular, el mencionado artículo 119,
en su fracción II, da a aquéllos la posibilidad de ser oídos y
vencidos en él, pues una vez interpuesta la denuncia o
levantada el acta con motivo de las visitas practicadas a las
Salas o a los Juzgados, o por hechos que se adviertan del
ejercicio de la función que se les ha encomendado, se les hará
saber su contenido, para que rindan un informe a efecto de que
respondan las imputaciones en su contra y, en su caso, ofrezcan
pruebas para desvirtuar las afirmaciones de la contraria o para
acreditar las propias. Así, la carga de la prueba en el indicado
procedimiento corresponde a los señalados servidores públicos
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
37
cuando argumentan como causa de la conducta infractora, la
excesiva carga de trabajo, por lo que, al rendir su informe,
deberán ofrecer el material probatorio conducente con las
formalidades que permitan su legal y pronto desahogo.”
En tanto que, al tratarse de una omisión del denunciado
puesto que dejó de tomar en cuenta que se encontraban
demostradas las modalidades del delito de homicidio calificado,
ya que fueron demostradas las circunstancias de
aprovechamiento, o la imposibilidad de defensa de la víctima, al
encontrarse quebrantada su confianza, conforme al código
punitivo aplicable en esa época, con ello contravino el principio
de legalidad, del cual se apartó; ya que del mismo se prevén
acciones concretas y la gradualidad del reproche en torno a las
circunstancias que confluyen en su realización, lo cual se
encuentra establecida la duración mínima y máxima de la
sanción, mismas que por una parte no fueron tomadas en
consideración, mucho menos se encontraba superado el término
establecido para declarar la prescripción de la facultad punitiva
del Estado, como se analizó en líneas previas, razón por la cual
causó deficiencia en el servicio que le fue encomendado como
resultado de la omisión reprochada.
Tiene aplicación a lo anterior, la tesis 1a. CCXXXVI/2012
(10a.), sustentada por la Primera Sala de nuestro Máximo
Tribunal, editada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, localizable en el Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 2,
página 1204, número de registro electrónico 2001924, Materia
Constitucional, Décima Época, que se reproduce:
“HOMICIDIO CALIFICADO. LOS ARTÍCULOS 128 Y 138
DEL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, QUE
DETERMINAN LA APLICACIÓN DE UNA SANCIÓN AGRAVADA EN
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
38
COMPARACIÓN CON LA PREVISTA PARA EL DELITO SIMPLE,
NO VIOLAN EL PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD DE LAS
PENAS CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 22 DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL. La previsión normativa para sancionar el delito de
homicidio agravado no comprende una doble calificación o
sanción de la conducta, sino la previsión de acciones concretas
y la gradualidad del reproche en torno a las circunstancias que
confluyen en su realización. Así, la sanción de 8 a 20 años de
prisión prevista en el artículo 123, del Código Penal para el
Distrito Federal, es aplicable únicamente a la acción de
homicidio doloso neutro o simple intencional. En cambio,
cuando concurre alguna circunstancia a las que se refiere el
precepto 138, que agrava el reproche de la conducta, entonces
la pena aplicable será de 20 a 50 años de prisión, en términos
del numeral 128, pues ello obedece al incremento gradual en un
marco de proporcionalidad de la sanción. La racionalidad
jurídica que hay detrás de esta decisión legislativa es establecer
una diferenciación al momento de sancionar una conducta de
acuerdo a la actualización de las hipótesis o circunstancias que
le imprimen gravedad, como sucede cuando se priva de la vida
a una persona mediante ventaja, traición, alevosía o por
retribución, entre otras. Por tanto, los artículos 128 y 138, del
Código Penal para el Distrito Federal, al prever una sanción más
severa que la aplicable al delito simple, por actualizarse alguna
de las hipótesis o circunstancias que el segundo de los
numerales señala, no violan el principio de proporcionalidad de
las penas previsto en el artículo 22 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, que impone la correlación con la
gravedad del delito que se sanciona y la intensidad de
afectación al bien jurídico”.
Con lo anterior, se descarta el aspecto de la premura,
además que la urgencia que existe en su emisión no puede
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
39
justificar que se incumpla el análisis de cuestiones de orden
público, que pueden originar primeramente una afectación
grave a los derechos humanos de la víctima, como a las
disposiciones que regulan el servicio público de una correcta y
eficiente administración de justicia, ello en consideración que
ese delito afectó la vida, misma que se considera él bien jurídico
de mayor valía en relación con otros bienes jurídicos, lo cual
repercute en forma notoria en perjuicio de la sociedad, a quién
el Estado es el principal obligado en cuidar esa armonía y en la
comisión de delitos que las penas establecidas en la ley
aplicadas a cabalidad.
Tampoco puede hablarse de que la actuación que se
estima omitida, y que dio lugar a que en forma indebida se haya
declarado la prescripción de la acción penal, revista mayor
complejidad, por las cuestiones a dirimir ni por el volumen de
las constancias a examinar, puesto que para ello, basta con
efectuar un análisis acucioso y sencillo, tomando en cuenta que
se encontraban acreditadas conforme a los autos las
modalidades que agravan el delito de homicidio simple, mismas
que se encuentran reguladas por el código punitivo aplicable, en
armonía al texto constitucional y convencional; donde el
implicado partió de una premisa equivocada colocando en
desventaja los derechos de la víctima, ya que no garantizó el
derecho humano que le asiste para que se administre justicia, al
declarar que la potestad punitiva se encontraba superada, por lo
que conforme al numeral 94 segundo párrafo, en relación con
los diversos 103 y 108, fracciones II y III, del código sustantivo
penal aplicable, se encontraba vigente al acreditarse las
agravantes del delito de homicidio.
Del mismo modo, por las condiciones en que se suscitó
la falta, se descartan la incidencia de los recursos materiales y
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
40
humanos, esto porque la omisión en que incurrió el juez
denunciado, fue personal, en tanto que se encontraba obligado
a analizar que conforme a las constancias de autos se
demostraron las situaciones de ventaja del activo respecto del
pasivo, basado en la confianza motivada por amistad o
circunstancia que brinde seguridad, donde se encontraba en
riesgo su vida, que dan lugar al delito de homicidio calificado, al
cual le es aplicable una mayor penalidad, en relación con el
delito básico, es por ello que la penalidad establecida es mayor,
lo que no consideró al declarar la prescripción de la facultad
punitiva, con ello la libertad del procesado, por lo tanto, no
dependía de mayores elementos que los necesarios para
formular sus argumentos jurídicos hacerlos constar en sus
determinaciones, como ocurre mediante los recursos de captura
e impresión, con los que contaba el juzgado tan es así que
emitió la interlocutoria que dio origen al procedimiento
administrativo que ahora se resuelve.
En este contexto, la conducta precisada actualiza la
segunda hipótesis del aludido numeral 46, fracción I, de la ley
de responsabilidades, ya que consiste en la omisión de
considerar las modalidades que agravan el delito de homicidio
previsto por el arábigo 103, en relación con el 108, fracciones II
y III, del código punitivo aplicable, lo que conlleva deficiencia en
el servicio público de administración de justicia, porque se
aparta del interés que tiene el Estado en perseguir delitos,
puesto que, la propia normatividad penal establece las
circunstancias y características con las que se diferencia el delito
básico en relación con el calificado y la penalidad del mismo,
como el lapso de tiempo que debe transcurrir para que se
encuentre prescrita la acción penal del Estado.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
41
Por las consideraciones apuntadas, al no acreditarse
alguna excluyente de responsabilidad o atenuante a favor del
servidor público, los integrantes de este Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, arriban a la convicción
de que en el caso que ahora se resuelve queda probada la
responsabilidad administrativa del juez implicado y por ende, lo
conducente es declarar fundado este motivo de disenso.
A su vez, se procede a graduar la falta administrativa
acreditada prevista en la fracción I, del artículo 46, de la
multicitada ley de responsabilidades, conforme a los aspectos
siguientes:
A) Naturaleza de la conducta infractora. En este
sentido, tenemos que la omisión es atender las circunstancias
modificativas previstas por el numeral 108, fracciones II y III,
del Código Penal aplicable en la época de cometido el delito
materializado con la sentencia interlocutoria de trece de enero
de dos mil catorce, donde esencialmente declaró procedente
que se encontraba prescrita la acción penal, al tomar en cuenta
únicamente la penalidad prevista para el delito de homicidio
simple, previsto por el numeral 103 del código punitivo del
Estado aplicable en la época de cometido ese delito, no así las
agravantes previstas en el artículo 108, fracciones II y III, del
citado cuerpo normativo, en la causa penal 52/1993-II, instruida
en contra de Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de
homicidio calificado, en agravio de Ángel Pineda Mederos.
La conducta infractora en este caso, representa por
parte del juez denunciado, una desviación de la legalidad por su
evidente error y omisión en la aplicación correcta del numeral
108, fracciones II y III, en relación con el diverso 94, segundo
párrafo, del Código Penal aplicable, en el cual se encuentra
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
42
establecida una penalidad mayor respecto del delito básico con
base en la que debía efectuarse el cómputo de la prescripción;
como se desprende de la sentencia interlocutoria cuestionada y
como ya se dijo, para arribar a esa determinación consideró
aplicables criterios emitidos por la Primer Sala de nuestro
máximo tribunal, los cuales ya se encontraban superados y
analizados conforme a lo establecido por la contradicción de
tesis 46/2007-PS, con ello se evidenció contravención del
criterio jurisprudencial vigente de observancia obligatoria para el
juez implicado, el cual le sirve para aclarar lo concerniente a la
penalidad aplicable respecto del delito básico o en su caso la
establecida para el delito calificado, lo cual es inaceptable
porque como impartidor de justicia está obligado a actualizar
sus conocimientos jurídicos, por tanto se estima que es de
mayor magnitud, dado que representa una inobservancia
notable a los principios de eficiencia, lealtad, legalidad,
profesionalismo y excelencia, rectores de la función
jurisdiccional, como se expone a continuación.
Así, el juez denunciado trastocó el principio de eficiencia
al no abstenerse de incurrir en la omisión que causó perjuicios
en el servicio público que tenía encomendado de impartir
justicia, lo que revela que no dispuso de todos los medios a su
alcance para hacerla eficiente, por lo que en el caso que nos
ocupa, al considerar aplicar la penalidad del delito configurado
conforme a las constancias de autos, donde fueron demostradas
conforme las modalidades o circunstancias modificativas o
calificativas, además que respecto de esa circunstancia pudo
allegarse de la jurisprudencia vigente respecto al tema y
aplicarla en su resolución cuestionada.
La trasgresión al principio de lealtad, se actualiza,
porque el servidor judicial denunciado con motivo del
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
43
incumplimiento acreditado, conforme a las reglas de
prescripción, omitió tomar en cuenta la penalidad establecida
respecto al delito de homicidio calificado, al momento de
declarar la prescripción de la acción penal, por encontrarse
acreditadas las situaciones establecidas conforme al numeral
108, fracciones II y III, del Código Penal del Estado aplicable en
la época de cometido el delito, contrario a ello, únicamente
consideró la penalidad establecida respecto del delito de
homicidio simple, como ya se vio en líneas precedentes, es
inferior al delito configurado, por lo que se apartó de todo
contexto jurídico al declarar la libertad del procesado, causando
detrimento a la impartición de justicia; porque con ello
contravienen los valores y fines de la institución de que es parte
(Poder Judicial del Estado), es decir la correcta impartición de
justicia.
Luego, si la observancia a las leyes es una cuestión que
atañe al interés público, con mayor razón las normas relativas a
la penalidad, que han sido consensadas como la retribución al
delito cometido, y con lo cual se satisface el interés colectivo
que existe en la persecución y sanción de los delitos, para la
proscripción de estas conductas nocivas para la sociedad,
además de la afectación en el servicio público encomendado y
en contravención a los derechos humanos de legalidad e
impartición de justicia adecuada pronta y expedita, cuyos fines
se encuentran protegidos por los ordinales 14 y 17, de la
constitución general de la República, lo que se extrae de una
intelección, debe ser más escrupuloso en los delitos graves.
Tiene aplicación en forma ilustrativa, el criterio 3,
sustentado por el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, al
resolver la queja administrativa 149/99, el 13 de octubre de
1999, que a continuación se reproduce:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
44
“LEALTAD. EL JUZGADOR INOBSERVA ESE DEBER
INCURRIENDO EN CAUSA DE RESPONSABILIDAD, SI AL EMITIR
SU DETERMINACIÓN EN UN PROCESO PENAL POR DELITO DE
CARÁCTER GRAVE, DECRETA INDEBIDAMENTE LA LIBERTAD
DEL INDICIADO. Los artículos 113 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, y el diverso 47, fracción I, de la
Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos,
establecen como obligación de todo servidor público,
desempeñar el cargo que le haya sido encomendado,
apegándose en todo momento a la ley y conduciéndose en
forma honesta, leal, imparcial y eficiente. En congruencia con lo
anterior, el deber de lealtad significa, entre otras cosas, que el
juzgador deberá preservar y proteger los intereses públicos, que
son los de la Nación, con independencia de cualquier interés de
carácter personal. Luego, si la observancia estricta de las leyes
en la resolución de los asuntos que son sometidos a su
consideración es una cuestión de interés público, con mayor
razón tratándose de n proceso de carácter penal en el que debe
hacerse un pronunciamiento sobre la comisión de un delito de
carácter grave, por consiguiente, incurre en causa de
responsabilidad, si decretó indebidamente la libertad del
indiciado, puesto que inobservó esa obligación, constitucional y,
por ene ejerció indebidamente el cargo.”
De ahí, que al haber inobservado la penalidad relativa al
delito configurado en el que se demostraron las calidades del
homicidio calificado, cuya penalidad es mayor a la establecida
para el ilícito básico o fundamental, incumplió su deber de
lealtad, que entre otras cosas significa que el juez deberá
preservar y proteger los intereses públicos, que son los de la
nación, con independencia de cualquier interés de carácter
personal, que en este caso, se traducen en el interés de que los
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
45
sujetos activos del delito sean sancionados conforme a las
penalidades establecidas en la ley.
A su vez, si el principio de legalidad se traduce en que
las autoridades deben ceñir su actuación estrictamente al radio
de acción que se desprende del cúmulo de facultades y
obligaciones previstas en la ley, entonces el A quo, transgredió
este principio, porque omitió aplicar en forma expresa el artículo
108 fracciones II y III del código sustantivo penal del Estado
aplicable en el tiempo de cometido el delito, pese a que obraban
acreditadas las calificativas aludidas; aunado que, se sustentó
en tesis que ya fueron superadas como se analizó en la
contradicción de tesis 46/2007-PS, emitida por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que se
analizó respecto a determinar si en tratándose de prescripción
de la acción penal, debe tomarse en cuenta la pena
correspondiente al delito básico o debe atenderse la asignada
en abstracto atendiendo sus modalidades, por tanto del
contenido de la propia contradicción dirimida por la Primer Sala
de nuestro Máximo Tribunal, el criterio a prevalecer es el
relativo a que debe considerarse la pena del delito configurado
atribuido al responsable, ya sea básico o con todas sus
modalidades o circunstancias modificativas o calificativas,
establecida con el rubro “PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL.
PARA SU CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA PENALIDAD
APLICABLE AL DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE
INTEGRA EL PROCEDIMIENTO PENAL”.
Así, queda plenamente acreditada la inobservancia a la
jurisprudencia de referencia, máxime que en la resolución
cuestionada, el juzgador en ningún momento hizo alusión a ese
criterio de interpretación legal, ni explicó las razones por las que
se apartó del mismo, lo cual revela que la irregularidad fue
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
46
producto del desconocimiento de la existencia de esa
jurisprudencia, lo que es inaceptable en tratándose de un
impartidor de justicia.
En este orden de ideas, al demostrarse que en la
emisión de la sentencia interlocutoria de trece de enero de dos
mil catorce, el juez denunciado dejó de atender la
jurisprudencia, pese a que es obligación observar la
jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
funcionando en pleno o en salas, en este caso de la Primera
Sala de nuestro máximo tribunal, con ello inobservó la
disposición jurídica contenida en el artículo 217 de la Ley de
Amparo, que dispone su observancia obligatoria; máxime que
dicha obligatoriedad estaba prevista incluso al momento de
cometido el delito, conforme al numeral 192 de la Ley de
Amparo abrogada, por tanto, es relevante que la inobservancia
a este fundamento deontológico, condujo a la declaración de la
prescripción de la acción penal, con ello contraviene en forma
considerable el orden jurídico penal en lo que atañe a la
imposición de las penas.
De igual forma, el denunciado trastocó el principio de
profesionalismo que consiste en la disposición de ejercer de
manera responsable y seria, la función jurisdiccional, con
relevante capacidad y aplicación que, entre otras cosas, implica
que debe actualizar sus conocimientos jurídicos en las tesis y
resoluciones publicadas en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, así como los textos legales y sus
reformas, analizando con acuciosidad los expedientes en que
intervenga, de conformidad con el Código de Ética del Poder
Judicial del Estado de Guerrero; esto, porque al no observar la
penalidad que debía aplicar conforme al delito configurado en
autos, su actuación refleja descuido en el estudio de las normas
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
47
y jurisprudencia aplicables, como también desconocimiento por
falta de actualización jurídica, dado que los criterios en los que
motivó la interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce,
por encontrarse superados dieron lugar al error que se le
recrimina.
En tanto, que si el principio de excelencia significa que
el juez se perfecciona cada día para desarrollar entre otras, las
virtudes de justicia, prudencia y laboriosidad, que acorde al
aludido Código de Ética, luego la primera implica que en los
asuntos se debe esforzar por dar a cada quien lo que es debido;
la segunda, que en su trabajo jurisdiccional debe recoger
información a su alcance con criterios rectos y objetivos,
además de consultar con detenimiento las normas aplicables al
caso, así como ponderar las consecuencias favorables y
desfavorables de su decisión; y, la tercera, consiste en cumplir
diligentemente sus obligaciones de juzgador.
Entonces, el A quo transgredió el principio de
excelencia, ya que su actuación revela que se condujo en
contravención a las virtudes de justicia enunciadas, al declarar
procedente la potestad punitiva del Estado, por encontrarse
superado el plazo medio aritmético del delito básico o
fundamental sin considerar las circunstancias agravantes, que
fueron demostradas respecto del delito configurado, mismas
que prevén una mayor penalidad y obviamente ordenó la
inmediata libertad del sujeto activo cuando legalmente no era
procedente, no actuó con justicia; también, al soslayar la
obligación que tenía de analizar los criterios relativos a la
prescripción de la acción penal y qué penalidad se tomaría en
consideración, respecto al delito básico o a la penalidad
establecida atendiendo las modalidades, lo que generó que
aplicara criterios que se encontraban superados es por ello que,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
48
no se condujo con prudencia; asimismo, su proceder nos revela
una falta de diligencia al momento de dictar la sentencia
interlocutoria, lo que conlleva a concluir que el juez no se
esforzó en desarrollar la virtud judicial de laboriosidad, al no
haber sido escrupuloso y con detenimiento ponderar el sentido
de la resolución.
Establecido lo anterior, debemos precisar que la falta
acreditada en este apartado por inexacta aplicación de una
disposición jurídica, como se ha visto constituye una
transgresión de mayor magnitud a los principios éticos de la
función jurisdiccional antes mencionados, dado que fue
cometida al dictar una sentencia interlocutoria, mediante la cual
declara la inmediata libertad del procesado, a pesar de que aún
no transcurría el plazo considerado para declarar la prescripción
de la acción penal, conforme a lo previsto para el delito de
homicidio calificado, es decir, con esa determinación se apartó
de la obligación de proteger al inocente y procurar que el delito
no quede impune, dado del interés general del Estado en
perseguir y castigar los delitos, lo que propició a que el
procesado se sustrajera de la acción de la justicia, cuando
todavía se encontraba vigente la potestad punitiva del Estado,
conforme al numeral 17 de nuestra carta magna.
B) Las consecuencias que pueden causarse con la
conducta infractora. Las implicaciones que en vía de
consecuencia ocasionó la omisión de aplicar la penalidad
establecida por el artículo 108, fracciones II y III, del Código
Penal del Estado vigente en la época de cometido el delito, en la
emisión de la sentencia interlocutoria de trece de enero de dos
mil catorce, se tradujeron en la indebida consideración del
juzgador denunciado, ya que conforme a las reglas de
prescripción, estimó aplicable la penalidad prevista por el
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
49
artículo 103 del citado cuerpo normativo, cuyo plazo medio
aritmético es de catorce años, por lo tanto, al haber transcurrido
dieciséis años, nueve meses y catorce días, a la data en que se
ejecutó la orden de aprehensión de seis de abril de mil
novecientos noventa y tres, consideró declarar la prescripción
de la acción penal, con ello la inmediata libertad del procesado,
sin ponderar que el delito configurado en el asunto natural es
homicidio calificado, cuya penalidad es de quince a cuarenta
años, y la media aritmética es de veintisiete años, con seis
meses, es decir mayor a la prevista para el delito simple, por lo
tanto, la acción penal todavía se encontraba vigente, como
consecuencia del error en que incurrió el juez, el procesado se
encontró en posibilidad de sustraerse de la acción de la justicia,
con ello causó deficiencia en el desempeño de su cargo, puesto
que no garantizó la protección adecuada a los derechos
humanos de la víctima, como también la correcta administración
de justicia, lo cual contraviene el interés general que existe en
la persecución y sanción de los delitos que implícitamente
asignó el legislador al fijar las penas aplicables a los delitos
cometidos en la codificación penal aplicable, de tal suerte que
originó que ese crimen quedara impune y no se sancionara a un
posible culpable del delito, en los términos previstos en la ley
respecto del delito configurado, y de esta forma se traduce en
una violación al derecho humano de la víctima, concerniente al
acceso a un sistema de impartición de justicia pronta y
expedita, previsto en el artículo 17, de la Constitución General
de la República y tutelado por los tratados internacionales en
materia de derechos humanos.
Al respecto, es ilustrativa la jurisprudencia 1a./J.
40/2013 (10a.), emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, editada en la página 123, Libro XXII,
Julio de 2013, Tomo 1, Materias Constitucional y Común,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
50
Décima Época, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, que se reproduce:
“AMPARO DIRECTO EN MATERIA PENAL. LA VÍCTIMA U
OFENDIDO DEL DELITO TIENE LEGITIMACIÓN PARA
PROMOVERLO CUANDO SE IMPUGNAN APARTADOS JURÍDICOS
DIVERSOS AL DE LA REPARACIÓN DEL DAÑO DE LA
SENTENCIA DEFINITIVA. Conforme al principio de progresividad
en la protección de los derechos humanos, entre ellos, los
derechos de acceso a la justicia y recurso efectivo, garantizados
en los artículos 1., 17 y 20, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 8, numeral 1, y 25, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la víctima u ofendido del
delito tiene legitimación para impugnar, a través del juicio de
amparo directo, la constitucionalidad de todos los apartados que
conforman la sentencia definitiva condenatoria. De ahí que no
se actualice la causa de improcedencia prevista en el artículo
73, fracción XVIII, en relación con el numeral 10, ambos de la
Ley de Amparo, por el hecho de que la víctima u ofendido
impugne apartados jurídicos diversos al de reparación del daño
de la sentencia definitiva; lo anterior es así, toda vez que la
legitimación para promover un juicio constitucional no se
constriñe a los supuestos establecidos expresamente en el
referido artículo 10, sino que debe atenderse con la amplitud de
protección establecida en el artículo 20 constitucional y analizar
cuando se reclama la afectación personal y directa de algunos
de los derechos humanos ahí reconocidos. Dicha legitimación es
acorde con el principio de equilibrio de las partes procesales en
materia penal y con el reconocimiento de la calidad de parte
activa en el sistema procesal a favor de la víctima u ofendido del
delito, ya que permite exigir el derecho a conocer la verdad;
solicitar que el delito no quede impune; que se sancione al
culpable y se obtenga la reparación del daño, mediante la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
51
impugnación no sólo de la eventual ilegalidad del apartado
concreto de reparación del daño, sino también de los
pronunciamientos judiciales relacionados con los presupuestos
de acreditación del delito, la demostración de la plena
responsabilidad penal del sentenciado y la individualización de
sanciones. Consecuentemente, la legitimación de la víctima u
ofendido del delito para promover juicio de amparo directo debe
interpretarse en sentido amplio y protector como instrumento
legal y eficaz que garantice la protección de sus derechos
humanos, en franca oposición al delineamiento de acciones
regresivas.”
Ahora bien, debemos destacar que ciertamente también
existió afectación al interés general que existe en la persecución
de los delitos, porque este no se circunscribe a la formulación
de la acusación penal, sino que también se inserta en el ámbito
de la labor jurisdiccional al momento de imponer las penas
correspondientes, de acuerdo a la facultad que le es propia y
exclusiva conforme a los artículos 17 y 21, Constitucional, ya
que la sociedad está interesada en que se investigue, persiga o
acuse, y lógicamente, se sancione a los responsables de la
comisión de un delito en su justa medida. De ahí que sea
posible sostener que los juzgadores al individualizar la pena,
deben ceñirse a los parámetros de mínimos y máximos, fijados
en el precepto aplicable al delito de que se trate.
Es aplicable por identidad de razón jurídica, la tesis
XIX.3o.2 P, sustentada por el Tercer Tribunal Colegiado del
Décimo Noveno Circuito, editada en la página mil ciento
cincuenta y seis, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XIV, Octubre de dos mil uno, Materia Penal,
Novena Época, que se inserta:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
52
“PENAS, IMPOSICIÓN DE LAS. PROCEDE SU
APLICACIÓN AUN CUANDO NO LO EXPRESE CON PRECISIÓN EL
MINISTERIO PÚBLICO EN SUS CONCLUSIONES ACUSATORIAS.
