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LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE LETRAS DE HOJE Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014 A matéria publicada neste periódico é licenciada sob forma de uma Licença Creative Commons - Atribuição 4.0 Internacional. http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/ Autobiografía y canon literario: historia de un desencuentro Autobiografia e cânone literário: história de um desencontro Anna Caballé Universidade de Barcelona – Barcelona – Espanha Resumen: El artículo plantea los motivos por los que, a lo largo de la historiografía literaria española, los géneros autobiográficos han mantenido un papel secundario y opaco a pesar de la riqueza de los textos. Comparar la evolución del género con la ocurrida en otros ámbitos literarios se ha demostrado poco operativo, dada la especificidad de la cultura española. Ha llegado el momento de revisar la periodización de la autobiografía en España, de acuerdo con los acontecimientos históricos que la marcaron y que permiten explicar su ascenso como su decadencia. Palabras clave: Autobiografía; Periodización; Canon literario Resumo: O artigo discute as razões pelas quais, ao longo da historiografia literária espanhola, os gêneros autobiográficos tiveram um papel secundário e opaco apesar da riqueza dos textos. Comparar a evolução do gênero com a de outros âmbitos literários têm se revelado pouco operacional, dada a especificidade da cultura espanhola. É chegado o momento de se rever a periodização da autobiografia na Espanha, de acordo com os acontecimentos históricos que a marcaram e que explicam tanto sua ascensão quanto seu declínio. Palavras-chave: Autobiografia; Periodização; Cânone literário 1 La autobiografía española vs. la autobiografía francesa En 1877, un historiador francés, Philarète Chasles, con un conocimiento aproximado de la cultura española, sentenció la escasa inclinación de los españoles a los géneros autobiográficos, sugiriendo posibles interpretaciones histórico-morales. A la pregunta de “Pourquoi les espagnols n´ont pas écrit pas de mémoires”, respondía: “Les Espagnols ont écrit peu de mémoires … Une fierté silencieuse enveloppe leur vie et leur mort” [Los españoles han escrito pocas memorias. Un orgullo silencioso envuelve su vida y su muerte]. Y, un poco más adelante, Chasles ahondaba en nuestro supuesto vacío… “En Espagne les gens de lettres eux-mèmes et les artistes, assez enclins a la vanité, chez tous les peuples, ne son contentés de l’orgueil; point de Benvenuto Cellini ni de Jean-Jacques rousseau invitant le monde à écouter sa confession personelle” 1 . Los españoles pues se contentaban con su orgullo y prescindían del relato que les permitiría desvelar los secretos y motivaciones de su carácter. No hay duda de que el juicio de Chasles es un punto altanero y desdeñoso, pero solo quiero subrayar que sus juicios encabezan el capítulo dedicado a los escritos justificativos de Antonio Pérez, secretario de Felipe II 1 y un hombre que cayó en desgracia ante el monarca por cuestiones que ahora nos son ajenas a nuestro propósito y razón por la cual se vio obligado a justificarse 2 . “Todos tomaban la espada y ninguno la pluma” había dicho ya Feijoo más de cien años atrás 3 . Es decir que la idea venía arrastrándose desde el siglo XVIII, tal vez de antes. El mismo Feijoo había matizado su propia idea al verla repetida en otras fuentes: “El caso es que el vulgo de los extranjeros atribuye en nosotros a defecto de habilidad lo que sólo es falta de aplicación” 4 . En todo caso, los escritores europeos juzgaron con severidad las letras españolas a lo largo del siglo XVIII: le reprochaban los excesos herméticos del Barroco y condenaban una supuesta falta de atención al testimonio de sí que hacía de España un país supuestamente sin reflejo. Lo importante para el propósito de esta conferencia es señalar que mientras las ideas sobre el Barroco quedarían corregidas, en parte, por la historiografía romántica y 1 En la France, l’Espagne et l’Italie au XVII siècle, Paris, 1877, p. 213. Disponible en internet. 2 Cartas para diversas personas después de su salida de España (Paris, 1598) y Obras y relaciones (Ginebra, 1654). 3 “Glorias de España”, en su Teatro crítico universal (IV, 13). 4 Ibid.

