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1 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 «El caso de Paul» de Willa Cather tr. de Olivia de Miguel Alba, Barcelona, 2006 Aquella tarde, Paul tenía que comparecer ante la junta de profe- sores del instituto de Pittsburgh para respon- der de las faltas que ha- bía cometido. Hacía una semana que lo habían expulsado , y su padre había llamado al direc- tor para expresarle su perplejidad. Paul entró en la sala de profesores sonriente y tranquilo . La ropa se le había que- dado un poco pequeña y el terciopelo tostado del cuello abierto del abrigo estaba tazado y raído, pero, a pesar de todo, había en él algo de dan- di; llevaba un alfiler con un ópalo en la cor- bata ____, impecablemente anudada, y un clavel rojo en el ojal de la solapa. Los profesores pensa- ban que este último adorno no expresaba adecuadamente el espí- ritu contrito de un chi- co expulsado . Paul era un muchacho alto para su edad y muy delga- do; tenía la espalda cargada y estrecha, y el pecho es- cuálido. Sus ojos resal- taban gracias a cierto brillo histérico que él utilizaba siempre de for- ma consciente y teatral, particularmente ofensiva en un muchacho. Las pupilas, anormalmente dilatadas, le daban un aire de adicto a la belladona, pero tenían un r esplandor cristali- no que esa droga no «El caso de Paul» de Willa Cather tr. de Julián Rodríguez (en revisión desde 2003) Era la tarde que Paul tenía que presentarse ante el profesorado del instituto Pittsburgh para explicar sus di- versas faltas. Lo habían expulsado temporal- mente hacía una semana, y su padre se había pre- sentado en el despacho del director y confesado su perplejidad respecto a su hijo. Paul entró comedido y sonriente en la sala de profesores. Se le había quedado un poco pequeña la ropa, y el terciopelo color café del cuello de su abrigo abierto estaba deshilachado y gastado; pero a pesar de todo tenía un aire de dandi, y llevaba un alfiler de ópalo en su cuidadosamente anudada cor- bata de rayas negras coincidentes en nudo con faldón y un clavel rojo en el ojal. Este último adorno al profesorado le pareció que no era del todo apropiado al espíritu con- trito que correspondía a un chico expulsado. Paul era alto para su edad y muy delgado, de hombros altos y escurridos , y pecho estre- cho. Sus ojos des- tacaban por cierto t alento divertido, y los utili- zaba continuamente de una for- ma deliberada y un tanto tea- tral, particularmente ofen- siva en un muchacho. Las pupilas eran anormalmente grandes, como si fuera adicto a la belladona, pero alre- dedor de ellas había un brillo cristalino que no pro- «El caso de Paul» de Willa Cather tr. de Aurora Echevarría Antología del cuento norte- americano GG/CdeL, Bar- celona, 2002 Un estudio sobre el temperamento Era la tarde que Paul tenía que comparecer ante el profesorado del instituto Pittsburgh para dar razón de sus diversas faltas. Lo ha- bían expulsado temporal- mente hacía una semana, y su padre se había presen- tado en el despacho del di- rector y confesado su per- plejidad respecto a su hijo. Paul entró sonriente y afable en la sala de pro- fesores. Se le había queda- do un poco pequeña la ropa, y el terciopelo marrón del cuello de su abrigo abierto estaba deshilachado y gastado; pero a pesar de todo ello tenía algo de dandi, y llevaba un alfiler de ópalo en su r ecién anu- dada corbata negra _____ y un clavel ____ en el ojal. Este último adorno al profesorado le pareció que no era debidamente indica- tivo del espíritu contrito que correspondía a un chi- co expulsado. Paul era alto para su edad y muy delgado, de hombros altos y apretujados, y pecho estrecho. Sus ojos desta- caban por cierto brillo histérico , y los utilizaba continuamente de una forma teatral y consciente, particular- mente ofensiva en un mu- chacho. Las pupilas eran anormalmente grandes, como si fuera adicto a la belladona, pero alrededor de ellas había un brillo vítreo que no produce esa “Paul’s Case” (1904) by Willa Cather It was Paul’s afternoon to appear before the faculty* of the Pittsburgh High School to account for his various misdemeanors*. He had been suspended* a week ago, and his father had called at the Principal’s office and confessed his perplexity about his son. Paul entered the faculty room suave * and smiling. His clothes were a trifle* outgrown, and the tan* velvet* on the collar of his open overcoat was frayed* and worn*; but for all that there was something of the dandy about him, and he wore an opal pin in his neatly knotted b lac k four -in-hand* and a red carnation in his buttonhole. This latter adornment the faculty somehow felt was not properly significant of the contrite spirit befitting* a boy under the ban* of suspension*. Paul was tall for his age and very thin, with high, cramped * shoulders and a narrow chest. His eyes were remarkable for a certain hysterical brilliancy, and he continually used them in a conscious, theatrical sort of way, peculiarly offensive in a boy. The pupils* were abnormally large, as though he were addicted to belladonna*, but there was a glassy* glitter* about them which that drug does not produ- (claustro de profesores) misbehaviors, faults excluded for, (expulsado) polite, (cortés, comedido) bit, little (tostado) (terciopelo) (deshilachado) (gastado) (nudo de corbata en el que las rayas sesga- das e inversas entre nudo y faldón coinci- den perfectamente) suitable to (sancionado) (expulsión) contracted, (apretu- jados, escurridos) brilliancy outstanding talent hysterical very funny (pupilas) (planta que contiene sustancia dilatadora) (vítreo) glint, (brillo, centelleo) X X X X X hysterical 1. (Psych) his- térico 2 (very funny) (colloq) para morirse or desternillarse de (la) risa X

Cather’s Paul’s tr. de O. de Miguel tr. de J. Rodríguez tr ... Willa... · «El caso de Paul» de Willa Cather tr. de Aurora Echevarría Antología del cuento norte-americano

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«El caso de Paul»de

Willa Cather

tr. de Olivia de MiguelAlba, Barcelona, 2006

Aquel la t a rde , Pau lt e n í a q u e c o m p a r e c e rante la junta de profe-s o r e s d e l i n s t i t u t o d ePittsburgh para respon-der de las faltas que ha-bía cometido. Hacía unasemana que lo hab íanexpulsado , y su padrehabía llamado al direc-tor para expresar le superplejidad. Paul entróen la sala de profesoressonriente y tranquilo .La ropa se le había que-dado un poco pequeña yel terciopelo tostado delcuello abierto del abrigoes taba tazado y ra ído ,pero , a pesar de todo,había en él algo de dan-d i ; l l e v a b a u n a l f i l e rcon un ópalo en la cor-bata ____, impecablementeanudada, y un clavel rojoen el ojal de la solapa.Los profesores pensa-b a n q u e e s t e ú l t i m oa d o r n o n o e x p r e s a b aadecuadamente el espí-ritu contrito de un chi-co expulsado .