El artículo 21 constitucional claramente delimita atribuciones y
establece que la imposición de las penas es propia y exclusiva
para la autoridad judicial y la persecución de los delitos incumbe
al Ministerio Público y a la Policía Judicial, investigación que
inicia con la reunión de elementos que sirven para caracterizar
el delito y señalar al probable responsable, para luego consignar
los hechos al órgano jurisdiccional, autoridad ante la que se
sigue el periodo de preinstrucción y culmina con la presentación
de las conclusiones del Ministerio Público, en la que define o
concretiza su posición definitiva respecto a la existencia y
clasificación del delito, así como en relación con la
responsabilidad del acusado, para lo cual debe sujetarse a las
reglas que establece el dispositivo 293, del Código Federal de
Procedimientos Penales, que no es otra cosa que la imputación
de los hechos que se clasifican dentro de un tipo legal; por
tanto, si al presentar las conclusiones acusatorias en las que se
estableció el delito por el que se acusa y, además, se menciona
el precepto legal que prevé la pena, de ello se infiere la omisión
formal del representante social de especificar en su pedimento
el quántum de las sanciones que a su juicio corresponden al
actuar típico, antijurídico y culpable del acusado; empero, tal
irregularidad no afecta el arbitrio judicial de que se encuentra
investido el juzgador, en razón de que las conclusiones deben
ser consideradas como un todo y si en ellas la fiscalía determinó
la actividad delictiva del procesado y señala que la misma se
sanciona, conlleva implícito que se le deben imponer las
sanciones, conforme al precepto legal que se citó, dentro de los
parámetros mínimo y máximo que la ley prevé al caso típico; de
lo acotado se infiere que la referida deficiencia no impide que el
juzgador determine el monto de la pena, puesto que con ello
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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cumple con el mandato constitucional que le impone el artículo
21 de la Carta Magna.”
Por lo tanto, es posible afirmar que en una de sus
acepciones, el derecho de acceso a la justicia consagrado en
nuestra constitución federal, se traduce precisamente en la
función desarrollada por los tribunales, particularmente en el
caso de la justicia penal, a través de la investigación y
persecución de los delitos que se establece a favor de las
víctimas y ofendidos, y que por el grado de vulneración a los
bienes jurídicamente tutelados, ha sido estimado de interés
general, debido a que a toda la sociedad incumbe la
erradicación de las conductas delictivas.
De ahí que, a pesar de que existe interdependencia de
la función jurisdiccional y la de investigación y acusación
realizada por el Ministerio Público, debe concluirse que de
manera especial en tratándose de delitos que afecten la vida y
la integridad física, como aconteció respecto del delito de
homicidio calificado, el juzgador como titular de la función
estatal de impartir justicia, debió asumir una actitud decidida y
activa para que en su caso dicho ilícito fuera sancionado de
acuerdo con la ley, máxime que fueron de manera preliminar en
el auto de plazo constitucional de veintisiete de enero de dos mil
diez, demostradas las calidades modificativas del delito de
homicidio calificado, al que le es aplicable una mayor penalidad,
lo cual omitió observar conforme a las reglas de prescripción y
no como ocurrió al considerar respecto del delito de homicidio
simple.
Apoya nuestro razonamiento, por identidad de sentido
jurídico, la tesis P. LXIII/2010, sustentada por el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, editada en la página
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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veinticinco del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XXXIII, Enero de dos mil once, Materia Constitucional,
Novena Época, que se transcribe:
“DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA. LA
INVESTIGACIÓN Y PERSECUCIÓN DE LOS DELITOS
CONSTITUYEN UNA OBLIGACIÓN PROPIA DEL ESTADO QUE
DEBE REALIZARSE DE FORMA SERIA, EFICAZ Y EFECTIVA. El
derecho de acceso a la justicia previsto en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos está referido a la
función jurisdiccional desarrollada por los tribunales, pero
también debe entenderse vinculado, particularmente en el caso
de la justicia penal, con la investigación y persecución de los
delitos, función asignada al Ministerio Público conforme a los
artículos 21 y 102, apartado A, constitucionales, pues tal
prerrogativa tiene como presupuesto lógico, en una relación de
interdependencia, la efectiva investigación de los delitos. Esta
obligación de investigar y perseguir los actos delictuosos debe
asumirse por el Estado como una obligación propia y no como
un mero trámite, ni su avance debe quedar a la gestión de los
particulares afectados o de sus familiares, sino que realmente
debe tratarse de una investigación seria, imparcial y efectiva,
utilizando todos los medios legales disponibles que permitan la
persecución, captura, enjuiciamiento y, en su caso, sanción a
los responsables de los hechos, especialmente cuando están
involucrados agentes estatales. Ello es así, porque en el respeto
a los derechos fundamentales, particularmente los relativos a la
vida y a la integridad física, el Estado debe asumir una conducta
activa y decidida para prevenir su vulneración, a través de las
acciones legislativas, administrativas y judiciales necesarias,
además de acometer lo necesario para que, en caso de ser
vulnerados, las conductas respectivas puedan ser sancionadas.”
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
55
Es por ello que, la conducta infractora lesiona los
derechos humanos de la víctima en el proceso penal; aunado a
que, no cumple con el fin de administrar justicia de manera
adecuada; dado del sumario de origen fueron justificadas las
calidades previstas por el numeral 108, fracciones II y III, del
Código Penal vigente en la época, el cual lo facultaba en aplicar
una penalidad mayor conforme a las constancias de autos, con
esa omisión causó detrimento a la noble tarea de administrar
justicia, como lo es que se apartó del interés general del Estado
en la persecución de los delitos.
Aunado a ello, debemos aclarar que si bien, de dicha
declaración de la prescripción penal, el denunciado goza de
autonomía en sus determinaciones, lo cierto es que no es válido
realizar esa actividad en forma arbitraria, caprichosa u
omnímoda, sino que en todo caso esa facultad debe realizarse
en estricta observancia de la pena aplicable respecto del delito
atribuido, en este caso homicidio calificado previsto por el
numeral 103, en relación con el 108, fracciones II y III,
conforme a las reglas previstas por el numeral 94 del Código
Penal vigente en la época, en cumplimiento al principio de
legalidad, y de manera relevante debe ajustarse a las normas
relativas propiamente a la penalidad con base en las que
determinan los mínimos y máximos, dentro de cuyo rango
puede desplazarse.
Por lo tanto, si el juez implicado indebidamente estimó
prescrita la facultad punitiva del Estado, al dejar de considerar
que el delito configurado prevé una mayor penalidad y que no
se encontraba cumplido el término medio aritmético establecido
por el numeral 94, párrafo segundo, del Código Penal aplicable,
para el delito de homicidio calificado, es incuestionable que tal
actuación en forma objetiva puede ser calificada como
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
56
considerablemente nociva, pues conforme a las reglas de
prescripción se encontraba pendiente dicho plazo, para que en
el asunto natural fuera declarada la prescripción de la acción
penal.
Además, se atiende que el bien jurídico que se infringió
al agraviado es la vida, que se ubica en un nivel elevado dentro
de la escala jerárquica de bienes jurídicamente protegidos, tan
es así que el referido delito cometido se encuentra catalogado
como grave en el artículo 70, del Código de Procedimientos
Penales de la entidad; entonces, el denunciado, al estar
obligado a la protección de los intereses generales estaba
constreñido a ser especialmente escrupuloso al resolver el
incidente de prescripción de la acción penal planteado, máxime
que se trataba de un delito grave, y dado que se justificaron las
agravantes que configuran el delito de homicidio calificado,
conforme al auto de plazo constitucional de veintisiete de enero
de dos mil diez, por lo que no existía motivo para omitir aplicar
la penalidad relativa a ese delito, como tampoco el criterio
jurisprudencial, por tal motivo se permite concluir que existen
suficientes datos objetivos que no dependen de un criterio
personal, para justificar la gravedad de la infracción cometida,
dado que entraña un error que refleja omisión en aplicar la
regla relativa a la prescripción de la acción penal, conforme a
las normas aplicables respecto del delito de homicidio calificado,
lo que permite estimar que las consecuencias causadas en la
impartición de justicia son de mayor magnitud y altamente
trascendentales.
De ahí que, resulta indiscutible que a partir de la
ponderación conjunta de la naturaleza de la conducta infractora
y las consecuencias en la impartición de justicia –ambas
evidenciadas con anterioridad-, se obtiene la conclusión lógica,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
57
de que la falta administrativa en cuestión, sólo puede ser
catalogada como grave, por lo que se estima correcta la
decisión de este Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del
Estado, al catalogar la falta administrativa en estos términos.
Asimismo, no es obstáculo a esa determinación, el
hecho de que la conducta infractora no sea estimable en dinero,
puesto que las faltas graves no siempre serán apreciadas en
términos monetarios, sino que en todo caso debe atenderse a la
importancia del incumplimiento conforme los aspectos
constitucionalmente establecidos para ponderar la gravedad de
la infracción, lo que se ha efectuado con anterioridad, por lo
que quienes resuelven, estiman que esta resolución de
responsabilidad se encuentra ajustada a derecho.
Sobre este particular, es ilustrativa la tesis I.4º.A.7 A,
sustentada por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, editada en la página 500, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo I,
Materia Administrativa, Novena Época, que se reproduce:
“PRESCRIPCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD
ADMINISTRATIVA. DEBE CONSIDERARSE LA GRAVEDAD DEL
ACTO IMPUTADO AL SERVIDOR PÚBLICO PARA
ESTABLECERLA. El último párrafo del artículo 114 constitucional,
dispone: "...La ley señalará los casos de prescripción de la
responsabilidad administrativa tomando en cuenta la naturaleza
y consecuencia de los actos y omisiones a que hace referencia
la fracción III del artículo 109. Cuando dichos actos u omisiones
fuesen graves los plazos de prescripción no serán inferiores a
tres años." Ahora bien, la gravedad a que alude el precepto en
cita se refiere a la importancia que reviste el incumplimiento de
las disposiciones que en el ejercicio de sus funciones el servidor
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
58
público debe observar y que no siempre implicará un beneficio o
daño económico, como en el caso en que un representante
social exceda el término constitucional para consignar a los
presuntos responsables de una conducta delictiva,
comportamiento que implica violación a los derechos humanos,
y que debe considerarse grave para el efecto de imponer la
sanción correspondiente, al servidor público, debiendo entonces
contarse el término de tres años previsto, tanto en aquel
artículo, como en la fracción II del artículo 78, de la Ley Federal
de Responsabilidades de los Servidores Públicos, para que opere
la prescripción de la responsabilidad.”
En consecuencia, al calificarse de grave la falta
cometida por el juez, encuadra en el supuesto a que se contrae
el artículo 116, de la Constitución Política del Estado; por tanto,
el plazo para que opere la prescripción de la facultad
sancionadora del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del
Estado, es de tres años, contados a partir del día siguiente al en
que se cometió la infracción respectiva, por tratarse de una
conducta instantánea.
Así pues, si la conducta reprochada se materializó el
trece de enero de dos mil catorce, por tanto el plazo de tres
años fenecería el trece de enero del año dos mil diecisiete; de lo
que se colige que al momento en que se emite la presente
resolución, se encuentra vigente la potestad sancionadora de
este órgano técnico para reprimir esta irregularidad.
Por otra parte, a la luz de las consideraciones
precedentes, se procede a analizar a los argumentos defensivos
hechos valer por el licenciado Julio Obregón Flores, al rendir su
informe de uno de septiembre de dos mil catorce (f. 704 a 709),
como se verá devienen infundados para atenuar o excluir la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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responsabilidad administrativa, respecto al punto de disenso
marcado con el inciso 1), como se verá a continuación:
a) Que la conducta reprochada deriva de actos
netamente jurisdiccionales, sobre los que no es procedente su
estudio en esta vía administrativa.
b) Que no existe pronunciamiento firme respecto de la
concurrencia de calificativas en el delito de homicidio, de igual
forma que lo relativo a que esa determinación es congruente
acorde con el principio de seguridad jurídica, que rige la
institución de la prescripción, para ello invoca la tesis
XV.A4°.10P, emitida por el Cuarto Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito, editada por el Semanario Judicial de la
Federación y su gaceta XXV, Mayo de 2007, página 2127, en
materia penal, de rubro y contenido son:
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. EL PLAZO PARA
QUE OPERE ANTES DEL DICTADO DE LA SENTENCIA SE
OBTIENE CONSIDERANDO LA PENA CORRESPONDIENTE AL
DELITO BÁSICO O FUNDAMENTAL SIN TOMAR EN CUENTA
AGRAVANTE ALGUNA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE BAJA
CALIFORNIA)”. El artículo 114, primer párrafo, del Código Penal
de la entidad (vigente hasta el 24 de febrero de 2006) establece
que la pretensión punitiva prescribirá en un plazo igual al
término medio aritmético de la pena privativa de libertad
señalada para el delito de que se trate, pero en ningún caso
será menor de tres años ni mayor de quince. La anterior
disposición contempla una fórmula utilizada por el legislador con
la cual el plazo prescriptivo se obtiene considerando únicamente
la pena correspondiente al delito básico o fundamental, sin
tomar en cuenta agravante alguna, lo que es congruente con el
principio de seguridad jurídica que rige esa institución, si se
atiende a que esa regla opera en los casos en que el análisis de
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
60
la prescripción se realiza cuando aún no existe pronunciamiento
firme respecto de la concurrencia de tal o cual modalidad en el
delito por el que se le sigue el proceso, ni es posible
individualizar la pena que correspondería al infractor de la
norma penal por ser materia de la sentencia; resolver lo
contrario implicaría que el término de la prescripción de la
acción penal de un delito dependiera del arbitrio del Ministerio
Público o de la decisión del Juez que giró la orden de
aprehensión emitida con base en elementos probatorios
preliminares y que se prejuzgara sobre la actualización de tal o
cual agravante en perjuicio del indiciado.
c) Que su criterio lo basó conforme al fallo del Pleno
del Tribunal Superior de Justicia de veintinueve de febrero de
dos mil doce, que resolvió en revisión oficiosa la resolución de
ocho de junio de dos mil diez, pronunciada por éste órgano
técnico, en el expediente administrativo 148/2009 y sus
acumulados, en contra de la licenciada Leodegaria Sánchez
Nájera, cuando fungió como Juez de Primera Instancia en
Materia Penal del Distrito Judicial de Morelos.
En contestación al argumento defensivo marcado con el
inciso a), hecho valer por el juez denunciado, el cual como se
mencionó en líneas precedentes, se encuentra infundado
porque esencialmente refiere que se trata de un acto netamente
jurisdiccional, por lo que este órgano técnico se encuentra
impedido para abordar su análisis.
Ahora bien, es importante aclarar que respecto del
sumario de origen, se desprende que los actos motivo de
reproche pueden ser impugnables por medio de los recursos
ordinarios; también lo es, que ello no imposibilita que estas
cuestiones no sean motivo de análisis en esta sede
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
61
administrativa, ya que de las mismas se encuentran
evidenciadas conductas, que tienden a demeritar su labor como
servidor judicial.
Aunado a que, el análisis de la conducta motivo de
reproche, no constituye por sí un motivo que origine su
improcedencia, puesto que, como es de explorado derecho, que
una misma conducta al involucrar diversos matices es idónea
para ser analizada tanto en el ámbito de responsabilidad
disciplinaria como en el jurisdiccional.
Esto es así, ya que la naturaleza y alcances son diversos
donde en uno se busca la modificación, revocación o
confirmación de un acto judicial, y el otro tiene como fin
examinar si existe o no una causa de responsabilidad
administrativa, en la cual pudiera haber incurrido el servidor
judicial; porque a consecuencia de su actuar se puede advertir
en forma notoria y evidente una desviación de legalidad.
Por tanto, la responsabilidad disciplinaria a diferencia de
la de carácter civil, no crea una relación jurídica directa entre el
servidor público y las personas afectadas particularmente con la
conducta positiva u omisa en que se haga consistir la falta, sino
que sólo vulnera vínculos internos en la administración pública,
con los que no se tiende a remediar las molestias o agravios
causados a personas determinadas, mediante la modificación,
revocación o anulación de los actos concretos de los que
emana, sino que tiende a corregir la prestación de los servicios
públicos en sí, a fin de mantener o mejorar su eficacia y calidad
en casos futuros, bajo los principios de independencia,
imparcialidad, objetividad, profesionalismo y excelencia que
deben imperar en el servicio público, por esa razón, no pasa
desapercibido que si bien no se pueden analizar los
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
62
fundamentos de una resolución, también lo es, que no implica
que el denunciado no pueda incurrir en alguna infracción
administrativa.
Apoyan nuestra decisión, por identidad de sentido
jurídico, los criterios 45, 54 y 99 sustentados por el Pleno del
Consejo de la Judicatura Federal, al resolver las quejas
administrativas 75/2000, 390/2000 y 54/2005 el 31 de enero de
2001, 20 de marzo de 2001 y 24 de mayo de 2005,
respectivamente que se reproducen:
“RECURSO ORDINARIO. EL HECHO DE QUE PROCEDA.
NO IMPIDE QUE TAMBIÉN SE EXAMINE EN LA VÍA
ADMINISTRATIVA LA IRREGULARIDAD ATRIBUIDA. Si el
promovente de una queja administrativa atribuye al juzgador
que incurrió en determinada causa de responsabilidad por virtud
de una determinación y éste, al rendir su informe, expresa como
argumento defensivo la circunstancia de que aquélla era
impugnable a través de los recursos ordinarios conducentes, ese
hecho, no es obstáculo para que el Consejo de la Judicatura
Federal examine, desde el punto de vista administrativo, los
actos u omisiones del servidor público y precise si constituyen
causas de responsabilidad administrativa que ameriten
sancionarse, en términos de lo dispuesto por los artículos 81,
fracción XII; y correlativos del Título Octavo, denominado “DE
LA RESPONSABILIDAD” de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación.”
“SENTENCIA DE AMPARO INDIRECTO. SU
CONFIRMACIÓN POR EL TRIBUNAL COLEGIADO NO MOTIVA LA
IMPROCEDENCIA DE LA QUEJA ADMINISTRATIVA. La
circunstancia de que las sentencias que los jueces federales
dicten en los juicios de amparo, sean materia de revisión por
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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parte de los tribunales colegiados, no implica que aquéllos, al
dictar sus sentencias, no puedan incurrir en alguna infracción
administrativa. Por tanto, independientemente de que la
sentencia que dicta el juez de Distrito haya sido revisada y
confirmada por el Tribunal Colegiado, tal circunstancia no
impide al Consejo de la Judicatura Federal, dentro de sus
facultades, verificar si dicho funcionario judicial, al emitir la
mencionada sentencia, incurrió o no en responsabilidad
administrativa.”
“QUEJA ADMINISTRATIVA. EL HECHO DE QUE LAS
CAUSAS QUE SUSTENTAN LAS INCONFORMIDADES AHÍ
PLANTEADAS HAYAN SIDO EXAMINADAS A TRAVÉS DE LOS
MEDIOS LEGALES RESPECTIVOS, NO PROVOCA SU
IMPROCEDENCIA. La correspondiente integración de la
Comisión de Disciplina del Consejo de la Judicatura Federal, en
el criterio que aparece con el rubro “QUEJA ADMINISTRATIVA.
IMPROCEDENTE CUANDO LAS INCONFORMIDADES QUE EN
ELLA SE FORMULAN TIENEN COMO SUSTENTO HECHOS QUE
YA FUERON MATERIA DE ESTUDIO A TRAVÉS DE LOS MEDIOS
LEGALES CORRESPONDIENTES”, sostuvo, en esencia, que la
queja administrativa debe declararse improcedente cuando las
inconformidades ahí formuladas se sustentan en hechos que ya
han sido analizados a través de los medios legales
correspondientes, pues, se dice, el procedimiento disciplinario
no es una segunda oportunidad para demostrar lo que en
aquéllos no se acreditó y porque, además, en caso contrario, de
realizarse un nuevo análisis de ellas, el órgano disciplinario
podría estar en desacuerdo con la decisión primaria y con lo
resuelto por el órgano jurisdiccional respectivo, adoptando así
una tercera postura, lo que irremediablemente provocaría
inseguridad e inestabilidad en los juzgadores, con el grave
riesgo de transgredir el estado de derecho y las garantías de
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
64
legalidad y seguridad jurídica de los gobernados. Sin embargo,
una nueva reflexión sobre el tema lleva a este cuerpo colegiado,
en su actual integración, a abandonar dicho criterio, a fin de
establecer que la circunstancia de que las causas que cimentan
el origen de la queja administrativa hayan sido examinadas a
través de los medios jurisdiccionales correspondientes, no
constituye un motivo que, por sí solo, origine su improcedencia.
Ello en razón de que una misma conducta, al involucrar diversos
aspectos, es susceptible de análisis tanto en el ámbito de la
responsabilidad disciplinaria como en el jurisdiccional,
propiamente dicho, porque lo cierto es que su naturaleza y
alcances son distintos, ya que mientras en uno se busca la
modificación, revocación o confirmación de un acto judicial, el
fin perseguido en el procedimiento disciplinario es examinar la
existencia de una causa de responsabilidad administrativa en la
que pudiera haber incurrido un servidor judicial. Por eso, el que
los hechos que dan sentido a las inconformidades hechas valer
en la queja administrativa hayan sido estudiados a través de
algún medio jurisdiccional, no imposibilita al órgano disciplinario
a ejercer su facultad de revisión en el campo de la
responsabilidad que le es propio, incluso cuando esos hechos no
varíen de los examinados por el aparato judicial, porque en esa
hipótesis, así como en los casos en que no se hubiera instado el
movimiento del sistema judicial, mediante la promoción de un
recurso o medio de defensa legal, la improcedencia de la queja
derivará, en todo caso, de la intención del promovente por
controvertir aspectos netamente jurisdiccionales, respecto de los
que carece de facultades para conocer el Consejo de la
Judicatura Federal; de ahí que, precisamente ante esa limitante,
contrario a lo expuesto en el criterio que se abandona, dicho
organismo tampoco podría realizar un nuevo análisis de las
causas de inconformidad que, en su caso, hubieran sido materia
de examen por un órgano jurisdiccional, ni mucho menos
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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determinar si el criterio original o el sustentado por el citado
órgano son acertados o no.
Por lo anterior, es que este órgano colegiado se
encuentra en posibilidad de analizar las conductas reprochadas
al licenciado Julio Obregón Flores, con independencia de la
existencia de algún medio de impugnación, y por el contrario
mediante este procedimiento, es que se analiza la concurrencia
de conductas en las que se advierta responsabilidad
administrativa, sin que la determinación asumida tenga que
repercutir en la situación jurídica que impera en el asunto de
origen, puesto que no es la finalidad de esta sede
administrativa.
Además, se estima conveniente realizar algunas
precisiones respecto de la facultad del Consejo de la Judicatura
del Poder Judicial del Estado, para revisar la actuación de los
funcionarios judiciales y, en su caso, determinar la existencia de
faltas administrativas que dan lugar a la aplicación de las
sanciones que se determinan en la Ley Orgánica del Poder
Judicial local.
Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
al resolver asuntos de similar naturaleza, ha emitido criterios
para precisar el alcance de las facultades que constitucional y
legalmente se encuentran conferidas a los órganos encargados
de la disciplina de los jueces entre las más relevantes para el
caso en estudio las siguientes; la tesis P.CXLVII/97, consultable
en la página 188, del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, octubre de 1997, cuyo rubro y texto
son:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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“NOTORIA INEPTITUD O DESCUIDO COMO CAUSA DE
RESPONSABILIDAD PREVISTA EN LA FRACCIÓN III DEL
ARTÍCULO 131 DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DE
LA FEDERACIÓN. El referido precepto, en la fracción aludida,
dispone que será causa de responsabilidad para los servidores
públicos de dicho Poder, actuar con notoria ineptitud o descuido
en el desempeño de las funciones o labores que deban realizar.
El sustento de la notoria ineptitud es el error inexcusable, el que
deberá valorarse tomando en cuenta los antecedentes
personales, profesionales y laborales del agente, tales como su
preparación, honorabilidad, experiencia y antigüedad tanto en el
ejercicio profesional en el Poder Judicial de la Federación y,
específicamente, en el órgano judicial en que labore; así mismo,
resulta relevante para llegar a la calificación del error
inexcusable, apreciar otros factores, como lo son, la carga de
trabajo con que cuente el juzgado o tribunal; la premura con
que deban resolverse los asuntos, dados los términos que para
ese fin marca la ley; la complejidad de los mismos, sea por el
volumen, por la dificultad del problema jurídico a resolver o por
ambas cosas; y en general, todas aquellas circunstancias que
tengan relación con los elementos materiales y humanos con
que cuente el juzgador para apoyarse en su actividad como tal;
pues sólo así se podrá llegar a una conclusión que revele
precisamente la ineptitud o descuido del funcionario en virtud
de la comisión de errores inexcusables. Es preciso señalar que la
notoria ineptitud o descuido inexcusable puede manifestarse en
cualquier etapa o faceta de la actividad judicial, bien sea en la
meramente administrativa o de organización del órgano
jurisdiccional, al sustanciar los procedimientos a su cargo o al
dictar las resoluciones con que culminan dichos
procedimientos.”
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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También refuerza el sentido de nuestra línea
argumentativa, la tesis P.CXLV/97, editada en la página 187, del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, octubre de
1997, Novena Época, que se transcribe:
“CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. AL ANALIZAR
LA CAUSA DE RESPONSABILIDAD PREVISTA POR EL ARTÍCULO
131, FRACCIÓN III, DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN, NO SE ERIGE EN TRIBUNAL DE
LEGALIDAD. El Consejo de la Judicatura Federal, para poder
fincar la causa de responsabilidad prevista en la fracción III, del
artículo 131, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, relativa a la notoria ineptitud o descuido de un
servidor público en el desempeño de sus funciones o labores
que deba realizar, requiere adoptar una actitud que, sin llegar a
convertirse en órgano revisor de la legalidad de las resoluciones
emitidas por los Jueces de Distrito o Magistrados de Circuito, sí
pueda apreciar de manera directa los fundamentos y motivos
expuestos, ya en una determinación procesal o en un fallo y
que, sin entrar al fondo del negocio ni afectar las situaciones
jurídicas derivadas de lo resuelto, simplemente vigile que la
actitud del juzgador, materializada en su resolución, sea
congruente con la naturaleza de la actividad jurisdiccional que le
es propia.”