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LETRASDEHOJELETRASDEHOJELETRASDEHOJELETRASDEHOJELETRASDEHOJELETRASDEHOJELETRASDEHOJELetras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014A matria publicada neste peridico licenciada sob forma de uma Licena Creative Commons - Atribuio 4.0 Internacional.http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/Autobiografa y canon literario: historia de un desencuentroAutobiografa e cnone literrio: histria de um desencontroAnna CaballUniversidade de Barcelona Barcelona EspanhaResumen: El artculo plantea los motivos por los que, a lo largo de la historiografa literaria espaola, los gneros autobiogrfcos han mantenido un papel secundario y opaco a pesar de lariquezadelostextos.Compararlaevolucindelgneroconlaocurridaenotrosmbitos literariossehademostradopocooperativo,dadalaespecifcidaddelaculturaespaola.Ha llegado el momento de revisar la periodizacin de la autobiografa en Espaa, de acuerdo con losacontecimientoshistricosquelamarcaronyquepermitenexplicarsuascensocomosu decadencia.Palabras clave: Autobiografa; Periodizacin; Canon literarioResumo: O artigo discute as razes pelas quais, ao longo da historiografa literria espanhola, os gneros autobiogrfcos tiveram um papel secundrio e opaco apesar da riqueza dos textos. Compararaevoluodognerocomadeoutrosmbitosliterriostmsereveladopouco operacional, dada a especifcidade da cultura espanhola. chegado o momento de se rever a periodizao da autobiografa na Espanha, de acordo com os acontecimentos histricos que a marcaram e que explicam tanto sua ascenso quanto seu declnio.Palavras-chave: Autobiografa; Periodizao; Cnone literrio1La autobiografa espaola vs. laautobiografa francesaEn1877,unhistoriadorfrancs,PhilarteChasles, con un conocimiento aproximado de la cultura espaola, sentencilaescasainclinacindelosespaolesa losgnerosautobiogrficos,sugiriendoposibles interpretacioneshistrico-morales.Alapreguntade Pourquoi les espagnols nont pas crit pas de mmoires, responda: Les Espagnols ont crit peu de mmoires Unefertsilencieuseenveloppeleurvieetleurmort [Losespaoleshanescritopocasmemorias.Unorgullo silencioso envuelve su vida y su muerte]. Y, un poco ms adelante, Chasles ahondaba en nuestro supuesto vaco En Espagne les gens de lettres eux-mmes et les artistes, assezenclinsalavanit,cheztouslespeuples,neson contents de lorgueil; point de Benvenuto Cellini ni de Jean-Jacquesrousseauinvitantlemondecoutersa confession personelle1.Losespaolespuessecontentabanconsuorgullo yprescindandelrelatoquelespermitiradesvelarlos secretos y motivaciones de su carcter. No hay duda de que el juicio de Chasles es un punto altanero y desdeoso, perosoloquierosubrayarquesusjuiciosencabezanel captulo dedicado a los escritos justifcativos de Antonio Prez,secretariodeFelipeII1yunhombrequecayen desgracia ante el monarca por cuestiones que ahora nos sonajenasanuestropropsitoyraznporlacualse vioobligadoajustifcarse2.Todostomabanlaespada y ninguno la pluma haba dicho ya Feijoo ms de cien aos atrs3. Es decir que la idea vena arrastrndose desde elsigloXVIII,talvezdeantes.ElmismoFeijoohaba matizado su propia idea al verla repetida en otras fuentes: Elcasoesqueelvulgodelosextranjerosatribuyeen nosotrosadefectodehabilidadloquesloesfaltade aplicacin4.Entodocaso,losescritoreseuropeosjuzgaroncon severidad las letras espaolas a lo largo del siglo XVIII: lereprochabanlosexcesoshermticosdelBarrocoy condenaban una supuesta falta de atencin al testimonio de s que haca de Espaa un pas supuestamente sin refejo. Loimportanteparaelpropsitodeestaconferenciaes sealar que mientras las ideas sobre el Barroco quedaran corregidas,enparte,porlahistoriografaromnticay 1En la France, lEspagne et lItalie au XVII sicle, Paris, 1877, p. 213. Disponible en internet.2Cartas para diversas personas despus de su salida de Espaa (Paris, 1598) y Obras y relaciones (Ginebra, 1654). 3Glorias de Espaa, en su Teatro crtico universal (IV, 13). 4Ibid.Autobiografa y canon literario407Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014su revisin de la dramaturgia del Siglo de Oro (de Lope de Vega, Agustn Moreto, Ruiz de Alarcn y sobre todo deCalderndelaBarcareivindicadoporloshermanos Schlegelen1811),lasideasvinculadasalasupuesta falta de inclinacin del espaol en relacin a la escritura auto/biogrfca, seguiran su marcha hasta un pasado en realidadnomuylejano.Esmuyinteresanteobservar elfuncionamientodelasinerciasintelectuales.Pueden reproducirhastaelinfnitoelmismotpico,elmismo lugarcomn,sinquenadielopongaenduda,aunque, como siempre ocurre, el tpico lleve su parte de razn.Un escritor romntico, Patricio de la Escosura, amigo deEspronceda,aliniciarsusMemoriasdeuncoronel retirado, en 1868, deca lo siguiente:Esunhechouniversalmentereconocido,ytambin deploradoporcuantosenEspaaseocupanen investigaciones histricas que entre nosotros escasean, tanto como entre los franceses abundan, los libros que se llaman Memorias. Perolmismoacababadeescribirlassuyasal asegurar que tanto escaseaban, aunque eso no le hiciera refexionar sobre la falta de coherencia que encerraba su propiojuicio.Esdecirqueconlamanoderechahaca loquesumanoizquierdanegaba.Lomismoocurrira coneleruditoJorgeCampos,cuandoaprovechabasu introduccinaunanuevaedicindelasMemoriasdel historiador,tambinromntico, Antonio AlcalGaliano (1886), para poner, una vez ms, el dedo en la llaga:Espaa,quehaproducido,entantasocasiones colectivasdetrascendenciahistrica,hombrescuya vidaessorprendenteporsuriquezaaventurera,rara vez conserva testimonios en que el hroe nos ofrezca supersonalvisindelosacontecimientosenqueha tomado parte5.Lo dice pues al hilo de otro texto memorialstico que se lee como excepcional en medio del supuesto