llustración / POSADA

Buscar, crear y ser aventurero re­siden en la esencia misma del artis­ta: la innovación forma parte desu química.Preservar 10 que gusta, atesorar loque se considera valioso y apreciarlo que se considera bueno es algoque está en la naturaleza misma delos pueblos, que es la del público engeneral. Existe el criterio de que loque es bueno puede seguir siendoútil. Esa es una de las bases de latradición en el arte.En el mundo de las artes escénicas,específicamente en el ballet, existe.un elemento adicional: el ejecutan­te, el bailarin. Este está atado a latradición debido a que en su entre­namiento le es transmitido un pre­ciado sistema, un lenguaje ya hecho,que no se adquiere de un día paraotro mediante lecturas, sino a tra­vés de un maestro que sigue unatradición. Añádanse a esto los añosde práctica y entrenamiento conti­nuos: SUs músculos, sus huesos, to­das las articulaciones de su cuerporeconocen, paso a paso, el valor dela herencia: el bailarin va aprecian­do la tradición.Pero el bailarín es, además, un ar­tista y él también busca innovacio­.es. Estas surgen tanto de indivi­dualidades creadoras como de losimpulsos de la época.En menor medida, el público influ­ye sobre este último factor. En sumayoría, cuando un público busca

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TRADICIONeINNOVACIONESen el balletcontelIlporáneoANN BARZBL

lo nuevo se trata de una respuestaa las direcciones trazadas por-losartistas, especialmente cuando es unpúblico sofisticado en su apreciacióndel arte y está dispuesto a dejarseconducir hacia 10 nuevo. Por razo­nes obvias, la juventud es quienofrece a las innovaciones las máscalurosas acogidas.A veces sólo se trata de una moda-y no de una innovación artísti­camente válida- que pasa como unrelámpago por el sendero del arte.y hay también artistas y seccionesdel público cuyas actitudes son frí­volas y superficiales, gente que per­seguiría cualquier quimera. Un díabuscan lo grotesco, otro dia el des­nudo y otro día se trata simplemen­te de algo que no puede llamarsedanza ejecutado por quienes no pue­den ser llamados bailarines. Peroeste aspecto de la innovación noestá incluido en nuestra considera...ción.Las legítimas innovaciones en elcampo del ballet son casí siemprecoreográficas, ideas nuevas con re­lación a la naturaleza <lel trabajodanzario, su estilo, su temática, suforma. Hay innovaciones tambiénen cuanto a los elementos de la eje­cución, el material de que ésta dis­pone o una ~pliación del vocabu­lario del bailarin. Tambíén en laspresentaciones o en la preparaciónde nuevos trabajos se realizan inno­vaciones en cuanto a música o de­corado.

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Como dijimos, las innovaciones mássignificativas se hacen en el campode la coreografía. La hístoria dede cambios que se suceden desdeLully a Noverre, a Petipa e Ivánw,a Fokine, Massine, Balancbine,Robbins,' Ashton, Cranko, Béjart,Lavrovskí y otros coreógrafos con­temporáneps. Las más profundasinnovaciones en el campo de la co­reografía se refieren al propósitodel ballet. ¿Es la ejecución lo úni­co que interesa al ballet o el balletdice algo acerca del hombre, de suépoca, de sus pasiones? ¿Es la dan­za un fin en sí misma o es sólo unmedio? El péndulo oscila entre ladanza como representación dramá­tica y la danza como espectáculo.¿Es la función de un ballet mostrarpura ejecución o la ejecución es a.su vez un lenguaje cargado de ideassignificativas?La hístoria dicé que puede ser lasClos cosas y eso es lo que vemoshoy. Las compañías de ballet con­temporáneas siguen la tradición y,al mismo tiempo, introducen inno­vaciones. Las diferencias estribansólo en el grado de cada una, lamedida en que lo tradicional es pre­dominante o simplemente es preser­vado y la dirección de las innova­ciones. El prototipo de una compa­ñía cuyo punto de vista estuvo en­teramente orientado hacia lo nuevofue el Ballet de Diághilev, cuyasinnovaciones en cuanto a música ydecorado -particularmente lascreaciones de Bakst. Picasso y Stra­vinskí- alcanzaron al mundo deiarte. Mq importante para el de­sarrollo de la danza la coreografíade Mijail Fokine dio una nueva to­nalidad al ballet y, paradójicamente,algunos de sus ballets ---<!Il especialLas sílfid<Js, Petru<:hka y El Pájarode fuego-- son considerados actual­mente como parte de la tradición.A pesar de su punto de vista in­novador, Diághílev presentó balletstradicionales, culminando en unaelaborada versión de La bella dur­miente, la cual llegó a convertirseen una tradición que debe ser apre­ciada por todas las actuales compa­ñías de occidente.El ballet británico estuvo enorme­mente influido por Diághílev, ya que

