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EL PERENNIALISMO A LA LUZ DEL ISLAM SAMIR HARICHE Volumen 1

El Perennialismo a La Luz Del Islam Vista Previa Intro Cap 1

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El Perennialismo a La Luz Del Islam Vista Previa Intro Cap 1

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  • EL PERENNIALISMO

    A LA LUZ DEL ISLAM

    SAMIR HARICHE

    Volumen 1

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    El Perennialismo a la luz del Islam

    Volumen 1

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    El Perennialismo a la luz del Islam

    Volumen 1

    Samir Hariche

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    Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la auto-rizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas de las leyes, la reproduccin parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento incluidos la reprografa y el tratamiento informtico. 2012 El Perenialismo a la luz del Islam, tomo 1 Samir Hariche 2012 Editorial: Vision Libros C/ Magnolias 35 bis 28029 Madrid. Espaa Web: www.visionlibros.es Tel: 0034 91 3117696 ISBN Obra Completa: 978-84-9011-448-3 ISBN Tomo 1: 978-84-9011-456-8 Depsito legal: M-28651-2012 Disponible en papel y ebook www.visionlibros.com www.terrabooks.com Pedidos a: [email protected] Si quiere recibir informacin peridica sobre las novedades de nuestro grupo editor enve un correo electrnico a: [email protected]

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    AGRADECIMIENTOS

    En el nombre de Allh, el Misericordioso, el Compasivo! Alabado sea Allh, el Seor de los Mundos!

    Oh Dios mo, derrama Tu Bendicin sobre nuestro seor Muhammad, el que abre lo que estaba cerrado y sella lo que ha precedido, el que hace triunfar la Verdad con la Verdad, el Gua hacia Tu Camino Recto, as como sobre su Familia, segn el verdadero valor y la medida inmensa que le corresponden!

    Y que Allh est satisfecho con nuestro seor Ahmad ibn Muhammad ibn al-Mujtr at-Tin al-Hasan, el Polo Celado y el Sello de la Santidad Muhammadiana, nuestro Maestro e intermediario ante Allh!

    Y que Allh est satisfecho con nuestro seor Ibrhm ibn Abd Allh Niys, Imm de la Faydha Tiniyya y Jalfa Supremo del Polo Celado!

    Queremos ante todo expresar nuestro profundo agradecimiento hacia nuestro Shayj Yahya Kane que Allh lo guarde! , sin el cual este libro no habra podido existir ni material ni espiritualmente. Aprovechamos tambin para pedirle disculpas por no estar a la altura de su bondad y paciencia y por haberle causado numerosas molestias. Ciertamente nuestra gratitud se ha mos-trado en muchas ocasiones ms dbil de lo que hubiramos querido. Que Allh nos perdone, nos gue y refuerce nuestros pasos en el camino recto!

    Este libro ha sido inspirado por nuestro Shayj, por sus enseanzas y por el permiso (idhn) que nos ha transmitido para escribirlo. Que Allh est complacido con l!

    Seguidamente damos las gracias a todos nuestros hermanos en la Tarqa Tiniyya y en el Islam, a todos aquellos que han tenido la bondad de leer y corregir este texto. Que Allh retribuya su paciencia a la medida de Su Ge-nerosidad ilimitada!

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    INDICACIONES PRELIMINARES

    El tema que tratamos en este libro nos es especialmente cercano porque en nuestra juventud hemos pasado por una etapa en la que profesbamos las creencias perennialistas. Pero al contacto de un Maestro autntico dispensa-dor de la educacin espiritual (Shayj murabb), hemos rectificado nuestra pos-tura pasando a profesar el credo ortodoxo (al-aqda as-sahha) reconocido y enseado por todos los Sabios del Islam de manera unnime. A partir de es-te momento, nos hemos lanzado en un estudio pormenorizado de las tesis perennialistas que nos ha conducido a indagar sobre los orgenes de este movimiento. No son sino los resultados de esta investigacin lo que presen-tamos en este libro.

    Hemos pesado, juzgado y evaluado las tesis del Perennialismo en la ba-lanza de las ms grandes autoridades del Islam. Por ejemplo, en el mbito de la exgesis (tafsr) del Sagrado Corn, nos hemos basado en cuatro de los ms grandes y reconocidos exegetas (mufassirn): al-allayn, at-Tabar, al-Qurtub e Ibn Kathr, cuyos comentarios constituyen las referencias tradicionales del Sunnismo.

    En el mbito de la Aqda, nos hemos referido a tres de los tratados ms importantes y para dos de ellos, ms antiguos de credo islmico: al-Aqda at-Tahwiyya del Imm at-Tahw; al-Fiqh al-Akbar del Imm Ab Hanfa, el fundador de la escuela jurdica conocida como madhhab hanaf; y por ltimo awharatu-t-Tawhd del Imm Ibrhm al-Laqqn, tratado versificado de aq-da ashariyya estudiado habitualmente en la escuela mlik.

    Por ltimo, en el mbito del Sufismo (Tasawwuf), nos hemos basado en los mayores Maestros del esoterismo islmico, en los Polos (Aqtb) que go-zan de una autoridad indiscutida: sdatun Ahmad at-Tin, Abd al-Qdir al-ln, Ibn Arab, al-Ghazl y Abd al-Azz ad-Dabbgh que Allh est complacido con todos ellos!

    Para citar a Ren Gunon, nos hemos referido a la traduccin castellana de sus obras que se encuentra en la pgina http://www.euskalnet.net/graal/. Para las otras obras citadas, las hemos traducido casi siempre nosotros mis-mos a partir del original, ya fuera ste rabe, francs o ingls.

    En cuanto a las frmulas eulgicas que se usan habitualmente en el Is-lam, hemos decidido abreviarlas dejando nicamente las iniciales que las componen, obteniendo as las siguientes siglas:

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    SAAWS: sall Allhu alayhi wa sallam. Que Allh lo bendiga y le d paz! Habitualmente, esta frmula se utiliza para el Profeta Muhammad (SAAWS).

    AS: alayhi as-salm. Con l sea la paz! Es la frmula que se usa normal-mente para rezar sobre los Profetas en general.

    RAA: Radhiya Allhu anhu. Que Allh est complacido con l! Esta frmula se utiliza para los Compaeros del Profeta (SAAWS) y los Santos.

    KAW: Karrama Allhu wahahu. Que Allh ennoblezca su faz! Esta frmula se utiliza exclusivamente para nuestro seor Al ibn Ab Tlib (KAW), primo y yerno del Profeta Muhammad (SAAWS).

    Usamos el nombre rabe de Allh para denominar a Dios buscando as ms bendiciones en la pronunciacin de este sagrado vocablo, lo que no ob-tendramos con la palabra castellana Dios, aunque ambas remitan a la misma realidad. Del mismo modo, nos hemos decantado por el uso de cier-tas palabras en rabe sobradamente utilizadas en el Tasawwuf, como por ejemplo sayyidn, que significa nuestro seor.

    Aadimos que con este libro no pretendemos presentar una obra erudita o un estudio universitario. Nos limitamos a tratar el tema desde el punto de vista que nos interesa, a saber la bsqueda de la verdad que debe proporcio-narnos la salvacin (an-na) y el conocimiento divino (al-marifatu bi-Llh). Por ello no se encontrarn aqu las fastidiosas obligaciones exigidas por las convenciones acadmicas.

    Por la misma razn, no hemos incluido bibliografa y muchas veces las referencias que damos remiten al captulo general de una obra y no a la pgi-na exacta, sin mencin de la editorial. Las citas que hemos introducido son tambin ms largas de lo que permiten dichas convenciones. Adems, hemos transliterado las palabras rabes de la manera ms simple, con las letras del alfabeto espaol sin aadir ningn carcter extrao. La nica letra que hemos transliterado de modo inusual, es la j tal y como se pronuncia en francs o ingls, y que escribimos .

    Por ltimo, pedimos disculpas a Allh y a nuestros lectores por los erro-res que hayamos cometido, solicitando su indulgencia por tres razones: en primer lugar, no somos ni sabios ni eruditos; en segundo lugar, la extensin y cantidad de temas y acontecimientos tratados en esta obra son tales que difcilmente pueden ser abarcados por una sola persona con el detalle sufi-ciente como para no cometer error alguno; en tercer lugar, nuestras inten-ciones siempre han sido las mejores, y si se encuentran errores, pedimos que sean considerados como el fruto de la inadvertencia y de la falta de tiempo o de medios. La alabanza es para Allh y el error solo nuestro. Y que Allh bendiga a nuestro seor Muhammad (SAAWS)!

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    Dice Allh en el Sagrado Corn:

    Cuando se les dice: Creed como ha credo la gente!, dicen: Acaso vamos a creer como creen los tontos?. En realidad son ellos los tontos, pero no lo saben. Cuando encuentran a quienes creen, dicen: Creemos!, pero cuando estn a solas con sus Demonios, dicen: Estamos con vosotros, tan solo nos estbamos burlando [de ellos]. Allh les devolver sus burlas. Los dejar en su rebelda durante un tiempo. Mientras tanto irn errando cie-gos. sos son los que han canjeado la gua por el extravo. Su negocio no les ha beneficiado y no han sido bien dirigidos. Se parecen al que enciende un fuego, pero tan pronto como ste ilumina todo a su alrededor, Allh se lleva su luz, dejndolos en unas tinieblas en las que no ven [nada]. Sordos, mudos, ciegos, no pueden volver (Cor 2:13-17) Hay hombres cuyo discurso sobre esta vida te fascina, sobre todo cuando toma a Allh por testigo de lo que hay en su corazn y muestra ser sumamente hbil en la discusin. Pero apenas te vuelve la espalda, va por la tierra esforzndose en extender la corrupcin y des-truir cosechas y procreacin. A Allh no le gusta la corrupcin. Cuando se le dice: Teme a Allh!, se apodera de l un orgullo criminal que le impulsa a hacer el mal. El Infierno ser suficiente para l. Y qu mal lugar para reposar! (Cor 2:204-206)

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    INTRODUCCIN

    ctualmente los Perennialistas controlan gran parte del mercado editorial relacionado con temas de religin y espiritualidad, siendo citados con sobrada recurrencia en todo tipo de publicaciones. Por su extrema visibilidad, se han convertido en autoridades indis-

    cutibles que llevan a quien quiere estudiar la espiritualidad en Occidente a toparse con nombres como Ren Gunon, Frithjof Schuon, Titus Burc-khardt, Martin Lings, Julius Evola, Michel Vlsan, Charles-Andr Gilis, Lo Schaya, Jean-Louis Michon, Seyyed Hossein Nasr, William Chittick y mu-chos ms. Constituyen una lectura obligada, una suerte de omnipresente velo que por su difusin generalizada se convierte en el prisma exclusivo a travs del cual se observan las tradiciones, impidiendo entonces un estudio objetivo de la espiritualidad.

    Esta situacin no es nueva en Occidente. Se perpeta desde finales del siglo XIX, cuando empezaron a publicarse los primeros escritos que expo-nan los rudimentos de lo que posteriormente convendra llamarse ms o menos adecuadamente Perennialismo. Sin embargo, este movimiento no obtuvo su ttulo de nobleza hasta que Ren Gunon no empez a publicar su obra a principios del siglo pasado, dando as a esta corriente la importan-cia que se le conoce y que le ha permitido influir profundamente en nume-rosos aspectos de la vida intelectual y poltica del siglo XX.