desierto. Porsuparte,latradicinintelectualhispanoamericana asumiraesedfcithispnico,repitindoloentrminos muy parecidos. Veamos el comentario que hace en 1930, un poeta mexicano, Jaime Torres Bodet:Espaa se ha derramado por el mundo. Segn el sesgo deunaabundanciatandesigual,quelavidaresulta, en las latitudes de su herosmo una ddiva que casi no agradece. Que, por lo menos, nadie comenta. Dnde estnsino-losdiarios,losmanuscritossecretos, lascoleccionesiconogrfcas-lascartas,losrelatos ylasreliquiasdemuchosdelospersonajesquehan modelado desde la celda laica de la patria espaola el camino y las formas de la Historia Universal? Frente alamultiplicidaddelascrnicas,lasconfesionesy losdilogosepistolaresdequeseenorgullecenotros museos, asusta la soledad en que cada noble existencia espaola ha querido desarrollar su tragedia.656Esuncomentarioformuladoprecisamenteporlos mismosaosenlosqueelflsofoOrtegayGasset luchabadesdediversasplataformasculturalespara cambiar ese orden de cosas: fund la Revista de Occidente enlaqueseconcedaunaimportanciaespecialala literaturaauto/biogrfcaenartculosyreseas,inspir lacoleccinVidasespaolasehispanoamericanasy centrsupensamientoenladefensadelaconcepcin diltheyanadelavidacomoejecentraldelaflosofa, ideaexpuestaalolargodesudispersaobra.Bueno, pueseselmismoOrtegayGassetquienescribiendoa propsitodelapublicacindelasmemoriasescritas porlamarquesadeLa-Tour-du-Pin,comentaba,espe- culandosobrelasposiblescausasdenuestradejadez historiogrfca,queenEspaanoseescribanlibrosde memorias porque los espaoles conceban la vida como unpermanentedolordemuelas.Esdecirquecare- camoscomopueblodelasensualidadhaciaelpasado que s era caracterstica de otras culturas limtrofes. Y de nuevo surga la condena: Francia es el pas donde se han escritosiempremsmemorias;Espaa,elpasenque menos7.Hay que advertir que cuando Ortega y Gasset en los aos 30 del siglo XX utilizaba el trmino memorias este disfrutabatodavadeunaformidableriquezasemntica (que despus perdera): inclua en l los textos que daban cuentadeunavidavivida,losquesesumerganenlos arcanos del poder y de la poltica y aquellos textos ms evanescentes que aspiraban a refejar la dispersin de la vidamundana,agrupandoasuncorpusdeobrasmuy diverso.Unosaosdespusesecorpusseescindira, emergeralaautobiografacomoungneroms democrtico y transversal, mientras que las memorias se veran como la expresin de un mundo de clases donde solo el personaje clebre noble, poltico o triunfador merece ser el sujeto del testimonio biogrfco.Entodocaso,esunaopininquelaencontramos pordoquier.Quehizosuyalageneracindel98. Porejemplo,Unamuno,taninteresadosiempreenla autobiografa,pensaraenvozaltaalbuscarposibles explicaciones:Acasosedebaalamonotonaypoco salientedenuestravidaordinaria,acasoalofacosde memoriaquesomos,yaindividualyacolectivamente, 5En BAE, 83-84, Madrid, 1955.6EnVidasespaolasdelsigloXIX,RevistadeOccidente(1930), XXVII, p. 281-293.7En Sobre unas memorias, vol. III de las O.C., Revista de Occidente, 1957, p. 588-592.408Caball, A.Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014acasotambinalpoco,alpoqusimointersqueaqu despierta el hombre.8Sontantos,enfn,losautoresespaolesdetodas laspocasquesesumanaesadoxahistoriogrfcaque resultasumamentelaboriosoreconstruirloquellam enmitesiseltpicodelaescasaafcin.Elgran maestro AmricoCastro(porcierto,nacidoenBrasil), dejndosellevarporelentusiasmo,llegamencionar laagrafadelespaolydudabadesieraunafalla delainteligenciaydelavoluntad,ounmododeser gracias al cual podan surgir, sin embargo, valores que no seran posibles de otra manera.9 Nos enfrentamos pues aunalluviade(auto)descalifcacionesacercadelpapel desempeadoporlaculturaespaolaeneldesarrollo delaliteraturamemorialstica,juicioquechocaconel frecuentechauvinismeobservableenotrasculturas europeas.Sabidoesquelaautobiografa,comola biografa,songnerosbritnicosyasloreivindican O bien que los franceses son los ms dotados al respecto. EladmiradocrticoPhilippeLejeuneiniciabasu estudioLautobiographieenFranceconunapregunta complaciente:Estndotadoslosfrancesesparala autobiografa?yrespondaacontinuacin,satisfecho: Eso parece indiscutible.101112De modo que los espaoles hemos sido los primeros a la hora de advertir y dar por hecha nuestra inferioridad en el dominio de la autobiografa, y en lamentar su supuesta ausencia en nuestra tradicin cultural. De ms est decir que pertrechada con esta argumentacin su inclusin en elcanondelaliteraturaespaolaresultabainviable:si incluso se negaba su existencia, mal poda concebirse que algunos libros de memorias tuvieran un alcance ejemplar o paradigmtico y obraran como modelos de lengua o de pensamiento. Si a este reparo aadimos el sostenido por losadictosaverlaliteraturacomounrecintosagrado enelqueslopuedenhabitarlasformasmspuras,la autobiografa,formaimpuraeirregularporexcelencia, siempreacaballoentrelahistoriaylaliteratura,entre lavidayelarte,entrelapoiesisylamimesis,sevio desplazadaaunlugarsubalternoyabsolutamente marginal. Por poner un ejemplo, las Memorias del poeta romntico Jos Zorrilla (Recuerdos del tiempo viejo) son, 8Cfr. En torno al casticismo (1895). [E]ntre todos los escritores prefero los ms personales. Me encantan las autobiografas, las confesiones, las memorias, los epistolarios, San Agustn, Pascal, Rousseau, Montaigne, Amiel Son legin leemos en su artculo Sobre m mismo, en Los Lunes de El Imparcial, 24/11/1913. 