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sus fundadoras, Ninette de Valoisy Marie Rambert, formaron partede la compañía. No obstante losbritánicos, por su temperamentoconservador, se han hecho cargo ensu Royal Ballet de preservar losballets tradicionales, El lago de loscisnes, Giselle y Coppelía. En cuan­to a los ballets de Chaikovskí, losbritánicos están más interesados enpreservar la coreografía original dePetipa e Ivánov que las propiascompañías soviéticas, quienes pare­cen considerar el ballet como un tra­bajo vivo, orgánico y funcional ypara quienes no es herejía adaptar­lo a los bailarines de hoy. Recien­temente el Royal Ballet añadió aSU repertorio un acto de Bayaderka,obra rUsa del siglo XIX. En estohay una paradoja, pues se han adop­tad" jun.tas una tradición y una in­novación. Esta última consiste enel vocabulario ampliado del ballet,incorporando elementos del nuevovirtuosismo desarrollado por el ba­llet soviético. La ejecución innova­dora de los bailarines soviéticos seha difundido a todo el ballet -losdeslumbrantes pirouettes, las bate­rías, las magníficas extensiones ylos temerarios saltos, tódo esto hasido observado e imitado, sin éxitocuando la escuela que respalda estosvirtuosismos está en decadencia-oNo me voy a adentrar en las nue­vas direcciones del ballet soviético,aparte de la mención de los avan­ces técnicos.Las nuevas tendencias en EuropaOccidental son más evidentes en lostemas sociales de Maurice Béjart,en la teatralidad de Roland Petit,en el uso simbólico y abstracto quese ha hecho del movimiento en Ho­landa. La danza-moderna norte­americana ha influido en el balleteuropeo. El Ballet Real Danés, elBallet Rambert de Inglaterra y elBallet Teatro de Holanda interpre­tan obras de Glen Tetley, John But­ler, Pearl Lang y Paul Taylor. Unose da cuenta de que la danza-mo­derna norteamericana se ha sentadoa la mesa del ballet.Sólo después de añadir a sus pro­pias evoluciones un entrenamientotradicional de ballet, ha existido un·verdadero vocabulario de los movi­mientos capaz de poner en prueba

al bailarín más entrenado, y capa;¿de producir trabajos interesantes yadecuados desde el punto de vistade la danza teatral.Las innovaciones en el ballet norte­americano pueden valorarse exami­nando los repertorios de las com­pañías principales: New York CityBallet, American Ballet Theatre yCity CeDter Joffrey l'!Allet.Las raíces del New York City Ba­llet están en el American Ballet de1935 y el Ballet Caravan de 1937/40.George Balancbine ha dominadoesta corqpañía que ha permanecidoa la vanguardia tanto coreográficacomo musicalmente. Neoclasicismoy ballets abstractos acerca de la eje­cución constituyen la nota de surepertorio. Serenata (Chaikovskí) ,Sinfonía en do (Bizet) yAgan(Stravínskí) pueden considerarsetípicos, cada uno musicalmente sibiim difieren en cuanto a estilo.Serenata es 1íi-ico, Sinfonía en does fríamente clásico y Agon es unviaje de reconocimiento, de descu­brir nuevos movimientos, sutiles,intrincados movimientos que vande acuerdo con las nuevas sutilezasmusicales de Stravinski.Más frecuentemente, Balanchíneutiliza la partitura musical comobase sobre la cual crear y ha adap­tado sus coreografías a la nuevamúsica de Webern e Ives, buscandolas posibilidades del cuerpo, sus to­nos y articulaciones de la mismaforma que el compositor busca ~o­

nalidades en el sonido.A pesar de ser muy ecléctico, Ba­lanchíne ha coreografiado balletsdramáticos y narrativos. El hijopródigo, hecho en 1928, ha demos­trado SU validez; también Tyl Eu.­lenspiegel y Don Qui;ote puedenañadirse como ejemplos. Balan­cbine ha sentido, ha comprendidoel estilo del movimiento típicamen­te norteamericano y lo tradujo endos trabajos: Stars and StTipes, quehabla de la exuberancia del díafestivo en América, y las fanfarro­nerías del Ucowboy" son utilizadasen Western Symphony.La tradición no está ausente de lostrabajos de Balanchíne. Aunque s~