    Desde el principio, y en todos los pases occidentales, los Perennialistas se convirtieron en un importante e influyente grupo de presin. Ocuparon tribunas en el mundo de la educacin y de la poltica, as como en diversas instituciones religiosas. Como ejemplo de ello, sealaremos que Ren Gu-non tena estrechas relaciones con la extrema derecha francesa (Action Fran-aise) y el fascismo italiano (Evola, Reghini, De Giorgio), que Julius Evola era consejero espordico de Mussolini, que Charles de Gaulle mantena corres-pondencia con Michel Vlsan y que actualmente Aleksandr Dugin tiene un peso importante en la poltica rusa a travs de su movimiento euroasitico.

    Despus de un siglo de historia, el Perennialismo ha conseguido transfor-mar en profundidad la conciencia general de las sociedades occidentales has-ta en sus estratos ms inferiores. Y a veces esta influencia ha generado unos efectos inversos a los que pretenda tener segn sus criterios de tradiciona-lidad. Al afirmar la validez de todas las religiones, el Perennialismo ha teni-do un papel fundamental en la subversin del antiguo orden, as como en la

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    difusin del sincretismo, del relativismo religioso y hasta del ocultismo. No es por nada si Gunon es un autor en boga y sobradamente ledo en los crculos del New Age, del ocultismo nazi, del neo-paganismo y de muchos otros movimientos de dudosa tradicionalidad.

    Parece pues que el Perennialismo se ha acomodado con toda creencia e ideologa. Los medios ms dispares han acogido y profesado sus tesis sin que su influencia haya tenido en cuenta las oposiciones de los medios en los que se difunda. Se ha introducido tanto en los crculos acadmicos y oficiales como en los movimientos anti-sistema y underground, tanto en el tradiciona-lismo integral como en el New Age, tanto en los grupos nazis como en los de extrema-izquierda, tanto en los que siguen un exoterismo como en los que pretenden prescindir de l, etc.

    Confrontados a esta descripcin, muchos Perennialistas rechazan la vali-dez de esta aproximacin sociolgica, cuestionando la existencia misma de un movimiento perennialista. Impugnan as el uso del trmino Perennia-lismo para designar la corriente cristalizada por la obra de Ren Gunon, porque segn ellos sta no sera la expresin de ningn -ismo, sino la ex-posicin clara, fiel y objetiva de la Verdad comn a todas las tradiciones re-veladas, la presentacin impersonal de una Sabidura intemporal que constituira la esencia eterna de la Ciencia Sagrada conservada en el depsito de la Tradicin Primordial.

    Pero referirse a la Tradicin de esta manera, tal un ente abstracto e in-dependiente de toda forma tradicional particular, solo puede hacerlo al-guien que an no se ha asimilado una tradicin, es decir, alguien que an se sita fuera de toda forma tradicional particular, porque desde el momento en que uno establece su punto de vista en el seno de una tradicin regular, como por ejemplo el Islam, surge un problema fundamental, que es el de la autoridad.

    Es bien sabido que en el mbito tradicional, el criterio de la verdad es el de la regularidad de transmisin a partir de una fuente sagrada. Y la regulari-dad de transmisin tiene unas condiciones de validez que, cuando se cum-plen, permiten creer en lo que se ha transmitido de fuente segura, siendo siempre esta ltima el Profeta que ha instituido la tradicin particular en la que nos situamos. De ah la importancia de la autoridad.

    Sin embargo, en sus exposiciones, los Perennialistas suelen mezclar dife-rentes fuentes de autoridad provenientes de diversas tradiciones. Tratando una misma cuestin, utilizan como pruebas igualmente vlidas versculos del Sagrado Corn, de los Vdas o de la Biblia, as como escritos de Sabios de distintas tradiciones, cayendo as en una innovacin ausente de toda obra re-almente tradicional.

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    En el Islam por ejemplo, solo se puede atribuir autoridad al Sagrado Corn y a la Sunna del Profeta Muhammad (SAAWS), tal y como ha sido es-tablecido en esta aleya:

    Oh Creyentes! Obedeced a Allh, obedeced al Mensajero y a aqullos de vosotros que tienen autoridad. Y si discuts por algo, referidlo a Allh y al Mensajero, si es que creis realmente en Allh y en el ltimo Da. Esto es lo mejor y constituye la solucin ms apropiada (Cor 4:59)

    Las fuentes de autoridad segn el Islam son pues:

    1) el Sagrado Corn y la Sunna del Mensajero de Allh, el Profeta Muham-mad (SAAWS),

    2) y luego lo que a su vez se funda sobre estas dos fuentes exclusivas de verdad espiritual y legitimidad tradicional, como seran por ejemplo los escritos y los dichos de los Sabios y de los Santos.

    Segn la metodologa islmica, la primera autoridad es la nica real, la fundamental y originaria, siendo la segunda una suerte de autoridad secunda-ria y derivada. En cuanto a las fuentes no islmicas, se las considera carentes de legitimidad, aunque procedan de revelaciones anteriores al Islam inicial-mente vlidas. La razn de ello radica en que Libros Sagrados de las otras tradiciones han sido corrompidos y falsificados, pudiendo ser esta falsifica-cin de dos tipos: el primer tipo recibe el nombre de tergiversacin (tahrf) y el segundo el de alteracin (tabdl)1.

    La tergiversacin corresponde a las deformaciones introducidas en la in-terpretacin del significado de los Libros Sagrados, tal y como ha sido reco-gido en las siguientes aleyas del Sagrado Corn:

    Algunos Judos alteran el significado de las palabras y dicen: Omos, pero desobede-cemos, Escucha, pero no te des por enterado y Prstanos atencin, haciendo un juego de palabras y atacando la Religin (Cor 4:46)

    Por haber violado su pacto les hemos maldecido y hemos endurecido sus corazones. Al-teran el significado de las palabras y olvidan parte de lo que se les record. Siempre descu-brirs en ellos alguna traicin, salvo en unos pocos (Cor 5:13)

    En cuanto a la alteracin, remite a una modificacin efectiva de la letra misma del Libro Sagrado. A ella se refieren aleyas como stas:

    Pobres de aqullos que reescriben el Libro con sus manos para luego decir: Esto vie-ne de Allh, y venderlo a vil precio. Pobres de ellos por lo que sus manos han escrito!

    1 Incluso la tradicin judeo-cristiana reconoce la falsificacin de la Biblia, aceptando que sta ha sido tergiversada y alterada. Dice el Profeta Jeremas (AS) en el siglo VII antes de Cristo: Cmo os atrevis a decir: Somos sabios y tenemos la Ley del Seor con nosotros, si la pluma engaosa de los escribas la ha falsificado? (Jer 8:8).

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    Pobres de ellos por lo que han cometido! (Cor 2:79) Algunos de ellos trabucan con sus lenguas el Libro para que creis que est en el Li-

    bro lo que no est en el Libro, diciendo que viene de Allh, cuando en realidad no viene de Allh. Mienten contra Allh a sabiendas (Cor 3:78)

    La cuestin de la autoridad deviene un problema fundamental cuando los Perennialistas se hacen musulmanes y no obstante siguen citando y utili-zando fuentes no islmicas como pruebas, ya se trate de Libros Sagrados de otras tradiciones o de los escritos de Ren Gunon que se fundan en una pluralidad de tradiciones. Los Perennialistas siempre dicen: S, porque Gu-non dice, o No, porque Gunon dice, en vez de S, porque el Sa-grado Corn dice, o No, porque el Profeta (SAAWS) ha dicho.

    Para justificar esta actitud, no es suficiente decir que Ren Gunon era musulmn, como si esto le otorgara de por s una autoridad en el mbito islmico. Como hemos visto, los escritos de los Sabios solo pueden conside-rarse vlidos cuando se fundan en el Sagrado Corn y en la Sunna del Profe-ta (SAAWS). Pero Gunon apenas cit en su obra estas fuentes irreempla-zables de la tradicin islmica, mientras que por otro lado, no tuvo reparo en citar abundantemente las tradiciones hind, juda o taosta.

    Este vicio metodolgico comporta unos riesgos importantes que condu-cen a relativizar la propia fuente de autoridad del Islam. Adems, al asociar al Islam una fuente de autoridad externa, se est abriendo una puerta a la des-viacin y a la infiltracin de doctrinas heterodoxas. Pero por muy peligroso que fuera este riesgo, se quedara solo en un riesgo si el Perennialismo fuera ortodoxo. Pero, y si no es ortodoxo?

    Si no lo fuera, caeramos doblemente en la infidelidad (kufr). Primero al asociar una fuente ilegtima a la autoridad de Allh Exaltado sea! , lo que es una forma de idolatra y de asociacionismo (shirk); y seguidamente al creer en unas doctrinas heterodoxas. Resulta pues extremadamente urgente exa-minar los principios del Perennialismo y la historia de su gnesis para saber si es realmente ortodoxo o no.

    Estudiando el Perennialismo, nos damos cuenta de que pueden resumirse sus tesis a dos ideas fundamentales. La primera consiste en afirmar que todas las tradiciones reveladas son vlidas y legtimas, siempre y cuando cumplen con el requisito de ser tradiciones vivas practicadas de manera regular y completa. Siendo equivalentes, todas las tradiciones se sitan en pie de igual-dad unas en relacin a otras, de modo que lo nico que puede motivar la prctica de una forma tradicional en detrimento de otra, es la disposicin in-terior propia de aqul que hace tal eleccin, sin que haya superioridad objeti-va y real de una tradicin sobre otra.

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    Ciertamente hay autores perennialistas, como Michel Vlsan o Charles-Andr Gilis, que otorgan a la tradicin islmica una excelencia intrnseca que la sita por encima de todas las otras revelaciones. Pero esto no les impide seguir profesando la validez de todas estas otras formas tradicionales. Y por validez de las formas tradicionales, hay que entender el hecho de que una tradicin puede llevar a quien la sigue y practica de manera regular y comple-ta, a la salvacin a nivel exotrico y al conocimiento divino a nivel esotrico. sta es la primera tesis fundamental del Perennialismo.

    Se puede comprobar fcilmente que esta tesis entra en contradiccin con la Revelacin islmica, la cual afirma categricamente no solo la superioridad y excelencia sin par de la tradicin islmica, sino tambin la abrogacin de todas las tradiciones por la Revelacin descendida sobre el ltimo Profeta, nuestro seor Muhammad (SAAWS). Segn el credo islmico, todas las for-mas tradicionales han dejado de ser vlidas y legtimas a partir de la revela-cin del Islam. Esto significa que quien las practique no obtendr beneficio espiritual alguno: ni ser salvado ni conocer a Allh. Dice Allh Exaltado sea! en el Sagrado Corn:

    Ciertamente la Religin para Allh es el Islam (Cor 3:19) Y quien desee otra tradicin que el Islam, no ser aceptado nada de l y en la otra vi-

    da ser de los perdedores (Cor 3:85) La segunda asercin fundamental del Perennialismo es que todas las tra-

    diciones reveladas provienen y derivan de la Tradicin Primordial, que es la esencia comn de todas las tradiciones, aquello que les da validez y legitimi-dad. Esta Tradicin Primordial habra sido revelada a dam (AS) para ser ocultada y preservada luego en el Centro Supremo de nuestro mundo, al que Ren Gunon da el nombre de Agarttha, mientras que otros autores le dan el nombre de Shambhala.

    Segn Ren Gunon, la Tradicin Primordial es independiente de todas las formas tradicionales particulares porque stas derivan de ella. Como es evidente, esto conduce a reconocer una autoridad superior a la de las propias tradiciones particulares, a partir de la cual se podr estatuir sobre asuntos tradicionales. El vicio metodolgico del que hablbamos se ve incrementado y el riesgo de posibles desviaciones aumenta, puesto que aqu ya no se trata de asociar a las fuentes islmicas una autoridad que les es exterior, sino de reconocer una autoridad superior a la del Islam, lo que no puede sino arruinar literalmente la autoridad propia del Islam, subordinndola a la autoridad ex-traordinaria de la Tradicin Primordial.