9CitadoporJuanMarichal,enLavoluntaddeestilo,Revistade Occidente, 1971, pg. 190.10Armand Colin, 1971.11Algunosdeesoscomentariosdesdeososalosquemereferoestn recogidos en el captulo IV de mi libro Una breve historia de la misoginia, Lumen, 2006. 12En Las reglas del arte. Gnesis y estructura del campo literario, Ana- grama, 1994, p. 289 y ss.a da de hoy, el texto ms moderno y atractivo de su autor, el que mejor ha resistido el paso del tiempo, aunque ningn manualdeliteraturaasloreconozca,reducindosea considerar ms o menos maquinalmente su obra potica y dramtica y prescindiendo de un texto excepcionalmente confesional y de un gran valor humano. Si a estos graves reparosaadimosunaltimaposibilidad,yesqueel autordelasmemoriaspudieraserunamujer,tenemos un ejemplo de la tormenta perfecta. Me remito a un texto cuya recepcin crtica he estudiado en otras ocasiones: la publicacin de las Memorias de Emilia Pardo Bazn, en 1884, aparecidas como prlogo a su novela Los pazos de Ulloa.Conesetextopuededecirsequetocamoshueso pues a las tradicionales resistencias a la autobiografa, porutilizarlaexpresinutilizadaporPhilippeLejeune, sesumabalaincompatibilidadabsolutaconqueenel sigloXIXseconcebaelbinomiomujercultura(o mujer poltica, otra forma de decirlo) hasta el punto de considerarse la expresin memorialismo femenino como un oxmoron intolerable. Se comprende que doa Emilia, una mujer cuya inteligencia era puro msculo en ejercicio aspirara con sus memorias a integrarse en el conjunto de novelistas de su misma generacin que gozaban en 1884 delreconocimientounnime(Pereda,Clarn,Galds, Palacio Valds). Pero lo nico que fue unnime fue la airadareaccindesuscolegastodosexceptoGalds: vivaGalds!anteloqueentendieronunactode presuncinyenvanecimiento11.Enrealidadenlahostil recepcindelasmemoriasliterariasdedoaEmiliase sumaban tres negaciones: la que le negaba a ella, como mujer, su derecho a la fama; la que negaba valor artstico algneroautobiogrfcoyambasnegacionesapoyadas, porsupuesto,enlanegacindereconocimientodeuna tradicin propia. Alguien puede imaginarse un pozo ms hondo?Bien,laescuetasntesisqueacabodeplantearles ysobrecuyarealidadparecencaberpocasdudasexige, sinembargo,otramirada,unamiradamsproflctica, diramos.PierreBourdieuyaconsoliden1992la consideracindelcampoliterariocomounespacio deconvergencia,yconficto,entrelospuntosdevista posiblessobreelhecholiterario12(enlasesindeayer estuvevalorandosihabaalgnpuntodecontactocon elconceptodereginliterariadefendidoporRicardo Kalima , y creo que s los hay). En todo caso, la historia crtica de la autobiografa en Espaa, de la que trazo aqu un primer esbozo (y que pienso desarrollar en mi prximo libro gracias a la idea que me han proporcionado, con esta invitacin,lasprofesorasSissaJacobyyMaraEunice Moreira), nos permitira descubrir que las negativas tomas de posicin sobre el gnero lo mantuvieron preso de un falsodilema.Soloquevariemosnuestraperspectivade acercamientocomprendemos,deinmediato,queresulta Autobiografa y canon literario409Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014absurdalapretensindedescalifcarlaautobiografa espaola solo porque en ella no se den las caractersticas propias de la autobiografa francesa. En realidad es un punto de partida equivocado (como expuso el profesor Fernando Durn Lpez en su tesis doctoral13), que inevitablemente conduce a los errores interpretativos que acabo de resumir. Antes de Fernando Durn lo vio con claridad el profesor FranciscoSnchezBlanco,citadoasimismoporDurn: Lacreenciadequeunaautobiografadeberesponder, dealgunaforma,alplanteamientorousseaunianodela interioridadhasidounobstculoparalavisinhacia otrasposiblesconstitucionesdelyoqueestuvieranen mayor consonancia con la flosofa y la esttica entonces existente en Espaa14.Vistoas,lacrticasobrelafaltadeintimidad,de sinceridad y de autoanlisis que se ha venido reprochando a la autobiografa espaola, por contraste con el modelo francs, se deshace como un azucarillo en el caf. Es muy posiblequelaculturaespaolatengalaautobiografa quepuedetener,quehapodidotener,deacuerdocon suscircunstancias,muydistintasdelasfrancesas.Que nodispongaenelsigloXVIIIdetextosalestilode LasConfesionesnoquieredecirqueelgnerosehaya desarrolladodeunaformaincompletaoquenohaya cumplidoconsupropiamisin.Enotraspalabras,Las ConfesionesdeRousseaunosonelEvangelio,esdecir no hemos de leerlas como un texto que contiene la verdad universal y revelada del gnero autobiogrfco y por tanto una unidad de medida que debe calzar cualquier tipo de corpus, como si fuera la horma de un zapato. La fe que profesaPhilippeLejeune(porotraparte,elhistoriador quemshahechoporelcanondelaautobiografa,eso es aparte) en las obras fundacionales de