De la lectura de los criterios transcritos, se desprende
que ha quedado precisado que el Consejo de la Judicatura, no
debe erigirse en tribunal de legalidad y que, para la
determinación de las causas de responsabilidad, puede analizar
la conducta de los juzgadores tanto en el aspecto jurisdiccional
como en el administrativo; por ello, sin entrar al fondo del
asunto, podrá apreciar de manera directa los fundamentos y
motivos expuestos en un fallo para determinar que la actitud del
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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juzgador sea congruente con la naturaleza de la actividad
jurisdiccional.
De lo anteriormente asentado deriva que, del análisis
correspondiente, deberá excluirse todo aquello que sea
debatible desde un punto de vista jurídico procesal, pues en ese
caso debe considerarse que se está frente una cuestión de
criterio, para lo cual los juzgadores tienen independencia, es
decir, el análisis de la actuación de los jueces o magistrados se
encuentra limitada a la revisión del apego, en su desempeño, a
las funciones que le están encomendadas y al cumplimiento de
las obligaciones correspondientes; en estas condiciones, debe
estimarse que las actuaciones realizadas por el juzgador, que se
encuentren contempladas por la ley y en las que intervenga el
criterio, sólo pueden ser objeto de análisis por un tribunal
superior a través de los recursos y medios legales para obtener
la confirmación, modificación o revocación de la misma y, por lo
tanto, no pueden ser objeto de análisis por el Consejo de la
Judicatura, en virtud de que se llegaría al extremo de considerar
a este último como un auténtico tribunal de legalidad.
Es necesario hacer notar que la tesis transcrita en
segundo término, derivó de un asunto en el que la recurrente
en revisión administrativa, en su carácter de Secretaria
encargada del despacho de un Tribunal Unitario de Circuito, al
conocer un asunto en apelación, emitió resolución de segunda
instancia anulando un auto de formal prisión, cuando la ley sólo
permite textualmente a los magistrados de tribunales unitarios,
confirmar, modificar o revocar la formal prisión; ello dio lugar a
que se contemplara la posibilidad de revisar las resoluciones
emitidas por los juzgadores en cuanto a su apego a las
disposiciones legales aplicables, cuando como en el caso que se
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
69
menciona resultaban notoriamente contrarias a lo dispuesto en
las normas aplicables.
Como puede advertirse de lo anterior, en ese caso
precisado, del que emanó la tesis citada, el denunciado se
apartó desde un punto de vista jurídico procesal, del cauce legal
que para su actividad rige la legislación adjetiva aplicable, lo
cual, desde ningún ángulo puede considerarse una cuestión de
criterio, sino un notorio desconocimiento o apartamiento
categórico de la ley.
En consecuencia, debe estimarse que la tesis de
referencia precisó que el Consejo de la Judicatura, en casos
como éste, puede analizar la legalidad de una resolución, pero,
como ya se expuso, no en cuanto a lo que desde el punto de
vista jurídico procesal sea debatible, sino sólo para revisar si el
juzgador ajustó su conclusión a un esquema procesal previsto
por la ley; es decir, como en el caso que dio origen al criterio
mencionado, revisar que de conformidad con el artículo 19
constitucional y sus correlativos de las legislaciones adjetivas, el
juez haya concluido en las formas previstas por la ley, por
ejemplo, al resolver la situación jurídica en resoluciones tales
como la formal prisión, la sujeción a proceso o la libertad por
falta de elementos para procesar; si es así, el Consejo de la
Judicatura no debe abordar el estudio valorativo que emitió el
juzgador poniendo en tela de juicio su idoneidad,
controvirtiendo la valoración de pruebas o reprobando los
argumentos plasmados, porque para la revisión de tales
cuestiones, existen los recursos que las leyes establecen y el
juicio de amparo, lo que significa que podría variarse el criterio
primario o, bien, ser confirmado.
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De no ser así, se estaría atentando contra la autonomía
e independencia de los juzgadores y se provocaría inseguridad e
inestabilidad en los juzgadores, con el riesgo grave de que se
atentara de manera franca contra el estado de derecho y las
garantías de legalidad y seguridad jurídica de las personas
sujetas a un procedimiento penal, cuya resolución depende de
las características de los juzgadores.
En efecto, para lograr que las características de los
juzgadores resulten idóneas con la función a realizar, tanto la
constitución federal como la ley orgánica que rige al Poder
Judicial del Estado establecen los requisitos para los
nombramientos de jueces y para su ratificación, determinando
los procedimientos a seguirse para la cuidadosa selección que
debe hacerse mediante el establecimiento de la carrera judicial
y los concursos de oposición, así como los requisitos para que
los juzgadores sean ratificados, lo que debe apoyarse en
dictámenes en que se contenga dicho análisis detallado de los
hechos relevantes de la actuación desarrollada por los
juzgadores que reflejaran el conocimiento cierto de su actuación
ética profesional, lo cual permitirá arribar a la conclusión de si
tienen o no la capacidad para continuar desempeñando la labor
jurisdiccional bajo los principios de independencia,
responsabilidad y eficiencia.
Además no debe olvidarse que el juez es la persona
encargada de un tribunal de carácter unipersonal, que se
encuentra investida de la autoridad para desempeñar la función
jurisdiccional, esto es, de juzgar y sentenciar los asuntos del
orden común, en este caso en materia penal atribuye la
constitución local y las leyes, y en esa medida al ser el
administrador de la justicia ordinaria, está obligado al
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cumplimiento de los deberes que le atribuyen las mismas, bajo
la responsabilidad que en su ejercicio pudiera incurrir.
Como se colige, la función jurisdiccional o de
administración de la justicia, en los Juzgados de Primera
Instancia en Materia Penal, está encomendada a los juzgadores,
esto es, a los titulares de dichos órganos. La anterior conclusión
se corrobora, si además, se tiene en consideración a lo
siguiente:
A). Que el artículo 17, de la constitución federal atribuye
a los tribunales la función jurisdiccional y el término tribunal, de
acuerdo a las acepciones antes mencionadas, se encuentra
referido al lugar en que tiene su sede un órgano, ya unipersonal
o colegiado, integrante del Poder Judicial, encargado de
administrar justicia y pronunciar sus sentencias.
B). Que el término jurisdicción según el libro
Fundamentos del Derecho Procesal Civil, de Eduardo J. Couture,
Tercera Edición, Ediciones Depalma, Buenos Aires 1990, tiene
las siguientes acepciones: como ámbito territorial; como
sinónimo de competencia; como conjunto de poderes o
autoridad de ciertos órganos del poder público; y en su sentido
preciso y técnico, de función pública de hacer justicia.
C). Por último, debe señalarse que entre los elementos
formales del acto jurisdiccional, que derivan del propio artículo
17 constitucional, están los gobernados o administrados,
traducidos como las partes en el juicio, actor, demandado y,
eventualmente, terceros interesados y los jueces o
administradores de justicia designados por el Estado para
ejercer la función jurisdiccional.
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Los juzgadores, que tienen la misión esencial de decir el
derecho, complementan el sistema legal. A ellos se les confiere
la labor de dirimir las controversias suscitadas por la aplicación
e interpretación de las normas. De su preparación, honestidad y
valor dependerá la confianza en todo el régimen jurídico,
porque son quienes están dotados de facultades para hacer
realidad la voluntad del pueblo expresada en leyes.
El derecho reconoce a las resoluciones de los jueces y
magistrados como una de sus principales fuentes. En el ámbito
federal la labor jurisdiccional no se limita a aplicar el derecho,
sino a interpretarlo y armonizarlo en el que se incluyen la
constitución y las leyes secundarias. Un buen juzgador además
de tener un pleno conocimiento de las normas jurídicas, debe
poseer un sentido crítico que le permita identificar las lagunas
de la ley y colmarlas, respetando siempre los principios del
sistema jurídico.
Es aquí donde radica la importancia de todo juez: dar
solución a los problemas que le demande la sociedad, a través
de la integración armoniosa, justa y equitativa de los preceptos
jurídicos con las necesidades de la colectividad, persiguiendo su
efectividad real y alimentando la confianza en el sistema de
administración de justicia, de lo que deriva en gran medida la
paz y progreso de México.
Una de las garantías más importantes de que disponen
los gobernados en la solución de controversias, es la
independencia judicial, concebida como un principio dirigido a
situar al órgano que imparte justicia y a sus tribunales, al
margen de presiones de los otros poderes, de las partes o
grupos sociales, individuos y también de los miembros del
propio Poder Judicial.
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La independencia al interior del Poder Judicial, se
traduce en que no cabe otra corrección que la que emerge de la
interpretación y aplicación del derecho de un órgano judicial
superior a otro inferior y en virtud de los recursos legalmente
previstos.
Este principio constituye un supuesto necesario para
una justicia imparcial, proclamado por la constitución en calidad
de garantía individual.
Como se colige de un análisis del sistema de
responsabilidades de los servidores públicos establecido en la
constitución local, desarrollada en la Ley de Responsabilidades
de los Servidores Públicos del Estado y la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, plantea cuatro diversos tipos que
descansan en un principio de autonomía, conforme al cual para
cada tipo de responsabilidad se instituyen órganos,
procedimientos, supuestos y sanciones propias, aunque algunas
de éstas coincidan desde el punto de vista material como ocurre
tratándose de las sanciones económicas aplicables tanto a la
responsabilidad política, a la administrativa o penal, así como la
inhabilitación prevista para las dos primeros, de modo que un
servidor público puede ser sujeto de diversas responsabilidades
y, por lo mismo, susceptible de ser, sancionado en diferentes
vías y con distintas sanciones.
El sistema de responsabilidades de los servidores
públicos que prevé el texto constitucional, se integra por cuatro
diversos tipos de responsabilidades, a saber: a) penal, b) civil,
c) política y, d) administrativa, todas ellas reguladas en la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos de la entidad.
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Cabe señalar que, de acuerdo con la doctrina, el
término responsabilidad tiene las acepciones siguientes:
a) Como sinónimo de obligación,
b) Como causa de ciertos acontecimientos,
c) Como consecuencia o efecto de una situación de
hecho,
d) Como capacidad mental del individuo, y
e) Como sinónimo de infracción, es decir, como
consecuencia del incumplimiento de las obligaciones
funcionariales.
Si se toma en consideración que la fracción III, del
artículo 111, de la constitución local, se refiere a las sanciones
administrativas aplicables a los servidores públicos por actos u
omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad,
imparcialidad y eficiencia que deben observar en el desempeño
de sus empleos, cargos o comisiones, es de estimarse que, en
estos casos, la acepción utilizada por el legislador del término
responsabilidad, se encuentra referida a la de infracción, por
parte del servidor público de las obligaciones que las leyes le
imponen en su actuación.
De tal manera que tratándose de responsabilidades
administrativas, según lo previsto en el texto constitucional, los
elementos de esa infracción, serán: a) aquellos actos u
omisiones que sean contrarios a las normas que rigen la
actuación de los servidores públicos; b) los sujetos, que desde
luego serán, aquéllos que tengan la calidad de servidores
públicos y; c) el objeto de la tutela constitucional, que lo será el
conservar la disciplina en el ejercicio de la función pública, a
través de cinco valores: la legalidad, la honradez, la lealtad, la
imparcialidad y la eficiencia.
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Ahora bien, es a este último elemento al que se alude
en la tesis relativa a la notoria ineptitud o descuido invocada, si
bien pueden abordarse ambos tópicos porque los dos deben
tener como apoyo inicial el error inexcusable, lo cierto es que la
notoria ineptitud podría concebirse desde un ángulo de acción
equívoca evidente, mientras que el descuido, debe catalogarse
como la omisión o falta de cuidado en algo que la ley
encomienda al juzgador. Los dos aspectos precisados, como ya
se dijo, deben tener como antecedente inmediato el error
inexcusable.
Se habla de error inexcusable, pues no todos los errores
van a ser sancionados administrativamente, sino sólo aquéllos
que sean inexcusables, es decir, que no admitan excusa válida
alguna.
Así, conforme a lo anterior, han quedado bien
determinados, en la tesis que se refiere a la notoria ineptitud y
descuido, todos los presupuestos para que se actualicen dichas
figuras y la piedra angular de las mismas es el error
inexcusable. El desacierto sin excusa debe ser notorio, palpable,
evidente y, además de ello, deben configurarse todas las
circunstancias que se precisan en la misma tesis.
Por otra parte, debe decirse que una resolución judicial
es un acto jurídico consistente en la realización de un juicio
crítico, que se desenvuelve a través de un proceso intelectual
cuyas etapas pueden irse aislando separadamente mediante la
denominada génesis lógica de la resolución.
El juzgador, en la búsqueda de la verdad, realiza
operaciones mentales para la calificación jurídica del caso, que
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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van desde la relación de los hechos y su reducción a las
especies jurídicas conocidas, hasta la determinación final, a
través de la llamada subsunción, entendida como el enlace
lógico de una situación particular, específica y concreta a la
prevención abstracta e hipotética prevista por el legislador.
En esta etapa el juzgador debe elegir la norma
aplicable, realizando el proceso intelectual correspondiente para
deducir los elementos con los que cuenta para la decisión final.
La resolución no se agota en una sola operación lógica,
sino que consta de varias etapas en las que el juzgador se
comporta de acuerdo con los elementos de hecho y de derecho,
para emitir un juicio crítico, en el que realiza un acto de
voluntad que se ve influido por su conocimiento no sólo jurídico
sino también humano, de experiencia en relación con el mundo
exterior.
En estas condiciones, las decisiones jurídicas a las que
llega el juzgador, después de realizada la labor jurisdiccional,
sólo pueden ser objeto de análisis y en su caso modificación,
por otro órgano jurisdiccional de mayor jerarquía, a través de
los recursos legales establecidos.
Desde esta perspectiva, al analizar la responsabilidad
administrativa debe evitarse el peligro de entrar al campo del
criterio, que resulta de la imposibilidad de una postura ortodoxa
que pueda calificarlo y menos dirigirlo, porque, resultaría
sumamente fácil tachar de incorrecto cualquier razonamiento
emitido por un juzgador, formándose una cadena de
inconformidad que llevaría a la inseguridad jurídica.
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Así, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
señalado que de estimarse correcto que se aborden cuestiones
de valoración de pruebas y de criterio en los procedimientos de
responsabilidad que tramita el Consejo de la Judicatura, tendría
que analizar si dicha valoración es correcta, con lo que se
estaría erigiendo en un verdadero tribunal de legalidad, no
obstante que el procedimiento administrativo de responsabilidad
es ajeno a la naturaleza sustancial del procedimiento
jurisdiccional.
Es menester precisar que el criterio jurídico de cada uno
de los juzgadores que integran el Poder Judicial, se ubica en un
plano de autonomía frente a las partes, pues se traduce en un
acto de autoridad, cuyos atributos normalmente son la
unilateralidad, imperatividad y coercitividad. De ello se sigue
que el criterio que tenga un juez, no es menos importante que
el de un magistrado, pues la verdad no depende de la jerarquía,
sino de las argumentaciones que se hagan y de su ajuste a los
elementos de hecho y de derecho aplicables a cada caso.
Un aspecto que resulta de trascendencia para el tema
que se trata, es que la notoria ineptitud o descuido y el error
inexcusable, dependen de la notoriedad de la equivocación, es
decir, que se note, que se evidencie, que fácilmente se advierta.
Este concepto, asimismo, conlleva un tinte de reincidencia, de
repetición, de cotidianeidad.
De lo expuesto se infiere que para que a la ineptitud o
descuido se les pueda considerar como notorios, deben
repetirse constantemente o ser, a simple vista, apreciables, es
decir, que no se requiera emitir tales o cuales argumentos para
evidenciar la falla, sino que ésta se advierta por sí misma; es
por ello que el análisis de la valoración de las pruebas en una
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resolución, sólo tiene cabida cuando la falta que
presumiblemente se atribuye al juzgador se encuentra
relacionada con otros elementos que puedan configurar causas
de evidente responsabilidad administrativa, como la falta de
probidad, independencia e, incluso, la ineficiencia, por existir
antecedentes que lleven a suponer que se dan las hipótesis
señaladas, pero no cuando los antecedentes personales del
juzgador destituido, denotan que el procedimiento
administrativo seguido en su contra no se apoya en ninguna de
esas circunstancias.
Así, nuestro más alto tribunal ha determinado, que al
tramitarse y resolverse el procedimiento administrativo de
responsabilidad, no deben erigirse en tribunales de instancia
para analizar la valoración de pruebas y el criterio plasmado en
una sentencia, salvo en aquellos casos en que los antecedentes
que motivan el procedimiento sean de tal entidad, que resulte
necesario constatar si en el aspecto jurídico se han realizado
actuaciones contrarias al buen juicio o a las disposiciones
legales aplicables, para lo cual habrá de justificarse la existencia
de una notoria evidencia de que su actuación no se apegó a las
constancias de autos, a las leyes o a la jurisprudencia aplicable
al caso.
Sin embargo, una vez precisado lo anterior, debe
decirse que lo que se debate en el presente asunto no es de
manera directa e inmediata el empleo del arbitrio judicial en la
interpretación jurídica que motivó el dictado de la interlocutoria
de trece de enero de dos mil catorce, en la causa penal natural,
sino que versó sobre el análisis de la conducta asumida por el
entonces Juez Primero de Primera Instancia en Materia Penal
del Distrito Judicial de Mina, en que se determinó, tal como
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quedó precisado con anterioridad que se realizó sin atender las
disposiciones jurídicas aplicables al caso en concreto.
De otro modo, la aceptación dogmática de que el
principio de independencia del arbitrio judicial impide el análisis
de la resolución, conduciría a proteger la impunidad respecto
del error inexcusable que pudiera advertirse en los juzgadores
en el desempeño de las funciones que les son encomendadas,
como ocurrió en la especie, sobre todo porque tampoco se
pretende modificar la situación jurídica creada por la resolución
cuestionada.
Además, la causa de responsabilidad atribuida al
denunciado es de mayor magnitud, porque se le atribuye dictar
una sentencia interlocutoria, con el argumento de que se
encontraba acreditada la prescripción de la acción penal,
omitiendo para ello observar la ley exactamente aplicable, lo
cual lo llevó a concluir en un sentido diametralmente opuesto,
pues como se ha explicado lo correcto legalmente era declarar
vigente la potestad punitiva.
Por lo tanto, se insiste, lo que se analizó en el presente
apartado considerativo no fue el ejercicio del arbitrio judicial
desarrollado por el juez implicado al dictar la sentencia
interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce, sino la
flagrante contravención al texto expreso de la ley que
probablemente hubiera conducido al dictado de una resolución
que declarara improcedente el incidente planteado por el
procesado, de manera que el análisis de esa cuestión constituye
la condición indispensable para determinar la existencia de las
causas de responsabilidad atribuidas al servidor público, y por
ende, como se adelantó es infundado lo argumentado por el
juzgador.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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Por su parte, en contestación al argumento defensivo
del denunciado establecido bajo el inciso b), donde refiere que
no existe pronunciamiento firme respecto a tomar en cuenta la
concurrencia de las calificativas en el delito de homicidio, con
ello al momento de rendir su informe invocó la tesis de rubro
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. EL PLAZO PARA QUE
OPERE ANTES DEL DICTADO DE LA SENTENCIA SE OBTIENE
CONSIDERANDO LA PENA CORRESPONDIENTE AL DELITO
BÁSICO O FUNDAMENTAL SIN TOMAR EN CUENTA AGRAVANTE
ALGUNA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA)”,
cuyos datos de identificación y contenido ya fueron citados en
líneas precedentes.
De igual modo, que el criterio sustentado es congruente
con los principios de seguridad jurídica que rige la institución de
la prescripción, dado que no existe pronunciamiento firme
respecto de la concurrencia de la calificativa en el delito de
homicidio
En base a lo anterior, es importante precisar, que de
acuerdo a una consulta realizada en el Semanario Judicial de la
Federación por medio del sistema “IUS” respecto del criterio
establecido en la tesis que invoca el A quo, es importante
precisar que el mismo ya quedó superado, como se desprende
al consultar la tesis que invoca el denunciado, como se observa
de la misma, lo siguiente:
“Nota: ésta tesis contendió en la contradicción 46/2007-
PS resuelta por la Primera Sala, de la que derivó la tesis 1a./J.
65/2008, que aparece publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVIII, diciembre
de 2008, página 117, con el rubro: "PRESCRIPCIÓN DE LA
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ACCIÓN PENAL. PARA SU CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA
PENALIDAD APLICABLE AL DELITO ESTABLECIDO EN CADA
FASE QUE INTEGRA EL PROCEDIMIENTO PENAL."
Por tanto, el argumento planteado por el Juez
denunciado a todas luces deviene infundado, por una parte en
virtud del criterio con el cual pretende justificar su actuación, ya
fue superado y ha prevalecido uno diverso, donde la Primer Sala
de nuestro Máximo Tribunal ha establecido que para declarar la
prescripción de la acción penal, debe atenderse la penalidad
aplicable al delito establecido, con ello considerar la pena del
delito configurado atribuido al responsable, ya sea básico o con
todas sus modalidades o circunstancias modificativas o
calificativas; por otra, en relación a que esa determinación es
congruente con el principio de seguridad jurídica, que rige la
institución de la prescripción, como se expone a continuación,
cuyos datos de identificación ya fueron proporcionados el líneas
anteriores:
“PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. PARA SU
CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA PENALIDAD APLICABLE AL
DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE INTEGRA EL
PROCEDIMIENTO PENAL. La Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha sostenido que tanto al obsequiarse la
orden de aprehensión como al dictar el auto de formal prisión,
debe fijarse el delito, ya sea en forma simple o con sus
respectivas calificativas, modalidades o modificativas; de ahí
que en cualquier fase del procedimiento penal, el plazo para
que opere la prescripción debe computarse a partir del
establecimiento del delito que se le atribuye al probable
responsable. Así, la prescripción se actualiza en cada etapa
procesal, tomando en cuenta el delito por el cual se emite la
determinación respectiva, atendiendo a si existen o no
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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calificativas sobre el ilícito establecido y conforme a la
legislación correspondiente. Esto es, debe considerarse la pena
del delito configurado atribuido al responsable, ya sea básico o
con todas sus modalidades o circunstancias modificativas o
calificativas, lo cual deriva en la obligación constitucional y legal
de todo juzgador consistente en que al emitir una orden de
aprehensión, auto de formal prisión, apelación o cualquier otro
acto durante el proceso determine, según el delito de que se
trate, los datos que acrediten los elementos del tipo penal, no
sólo para precisar la figura delictiva básica, sino también para
que, de ser el caso, se configure su específica referencia a un
tipo complementado, subordinado o cualificado, pues no debe
perderse de vista que durante el proceso penal pueden
actualizarse diferentes fases, por lo que deben determinarse con
precisión sus elementos constitutivos, incluyendo las
modificativas o calificativas que, en su caso, surjan de los
hechos materia de la etapa procesal de que se trate. Por tanto,
debe tomarse en cuenta el delito determinado por el cual se
sigue el procedimiento, en cualquiera de sus fases, de manera
que la prescripción quedará condicionada al transcurso del
término establecido para la sanción que corresponda al delito
concreto señalado en cada etapa procesal. Lo anterior es así,
porque conforme al principio de seguridad jurídica, en cada una
de ellas puede modificarse el delito, por lo que si al obsequiar la
orden de aprehensión se le atribuye al probable responsable
determinado ilícito, el término para que opere la prescripción se
computará de acuerdo a los plazos previstos en la legislación
correspondiente, y si al dictado del auto de formal prisión se le
ubica en uno diverso, ya sea básico o con calificativas, el
indicado término se computará de acuerdo a la penalidad
aplicable a esta nueva valoración del delito, y de igual forma
tendrá que hacerse en cada una de las fases que integran el
procedimiento penal.
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Contradicción de tesis 46/2007-PS. Entre las
sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Tercer Circuito y el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo
Quinto Circuito. 4 de junio de 2008. Cinco votos. Ponente:
Sergio A. Valls Hernández. Secretario: Antonio Espinosa Rangel.
Tesis de jurisprudencia 65/2008. Aprobada por la Primera Sala
de este Alto Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de junio de
dos mil ocho”.
Entonces, conforme a la jurisprudencia invocada, no es
óbice que las calificativas acreditadas, deriven de una resolución
provisional o intraprocesal como es el auto de formal prisión,
puesto que según se indica en los argumentos que lo integran,
el estudio de la prescripción se puede abordar en cada etapa
procesal debe efectuarse atento a la determinación que en ese
momento se encuentre firme, sea que existan o no calificativas.
Lo anterior se estima así, en razón de que conforme al
criterio establecido por la primer Sala de nuestro máximo
tribunal, para el cómputo de la prescripción debe considerarse
el delito y calidades que se actualizan, sin que obste la fase
procedimental; ya que hasta ese momento se encuentra
acreditado el delito, que es susceptible de cambio en la etapa
posterior, pero eso no es motivo para no atender las agravantes
del delito, como ocurrió en el sumario de origen las cuales no
fueron atendidas y contrario a lo informado por el denunciado
se apartó del derecho humano de seguridad jurídica, pues como
se reitera, la Primer Sala de nuestro máximo tribunal estableció
precedente obligatorio para atender la penalidad del delito
configurado, respecto de cada fase del procedimiento penal.