    Cabe sealar que Ren Gunon present sus enseanzas en nombre de esta Tradicin Primordial, de la que se pretendi representante autorizado para el mundo occidental. Y para los Perennialistas, como la Tradicin Pri-

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    mordial es la fuente de legitimidad de todas las tradiciones particulares, de las que tambin es independiente, la funcin de Ren Gunon no puede ser le-gitimada en el seno de una forma tradicional particular, sino que tiene una autoridad ms elevada.

    Esto significara que la obra de Ren Gunon, en la medida en que ema-na directamente del Centro Supremo depositario de la Tradicin Primordial sin pasar por el molde limitado de una forma tradicional particular, es ms elevada y universal que las propias fuentes del Islam, que entonces deben ser interpretadas a la luz del Perennialismo. Evidentemente, los Perennialistas no pretenden que la obra de Ren Gunon es ms elevada que el Sagrado Corn, porque saben que hay una diferencia entre Profeca y Santidad, pero no esconden que la obra de Ren Gunon es la clave maestra para la inter-pretacin de todas las Escrituras Sagradas, precisamente porque proviene de la esencia intemporal de la Ciencia Sagrada, de la que proceden y derivan to-das las tradiciones particulares.

    Lo que proponemos es exactamente lo contrario de esta perspectiva: in-terpretar el Perennialismo a la luz del Islam para mostrar su desviacin y su carcter heterodoxo, lo que aparece con evidencia si se quiere reflexionar un poco sobre la forma que toman en general las obras perennialistas y que es totalmente opuesta a la forma verdaderamente tradicional.

    En los libros perennialistas, se atribuye mucha importancia al simbolismo y a las ciencias cosmolgicas y se tratan las cuestiones espirituales citando y tomando pruebas de una multitud de tradiciones. Adems, nunca se habla de amor ni de moral, temas que parecen intiles y vulgares desde la actitud so-brada e intelectualista que se esfuerzan en adoptar muchos Perennialistas.

    Por el contrario, en las obras de todos los Santos, podemos percibir la importancia fundamental que unnimemente atribuyen a la moral y al amor. Se habla siempre de amor hacia Allh, hacia los Profetas (AS), hacia los San-tos, hacia los Maestros; de hacer el bien y de ser bueno. Adems, las explica-ciones simblicas y cosmolgicas casi siempre brillan por su ausencia. En cuanto al punto de vista metafsico, aparece solo en unos pocos tratados muy especficos. Por ltimo, se explican las cuestiones tradicionales a partir de una sola forma tradicional, como por ejemplo en el caso del Islam, que tal y como hemos recordado ya, reconoce como fuentes exclusivas de autoridad el Sagrado Corn y la Sunna del Profeta Muhammad (SAAWS).

    En resumen, la forma de las obras tradicionales no se asemeja en nada a la forma de las obras perennialistas. stas se parecen ms a las tesis eruditas de los universitarios que a las obras de los Santos, llenas de amor y de pro-fundidad espiritual. De hecho, los libros de los Perennialistas no mejoran a las personas, ya se trate de sus autores o de sus lectores. Parece todo lo con-

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    trario: en estas obras no cesan de insultarse unos a otros por insignificantes cuestiones, tratndose siempre de desviados, mientras utilizan un tono so-brado y un secretismo fraudulento como para darse ms importancia de la que tienen. Demasiado bien lo sabemos, por haber cado antao, nosotros tambin, en esta absurda espiral. Que Allh nos perdone!

    Por ltimo, aadiremos que nuestra intencin, escribiendo este libro, es reformar la visin inadecuada que tienen los Perennialistas del Islam, ya sean musulmanes o no. Al mismo tiempo que han aceptado la verdad del Islam, han asimilado otras creencias falsas que con la ayuda de Allh nos gustara eliminar para que quede solo la verdad nica del Islam, y facilitar as a la gente la prctica de esta noble tradicin, abrindoles las puertas de la salvacin y del conocimiento divino con el permiso de Allh el Altsimo, el Todopoderoso.

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    PRIMERA PARTE -

    EL ESTATUTO DEL ISLAM

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    Captulo I

    LA EXCELENCIA DEL ISLAM EN EL SAGRADO CORN Y EN LA SUNNA

    l ciclo de la Profeca, inaugurado por nuestro padre sayyidn dam (AS), ha sido cerrado por la revelacin que Allh ha hecho des-cender sobre nuestro seor Muhammad (SAAWS). El Islam es la ltima revelacin de Allh a los hombres y como tal concluye el

    ciclo de la Profeca. Despus del Islam, ya no descendern de parte de Allh revelaciones ni estatutos legales, ya no se instituirn ms religiones ni Leyes sagradas, ya que se ha cerrado toda posibilidad de acceder a la Pro-feca: el ciclo de las revelaciones ha tocado a su fin. Y la Historia confirma, si necesidad hubiera, el dicho de Allh Exaltado y enaltecido sea! en el Sagrado Corn, segn el cual despus del Islam no aparecer ninguna tra-dicin revelada:

    Y Muhammad no es el padre de ningn hombre de entre vosotros, sino ms bien el Mensajero de Allh y el Sello de los Profetas. Y Allh es Omnisciente (Cor 33:40)

    Segn at-Tabar, esto significa que Muhammad (SAAWS) es el Profeta que termina, cierra y concluye el ciclo de la Profeca (nubuwwa) estampando sobre sta su Sello (tbi), de modo que ya no se le abrir a nadie ms esta puerta y esto hasta que llegue la Hora del Fin. Subraya at-Tabar que la aleya puede leerse de dos maneras distintas que enfatizan, cada una a su modo, sobre un aspecto de la Profeca de nuestro seor Muhammad (SAAWS), segn cmo se lea la raz J.T.M.

    La primera lectura autorizada es Jtam an-Nabiyyna, que significa que Muhammad (SAAWS) es el ltimo Profeta, es decir el ltimo ser que tiene acceso a la Profeca y concluye as su manifestacin histrica. sta es tam-bin la lectura del Tafsr de al-allayn, segn el cual hay que entender que no vendr ningn Profeta despus de Muhammad (SAAWS), como indica el hadth: No vendr ningn Profeta ni ningn Mensajero despus de m.

    La segunda lectura autorizada es Jtim an-Nabiyyna, que significa que Muhammad (SAAWS) es el Sello de los Profetas, lo que constituye el fun-damento tradicional y la fuente escrituraria de la doctrina del Sello.

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    En su Tafsr de esta aleya, al-Qurtub cita, a partir del Sahh de Muslim, el hadth del Bendito Profeta Muhammad (SAAWS) en el que dice: La parbo-la que describe mi relacin con los otros Profetas anteriores, es la de un hombre que emprende la construccin de una casa. Al terminarla sin embar-go, le falta un ladrillo para completar la casa y deja el espacio que le est re-servado vaco. Entonces hace pasar a la gente dentro de la casa. stos se extraan y dicen: Qu lstima, si no hubiera quedado este espacio vaco...!. Dijo entonces el Mensajero de Allh (SAAWS): Yo soy el ladrillo que viene a llenar ese vaco. Yo soy el ltimo Profeta.. Y segn otra versin: Yo soy el Sello de los Profetas.

    La finalidad de esta parbola es exponer la excelencia de nuestro Profeta (SAAWS) sobre todos los otros Profetas, ya que por l (SAAWS) Allh ha cerrado el ciclo de la Profeca y ha completado la serie de las Revelaciones.

    Encontramos igualmente esta parbola en el Sahh de al-Bujr (3270 y 3271) que aade adems que el espacio vaco que viene a completar el ladri-llo que representa el Profeta (SAAWS) se encuentra en una de las esquinas de la casa (zwiyya). Y como dice Ibn Har al-Asqaln (RAA) en su famoso comentario del Sahh de al-Bujr intitulado Fath al-Br: con esta indicacin, queda an ms claro que lo que se quiere dar a entender aqu es que sin este ladrillo, la casa permanece incompleta e inservible, del mismo modo en que el ciclo de las Revelaciones anteriores no puede llegar a su completud si no es por medio de la Revelacin muhammadiana y en relacin a sta. El ladrillo situado en el ngulo de la casa constituye el fundamento, la base y el sostn de todo el edificio, sin el cual ste se derrumbara inevitablemente.

    Precisamente por esto, Allh ha obligado a todos los Profetas a anunciar la llegada del ltimo Profeta, sayyidn Muhammad (SAAWS), tomando de ellos en la pre-existencia la promesa de creer en l y de ayudarlo cuando ven-ga, tal y como ha sido transmitido en la famosa aleya del Pacto de los Profe-tas (mthq an-nabiyyna):

    Y cuando Allh tom el Pacto con los Profetas, cuando les dijo: Os doy un Libro y una Sabidura, pero cuando venga un Mensajero confirmando lo que tenis con vosotros, debis creer en l y ayudarlo. Tomis pues esta resolucin y aceptis Mi Alianza con esta condicin?. Ellos respondieron: S, tomamos esta resolucin. Allh dijo entonces: Sed pues testigos, a la par que Yo soy testigo con vosotros (Cor 3:81)

    Segn at-Tabar, el Pacto de los Profetas tiene cuatro aspectos:

    1) El primero remite al pacto por el que los Profetas se comprometen a transmitir fielmente la revelacin recibida y a respetar ellos mismos aque-llo con lo que han venido en cuanto a obediencia de Allh, ya sea en lo que toca a las prescripciones o a las prohibiciones.

    2) El segundo aspecto corresponde al pacto por el que los Profetas prome-

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    ten confirmarse (tasdq) unos a otros, reafirmando el mensaje de todos los Profetas de Allh, ya sean de aquellos que han recibido un Libro o no, puesto que no le est permitido a un Profeta desmentir o renegar del mensaje de otro Profeta, sea ste anterior o posterior.

    3) El tercer aspecto alude al solemne juramento por parte de todos los Pro-fetas, de creer y auxiliar al ltimo de los Profetas, nuestro amado seor Muhammad (SAAWS), obligacin que recae igualmente sobre los que pretenden seguir a estos Profetas. Por esta razn se ha mencionado a Muhammad (SAAWS) en cada una de las revelaciones anteriores, con el fin de que los que seguan a los Profetas anteriores creyeran tambin en su misin como parte fundamental de su propio credo, de modo que como deca el comentador de al-Fath al-Br, las Revelaciones anteriores no son completas si no es por medio y en relacin a la Revelacin muhammadiana que constituye su fin y su razn de ser.

    Cita at-Tabar este hadth de Al ibn Ab Tlib (KAW): Jams Allh Exaltado y enaltecido sea! ha suscitado a un Profeta, ya sea dam o todos los que vienen despus de l, sin tomar de l el pacto referente a Muhammad (SAAWS): [primero] que si est vivo cuando ste aparece, deber creer en l y auxiliarlo, y [segundo] que l mismo debe obtener tal juramento por parte de su comunidad. sta es tambin la opinin de Ibn Abbs, segn el cual los Profetas son testigos de este pacto sobre sus comunidades respectivas y Allh es testigo sobre los Profetas y sus comunidades.