la autobiografa francesa no tiene que ser, necesariamente, compartida a la hora de estudiar la literatura autobiogrfca espaola. En Espaanosediolaautobiografaalestiloroussoniano, en efecto, porque las caractersticas histricas y culturales eranmuydistintas.Porejemplo,laimplantacindela Inquisicin en 1478 no permiti que el incipiente sujeto autobiogrfco que apareci con una fuerza extraordinaria en el Renacimiento espaol (pensemos en el Libro de la Vida, de Teresa de Jess; el Diario espiritual de Ignacio de Loyola; el Lazarillo de Tormes...) tuviera continuidad, msqueadaptndosealarepresivarealidaddela Contrarreforma donde la libre expresin de la conciencia seraduraycruelmenteperseguida.SiparaLejeunela autobiografa es el gnero por excelencia de la modernidad, que nace con la Ilustracin y tiene su texto fundacional, como ya se ha dicho, en Las Confesiones, es tarea intil adaptar esta concepcin del gnero a la realidad espaola. Dehechoesunplanteamientoqueexcluyelatradicin espaola,tantocronolgicacomoconceptualmente.En este sentido, y solo en este, podra decirse y que Dios me lo perdone que las tesis de Philippe Lejeune han sido un problema, ms que una ayuda, al encarar la construccin de un canon literario peninsular, tarea, por cierto, que ha quedado pendiente.13142PeriodizacinLaperiodizacindelaautobiografaenEspaaes muydistintadelafrancesa:surgeantesysehundeen elBarroco,justocuandoempiezaabrillarenFrancia conlasmemoriasdeRichelieu,deSaint-Simon,de Mme.deRollandytantosotrosautores.Paraentender laevolucindelgneroenEspaahayquevincularlo no tanto al autoanlisis, como al arraigado, y si quieren Vds.desdichado,conceptodelhonor(tanvinculado alalimpiezadesangre)yasusconsecuenciastanto enelmbitopolticocomomoral.Esehonorquetanto fascinaba a escritoras como George Eliott o a la danesa Isaak Dinesen y del que habla, como hemos visto Philarte Chasles.Unadelasconsecuenciasdeaquelacusado sentido del honor fue la arrogancia del castellano viejo15 concebidacomounaactitudanteelmundoycomoun mododeresolverlosmuchosconfictosquesiempre,y en cualquier edad y poca, plantea la vida. En este caso se halla, por ejemplo, el afn de hidalguismo (denunciado de forma magistral por Cervantes a travs del Quijote) o bienlajactanciadelmilesgloriosus,temasrecurrentes en nuestra literatura de los Siglos de Oro, personajes que vistos desde una perspectiva biogrfca revelan un escaso conocimientodesmismosylaafectacindevirtudes inexistentes. Si se hubiera conocido algo ms a s mismo el hidalgo muerto de hambre que trata el Lazarillo y que pasaaserelsegundodesusamos,nohubieraofrecido una imagen tan lastimosa al perspicaz pcaro. Habra sido capaz de corregir su lamentable catstrofe vital (lo digo enelsentidofreudiano)defundarlavidaenunerror de apreciacin sobre su posicin social. El mismo tema plantearaGaldsenunadesusmejoresnovelas,La desheredada,quevieneaserunaversinfemeninadel miles gloriosus. Rasgos ambos, el hidalguismo, los sueos degrandeza,quesacabandequicioaCervantes,pero que sirvieron de inspiracin y soporte a nuestra escritura autobiogrfca.Mecioalejemploqueproporcionael propio Cervantes en la creacin de su Gins de Pasamonte, 13LaautobiografamodernaenEspaa.Nacimientoyevolucin,tesis presentada en la Universidad de Cdiz, 2001. Durn Lpez es autor de numerosas publicaciones vinculadas al rescate de textos autobiogrfcos anteriores al siglo XIX.14En autobiografa y concepcin del yo desde Mor de Fuentes a Ramn y Cajal, en Revista canadiense de Estudios Hispnicos (1987), n. 11, p. 636.15Cervantes:Yestenuestrobrbaroespaol,encuyaarroganciadebe estar cifrada la valenta del orbe (Persiles, 597 a). Mariano Jos de Larra dedicara asimismo al castellano viejo uno de sus stiras costumbristas ms feroces. 410Caball, A.Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014unpresocondenadoagalerasalquedonQuijote,asu manera,liberarenlaPrimeraPartedelanovela.Pero antes de hacerlo mantiene con l una conversacin en la que el engredo y encadenado Gins Gins me llamo y Pasamonte es mi alcurnia le anuncia con orgullo haber escrito la historia de su vida solo con la ayuda de sus dos pulgares (pues tena las manos impedidas). Una historia tanbuena,dice,queoscureceacuantassehanescrito hastaentonces,refrindosedesoslayoyconintencin alyafamosoLzarodeTormes.Nomepuedodetener ahora en la interesante situacin que plantea Cervantes al equiparar el texto del Lazarillo (una falsa autobiografa) a una de supuestamente verdadera, solo quiero subrayar queelescritoreligealmsfantochedesuspersonajes para hacerle escribir sus memorias, concibindolas pues como un ejercicio de vanidad que solo los hombres ms histrinicos, o los ms necesitados de alcurnia, llevaban a cabo. Esta defensa del honor vinculada tan tempranamente almemorialismo,sufretresgrandesmomentosde defagracin vinculados a tres sucesos histrico-polticos de gran calado y que de algn modo lo estaban poniendo enentredicho.Heaqu,enmiopinin,unaexplicacin interna de la maltrecha historia de nuestra autobiografa. Vemoslo con ms detalle:1. En primer