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En ese orden, por cuanto hace al argumento planteado
por el servidor judicial implicado establecido bajo el inciso c), en
el cual esencialmente refiere que el criterio adoptado en la
sentencia interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce,
que declaró la prescripción de la acción penal, se basó conforme
al diverso criterio sustentado por el Pleno del Tribunal Superior
de Justicia en su resolución de veintinueve de febrero de dos mil
doce, el mismo al igual que los anteriores argumentos deviene
infundado, como se expone a continuación.
Dicho argumento defensivo, carece de sustento jurídico
alguno; ya que, de una interpretación que se extrae de acuerdo
como lo disponen los artículos 14 y 17, de nuestra Carta Magna,
dado que obligan al juez implicado a impartir justicia en forma
adecuada, dado el interés del Estado en perseguir y castigar
delitos, con la finalidad de que éstos no queden impunes, al
omitir aplicar la penalidad establecida para el delito de homicidio
calificado previsto por los arábigos 103 y 108, fracciones II y
III, del código punitivo del Estado, aplicable al momento de
cometido el delito, por tal motivo, al configurarse el delito de
homicidio calificado, debió considerar esa penalidad por ser
aplicable respecto del delito previamente acreditado.
Por tanto y al acreditarse conforme a los autos de la
causa penal de origen las calificativas del delito configurado, del
que se desprende penalidad mayor a la del homicidio simple,
con ello como se observó se evidenció la falta de
profesionalismo del juez denunciado, al considerar aplicable una
tesis superada respecto de una circunstancia distinta, como
también lo es, que refiera se sustentó en una determinación que
solamente tiene alguna semejanza con el caso de origen, como
lo refiere el implicado al momento de rendir su informe.
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Como se afirma, dicho argumento resulta infundado; ya
que el invocar el caso que menciona no guarda relación con el
asunto que se resuelve, primeramente porque se trata de
diversas partes, situaciones jurídicas distintas, órgano
jurisdiccional diverso e incluso diversos funcionario; aunado a
que, dicho pronunciamiento se desconoce a detalle su
contenido, en razón de que el propio servidor si bien es cierto,
que lo invoca como hecho notorio; también lo es, que dicho
fallo al ser emitido por órgano distinto a este Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado de Guerrero, nos
encontramos imposibilitados en considerarlo en los términos que
lo ofrece; máxime que el implicado pudo solicitar a éste órgano
técnico que se recabaran las constancias respectivas, como
prueba de su parte ya sea por encontrarse imposibilitado en
allegarlas, o en su caso al no contar con las mismas como
prueba de parte suya conforme al proveído de ocho de agosto
del año próximo pasado (f. 287 a 294), lo cual hasta la
audiencia de pruebas y alegatos de treinta de septiembre de
dos mil catorce no ocurrió, pese a que la carga probatoria recaía
en el para demostrar su afirmación.
Aún en el supuesto sin conceder, que existiera el
precedente que refiere el servidor público, tal determinación no
constriñe a este consejo adoptar el criterio ahí sustentado, dado
que no es de observancia obligatoria, aunado a que, en el caso
de que haya sido emitido en el los términos que refiere el
implicado, ello daría pauta que en subsecuentes casos sería
motivo de violaciones a los derechos humanos de las partes y a
la ley sustantiva penal; máxime que, en el caso concreto se han
detallado los motivos y razones jurídicas para estimar acreditada
la falta administrativa, con lo que se han respetado los derechos
humanos del servidor público.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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De ahí, si no existen elementos de prueba aptos,
idóneos, bastantes, ni concluyentes para llegar a la certeza
plena del argumento defensivo hecho valer por el juez
implicado, que ahora se estudia, se arriba a la firme convicción
que deviene infundado, dada la insuficiencia probatoria.
NOVENO.- Por último, al determinarse que es fundado
el motivo de disenso en análisis, enderezado en contra del
licenciado Julio Obregón Flores, Juez de Primera Instancia en
Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, lo conducente es
individualizar la sanción a imponer, con base en los elementos
previstos en el artículo 53 de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado, atento a las circunstancias
particulares acreditadas en el considerando inmediato anterior,
al cual nos remitimos en obvio de innecesarias repeticiones, así
como los datos que se desprenden del informe rendido
mediante oficio 3311/AV, de catorce de agosto de dos mil
catorce (f. 316 a 689), por la Jefa del Departamento de
Recursos Humanos de este órgano administrativo, en relación al
expediente personal del implicado, sobre antecedentes,
antigüedad, sanciones anteriores e ingresos económicos,
información que al no haber sido objeto de controversia por el
juez denunciado, pese a que se le dio vista con la misma,
conserva íntegro su pleno valor probatorio.
Por lo cual, se procede a individualizar la sanción a
imponer al licenciado Julio Obregón Flores, del modo siguiente:
I. La falta administrativa en que incurrió el servidor
público, relativo a que en la sentencia interlocutoria de trece de
enero de dos mil catorce, dictada en la causa penal 52/1993-II,
instruida a Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de Homicidio
Calificado, previsto y sancionado por el numeral 103 en relación
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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con el diverso 108 fracciones II y III del código sustantivo
aplicable al momento de cometido el delito, en agravio de Ángel
Pineda Mederos, declaró que la potestad punitiva del Estado se
encontraba prescrita, al considerar que ya había sido superado
el plazo medio aritmético, conforme al arábigo 103 del mismo
cuerpo normativo, respecto al delito de homicidio simple, con
ello únicamente consideró la penalidad establecida para el delito
básico, sin tomar en cuenta las agravantes de ese delito, a
pesar de que en todo momento se acreditó que el delito a que
se contrae el asunto natural es el de homicidio calificado, donde
la potestad punitiva hasta el momento de resuelto dicho caso
todavía se encontraba vigente, contraviniendo normas jurídicas
relacionadas con el servicio público, derechos humanos de la
víctima, como también desatendió el interés general que tiene el
Estado en la persecución de los delitos, al no aplicar una pena
donde la ley penal prevé respecto del caso concreto y por lo
tanto se encontraba facultado en aplicarla, lo cual va en
detrimento de los principios de profesionalismo y excelencia que
deben regir en el actuar de todo servidor judicial, puesto que
aplicó de manera incorrecta un supuesto jurídico, con el cual
vulneró los derechos humanos de la víctima, ya que con esa
determinación ocasionó que el procesado se encontrara bajo la
posibilidad de sustraerse de la acción de la justicia, y por ende
propició a que prevaleciera la impunidad apartada de una
correcta administración de justicia.
Con ese proceder, el juez denunciado incumplió con la
obligación que establece la fracción I, del artículo 46, de la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado,
porque su actuación irregular transgrede derechos
fundamentales, como se extrae de una interpretación conforme
a lo dispuesto por los artículos 14 y 17, de nuestra Carta Magna,
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en perjuicio de la sociedad, la administración de justicia y los
derechos humanos de la víctima u ofendido del delito.
Además, al tratarse de una falta grave, derivado de un
error inexcusable que ocasionó deficiencia en el servicio público
cometida por un juez, con notables repercusiones en la
impartición de justicia al declarar que se encontraba prescrita la
acción penal, dado que había transcurrido el término medio
aritmético del delito de homicidio simple, sin considerar las
circunstancias agravantes que configuraban el delito de
homicidio calificado, mismo que establece una mayor penalidad
y cuyo término medio aritmético no transcurría.
Es por ello, que obviamente existe conveniencia de
reprimir esta clase conductas, puesto que, con esa clase de
errores, se afecta la imagen del órgano jurisdiccional de origen
y del Poder Judicial del Estado en general, lo que demerita la
percepción de confianza de la sociedad hacia las instituciones,
en perjuicio de la gobernabilidad y estabilidad de nuestro estado
democrático de derecho.
Por lo que, este órgano técnico estima que estos
aspectos, en nada benefician al funcionario judicial, porque la
comunidad en general está interesada en erradicar estas
irregularidades que atentan contra el interés general que existe
en la persecución de delitos, la correcta impartición de justicia y
que quienes tienen a su cargo esta delicada función se
conduzcan con profesionalismo, excelencia, eficiencia y
legalidad, situación que evidentemente hace factible e idóneo la
imposición de una sanción de mayor grado.
II. Las circunstancias socioeconómicas del servidor
judicial. Se consideran adecuadas, porque su salario líquido
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
89
quincenal es de $23,380.60 (veintitrés mil trescientos ochenta
pesos 60/100 m.n.), que le proporciona un nivel de vida
adecuado para potenciar su labor jurisdiccional y es apropiado
para que realizara en forma eficiente y oportuna su labor,
dedicando el tiempo necesario y de calidad, para evitar incurrir
en la infracción administrativa que ha quedado acreditada, lo
que de ninguna manera le resulta favorable.
III. El nivel jerárquico, los antecedentes y las
condiciones del infractor. Al tener la categoría de Juez, de
acuerdo con el numeral 66 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
del Estado, tiene un rango medio alto dentro de los titulares del
órgano jurisdiccional, lo cual le exige conducirse con mayor
responsabilidad en su actuación, para evitar incurrir en faltas
como la que se encuentra acreditada, máxime que deja un mal
antecedente para sus subalternos y homólogos.
Los antecedentes laborales del Juez denunciado,
tenemos los siguientes:
Del dos de febrero de mil novecientos ochenta y
nueve al once de noviembre de mil novecientos noventa y uno,
Secretario de Acuerdos adscrito al Juzgado Primero de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de los Bravo.
Se desempeñó como proyectista de Sala en Materia
Penal del Tribunal Superior de Justicia, en los periodos
siguientes:
Del doce de noviembre de mil novecientos noventa
y uno, al nueve de enero de mil novecientos noventa y dos, en
forma interina; asimismo, del veintidós de enero de mil
novecientos noventa y dos al siete de febrero de mil
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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novecientos noventa y tres; y del ocho de febrero de mil
novecientos noventa y tres al catorce de septiembre de mil
novecientos noventa y cinco.
Se desempeñó como Juez Mixto de Primera
Instancia del Distrito Judicial de Altamirano, del ocho de
noviembre de mil novecientos noventa y seis al veintiocho de
abril de mil novecientos noventa y siete y del veintisiete de
septiembre de dos mil siete al siete de junio de dos mil doce.
Por su parte, ha ocupado el cargo de juez de
Primera Instancia en el Estado, en los periodos que a
continuación se detallan:
Del quince de septiembre de mil novecientos
noventa y cinco, al siete de noviembre de mil novecientos
noventa y seis; del treinta y uno de mayo de mil novecientos
noventa y nueve al veinticuatro de junio de dos mil cuatro;
como también del veinticinco de junio de dos mil cuatro, al
veintiséis de septiembre de dos mil siete; de igual modo, del
ocho de junio de dos mil doce, al dos de mayo de dos mil trece
y del dieciocho de junio de dos mil trece a la fecha del informe,
en los Distritos Judiciales de Morelos, Tabares, Hidalgo y Mina
respectivamente.
La información detallada nos permite concluir que por
sus antecedentes, el A quo estuvo en aptitud de evitar incurrir
en la infracción administrativa acreditada, porque conoce la
materia penal, ya que siempre se ha desempeñado en esa área,
lo que permite presumir que contaba con las herramientas
teóricas, legales y prácticas para cumplir en forma eficiente con
sus obligaciones y en el caso concreto, evitar vulnerar los
principios de lealtad, legalidad y eficiencia que rigen el servicio
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
91
judicial que tiene encomendado; como garantizar la protección a
los derechos humanos de los justiciables, por lo que de igual
manera, conocía las consecuencias que su falta puede
ocasionar, para prevenir y evitar incurrir en ello, lo que de
ninguna manera le reporta beneficio.
IV. Las condiciones exteriores y los medios de
ejecución. En relación a las condiciones exteriores como la
premura y carga de trabajo, no pueden erigirse como
justificante ni atenuante, pues no es aceptable la magnitud del
error cometido, además de que ello no dependía de recursos
materiales carentes en el juzgado, ni de la actuación de otro
servidor público, puesto que corresponde a actuaciones que
debe realizar el implicado; además, la conducta irregular no
requiere de ningún medio de ejecución en particular, sino que
se actualiza con el sólo incumplimiento de la obligación que le
impone el marco legal; aspecto que en ninguna forma le es
favorable.
V. La antigüedad en el servicio. La antigüedad
acumulada en el servicio a la fecha en que cometió la infracción
administrativa, conforme al informe rendido por la titular del
Departamento de Recursos Humanos, es aproximadamente de
veintitrés años, tres meses y nueve días, lo que en nada
beneficia al servidor público, porque se presume que esa
antigüedad es suficiente para que tuviera la experiencia
necesaria para conocer sus obligaciones y evitar incumplirlas y
más aún evitar aplicar inexactamente la ley.
VI. La reincidencia en el incumplimiento de la
obligación. Se advierte que el servidor público cuenta con
sanciones administrativas procedentes, dictadas por este órgano
administrativo, que se precisan a continuación:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
92
1.- En el expediente administrativo 102/2001, se le
impuso un apercibimiento, en la causa penal 58-2/2000, debido
a que incurrió en dilación al resolver el ejercicio de la acción
penal, ya que se le acreditó el incumplimiento a lo dispuesto en
el artículo 75 del Código Penal del Estado de Guerrero.
2.- En el expediente administrativo 012/2011, se impuso
multa de quince días de salario mínimo vigente en la región, ya
que derivado del juicio familiar 877/2008-I, del índice del
Juzgado de Primera Instancia en materia Familiar del Distrito
Judicial de los Bravo, incurrió en dilación al diligenciar un
exhorto después de cincuenta y tres días, posteriores a la data
de su recepción, con ello vigiló se cumplimentara sin dilación,
por lo que se acreditó la falta administrativa prevista en la
fracción I del artículo 46 de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado.
3.- En el expediente administrativo, 060/2007, se
impuso multa de veinticinco días de salario mínimo vigente en la
región, en virtud de que al resolver el auto de plazo
constitucional decretó la libertad del inculpado, al estimar que
no se acredita el cuerpo del delito de lesiones, previsto por la
fracción IV, del artículo 105 del Código Penal, pero omitió
pronunciarse respecto de las lesiones que presentó el agraviado
en el pómulo derecho, en la región periorbitaria del ojo derecho
y en los parpados del mismo lado, pese a que de ellas se
levantó fe ministerial y fueron clasificadas por perito médico, en
ese asunto le fue acreditada la falta administrativa que prevé la
fracción I del artículo 46 de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
93
4.- En el expediente administrativo 079/2005, se le
impuso una multa de cuarenta días de salario mínimo vigente
en la región, en razón de que en la causa penal 87/2004-III,
instruida en contra de Buenaventura Carbajal Castro, por el
delito de violencia intrafamiliar, cometido en agravio de Regina
Arrieta Taboada, omitió imponer como medida de seguridad al
incriminado la separación del domicilio conyugal, así como la
prevención de no molestar a la víctima, conforme al numeral
194-C, del Código Penal, en la que se acreditó la falta
administrativa que señala la fracción I del artículo 46 de la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado.
5.- En el expediente administrativo 73/2004, se impuso
multa de sesenta días de salario mínimo vigente en la región, ya
que en la causa penal 108-2/2001, instruida en contra de Pedro
Nevada Martínez y Violeta Patricia Zamora García, por los delitos
de robo y abuso de confianza, en perjuicio de Ignacio Medellín
Fonseca y otra, al ordenar y hacer entrega del vehículo marca
Volkswagen, tipo safari, modelo 1975, con número de serie
1862053199, color rojo, con capota color negro y placas de
circulación número GZF7095 del Estado de Guerrero, al
agraviado Ignacio Medellín Fonseca, cuando debió abstenerse y
ponerlo inmediatamente a disposición del Juez Sexto de Primera
Instancia en Materia Civil del Distrito Judicial de Tabares, en la
que se evidenció la falta administrativa prevista en la fracción I
del artículo 46 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos del Estado.
6.- En el expediente administrativo 43/2005, se impuso
una multa de cien días de salario mínimo vigente en la región,
dado que en la causa penal 123/2004-III, emitió auto
constitucional de libertad por falta de elementos para procesar
de dieciocho de noviembre de dos mil cuatro, a favor de Juan
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
94
Manuel Mota Román, por el delito de violación, en agravio de
Nahiely Del Río Soberanis, al apartarse de las reglas probatorias
establecidas por la ley, para acreditar el cuerpo del delito y la
probable responsabilidad penal del inculpado, no obstante de
conocer las normas jurídicas y su aplicación, donde fue
acreditada la falta administrativa que establece la fracción I, del
artículo 46, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos del Estado.
7.- En el expediente administrativo, 197/2008, se le
impuso una multa de cien días de salario mínimo vigente en la
región, ya que no realizó en tiempo la notificación personal de la
sentencia interlocutoria, en los autos del expediente 21/2005,
relativo al juicio ejecutivo mercantil, promovido por José Luis
Camacho de la Cruz en contra del H. Ayuntamiento Municipal
Constitucional de San Luis Acatlán, misma que fue acreditada la
falta administrativa prevista en la fracción XXI del artículo 46 de
la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado.
8.- En los autos del Expediente administrativo
107/2010, se impuso suspensión de cuarenta y seis días, al
permitir que la perito tercero en discordia la revaloración
ginecológica de la menor agraviada en la causa penal 93/2009-
I, instruida a Marco Antonio Calleja Liborio, por el delito de
violación, en agravio de Coral Yusel Arredondo Cruzalta, con ello
infringió disposiciones de la Convención sobre los Derechos del
Niño y la Ley para la protección de los derechos de Niños, Niñas
y Adolescentes, relativas al interés superior del niño;
apartándose del recto criterio o buen juicio basado al dejar de
observar el interés superior del niño, por lo que se acreditó la
falta administrativa prevista en la fracción I del artículo 46, de la
Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
95
Este aspecto de modo alguno beneficia al servidor
público, pues se advierte que no es primo infractor, sino que
durante su trayectoria ha incurrido en forma reiterada en
infracciones administrativas, por las que se le han impuesto un
apercibimiento, seis multas consistentes en quince, veinticinco,
cuarenta, sesenta, cien y cien días de salario mínimo, como
también se hizo acreedor a una suspensión del cargo por
cuarenta y seis días, acreditando con ello que se trata de un
servidor reincidente, ya que en ocho ocasiones ha incurrido en
faltas administrativas, y seis veces inclusive en la misma
hipótesis a la acreditación del asunto que nos ocupa, lo cual le
perjudica, al estimarlo reincidente.
VI. El monto del beneficio, daño o perjuicio económico
derivados del incumplimiento. Si bien la conducta infractora no
es susceptible de valoración pecuniaria, ello en nada beneficia al
servidor denunciado, debido a que se trata de una infracción
grave, tal y como quedó establecido en el cuerpo de este fallo
ocasionando un perjuicio de mayor magnitud en la esfera de
derechos humanos de la víctima, como en perjuicio de la
sociedad, quién es la principal interesada que el Estado,
garantice la armonía social por tanto, esta clase de conductas
no siempre será expresada en términos monetarios, sino que su
graduación se deriva de la importancia del incumplimiento,
verificable en la afectación que trasciende a derechos
fundamentales y el grado de transgresión a principios de
singular importancia en la función pública, como acontece en
este caso.
En atención a los aspectos analizados, los integrantes
de este cuerpo colegiado, estimamos que para sancionar la falta
administrativa acreditada, es idóneo aplicar al licenciado Julio
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
96
Obregón Flores, la sanción administrativa prevista en los
numerales 127, fracción IV y 131, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial del Estado, consistente en una suspensión.
Ello a que si bien, podría ser susceptible de ser
sancionado con mayor énfasis, se estima excesivo imponerle
una sanción de destitución e inhabilitación, debido a que en su
trayectoria de más de veintitrés años, dado que existe una
prelación lógica en la imposición de las sanciones aun
tratándose de faltas graves, atento al principio de progresividad,
por lo que estimamos apropiado, congruente e idónea este tipo
de sanción para lograr que el servidor público reencauce su
actuación, a los principios deontológicos de la función
jurisdiccional; pero tampoco es factible imponerle un
apercibimiento, una amonestación o una multa, porque la
gravedad de la infracción no sería compatible con ello, y dado
que se trata de una afectación grave a la sociedad, la
administración de justicia y los derechos humanos de la víctima
u ofendido del delito, y ningún beneficio le reportan los
antecedentes, antigüedad, condiciones personales y exteriores,
circunstancias socioeconómicas, monto del beneficio o daño
causado, nivel jerárquico y conveniencia de reprimir el
incumplimiento.
Determinada la sanción aplicable, lo apropiado es
especificar la duración de la misma, para lo que deberán
atenderse las disposiciones jurídicas relativas a la imposición de
la suspensión, de las que puede advertirse que no establecen la
forma de individualizarla, sino que sólo puede obtenerse que su
duración máxima es de seis meses, por lo que se infiere que la
mínima puede ser de hasta un día; sin embargo, ese rango
constituye un parámetro, que debe ser analizado al tenor de las
circunstancias particulares, para fijar el tiempo específico a
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
97
aplicar, puesto que en toda imposición de sanciones impera un
mínimo de discrecionalidad para la autoridad, que
implícitamente le fue otorgado en la ley al establecer un mínimo
y un máximo sin que ello cause algún perjuicio a los
gobernados.
Para ello, se considera que debido a que conforme a la
información recabada a lo largo de su trayectoria laboral, han
sido agotadas reiteradamente sanciones administrativas que
han quedado, firmes, en este caso refleja el mayor énfasis
represivo que amerita esta falta grave, por lo que se estima
que, para dar margen a que en lo sucesivo se abstenga de
incurrir en esta clase de irregularidades y disponga lo necesario
para prevenir que se susciten estos comportamientos indebidos
en el trámite de los asuntos de su conocimiento, dado que el
compromiso del Poder Judicial del Estado de Guerrero, tiene
para con la sociedad, en pugnar porque la solución de los
conflictos sometidos a su conocimiento, sea realizada por
servidores públicos que garanticen una justicia accesible,
pronta, completa, imparcial y próxima al justiciable.
No obstante, debido a que se pretende reprimir una
infracción que causó una afectación de mayor trascendencia,
ello impide situar la sanción en rango mínimo, porque este
órgano administrativo está constreñido a sancionar con mayor
énfasis esta clase de conductas.
Por tanto, a juicio de los integrantes de este órgano
colegiado, es apegado a derecho, proporcional a la gravedad,
acorde a los efectos nocivos ocasionados en la impartición de
justicia y los derechos humanos de la víctima, como medida
preventiva lo que busca el procedimiento disciplinario, fijar la
sanción administrativa de la suspensión a imponer al licenciado
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
98
Julio Obregón Flores, en una temporalidad ubicada en el punto
equidistante entre el medio y el máximo de la sanción, pero más
cercano al primero, por lo que se determina imponerle una
suspensión por el lapso de cuatro meses, del cargo de Juez de
Primera Instancia en el Estado de Guerrero, plazo en el cual no
tendrá derecho a percibir remuneración alguna.
Lo anterior es así, ya que al decretar la prescripción de
la acción penal, al considerar que había transcurrido el lapso del
término medio aritmético de la pena, respecto del delito de
homicidio simple, conforme al numeral 103, del Código Penal,
aplicable al momento de cometido el delito, sin considerar que
en el sumario de origen fueron acreditadas las circunstancias
modificativas previstas por el numeral 108, fracciones II y III,
relativas al delito configurado de homicidio calificado, el cual
prevé una mayor penalidad y por ende el término medio
aritmético; es por ello que hasta la data en que resolvió la
inmediata libertad del procesado no había sido cumplido, con
ello no había condiciones jurídicas para que declarara la
prescripción de la acción penal y por tal motivo propició a que el
procesado se encontrara en la posibilidad de sustraerse de la
acción de la justicia y con ello se apartó del interés general que
tiene el Estado en la persecución de los delitos ya que omitió
aplicar una disposición normativa, que lo facultaba para actuar
conforme a las agravantes acreditadas en autos.
Circunstancia anterior, que no le beneficia dada la
experiencia y conocimientos del denunciado; ya que, por ser
perito en derecho y su jerarquía en un órgano jurisdiccional, no
puede concebirse como un error menor o producto de su
interpretación, porque omitió considerar que se encontraba
vigente la potestad punitiva del Estado, conforme al artículo
108, fracciones II y III, del código sustantivo penal.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
99
Por lo tanto, actúo en perjuicio de los intereses de la
víctima al afectar su derecho fundamental de administración de
justicia completa, puesto que el Estado a través de sus órganos
debe asumir una conducta activa y decidida para prevenir su
vulneración, dado el interés público de la persecución de los
delitos para que esas conductas puedan ser sancionadas.
A manera de colofón, debemos dejar sentado que la
sanción administrativa impuesta al servidor público responsable
administrativamente, no deriva en forma exclusiva de algún
elemento individualizador, sino que para determinar el tipo de
sanción, se apreciaron todos los demás elementos objetivos,
para definir la más apropiada, proporcional y justa, de acuerdo
a las circunstancias particulares del infractor y aquéllas que
rodearon el hecho, sin que ello se aparte de los derechos
humanos de legalidad y seguridad jurídica del implicada, lo que
justifica su imposición en forma racional.