Paul era un muchachoalto para su edad y muy delga-do; tenía la espalda cargaday estrecha, y el pecho es-cuálido. Sus ojos resal-t aban g rac ias a c ie r tobril lo histérico que élutilizaba siempre de for-ma consciente y teatral,particularmente ofensivaen u n m u c h a c h o . L a spupi las , anormalmentedi la tadas , le daban una i r e d e a d i c t o a l abelladona, pe ro t en í anu n resplandor cr is ta l i -n o q u e e s a d r o g a n o

«El caso de Paul»de Willa Cather

tr. de Julián Rodríguez(en revisión desde 2003)

Era la tarde que Pault en í a que p r e s e n t a r s eante el profesorado deli n s t i t u t o P i t t s b u r g hp a r a e x p l i c a r s u s d i -versas faltas. Lo habíane x p u l s a d o t e m p o r a l -mente hacía una semana,y su padre se había pre-sentado en el despachodel director y confesadosu perplejidad respectoa s u h i j o . P a u l e n t r ócomedido y sonriente en lasala de profesores. Se le habíaquedado un poco pequeña laropa, y el terciopelo color cafédel cuello de su abrigoabierto estaba deshilachadoy gas tado; pero a pesarde t odo t en í a u n a i r ed e d a n d i , y l l e v a b a u na l f i l e r d e ó p a l o e n s ucuidadosamente anudada cor-bata de rayas negras coincidentes en nudocon faldón y un clavel rojo en el ojal.E s t e ú l t i m o a d o r n o a lp rofesorado le parec ióq u e n o e r a d e l t o d oapropiado al espíritu con-trito que correspondía a unchico expulsado.

Paul era alto para suedad y muy delgado, dehombros altos y escurridos,y p e c h o e s t r e -c h o . S u s o j o s d e s -t a c a b a n p o r c i e r t otalento divertido, y los utili-zaba continuamente de una for-ma deliberada y un tanto tea-tral, particularmente ofen-s iva en un muchacho .L a s p u p i l a s e r a nanormalmente grandes,como si fuera adicto ala belladona, pero alre-dedor de ellas había un brilloc r i s t a l i n o q u e n o p r o -

«El caso de Paul»de Willa Cather

tr. de Aurora EchevarríaAntología del cuento norte-americano GG/CdeL, Bar-celona, 2002 Un estudiosobre el temperamento

Era la tarde que Pault e n í a q u e c o m p a r e c e rante el profesorado deli n s t i t u t o P i t t s b u r g hpara da r r azón de susdiversas fal tas. Lo ha-bían expulsado temporal-mente hacía una semana, ysu padre se había presen-tado en el despacho del di-rector y confesado su per-ple j idad respecto a suhijo. Paul entró sonrientey afable en la sala de pro-fesores. Se le había queda-do un poco pequeña la ropa,y el terciopelo marrón delc u e l l o d e s u a b r i g oabierto estaba deshilachadoy g a s t a d o ; p e r o ap e s a r d e t o d o e l l ot e n í a a l g o d e d a n d i ,y l l e v a ba un a l f i ler deópalo en su recién anu-dada corbata negra _____y un clavel ____ en elojal. Este último adorno alprofesorado le pareció queno era debidamente indica-tivo del espíritu contritoque correspondía a un chi-co expulsado.

Paul era alto para suedad y muy delgado, dehombros altos y apretujados,y p e c h o e s t r e c h o .S u s o j o s d e s t a -c a b a n p o r c i e r t obri l lo histérico , y losutilizaba continuamentede una forma teatral yconsc i en te , particular-mente ofensiva en un mu-chacho. Las pupilas erananormalmente grandes,como si fuera adicto a labelladona, pero alrededorde ellas había un brillovítreo que no produce esa

“Paul’s Case” (1904)by Willa Cather

I t w a s P a u l ’sa f t e r n o o n t o a p p e a rbefore the facul ty* oft h e P i t t sburgh HighSchool to account for hisvarious misdemeanors*.He had been suspended*a week ago, and his fatherhad ca l l ed a t thePr inc ipa l ’s o ff i ce andconfessed his perplexityabou t h i s son . Pau lentered the faculty roomsuave* and smiling. Hisc lo thes were a t r i f l e*outgrown, and the tan*velvet* on the collar ofhis open overcoat wasfrayed* and worn*; butfo r a l l tha t the re wassomething of the dandyabo u t h i m , a n d h ewore an opal pin in hisn e a t l y k n o t t e d b l a c kfour-in-hand* and a redcarnation in his buttonhole.This latter adornment thefaculty somehow felt wasnot properly significant ofthe contrite spirit befitting*a boy under the ban* ofsuspension*.

Paul was tall for hisage and very thin, withh igh , cramped*shoulders and a narrowches t . His eyes wereremarkable for a certainhysterical brilliancy, andhe continually used themin a conscious, theatricalsort of way, peculiarlyoffensive in a boy. Thepupils* were abnormallylarge, as though he wereaddicted to belladonna*,but there was a glassy*glitter* about them whichthat drug does not produ-

(claustro de profesores)

misbehaviors, faults

excluded for, (expulsado)

polite, (cortés,comedido)

bit, little

(tostado)

(terciopelo)

(deshilachado)(gastado)

(nudo de corbata en el que las rayas sesga- das e inversas entre

nudo y faldón coinci- den perfectamente)

suitable to

(sancionado)

(expulsión)

contracted, (apretu- jados, escurridos)

brilliancy outstanding talenthysterical very funny

(pupilas)

(planta que contiene sustancia dilatadora)

(vítreo)

glint, (brillo, centelleo)

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X X hysterical 1. (Psych) his-

térico 2 (very funny)(colloq) para morirse ordesternillarse de (la) risa

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produce.

C u a n d o e l d i r e c t o rl e p r e g u n t ó p o r q u ée s t a b a a l l í , P a u lm a n i f e s t óe d u c a d a m e n t e q u e d e -s e a b a v o l v e r a l c o l e -g i o . E r a m e n t i r a , p e r oP a u l a c o s t u m b r a b a am e n t i r : l e parecía in-dispensable para supe-rar las contrariedades .Se pidió a los profesoresque formulasen los car-gos contra él, y lo hicie-ron con tanto rencor ye n c o n o q u e p u s i e r o nclaramente de manifies-to que aquél no era uncaso habitual. El desor-den y la impertinencia es-taban entre las acusacionesmencionadas, pero, no obs-tante, a todos sus profeso-res les [232] resultaba prác-ticamente imposible nom-brar la causa real del conflicto,que radicaba en la actitudhistéricamente desafiantedel chico, en el despre-cio que todos sabían quesentía por ellos y que alparecer no se molestabalo más mínimo en ocul-tar. En c ier ta ocasión,estaba escribiendo en lapizarra el resumen de unpárrafo y su profesora deinglés se le puso al ladoy t r a t ó d e g u i a r l e l amano. Paul, sobresalta-do, retrocedió de un res-pingo y se llevó las ma-nos violentamente a laespalda. La mujer, atóni-ta, no se habría sentidomás herida y avergonza-da si la hubiera golpeado.El insulto era tan invo-l u n t a r i o ycontundentemente per-s o n a l c o m o p a r a s e rinolvidable. De un modou otro, había conseguidoq u e t o d o s s u s p r o f e -s o r e s , t a n t o h o m b r e scomo muje re s , f ue ranconscientes de la aver-sión física que le inspi-

d u ce esa droga.