toma algunas libertades con Petipae Ivánov, Balanchíne. presenta ver-

siones modificadas de El lago de lo.cisnes, Cascanueces y RayTrlO'7lda. SuBallet imperial fue un homenaje alestilo ruso primitivo, con un pocode sentimiento y algún sentido delhumor.El New York City Ballet ha apro­vechado las coreografías de JeromeRobbins, un artista que siempre hairillado nuevas rutas. Sus trabajosmás reciente para el American Bal­let Theatre los discutimos abajo.Para el New York City Ballet, Rob­bins hizo algunos trabajos, entreellos Lo. int1itooo., una obra sobrela tendencia de la gente a dividirse,a adherirse a sectas y tribus. Entresus mejores trabajos se encuentraSiesta de un launo (Debussy), unaobra sobre los bailarines, sobrecómo quedan absortos cuando secontemplan en el espejo de la clase.Lo jaula, con música de Stravinski,trata de la mujer como ser agresor,lo cual está expresado adecuada­mente con movimientos grotescos.Después de muchos años de trabajoen el teatro con los actores, recien·temente Robbins volvió a las coreo­grafías de ballet y ha entrado enun nuevo período de creación. SuDance. at a Gath.eTing (Chopin) esuna efusión de ideas sobre la danza,como también lo es un trabajo suyomás reciente, VaMaciones Go!dber(Bach). Hay en ellos algunas su­gerencias en cuanto a relaciones ycaracteres, pero la idea dominantees el manejo del material danzario.

El coreógrafo va descubriendo lasmaravillas de la danza y va pidien­do a su público que disfrute de laejecución.El último trabajo de Robbins, Wa­termiU es otro punto de partida; setrata de un ballet introspectivo conmúsica de un compositor japonés,un ballet sobre la vida, un repasode ella y de los acontecimientos quese destacan.·EI New York City Ballet.ha tenidootros coreógrafos; para ellos Fre­derik Ashton hizo l!umi",wiones,basado en la vida del poeta Rim·baud y Picnic y Tintagel, basado enlas leyendas del rey Arturo.Los jóvenes coreógrafos siguen lalinea de Balanchine, creándose así1Ula verdadera tradición. El Amer·

ican Ballet Theatre, la más ecléc­tica de las compañías, fue fundadaen 1939 (ofreció sus primeras re­presentaciones en enero de 1940).La compañía proclamó que seriauna muestra de tradición e inno­vación y así ha sido. La primeratemporada incluyó Lo 1i1le mal gar­dée, Gise!!e, El lago de lo. cisnes,todos reconstruidos estrictamentesobre el original, labor de verdade­ros investigadores. Fokine montóLas silfides y Cama_!. Más tardevino Petruchka y más tarde aún·Coppelia.E! American Ballet Theatre trajoentre otros coreógrafos británicosa Antony Tudor y a André Howard.Howard montó Lady into loz, basa­do en una novela, que fue bailadoprimero por el Rambert Ballet, co­mo sucedia con los trabajos de Tu­doro Tudor fue el más radical delos innovadores en el AmericanBallet Theatre, fue el éxito de lasprimeras temporadas y dio una di­rección a la compañía. Ha ejercidotambién la mayor influencia sobrela danza norteamericana. Sus ba­llets trataban sobre lo más intimodé! ser. Su vocabulario, si bien ba­sado en el ballet clásico, lo amplió;orientó el gesto inspirado psicoló­gicamente en la línea de un movi­miento de ballet. El jardin de laslilas (Chauson) fue el mayor éxitode la primera temporada del Amer­ican Ballet Theatre. Se trataba aquíde un nuevo tipo de ballet, acerca de.la gente y acerca de lo que sentiany cómo lo sentian.

Un arabesque expresaba deseo vehe­mente, un pirouette iÍldicaba Uncambio de diJ>ección hacia una nue­va aventura o simplemente que sehuía de algo. Pillar 01 lire, tambiénde Tudor, con música del VerklaerteNacht de Schoenberg, fue un im­portante acontecimiento en el cam­po de la coreografía. E! solo prin­cipal de la bailarina no pretendiaexhibir una gran destreza técnica,sino simplemepte reflejar la frus·tración de una mujer. Los diversospas de deux examjnaban las rela­ciones entre los personajes, un ama­ble enamorador y una muchachaangustiada, no un príncipe y unapr~cesa orglUUosa.