lugar, la incorporacin de las Indias a la corona de Castilla a comienzos del siglo XVI gener uncorpustextualdenaturalezamemorialsticaque conocemos como Crnicas de Indias: desde los diarios de Coln a la extravagante relacin de Alvar Nez Cabeza deVaca,pasandoporlascincoCartasdeRelacinde HernnCorts,dirigidasalemperadorCarlosVola formidableHistoriaVerdaderadelaconquistadela Nueva Espaa, de Bernal Daz del Castillo16, sus autores vinculan el hecho histrico a su experiencia personal y a la defensa de sus intereses:... (Y) digo otra vez que yo, yo, yo lo digo tantas veces, queyosoyelmsantiguoyheservidocomomuy buen soldado a su majestad y dgolo con tristeza de mi corazn, porque me veo pobre y muy viejo, una hija por casar, y los hijos varones ya grandes y con barbas y otros por criar, y no puedo ir a Castilla.1718Bernal Daz del Castillo advierte, desde Guatemala donderesideen,quenopuedeiraCastillaadefender sus intereses y su pasado de miles gloriosus y es por ello 16UnpersonajequehaatradolaatencindelantroplogoMaurice Duvergerhastallevarleapensar,enmiopininequivocadamente,en DazdelCastillocomoelverdaderoyocultoautordelasCartasde Corts. Vase mi artculo en ABC Cultural.17Cap. CCX, p. 862. 18Una idea compartida por el escritor Mauricio Wiesenthal en su magnfco Libro de rquiems (Edhasa, 2004). que escribe su propia historia en la que queda claro que merece un mejor trato del que obtuvo hasta entonces de la Corona. Dnde estn nuestros palacios y moradas, y qu blasones tenemos en ellas diferenciadas de los dems (...)ydndeestnlossepulcrosdelosmuertosyqu blasones tienen en ellos, se pregunta abiertamente Daz del Castillo hacindose eco del malestar de otros soldados que como l vieron defraudadas sus expectativas de gloria y prosperidad. La preocupacin que manifesta Daz del Castillo sobre la falta de inters de sus compatriotas por lamemoriadelpasadomsreciente,detodosaquellos soldadosquemurieronenlaempresadelaconquistay de los que nadie se acuerda, podramos conectarla con la que,cientosdeaosdespus,expresarndosescritores alemanes,ErnstJnger(enElproblemadeAladino)y W.G.Sebald(CampoSanto,Anagrama)consternados ambosautoresanteladespreocupacindelmundo contemporneoporelpasadoquehadejadodeformar partedesuvida:Recordaralosmuertos,conocersus vidasyrecordarlasescribeSebaldnosdistingue delosanimales.Yhastahacepocolapresenciadelos antepasados estaba viva en Europa. Ya no.Ya no. Es una maldicin del mundo actual, empeado ensoltarellastredecualquierformadetrascendencia hastadejardesamparadosnuestroscamposantos18.Al paso que vamos, dice Sebald, no quedar nada del pasado, slo un horizonte hostil y un inmenso mar de indiferencia. Cierto, y Bernal Daz del Castillo lo vio as antes de 1632.2.LainvasindelaPennsulaIbricaporpartede tropasfrancesasalolargode1807yprimerosmeses de1808constituyunsegundomomentodeauge memorialstico.ElafnexpansionistadeNapolenle condujoaimponereneltronodeEspaaaunodesus hermanos, quien subi al poder con el nombre de Jos I. El vaco de poder que se produjo ante la huida de la familia realespaolaculminconunestallidodeirapopular yconlasublevacinmasivadegentesdetodaEspaa: fueelcomienzodeunaguerratotalqueduraraseis aos(1808-1814)yquesupondraunterribledesgaste para el ejrcito napolenico. Aquella guerra provoc una defagracinenmuchosaspectosdelavidaespaola, peronosimportasubrayarquealterporcompletolos usosylasprcticasdelYodesarrolladashastaaquel momento.Supusounpuntodeinfexinenlahistoria delaautobiografa,quedejdeladoelhistrionismoy losdeliriosdegrandezadelpasado,pueslossucesos fuerontantosydetalintensidadpolticaquemuchos desusprotagonistassevierondespusmsomenos forzados a escribir el relato de lo sucedido para defender suconductaelcasoparadigmticoloconstituyenlas MemoriasdeManuelGodoy,elhombremsodiado porsusconciudadanos,obienBlancoWhite,consu Autobiografa y canon literario411Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014autobiografaendefensadelalibertadreligiosaquel mismo practicaba (en Inglaterra).Aquellaavalanchadeescritosjustifcativoshizo exclamar a Larra que[L]a invencin de la imprenta a la disposicin de todo elmundohasidounpuertocontraelnaufragiopara generacionesenteras:hechaindustrialucrativa,todo el que no ha tenido otro ofcio, todo el que se ha credo conojosparaver,conodosparaor,todoelquese ha fgurado tener las cualidades de testigo (cualidades msdifcilesdeposeerdeloquepareceparanoser testigo a la manera de las paredes, dentro de las cuales pasanlosacontecimientos),todoelquehasentido dentrodesolaperezadeobrarolainsufciencia de producir cosas dignas de ser por otros escritas, ha asido de una pluma, y ha exclamado: Yo, que no hago nada, escribir lo que hacen los dems; escribir lo que sobreellospienso,yhastaescribirloqueyohago, cuando no hago nada. De aqu multitud de libros, de novelashistricas,dehistoriasnovelescas,deviajes impresionales y de impresiones viajeras que atormentan al mundo moderno y le ahogan y le sofocan, como las demasiadas mantas que se echan sobre un constipado; deaqulamultituddeobservaciones,relaciones, refexiones