    Contina at-Tabar su comentario: La razn de esta aleya es informar del Pacto de Allh con Sus Profetas para que se confirmen unos a otros, as como del pacto de los Profetas con sus comunidades respectivas. El pacto de los Profetas con aquellos que los siguen se conforma sobre el pacto de Allh con los Profetas es decir que se basa en la confirmacin de los Pro-fetas y Mensajeros de Allh y de lo que han trado con ellos , puesto que los Profetas (AS) han sido enviados a sus comunidades respectivas con este fin. Y nunca alguien que ha confirmado a los Mensajeros, pretender desmentir a un Profeta de Allh Exaltado y enaltecido sea! , ya que todas las prue-bas apuntan a lo contrario, en detrimento del siervo que no lo pretenda. Si algunas comunidades han podido desmentir y renegar de la profeca de algu-no de los Profetas de Allh, manteniendo sin embargo la creencia correcta en su propio Profeta, entonces sern juzgadas por ello.

    A esto se refiere otra aleya del Sagrado Corn en la que Allh Exaltado y enaltecido sea! dice:

    Aquellos que siguen al Mensajero, al Profeta Iletrado, al que ven mencionado en la Torh y en el Evangelio, que les ordena lo que est bien y les prohbe lo que est mal, les declara lcitas las cosas buenas e ilcitas las impuras, los libera de sus cargas y de las cadenas que sobre ellos pesaban; aquellos que crean en l, lo sostengan y auxi-

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    lien; aquellos que sigan la Luz que ha descendido con l; aquellos son los que prospe-ran (Cor 7:157)

    Encontramos pues a nuestro seor Muhammad (SAAWS) mencionado en todos los Libros Sagrados, donde aparece nombrado como Profeta Ile-trado, porque, dice Ibn Kathr, el iletrismo es una cualidad propia y especfi-ca de nuestro seor Muhammad (SAAWS), que no ha sido otorgada a ningn otro Profeta. Paradjicamente, aqu, el iletrismo es un signo de exce-lencia porque constituye la garanta de que el conocimiento de nuestro seor Muhammad (SAAWS) es en su totalidad de origen puramente divino e inspi-rado, y no humano y adquirido por los medios habituales de aprendizaje que implican siempre un margen de error y de equivocacin. Adems de esta ca-racterstica, hallamos tambin en todos los Libros Sagrados la descripcin de las cualidades, de la vida y de la Profeca de Muhammad (SAAWS), cosas que conocan todos los Exegetas y Sabios de las comunidades anteriores.

    A este respecto, at-Tabar relata la siguiente narracin de At ibn Yasr (RAA): Me encontr a Abd Allh ibn Amr y le pregunt: Dime cul es la descripcin que se hace del Mensajero de Allh (SAAWS) en la Torh. l dijo: De acuerdo. Te juro por Allh que ha sido descrito en la Torh con las mismas caractersticas con las que ha sido mencionado en el Sagrado Corn: Oh Profeta! Te hemos enviado como testigo, anunciador y amonestador2, y como refugio de los iletrados. Eres Mi Siervo y Mi Mensajero. Te he nom-brado al-Mutawakkil (el que pone su confianza en Allh), ya que no eres gro-sero, ni violento, ni gritas vulgarmente en los mercados... l no devuelve mal por mal, pero al contrario perdona y disculpa... Y no cogeremos su alma has-ta enderezar por l la comunidad corrompida, y que pronuncie sta: No hay Dios sino Dios. Por l abriremos los corazones de los distrados, los ojos de los invidentes y los odos de los sordos. Luego fui a ver a Kab con la mis-ma pregunta y me contest exactamente lo mismo, letra por letra, excepto alguna diferencia en su dialecto.

    Leemos tambin en el Musnad del Imm Ahmad (RAA) que un Beduino llev una vaca lechera a Medina despus de haber jurado lealtad al Profeta (SAAWS). Yendo a verlo para escuchar sus palabras, se lo encontr cami-nando junto a Ab Bakr y a Umar que Allh est complacido con ambos! , y los sigui hasta que se encontraron con un Judo que era copista de la Torh. Estaba el Judo recitando la Torh para fortalecer su alma ante la muerte de un hijo suyo que pareca ser uno de los jvenes ms bellos y her-mosos. Dijo el Mensajero de Allh (SAAWS): En el Nombre del que ha re-velado la Torh, te adjuro que me digas si encuentras mencionadas mis cualidades y mi aparicin en este Libro tuyo!. El Judo hizo un signo con la

    2 Ver Cor 33:45.

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    cabeza para decir que no. Entonces su hijo muerto resucit por un instante y dijo: Por el que ha revelado la Torh, s, encontramos mencionadas tus cua-lidades y tu aparicin en nuestro Libro y ciertamente atestiguo que no hay Dios sino Dios y que t eres el Mensajero de Allh. Dijo entonces el Profe-ta (SAAWS): Apartad al Judo de vuestro hermano [muerto]. Entonces se encarg de envolver al joven muerto con el sudario y de rezar la oracin mortuoria sobre l.

    ste no fue un caso aislado. Todas las revelaciones sin excepcin alguna anunciaron a nuestro seor Muhammad (SAAWS) de mltiples maneras, ya fuera por escrito o a travs de imgenes. Citaremos a ttulo de ejemplo los relatos de Hishm ibn al-ss al-Umaw3 y de ubayr ibn Mutim4 sobre los retratos de todos los Profetas que circulaban en varios lugares del Shm en la poca del Profeta (SAAWS). Entre estos retratos figuraba, segn estos ben-ditos Compaeros, la santa imagen de Muhammad ibn Abd Allh (SAAWS), siendo adems calificado de ltimo de los Profetas.

    La biografa (sra) del Profeta (SAAWS) tambin nos informa de que monjes cristianos esperaban la venida del ltimo Profeta. Una vez, cuando Muhammad (SAAWS) tena unos nueve aos, acompa a su to con una ca-ravana de mercaderes hasta Siria: En Bosra, cerca de una de las paradas donde la caravana mequ se detena siempre, exista una celda que haba sido habitada por un monje cristiano generacin tras generacin. Cuando uno mora otro ocupaba su lugar y heredaba todo lo que haba en la celda, inclui-dos algunos viejos manuscritos. Entre ellos, uno contena la profeca del ad-venimiento de un Profeta a los rabes, y Bahira, el monje que entonces viva en la celda, conoca el contenido de este libro.

    [] A menudo haba visto aproximarse la caravana mequ y hacer alto no lejos de su celda, pero cuando en esta ocasin apareci ante su vista, su atencin qued impresionada por algo que no se pareca a nada que hubiese visto con anterioridad: una pequea nube a baja altura avanzaba lentamente por encima de sus cabezas, de forma que siempre estaba interpuesta entre el sol y uno o dos de los viajeros. Con gran inters observ cmo se acercaban. Su atencin, de repente, se convirti en asombro porque en cuanto se detu-vieron, la nube dej de moverse y permaneci parada sobre el rbol bajo el que se haban cobijado, mientras que el mismo rbol bajaba sus ramas sobre

    3 Este relato ha sido transmitido en el Mustadrak de al-Hkim. Lo ms sorprendente es lo que se dice del origen de esta serie de retratos: dam (AS) pidi a su Seor que le hiciera ver a todos los Profetas que iba a engendrar. Entonces Allh hizo descender los retratos de todos los Profetas, que constituyeron uno de los tesoros de dam (AS). Permanecieron en Occidente hasta que se los llev de ah Dh-l-Qarnayn, quien se los entreg al Profeta Daniel. 4 Este relato ha sido transmitido por at-Tabarn.

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    ellos para que pudiesen disfrutar de doble sombra. Bahira saba que semejan-te portento, aun siendo modesto, encerraba un gran significado. Solo poda explicarse por una gran presencia espiritual e inmediatamente pens en el anhelado Profeta. Podra ser que por fin haba llegado y que se encontraba entre estos viajeros? Haca poco que la celda haba sido abastecida de provi-siones. Juntando pues todo lo que tena, envi un mensaje a la caravana: Hombres de Quraysh, he preparado alimentos para vosotros y me gustara que vinieseis conmigo todos, jvenes y viejos, esclavos y libres. Fueron pues a su celda, dejando a Muhammad (SAAWS) al cuidado de los camellos y del equipaje a pesar de lo que se les haba dicho.

    Cuando se acercaban, Bahira escudri sus rostros uno por uno. No pudo advertir nada que se correspondiese con la descripcin de su libro, ni pareca que hubiese entre ellos nadie que estuviera a la altura de la grandeza de los dos milagros. Quizs no haban venido todos. Hombres de Qu-raysh!, dijo, que ninguno de vosotros se quede en el campamento. Nadie se ha quedado atrs, respondieron, tan solo un muchacho, el ms joven de nosotros. No le tratis as, dijo Bahira, decidle que venga y que est pre-sente con nosotros en esta comida. Ab Tlib y los otros se reprocharon a s mismos su desconsideracin. Ciertamente tenemos la culpa, dijo uno de ellos, de que el hijo de Abd Allh se haya quedado atrs, no habindolo trado con nosotros para compartir este banquete. Fue a por l, lo abraz y lo trajo para que se sentase con los dems.

    Un solo vistazo a la cara del nio le bast a Bahira para tener la explica-cin de los milagros. Al observarlo atentamente durante la comida, advirti muchos rasgos tanto en la cara como en el cuerpo que concordaban con lo que figuraba en el libro.

    As, cuando terminaron de comer, el monje se dirigi a su joven invita-do y le pregunt acerca de su vida y de sus sueos, y sobre sus asuntos en general. Muhammad (SAAWS), por su parte, le habl con prontitud de todo esto porque el hombre era venerable y las preguntas corteses y benvolas. Tampoco vacil en quitarse el manto cuando el monje le rog si poda ver su espalda. Aun estando seguro, Bahira se sinti ahora doblemente convencido. All, entre los hombros, se encontraba la misma marca que esperaba ver: el Sello de la Profeca como describa su libro5, en el mismo lugar.

    Se volvi hacia Ab Tlib: Qu parentesco tiene este muchacho con-tigo?. Es mi hijo, contest Ab Tlib. No es tu hijo, dijo el monje: No puede ser que el padre de este chico est vivo. Es el hijo de mi hermano,

    5 Este Sello, una suerte de protuberancia de la talla y forma de un huevo entre los dos hombros, es el signo corpreo de que Muhammad (SAAWS) es el ltimo Profeta, el que cierra el ciclo de las Revelaciones.

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    dijo Ab Tlib. Entonces, qu hay de su padre?, pregunt el monje. Mu-ri, dijo el otro, cuando el nio todava estaba en el vientre de su madre. sa es la verdad, dijo Bahira. Llvate a vuestro pas al hijo de tu hermano y gurdalo de los Judos porque por Dios, si lo ven y saben de l lo que yo s, tramarn el mal contra l. Grandes cosas aguardan a este sobrino tuyo.6.

    Volvamos ahora al cuarto aspecto de la aleya del Pacto de los Profetas (Cor 3:81):

    4) Prosigue at-Tabar su tafsr diciendo que el cuarto aspecto del pacto es, segn al-Hasan, la aceptacin sin querella de que el ltimo de los Profetas ser en realidad el primero porque el Islam, al ser la ltima tradicin, coin-cide con el final de la Revelacin, o ms bien, con su finalidad o razn de ser y pasa entonces a identificarse con su Principio, de modo que lo ltimo en el orden manifestado es en realidad lo primero en el orden principial.

    Segn el Imm Ahmad, ha dicho el Profeta (SAAWS): He sido el prime-ro en ser creado y el ltimo en ser enviado. Y ha dicho igualmente, segn at-Tirmidh: Yo era Profeta cuando dam se encontraba an entre el espri-tu y el cuerpo, y en otra versin entre el agua y la arcilla, identificndose de este modo con el principio mismo de la Profeca, del que proceden todos los Profetas y todas las formas tradicionales.