Cuando el director lepreguntó por qué estabaa l l í , P a u l e x p l i c ó , d eforma bas tan te educa-da, que quer ía volver alc o l e g i o . E r a m e n t i r a ,pero pa ra Paul men t i rera lo corr iente ; de he-cho , l e pa rec í a i nd i s -pensable para ev i t a r seroces. Se pidió a sus profe-sores que enunciaran susrespectivos cargos contraél, lo que hicieron con tan-to rencor y encono quepusieron de manifiestoque no se trataba de uncaso corriente. Entre lasofensas mencionadas secontaban el desorden y laimpertinencia, pero todossus profesores estaban deacuerdo en que era bas-t a n t e d i f í c i l poner enpalabras la causa real delproblema, que radicabaen una espec ie de acti-tud d i v e r t i d a y d e s a -f ian te de l ch ico; en eldesprecio que todos sa-bían que sentía por ellosy que al parecer no hacíaningún esfuerzo por ocul-tar. En una ocasión en quehabía es tado hac iendouna sinopsis de un párra-fo en la pizarra, su profe-sora de lengua se habíapuesto a su lado e inten-tado guiarle la mano. Paulse había echado atrás conun escalofrío llevándoselas manos violentamente ala espalda. La perplejamujer difícilmente se ha-bría sentido más dolida yavergonzada si la hubie-ra golpeado. El insultoera tan involuntario y tanro tundamente personalcomo para no olvidarlonunca. De una manera uotra había hecho cons-cientes a todos sus profe-sores , t an to hombrescomo mujeres, de esa sen-sación de aversión física.En una clase permanecía

droga.

Cuando el director lepreguntó por qué estabaal l í , Paul expl icó, conbastante corrección, quequería volver al colegio.Era mentira, pero Paulestaba muy acostumbra-do a mentir; de hecho, leparecía indisp e n s a b l ep a r a s a l v a r l a sdesavenencias . Se pidióa s u s p r o f e s o r e s q u eenunciaran sus respecti-vos cargos contra él, loque hicieron con tantorencor y encono que re-velaban que no se trata-ba de un caso corriente.Entre las ofensas men-cionadas se contaban eldesorden y la impertinen-cia, pero todos sus pro-fesores coincidieron enque era prácticamente im-posible poner en palabrasla causa real del problema,que radicaba en la actitudhistéricamente desafian-te del chico; en el despre-cio que todos sabían quesentía por ellos y que alparecer no hacía ningúnesfuerzo por ocultar. Enuna ocasión en que habíaestado haciendo la sinop-sis de un párrafo en la pi-zarra, su profesora de len-gua se había puesto a sulado y tratado de guiarlela mano. Paul se habíaechado atrás con un esca-lofrío llevándose las ma-nos violentamente a la es-palda. La perpleja mujerdif íci lmente se habríasent i d o m á s d o l i d a yavergonzada si la hubie-ra golpeado. El insultoera tan involuntar io yc l a r a m e n t e p e r s o n a lcomo para ser inolvida-ble. De un modo u otrohabía hecho conscien-tes a todos sus profeso-r e s , t a n t o h o m b r e scomo muje re s , de e sasensac ión de avers iónfísica. En una clase per-

ce.

When questioned bythe Principal as to why hewas there, Paul stated,politely enough, that hewanted to come back toschool. This was a lie*,bu t Pau l was qu i t eaccus tomed to ly ing ;found i t , indeed , in -d i spensab le fo rovercoming fr ic t ion* .His teachers were askedto state their respectivecharges aga ins t h im,which they did with sucha rancor* andaggr ievedness* asevinced* that this wasnot a usual case . Dis-order and impertinencewere among the offensesnamed, yet each of hisins t ruc tors fe l t tha t i twas scarcely possible toput into words the realc a u s e o f t h e t roub le ,which lay in a sor t ofhysterically defiant man-ner of the boy’s; in thecontempt* which they allknew he felt for them, andwhich he seemingly madenot the leas t e f for t toconceal*. Once, when hehad been making asynopsis of a paragraph atthe b lackboard , h i sEngl i sh t eacher hadstepped to his side andattempted to guide his hand.Paul had started back* witha shudder* and thrust* hishands violently behindh im. The as ton i shedwoman could scarce lyhave been more hurt andembarrassed had hes t ru c k a t h e r * . T h ei n s u l t w a s s o i n -v o l u n t a r y a n ddef in i t e ly pe r sona l a sto be unforget table . Ino n e w a y a n d a n o t h e r,h e h a d m a d e a l l h i st e a c h e r s , m e n a n dw o m e n a l i k e ,conscious of the samef e e l i n g o f p h y s i c a l

(mentira)

(para evitarse roces)

malice, hostility

(encono), affliction

made clear,(revelaban)

very funny, shrp

indifference, scorn, despite, (desprecio)

hide

recoiled, (retrocedió)

(escalofrío)

impelled, shoved, (puso)

(turbada)

(que si la hubiera gol- peado)

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raban. En una clase, sesentaba con la mano envisera sobre los ojos; enotra, se dedicaba a mirarpor la ventana mientrasreci taba la lección; enotra, hacía continuos co-mentarios _______ humo-rísticos sobre la clase.

Aquella tarde sus pro-fesores creyeron que suactitud quedaba perfec-tamente simbolizada poraquel encogimiento dehombros y su frívolo cla-vel rojo, y cayeron sinpiedad sobre él, con laprofesora de lengua en-cabezando el grupo. Losoportó sonr iente , consus labios pálidos y lige-ramente abiertos que de-jaban ver unos dientesblancos. (Movía los la-bios continuamente y te-nía la costumbre de le-vantar las cejas, un ges-to en extremo despecti-vo e i r r i tante . ) Chicosmayores que Paul se ha-b r í a n d e r r u m b a d o yechado a llorar ante unaprueba tan dura comoaquélla, pero él no per-d ió n i un momento l asonrisa y el único sig-no de incomodidad fueel nervioso temblor delos dedos que juguetea-ban con los botones dela b r i g o y l a s a c u d i d ao c a s i o n a l d e l a o t r am a n o q u e s o s t e n í a e lsombrero. Paul siempresonreía, siempre mirabaa su a l r ededo r con l asospecha de que lo estu-vieran vigilando e inten-taran detectar algo. Estaexpresión de alerta , enl a s a n t í p o d a s d e l aalegría infantil, se inter-p r e t a b a g e n e r a l m e n t ec o m o i n s o l e n c i a o«marrullería».[233]

E n e l t r a n s c u r s od e l i n t e r r o g a t o r i o ,u n a d e l a s p r o f e s o r a s

sentado con una manohaciendo de visera sobrelos ojos; en otra siempremiraba por la ventana du-rante el recitado de la lec-ción; en otra hacía un co-mentario en directo de laclase con intención hu-morística.

Sus profesores p e n -s a r on esa tarde que suforma de encogerse dehombros y el clavel im-p e r t i n e n t e m e n t e r o j oe r a n t o d o u n s í m b o l od e s u a c t i t u d, y se aba-l a n z a r o n s o b r e é l s i npiedad, con la profeso-ra de lengua encabezan-do la jauría. Él aguantót o d o sonriendo, los pá-l idos labios separadossobre lo s d i e n t e s b l a n -c o s . (Hacía muecas sincesar con los labios, y te-nía la costumbre de levan-tar las cejas, lo cual erairritante y despectivo engrado sumo.) Chicos ma-yores que Paul se habríanderrumbado y vertido lá-grimas bajo s e m e j a n t euna prueba así, pero a élni una sola vez le aban-donó su sonrisa adopta-d a , y la única muestraque dio de incomodidadfue el nervioso temblor desus dedos al juguetear conlos botones del abrigo, yde vez en cuando una sa-cudida de la otra manocon que sostenía el som-brero. Paul siempre son-reía, siempre miraba entorno a sí, dando la im-presión de intuir que po-dían estar observándole eintentando detectar algo.Esa expresión deliberada ,como no podía distar másde la alegría p rop ia deun muchacho, se solíaatribuir a su insolencia o«elegancia».