Además, tal situación, en modo alguno implica una
extralimitación de la potestad disciplinaria, porque al
individualizar la sanción administrativa en atención a los
elementos legales de ponderación establecidos por el legislador,
ello acota la actuación de este órgano administrativo, máxime
que, en esta clase de actividades siempre impera un mínimo de
discrecionalidad, que se acentúa con el hecho de que no exista
ninguna disposición jurídica que regule el tipo de sanción que
debe imponerse por las faltas acreditadas, por lo que en todo
caso queda sujeto a las resultas del examen integral de los
factores de apreciación contenidos en el ordinal 53 de la aludida
Ley de Responsabilidades local, lo cual torna constitucional el
proceder de este órgano administrativo.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
100
Afianzan el sentido de nuestra determinación, por
identidad de sentido jurídico, los razonamientos vertidos en la
resolución de diez de noviembre de dos mil diez, relativa a la
contradicción de tesis 330/2010, vertidos por la Segunda Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la cual emanó
la jurisprudencia 2a./J. 190/2010, editada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, página 1216, Tomo
XXXIII, Enero de 2011, Materia Constitucional, Novena Época,
que señala:
“RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS
DEL ESTADO DE JALISCO. LOS ARTÍCULOS 61 Y 64 DE LA LEY
RELATIVA, NO VIOLAN LAS GARANTÍAS DE LEGALIDAD Y
SEGURIDAD JURÍDICA. Los citados preceptos no violan las
garantías de legalidad y seguridad jurídica contenidas en los
artículos 14 y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, por el hecho de no establecer un parámetro
que indique los grados de gravedad de la infracción en que
puede incurrir el servidor público en el desempeño de su
empleo, cargo o comisión, y no prever específicamente, en el
artículo 64 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos del Estado de Jalisco, la sanción correspondiente a las
infracciones precisadas en el artículo 61 de dicha Ley, ya que de
los enunciados normativos se advierten otros indicadores que
permiten a la autoridad administrativa determinarlos toda vez
que, conforme a su contenido, para imponer las sanciones, debe
tomar en cuenta la gravedad de la responsabilidad en que se
incurra. Además, los citados preceptos no constituyen
elementos aislados a partir de los cuales la autoridad pueda
determinar arbitrariamente la sanción correspondiente, sino que
debe ser proporcional en tanto que habrá de ponderarla
objetivamente con las demás fracciones del artículo 61 del
ordenamiento citado y, en especial, con el contenido de su
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
101
artículo 72, lo cual acota sus atribuciones para imponer la
sanción.”
Por las razones expuestas, con fundamento en los
artículos 127, fracción IV, 131 y 134, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, ejecútese inmediatamente la presente
resolución en los términos siguientes: sepárese temporalmente
al licenciado Julio Obregón Flores del cargo de Juez de Primera
Instancia del Estado, por el término de cinco meses;
suspéndase el pago del salario y demás prestaciones al citado
servidor público durante el lapso en que se ejecute esta sanción
administrativa; y, anótese en la hoja de servicio del denunciado
la sanción aquí aplicada. Para lo cual, deberá girarse oficio y
remitirse copia autorizada de esta determinación para que sea
agregada al expediente personal del infractor, a la Dirección
General de Administración y Finanzas del Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado.
Ahora, atento a que la sanción impuesta a la infractora
es la suspensión, conforme a los numerales 16, fracción XXVIII,
79, fracción X, 110, 121, 122, 123, 127 y 136, fracción VI, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, la imposición de esa
sanción no se encuentra firme, porque en este caso el
procedimiento administrativo continuará con la revisión oficiosa
que compete efectuar al Pleno del Tribunal Superior de Justicia,
en la que apruebe, modifique o revoque esta determinación de
responsabilidad administrativa, y sólo la resolución con la que
culmine esa revisión oficiosa será susceptible de ejecución.
Avala nuestra aseveración, por ser aplicable al caso
concreto, la tesis XXI.1o.P.A.107 A, sustentada por el Primer
Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del
vigésimo Primer Circuito, editada en el Semanario Judicial de la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
102
Federación y su Gaceta, página 1996, Tomo XXIX, Febrero de
2009, Materia Administrativa, Novena Época, que se reproduce:
“PROCEDIMIENTO DE RESPONSABILIDAD
ADMINISTRATIVA PREVISTO EN LA LEY ORGÁNICA DEL PODER
JUDICIAL DEL ESTADO DE GUERRERO. FORMA PARTE DE ÉSTE
LA REVISIÓN QUE LE CORRESPONDE EFECTUAR AL PLENO DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA RESPECTO DE LAS
RESOLUCIONES DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA QUE
IMPONGAN LA SUSPENSIÓN, DESTITUCIÓN O INHABILITACIÓN
A UN SERVIDOR PÚBLICO. Atendiendo a la intelección armónica
de los artículos 16, fracción XXVIII, 79, fracción X, 110, 121,
122, 123, 127 y 136, fracción VI, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial del Estado Libre y Soberano de Guerrero Número 129,
la intervención del Pleno del Tribunal Superior de Justicia como
revisor de las resoluciones en las que el Consejo de la
Judicatura haya impuesto alguna de las sanciones inherentes a
la suspensión, destitución o inhabilitación a alguno de los
servidores públicos de dicho Poder, debe verse como parte del
correspondiente procedimiento seguido en forma de juicio
previsto en la indicada ley, tendente a la delimitación de
responsabilidades administrativas, toda vez que dicha actuación,
lejos de constituir un recurso oficioso o instancia independiente,
aparece como necesaria para llegar a la existencia de una
resolución definitiva susceptible de notificarse al implicado y de
posible ejecución, en tanto que al referido Pleno es al que le
compete aprobar, revocar o modificar las aludidas sanciones,
materializándose esto, luego de que concluya la audiencia de ley
y el Consejo de la Judicatura emita su determinación.”
Consecuentemente, en términos de los artículos 16,
fracción XXVIII, 110, 121, 136, fracción VI, de la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado, se ordena remitir los autos al
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
103
Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado, con la
finalidad de que se continúe con la fase de revisión oficiosa de
esta resolución emitida por el Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial del Estado, en la que se determine la aprobación,
modificación o revocación de la sanción administrativa de
suspensión impuesta al funcionario judicial denunciado.
V.- Por cuanto hace al procedimiento administrativo seguido por el Consejo
de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, en los autos del expediente
113/2014 sujeto a estudio, se califica de legal por este Tribunal en Pleno
constituido en órgano revisor, porque se advierte que se respetó la garantía de
audiencia del servidor público sujeto al mismo, quien fue oído en el proceso
administrativo, el cual se substanció conforme a las reglas contenidas en el artículo
136 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente en la época de la
comisión de la falta administrativa que aquí se analiza, constancias procesales que
a continuación se describen.
Primeramente, el procedimiento se inició con motivo de la vista que dio, al
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, el Presidente de la Tercera
Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, respecto a la probable falta
administrativa cometida por el licenciado Julio Obregón Flores, en su desempeño
como Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, en
autos de la causa penal 52/1993-II, en cumplimiento a lo ordenado en la
ejecutoria pronunciada el trece de junio de dos mil catorce, por esa Sala Penal, en
el toca penal III-134/2014.
A este respecto, se comparte el criterio sustentado por el Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, en el sentido de que el Magistrado
Presidente de la Tercera Sala Penal, o más propiamente esta, por su conducto,
tiene acción para denunciar los actos u omisiones de los servidores públicos del
Poder Judicial local, que puedan entrañar responsabilidad administrativa; en este
caso, de un Juez de Primera Instancia de su adscripción.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
104
En efecto, de una interpretación sistemática de lo dispuesto en los
artículos 81, 83, y 115 de la Constitución Política; 46, 50 y 56 de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos; y 16, 23, 79, 81, fracción XV, 121 y
124 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, todas de nuestra Entidad Federativa, y
vigentes a la fecha de la falta denunciada, se colige que el régimen de
responsabilidad de los servidores públicos del Poder Judicial Local, se sustenta en
los principios de legalidad, honradez, imparcialidad y eficacia en el desempeño de
las funciones, cargos y comisiones.
También se desprende, que corresponde al Consejo de la Judicatura del
Poder Judicial del Estado, la vigilancia y disciplina de los servidores del Poder
Judicial, con excepción del Tribunal Superior de Justicia, y, en esa medida, recibir
quejas o denuncias por faltas cometidas por tales servidores públicos o sobre el
incumplimiento de las obligaciones establecidas en el artículo 46 de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos.
En lo que corresponde a los órganos o sujetos que se encuentran
legitimados para denunciar, ante el Consejo, los hechos u omisiones que puedan
suponer la responsabilidad de algún servidor público del Poder Judicial, de los
normativos legales referidos se desprende que este Tribunal Superior de Justicia,
funcionando en pleno o en salas, podrá solicitar que el Consejo investigue la
conducta de los jueces; que son atribuciones de los presidentes de Sala,
cumplimentar los acuerdos dictados por su sala, o por el Pleno del Tribunal; que
todo servidor público tendrá la obligación de salvaguardar la lealtad, honradez,
legalidad, imparcialidad y eficiencia en el desempeño de su cargo, lo que implica
su deber de denunciar, por escrito, ante el titular de su dependencia, los hechos
que a su juicio puedan constituir responsabilidad administrativa; que las
disposiciones de la ley orgánica son aplicables, sin perjuicio de las sanciones que
prevé el Código Penal y la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos; y
que tienen acción para denunciar la comisión de faltas o incumplimiento de
obligaciones de los servidores públicos de la administración de justicia del Estado,
los sujetos señalados expresamente en el artículo 124 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, entre estos, las partes en el juicio en que se cometan, las personas físicas
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
105
o morales que acrediten personalidad conforme a la ley y que tengan interés
jurídico en el asunto, los abogados patronos de los litigantes y el Ministerio Público
en los negocios en que intervenga.
Sin embargo, de este mismo precepto se advierte que sólo regula lo
relativo a la acción de los particulares, pero no restringe ni excluye las diversas
disposiciones aludidas en materia de responsabilidad administrativa que se
sustentan en un principio de transparencia en el ejercicio de la función del servidor
público.
Por tanto, es incuestionable que todo servidor público se encuentra
facultado para velar por la salvaguarda de los principios a los que debe ceñirse el
ejercicio de las funciones, cargos o comisiones públicos, como son, los de lealtad,
honradez, legalidad, imparcialidad y eficiencia en su desempeño, lo que
lógicamente implica que los Presidentes de las Salas de este Tribunal Superior de
Justicia, en cumplimiento a lo ordenado por la sala respectiva, o incluso actuando
por iniciativa propia, tienen legitimación para denunciar ante el Consejo de la
Judicatura, los hechos u omisiones que a su juicio puedan entrañar responsabilidad
administrativa.
Este criterio se apoya en la jurisprudencia por contradicción de tesis,
emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
novena época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
tomo XIX, mayo del 2004, con número de tesis 2ª./J. 59/2004, en la página 594,
que en el disco óptico “IUS 2005”, se localiza con el número de registro 181,433;
cuyo tenor literal es el siguiente:
SERVIDORES PÚBLICOS DEL PODER JUDICIAL DEL
ESTADO DE GUERRERO. LOS PRESIDENTES DE LAS SALAS DEL
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ESA ENTIDAD ESTÁN
LEGITIMADOS PARA DENUNCIAR ANTE EL CONSEJO DE LA
JUDICATURA LOCAL, LOS HECHOS QUE A SU JUICIO ENTRAÑEN
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA. De la interpretación de
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
106
los artículos 81, 83, 114 y 115, de la Constitución; 46, 50 y 56,
de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos; y 16,
23, 79, 81, 121 y 124, de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
todas del Estado de Guerrero, se advierte que el régimen de
responsabilidad de los servidores públicos de su Poder Judicial se
sustenta en los principios de legalidad, honradez, imparcialidad y
eficacia en el desempeño de sus funciones, cargos y comisiones.
En ese tenor, el artículo 124, del ordenamiento últimamente
citado establece que tienen acción para denunciar la comisión de
faltas o incumplimiento de obligaciones de los servidores públicos
de la administración de justicia del Estado, las partes en el juicio
en el que se cometieren; las personas físicas o morales que
acrediten su personalidad conforme a la ley y que tengan interés
jurídico en el asunto; los abogados patronos de los litigantes en
los casos de responsabilidades provenientes de hechos u
omisiones cometidas en el juicio que patrocinen; y el Ministerio
Público en los negocios en que intervenga; sin embargo, tal
disposición no es de naturaleza restrictiva, ni excluyente de los
artículos que en forma conjunta regulan la materia, en razón de
que las disposiciones aludidas se sustentan en un principio de
transparencia en el ejercicio de la función del servicio público,
por lo que es inconcuso que éstos están facultados para velar
por la salvaguarda del bien protegido por las normas relativas,
de lo que se sigue que los Presidentes de las Salas del Tribunal
Superior de Justicia del Estado de Guerrero, están legitimados
para denunciar ante el Consejo de la Judicatura Local, los hechos
u omisiones que a su juicio puedan entrañar responsabilidad
administrativa de los servidores públicos del Poder Judicial del
Estado, correspondiendo a dicho órgano de vigilancia y disciplina
resolver si la denuncia es fundada o no.
En otro aspecto, tenemos que en el auto que dio inicio al procedimiento
administrativo, la Presidenta del Consejo de la Judicatura ordenó que se notificara
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
107
al servidor público denunciado la instrucción del procedimiento administrativo en
su contra, para que rindiera su informe respecto a las faltas imputadas en la
denuncia; para tal efecto, se giró la requisitoria 257/2014, de diecinueve de agosto
de dos mil catorce, al Juez Mixto de Paz del municipio de Coyuca de Catalán, quien
la recibió el veintiuno de ese mismo mes y año, y mediante acuerdo dictado en esa
misma fecha, ordenó su diligenciación.
El licenciado Mateo Carlos Pérez, Juez Mixto de Paz del municipio de
Coyuca de Catalán, a las catorce horas del veinticinco de agosto de dos mil catorce,
llevó a cabo la notificación personal al denunciado licenciado Julio Obregón Flores,
de la incoación del procedimiento administrativo en su contra, y le corrió traslado
con los documentos correspondientes.
Por acuerdo dictado el dos de septiembre de dos mil catorce, se acusó
recibo de la requisitoria debidamente diligenciada. El licenciado Julio Obregón
Flores, Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina,
mediante escrito fechado el uno del mismo mes y año, con fecha de recibido el
mismo día de su suscripción en la Oficialía de Partes del Tribunal Superior de
Justicia, rindió su informe dentro del plazo concedido; esto de acuerdo con la
certificación y auto de dos del mes y año mencionados, pronunciado por la
Presidencia del Consejo.
El treinta de septiembre de dos mil catorce, tuvo verificativo la audiencia
de pruebas y alegatos prevista en la fracción I del artículo 136 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado, vigente en la época de la comisión de la falta
denunciada, a la que no asistió el servidor público denunciado, ofreció prueba
alguna; teniéndosele por precluido su derecho para formular alegatos; citándose a
las partes para oír sentencia.
En las condiciones relatadas, se concluye que en la substanciación del
procedimiento administrativo en contra del licenciado Julio Obregón Flores, el
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado se ajustó a las reglas del
procedimiento previstas en el artículo 136 de nuestra Ley Orgánica, de tal manera
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
108
que no se aprecia alguna causa que motive su reposición, por lo que es
procedente emprender el estudio de fondo del asunto en la presente revisión
oficiosa.
VI.- De las constancias que se revisan, se desprende que es materia del
procedimiento de responsabilidad administrativa instruido en contra del licenciado
Julio Obregón Flores, como Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Mina, su actuación en la causa penal 52/1993-II, instruida en contra de
Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio, previsto y sancionado por los
artículos 103 y 108, fracciones I y II, del Código Penal vigente en la época de los
hechos (1993), en agravio de Ángel Pineda Mederos, en donde fue erróneo el
criterio del juzgador denunciado, al declarar procedente el incidente no
especificado, relativo a la prescripción de la acción penal, promovido por el
mencionado procesado.
Ante ello, previamente a llevar a cabo la revisión para determinar si en el
caso se actualiza la falta administrativa imputada al denunciado, es necesario
precisar, como criterio general, que tanto el Consejo de la Judicatura como este
Pleno del Tribunal Superior de Justicia, en el ámbito de sus respectivas
competencias, para resolver sobre la responsabilidad administrativa de los titulares
de los órganos judiciales, se encuentran en aptitud de examinar si su resolución
jurisdiccional se dictó con apego a la ley.
Esto es así, porque si tanto el Consejo de la Judicatura como este Pleno
del Tribunal, conforme a sus respectivas facultades, tienen encomendada la
vigilancia y disciplina de los integrantes de los órganos jurisdiccionales del Estado,
no resultaría congruente con esta responsabilidad, que les estuviera vedado
analizar, jurídicamente, la congruencia y correcta aplicación del derecho en las
consideraciones expresadas por tales órganos al emitir sus decisiones; desde
luego, debe acotarse que esta posibilidad habrá de referirse a aquellas actuaciones
jurisdiccionales que constituyan una desviación de la legalidad, que no sea
debatible u opinable, sino que deriven de datos objetivos como serían un evidente
error, descuido o negligencia; es decir, el análisis de legalidad de la resolución
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
109
materia de la queja administrativa, no debe dilucidar una cuestión de criterio
jurídico, en la cual puedan sustentarse, válidamente, diversas soluciones, sino
decidir sobre si el fallo o actuación judicial se emitió en franca contravención al
texto de la ley aplicable, o ignorando constancias de autos de carácter esencial
para la solución del asunto, o sustentando motivos que estén en contradicción de
jurisprudencia definida o de principios de derecho generalmente aceptados en
nuestro sistema jurídico, adoptando una solución jurídica en franca contradicción a
la que debía asumir conforme a esos criterios de observancia obligatoria.
Sin que, con dicho examen en un procedimiento de responsabilidad
administrativa, se vulneren la autonomía e independencia de los Jueces y
Magistrados en el ejercicio de sus funciones, porque estos conservan incólumes
sus facultades de interpretación jurídica y decisión al emitir sus fallos, los que
deben ser objetivamente acordes con las disposiciones legales y constitucionales
aplicables, y atender las constancias del expediente, únicos aspectos que serán
susceptibles de análisis al resolver si incurrieron en responsabilidad administrativa.
En ese mismo contexto, dado que la naturaleza de la resolución recaída a
una queja administrativa, no es la de un recurso o medio de defensa que pueda
variar el sentido de las decisiones emitidas por los titulares de los órganos
jurisdiccionales, puesto que la única finalidad de estos procedimientos consiste en
revisar que la actuación de los juzgadores se haya desarrollado con apego a los
principios de excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e
independencia, a que debe ceñirse el ejercicio de su cargo, sin afectar las
situaciones jurídicas que se generaron, por virtud de la resolución emitida en el
juicio respectivo, con lo que se respeta la autoridad de la cosa juzgada, por lo que
es claro también, que sin llegar a constituir una revisión de la legalidad de las
resoluciones que trascienda a la materia de discusión del proceso judicial en que
se emitieron, en esta sede administrativa se pueden examinar, de manera directa,
los fundamentos y motivos de aquellas, solamente con el afán de analizar la
actuación del juzgador, materializada en su resolución jurisdiccional, para
determinar si fue congruente con los principios rectores de su actividad, y en esa
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
110
medida, determinar si incurrió o no en alguna conducta sancionable
administrativamente.
La consideración precedente encuentra sustento en la tesis P.XLII/2000,
emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible a fojas
88, del tomo XI, Marzo de 2000, novena época, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, materias Administrativa y Común, que a la letra dice:
CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. AL RESOLVER
SOBRE LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE JUECES DE
DISTRITO O MAGISTRADOS DE CIRCUITO PUEDE, SIN
MENOSCABO DEL PRINCIPIO DE COSA JUZGADA Y DE LA
AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA JUDICIALES, EXAMINAR EL
APEGO A LA LEGALIDAD DE RESOLUCIONES
JURISDICCIONALES. Para cumplir con las funciones en materia
de disciplina al resolver sobre la responsabilidad administrativa
de Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito, el Consejo de la
Judicatura Federal puede analizar la correcta aplicación del
derecho en las consideraciones expresadas al emitir sus
decisiones, siendo que en el caso específico de remoción, la
resolución respectiva debe ser aprobada por mayoría de cinco
votos, situación que garantiza un suficiente consenso en cuanto
a la determinación de responsabilidad grave de esos
funcionarios. Asimismo, cabe destacar que como la única
finalidad de esta revisión consiste en determinar si la actuación
de los juzgadores se apegó a los principios de excelencia,
objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia que
deben caracterizar su actividad, no es susceptible de modificar
las situaciones jurídicas derivadas de las resoluciones judiciales,
por no tratarse de un recurso o medio de defensa, debiendo
referirse a aquellas actuaciones que constituyan una desviación
de la legalidad que no sea una cuestión de criterio o arbitrio
debatible u opinable, en la cual puedan sustentarse válidamente
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
111
diversas soluciones, sino que deriven de datos objetivos, como
serían un evidente error o descuido, por haberse emitido en clara
contravención al texto expreso de la ley aplicable o por ignorar
constancias de autos de carácter esencial para la solución del
asunto, lo cual no atenta contra la autonomía e independencia
con que deben contar los juzgadores en el ejercicio de sus
funciones, pues éstos conservan íntegras sus facultades de
interpretación y decisión al emitir sus fallos, los que deben ser
apegados a derecho.
Establecidas las anteriores premisas, este Órgano Revisor procede a
verificar la actualización de la falta administrativa imputada al servidor público
denunciado.
VII.- En la vista que emite al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial
del Estado, la Sala denunciante señala, al resolver el toca penal III-134/2014, que
fue indebido el juzgador al omitir dar cabal y estricto cumplimiento a lo establecido
en la segunda parte del párrafo segundo del artículo 94 del Código Penal, vigente
en la época en que se cometió el ilícito, lo que constituyó un evidente error y
descuido, pues no analizó el texto citado de dicho numeral, y al contravenir ello,
indebidamente decretó la libertad absoluta del acusado.
En relación a lo anterior, este Órgano Revisor advierte que, como lo señala
el Consejo de la Judicatura, se desprende de las constancias del duplicado de la
causa penal 52/1993-II, que se integró al expediente administrativo que se revisa,
el cual se encuentra certificado por el Tercer Secretario de Acuerdos del Juzgado
Segundo de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo,
mismo que se le otorga valor probatorio pleno, de conformidad a lo dispuesto en el
numeral 124 del Código de Procedimientos Penales, de aplicación supletoria a esta
materia administrativa, por disposición contenida en el precepto legal 44 de la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado, antes de sus reformas
de febrero de dos mil quince, ya que constituyen documentales públicas al estar
expedidas por funcionario en ejercicio de sus funciones; de ahí que se desprende
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
112
que la autoridad investigadora, mediante pedimento penal 52, de seis de abril de
mil novecientos noventa y tres, consignó, sin detenido, al juzgado natural, la
averiguación previa MIN/094/993, ejercitando acción penal y de reparación del
daño en contra de Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio, previsto y
sancionado por el artículo 103, en relación con el 108, fracciones II y III, todos del
Código Penal del Estado, vigente en la época de los hechos, perpetrado en agravio
de Ángel Pineda Mederos.
En esa misma fecha, el entonces Juez de Primera Instancia en Materia
Penal del Distrito Judicial de Mina, radicó la indagatoria consignada y resolvió el
ejercicio de la acción penal, librando la correspondiente orden de aprehensión en
contra del acusado arriba citado, por el delito de homicidio, previsto y sancionado
por los artículos 103 y 108 del Código Penal vigente en esa época; ejecutándose
dicho mandato el veintiuno de enero de dos mil diez, y puesto a disposición de
quien en esa fecha fungía como titular del referido órgano jurisdiccional.
El veintidós de ese mismo mes y año, el acusado emitió su declaración
preparatoria, solicitando su defensa la duplicidad del término constitucional, por lo
que con fecha veintisiete de enero de dos mil diez, se resolvió su situación jurídica,
dictándole auto de formal prisión, por su probable participación en el delito de
homicidio calificado, ilícito previsto por el artículo 103 y sancionado por el diverso
108, fracciones II y III del Código Penal vigente en la época de los hechos, en
agravio de Ángel Pineda Mederos.
El dos de octubre de dos mil trece, el procesado Manuel Reynoso Carbajal,
promovió ante el juzgador denunciado, incidente no especificado relativo a la
prescripción de la acción penal, mismo que fue resuelto procedente el trece de
enero de dos mil catorce, y en consecuencia, ordenó la inmediata y absoluta
libertad del referido acusado.
Ahora, al realizar un minucioso estudio de las constancias procesales que
integran el expediente administrativo que se analiza, los Magistrados integrantes
del H. Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado, advertimos que el
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
113
servidor público Julio Obregón Flores, no cumplió con los principios de lealtad,
honradez, legalidad, imparcialidad y eficiencia en el servicio encomendado,
circunstancias señaladas en el dispositivo legal 46 de la Ley de Responsabilidades
de Servidores Públicos del Estado de Guerrero, vigente en la época de la comisión
de la falta que aquí se analiza:
ARTÍCULO 46.- Todo servidor público tendrá las
siguientes obligaciones para salvaguardar la lealtad, honradez,
legalidad, imparcialidad y eficiencia que deben ser observadas en
el desempeño de su empleo, cargo o comisión:
I.- Cumplir con la máxima diligencia el servicio que le sea
encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión, que
cause la suspensión o deficiencia del servicio o implique abuso o
ejercicio indebido de un empleo, cargo o comisión.
De lo anterio, se aprecia que el servidor público, para salvaguardar el
principio de legalidad que debe imperar en el ejercicio de su función, debe
abstenerse de cualquier acto u omisión que implique el cumplimiento de cualquier
disposición jurídica relacionada con el servicio público que se desempeña.
En ese contexto, para que la hipótesis establecida en el numeral antes
citado se requiere que se actualicen dos supuestos íntimamente relacionados:
a) La realización de una conducta activa u omisiva, y
b) Que la conducta implique o conlleve el incumplimiento de alguna
norma jurídica que esté relacionada con el servicio público que presta el servidor.
En ese sentido, se advierte que es correcto el criterio del Consejo de la
Judicatura, pues como lo señala en la resolución que se revisa, fue errónea la
determinación del juzgador denunciado, al declarar procedente el incidente no
especificado relativo a la prescripción de la acción penal, promovido por el
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
114
procesado Manuel Reynoso Carbajal, en la causa penal 52/1993-II, del índice del
Juzgado de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina.