    Por esta razn, en otra aleya que hace referencia al Pacto de Allh con los Profetas (AS), se menciona en primer lugar a nuestro seor Muhammad (SAAWS) que es sin embargo el ltimo Mensajero en ser enviado:

    Y cuando tomamos un pacto con los Profetas contigo, con Nh, con Ibrhm, con Ms y con s, hijo de Maryam un pacto solemne, para interrogar a los sinceros sobre su sinceridad. Y se ha preparado para los infieles un castigo doloroso (Cor 33:7-8)

    Dice Ibn Kathr que Allh ha empezado por la mencin del ltimo para subrayar su posicin eminente y hegemnica, y que luego ha procedido a nombrar a los Profetas segn el orden cronolgico. Y ha dicho Ab Hurayra (RAA): Los mejores de los hijos de dam son cinco: Nh, Ibrhm, Ms, s y Muhammad (AS). Y el mejor de todos ellos es Muhammad (SAAWS).

    Y segn al-Qurtub, el Pacto de los Profetas consiste en creer que Muhammad (SAAWS) es el Mensajero de Allh y el ltimo Profeta, que no hay ningn Profeta despus de l, y que es el Sello de los Profetas.

    El Sello es pues la ltima manifestacin de un orden de realidad y se iden-tifica con la esencia y el principio de esa realidad, de manera que sintetiza, re-copila, recapitula y resume todo lo que ha sido manifestado anteriormente y que no era sino una manifestacin parcial e incompleta del mismo principio.

    6 Muhammad, Martin Lings, Cap. 10.

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    Por esta razn encontramos en la biografa del Profeta (SAAWS) nume-rosos ejemplos en los que exhibe un conocimiento inspirado de todas las Leyes Sagradas anteriores, demostrando as que la sabidura del Islam encie-rra las sabiduras de todos los otros Profetas y se identifica con la esencia universal de la Ciencia Sagrada, fuente de la que manan todas las tradiciones y depsito al que vuelven una vez que se han vuelto obsoletas.

    Cuenta el Imm Ahmad en su Musnad, que el Mensajero de Allh (SAAWS) se encontr con Ad ibn Htim y le dijo: Oh Ad, hazte mu-sulmn y te salvars!. ste le contest: Pero si yo ya tengo religin!. El Profeta (SAAWS) le respondi: Yo conozco tu religin mejor que t. Y Ad repiti sorprendido: T conoces mi religin mejor que yo?. Dijo: S. Acaso no eres Raks7 y sin embargo te embolsas el botn de tu pueblo?. Efectivamente, dijo Ad. Y el Profeta (SAAWS) contest: Pero esto no te est permitido en tu religin!. Sorprendido por el conocimiento revelado que posea el Profeta (SAAWS) sobre su propia tradicin, Ad ibn Hrith re-conoci la Profeca de nuestro seor Muhammad (SAAWS) y se hizo mu-sulmn.

    Cabe recalcar que la respuesta de Ad, que puede resumirse en la idea de que para salvarse simplemente hay que tener una religin, sea cual sea, es la correcta en el mundo tradicional pre-islmico, en el que todas las tradiciones son vlidas. Pero el Profeta Muhammad (SAAWS), en virtud de su autoridad como ltimo Profeta, le exige que cambie su visin y se site en un mundo tradicional en el que se ha manifestado el Sello de la Profeca que abroga to-das las otras tradiciones sin excepcin. Este cambio es el que los Perennialis-tas niegan y rechazan, ignorando la naturaleza del Sello.

    Adems de contener en su seno todo lo que ha sido revelado con ante-rioridad, el Sello revela en su perfeccin y plenitud el principio de todas estas manifestaciones anteriores, pasando a identificarse completamente con ste. De ah la excelencia de lo ltimo. Por eso dice Allh en el Sagrado Corn:

    Sois la mejor comunidad existenciada para los hombres (Cor 3:110) La excelencia de la comunidad de Muhammad (SAAWS) se funda, como

    dice el Tafsr de al-allayn, sobre la excelencia de su conocimiento de Allh, y proviene, como explica at-Tabar, del estatuto conclusivo y terminal del Is-lam. Ha dicho el Profeta (SAAWS) en este sentido: El Da de la Resurrec-cin seremos la septuagsima comunidad. Seremos la ltima y la mejor.

    Ciertos Perennialistas han querido criticar esta doctrina del Sello cali-ficndola de vulgar evolucionismo espiritual incompatible con la visin tradicional de la Historia. Como es sabido, la Historia sigue una marcha des-

    7 Segn Ibn al-Arab se trata de un madhhab de la tradicin cristiana.

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    cendente: parte de la mejor situacin, que corresponde al estado admico, para luego pasar a travs de una serie de estados cada vez peores, hasta llegar a la degeneracin total. Las fuentes islmicas no hacen sino confirmar este aspecto involutivo de la Historia, como por ejemplo cuando dice Allh en el Sagrado Corn:

    Hemos creado al hombre en la mejor disposicin. Luego lo hemos hecho descender has-ta el grado ms inferior (Cor 95:4-5)

    Esto es cierto tanto para la vida del hombre individual, que es creado en la fuerza de la juventud y luego es abandonado a la decrepitud de la vejez, como para la Creacin entera, ya que al-Bujr ha transmitido este hadth del Profeta Muhammad (SAAWS): Ninguna poca viene a vosotros sin que la siguiente no sea peor, y ello hasta que os encontris con vuestro Seor.

    Aqu se describe el curso general de la Historia y no el grado espiritual de las comunidades tradicionales que va en crescendo hasta que culmina en la ma-nifestacin sinttica y universal del Sello. Prueba de ello es la distincin que se establece entre Profeta (Nab) y Mensajero (Rasl), siendo este ltimo su-perior al primero, aunque los dos entran dentro de la categora general de Profeta. Entre los Profetas, hay algunos que son Mensajeros, es decir que tienen como misin la institucin de una forma tradicional, y otros que no tienen esta funcin. Se puede decir que todo Mensajero es Profeta, pero no que todo Profeta es Mensajero. Segn el conocido hadth, existen 124.000 Profetas, de los cuales 313 son Mensajeros8.

    El ciclo de la Profeca fue inaugurado por nuestro padre dam (AS), quien fue Profeta y no Mensajero. El primer Mensajero fue nuestro seor Nh (AS). Pero entre los Mensajeros, hay cinco que son llamados los Dota-dos de Resolucin (l-l-Azm), segn esta aleya cornica:

    Ten pues paciencia como la tuvieron los Dotados de Resolucin de entre los Mensa-jeros (Cor 46:35)

    8 Transmitido por Ibn Maradawiyya e Ibn Kathir en sus comentarios de la aleya 4:164 y autentificado por Ibn Hibbn en su libro al-Anw wa at-Taqsm. Se trata pues de un hadth sahh: Pregunt Ab Dharr: Oh Mensajero de Allh! Cul es el nmero de Profetas?. Dijo el Profeta (SAAWS): Ciento veinticuatro mil (124.000). Pregunt entonces Ab Dharr: Y cuntos de stos son Mensajeros?. Le dijo: Trescientos trece (313). Toda una multitud. Pregunt: Oh Mensajero de Allh! Quin fue el primero?. Contest: dam. Pregunt: Oh Mensajero de Allh! Fue un Profeta misionado?. Dijo: S. Allh lo cre con Su mano, luego insufl de Su espritu en l e hizo de l distintos pueblos. Oh Ab Dharr! Cuatro Profetas hablaban la lengua primordial (suryniyya): dam, Shth, Nh y Henoch, que es Idrs, quien fue el primero en escribir. Cuatro Profetas eran rabes: Hd, Slih, Shuayb y tu Profeta. Oh Ab Dharr! El primer Profeta de los Hijos de Israel fue Ms y el ltimo s. El primer Profeta fue dam y el ltimo es tu Profeta.

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    stos son los ms grandes de todos los Mensajeros, de modo que pode-mos decir de nuevo que todo Dotado de Resolucin es un Mensajero, pero no todo Mensajero es un Dotado de Resolucin. Estos cinco l-l-Azm son nuestros seores Nh, Ibrhm, Ms, s y Muhammad (AS).

    Como se puede observar, la clasificacin jerrquica de los Profetas sigue tambin un orden cronolgico: dam (AS) es Profeta pero no Mensajero; Nh (AS) es Profeta, Mensajero y de entre los l-l-Azm; y finalmente, Muhammad es Profeta, Mensajero dotado de Resolucin y adems Sello de los Profetas, que Allh derrame abundantemente Su Gracia y Su Paz sobre el ltimo Mensajero, el mejor de todos ellos, nuestro seor, gua e intercesor Muhammad!

    Cabe aadir que tres de los Profetas Dotados de Resolucin pertenecen al grupo de los ltimos Profetas enviados a la humanidad: Ms, s y Muhammad (AS), lo que demuestra que la jerarqua de los grados espirituales de los Profetas y de sus comunidades respectivas, cuando es considerada de manera cronolgica, sigue una tendencia ascendente y no descendente como el curso general de la Historia.

    A pesar de esta marcha ascendente, no podemos calificar esta visin de evolucionista por las siguientes razones:

    1) Al hablar de evolucin, se supone que se parte de un estado imperfecto y rudimentario que da paso a una serie de etapas intermediarias a travs de las cuales se opera una mejora, para alcanzar luego la perfeccin en las ltimas fases de desarrollo. Pero esta visin no puede aplicarse a la reli-gin porque todas las revelaciones son perfectas desde el principio, en el sentido en que se adecuan perfectamente a la finalidad para la que han sido creadas: la salvacin (an-na) y el conocimiento divino (al-marifa bi-Llh). Desde esta perspectiva, la tradicin de dam (AS) es tan perfecta como la tradicin de Muhammad (SAAWS). Pero hay ms: lo primordial como tal posee cierta excelencia, como puede constatarse en el hecho de que sayyidn dam (AS), el primer ser humano, fue Profeta, o en el hecho de que el primer Mensajero, sayyidn Nh (AS), fue tambin de entre los l-l-Azm. Pero si lo primordial posee una excelencia relativa, lo ltimo posee la excelencia en modo absoluto.

    2) La evolucin supone un proceso intrnseco, continuo e indefinido, as-pectos que no se aplican al Ciclo de la Revelacin. Las Revelaciones son enviadas por Allh a los Profetas y stos no participan en nada en su ela-boracin. Si stas evolucionaran, tendramos que decir que la verdad evoluciona y que por tanto Allh tambin evoluciona, lo que es absurdo. Por otra parte, no hay continuidad entre las diferentes Revelaciones en-viadas a distintos Profetas que, aunque se confirman unos a otros, no de-

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    jan de abrogarse entre ellos. Por ltimo, el ciclo de la Revelacin no es un proceso indefinido, sino que al igual que tiene un comienzo bien deter-minado, tambin tiene un final bien determinado que corresponde a la manifestacin del Sello.

    Se entiende pues por qu la doctrina del Sello no puede ser asimilada en modo alguno a un evolucionismo espiritual, teora que conduce inevita-blemente a la infidelidad (kufr), contrariamente a la doctrina tradicional del Sello, que afirma nicamente la excelencia de lo ltimo. Y lo ltimo es el Is-lam, la tradicin del Profeta Muhammad (SAAWS).