En el transcurso delin ter rogator io , u n a d elas profesoras aludió a

manecía sentado tapán-dose los o jos con unamano; en otra s iempremiraba por la ventanadurante el recitado de lalección; en otra hacía unreportaje en directo de laclase con intención hu-morística.

Sus p rofesores c re -y e r o n e s a t a r d e q u etoda su act i tud queda-b a s i m b o l i z a d a e n s uforma de encogerse dehombros y en e l c laveli m p e r t i n e n t e m e n t erojo , y se abalanzaronsobre él sin piedad, conla profesora de lenguaencabezando la jaur ía .É l aguan tó sonr iendo ,los pálidos labios sepa-rados sobre la dentadu-ra b lanca . (Torcía con-tinuamente los labios, ytenía la costumbre de ar-quear las cejas, lo cualera irritante y despectivoen sumo grado.) Chicosmayores que Paul se ha-brían derrumbado y ver-t ido lágr imas bajo esebautismo de fuego, peroa él no le abandonó niuna sola vez su sonrisafija, y las únicas mues-tras de su incomodidadfueron el nervioso tem-blor de sus dedos al ju-guetear con los botonesdel abrigo y de vez encuando una sacudida dela otra mano con que sos-tenía el sombrero. Paulsiempre sonreía, siempremiraba en derredor, dandola impresión de creer quepodían estar vigilándolo ytratando de detectar algo.Esa expresión consciente,c o m o n o p o d í a d i s t a rm á s d e l a a l e g r í a i n -f a n t i l , s o l í a a t r i b u i r -s e a s u i n s o l e n c i a o« v i v e z a » .

En e l t ranscurso del a i n v e s t i g a c i ó n , u n ade las profesoras repi-

aversion. In one class hehabi tual ly sa t with hishand shading* his eyes; inanother he always lookedout of the window duringthe recitation; in another hemade a running* commen-tary on the lecture, withhumorous intent.

H i s t e a c h e r s f e l tt h i s a f t e rnoon tha t h i sw h o l e a t t i t u d e w a ss y m b o l i z e d b y h i ss h r u g * a n d h i sf l i p p a n t l y * r e dc a r n a t i o n f l o w e r ,a n d t h e y f e l l u p o nh i m w i t h o u t m e r c y ,h i s E n g l i s h t e a c h e rl e a d i n g t h e p a c k * .H e s t o o d t h r o u g h i ts m i l i n g , h i s p a l el i p s p a r t e d o v e r h i sw h i t e t e e t h . (His l ipswere continuallytwitching*, and he had ahabit of raising his eye-brows that wascontemptuous and irritatingto the last degree.) Olderboys than Paul had brokendown* and shed t ea r sunder that ordeal*, buth is se t* smi le d id notonce desert him, and hisonly sign of discomfortwas the ne rvoustrembling of the fingerstha t toyed wi th thebuttons of his overcoat,and an occas iona ljerking* of the other handwhich held his hat. Paulwas a lways smi l ing ,always glancing* abouthim, seeming to feel thatpeople might be watchinghim and trying to detectsometh ing . Th i sconsc ious express ion ,since it was as far as possiblefrom boyish mirthfulness*,was us u a l l y a t t r i b u t e dt o i n s o l e n c e o r“smartness*.”

As the inqu i s i t ion*proceeded , one o f h i sinstructors repeated an

(haciendo de visera)

(ejercios, prácticas)

(en directo, simulta- táneo)

drawing up of the shoulders

frivolously, (imperti- nentemente)

group, (jauría)

moving spasmodical- ly, trembling, (ha- ciendo muecas)

(derrumbado)

trial, (prueba)

adopted, displayed,(fija, compuesta)

(sacudida), twisting

looking quickly

joyfulness, happiness

(elegancia, camelo)

(investigación)

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c i t ó un comen ta r io i n -s o l e n t e d e l c h i c o y e ld i r ec to r l e p regun tó s ic r e í a q u e a q u é l l a e r af o r m a d e d i r i g i r s e au n a d a m a . P a u l s ee n c o g i ó l i g e r a m e n t ed e h o m b r o s y m o v i ól a s c e j a s .

– N o l o s é – c o n t e s -t ó – . N o p r e t e n d í a s e re d u c a d o n im a l e d u c a d o . Supongoq u e e s m i m a n e r a d ede cir las cosas, s in te-ner nada en cuenta.

E l d i r e c t o r l e p r e -guntó si no le pareceríab i e n p r e s c i n d i r d eaquellas maneras. Paulsonr ió ab ie r t amen te ydijo que suponía que sí .Cuando le di jeron quepodía marcharse , h izouna graciosa reverenciay sa l ió . Su reverenciae ra como una r e i t e ra -c i ó n d e l e s c a n d a l o s oclavel rojo.

Los profesores estabandesesperados; su maestro dedibujo expresó el sentir detodos cuando afirmó que ha-bía algo en aquel chico queninguno de ellos comprendíay a ñ a d i ó q u e n o c r e í aq u e a q u e l l a s o n r i s as u y a f u e r a s ó l o f r u t od e l a i n s o l e n c i a :«Hay en ella algo de pertur-bado. Para empezar, elchico no es fuerte. ___ __ __ __ ___ _ __ ____ __ __ __ _ __ __ _ ____ __ __ __ __ _ __ ____ __ __ __ _ __ __ ____ __ __ _ __ __ _ Algon o a n d a b i e n e n e s echico»

E l m a e s t r o d e d i -b u j o s e h a b í a p e r c a -t a d o d e q u e , a l m i r a ra P a u l , u n o s ó l o v e í as u s d i e n t e s b l a n c o s yl a f o r z a d a a n i m a c i ó nd e s u s o j o s . U n a t a r -

un comentario imperti-nente del chico, y el di-rector le preguntó si leparecía que aquella erauna forma cortés de ha-blar a una mujer. Paulse encogió l igeramentede hombros e h izo untic con las cejas.

—No lo s é —rep l i -có—. No e r a mi i n t en -c i ó n s e r e d u c a d o om a l e d u c a d o . S u p o n g oq u e e s m i m a n e r a d ed e c i r l a s c o s a s , t a l ycomo me sa l en .

E l d i r e c t o r l e p r e -gun tó s i no c r e í a queesa e r a una cos tumbrea l a q u e t e n d r í a q u epo n e r f i n . Paul sonr ióy di jo que suponía ques í . C u a n d o s e l e d i j oq u e p o d í a m a r c h a r s e ,h izo una a i r o s a reve-rencia y sal ió . Su reve-r e n c i a f u e c o m o u n aréplica del escandalosoclavel rojo .