y ojeadas, sin contar con el sinnmero deanunciosqueempiezanconDe,como:Delos acontecimientos de la guerra de tal, de la conjuracin decual,delaoportunidad,etc.,etc.;deaquese torrente sin diques de memorias de la contempornea, del contemporneo, del ayuda de cmara, del mdico, delbarbero,delportero,delamujer,delpadre,del hijo, del hermano, del sobrino y de los amigos y de los enemigosdelhombrequehahecho,quehasonado, que ha intrigado, que ha mandado algo; memorias de sucocinero,desurepostero,desuqueridaydesu viuda,acercadelamaneraquetienenloshombres grandesdeponerselacorbata,desalirapaseo,de dormir,deestardespiertos;memoriasdelosquele han visto a todas horas, y de los que no le han visto a ninguna.19Larra satiriza el exceso memorialstico que observa entre 1814 y 1836 (cuando escribe su artculo) vindolo comounfactorentorpecedordelverdaderosentidode laHistoria:sontantaslasvocesquetirandeellaen unayotradireccinquehacefaltasabernadarmuy bienparanoahogarseenelrevueltorodetantos testimonios partidistas. Una crtica que habra que tomar enconsideracinsinofueraporsuevidentecarcter retrico: esa introduccin hablando del derroche de voces inanes le servir para subrayar la importancia de la voz de Manuel Godoy, el hombre ms odiado de la Historia de Espaa y quien en Paris, abandonado de todos, solo y arruinado, escribe sus Memorias para defender su nombre y el de la familia real. A Larra el testimonio de Godoy le conmovera profundamente y su resea de las Memorias es una pieza fundamental de la escasa bibliografa crtica suscitada por el gnero.Lociertoesque,porlogeneral,lasmemorias justifcativaspropiasdeestaetapasuscitaronrechazoy desconfanza. La gente vea la autobiografa, en la forma que la conoca, como un gnero cargado con la parcialidad dequienescribeparadefenderse,parajustifcardeter- minadasdecisionespolticasoparaasegurarseuna benvolaposteridad,disolviendoloserroresenunmar de aciertos. Se asoci de nuevo con la arrogancia ms que con la verdad al sospechar de la confesin (por lo general poltica) como un acto interesado, escrito pro domo sua. Se abra la guerra de las memorias entre unos dirigentes yotros,como,dealgnmodo,laabriCervantescon suGinsdePasamonteenluchacontraotrosrelatos depcaros.Elloexplicaquecuandoundiplomtico,en pleno umbral del siglo XX, se sume al aluvin de textos memorialsticos precise lo siguiente:Ya s, ya s que las Memorias constituyen un gnero anticuado y cursi: por eso las mas son fragmentarias. De lo malo, poco.YnianfragmentospublicarademisMemoriassi fueranexclusivamentepersonales.Quleimportan anadielosviajesqueunohayahecho,nilasnovias que tuvo en la juventud, ni los cuentos que le contaba suveneradaabuela? Aestospormenoresntimosse reducen a veces las Memorias de los que cultivan este gnero de literatura.Pormiparte,omitircuantoseapersonalsimo; guardarparamsolotodoloconcernienteami familia,amiinfancia,amisamores,queprofanara mismsaugustosrecuerdoshacindolospasarpor una rotativa. Impresos en el alma, qu impresin ms indeleble?19Y para tranquilizar al pblico, termina: Tanto o ms que de m hablar de los dems.20Omitircuantoseapersonalsimo,diceNicols Estvanez,comoquienaseguraenunlibrodepoesa que no va a utilizar el verso porque de sobra han escrito utilizndolo.Denuevonostopamos,sinembargo,con la cuestin capital que tanto ha enturbiado la valoracin de la autobiografa en Espaa. Un valor negativo, la falta delibertaddeconciencia,setransformaenelXIX(y graciasalaugehistoriogrfco)enunvalorpositivo:en la idea de que no hay que esperar confesiones de un relato autobiogrfco porque el mbito de la rememoracin, por personal que sea, es el relato de lo colectivo y en l debe permanecer la autobiografa, sometindose a sus cdigos y a sus valores. Pero el lector debe esperarlas de un texto 19EnsureseaalasMemoriasoriginalesdelPrncipedelaPaz(I), El Espaol, 22/9/1836.20En Mis memorias (1899), de Nicols Estvanez, Tebas, 1975.412Caball, A.Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014autobiogrfco, o no? As estaban las cosas al comienzo del siglo XX: al memorialismo poltico con el que arranc el siglo, le haba sucedido el memorialismo literario en el ltimo tercio con obras de Mesonero Romanos, Zorrilla, Julio Nombela, Patricio de la Escosura, Alcal Galiano, EmiliaPardoBazn,ArmandoPalacioValdsEn conjunto, la explosin autobiogrfca anticipada por Larra notrajosinembargoconsigoelsentimientodequeun nuevo mundo haba surgido en el siglo XIX, fruto de una incipienteconcienciapopular,deldesarrolloindustrial, de la lucha por la soberana nacional y del nacimiento de la conciencia obrera. Pero s sirvi para que surgiera un primerintentodecanonliterario:lopropusoelerudito alcarreo Manuel Serrano Sanz en 1905: Autobiografas yMemoriasconstituyeelprimerintentodereunir loescritoenelpasadodeacuerdoconloscriteriosde autobiografsmo y veracidad. Una obra en dos volmenes quenoserviraparaalterarloscriteriosdelahistoria literaria de su tiempo. Enotraspalabras,elgneroseguahorrodesus cartasdenobleza,deuntextoquesehicieradelectura