    Dice Allh Exaltado y enaltecido sea! en el Sagrado Corn:

    Y seguid la mejor revelacin que ha sido descendida de parte de vuestro Seor (Cor 39:55)

    Segn el comentario de al-Qurtub a esta aleya, la orden de Allh aqu mencionada de seguir la mejor revelacin se refiere al Islam, y ms particu-larmente al Sagrado Corn, ordenando as que se respeten las prescripciones y las prohibiciones que en l se enuncian. Allh ha revelado numerosos Li-bros Sagrados, entre los cuales figuran la Torh, los Evangelios, los Salmos, etc. Finalmente ha revelado el Corn, que es el mejor de todos los Libros Sa-grados, puesto que constituye por su inimitabilidad un milagro insuperable. La esencia del Noble Corn es la ciencia total e integral que sintetiza y con-tiene todos los Libros anteriores, por lo que al mismo tiempo los abroga to-dos suprimiendo su vigencia y legitimidad. stos se vuelven entonces obsoletos y caducos, lo que no significa sin embargo que sean falsos en s mismos.

    La abrogacin de todas las tradiciones no es sino una consecuencia del estatuto conclusivo y terminal del Islam por el que ste se manifiesta como Sello de las Revelaciones, pasando a identificarse esencialmente con el prin-cipio de la Profeca. As se entiende que la doctrina de la abrogacin (nasj) est subordinada a la doctrina del Sello. Dice Allh Exaltado y enaltecido sea! en el Sagrado Corn:

    Si abrogamos un Signo o provocamos su olvido, aportamos otro mejor o semejante. Acaso no sabes que Allh es omnipotente? (Cor 2:106)

    Desde el inicio del mundo, Allh ha enviado a la humanidad un gran nmero de Profetas por los que transmita Su Mensaje. Cada Profeta comu-nicaba a su comunidad una Ley particular, de modo que de generacin en generacin se fueron sucediendo comunidades y Leyes Reveladas. Estas co-munidades iban apareciendo, creciendo, decreciendo y desapareciendo. Cuando una forma tradicional desapareca, Allh aportaba otra mejor. Pero como el Islam es la ltima revelacin y no viene despus de l ninguna reve-

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    lacin que pueda abrogarlo, entonces hay que entender que es la mejor reve-lacin, la que abroga todas las otras tradiciones y perdurar hasta que se le-vante la Hora del Fin.

    Una vez que ha aparecido la razn de ser de todas las tradiciones, que ha aparecido plenamente el Principio mismo que stas manifiestan en modo parcial, a partir de entonces pues, estas tradiciones ya no tienen razn de ser y quedan abrogadas. Cuando aparece el Rey, los Ministros deben cederle el puesto en el que permanecan mientras estaba ausente: la manifestacin en modo absoluto del Principio mismo de un orden de realidad, implica la ex-clusividad de esta manifestacin en ese orden, de manera que no puede divi-dirse ni partirse en diferentes soportes de manifestacin. ste es el fundamento metafsico de la abrogacin de todas las formas tradicionales por el Islam.

    Allh ha tomado el Pacto de los Profetas y stos de sus propias comuni-dades para que, cuando se manifieste nuestro seor Muhammad (SAAWS) como Sello de los Profetas, todo aqul que est vivo, sea cual sea su tradi-cin, crea en l, confirme su misin, lo siga y lo asista. Como el Islam mani-fiesta en su plenitud el Principio de toda tradicin, como revela la esencia intemporal de toda tradicin, no se puede entender el hecho de abandonar una tradicin por el Islam como una traicin, una ingratitud, una deslealtad o una conversin a una tradicin distinta. Al contrario, el que no se hace mu-sulmn despus de la manifestacin del ltimo Profeta (SAAWS) est trai-cionando su propia tradicin y el pacto que hizo con su Profeta, y precisamente por esto ser condenado. Hacindose musulmn, estar pro-fundizando su propia conciencia tradicional para encontrar la fuente de la que mana toda forma tradicional. Dijo el Profeta (SAAWS): Si Ms volvie-ra hoy en da, no tendra ms remedio que seguirme.

    Quin tiene ms derecho a ser seguido: quien gua hacia la Verdad o quien gua solo si a su vez es guiado? Pero qu os pasa? Qu manera de juzgar es sa? (Cor 10:35)

    A partir de la aparicin del Islam, todas las tradiciones quedan abrogadas, de modo que todo aqul que pretende seguir la tradicin de un Profeta, debe seguir el Islam so pena de traicionar el pacto que ha hecho con su Profeta y que su Profeta ha hecho con Allh.

    Dicho esto, hay que evitar caer en dos errores en cuanto a la interpreta-cin del estatuto abrogatorio del Islam:

    1) En primer lugar, el hecho de que todas las tradiciones quedan abrogadas, no implica que stas sean falsas en s mismas lo que sera contrario a la ortodoxia islmica , sino ms bien que han dejado de ser vlidas y leg-timas a partir de la revelacin del Islam.

    2) En segundo lugar, la abrogacin tampoco significa que todas las tradi-

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    ciones desaparecern simplemente de la faz de la tierra de la noche a la maana. Pese a que ya no son vlidas, las tradiciones seguirn existiendo hasta que venga nuestro seor s (AS). Dice al-Qurtub: Esto no signi-fica que desaparecen automticamente las tradiciones, sino ms bien que los Musulmanes tendrn supremaca y sern vencedores. Sin embargo, al final de los tiempos, no quedar otra tradicin fuera del Islam. Y dice Muhid: Esto suceder cuando descienda s (AS). Entonces no que-dar sobre la faz de la tierra ninguna tradicin, excepto el Islam. Y dijo Ab Hurayra: Entonces no quedar ni un infiel9 que no se haga mu-sulmn. En ese momento desaparecern todas las formas tradicionales del mundo, excepto la forma islmica. Segn at-Tabar, sta es la opinin de Ab Hurayra y de Ab afar, y aade que Allh ha enviado a nuestro seor Muhammad (SAAWS) para invalidar con l todas las otras tradi-ciones hasta que no quede ninguna excepto la suya, lo que ocurrir efec-tivamente cuando descienda s ibn Maryam (AS) y mate al Anticristo (Dal). Entonces eliminar todas las tradiciones, excepto la Religin de Allh con la que Muhammad (SAAWS) ha sido suscitado. Entonces el Is-lam suplantar todas las tradiciones.

    La revelacin del Islam abroga e invalida todas las tradiciones, aunque stas no desaparezcan de la faz de la tierra de la noche a la maana. Sin em-bargo, como se ven privadas de vida y de sustento espiritual, ya no constitu-yen medios aptos para la salvacin o la realizacin espiritual. En otras palabras, se han vuelto inoperativas e ineficaces.

    Por ello, desde la revelacin islmica y a lo largo de los siglos, todas las tradiciones fuera del Islam han ido degenerando en muchos aspectos, apa-rentes o no aparentes, hasta el da de hoy en que su estado es realmente la-mentable. Evidentemente, con el paso del tiempo, la degeneracin ha ido en aumento, hacindose tambin cada vez ms visible, lo que constituye por lo dems una prueba de la excelencia y superioridad sin pares del Islam, cuya naturaleza de Sello le impide degenerar.

    En la letra misma de la revelacin islmica encontramos la afirmacin ca-tegrica de la excelencia y de la superioridad indiscutibles del Islam sobre todas las otras tradiciones, reiterada en tres ocasiones en trminos idnticos:

    Es l Quien ha enviado a Su Mensajero con la Gua y la Religin de la Verdad pa-ra que prevalezca sobre toda religin (Cor 9:33; Cor 48:28; Cor 61:9)

    En su Tafsr, Ibn Kathr comenta estas aleyas indicando que la Gua y la Religin de la Verdad remiten a los dos aspectos esenciales de toda Revela- 9 De aquellos que siguen una tradicin revelada abrogada, de modo que solo quedarn dos bandos: los Musulmanes y los que no siguen absolutamente ninguna religin reve-lada aunque sea abrogada y alterada.

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    cin: conocimiento y accin. El primero se refiere a lo que ha trado con l el Mensajero de Allh (SAAWS) en cuanto a revelaciones verdicas, fe verda-dera y ciencia til. El segundo corresponde a las reglas de accin, vlidas y tiles para esta vida y la otra. Y afirma Ibn Kathr, a propsito de los dife-rentes aspectos de la Revelacin: La ciencia revelada es la Verdad. El acto legal segn la revelacin es aceptado, puesto que sus indicaciones son ciertas y sus instituciones justas.

    Por su parte, al-Qurtub explica que lo que hay que entender con la afirmacin de que el Islam prevalecer sobre el conjunto de todas las tradi-ciones, es que las abroga: sta es la tradicin que el Mensajero de Allh (SAAWS) ha difundido primero por medio de la demostracin y luego con la mano y la espada; sta es la tradicin que ha abrogado todas las otras tradiciones.

    Adems de enfatizar sobre el aspecto abrogatorio del Islam, at-Tabar y al-Qurtub recuerdan otra consecuencia de su estatuto de Sello de la Revela-cin, presentando otra lectura autorizada de la misma triple aleya del Sagrado Corn que hemos mencionado (Cor 9:33; Cor 48:28; Cor 61:9).

    Parafrasea as at-Tabar esta aleya: Es l Quien ha enviado a Su Mensa-jero con la Gua y la Religin de la Verdad para revelarle y hacerle conocer todas las tradiciones. Al ser el Sello de las Revelaciones, el Islam se identifi-ca con el Principio y la Esencia de toda tradicin, de modo que recopila y sintetiza en su seno el conjunto de las tradiciones anteriores, encerrando en s las Sabiduras de todos los Profetas para alcanzar un grado universal.

    Y parafrasea Ibn Abbs: Para que Allh revele a Su Mensajero la esen-cia de la Religin en su totalidad, y drsela a l completamente, sin que se le esconda nada de ella. Y dice al-Qurtub: Tambin se ha dicho: La expre-sin para que prevalezca significa: para que Muhammad (SAAWS) sea ins-truido sobre todas las tradiciones hasta el punto de que las conozca perfectamente, realizando adems el conocimiento de todos los aspectos que implican la invalidez y la nulidad (butln) de stas, como aquello que se ha al-terado y tergiversado de ellas.

    La universalidad del Islam tiene pues dos aspectos:

    1) El primero, como ya hemos visto con el ejemplo del raks Ad ibn Htim, radica en que el Profeta (SAAWS) y todos los que heredan su ciencia posee efectivamente el conocimiento inspirado de todas las tra-diciones y de todas las Leyes, en la medida en que su sabidura es univer-sal y encierra toda sabidura.

    2) El segundo aspecto deriva directamente de la abrogacin de todas las tra-diciones: si stas dejan de ser vlidas porque aparece el Islam, entonces el Profeta (SAAWS) debe ser enviado a toda la humanidad sin distincin.

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    De ah el alcance universal del Islam:

    No te hemos enviado sino a la humanidad entera, como anunciador y amonestador. Pero la mayora de los hombres lo ignora (Cor 34:28)

    El Profeta Muhammad (SAAWS) ha sido enviado al conjunto del gnero humano sin excepcin, ya sean rabes o no-rabes, ya sean Blancos, Rojos o Negros. En efecto, ha dicho el Profeta (SAAWS): He sido suscitado para toda la humanidad en modo universal, e igualmente: [Tambin] he sido suscitado para los Negros y los Rojos10.

    Allh ha elegido a nuestro seor Muhammad (SAAWS) para transmitirle un mensaje universal destinado a todos los hombres sin excepcin ni distincin:

    Di: Oh Hombres! Ciertamente yo soy el Mensajero de Allh enviado a todos voso-tros, de parte de Aqul a Quien pertenece el Reino de los cielos y de la tierra. No hay ms dios que l. l da la vida y da la muerte. Creed, pues, en Allh y en Su Mensajero, el Profeta Iletrado que cree en Allh y en Sus Palabras! Y seguidlo! Quizs as seis bien dirigidos (Cor 7:158)

    Como hemos visto, para Ibn Kathr, el Profeta Iletrado no es sino nues-tro seor Muhammad (SAAWS) que ha sido enviado a toda la humanidad. Allh ha ordenado a los hombres que crean en l, lo sigan y recorran su ca-mino. El Profeta (SAAWS) ha sido mencionado y anunciado en los Libros Sagrados anteriores con el mismo atributo de iletrado y ha confirmado sus palabras con sus actos, creyendo en lo que Allh ha revelado.