Sus profesores estabandesesperados, y el profe-sor de dibujo expresó laopinión de todos al decirque había algo en el chi-co que ninguno de elloscomprendía. Añadió:

—No creo realmenteque esa sonrisa suya ven-ga sólo de la insolencia;hay algo en ella como ob-sesivo. Para empezar, esechico no parece fuerte. Mehe enterado por casualidadde que nació en Coloradosólo unos meses antes deque su madre muriera deuna larga enfermedad. Algono m a r c h a b ien en esech ico .

El profesor de dibujohabía l l e g a d o a n o t a rq u e , a l m i r a r a P a u l ,u n o s ó l o v e í a s u sd i e n t e s b l a n c o s y l af o r z a d a a n i m a c i ó n d esus o jos . Una ta rde ca-

t ió un comentar io im-per t inente del chico, yel d i rector le preguntós i l e p a r e c í a q u e e r ac o r t é s h a b l a r d e e s emodo a una mujer. Paulse encogió l igeramentede hombros e h izo unt ic con las cejas .

—No lo sé —rep l i -có—. No era mi inten-ción ser educado o ma-leducado. Supongo quees mi manera de decirlas cosas , pase lo quepase.

El director, que era unhombre comprensivo, lepreguntó si no creía quehabía una manera de des-hacerse de ella. Paul son-r ió y di jo que suponíaque sí. Cuando se le dijoq u e p o d í a m a r c h a r s e ,hizo una graciosa reve-rencia y salió. Su reve-rencia no fue sino una ré-p l i c a d e l e s c a n d a l o s oclavel rojo.

Sus profesores estabandesesperados, y el profe-sor de dibujo expresó laopinión de todos al decirque había algo en el chi-co que ninguno de elloscomprendía. Añadió:

—No creo realmenteque esa sonrisa suya ven-ga sólo de la insolencia;hay en ella algo como ator-mentado. Para empezar,ese chico no es fuerte. Mehe enterado por casualidadde que nació en Coloradosólo unos meses antes deque su madre muriera deuna larga enfermedad. Algon o a n d a b i e n e n e s ec h i c o .

El p rofesor de d ibu-jo había no tado que , a lm i r a r a P a u l , s ó l ove ías sus d ien tes b lan-cos y la forzada anima-c ión de sus o jos . Unata rde ca lu rosa en que

imper t inen t remark ofthe boy’s, and the Prin-cipal asked him whetherh e t h o u g h t t h a t ac o u r t e o u s s p e e c h t omake to a woman. Paulshrugged his shoulderss l i g h t l y a n d h i seyebrows twitched*.

“ I d o n ’ t k n o w, ” h erepl ied . “ I d idn’ t meant o b e p o l i t e o ri m p o l i t e , e i t h e r . Iguess i t ’s a sor t of wayI h a v e , o f s a y i n gth ings regard less* .”

The Principal askedhim whether he didn’tthink that a way it wouldbe well to get r id of*.Paul gr inned* and sa idh e g u e s s e d s o . W h e nh e w a s t o l d t h a t h ec o u l d g o , h e b o w e d *g r a c e f u l l y * a n d w e n to u t . H i s b o w w a sl i k e a r e p e t i t i o n o ft h e s c a n d a l o u s * r e dc a r n a t i o n * .

His teachers were indespair, and his drawingmaster voiced the feeling ofthem all when he declaredthere was something aboutthe boy which none of themunderstood. He added: “Idon’t really believe thatsmile of his comesaltogether from insolence*;there’s something sort ofhaunted* about it. The boyis not strong, for one thing.I happen to know that hewas born in Colorado, onlya few months before hismother died out there of along illness. There is some-thing wrong about thefellow.”

The drawing master*h a d c o m e t o r e a l i z et h a t , i n l o o k i n g a tPau l , one saw on ly h i sw h i t e t e e t h a n d t h ef o r c e d a n i m a t i o n o fh i s e y e s . O n e w a r m

moved spasmodical- ly, (se contrajeron,

se crisparon)

(pase lo que pase)

(poner fin)

smiled broadly

inclined his head

(airosamente)

outrageous

(clavel)

(descaro,atrevimiento)

persistency, obses- sion, (tormento)

(profesor de dibujo)

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d e c á l i d a e n l a que elchico se había quedadodormido en la mesa dedibujo, su maes t ro ha -b ía no tado con so rp re -s a l a b l a n c u r a d e s ur o s t r o r e c o r r i d o p o rvenas azules, demacra-do y arrugado a lrededorde los ojos como el de unvie j o , c o n l o s l a b i o st e m b l o r o s o s i n c l u s od o r m i d o . _ __ __ __ ____ __ _ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __ _ __ __ ____ __ __ _

Sus profesores abando-naron el edificio insatisfe-chos y agobiados, humilla-dos por haberse mostradotan resentidos con un sim-ple muchacho, por haberexpresado aquel senti-miento en términos tandenigrantes y haberse ani-mado unos a otros, como sidi jéramos, a entrar enaquel juego espantoso delreproche destemplado.Uno de ellos recordó habervisto un miserable gato ca-llejero acorralado por uncírculo de torturadores.[234]

En cuanto a Paul, bajócorriendo la colina sil-bando el «Coro de lossoldados» de Fausto ymirando frenéticamentetras de sí para asegurar-se de que ninguno de susprofesores era testigo des u d e s p r e o c u p a c i ó n .Como era ya bien entra-da la tarde, y aquella no-che Pau l t r aba jaba dea c o m o d a d o r e n e lCarnegie Hall , decidióque no iría a casa a ce-nar.

Cuando llegó a la salade conciertos, aún no ha-bían abierto las puertas.Fuera hacía frío y decidiósubir a la sala de exposi-ciones –siempre desiertaa esta hora– donde habíaa lgunos cuadros de

lu ro sa en la que e l ch i -c o s e h a b í a q u e d a d odormido an t e su t ab l ade d ibu jo , e l p ro fe so rse hab ía f i j ado es tupe-f ac to en l o b l anca quee r a s u c a r a , l l e n a d ev e n i t a s a z u l e s : dema-crada y a r rugada comola de un v i e jo a l r ede -d o r d e l o s o j o s , c o nlos l ab io s t o r c i éndoseen un t i c ha s t a en sue -ños , y r í g idos de unatensión nerviosa que losretiraba de los dientes.

Sus profesores aban-donaron el edificio insa-tisfechos y abatidos: hu-millados por haber senti-do t ant o re n c o r hac iasimple chaval, por haberexpresado ese sentimien-to en términos hirientes,y por haberse animadomutuamente, por así de-c i r lo , a l i ncongruen tejuego del reproche des-m e d i d o . U n o de e l losreco rdaba habe r v i s t oun tr iste gato callejeroacorralado por un grupode torturadores.

Por lo que se refiere aPaul, bajó corriendo lacolina silbando el «Corode los Soldados» de Faus-to, mirando atrás comoloco de tanto en cuantopara cercionarse de queno había ningún profesorobservando su despreo-cupación. Como la tardees t aba avanzada y esanoche Pau l t r aba jabacomo acomodador en elCarnegie Hall , decidióque no iría a casa a ce-nar.

Cuando llegó a la salade conciertos las puertastodav ía no se hab íanabierto. Hacía frío fuera,por lo que decidió subirhasta el museo de pintu-ra --siempre vacío a esahora--, donde había va-

e l ch ico se hab ía que-dado dormido an te sutabla de d ibujo , e l pro-f e s o r s e h a b í a f i j a d oes tupefac to en lo b lan-ca que e ra su ca ra , l l e -n a d e v e n i t a s a z u l e s :c a n s a d a y a r r u g a d acomo la de un v ie jo a l -r e d e d o r d e l o s o j o s ,con los l ab ios to rc ién-dose en un t i c has ta ens u e ñ o s , y r í g i d o s d eu n a t e n s i ó n n e r v i o s aque los re t i raba de losd ien tes .