La mujer frustrada llegó a ser perosonaje en más de un ballet norte­americano. La vida privada se hizoconspicua en los ballets de De Mi­!le y Robbins.Otro coreógrafo innovador de laprimera época del American BalletTheatre lo fue Eugene Loring. Suobra The Great American Goal uti­lizó, en 1940, infinidad de recursos,algunos de los cuales están siendoredescubiertos en 1972. Había diá­logos dichos por los bailarines ycompuestos por el conocido escritorWilliam Saroyan, diapositivas pro­yectadas en una pantalla que servíade decorado. E! ballet era unasátira.Loring también creó BiUy the Kid--<:reado primeramente para elBallet Caravan- que ya se ha con­vertido en un clásico moderno. Laextravagancia del ucowboy" y laligereza de sus movimientos cons­tituían el material temático de estaobra, relacionada más con el carac­ter épico de la historia norteameri·cana que con la leyenda que na­traba.Agnes de Mille, otro coreógrafo delAmerican Ballet Theatre utilizótemas norteamericanos, muy nota­blemente en Rodeo (hecho prime­ramente para el Ballet Ruso deMontecarlo) yen Lo leyenda de FaURit1er. La primera preocupación deDe Mille es la comunicación y elvocabulario clásico es secundariocon relación a la pantomima y a SUhovísima concepción de los gestos,basada en los de la vida cotidiana,así como en los movimientos delcuerpo en general Jerome Robbinsempezó su carrera de bailarin en elcuerpo de baile del American llaIletTheatre y probó sus dotes de coreó­grafo con Fancy Free. Su obra fueinmediatamente reconocida comooriginal en movimiento, expresandocomicidad o bien frustración.Las innovaciones han .estado a laorden del día en Ballet Theatre du­rante SU cuarto de siglo <fe existen­cia. Muchas obras se han perdido,algunas sin tener que lamentarlo yotras que son en verdad, una pér­dida para el arte de la danza. Entreestas últimas tenemos, por ejemplo,un ballet satírico de Carmelita Ma­racci titulado Circo de España, in-

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olvidable por la interpretación deAlicia Alonso que desplegaba en élsus grandes dotes dramáticas. Ensus últimas presentaciones el Amer­ican Ballet Theatre ha presentadoballets de Glen Tetley, RieercaTe ySargossa, IpIlb09 con temas eróticos.Eliot Feld, en realidad un hombremuy joven, impresionó por su ta­lento con su" primer ballet TIle HaT­vest, al cual siguieron otros. Suinnovación consistió en una inteli­gente utilización del vocabu1arioclásico y, al mismo tiempo, en unasimplificación; elude el uso de pi­routtes y baterias pero hace un usoextenso de los saltos. Feld es muyoriginal en la creación de posicio­nes de pas de deux. Sus obrasmuestran un estilo definido y muypropio.

Comúnmente el American BalletTheatre parece más comprometido~ las reposiciones que en la pre­sentación de obras de vang'uardia.La compañía emplea muchas de susnoches en presentar El lago de lascisnes con sus cuatro actos, monta­do por David Blair, del Royal Bal­let, en una versión tradicional has­ta el aburrimiento. La filie malgaTdée del AmeriCllI¡ Ballet Theatrees una labor interesante; tiene re­tazos de un primitivo trabajo deMijail Mordkin, adiciones posterio­res de Bronislava Nijinska y, porúltimo, contribuciones personaleshechas por bailarinas que han teni­do a su cargo el rol principal. Aqué­llos que .10 recuerdan podrán iden­tificar algunos pasajes tal como lobailaban Irina Barónova, AliciaAlonso o Nana Gollner. Todos estosrecuerdos han sido adorablementereunidos por Dimitri Romanoffmaitre de ballet de la compañía ;uno de sus primeros miembros. Elresultado de su trabajo ha sido· di­gámoslo en honor a l...·v~!'d. 'ünaobra encantadora. ¡De materialesde ese tipo está creada la tradición!El City Center Joffrey Ballet, fun-dado y dirigido por Robert Joffreycuando todavia andaba alrededorde los veinte (y todavia es jovenahora que anda alrededor de lostreinta), siempre ha tenido el gustopor la tradición sumado a una cier­ta audacia. En los Estados Unidos