    Por su parte, at-Tabar comenta esta aleya subrayando el hecho de que el Profeta (SAAWS) ha sido enviado a todos los hombres sin excepcin y no a algunos de ellos excluyendo a otros, como ocurra antes de la revelacin uni-versal del Islam. En efecto, anteriormente, los Profetas eran enviados a un pueblo en particular, a exclusin de los otros. Como ha dicho el Profeta (SAAWS): He sido enviado a toda la humanidad en modo universal, y los que han sido enviados antes de m, han sido enviados nicamente a sus pue-blos respectivos. Y como ha dicho Allh en Su Sagrado Libro:

    Y no enviamos a ningn Mensajero si no es con la lengua de su pueblo, para que les explique [el mensaje] con claridad. Allh extrava a quien l quiere y dirige a quien l quiere. l es Poderoso y Sabio (Cor 14:4)

    10 Segn el Islam, existen tres razas y no cuatro como pretende Ren Gunon , a las que se atribuyen de manera simblica los siguientes colores: blanco, rojo y negro. Estas razas provienen respectivamente de los hijos de Nh: Sm, Yfith y Hm. Segn esta clasificacin, los rabes, y todos los Semitas, son de raza blanca, mientras que los Eu-ropeos, hijos de Yfith, son de raza roja. Con este hadth, nuestro seor Muhammad (SAAWS) manifiesta que su misin no solo concierne a los Semitas (o a los rabes, como piensan muchos en Occidente), sino a todos los hombres, sea cual sea su raza.

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    Afirma Ibn Kathr en su tafsr que la universalidad del Islam con la que Allh Exaltado y enaltecido sea! ha distinguido y engrandecido a nuestro seor Muhammad (SAAWS), es la consecuencia directa de su estatuto de Se-llo de los Profetas (SAAWS). Ha sido enviado a todos los hombres sin ex-cepcin para aportarles una tradicin universal, en lugar de la multiplicidad de tradiciones particulares que practicaban ellos por separado. Y para que se produzca esta situacin, necesariamente el Islam debe haber abrogado todas las tradiciones.

    Con la aparicin del Sello que implica la manifestacin ntegra y total del Principio de un orden de realidad, las manifestaciones anteriores de este Principio, que no son sino parciales y fragmentarias, dejan de tener su razn de ser. Y como el Islam, que es el Sello de la Profeca, manifiesta en modo absoluto el Principio mismo de la Profeca con el que pasa entonces a identi-ficarse esencialmente, quedan abrogadas todas las tradiciones anteriores al Islam, tradiciones que haban sido dirigidas a un pueblo en particular sin que ninguna de ellas tuviera un alcance universal.

    La superioridad y hegemona del Islam sobre todas las tradiciones que-dan demostradas por el hecho de que al trmino del viaje nocturno (isr), el Mensajero de Allh (SAAWS) dirigi la oracin de todos los Profetas con-gregados en la santsima tierra de Jerusaln (al-Quds), desde donde tom su punto de partida para elevarse hacia su Seor a travs de los siete cielos en su ascensin nocturna (mir). El Profeta Muhammad (SAAWS) es el Imm de los Profetas (AS) porque se identifica con el Principio mismo de la Pro-feca. l es la Profeca. Toda Profeca es la Profeca de Muhammad (SAAWS). Y solo atribuimos la Profeca a otro Profeta en el sentido en que ste es su sustituto en el mundo sensible, tanto que Muhammad (SAAWS) an no se ha manifestado en su forma corprea.

    As pues, la salvacin est nicamente en creer y seguir al Mensajero de Allh, el Sello de los Profetas, el primero en ser creado y el ltimo en ser en-viado, el que abre lo que estaba sellado y el que cierra lo que precede, el que hace triunfar la Verdad con la Verdad, el Gua hacia el Camino Recto, que Allh derrame abundantemente sobre l y su Familia Sus Bendiciones, Su Paz y Su Misericordia, segn el verdadero valor y la medida inmensa que le corresponden!

    Por otra parte, la universalidad de la misin proftica de nuestro seor Muhammad (SAAWS) implica la obligacin imperiosa para todo ser huma-no, sea cual sea su raza o religin, de creer en l, seguirlo y practicar la reli-gin que ha trado con l, so pena de condenarse a s mismo al fuego eterno del Infierno.

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    Segn el tratado al-Waraqt del Imm al-uwayn (RAA)11 sobre la ciencia de los fundamentos del derecho (usl al-fiqh), la obligatoriedad (al-wib) se de-fine como aquello por lo que se obtiene una recompensa si es hecho y un castigo si no es hecho. Por lo tanto, si se niega el castigo para aquellos que rechazan el Islam, tal y como hacen los Perennialistas, se est negando la obli-gatoriedad para todo ser humano de hacerse musulmn, y por ende se niega tambin la universalidad de la misin proftica de Muhammad (SAAWS).

    En el Sahh de Muslim, encontramos este hadth esencial de rigurosa au-tenticidad: Por Aqul que tiene el alma de Muhammad en Su mano! Toda persona de esta comunidad, todo Judo y todo Cristiano que me escucha y muere sin haber credo en lo que he trado conmigo, ser de los Compaeros del Fuego.

    En otras palabras: todo aqul al que le llegue el mensaje del Islam ade-cuadamente transmitido y no crea en l, ser condenado al suplicio eterno.

    Muslim ha integrado este hadth en el captulo de la Fe (mn), en la sec-cin: De la obligacin de creer en la misin proftica (risla) de nuestro Profeta Muhammad (SAAWS) as como en la abrogacin (nasj) de las otras tradiciones por la suya. La creencia en la universalidad de la misin profti-ca de Muhammad (SAAWS) y la creencia en la abrogacin de todas las tradi-ciones por el Islam constituyen pues dos artculos de fe obligatorios. Y adems de estar vinculados entre s, ambos derivan directamente de la esen-cia del Islam, es decir de su estatuto de Sello.

    Por eso el gran Shayj egipcio del siglo XVI Sd Ibrhm al-Laqqn al-Mlik (RAA) escribe en su obra versificada sobre teologa islmica ortodoxa (aqda ashariyya) intitulada awharatu-t-Tawhd (La Esencia de la Unicidad)12:

    69 . * 70 . *

    71 . * 11 Llamado el Imm de las dos Mezquitas sagradas de Meca y Medina (imm al-haramayn), el Imm al-uwayn fue un gran sabio shfi del siglo XI. Es conocido por ser el maestro del Imm al-Ghazl (RAA). 12 awharatu-t-Tawhd, versculos 69 a 71.

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    69. [El Profeta] ha sido escogido como la mejor creacin y Allh ha completado con l la profeca toda, dando una dimensin universal

    70. a su misin, por lo que su Ley no ser abrogada por otra hasta que pasen todos los siglos.

    71. Y la abrogacin de todas las Leyes es efectiva, sin duda alguna. Que Allh envilezca a quien lo niegue!.

    En el comentario tradicional de estos versos escrito por el Shayj al-Bayr (RAA), leemos: Nuestro Seor ha sellado con l (SAAWS) la serie de todos los Profetas. [] Esto no contradice el hecho de que sayyidn s (AS) descender al final de los tiempos, porque cuando lo haga, juzgar con la Ley de nuestro Profeta (SAAWS) y lo seguir. [] Es necesario confirmar (tahqq) que el Profeta (SAAWS) ha sido enviado a todos los otros Profetas (AS) y a todas las comunidades anteriores, en el sentido en que fue enviado en el mundo de los espritus. Efectivamente, su espritu ha sido creado antes que todos los espritus y Allh lo ha enviado a todos los otros espritus que as lo han recibido. Por lo tanto, los Profetas solo son sus sustitutos (nawwb) en el mundo corpreo. En realidad, el Profeta (SAAWS) ha sido enviado a toda la humanidad, desde dam (AS) hasta el Da de la Resurreccin, e in-cluso ha sido enviado a s mismo. La prueba de que todo el mundo est so-metido a su autoridad es su palabra [transmitida por al-Bujr y Muslim a partir de bir ibn Abd Allh (RAA)]: He sido enviado a toda la humani-dad, as como la palabra de Allh el Altsimo:

    Y no te hemos enviado sino a todos los hombres (Cor 34:28) Por lo tanto, quien niegue la universalidad de la misin proftica de

    Muhammad (SAAWS) es un infiel (fa-man naf umma bathatihi fa-qad kafara). Y sta es la refutacin de la secta juda isawiyya que pretende que la misin del Profeta (SAAWS) est circunscrita al pueblo rabe. [] La universalidad de la profeca de Muhammad (SAAWS) es efectiva tanto en su poca como despus de l, y hasta podemos decir, segn lo expuesto anteriormente, antes de l. [] Cuando entiendes que l es el Sello de los Profetas, entiendes tambin que su misin es universal y que por lo tanto no puede ser abrogada por otra, ya sea total o parcialmente. [] Su Ley (SAAWS) ha abrogado las Leyes de todos los Profetas y sta es una necesidad absoluta (mutahattam), [] a la que se refiere la palabra de Allh el Altsimo:

    Y quien desee otra tradicin que no sea el Islam, no ser aceptado nada de l y en la otra vida ser de los perdedores (Cor 3:85)

    Del mismo modo, nos han llegado muchos ahdith ampliamente transmi-tidos que estipulan lo mismo. La abrogacin de todas las Leyes por su Ley (SAAWS) es un hecho establecido por transmisin directa y por el consenso

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    de todos los Musulmanes (bi-imi-l-muslimn), contrariamente a lo que piensan Judos y Cristianos, al pretender que la Ley del Profeta (SAAWS) no abroga ninguna Ley proftica anterior. [] [Por eso al-Laqqn pide a Allh] que envi-lezca a quien niega la abrogacin de toda Ley por su Ley (SAAWS)13.

    Hay que entender pues que la creencia en la universalidad de la misin proftica de Muhammad (SAAWS) y en la abrogacin de todas las tradiciones es de una importancia fundamental porque deriva directamente de la esencia del Islam como Sello de las Revelaciones. Forma parte de esas creencias de la religin que deben ser necesariamente conocidas (al-malm bi-dh-dharra min ad-dn), porque definen el Islam como tal. Y en la medida en que se trata de un punto de fe obligatorio y fundamental, se entiende que quien no profesa estas creencias, no puede ser considerado realmente como musulmn.

    Por eso ha dicho el gran sabio sirio shfi del siglo XIII, el Imm an-Nawaw (RAA): Quien no crea que alguien que sigue otra religin fuera del Islam (como los Cristianos) es un infiel, duda de que esta persona sea un in-fiel o considera que su tradicin es vlida, es l mismo un infiel (kfir), aun-que manifieste exteriormente el Islam y crea en l14.

    .

    Quien no cree en la abrogacin de todas las tradiciones por el Islam no puede creer verdaderamente en el Islam, porque la revelacin islmica, en su esencia, se caracteriza por ser el Sello de las Revelaciones que manifiesta el Principio mismo de la Revelacin, de modo que todas las otras tradiciones han dejado de tener su razn de ser, perdiendo entonces validez y legitimidad. La consecuencia de ello es que la misin proftica de nuestro seor Muhammad (SAAWS) debe tener un alcance universal, siendo su tradicin obligatoria para todo ser humano, sea cual sea su raza, sea cual sea su religin.