Sus profesores abando-naron el edificio insatis-fechos y tristes: humilla-dos por haberse sentidotan resentidos hacia unchico, por haber expre-sado ese sentimiento entérminos hirientes, y ha-berse instigado mutua-mente, por así decirlo,en el incongruente juegodel reproche desaforado.Algunos de ellos recor-d a b a n h a b e r v i s t o u ntriste gato callejero aco-rralado por un grupo deatormentadores.

Por lo que se re f ie -re a Paul , bajó corr ien-d o l a c o l i n a s i l b a n d oe l «Coro de los So lda-dos» de Faus to , miran-do a t r á s f r ené t i co po rs i ve ía a a lguno de susp r o f e s o r e s f u r i o s oa n t e s u d e s p r e o c u p a -c ión . Como e ra avan-zada la t a rde y esa no-c h e P a u l t r a b a j a b acomo a comodador en elCarnegie Hall , decidió_ __ __ __ __ __ _ ____ __

__ _ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ _ __ _ __ ____ __ _ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __ _ __ __ ________ ___ ____ subiral museo de pintura —siempre desier to a esahora—, donde había va-

a f t e r n o o n t h e b o y h a dg o n e t o s l e e p a t h i sd r a w i n g b o a r d * , a n dh i s m a s t e r h a d n o t e dw i t h a m a z e m e n t *w h a t a w h i t e , b l u e -v e i n e d f a c e i tw a s ; d r a w n * a n dw r i n k l e d * like an oldman’s abou t the eyes ,t h e l i p s t w i t c h i n g *e v e n i n h i s s l e e p ,a n d s t i f f w i t h an e r v o u s t e n s i o n t h a td r e w t h e m b a c k f r o mh i s t e e t h .

His teachers left thebuilding dissatisfied andunhappy*; humiliated tohave f e l t so v ind ic t ivet o w a r d a m e r e * b o y,t o h a v e u t t e r e d t h i sf e e l i n g i n c u t t i n g *t e r m s , a n d t o h a v es e t e a c h o t h e r o n ,a s i t w e r e , i n t h eg r u e s o m e * g a m e o fi n t e m p e r a t e *r e p r o a c h . One of themr e m e m b e r e d h a v i n gseen a miserab le s t ree tc a t s e t a t b a y * b y ar ing of tormentors.

As for Paul , he randown the hill whistlingt h e S o l d i e r s ’ C h o r u sf r o m F a u s t * , l o o k i n gwildly behind him nowand then to see whethers o m e o f h i s t e a c h e r swere not there to witnesshis l ight-heartedness*.As it was now late in theafternoon and Paul wason duty that evening asu s h e r * a t C a r n e g i eH a l l * , h e d e c i d e d t hathe would not go home tosupper.

When he reached theconcer t ha l l the doorswere not yet open. It waschilly* outside, and hedecided to go up into thepicture gallery—alwaysdeserted at this hour—where there were some of

(mesa de dibujo)

wonder, surprise

(cansada,demacrada)

folded, (arrugada)

moving spasmodically

(abatidos)

simple

(hirientes)

horrible, hateful

(inmoderado)

trapped, surrounded

opera of 1859 by French composer Charles Gounod

(despreocupación)

(acomodador)

Pittsburgh opera house

cold

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Raffelli: unos alegres es-tudios de las calles deParís y un par de escenasvenecianas de un azul eté-reo que siempre lo anima-ban. Es taba encan tadode no haberse encontra-do con nadie en la sala,salvo con el viejo guar-da , sen tado en e l r in -cón , con un per iód icoen las rodil las, un par-che negro en un ojo, ye l o t ro , ce r r ado . Pau ltomó posesión de la salay la recorrió de un extremoa otro, confiado, silbandopara sus adentros. Al cabode un rato, se sentó ante uncuadro azul de Rico Lebruny se quedó ensimismado.Cuando se le ocurrió mi-rar el reloj, eran las sietepasadas; se levantó de unbrinco y bajó corriendolas escaleras, le hizo unamueca a Julio César, quem i r a b a d e s d e l a s a l ad e b u s t o s r o m a n o s , yun ges to ma lvado a l aVenus de Milo al pasar pordelante de ella.

Cuando Paul llegó alvestuario de los acomoda-dores, ya había allí mediadocena de chicos, y concierto nerviosismo empe-zó a ponerse el uniforme.Era uno de los pocos quese adaptaban a la talla dequien lo llevaba, y a Paul leparecía favorecedor, aunquese daba cuenta de que la cha-queta recta y entallada leacentuaba la estrechezdel pecho, un detalle alque era excesivamentesensible. Siempre se po-nía nervioso al cambiar-se de ropa y escuchar enla sala de música el pun-teo invasor de los instru-mentos de cuerda al afi-narlos y la fanfarria pre-liminar de los de viento;pero esta noche parecíafuera de sí, y bromeó yfastidió a los chicos has-ta que, tras decirle que es-

rios estudios alegres deRaffaelli de calles de Pa-rís y un par de escenasvenecianas azul etéreoque siempre le an ima-ban. Se quedó encantadoal no ver a nadie en lass a l a s apar te de l v ie joguarda, quien se hallabasentado en una esquinacon un periódico en lasrodillas, un parche negroen un ojo y el otro cerra-do. Paul se hizo e l due-ño del lugar y lo reco-r r i ó d e u n e x t r e mo aotro confiado, s i l b a n -d o por lo bajo . Al cabode un rato se sentó anteun Rico azul y se que-dó ensimismado. Cuan-do se acordó de mirare l r e l o j e r a n p a s a d a slas s ie te ; se levantó deu n b r i n c o y b a j ó c o -r r i e n d o l a s e s c a l e r a s ,hac iendo una mueca aCesar Augusto , que loobservaba desde la salaes te , y un mal ges to ala Venus de Milo a l pa-sar por delante .

Cuando Paul llegó alvestuario de los acomo-dadores ya había allí me-dia docena de chicos, yempezó a meterse apre-suradamente en su uni-forme. Era uno de los po-cos que se aproximabana su talla, y a Paul le pa-recía muy favorecedor,aunque sabía que la cha-queta recta y ajustada leacentuaba el pecho estre-cho, del que era excesi-v a m e n t e c o n s c i e n t e .S i e m p r e s e s e s e n t í am u y exc i tad o a l cam-biarse, todo él palpitan-do con el afinamiento del o s i n s t r u m e n t o s d ecuerda y las fanfarr iasp r e l i m i n a r e s d e l a strompas en la sala de mú-sica; pero esa noche pare-cía fuera de sí, y bromeóy acosó a los chicos has-ta que, diciéndole que es-

rios estudios alegres deRaffae l l i de ca l l e s deParís y un par de esce-nas venecianas azul eté-reo que siempre lo esti-mulaban. Se quedó en-cantado al no encontrare n e l m u s e o a n a d i eaparte del viejo guarda,sentado en una esquinacon un periódico en lasrodillas, un parche ne-gro en un ojo y el otroce r r ado . Pau l s e h i z od u e ñ o d e l l u g a r y l orecorr ió de un ex t remoa o t r o c o n f i a d o , s i l -bando déb i lmente . A1cabo de un rato se sen-tó ante un Rico azul yse quedó ensimismado.C u a n d o s e a c o r d ó d emirar e l re loj eran lassiete pasadas, se levan-tó de un salto y bajó co-r r i e n d o l a s e s c a l e r a s ,hac iendo una mueca aAugusto, que lo mirabadesde la sala este, y unmal gesto a la Venus deMilo al pasar por delan-te de ella.