Se sostiene lo anterior, en virtud de que como se aprecia de las
constancias procesales que integran la referida causa penal, de las que destacan
para efectos de ilustrar lo que aquí se resuelve, las reseñadas en líneas que
anteceden, que en dicho asunto, el Ministerio Público investigador, ejercitó acción
penal por el delito de homicidio, previsto y sancionado por el artículo 103, en
relación con el 108, fracciones II y III, del Código Penal vigente; lo que derivó en
que, el juzgador que con motivo de ello resolvió el ejercicio de la acción penal,
librara orden de aprehensión, por el delito de homicidio, en la que se tuvieron por
acreditadas las mismas agravantes que el Ministerio Público acreditó en su pliego
de consignación, es decir, las contenidas en la fracciones II y III, del Código Penal
vigente en la época de los hechos, lo que trascendió hasta el dictado del auto de
plazo constitucional de formal prisión de veintisiete de enero de dos mil diez, en el
que el juzgador que lo dictó, claramente establece que en el delito de homicidio
perpetrado en agravio de Ángel Pineda Mederos, concurrieron las calificativas
previstas en las fracciones II y III, del artículo 108, del Código Penal vigente en la
época de los hechos (1993).
Luego, es inconcuso que los hechos a que se contrae la causa penal en la
que se actualizó la falta denunciada, son relativos al delito de homicidio calificado,
siendo encuadrada dicha conducta antijurídica, en los artículos 103 y 108,
fracciones I y II, del Código Penal vigente en la época de la comisión de dicho
ilícito, desde la etapa de investigación, hasta el dictado del auto de término
constitucional, resultando de suma relevancia destacar, que el incidente no
especificado, relativo a la prescripción de la acción penal, fue promovido por el
procesado, con posterioridad al dictado del auto de formal prisión, mismo que se
reitera, fue dictado por el delito de homicidio calificado; razón por la cual,
efectivamente, el juzgador denunciado, al resolver el mencionado incidente, debió
tomar como base para cuantificar el término de la prescripción en dicho asunto, la
pena establecida para el delito de homicidio calificado, prevista en el segundo de
los preceptos legales invocados y no la del tipo penal básico, pues la prescripción
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
115
se actualiza en cada etapa procesal; y al no hacerlo de esa forma, es evidente que
soslayó lo previsto en el artículo 94 del Código Penal vigente en la época de los
hechos, el cual establece:
94.- La acción penal prescribirá en un plazo igual a una
tercera parte del término medio aritmético de la pena privativa
de libertad que señale la ley para el delito de que se trate.
El plazo para la prescripción de la acción penal señalado
en el párrafo anterior no será aplicable tratándose de aquellos
delitos cuya media de la pena máxima privativa de libertad que
señale la ley, exceda de cinco años. En tales casos la acción
penal prescribirá en un plazo igual al término medio aritmético
de la sanción privativa de libertad correspondiente.
De ahí que atendiendo al precepto legal transcrito y a la penalidad
establecida para el delito de homicidio calificado en la época en que se cometió,
que era de quince a cuarenta años de prisión, se obtiene que el término medio
aritmético de dicha sanción, es de veintisiete años siete meses; por lo que una vez
más, se reitera que el criterio sostenido por el licenciado Julio Obregón Flores, al
dictar la sentencia interlocutoria de trece de enero de dos mil catorce, es violatorio
de las reglas para el cómputo de la prescripción de la acción penal, toda vez que
como se ha señalado en líneas precedentes, la orden de aprehensión librada en
contra de Manuel Reynoso Carbajal, es de seis de abril de mil novecientos noventa
y tres, misma que fue ejecutada el veintiuno de enero de dos mil diez, de lo que se
desprende que desde el libramiento de esa orden de aprehensión, hasta la fecha
en que se logró la captura del mencionado procesado, transcurrió un tiempo de
dieciséis años nueve meses quince días, el cual, evidentemente es insuficiente para
decretar la prescripción de la acción penal en los hechos que se constriñe la causa
penal 52/166-II, tantas veces citada, sobre todo porque, se insiste, la resolución
en la que el juzgador denunciado resolvió lo contrario, fue dictada después de
haberse pronunciado el auto de término constitucional de formal prisión al
procesado de mérito, dictado por el delito de homicidio calificado, siendo
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
116
actualizada la prescripción en ese momento procesal, por lo que el infractor, al
resolver el incidente no especificado relativo a la prescripción de la acción penal,
debió realizar el computo respectivo, de acuerdo a la penalidad aplicable al delito
establecido en dicho auto de término constitucional, resultando aplicable al caso
concreto, la jurisprudencia de la Novena Época. Registro: 168291. Instancia:
Primera Sala. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Tomo XXVIII, Diciembre de 2008. Materia(s): Penal.
Tesis: 1a./J. 65/2008. Página: 117.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL. PARA SU
CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA PENALIDAD APLICABLE AL
DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE INTEGRA EL
PROCEDIMIENTO PENAL. La Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación ha sostenido que tanto al obsequiarse la
orden de aprehensión como al dictar el auto de formal prisión,
debe fijarse el delito, ya sea en forma simple o con sus
respectivas calificativas, modalidades o modificativas; de ahí que
en cualquier fase del procedimiento penal, el plazo para que
opere la prescripción debe computarse a partir del
establecimiento del delito que se le atribuye al probable
responsable. Así, la prescripción se actualiza en cada etapa
procesal, tomando en cuenta el delito por el cual se emite la
determinación respectiva, atendiendo a si existen o no
calificativas sobre el ilícito establecido y conforme a la legislación
correspondiente. Esto es, debe considerarse la pena del delito
configurado atribuido al responsable, ya sea básico o con todas
sus modalidades o circunstancias modificativas o calificativas, lo
cual deriva en la obligación constitucional y legal de todo
juzgador consistente en que al emitir una orden de aprehensión,
auto de formal prisión, apelación o cualquier otro acto durante el
proceso determine, según el delito de que se trate, los datos que
acrediten los elementos del tipo penal, no sólo para precisar la
figura delictiva básica, sino también para que, de ser el caso, se
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
117
configure su específica referencia a un tipo complementado,
subordinado o cualificado, pues no debe perderse de vista que
durante el proceso penal pueden actualizarse diferentes fases,
por lo que deben determinarse con precisión sus elementos
constitutivos, incluyendo las modificativas o calificativas que, en
su caso, surjan de los hechos materia de la etapa procesal de
que se trate. Por tanto, debe tomarse en cuenta el delito
determinado por el cual se sigue el procedimiento, en cualquiera
de sus fases, de manera que la prescripción quedará
condicionada al transcurso del término establecido para la
sanción que corresponda al delito concreto señalado en cada
etapa procesal. Lo anterior es así, porque conforme al principio
de seguridad jurídica, en cada una de ellas puede modificarse el
delito, por lo que si al obsequiar la orden de aprehensión se le
atribuye al probable responsable determinado ilícito, el término
para que opere la prescripción se computará de acuerdo a los
plazos previstos en la legislación correspondiente, y si al dictado
del auto de formal prisión se le ubica en uno diverso, ya sea
básico o con calificativas, el indicado término se computará de
acuerdo a la penalidad aplicable a esta nueva valoración del
delito, y de igual forma tendrá que hacerse en cada una de las
fases que integran el procedimiento penal.
Contradicción de tesis 46/2007-PS. Entre las sustentadas por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito y el Cuarto Tribunal
Colegiado del Décimo Quinto Circuito. 4 de junio de 2008. Cinco votos. Ponente:
Sergio A. Valls Hernández. Secretario: Antonio Espinosa Rangel.
Tesis de jurisprudencia 65/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, en sesión de fecha veinticinco de junio de dos mil ocho.
En mérito de lo expuesto, resulta claro que el servidor público, como Juez
de Primera Instancia en Materia Penal del Estado, al resolver en la forma que lo
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
118
hizo, dejó de observar los principios de legalidad, profesionalismo, eficiencia y
excelencia, a los que debe ajustarse la actuación de los servidores públicos del
Poder Judicial, lo que desde luego implica que la prestación del servicio
jurisdiccional en el caso particular fuera deficiente; advirtiéndose que se trata de
una omisión no justificable, dada la claridad de las constancias de autos, pasando
por alto los criterios jurisprudenciales vigentes, así como las disposiciones relativas
a la prescripción de la acción penal, contenidas en los artículos 94 y 97 del código
adjetivo de la materia.
Bajo tales circunstancias, se establece que el juzgador denunciado, al
declarar prescrito el delito de homicidio calificado, atribuido a Manuel Reynoso
Carbajal, en la causa penal 52/1993-II, del índice del Juzgado de Primera Instancia
en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, incumplió con la obligación prevista
en el artículo 46, fracción I, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos del Estado de Guerrero, vigente en la época de la comisión de la falta
denunciada, en el sentido de que todo servidor está obligado a cumplir con la
máxima diligencia el servicio que le sea encomendado y abstenerse de cualquier
acto u omisión, que cause la suspensión o deficiencia del servicio o implique abuso
o ejercicio indebido de su empleo, cargo o comisión, como acertadamente lo
sostiene el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado.
Así, tenemos que en relación a la primera hipótesis (omisión), resulta claro
que el servidor público denunciado, al haber actuado en la forma que lo hizo al
declarar prescrito el delito de homicidio calificado atribuido a Manuel Reynoso
Carbajal, en la causa penal 52/1993-II, del índice del Juzgado de Primera Instancia
en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina, omitió observar lo dispuesto en los
artículos 94 y 97, fracción I, párrafo segundo, del Código de Procedimientos
Penales, aplicable en la época de los hechos, así como los criterios
jurisprudenciales vigentes en la fecha en que dictó la sentencia interlocutoria que
actualizó la falta administrativa denunciada, siendo además erróneo su criterio al
tomar como base, para computar el término de la prescripción, el tipo penal básico
de homicidio y no el de homicidio calificado, que como ha quedado precisado en
líneas que anteceden, es el delito por el cual se dictó el auto de término
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
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constitucional en la causa penal referida. Por tanto, es evidente que nos
encontramos ante una conducta omisiva por parte del servidor público denunciado,
la cual se actualiza, porque el juez instructor omitió realizar un estudio apegado a
las reglas para el cómputo de la prescripción, aplicables al caso en concreto,
conculcando de esta manera el principio de legalidad que impera en la función
pública al impartir justicia.
Así las cosas, por causa de las omisiones y desviación del buen juicio,
respecto del cómputo de los plazos para determinar la prescripción de la acción
penal en el delito de homicidio calificado, imputado a Manuel Reynoso Carbajal, en
la causa penal en la que el juzgador denunciado, consumó la falta que se analiza,
se establece que este violentó las normas reguladoras de la referida causa de
extinción de la acción penal, e ignoró que los criterios jurisprudenciales en que se
basó para resolver el incidente en el que se actualizó la falta denunciada, están
rebasados; irregularidad que por sí misma provocan que su resolución adolezca de
la debida fundamentación y motivación, que conforme a lo dispuesto en el artículo
50 del Código de Procedimientos Penales, debe cumplir toda resolución
jurisdiccional penal, lo que redundó que en el particular la prestación del servicio
de administración de justicia sea deficiente. Por consiguiente, queda de manifiesto
que el licenciado Julio Obregón Flores, al resolver el asunto de mérito, se condujo
en forma negligente, incurriendo en omisiones y errores de apreciación
inexcusables, en contravención clara a los principios de legalidad y eficacia que
todo juzgador debe observar en el desempeño de su cargo; pues como
acertadamente lo sostiene el Consejo de la Judicatura, el servidor público, al emitir
la resolución origen de la denuncia administrativa presentada, actuó con
deficiencia al no disponer de todos los medios a su alcance, pues no se allegó de la
jurisprudencia vigente respecto al tema y, por ende, no la aplicó en la resolución
cuestionada.
Como resultado de lo anterior, se establece que la falta administrativa en
que incurrió el juez denunciado resulta grave, ello al tomar en consideración que el
bien jurídico tutelado por la norma penal en su artículo 103, en relación con el
diverso 108, ambos del Código Penal del Estado vigente en la época de los hechos,
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es la vida, siendo esta el bien jurídico de mayor valía, aunado a que el artículo 70
del Código de Procedimientos Penales, calificaba como delito grave, el de
homicidio previsto en los artículos 103, 104 y 108 del Código Penal del Estado,
ambos ordenamientos citados, vigentes en la época de la comisión de la falta
administrativa que se analiza.
En ese contexto, es que el juez denunciado, al haber decretado
procedente la prescripción de la acción penal, con base en la penalidad para el
delito de homicidio simple y no por el diverso de homicidio calificado, siendo éste
último por el que se le dictó auto de bien preso a Manuel Reynoso Carbajal, al
haber quedado plenamente justificadas las agravantes previstas en el artículo 108,
fracciones II y III, del código sustantivo de la materia vigente en la época de los
hechos, evidentemente, pone en peligro a la sociedad, ya que al dejar en libertad
a una persona que demuestra un alto grado de peligrosidad, amenaza a la
ciudadanía en uno de sus valores fundamentales como es la vida; y al mismo
tiempo la conducta del servidor público que venimos señalando, en su actuar poco
profesional, origina impunidad en el hecho criminoso cometido, circunstancia que
es reprochada por la sociedad que está ávida que se castigue esta clase de
conductas, a fin de establecer un orden jurídico y social, generando con ello
confianza en los órganos impartidores de justicia, lo cual no se ve alcanzado con la
omisión en que incurrió el juez al declarar prescrita la acción penal en el delito
imputado al acusado de referencia, no obstante que, como ya se dijo, en el auto
de formal prisión que se le dictó, quedó establecido que en aquel asunto se
acreditaban, a plenitud, las hipótesis normativas previstas en el precepto legal
invocado, de ahí la gravedad de la falta administrativa cometida por el referido
juez.
Resulta aplicable la tesis sustentada por el Séptimo Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo X, Agosto de 1999, tesis número: I.7º. A. 70 A, en
la página 800, que se inserta a continuación:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
121
SERVIDORES PÚBLICOS, GRAVEDAD DE LA
RESPONSABILIDAD DE LOS. El artículo 54 fracción I, de la Ley
Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos señala
entre otros elementos para imponer sanciones administrativas, la
gravedad de la responsabilidad en que se incurra y la
conveniencia de suprimir prácticas que infrinjan, en cualquier
forma, las disposiciones de la propia ley o las que se dicten con
base en ella, sin que especifique qué tipo de conducta pueda
generar una responsabilidad grave, esto es, el referido precepto
no establece parámetros que deban respetarse para considerar
que se actualiza tal situación. Por tal motivo, si la autoridad que
sanciona a un servidor público no señaló tales parámetros, no
incumple con el requisito a que alude tal numeral, pues de su
redacción no se advierte que se imponga esa obligación a la
autoridad sancionadora, por lo que queda a su criterio el
considerar qué conducta puede ser considerada grave.
Por todo ello, es inconcuso que el licenciado Julio Obregón Flores, dejó de
acatar el imperativo del artículo 46, fracción I, de la Ley de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado de Guerrero, en el sentido de que todo servidor
público debe abstenerse de cualquier acto u omisión que cause la suspensión o
deficiencia del servicio, o implique abuso o ejercicio indebido de un empleo, cargo
o comisión, y concomitantemente, se apartó de los principios de legalidad,
profesionalismo, eficiencia y excelencia, que deben regir el desempeño de un Juez
del Estado, lo que establece una patente ineptitud en el ejercicio de la función
jurisdiccional; ya que debe actuarse con especial cuidado ante delitos de esta
naturaleza, dadas las graves consecuencias que repercuten a la sociedad.
Al respecto resulta aplicable la tesis de jurisprudencia No. De Registro:
903,928, Tesis Aislada. Instancia: Materia(s): Constitucional, Administrativa,
Novena Época, Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, XI, Marzo de 2000. Tesis: P. XLIV/2000. PAG. 101, que textualmente dice:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
122
NOTORIA INEPTITUD O DESCUIDO EN EL EJERCICIO DE
LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL. CUANDO SE TRATA DE DELITOS
GRAVES, EL JUZGADOR DEBE TENER ESPECIAL CUIDADO AL
DICTAR SUS RESOLUCIONES PARA EVITAR INCURRIR EN ESA
CAUSA DE RESPONSABILIDAD.- Cuando un Juez de Distrito o
Magistrado de Circuito conoce de asuntos donde se impute al
inculpado la comisión de delitos calificados por la ley como
graves, las características y naturaleza de estas conductas
provocan que la decisión que se emita sea de especial
significación social, situación que lo obliga a ser especialmente
escrupuloso en el dictado de la resolución correspondiente,
porque la realización de esta clase de ilícitos es susceptible de
producir graves daños a la sociedad, por lo que si uno de los
deberes de tales juzgadores consiste en preservar y proteger los
intereses generales con independencia de los de carácter
personal, a la luz de la observancia de la ley, la comisión de un
error inexcusable al resolver este tipo de asuntos, determinado
con base en datos objetivos que no dependan de un criterio
personal, actualiza la causa de responsabilidad por notoria
ineptitud o descuido en el ejercicio de la función jurisdiccional,
prevista por el artículo 131, fracción III, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de la Federación.
Por ultimo, se comparte el criterio del Consejo de la Judicatura del poder
Judicial del Estado, en el sentido que la resolución en revisión no invade la esfera
jurisdiccional del juzgador, pues evidentemente no se discute el arbitrio del
servidor público, el cual puede compartirse o no bajo argumentos lógico jurídicos,
pues lo que se analiza es la diáfana desviación en la que incurrió el juez al
sostener una resolución fuera de toda legalidad en apreciaciones erróneas del
acervo jurídico que obran en la causa, en inobservancia de las disposiciones
legales aplicables y criterios jurisprudenciales vigentes; es decir, no se invade la
autonomía e independencia de la que se encuentra investido el juzgador en el
ejercicio de su función profesional, sino de establecer si su actuación se ajustó a
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
123
las obligaciones que tiene en su delicada ocupación de impartir justicia;
circunstancia que en el caso no se hizo, toda vez que omitió tomar en cuenta la
sanción corporal del delito por el cual se le dictó auto de formal prisión al
procesado Manuel Reynoso Carbajal, en la causa penal 52/993-II, que es de
homicidio calificado, para computar el término de la prescripción de la acción penal
en ese asunto, pues de autos se advierte que al resolver el incidente en el que se
actualizó la falta denunciada, el referido proceso se encontraba en la etapa de
instrucción, por lo que al dictar la correspondiente sentencia interlocutoria, el
infractor debió atender a la penalidad del delito que quedó debidamente
demostrado en el auto que dio inició a dicha etapa y no al diverso de homicidio
simple, situación que soslayó el juez y como resultado violentó el principio de
legalidad que entraña la aplicación correcta de las disposiciones legales que rigen
la función del servidor público. De ahí que se sostenga que la resolución que se
revisa, en lo absoluto invade la esfera jurisdiccional del juzgador, pues como se
dijo la resolución emitida es contraria al texto de la ley, así como a los criterios
jurisprudenciales vigentes relativos al tema, lo que en la especie constituye el acto
analizado.
También es aplicable, por identidad de razón, la siguiente tesis que puede
ser consultable en el disco compacto IUS 2006, bajo el rubro y texto siguiente: No.
Registro 192,194, Tesis Aislada, Materia (s): Administrativa, Común, Novena
Época, Instancia: Pleno. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
XI, Marzo de 2000, Tesis: P.XLII/2000, Pág. 88.
CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. AL RESOLVER
SOBRE LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE JUECES DE
DISTRITO O MAGISTRADOS DE CIRCUITO PUEDE, SIN
MENOSCABO DEL PRINCIPIO DE COSA JUZGADA Y DE LA
AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA JUDICIALES, EXAMINAR EL
APEGO A LA LEGALIDAD DE RESOLUCIONES
JURISDICCIONALES. Para cumplir con las funciones en materia
de disciplina al resolver sobre la responsabilidad administrativa
de Jueces de Distrito y Magistrados de Circuito, el Consejo de la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
124
Judicatura Federal puede analizar la correcta aplicación del
derecho en las consideraciones expresadas al emitir sus
decisiones, siendo que en el caso específico de remoción, la
resolución respectiva debe ser aprobada por mayoría de cinco
votos, situación que garantiza un suficiente consenso en cuanto
a la determinación de responsabilidad grave de esos
funcionarios. Asimismo, cabe destacar que como la única
finalidad de esta revisión consiste en determinar si la actuación
de los juzgadores se apegó a los principios de excelencia,
objetividad, imparcialidad, profesionalismo e independencia que
deben caracterizar su actividad, no es susceptible de modificar
las situaciones jurídicas derivadas de las resoluciones judiciales,
por no tratarse de un recurso o medio de defensa, debiendo
referirse a aquellas actuaciones que constituyan una desviación
de la legalidad que no sea una cuestión de criterio o arbitrio
debatible u opinable, en la cual puedan sustentarse válidamente
diversas soluciones, sino que deriven de datos objetivos, como
serían un evidente error o descuido, por haberse emitido en clara
contravención al texto expreso de la ley aplicable o por ignorar
constancias de autos de carácter esencial para la solución del
asunto, lo cual no atenta contra la autonomía e independencia
con que deben contar los juzgadores en el ejercicio de sus
funciones, pues éstos conservan íntegras sus facultades de
interpretación y decisión al emitir sus fallos, los que deben ser
apegados a derecho.
En los términos expresados, es indudable que el juez denunciado pasó por
alto que en el auto de formal prisión referido, quedaron debidamente acreditadas
las agravantes que para el delito de homicidio establecen las fracciones I y II, del
artículo 108, del Código Penal vigente en la época de los hechos, por lo que al
dictar la sentencia interlocutoria que dio origen a la denuncia que motivó el fallo
que aquí se revisa, vulnera el principio de legalidad, al desatender las disposiciones
jurídicas referidas, incumpliendo con su obligación de impartidor de justicia, al
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
125
actuar como Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de
Morelos.
Cobra aplicación al caso concreto, la Jurisprudencia consultable en el Disco
Compacto IUS 2007, versión DVD, editado por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, cuyos datos de localización son los siguientes: No. de Registro: 184,396,
Jurisprudencia, Materia(s): Administrativa, Novena Época, Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
XVII, Abril de 2003, Tesis: I.4o.A. J/22, Página: 1030.
SERVIDORES PÚBLICOS. SU RESPONSABILIDAD
ADMINISTRATIVA SURGE COMO CONSECUENCIA DE LOS ACTOS
U OMISIONES PREVISTOS EN LA LEGISLACIÓN QUE RIGE LA
PRESTACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO Y SU RELACIÓN CON EL
ESTADO. La responsabilidad administrativa de los servidores
públicos surge como consecuencia de los actos u omisiones -que
se definan ya sea por la propia legislación bajo la cual se expidió
el nombramiento del funcionario, la ley que rige el acto que se
investigó, o bien, por las que se contemplan en la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos- pues, de no
considerarse así, bastaría que el ordenamiento jurídico respectivo
no previera las obligaciones o deberes que a cada funcionario le
corresponden, para dejar impunes prácticas contrarias a la
legalidad, honradez, imparcialidad, economía y eficacia que
orientan a la administración pública y que garantizan el buen
servicio público, bajo el principio unitario de coherencia entre la
actuación de los servidores públicos y los valores constitucionales
conducentes, sobre la base de un correlato de deberes generales
y la exigibilidad activa de su responsabilidad. Tan es así que la
propia Constitución Federal, en su artículo 109, fracción III,
párrafo primero, dispone que se aplicarán sanciones
administrativas a los servidores públicos por los actos u
omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
126
imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño
de sus empleos, cargos o comisiones, lo que constriñe a todo
servidor público a acatar y observar el contexto general de
disposiciones legales que normen y orienten su conducta, a fin
de salvaguardar los principios que la propia Ley Fundamental
estatuye como pilar del Estado de derecho, pues la apreciación
de faltas implica constatar la conducta con las normas propias o
estatutos que rigen la prestación del servicio público y la relación
laboral y administrativa entre el servidor público y el Estado.
Bajo las circunstancias anotadas, resulta acertado lo expresado por el
Consejo de la Judicatura al señalar que los argumentos que hace valer el juez
denunciado en su informe, resultan infundados, en relación a la denuncia
presentada por la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, pues como
ya se dijo, la resolución en revisión no invade la esfera jurisdiccional del juzgador,
toda vez de que no se discute el arbitrio del servidor público, sino la diáfana
desviación en la que incurrió el juez al sostener una resolución fuera de toda
legalidad en apreciaciones erróneas del acervo jurídico que obran en la causa, y
en inobservancia de las disposiciones legales aplicables y criterios jurisprudenciales
vigentes; es decir, no se invade la autonomía e independencia de la que se
encuentra investido el juzgador en el ejercicio de su función profesional, sino de
establecer si su actuación se ajustó a las obligaciones que tiene en su delicada
ocupación de impartir justicia; lo que no aconteció en el presente asunto, en razón
de que omitió tomar en cuenta la sanción corporal establecido en la ley penal
vigente al momento de los hechos, para el delito por el cual se le dictó auto de
formal prisión a Manuel Reynoso Carbajal, en la causa penal 52/993-II, que es de
homicidio calificado, para computar el término de la prescripción de la acción penal
en ese asunto, pues de autos se advierte, que al resolver el incidente en el que se
actualizó la falta denunciada, el referido proceso se encontraba en la etapa de
instrucción, por lo que al dictar la correspondiente sentencia interlocutoria, el
infractor, debió atender a la penalidad del delito que quedó debidamente
demostrado en el auto que dio inició a dicha etapa y no al diverso de homicidio
simple, situación que soslayó el juez y como resultado violentó el principio de
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
127
legalidad que entraña la aplicación correcta de las disposiciones legales que rigen
la función del servidor público. De ahí que se sostenga que la resolución que se
revisa, en lo absoluto invade la esfera jurisdiccional del juzgador, pues como se
dijo, la resolución emitida es contraria al texto de la ley, así como a los criterios
jurisprudenciales vigentes relativos al tema, lo que en la especie constituye el acto
analizado.