se refieren a la compama JJam8D_dolo "el niño terrible del ballet".Sus inicios, sin subvención, sóloocho bailarines viajando a las ciu­dades y pueblos con un pequeñorepertono, se reflejan hoy en elespiritu de osadia y aventura quepersiste en todo lo que la compañiaproduce. Infinidad de recursos, mú­sica popular, temas eróticos, movi­mientos angulosos forman parte dela escena. Aún así, los bailarinesposeen un concienzudo entrena­miento clásico y el repertorio exigevirtuosismo de altura así como unatécnica meticulosísima.El punto de vista de Robert J offreyes experimental, aunque mantieneuna· actitud reverente frente a lasobras maestras del pasado. Petruch­ka de Fokine, El sombrero de trespicos de Massine y La mesa verdede Kurt Jo.. son fielmente repro­ducidos y preservados con sumocuidado. Es notable también queuno de los primeros ballets de Jof·frey Pas des déesses sea la recons·trucción de un acontecimiento delsiglo XIX, no distinto del que esmás conocido, el Pas de Quattre.Sin embargo, su trabajo más recien·te, Astarte es un pas de deux eró­tico ejecutado frente a una panta1lade cine en la que, al mismo tiempo,los bailarines van siendo proyecta­dos, todo en un estilo muy de van­guardia. La cinta ~e proyecta so­bre una pantalla ondulada, la músic;aes el sonido estridente de un "rock"y luces flameantes se encargan decrear la atmósfera atolondrada delos tiempos. Sus valores son ungolpe de efecto, pero tolerable.Gerald Arpino, desarrollado en lacompañía, es su coreógrafo princi­pal: necesariamente versátil, muy

.prolifico y siempre interesante. Noproclama ser de vanguardia pero semuestra sensible a la época y almomento actual. Sin embargo, másque eso, Arpino adora el ballet clá­sico y a los bailarines en plena ta­rea, y crea ballets que demuestranque está en perfecta armonía con lavida y con el ballet.Su ballet, Trillity, con música po­puJar, es un peán a la juventud enel cual los bailarines se lanzan hacialos movimientos más exigentes ensu total alegría de vivir y ser jóve-

nes; coexisten los virtuosos pasosdel ballet clásico y los movimientosdescuidados, ejecutados como sólopul\deB hacerlo bailarines muy' en­trenados.~o trabajo innovador de Arpinoes Cloums, un ballet acerca de laanimosidad de la vida y sus futile­zas, todo con un carácter macabro.Está montado sobre una banda elec­trónica en un escenario en el cual,al final, unas enormes bolas de vinilenvuelven a los bailarines, que eje­cutan .movimientos que van de loacrobático a lo clásico.El tl"abajo más delicioso de A!:Pinoes Kett61ltanz, montado sobre val­ses de Strauss; trata de la amistady de la diversión que representabailar. Las exigencias técnicas sonenormes y los bailarines simplemen­te vuelan a través de este bauet conmajestuosidad. Arpino no da la es­palda a la tradición y se muestratan natural proyectando un balletclásico como (Jello C01lCeTtO (Vival­di), como con lncu.b...., ballet conmúsica de Webern, o Nightwi:ng,otro trabajo psicológico.Las innovaciones del J offrey Balletincluyen Feast of Asiles, un trabajodel coreógrafo negro Alvin Ailey,basado en La casa de BernaTda Albade García Lorca. La compañía bailatambién el balJet sin músira de J e­rome Robbíns Moves.Más innovaciones en el ballet nor­teamericano se encuentran en elDance Theatre of Harlem, compa­ñía de ballet clásico compuesta pornegros en su totalidad y dirigidapor Arthur Miche!. Los bailarinesestán bien entrenados en el estilode Balanchine y bailan sus balletstan bien como aquellos, con saborétnico. Entre estos últimos se en­cuentra RhythmetT07l, un ritual afri­cano expresado en vocabulario deballet.La vanguardia puede ser un movi­miento culto que va cuesta abajohacia una muerte segura, o puederealmente hacer avanzar un arte.La danza está enraizada en tradi.ciones que le permiten crecer. Sinestas raíces, perece. Parafraseandouna verdad harto conocida diremosque "aquel que no conoce la histo­ria está condenado a repetirla enlugar de cantar al progreso".

Dos hitos en el ballet contemporáneo;la permanencia de la tradición ylas innovaciones: la versión cubanade GlseUe en la Ópera de Paris; AlicialUonso Interpretando el n acto de di­cha obra con la compañía de ese Tea­tro. (Foto: Micbel Petlt, Parla). Ritode primavera, de Béjart I Stravlnskl~el Ballet del Siglo xx en sus actua­ciones en el Teatro Garcia Lorca deLa. Habana en 1968. (Foto: Tito Alva­rez).