    Y ha dicho el gran jurista egipcio hanbal del siglo XVII, Sd Mansr ibn Ynus al-Baht (RAA): Quien crea que las Iglesias son las Casas de Allh 13 Hshiyatu al-Bayr al awharati-t-Tawhd. 14 Rawdha at-tlibn, 10.70. Tambin es el juicio de las tres otras escuelas jurdicas: Hanaf (Ibn bidn: Radd al-muhtar 3.287), Mlik (ad-Dardr: al-Sharh as-saghr, 4.435) y Hanbal (al-Bahut: Kashshaf al-qina, 6.170). Ver el artculo del Shayj Nh H Mm Keller al respecto: On the validity of all religions in the thought of Ibn al-Arab and Emir Abd al-Qdir: a letter to Abd al-Matin, http://www.masud.co.uk/ ISLAM/nuh/amat.htm. Ver tambin la posicin del Shayj Gibrl F. Haddd en la pgina siguiente: http://www.livingislam.org/o/vnir_e.html. Cabe sealar que tanto Shayj Keller como Shayj Haddd, a la par que son Sabios reconocidos en el exoterismo islmico, estn afi-liados a grandes cofradas islmicas, respectivamente la Shdhiliyya y la Naqshbandiyya.

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    en las que l es adorado, quien crea que los actos de Judos y Cristianos constituyen una adoracin a Allh por la que obedecen a Allh y a sus Profe-tas respectivos, quien crea que a Allh le gustan y le complacen estos actos, es un infiel, puesto que estas ideas presuponen la creencia en la validez de sus tradiciones y esto es incredulidad (kufr). [] Y quien crea que los infieles se acercan a Allh yendo a sus iglesias, es un apstata15.

    Hay pues una incompatibilidad total entre Islam y Perennialismo porque el primero afirma que fuera del Islam, todas las tradiciones han dejado de ser vlidas y legtimas como medios de salvacin y de conocimiento divino, mientras que el segundo pretende que todas las tradiciones son vlidas para los mismos fines con la condicin de que se practiquen de manera completa y regular. En una frase: no se puede ser musulmn perennialista. O se es pe-rennialista y entonces no se cree en la revelacin islmica como tal; o se es musulmn y entonces no se pueden profesar las tesis perennialistas sobre la validez de todas las tradiciones.

    Ahora, la cuestin es: pueden considerarse como musulmanes aquellos Perennialistas que a pesar de adoptar y practicar el Islam, siguen creyendo en la validez de todas las tradiciones, lo que implica negar de manera implcita la universalidad de la misin proftica de nuestro seor Muhammad (SAAWS) y por lo tanto la propia esencia del Islam como Sello de las Revelaciones?

    A esta pregunta, responde el propio Imm an-Nawaw (RAA) en su co-mentario del Sahh de Muslim: Cualquier Musulmn que niegue algo que debe ser necesariamente conocido de la religin islmica (al-malm bi-dh-dharra min ad-dn) ser considerado como un apstata y un infiel, a menos que se trate de una persona que se ha convertido al Islam recientemente, que ha nacido y crecido en la selva o que por cualquier otra razn similar no ha podido estudiar su propia religin adecuadamente. Se debe ensear la verdad a los Musulmanes que se encuentran en esta situacin, pero si persisten en su error, deben ser considerados como no-musulmanes, del mismo modo en que se juzga a aquellos Musulmanes que creen permitido cometer adulterio, beber vino, matar sin derecho u otro acto del que necesariamente debe sa-berse que es ilcito16.

    La regla general de que el Perennialismo es incredulidad (kufr) no implica de manera necesaria y automtica que todos los Perennialistas son infieles (kuffr). Para aplicar esta regla general a un caso particular, hay que ser muy precavido, tener conocimientos extensos de derecho islmico y estudiar en detalle las creencias de la persona en cuestin, as como las causas de estas creencias. No se puede lanzar a la ligera la acusacin de infidelidad (takfr),

    15 Kashshf al-Qin, 21/106. 16 Sharh Sahh Muslim, 1.150.

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    cuyas implicaciones son de lo ms graves desde un punto de vista jurdico. Adems, ha dicho el Profeta (SAAWS) en un hadth transmitido por al-Bujr: Si una persona le dice a su hermano: Oh Infiel (kfir)!, entonces uno de los dos merece tal nombre: o el que lanza la acusacin tiene razn o tal nombre se aplica a l.

    En todo caso, s podemos decir de manera general que los Perennialistas estn desviados, han cado en la innovacin, se han alejado del camino recto, y que por lo tanto su fe en el Islam es imperfecta. Adems, cuando estudia-mos con ms detalle el caso de muchos Perennialistas, vemos que la mayora de ellos no pueden ser considerados como infieles, porque simplemente, al ser conversos, ignoran la verdadera naturaleza del Islam. Han nacido y creci-do en sociedades en las que los nicos medios por los que han sabido del Is-lam son las obras perennialistas, llenas de ideas y creencias contrarias a la ortodoxia islmica.

    Con este libro pues, siguiendo el consejo del Imm an-Nawaw (RAA), pretendemos informar a los Musulmanes perennialistas del peligro del Pe-rennialismo y de su incompatibilidad con el Islam para suscitar en ellos un retorno a la pura y genuina ortodoxia islmica, ya que como dice el prover-bio: Equivocarse es de hombres, pero persistir en el error es del Diablo.

    Evidentemente, tenemos conciencia de la dificultad que supone para al-guien que se ha convertido al Islam gracias a la lectura de Ren Gunon, aceptar que ste se ha equivocado, sobre todo cuando se tienen en cuenta la envergadura intelectual de Gunon y la extensin de sus conocimientos. Pe-ro aadida a esta dificultad psicolgica, encontramos otra dificultad ms pro-funda que radica en el paradigma religioso expuesto en la obra de Ren Gunon y que se funda en una oposicin entre exoterismo y esoterismo.

    Segn los Perennialistas, desde un punto de vista exotrico, sea cual sea la religin, siempre se negar la validez de las otras tradiciones, mientras que desde un punto de vista esotrico, sea cual sea la religin, siempre se afir-mar la validez de las otras tradiciones, o al menos, cuando se haya alcanzado cierto nivel, es decir cuando se haya alcanzado el plano metafsico en el que todas las oposiciones formales quedan resueltas, por lo que no puede haber exclusin de una forma por otra, sino que toda forma es trascendida para al-canzar la esencia informal de todo conocimiento. Y aaden: como solo unos cuantos iniciados llegan a la realizacin efectiva de este grado, habr muchos que a pesar de ser representantes del esoterismo, seguirn negando la validez de todas las tradiciones.

    Esto conduce inevitablemente a rebajar y subestimar a todos los Sabios y Santos que han afirmado clara y sinceramente que la nica tradicin vlida y legtima es el Islam y que todas las otras tradiciones han sido abrogadas. Uno

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    puede percatarse fcilmente de las consecuencias nefastas que puede tener este paradigma religioso: se arruina la autoridad de los Sabios musulmanes, cortando y alejando irremediablemente a los Perennialistas de las fuentes verdaderamente tradicionales.

    De hecho, no es por nada si los Musulmanes perennialistas tienen serios problemas en encontrar a un Maestro y en tener confianza en l, porque el Pe-rennialismo les lleva a situar las obras perennialistas por encima de las de los Sabios musulmanes, que son juzgadas en base y a la luz del Perennialismo, como si ste constituyera en ltima instancia la referencia ineludible, la clave de interpretacin y la autoridad suprema de toda cuestin tradicional, hasta por encima del Islam mismo, porque supuestamente expresara el punto de vista metafsico que es superior al plano formal de toda tradicin particular.

    Y no exageramos nada: qu Musulmn perennialista, en presencia de un Shayj que niega la validez de las otras tradiciones, no ha pensado que este Shayj se ve afectado por la limitacin del exoterismo, que ste no tiene con-ciencia de la totalidad de la doctrina tradicional y que no ha podido elevarse hasta la esfera de la pura metafsica en la que el exclusivismo exoterista deja de ser vlido y da paso al universalismo esotrico?

    Hay que saber que la acusacin de exclusivismo en boca de los Perennia-listas constituye una recriminacin definitiva e inapelable. Si en los crculos perennialistas uno quiere negar la validez de todas las tradiciones salvo el Is-lam, se le acusa de caer en el exclusivismo exoterista y de no haber podido alzarse hasta el verdadero punto de vista esotrico, metafsico y universal, en el que supuestamente todas las tradiciones son efectiva e igualmente vlidas. Se le trata como a un necio al que se le ha tristemente negado el acceso al plano metafsico e informal por la estrechez de su perspectiva y el apego que demuestra hacia el plano formal de las distintas tradiciones.

    Sin embargo, viendo que el Perennialismo carece completamente de base escrituraria y que la letra misma del Sagrado Corn, as como su exegesis tra-dicional y autorizada, contradicen punto por punto las creencias perennialis-tas, debemos cuestionar la supuesta tradicionalidad del Perennialismo, refutando las objeciones que nos presentan los Perennialistas y preguntando: hay realmente una oposicin entre exoterismo y esoterismo? Acaso el pla-no metafsico elimina el exclusivismo? No hay un exclusivismo metafsico distinto de los exclusivismos habituales que constatamos actualmente en el caso de las otras tradiciones?

    El exclusivismo islmico se funda sobre la doctrina del Sello, que es de natu-raleza metafsica. La esencia del Islam, lo que lo distingue de toda otra tradicin, es que es el Sello de las Revelaciones. De este estatuto de Sello derivan cinco as-pectos que hemos desarrollado a partir de fuentes escriturarias certeras:

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    1) La conclusividad: el Profeta (SAAWS) es el Sello de los Profetas y no vendr despus de l ningn Profeta o Mensajero. El Islam es la ltima revelacin.

    2) La primordialidad: el Profeta (SAAWS) se identifica con el Principio de la Profeca, es decir que es l mismo la Profeca en su esencia. El Islam se identifica con el principio y la esencia de toda revelacin.

    3) La excelencia: el Profeta (SAAWS) es el mejor de todos los Profetas y stos no son ms que sus sustitutos en tanto l an no se ha manifestado en el mundo sensible. El Islam es la mejor revelacin.

    4) La abrogacin: quien no cree y sigue al Profeta Muhammad (SAAWS) practicando la Ley que ste ha trado con l, se est condenando a s mismo y por ende ser de los perdedores. El Islam abroga todas las otras tradiciones.

    5) La universalidad: la sabidura del Profeta (SAAWS) encierra las sabiduras de todos los Profetas anteriores y tiene un alcance universal. El Islam ha sido revelado para toda la humanidad.

    En definitiva, al exclusivismo islmico difcilmente se le puede atribuir una limitacin en el punto de vista, porque:

    1) El exclusivismo islmico tiene un fundamento metafsico que encontra-mos expuesto en la doctrina del Sello. Como ya hemos dicho, el Sello es la ltima manifestacin del Principio de un orden de realidad, por lo que pasa a identificarse esencialmente con ese Principio. La manifestacin sinttica y universal del Principio como tal excluye las manifestaciones an-teriores, parciales y fragmentarias que le han precedido y que no pueden sino desaparecer porque ya no tienen ninguna razn de ser.

    2) El exclusivismo es consubstancial al Islam puesto que ste se define co-mo la tradicin que abroga todas las tradiciones y que nunca ser abroga-da hasta que se levante la Hora, lo que es una consecuencia de su estatuto de Sello de la Profeca.

    3) El esoterismo