Cuando Paul llegó alvestuario de los acomo-d a d o r e s y a h a b í a a l l ímedia docena de chicos,y empezó a meterse ensu uniforme, exci tado.E r a u n o d e l o s p o c o sque se aproximaban a sutalla, y le parecía favo-recedor , aunque sab íaque la chaqueta recta yajustada le acentuaba elpecho estrecho, del queera excesivamente cons-ciente. Siempre se exci-taba considerablementeal cambia r se , v ib randotodo su s e r con e l a f i -n a m i e n t o d e l o s i n s -t rumen tos de cue rda yla f an fa r r i a p re l iminard e l o s v i e n t o s e n l as a l a d e m ú s i c a ; p e r oesa noche pa rec í a fue -r a d e s í , y f a s t i d i ó yatormentó a los chicosh a s t a q u e , d i c i é n d o l e

Raffelli’s gay* studies ofP a r i s s t r e e t s a n d a na i r y * b l u e Ve n e t i a nscene or two that alwayse x h i l a r a t e d * h i m . H ewas delighted to find noone in the ga l le ry butthe old guard, who sati n t h e c o r n e r , an e w s p a p e r o n h i sk n e e , a b l a c k p a t c h *o v e r o n e e y e a n d t h eo t h e r c l o s e d . P a u lp o s s e s s e d h i m s e l f o ft h e p l a c e * a n dwalked confidently upa n d d o w n , wh i s t l i ngunder his breath*. Aftera w h i l e h e s a t d o w nbefore a blue Rico* andlost himself*. When hebethought* him to look athis watch, i t was afterseven o’c lock , and herose with a start and rand o w n s t a i r s , m a k i n g aface at Augustus Caesar,peer ing out* f rom thecast-room, and an evi lgesture at the Venus ofMilo as he passed her onthe stairway.

When Pau l r eachedt h e u s h e r s ’ d r e s s i n g -room half a dozen boyswere there already, andhe began exc i t ed ly tot u m b l e i n t o * h i suniform. It was one oft h e f e w t h a t a t a l lapproached fitting*, andP a u l t h o u g h t i t v e r ybecoming*—though heknew the tight , straightc o a t a c c e n t u a t e d h i sn a r r o w c h e s t , a b o u tw h i c h h e w a sexceedingly sensitive*.He was always excitedw h i l e h e d r e s s e d ,twanging* all over to thetuning of the strings andt h e p r e l i m i n a r yflourishes* of the hornsin the music-room; buttonight he seemed quitebeside himself*, and heteased* and plagued* theboys until, telling him that

(alegres)

(etérea)

uplifted, animated, stimulated

(parche)

(se hizo dueño dellugar)

(por lo bajo, entredientes)

XVI c. painter

sank into

(se acordó)

looking with curiosity

move into, (meterse)

suitable

(que le sentaba bien)

(consciente,sensible)

(vibrando)

(fanfarria)

(fuera de sí)

(bromeó) / acosó)

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taba loco, lo tiraron alsuelo y se sentaron enci-ma de él. [235]

Calmado en cierto modopor aquel sometimiento, Paul sedirigió a la entrada del edificiopara acomodar a los primerosen llegar. Era un acomodadormodélico; recorría los pasillosde arriba abajo, amable ysonriente. Nada le resulta-ba demasiado problemá-tico; llevaba mensajes ytraía programas como siaquello fuera lo más pla-centero de su vida, y to-dos en su sección lo con-sideraban un chico en-cantador, cuando veíanque él los recordaba yadmiraba. A med ida quel a s a l a s e l l e n a b a , s ev o l v í a m á s v i v a z ya n i m a d o , y e l c o l o ra c u d í a a s u s l a b i o s ymejil las. Parecía comos i P a u l f u e r a e l a n f i -trión de una gran recep-ción. En el preciso mo-mento en que los músi-cos ocupaban sus p l a -z a s , l l e g ó s u p r o f e -s o r a d e i n g l é s c o np a s e s p a r a l o s a s i e n -t o s q u e u n d e s t a c a d oe m p r e s a r i o h a b í ar e s e r v a d o p a r a l at e m p o r a d a . A l e n t r e -g a r a P a u l l a s e n t r a -d a s , l a m u j e r m o s t r óc i e r t a i n c o m o d i d a d yu n a al t ivez que poste-riormente la hizo sentir-se muy ton ta . Paul sequedó desconcertado porun instante y le dieronganas de echarla; ¿qué sele había perdido a ella allí,entre aquella gente elegan-te y aquellos alegres co-lores? La miró de arribaabajo y decidió que no ibavestida para la ocasión:debía de ser idiota parasen tarse ahí vestida así .___ ________ __ _ __ __ ____ __ __ _ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __ __ _ __ ____ __ __ __ _ __ __ __ __ __

taba chalado, lo tumba-ron en el suelo y se lesentaron encima.

Algo c a l m a d o t r a sesta contención, Paul sa-lió corriendo a la partedelantera de la sala paraacomodar a los primerosen llegar. Era un acomo-dador modélico. Amabley sonriente, recorría deun lado para otro los pa-sillos. Nada era demasia-da molestia para él; lle-vaba mensa jes y t r a íaprogramas como si fuerae l mayor p lacer de suvida, y toda la gente desu sección lo considera-ba un chico encantador,pues pensaban que él seacordaba de ellos y losadmiraba. A medida quese llenaba la sala, él sevolvía más y más vivaz yanimado, y acudía el co-lor a sus mejillas y la-bios. Era como si se tra-tara de una gran recepcióny Paul fuera el anfitrión.Justo cuando los músi-cos salieron para ocuparsus puestos, llegó su pro-fesora de lengua con pa-ses para las butacas quehabía reservado para latemporada un prominen-te industrial . La mujerdio muestras de incomo-didad cuando entregó aPaul las entradas, y deuna hauteur que luego lehizo sent i r muy tonta .Paul se quedó descon-certado por un instantey sint ió ganas de echar-la; ¿qué tenía que hacerella allí entre esa genteelegante y e sos co loresa legres? La miró bien ydecid i ó que no iba arregla-da como e ra deb ido , y q u eh a c í a f a l t a s e r t o n t a p a r asentarse en e l p a t i o d e b u -t a c a s c o n a q u e l l a v e s t i -menta . S e g u r a mente le ha-bían enviado las entradascomo favor, pensó mien-tras le bajaba el asiento

que estaba loco, lo tum-baron en el suelo y sesentaron sobre él.