De igual forma, resulta infundado lo expuesto por el juez denunciado, en el
sentido de que no existe pronunciamiento firme respecto de la concurrencia de
calificativas en el delito de homicidio; argumento que a criterio de este órgano
revisor, carece de sustento material y legal, pues el criterio jurisprudencial con que
pretende justificar su actuar deficiente está rebasado, toda vez de que como bien
lo señala el Consejo de la Judicatura, tal criterio contendió en la contradicción de
tesis 46/2007-PS, resuelta por la Primera Sala, de la que derivó la tesis 1a./J.
65/2008, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, Tomo XXVIII, diciembre de 2008, página 117, con el rubro: PRESCRIPCIÓN
DE LA ACCIÓN PENAL. PARA SU CÓMPUTO DEBE ATENDERSE A LA PENALIDAD
APLICABLE AL DELITO ESTABLECIDO EN CADA FASE QUE INTEGRA EL
PROCEDIMIENTO PENAL.
Por lo que se sostiene, que la resolución en la que se actualizó la falta
denunciada es infundada, tanto al estar basada en un criterio jurisprudencial
superado, como al haber sido dictada en contravención de lo dispuesto por el
artículo 94 del Código Penal vigente en la época de la comisión de los hechos a
que se contrae la causa penal 52/1999-II, del índice el Juzgado de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina; ello en razón de que, como
ha quedado establecido en líneas que anteceden, de la jurisprudencia por
contradicción de tesis, cuyo rubro se cita, claramente se desprende que la
prescripción se actualiza en cada etapa del procedimiento, por lo que para su
cómputo, debe observarse la penalidad aplicable al delito establecido, ya sea
básico o con todas sus modalidades o circunstancias modificativas o calificativas y,
al no haberlo hecho así, el juzgador denunciado vulneró el principio de seguridad
jurídica, que el mismo invoca al rendir el informe con el que pretende justificar su
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
128
actuar deficiente, pues además de omitir aplicar los criterios jurisprudenciales
vigentes relativos al tema, soslayó lo establecido por el artículo 94 del Código
Penal vigente en la época de los hechos, pues el tiempo transcurrido entre el
libramiento de la orden de aprehensión, hasta que esta fue ejecutada, resultaba
insuficiente para declarar la prescripción de la acción penal en la causa penal
referida.
Lo anterior, de igual forma acontece con el argumento vertido por el juez
infractor, en el sentido de que para dictar la sentencia interlocutoria en la que se
actualizó la falta que aquí nos ocupa, se basó en el criterio sustentado por el Pleno
del Tribunal Superior de Justicia, en resolución de veintinueve de febrero de dos
mil doce.
Argumento que este Tribunal Revisor considera carente de sustento jurídico,
pues el juzgador denunciado omitió allegar al expediente administrativo que se
revisa, la resolución que invoca como hecho notorio, a pesar de que como se ha
sostenido en líneas que anteceden, en el procedimiento administrativo que se le
instruye, tuvo lugar la audiencia de pruebas y alegatos, a que se refiere la fracción
I, del artículo 136, del la Ley Orgánica del Poder Judicial, y aun cuando de acuerdo
a las constancias procesales que integran el sumario, se aprecia claramente que
fue debidamente notificado de la fecha y hora de la celebración de dicha
audiencia, ni el infractor ni persona que lo representara, se presentaron a la
misma, por lo que en dicho acto se le tuvo por precluido su derecho para formular
alegatos y se señaló que no existían pruebas pendientes por desahogar, lo que
deviene en que en el procedimiento administrativo que se le instruye, el licenciado
Julio Obregón Flores, no probó su argumento en ese sentido, a pesar de que la
carga probatoria recaía en el.
Razón por la que este tribunal revisor se encuentra imposibilitado para
practicar un análisis comparativo entre la resolución que el juzgador denunciado
invoca como hecho notorio y su actuación en la causa penal en la que se actualizó
la falta que nos ocupa.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
129
Aunado a lo anterior, se insiste que al resolver la sentencia interlocutoria de
la que derivó su actuar deficiente, omitió aplicar criterios jurisprudenciales de
observancia obligatoria.
En conclusión, se arriba al firme convencimiento de que en el presente
asunto, las irregularidades atribuidas al licenciado Julio Obregón Flores, se
encuentran debidamente señaladas, sustentadas y fundamentadas en el cuerpo
del fallo dictaminado por la sala denunciante, y que fueron analizados y valorados
por el Consejo de la Judicatura y convalidados por el Pleno de este Tribunal.
En conclusión, este Tribunal en Pleno considera que, ciertamente, el juez
denunciado no observó el deber de cuidado, omitiendo cumplir con la máxima
diligencia el servicio que le fue encomendado, así como abstenerse de cualquier
acto u omisión que conllevara a la deficiencia del servicio público a su cargo, falta
preceptuada en el artículo 46, fracción I, de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado de Guerrero, vigente en la época de la comisión de
la falta denunciada; de ahí que, la irregularidad cometida por el aludido servidor
público resulta grave e inexcusable, pues si bien dada la naturaleza del delito
(homicidio calificado) imputado al procesado en la causa penal 52/1993-II, del
índice del Juzgado de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de
Mina, requiere una especial atención, sin embargo, dados los razonamientos que
se han ventilado, no representa una dificultad jurídica preeminente, teniendo en
cuenta que además que por su antigüedad en el cargo de Juez, el servidor debe
tener un cúmulo de conocimientos y experiencia en la rama del derecho, más que
suficientes para decidir con la debida rectitud de criterio, motivación y
fundamentación, en asuntos de esta complejidad; por tanto, al decretar
procedente el incidente no especificado relativo a la prescripción de la acción
penal, soslayó las reglas que para tal efecto establecen los artículos 94 y 97,
fracción I, párrafo segundo, ambos del Código Penal vigente en la época de los
hechos, así como la jurisprudencia vigente.
Como consecuencia, queda demostrada la falta administrativa imputada al
licenciado Julio Obregón Flores, así como la responsabilidad de éste en su
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
130
comisión, pues no se advierte causa alguna que convalide su proceder como
servidor público.
XII.- Una vez que se ha constatado la existencia de la falta administrativa
cometida por el servidor público sujeto al presente procedimiento, es menester
determinar si la sanción impuesta por el Consejo de la Judicatura es la que
corresponde legalmente; en consecuencia, procedemos a determinar la sanción
procedente.
Cabe recapitular, que en los apartados precedentes, quedó establecido que
la responsabilidad administrativa en que incurrió el licenciado Julio Obregón Flores,
encuadra en la causa prevista en la fracción I del artículo 46, de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Guerrero, vigente en la
época de la falta denunciada; en tal virtud, de manera congruente, debe acudirse
a lo dispuesto en el artículo 52 de la mencionada ley que establece las sanciones
que pueden imponerse a los servidores públicos que hayan incurrido en alguna de
las faltas ahí previstas, con independencia del Poder o dependencia en que
laboren.
Aunado que de una interpretación lógico jurídica del artículo 50, de la
propia Ley de Responsabilidades, dispone: “El Tribunal Superior de Justicia del
Estado, establecerá los órganos y sistemas para identificar, investigar y determinar
las responsabilidades derivadas del incumplimiento de las obligaciones establecidas
en el artículo 46, así como para aplicar las sanciones establecidas en el presente
capítulo, respecto de los servidores públicos pertenecientes al Poder Judicial, en
los términos que la Ley Orgánica del Poder Judicial prevea…”.
Asimismo, se atiende a lo dispuesto por los artículos 16, fracciones XXVIII
y XXIX, 79, fracción X, 81 fracción XI y 121 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
con vigencia anterior a las reformas publicadas en el Periódico Oficial del Gobierno
del Estado, el uno de agosto de dos mil catorce, los cuales disponen que el órgano
que en principio tiene la encomienda de sustanciar y decidir los procedimientos de
responsabilidad administrativa en contra de los servidores públicos del Poder
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
131
Judicial, es el Consejo de la Judicatura; que el Tribunal Superior de Justicia opera
como órgano de revisión oficiosa en los casos en que el referido Consejo imponga
como sanciones en tales procedimientos, la suspensión, destitución o inhabilitación
en dichos procedimientos, y como única instancia cuando se trata de
procedimientos seguido contra un magistrado; que las faltas administrativas
previstas en dicha ley orgánica son independientes (sin perjuicio) de las
consignadas en la ley de responsabilidades.
De lo antes citado, se colige que el Consejo de la Judicatura y el Tribunal
Superior de Justicia del Estado, en sus concernientes ámbitos de competencia, son
los encargados de identificar, investigar y determinar las responsabilidades
administrativas en que incurran los servidores públicos del Poder Judicial, por
incumplimiento de las obligaciones instituidas en el artículo 46 de la ley de
responsabilidades, así como de aplicar las sanciones establecidas en esta misma en
su capítulo II, del Título Tercero, tuteladas en el artículo 52 arriba invocado.
Al respecto, resulta aplicable la tesis aislada número XXI.1º. P.A. 49 A,
sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del
Vigésimo Primer Circuito; publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, novena época, tomo XXIII, febrero de 2006, página 1920, que literalmente
señala:
SERVIDORES PÚBLICOS DEL PODER JUDICIAL DEL
ESTADO DE GUERRERO. EL CONSEJO DE LA JUDICATURA
LOCAL ESTÁ FACULTADO PARA SANCIONARLOS CUANDO A SU
JUICIO INCURRAN EN RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA.
De la interpretación de los artículos 81, 83, 114 y 115, de la
Constitución; 70, 76, 79, 81, 110, 121, 122 y 136, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial; y 3, 46 y 50, de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos, todas del Estado
de Guerrero, se advierte que el régimen de responsabilidad de
los servidores públicos de su Poder Judicial se sustenta en los
principios de lealtad, honradez, legalidad, imparcialidad y
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
132
eficacia en el desempeño de sus funciones, cargos y
comisiones; que el Consejo de la Judicatura Estatal tiene a su
cargo la administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial,
con excepción del Pleno, las Salas y los Magistrados del
Tribunal Superior de Justicia; y que los órganos encargados de
declarar la responsabilidad e imponer sanciones a los servidores
públicos del Poder Judicial del Estado, lo constituyen el Pleno
del Tribunal Superior de Justicia del Estado y el Consejo de la
Judicatura Estatal, en los ámbitos propios de sus respectivas
competencias, cuando dichos servidores públicos incurran en
las faltas previstas en su ley orgánica o en el incumplimiento de
las obligaciones que les impone la Ley de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado. Ahora bien, el artículo 3o.
del ordenamiento últimamente citado señala que el Congreso
del Estado, la Contraloría de Gobierno, las dependencias del
Ejecutivo Estatal, el Tribunal Superior de Justicia del Estado, y
los demás órganos jurisdiccionales que determinen las leyes,
son autoridades competentes para aplicar dicha ley; sin
embargo, tal disposición no es de naturaleza restrictiva, ni
excluyente de los diversos artículos que conforman el marco
normativo que regula la responsabilidad de los servidores
públicos de la entidad, entre ellos, los relativos a las facultades
del Consejo de la Judicatura, en la materia que se analiza, por
lo que es indudable que si tal precepto se interpreta no
gramaticalmente y en forma aislada, sino con el conjunto de
disposiciones y los principios generales que con él se
relacionan, se le otorga un significado congruente y acorde
intrínsecamente con las diversas partes que componen el
sistema jurídico del que forma parte y el espíritu legal que le
dio origen al referido consejo estatal, lo que de suyo se traduce
en que éste sí puede aplicar la ley de responsabilidades
respectiva para determinar las faltas e imponer las sanciones
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
133
derivadas del incumplimiento de las obligaciones de los
servidores públicos del Poder Judicial del Estado de Guerrero.
No es obstáculo para la conclusión anterior, que el artículo 127 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, a su vez, establezca las sanciones
aplicables por faltas administrativas, ya que debe entenderse que estas se refieren
solo al reproche de las faltas administrativas previstas en esa misma Ley, puesto
que el diverso artículo 121, deja a salvo las sanciones previstas en la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado.
Así, el artículo 52 de la referida Ley de Responsabilidades, establece:
Las sanciones por faltas administrativas consistirán en:
I. Apercibimiento privado o público;
II. Amonestación privada o pública;
III. Suspensión;
IV. Destitución del puesto;
V. Sanción económica, e
VI. Inhabilitación temporal para desempeñar empleos, cargos o
comisiones en el servicio público.
Cuando la falta administrativa implique lucro o cause daños o perjuicios, se
impondrá inhabilitación de seis meses a tres años, si el monto de aquellos no
excede de cien veces el salario mínimo general de la región y de tres a diez años si
exceden de dicho límite.”
Asimismo, para determinar la sanción que debe imponerse en el presente
asunto, se tomarán en cuenta los lineamientos previstos en el artículo 53 de la
referida Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de
Guerrero.
El mencionado numeral establece literalmente lo siguiente:
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
134
53.- Las sanciones administrativas se impondrán
tomando en cuenta los siguientes elementos:
I.- La gravedad de la responsabilidad en que se incurra y
la conveniencia de suprimir prácticas que infrinjan en cualquier
forma, las disposiciones de esta Ley o las que se dicten con base
en ella;
II. Las circunstancias socioeconómicas del servidor
público;
III.- El nivel jerárquico, los antecedentes y las
condiciones del infractor;
IV.- Las condiciones exteriores y los medios de
ejecución;
V.- La antigüedad en el servicio;
VI. La reincidencia en el incumplimiento de obligaciones,
y
VII.- El monto de beneficio, daño o perjuicio económico
derivados del incumplimiento de las obligaciones.
En esa tesitura, este Pleno entra al estudio de los supuestos que deben
tomarse en cuenta para la aplicación de la sanción administrativa, que establece el
artículo señalado en líneas que anteceden. Para ello, se toman en consideración
los siguientes aspectos:
1.- La gravedad de la responsabilidad administrativa del infractor Julio
Obregón Flores. Debe decirse que se considera que es grave, puesto que de
acuerdo al antecedente sobre la falta en que incurrió dicho Juzgador, al dictar la
resolución contemporánea que fue materia de análisis, consistente en declarar
procedente el incidente no especificado, relativo a la prescripción de la acción
penal, promovido por el procesado en la causa penal 52/1993-II, instruida a
Manuel Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio calificado, en agravio de Ángel
Pineda Mederos; lo anterior, teniendo presente que tal como se motivó en el caso,
el Juez infringió, de manera directa, las disposiciones legales que regulan las reglas
de dicha causa de extinción de la acción penal, así como los criterios
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
135
jurisprudenciales vigentes, apartándose del recto criterio o buen juicio basado; y
por causa de ello emitió una resolución injusta, porque entró la violación directa de
preceptos legales determinantes, tomando decisiones que son manifiestamente
contrarias a las constancias procesales, con lo que se ocasionó además perjuicio al
interés social, contribuyendo a la impunidad delictiva. No es obstáculo para
sostener lo anterior, la circunstancia de que el juzgador goce de arbitrio judicial
para resolver los casos puestos a su consideración, en virtud de que por este
debemos entender la potestad reconocida a los jueces para usar, en los casos
puestos a su estudio y análisis, de un margen de discrecionalidad, que sin olvido
de las normas aplicables, les permita resolver considerando las circunstancias
particulares que, sin agravio de la justicia, merezcan ser tenidas en cuenta, y en el
caso, el juez primario violó preceptos de la Ley y aplicó criterios jurisprudenciales
rebasados, y por ende, omitió la aplicación de los vigentes relativos al tema de la
prescripción de la acción penal, causa de extinción que indiscutiblemente está
sujeta a las reglas específicas de la Ley Procesal Penal; es decir, dicha norma no
deja a su arbitrio la cuantificación del término para que esta se actualice, pues la
propia ley establece los requisitos que habrán de satisfacerse para servir de
fundamento legal a la resolución que al respecto se pronuncie, es decir, esta
facultad debe entenderse limitada formal y materialmente a los lineamientos
establecidos en el propio código adjetivo de la materia y los criterios
jurisprudenciales vigentes. Además, tomando en consideración que toda norma
tiene como finalidad procurar el ideal de justicia, el propósito de dicho precepto es
pretender que el juzgador pueda emplear los elementos de convicción que no
estén prohibidos por la ley y que le sean imprescindibles para conocer la verdad
formal y material, pues sólo así es factible que emita un fallo ajustado a derecho y,
por consiguiente, realizar el objetivo primordial de su función que es la impartición
de justicia, circunstancia que determina la gravedad de la falta de dicho juzgador
denunciado.
Al respecto, resulta aplicable la tesis emitida por el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, consultable en el disco óptico IUS 2006, con
número de registro: 197,486, Tesis Aislada, materia (s): Común; novena época,
instancia Pleno, fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. VI,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
136
octubre de 1997, Tesis: P.CXLVII/97, Pág. 188, que a la letra dice:
NOTORIA INEPTITUD O DESCUIDO COMO CAUSA DE
RESPONSABILIDAD PREVISTA EN LA FRACCIÓN III DEL
ARTÍCULO 131 DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DE
LA FEDERACIÓN.- El referido precepto, en la fracción aludida,
dispone que será causa de responsabilidad para los servidores
públicos de dicho Poder, actuar con notoria ineptitud o descuido
en el desempeño de las funciones o labores que deban realizar.
El sustento de la notoria ineptitud es el error inexcusable, el que
deberá valorarse tomando en cuenta los antecedentes
personales, profesionales y laborales del agente, tales como su
preparación, honorabilidad, experiencia y antigüedad tanto en el
ejercicio profesional en el Poder Judicial de la Federación y,
específicamente, en el órgano jurisdiccional en que labore;
asimismo, resulta relevante para llegar a la calificación del error
inexcusable, apreciar otros factores, como lo son, la carga de
trabajo con que cuente el juzgado o tribunal; la premura con que
deban resolverse los asuntos, dados los términos que para ese
fin marca la ley; la complejidad de los mismos, sea por el
volumen, por la dificultad del problema jurídico a resolver o por
ambas cosas; y en general, todas aquellas circunstancias que
tengan relación con los elementos materiales y humanos con que
cuente el juzgador para apoyarse en su actividad como tal; pues
sólo así se podrá llegar a una conclusión que revele
precisamente la ineptitud o descuido del funcionario en virtud de
la comisión de errores inexcusables. Es preciso señalar que la
notoria ineptitud o descuido inexcusable puede manifestarse en
cualquier etapa o faceta de la actividad judicial, bien sea en la
meramente administrativa o de organización del órgano
jurisdiccional, al sustanciar los procedimientos a su cargo, o al
dictar las resoluciones con que culminan dichos procedimientos.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
137
2.- Por cuanto hace a las circunstancias socioeconómicas del servidor
público; a pesar que en el presente expediente administrativo no se cuenta con
pruebas al respecto, es de suponerse que el licenciado Julio Obregón Flores, como
profesionista en derecho y al desempeñar el cargo de Juez de Primera Instancia
del Estado, es una persona con un nivel cultural considerable, así como con una
adecuada situación económica, pues por el cargo que desempeña, en el año que
cometió la falta administrativa que se estudia (2014), obtenía un salario quincenal
líquido de $23,380.60 (veintitrés mil trescientos ochenta pesos 60/100 M.N), según
el presupuesto de egresos del Poder Judicial del Estado.
Lo anterior, establece que el juez señalado ha venido percibiendo un salario que le
permite una situación económica decorosa, lo que deriva en que puede centrar su
atención profesional como docto en la materia, sobre los asuntos de índole
jurisdiccional que se le encomiendan.
3.- Por otra parte, en relación al nivel jerárquico los antecedentes y las
condiciones del infractor; se destaca que es titular de un órgano jurisdiccional, en
concreto de un Juzgado de Primera Instancia, al que le es exigible el cumplimiento
estricto de los deberes legales y éticos inherentes a la función de impartir justicia,
con mayor rigor que a un servidor público con el cargo de auxiliar, dado que a un
titular le corresponde ser guía y ejemplo para sus auxiliares y subordinados en el
puntual cumplimiento de los valores, principios y fines del servicio jurisdiccional,
por lo que, en esa medida, también es merecedor de mayor reproche cuando
incurre en incumplimiento de su deber, como en el presente caso. Máxime si
tomamos en consideración que el servidor público, antes de ser Juez de Primera
Instancia del Estado, del 02 de febrero de 1989, al 11 de noviembre de 1991, se
desempeñó como Secretario de Acuerdos adscrito al Juzgado Primero de Primera
Instancia del Distrito Judicial de los Bravo; del 12 de noviembre de 1991, al 09 de
enero de 1992, fungió como Proyectista en forma interina, adscrito a la Primera
Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado; del 22 de enero de 1992, al
07 de febrero de 1993, Proyectista adscrito a la Primera Sala Penal del Tribunal
Superior de Justicia del Estado; del 08 de febrero de 1993, al 14 de septiembre de
1995, Proyectista adscrito a la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
138
del Estado; del 15 de septiembre de 1995, al 07 de noviembre de 1996, fungió
como Juez de Primera Instancia del Estado, adscrito al Juzgado de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Morelos; del 08 de noviembre de
1996, al 28 de abril de 1997, Juez de Primera Instancia del Estado, adscrito al
Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Altamirano; del 31 de
mayo de 1999, al 24 de junio de 2004, Juez de Primera Instancia del Estado,
adscrito al Juzgado Sexto de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Tabares; del 25 de junio de 2004, al 26 de septiembre de 2007, Juez de
Primera Instancia del Estado, adscrito al Juzgado Segundo de Primera Instancia en
Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo; del 27 de septiembre de 2007, al 07
de junio de 2012, Juez de Primera Instancia del Estado, adscrito al Juzgado Mixto
de Primera Instancia del Distrito Judicial de Altamirano; del 08 de junio de 2012, al
02 de mayo de 2013, Juez de Primera Instancia del Estado, adscrito al Juzgado de
Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina; del 18 de junio de
2013, a la fecha Juez de Primera Instancia del Estado, adscrito al Juzgado de
Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina. Empero, para los
efectos de la sanción a imponer, solo se ha observado su función como Juez de
Primera Instancia del Estado.
4.- En cuanto a las condiciones exteriores; se tiene que a pesar de la causa
penal en que se actualizó la falta denunciada, se advierte que no había
transcurrido el tiempo legalmente necesario para declarar prescrita la acción penal;
no obstante a ello, el servidor público en comento, declaró procedente el incidente
no especificado, relativo a la prescripción de la acción penal, promovido por el
procesado en esa causa, con lo cual desatendió los principios de legalidad,
imparcialidad y eficiencia en el desempeño de su cargo; incurriendo con esto en la
falta administrativa que se le imputa, con lo cual dejó en libertad a una persona
que cometió un delito, y que representa una amenaza para la sociedad; en
consecuencia, debió haber sido sancionado como lo dispone la ley, siendo este el
medio de ejecución, precisamente por haber valorado, de manera indebida, los
medios probatorios de autos, pasando por alto las reglas que la legislación
aplicable establece para la cuantificación del término para declarar procedente
dicha causa de extinción de la acción penal.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
139
5.- Con respecto a la antigüedad en el servicio; de su expediente personal
se aprecia que el infractor, presta sus servicios como Juez de Primera Instancia del
Estado, a partir del quince de septiembre de mil novecientos noventa y cinco;
desempeñando dicho cargo en los distritos judiciales de Morelos, Altamirano,
Tabares y Mina, que es donde estuvo adscrito hasta la fecha de la comisión de la
falta administrativa que aquí nos ocupa.
De dichos antecedentes advertimos que al día en que se actualizó la falta
denunciada, contaba con una antigüedad de dieciocho años y tres meses,
fungiendo como Juez de Primera Instancia del Estado; en consecuencia, no se
justifica la falta administrativa en la que ha incurrido; circunstancia que en
atención a la naturaleza de las faltas cometidas, opera como un elemento
desfavorable, porque, precisamente, en la medida del tiempo que lleva ejerciendo
esa función, lo más natural es que al momento de cometer las irregularidades haya
tenido conocimientos y experiencia suficientes para analizar y valorar las
constancias procesales, de manera completa, minuciosa, congruente y con rectitud
de criterio, para solucionar las cuestiones jurídicas que de manera cotidiana debe
afrontar como titular de un órgano jurisdiccional; y por lo mismo, la perseverancia
en el servicio, que como dato positivo pudiera revelar dicha antigüedad, no le sirve
para atenuar su responsabilidad.
6.- Por otro lado, en relación a la reincidencia en el incumplimiento de
obligaciones; se tiene que el servidor público en mención, ha sido reiterativo en su
conducta, como se aprecia de su expediente personal que se tiene a la vista, pues
se le han instruido diversos procedimientos administrativos y por ello ha sido
sancionado, dado que antes de la incoación del presente procedimiento
administrativo, ya había sido declarado responsable de faltas administrativas y
sancionado, como se procede a relatar:
1.- Por resolución de once de junio de dos mil uno, el Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, lo apercibió, para que tuviera mayor
cuidado en el cumplimiento de los términos señalados por la ley, dentro del
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
140
expediente administrativo 102/2001, que se formó en atención a la denuncia
administrativa presentada por la Comisión de Derechos Humanos, pues al
desempeñarse como Juez Sexto de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito
Judicial de Tabares, resolvió el ejercicio de la acción penal, rebasando los términos
que para ello establece el Código de Procedimientos Penales vigente en aquella
época.