imprescindible.Lostextossemultiplicabanperoera como si cayeran en una especie de un Mare Tenebrarum del que no conseguan salir a fote.3.Eltercerpuntodeinfexinenlahistoriadela autobiografa ocurri a la muerte de Franco, en noviembre de1975.Lalargacensurapolticaymoralimpuestaa losespaolessobreloocurridoenlaguerracivilyel regreso que haba supuesto el franquismo a postulados tri- dentinos,todoesodesaparecidepronto,liberandoun cauce autobiogrfco verdaderamente sobrecogedor: socia- listas, anarquistas, comunistas, republicanos, franquistas, monrquicos, feministas, homosexuales todos escriben en la Transicin para exprimir viejas emociones que han mantenidoasombrosamentevivas.Militantes,dirigen- tes,cabecillasrevolucionarios,intelectuales,artistas, exiliadosEspaa,inmediatamenteantesysobretodo despus de 1975, tendra prisa por recuperar una memoria amordazadadurantecuarentaaosyporelloesque hablamos en los aos ochenta de un boom memorialstico quenotenaningunacorrespondenciaconlosucedido enotrospaseseuropeos.Habaunaviolentanecesidad dereestructurarelpasadoreciente,acomodndoloa unaverdadhistricaybiogrfcacuyaexpresinhaba sido prohibida. De modo que una nmina importante de autores abri por fn una va para el reconocimiento crtico e historiogrfco del gnero: pienso en las Memorias de Carlos Barral, en Coto vedado de Juan Goytisolo, El peso de la paja de Terenci Moix, La vida arrebatada de Lidia Falcn, Pretrito imperfecto de Carlos Castilla del Pino, Desde el amanecer de Rosa Chacel, Travesas de Jaime SalinasoLaescrituraolavidadeJorgeSemprn,por poneralgunosybrillantesejemplos. Textosqueunena su ambicin formal la universalidad y profundidad de sus planteamientos. En comn todos tenan la conjuncin de un contexto favorable a la libre expresin de la historia de sus vidas. Pero lo ms importante es que la sociedad espaola tambin lo vio y lo entendi as.Para Maurice Halbwachs la actividad de restituir el pasado no es posible ms que por el hecho de apoyarse en marcos sociales que cada individuo comparte con los otrosmiembrosdesucomunidad,aunquelohagade forma inconsciente. Estos marcos (recuerdos compartidos, textos,monumentos,ritos,testimoniosdetodandole) sonelsoportedeunaactividadqueelindividuocree realizar por la sola fuerza de su espritu. Bien, la Espaa postfranquistasevioenlanecesidadderehacersus marcos sociales e institucionales a fn de dar cabida, como ya he dicho, a una vieja y al mismo tiempo nueva realidad. Yparaellocontporprimeravezconlaautobiografa. Esta nueva dimensin memorial no ha dejado de crecer ytambinderesultarconfictiva,puesesobjetodeuna negociacinqueponeenjuegointeresescontrapuestos, generando pasiones colectivas de ms o menos amplitud. Entodocaso,lapublicacindememorias,diariosy correspondenciasdeancianoscombatientesenel36no sehainterrumpidoalolargodeloscasicuarentaaos siguientes a la muerte del dictador y es muy probable que no llegue a interrumpirse nunca del todo. Enrique Vila-Matas en uno de sus ltimos libros se imagina un pas feliz y alegre que ha dejado de escribir novelas sobre la guerra civil. Pero todos los pases tienen sus demonios interiores, sus confictos a los que vuelven una y otra vez, y lo que importa es enfrentarse a ellos ms que soar con su improbable desaparicin.Laautobiografanoessolounacategoraliteraria, es tambin un sntoma, un producto y un refejo de una poca. Se inscribe en un contexto cultural: procede de una confguracin ideolgica y moral y acta a su vez sobre la sociedad que la ha segregado.Paraterminar,vuelvoalacuestinquehaba planteado inicialmente. Yo haba dedicado varios aos de mi carrera como investigadora a demostrar que en Espaa existaunatradicinautobiogrfcaconunaasombrosa continuidad, pero no repar sino en fechas recientes que lostextosexistan,s,peronoseleanyportantono haban logrado formar parte del circuito cultural. Porque alnoleersenogenerabanningunarecepcin,nicrtica que ayudara a visualizar el gnero, ni se integraban en la Academia Literaria ni llegaban a las escuelas, ni pasaban avivirenlamentedeloslectores.Demodoqueaun existiendo, su infuencia era nula. Se dudaba de su valor estticoysedesconfabadesualcancemoral.Lectores ehistoriadoreshabanhechoodossordosaquienes deseaban hacerse escuchar. Autobiografa y canon literario413Letras de Hoje, Porto Alegre, v. 49, n. 4, p. 406-413, out.-dez. 2014Ahora, la autobiografa es testimonio de la evolucin que ha experimentado nuestra sociedad. Se da el caso de queesanuevaysaludableliberacindelespaciodelo ntimo se ha visto asaltada en los ltimos tiempos por los medios de comunicacin que lo manipulan y distorsionan transformandoelansiadeverdadenunespantoso simulacro.Peroesaesotrahistoria.Loimportantees quelaautobiografahaconseguidocrearsuspropios cdigosdelecturayquinsabesinoesyaunrefugio activoylcidodelindividuoantelabanalizacina laquesenosquierereducir.Esdecirquesiunviejo coronel colombiano en los aos treinta no tena quien le escribiera, un memorialista espaol si tiene ahora quien le lea.Recebido: 13 de abril de 2014Aprovado: 07 de junho de 2014Contato: [email protected]