2.- El doce de enero de dos mil cinco, el Consejo de la Judicatura del
Poder Judicial del Estado, lo multó con sesenta salarios mínimos generales
vigentes en la región, derivado del expediente administrativo 73/2004, que se
formó en razón de la queja administrativa presentada por Pedro Nevada Martínez,
pues al desempeñarse como Juez Sexto de Primera Instancia en Materia Penal del
Distrito Judicial de Tabares, ordenó hacer entrega del vehículo automotor
relacionado con la causa penal 108-2/2001, al agraviado Ignacio Medellín Fonseca,
siendo que debió ponerlo a disposición del Juez Sexto de Primera Instancia en
Materia Civil del Distrito Judicial de Tabares, incurriendo así, en la falta
administrativa prevista en el artículo 46, fracción I, de la Ley de Responsabilidades
de los Servidores Públicos del Estado, vigente en aquella época.
3.- Mediante resolución de veinticuatro de mayo de dos mil cinco, el
Consejo de la Judicatura del Estado, le impuso una multa de cien salarios mínimos,
a favor del Fondo Auxiliar para la administración de Justicia del Estado, en el
expediente 43/05, relativo al procedimiento administrativo iniciado de manera
oficiosa por dicho órgano de control, por su actuar deficiente como Juez Segundo
de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo, dentro de la
causa penal 123/2004-II, al dictar auto de libertad por falta de elementos para
procesar a Juan Manuel Mota Román, por el delito de violación, en agravio de
Nahiely del Río Soberanis; resolución que dictó apartándose de las reglas de
valoración de pruebas tasadas por la legislación penal.
4.- Por resolución de treinta de marzo de dos mil seis, el Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, le impuso una multa de cuarenta salarios
mínimos, a favor del Fondo Auxiliar para la Administración de Justicia del Estado,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
141
en el expediente administrativo 079/2005, que se formó en razón de la vista
ordenada por la Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, en
el toca penal II-98/2005, pues al desempeñarse como Juez Segundo de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo, al dictar sentencia
definitiva condenatoria en la causa penal 87/2004-III, instruida a Buenaventura
Carbajal Castro, por el delito de violencia intrafamiliar, en agravio de Regina
Arrieta Taboada, omitió aplicar la totalidad de las medidas de seguridad previstas
en el artículo 194-C del Código Penal vigente en la época de los hechos;
acreditándose en dicho expediente, la falta administrativa prevista en el artículo
46, fracción I, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado, vigente en aquella época.
5.- El trece de febrero de dos mil siete, la Tercera Sala Penal del Tribunal
Superior de Justicia del Estado, dictó resolución en el toca penal XII-649/2006,
realizando un severo llamado de atención al juzgador denunciado, al haber
incurrido en negligencias y omisiones dentro de la causa penal 126/2004-I, al
desempeñarse como Juez Segundo de Primera Instancia en Materia Penal del
Distrito Judicial de Hidalgo, al no dictar los proveídos correspondientes a las
pruebas ofrecidas por los acusados y al emitir acuerdos incongruentes, que dieron
motivo a que se ordenara la reposición del procedimiento; anomalías que
constituyen una falta grave, que tuvo como consecuencia que el proceso se
retardara.
6.- El veintiuno de enero de dos mil ocho, la Tercera Sala Penal del
Tribunal Superior de Justicia del Estado, dictó resolución en el toca penal
X-532/2007, imponiendo, en el segundo punto resolutivo de dicho fallo, una multa
de diez días salario mínimo, pues al laborar como Juez Segundo de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo, omitió remitir la causa
penal 98/2004-I al Tribunal de alzada, dentro del término establecido en el párrafo
tercero del artículo 133 del Código de Procedimientos Penales del Estado, para la
sustanciación del recurso de apelación interpuesto por el defensor particular del
sentenciado y el agente del Ministerio Público, en contra de la sentencia definitiva,
dictada en la referida causa.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
142
7.- El veinticuatro de abril de dos mil ocho, la Tercera Sala Penal del
Tribunal Superior de Justicia del Estado, dictó resolución en el toca penal
II-125/200-8, imponiendo, en el segundo punto resolutivo de dicho fallo, una
multa de diez días salario mínimo, pues al laborar como Juez Segundo de Primera
Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo, omitió remitir la causa
penal 128/2007-I al Tribunal de alzada, dentro del término establecido en el
párrafo tercero del artículo 133 del Código de Procedimientos Penales del Estado,
para la sustanciación del recurso de apelación interpuesto por los procesados, en
contra del auto constitucional de formal prisión, dictado en la referida causa.
8.- El dos de julio de dos mil ocho, el Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial del Estado, le impuso una multa de veinticinco salarios mínimos, a favor
del Fondo Auxiliar para la Administración de Justicia del Estado, en el expediente
administrativo 060/2007, que se formó en razón de la vista ordenada por la
Tercera Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia del Estado, en el toca penal
I-45/2007, pues al desempeñarse como Juez Segundo de Primera Instancia en
Materia Penal del Distrito Judicial de Hidalgo, dictó un auto de libertad con las
reservas de ley en la causa penal 111/2006-III, instruida a Rogelio Celis Arroyo,
por el delito de lesiones, en agravio de Rafael Ayala Botello, en forma ilegal,
parcial y deficiente.
9.- El veintidós de septiembre de dos mil nueve, el Consejo de la
Judicatura le impuso una multa de cien salarios mínimos, a favor del Fondo Auxiliar
para la Administración de Justicia del Estado, en el expediente administrativo
197/2008, que se formó en razón de la vista ordenada por la Primera Sala Civil del
Tribunal Superior de Justicia del Estado, en el toca civil 330/2008, pues al
desempeñarse como Juez Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de
Altamirano, no realizó en tiempo la notificación personal de la sentencia
interlocutoria, relativa al incidente de nulidad de actuaciones, promovido por
Miguel Calixto Ramírez, en su carácter de representante legal de la parte
demandada H. Ayuntamiento Municipal Constitucional de San Luis Acatlán,
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
143
Guerrero, en los autos del expediente 21/2005, relativo al juicio ejecutivo
mercantil, promovido por José Luis Camacho de la Cruz.
10.- Mediante resolución dictada el once de octubre de dos mil once, el
Consejo de la Judicatura impuso al juez denunciado, una multa de quince días de
salario mínimo, en el expediente 012/2011, iniciado con motivo de la queja
administrativa presentada por Lizbeth Martínez Soto, por no haber diligenciado en
tiempo el exhorto requerido por la Jueza Familiar del Distrito Judicial de los Bravo,
en el juicio familiar 877-I/2008.
11.- El veintidós de mayo de dos mil doce, el Pleno del Tribunal Superior
de Justicia del Estado, dictó resolución en el expediente administrativo en revisión
107/2010, imponiéndole una suspensión de cuarenta y seis días, formado con
motivo de la queja interpuesta por Antonia Cruzalta Bautista, pues al
desempeñarse como Juez Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de
Altamirano, autorizó la revaloración médica de la menor agraviada Coral Yusel
Arredondo Cruzalta, en la causa penal 93/2009-I, instruida en contra de Marco
Antonio Calleja Liborio y otro, por el delito de violación.
De estos antecedentes, además de tratarse de un infractor reincidente,
resulta, como dato trascendente, que el licenciado Julio Obregón Flores, acusa una
actitud renuente y contumaz respecto a las sanciones y llamadas de atención que
le han sido impuestas, porque en lugar de corregir su actuación alejada del debido
cumplimiento de sus obligaciones como servidor público de la administración de
justicia, ha incurrido en distintas conductas graves, al emitir resoluciones con
violación directa a preceptos legales y en contradicción con las constancias
procesales.
VII.- Y por cuanto hace al monto del beneficio o daño económico
derivados del incumplimiento de obligaciones por parte del juez denunciado; en el
presente asunto si bien es verdad que en autos no existen datos sobre dicha
circunstancia, es decir, que haya obtenido un monto en específico como beneficio;
sin embargo, cierto es también que al incurrir en la falta administrativa señalada
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
144
en líneas precedentes, causó un daño económico a las partes agraviadas, como a
continuación se señala: al declarar procedente el incidente no especificado relativo
a la prescripción de la acción penal en la causa 52/1993-II, instruida a Manuel
Reynoso Carbajal, por el delito de homicidio calificado, en agravio de Ángel Pineda
Mederos, exime del pago de la reparación del daño, que correspondía a los
ofendidos; de igual forma, evitó que se ofrecieran y desahogaran pruebas
fehacientes que demostraran la responsabilidad penal del coacusado y aplicársele
las penas correspondientes, entre las que se encuentra el pago de la reparación
del daño, por ser de orden público, como lo señala el artículo 20, apartado C,
Fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y el
artículo 39 del Código Penal del Estado en vigor, de tal manera que se le
imposibilita la reclamación del pago de la reparación del daño, a los ofendidos en
dicho asunto; circunstancias analizadas que indudablemente ocasionaron daño a la
parte ofendida, por lo que el hecho de que no se encuentre demostrada la
hipótesis de que el juzgador de primer instancia haya obtenido un beneficio, ello
no lo exime de la responsabilidad al haber cometido la falta administrativa que se
analiza, pues, se insiste, ocasionó un daño a los ofendidos de la causa donde el
juzgador incurrió en la falta administrativa descrita.
Así las cosas, de las faltas administrativas referidas se advierte su reiterada
indiferencia hacia las sanciones y llamadas de atención que se le han impuesto,
porque en lugar de procurar el nivel de excelencia y profesionalismo, su
desempeño se volvió más deficiente en la valoración e interpretación errática de
nuestro cuerpo de leyes y criterios jurisprudenciales, que evidencian una conducta
dolosa o un desconocimiento de la ley, cualquiera de los dos supuestos, es grave.
Desde luego, en aras de preservar los valores y principios a los que debe
ceñirse el ejercicio del servicio público, no sólo es conveniente sino de obvia
necesidad, el sancionar las actuaciones indebidas, como las realizadas por el
servidor público de mérito, puesto que son atentatorias contra la recta
administración de justicia, que además de ir en perjuicio del orden e interés
público, genera incertidumbre jurídica y desconfianza entre los usuarios del
servicio, con el consiguiente desprestigio del Poder Judicial.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
145
Además, el actuar deficiente del infractor no tiene excusa o justificación,
dado que en el asunto que se había puesto a su estudio no entrañaba una
cuestión jurídica de una dificultad superlativa, ya por su complejidad o por su
volumen, ni tampoco se aprecian condiciones extremas de premura para su
dictado o circunstancias de excesiva carga de trabajo.
En esas condiciones, queda de manifiesto que con su actuar irregular en el
asunto analizado, el licenciado Julio Obregón Flores, provocó que la prestación del
servicio público de administración de justicia fuera deficiente en perjuicio del
interés social, y afectando con ello la imagen del Poder Judicial del Estado; pero
además, atendiendo a las circunstancias ponderadas con antelación, en torno a la
existencia y gravedad de la falta cometida, es claro que, como se viene
sosteniendo, deja entre dicho la honestidad del citado servidor público, porque si
bien no existen pruebas que demuestren de manera plena que obró con dolo o
mala fe, sin embargo, su actitud negligente y contraria a la ley, ausente de causas
excluyentes o atenuantes de su responsabilidad, genera dudas acerca de que su
actuación haya sido imparcial y ajena a todo interés avieso.
Con base en los elementos analizados, los integrantes de este Pleno
concluimos que por la falta administrativa de mérito, debe imponerse al licenciado
Julio Obregón Flores, la sanción prevista en la fracción IV, del artículo 127, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente en la época de la comisión de
la falta, es decir, la sanción a imponer es la suspensión.
Es menester señalar que la mencionada suspensión impuesta al juzgador
referido, como acertadamente lo establece el Consejo de la Judicatura, se ubica en
entre el medio y el máximo, pero más cercano al primero, de la sanción
establecida en el artículo 131 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, vigente en la
época de la comisión de la falta denunciada, la equidistante de la mínima y la
media, pues tomando como base que el mínimo es de un día y el máximo de seis
meses, resulta procedente imponerle una suspensión de cuatro meses, al cargo de
Juez de Primera Instancia del Estado, tiempo en el cual no tendrá derecho a
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
146
percibir la remuneración que le corresponde por dicho empleo, esto en razón de la
gravedad de la falta cometida por el juzgador mencionado, además del daño
económico ocasionado a los ofendidos, al impedir que con su ilegal actitud
impidiera el pago correspondiente de la reparación del daño; sin que sea óbice a lo
anterior, señalar que la citada sanción deviene de el daño causado por el juzgador
con su actuar negligente en aplicar la ley indebidamente y, en consecuencia,
desprestigiar la administración de justicia; por tanto, se confirma la resolución
dictada por el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado.
Sirve para robustecer la motivación expuesta para asumir esta decisión, la
tesis sustentada por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, en la Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo XX, Julio de 2004, tesis número I.7o.A.301 A,
Página: 1799, con el contenido siguiente:
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE SERVIDORES
PÚBLICOS. AL RESOLVER EL PROCEDIMIENTO RELATIVO, LA
AUTORIDAD DEBE BUSCAR EL EQUILIBRIO ENTRE LA
CONDUCTA INFRACTORA Y LA SANCIÓN A IMPONER. De
conformidad con el artículo 113 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, las leyes sobre responsabilidades
administrativas de los servidores públicos deberán establecer
sanciones de acuerdo con los beneficios económicos obtenidos
por el responsable y con los daños y perjuicios patrimoniales
causados con su conducta. De esta manera, por dispositivo
constitucional, el primer parámetro para graduar la imposición de
una sanción administrativa por la responsabilidad administrativa
de un servidor público, es el beneficio obtenido o el daño
patrimonial ocasionado con motivo de su acción u omisión. Por
su parte, el numeral 54, de la Ley Federal de Responsabilidades
de los Servidores Públicos (de contenido semejante al precepto
14, de la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de
los Servidores Públicos, publicada en el Diario Oficial de la
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
147
Federación el trece de marzo de dos mil dos), dispone que las
sanciones administrativas se impondrán tomando en cuenta,
además del señalado con antelación, los siguientes elementos: I.
La gravedad de la responsabilidad y la conveniencia de suprimir
prácticas que infrinjan las disposiciones de dicha ley; II. Las
circunstancias socioeconómicas del servidor público; III. El nivel
jerárquico, los antecedentes y las condiciones del infractor; IV.
Las condiciones exteriores y los medios de ejecución; V. La
antigüedad en el servicio; y, VI. La reincidencia en el
incumplimiento de obligaciones. Por tanto, la autoridad
administrativa debe buscar un equilibrio entre la conducta
desplegada y la sanción que imponga, para que ésta no resulte
inequitativa. Por ejemplo, si la autoridad atribuye a un servidor
público el haber extraviado un expediente, y esa conducta la
estima grave, pero sin dolo o mala fe en su comisión; reconoce
expresamente que no existió quebranto al Estado, ni beneficio
del servidor público; valoró la antigüedad en el empleo, lo cual
no necesariamente obra en perjuicio del empleado de gobierno,
toda vez que la perseverancia en el servicio público no debe
tomarse como un factor negativo; tomó en cuenta si el infractor
no contaba con antecedentes de sanción administrativa, y no
obstante lo anterior, le impuso la suspensión máxima en el
empleo, es inconcuso que tal sanción es desproporcionada y
violatoria de garantías individuales.
También la tesis sustentada por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Primer Circuito, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, tomo X, Agosto de 1999, tesis número: I.7º. A. 70 A, en
la página 800, que se inserta a continuación:
SERVIDORES PÚBLICOS, GRAVEDAD DE LA
RESPONSABILIDAD DE LOS. El artículo 54 fracción I, de la Ley
Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos señala
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
148
entre otros elementos para imponer sanciones administrativas, la
gravedad de la responsabilidad en que se incurra y la
conveniencia de suprimir prácticas que infrinjan, en cualquier
forma, las disposiciones de la propia ley o las que se dicten con
base en ella, sin que especifique qué tipo de conducta pueda
generar una responsabilidad grave, esto es, el referido precepto
no establece parámetros que deban respetarse para considerar
que se actualiza tal situación. Por tal motivo, si la autoridad que
sanciona a un servidor público no señaló tales parámetros, no
incumple con el requisito a que alude tal numeral, pues de su
redacción no se advierte que se imponga esa obligación a la
autoridad sancionadora, por lo que queda a su criterio el
considerar qué conducta puede ser considerada grave.
Por otra parte, cabe precisar que en el caso que nos ocupa no se da la
prescripción de la responsabilidad administrativa en que incurrió el denunciado,
tomándose en consideración que:
Los artículos 111, fracción III, párrafo primero y 116, párrafo tercero, de la
Constitución Política del Estado de Guerrero, vigente en la época de la comisión de
la falta, establecen:
ARTÍCULO 111.- El Congreso del Estado expedirá la Ley
de Responsabilidades de los Servidores Públicos y las demás
normas conducentes a sancionar a quienes, teniendo este
carácter, incurran en responsabilidad de conformidad con las
siguientes prevenciones:
(…)
III.- Se aplicarán sanciones Administrativas a los
servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la
legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban
observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones.
EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO 113/2014.
149
ARTÍCULO 116.-…
(…)
La Ley señalará los casos de prescripción de la
responsabilidad administrativa tomando en cuenta la naturaleza
y consecuencia de los actos y omisiones a que hace referencia la
fracción III, del artículo 111. Cuando dichos actos u omisiones
fuesen graves, los plazos de prescripción no serán inferiores a
tres años…
La literalidad normativa anotada, prevé como hipótesis de prescripción de
la potestad para sancionar a un servidor judicial, el transcurso de tres años, para el
caso de que la responsabilidad administrativa atribuida se considera grave.
Por su parte, el numeral 75 de la Ley de Responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado de Guerrero, antes de sus reformas de febrero de
dos mil quince, regula los plazos que deben ser atendidos respecto de la facultad
sancionadora del Consejo de la Judicatura al establecer literalmente:
ARTÍCULO 75.- Las facultades del superior jerárquico y
de la Contraloría para imponer las sanciones que esta Ley prevé
se sujetará a lo siguiente:
I.- Prescribirán en tres meses si el beneficio obtenido o el
daño causado por el infractor no excede de diez veces el salario
mínimo general regional vigente, o si la responsabilidad no fuese
estimable en dinero. El plazo de prescripción se contará a partir
del día siguiente a aquél en que se hubiera incurrido en la
responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado si
fue de carácter continuo, y
II.- En los demás casos prescribirán en un año…
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Este precepto legal precisa que la facultad para aplicar sanciones, de
índole administrativo, prescribirán en dos supuestos, a saber: en tres meses, si el
beneficio obtenido o el daño causado por el infractor no excede de diez veces el
salario mínimo general regional vigente, o si la responsabilidad no fuese estimable
en dinero; y en un año, en los demás casos.
Para computar el plazo prescriptivo en cualquiera de las tres hipótesis
preanalizadas, se tomará en cuenta el día siguiente a aquél en que se hubiere
incurrido en responsabilidad o a partir del momento en que hubiese cesado, si fue
de carácter continuo.
En el caso particular, en concepto de este Órgano Revisor, no se actualiza
ninguna de dichas hipótesis, porque de las actuaciones de la causa natural se
desprende que la conducta irregular que se imputa al servidor judicial no es
estimable en dinero; además, es de carácter instantáneo porque, según refiere la
Sala Revisora, quedó consumada al momento en que el denunciado declaró
procedente el incidente no especificado relativo a la prescripción de la acción
penal, trece de enero de dos mil catorce.
Por tanto, al haberse ocasionado un daño o perjuicio a los ofendidos con la
actitud del denunciado de mérito, en la especie, el término para la prescripción
debe ser de tres años, en virtud de que la falta atribuida al denunciado es
catalogada como grave.
Luego, si la falta administrativa fue cometida el trece de enero de dos mil
catorce, el término para la prescripción fue interrumpido con la resolución de ocho
de julio dos mil quince, y su notificación de cuatro de agosto del mismo año, que
es a través de la cual se ejercita la facultad sancionadora, por parte del Consejo de
la Judicatura del Poder Judicial del Estado; habiendo transcurrido, de la primer
fecha a la última, un tiempo de un año, seis meses, veintiún días.
Al caso resulta aplicable el siguiente criterio jurisprudencial Época: Novena
Época. Registro: 171054. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de
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151
Tesis: Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo
XXVI, Octubre de 2007. Materia(s): Administrativa. Tesis: I.16o.A.10 A. Página:
3279.
RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES
PÚBLICOS. PARA EL CÓMPUTO DE LA PRESCRIPCIÓN DE
LAS FACULTADES SANCIONADORAS DE LA AUTORIDAD
DEBE ATENDERSE A LA FECHA EN QUE SE NOTIFICA AL
SERVIDOR PÚBLICO LA RESOLUCIÓN DEL
PROCEDIMIENTO RELATIVO No obstante que el artículo 78
de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores
Públicos, vigente en el ámbito federal hasta el 13 de marzo de
2002, no establece específicamente el momento a partir del cual
debe computarse el plazo de la prescripción de las facultades
sancionadoras de la autoridad, debe considerarse que es hasta
que la autoridad correspondiente notifica al particular la
resolución en la que se determina la responsabilidad
administrativa, en virtud de que si bien es cierto que la intención
del legislador al expedir la citada ley fue sancionar las actividades
ilícitas en el ámbito administrativo, también lo es que con el
aludido numeral se pretende impedir que las autoridades puedan
ejercer sus atribuciones en cualquier tiempo, ya que ello dejaría
en estado de incertidumbre jurídica al gobernado afectando
indefinidamente su dignidad y honradez, al mantenerse latente
una sospecha de responsabilidad por supuestos actos realizados
en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, la cual no
desaparece con el simple dictado de la resolución
correspondiente; de ahí que para el cómputo de la prescripción a
que alude el referido precepto, debe atenderse a la fecha en que
se efectúa la notificación de tal determinación, ya que ésta,
entendida como una formalidad que le confiere eficacia al acto
administrativo, permitirá al servidor público conocer la conclusión
a la que ha llegado la autoridad con relación a las irregularidades
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a él imputadas, con el fin de salvaguardar el principio de
seguridad jurídica previsto en el artículo 16 de la Constitución
Federal.
No pasa desapercibido para este órgano revisor, que a la fecha del dictado
de la presente resolución han transcurrido más de tres años, desde la comisión de
la falta administrativa cometida por el juez denunciado, que es el término que el
artículo 11, párrafo tercero, de la Constitución Política del Estado de Guerrero,
vigente en la época de la comisión de la falta, establece para que prescriba la
responsabilidad administrativa en que este incurrió, tomando en cuenta que la
misma se calificó como grave; sin embargo, ello obedece a que el multicitado
funcionario denunciado, promovió juicio de amparo indirecto, emitiendo su
resolución el Juzgado Quinto de Distrito en el Estado, el dieciocho de diciembre de
dos mil quince, en la que determinó sobreseer dicho juicio; sentencia en contra de
la que el alla quejoso, interpuso recurso de revisión, el cual fue resuelto por el
Primer Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Vigésimo Primer
Circuito, en fecha dieciocho de noviembre de dos mil dieciséis, resolviendo
confirmar la sentencia impugnada.
Bajo esas consideraciones, la resolución emitida por el Consejo de la
Judicatura del Poder Judicial del Estado, el ocho de julio dos mil quince, y su
notificación de cuatro de agosto del mismo año, subsistía hasta antes del dictado
de la presente, reiterando, que el último de los actos jurídicos señalados, es el que
interrumpió el término de la prescripción de la falta administrativa que aquí se
analiza, toda vez de que el juicio de amparo no puede considerarse como un
mecanismo jurídico susceptible de generar impunidad, de quienes se valgan de él
para controvertir los actos sancionadores de la autoridad administrativa, sino más
bien como un medio extraordinario de defensa, instituido para proteger al
gobernado de los actos de autoridad que no se apeguen a la legalidad, a modo de
preservar sus derechos humanos y garantías, que reconoce nuestra Constitución
Federal.
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De lo que sigue que, si la autoridad sancionadora emite su resolución en el
procedimiento administrativo disciplinario instaurado en contra de algún
funcionario del Poder Judicial Estatal, dentro de los plazos que prevé el artículo
116, último párrafo, de la Constitución Local, y 75 de la Ley de Responsabilidades
de los Servidores Públicos del Estado de Guerrero, ambas vigentes en la época de
la falta denunciada, y la misma se apega a la legalidad, no se verá afectada por la
resolución que al efecto se emita en algún juicio de amparo, que se promueva en
contra de tal resolución administrativa disciplinaria y, por ende, el juicio
constitucional debe verse como un medio extraordinario de defensa para preservar
el respeto a sus derechos humanos y garantías reconocidas a favor de los
gobernados por la Constitución Federal; de lo que se colige, que la facultad
sancionadora se encuentra vigente y, en consecuencia, queda de manifiesto que
en el caso a estudio la prescripción no ha operado.
De conformidad con lo expuesto, es procedente aprobar la resolución
motivo de la presente revisión oficiosa, en lo que atañe a la sanción que
corresponde al infractor, en los términos antes precisados.
Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en lo dispuesto en los
artículos 81 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Guerrero;
16, fracción XXVIII, 79, fracción X, segundo párrafo, 110, 121 y 122 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado de Guerrero, y 3, fracción IV, 50 y 52,
fracciones IV y VI, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado de Guerrero, ordenamientos vigentes en la época de la comisión de la falta
administrativa que nos ocupa, este Pleno
R E S U E L V E:
PRIMERO.- De conformidad con las consideraciones expuestas en el cuerpo de
esta resolución, se confirma la sentencia revisada, dictada por el Pleno del Consejo de
la Judicatura el ocho de julio de dos mil quince, en los autos del expediente administrativo
113/2014, relativo al procedimiento seguido en contra del Licenciado Julio Obregón
Flores, como Juez de Primera Instancia en Materia Penal del Distrito Judicial de Mina.
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