Algo aplacado por suexpulsión, Paul salió co-rriendo a la parte delan-tera de la sala para bus-car asiento a los primerosen llegar. Era un acomo-dador modélico; cortés ysonriente, recorría de unlado para otro los pasi-llos; nada era demasiadamolestia para él; llevabamensajes y traía progra-mas como si fuera el ma-yor placer de su vida, ytoda la gente de su sec-ción lo consideraba unchico encantador, y teníala impresión de que seacordaba de ellos y losadmiraba. A medida quese llenaba la sala, él sevolvía más vivaz y ani-mado, y acudía el color asus mejillas y labios. Eracomo si se tratara de unagran recepc ión y Paulfuera el anfitrión. En elpreciso momento en quelos músicos salieron paraocupar sus puestos, llegósu profesora de lenguacon pases para los asien-tos que había reservadop a r a l a t e m p o r a d a u nprominente industrial. Lamujer dio muestras de in-comodidad cuando entre-gó a Paul las entradas, yde una altivez que le hizosentir muy tonta después.Paul se quedó desconcer-tado por un instante y leentraron ganas de echar-la; ¿qué tenía que hacerella allí entre esa genteelegante y colores ale-gres? Le echó un vistazoy decidió que no iba arre-glada como era debido, yd e b í a d e s e r e s t ú p i d apara sentarse allá abajovestida de ese modo. Se-guramente le habían en-viado las entradas comofavor, pensó mientras lo-calizaba un asiento para

he was crazy, they put himdown on the f loor andsat on him.

Somewhat calmed byh i s s u p p r e s s i o n , P a u ld a s h e d * o u t t o t h ef r o n t o f t h e h o u s e t oseat the ear ly comers .He was a model usher.Gracious* and smilinghe ran up and down theaisles. Nothing was toomuch trouble for him; hecarr ied messages andbrought programs asthough it were his greatestpleasure in life, and all thepeople in h is sec t ionthought him a charmingboy, fee l ing tha t heremembered and admiredthem. As the house filled,he grew more and morevivacious* and animated,and the color came to hischeeks and lips. It wasvery much as though thiswere a great receptionand Paul were the host*.J u s t a s t h e m u s i c i a n scame out to take theirp l a c e s , h i s En g l i s ht e a c h e r a r r i v e d w i t hc h e c k s * f o r t h e s e a t sw h i c h a p r o m i n e n tmanufacturer had takenf o r t h e s e a s o n . S h eb e t r a y e d * s o m ee m b a r r a s s m e n t w h e ns h e h a n d e d P a u l t h et i c k e t s , a n d a nh a u t e u r * whichsubsequently made herfeel very foolish. Paul wasstartled* for a moment,and had the feel ing ofwanting to put her out*;what business had shehere among all these finepeople and gay* colors?He looked her over anddecided that she was notappropriately dressed andmust be a fool to s i tdownstairs in such togs*.The tickets had probablybeen sent her out ofkindness*, he reflected, ashe put down a seat for her,

hurried out, (salió precipitadamente)

(Amable)

(vivaracho)

(anfitrión)

(pases)

revealed involuntari- ly, (dio muestras)

arrogance,haughtiness

surprised, (quedó desconcertado)

(echarla, expulsarla)

cheerful

clothes, rags

(como favor) X

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Cuando la sinfonía em-pezó, Paul se hundió, conun largo suspiro de alivio,en uno de los asientos delas últimas filas y se que-dó ensimismado, comoantes delante del cuadrode Rico. No era que lassinfonías tuvieran paraPaul un significado espe-cial, pero era como si losprimeros acordes de losinstrumentos l iberasendentro de él algún espíri-tu hilarante, algo que lu-chaba dentro de sí comoel genio en la botella delpescador á rabe ; s in t ióunas repentinas ganas devivir: las luces danzabanante sus ojos y la sala deconciertos se iluminabacon un resplandor inima-ginable. Cuando la sopra-no sal ió a l es c e n a r i o ,Paul o lvidó incluso ladesagradable presenciade su p ro f e so ra en l as a l a , y s e r i n d i ó a l apeculiar exaltación quesiempre despertaban en élaquellos personajes. Re-sultó que la solista erauna alemana, que distabamucho de estar en su pri-mera juventud [236] y te-nía, además, muchos hi-jos; pero llevaba una tú-nica de satén y una tiara,y tenía ese aire indefini-ble de éxito, aquel res-plandor sobre la cabezaque s iempre cegaba aPaul ante cualquier posi-ble defecto.

A l a c a b a r u n c o n -cierto, Paul siempre sesent ía i r r i table y fa ta lh a s t a q u e c o n s e g u í adormirse, pero esta no-che estaba aún más in-t r a n q u i l o d e l o h a b i -tual . Tenía la sensaciónde no poder refrenarse,de no ser capaz de re-

para ella, y no tenía másderecho que él a es tarallí sentada.

C u a n d o e m p e z ó e lconcierto, Paul se sentóen uno de los asientostraseros con un suspiroprofundo de alivio y seq u e d ó e n s i m i s m a d o ,como había hecho ante elRico. No es que los con-ciertos, de por sí, signi-ficaran algo en particularpara él, pero sólo la vis-ta de los ins t rumentosparecía liberar de su in-terior cierto espíritu re-goc i j an te : a lgo que r er e a v i v a b a a l l í den t ro ,como el genio de la bo-tella que encontró el pes-cador árabe. Le entró unarepentina pasión por lavida; las luces danzaronante sus ojos y la sala deconciertos resplandecióen un inimaginable ful-gor. Cuando la sopranosalió al escenario, Paulolvidó hasta la desagra-dab le p resenc ia de suprofesora y se entregó ala singular embriaguezque siempre ejercí an ené l t a l e s pe r sona jes . Laso l i s t a r e s u l t ó s e r unaa l e m a n a q u e d i s t a b ade e s t a r en su p r imeraj u v e n t u d y t e n í a m u -chos h i jos ; pe ro l l eva -ba un t r a j e d e s a t é n yuna t i a r a , y, po r enc i -m a d e t o d o , e x h i b í aese a i r e i nde f in ib l e deé x i t o , e s a a u r e o l a d em u n d o que l e i m p e d í av e r a P a u l c u a l q u i e rd e f e c t o .

Al terminar un con-cier to , Paul s iempre sesen t ía i r r i t ab le y des -g rac iado has ta que sedormía, y esa noche sesent ía aún más inquie-t o q u e d e c o s t u m b r e .No se veía con fuerzasde claudicar, de renun-c i a r a e s a e x q u i s i t a

ella, y tenía tanto dere-cho como él a sentarseallí.

C u a n d o e m p e z ó l asinfonía, Paul se sentóen uno de los asientostraseros con un suspirode alivio y se quedó en-simismado, como habíahecho ante el Rico. Noes que las sinfonías, depor sí, significaran algoe n p a r t i c u l a r p a r a é l ,pero sólo la vista de losinstrumentos parecía li-berar de su interior cier-to espíritu potente e hi-larante: algo que lucha-ba allí dentro, como elgenio de la botella quee n c o n t r ó e l p e s c a d o rárabe. Le entraron unasrepentinas ganas de vi-vir; las luces danzaronante sus ojos y la sala deconciertos se iluminó enun inimaginable resplan-dor. Cuando la solista so-prano salió al escenario,Paul olvidó hasta la des-agradable presencia desu profesora y se entre-gó al peculiar estímuloque siempre ejercían enél tales personajes. Qui-so el azar que la solistafuera una alemana quedistaba de estar en su pri-mera juventud y era ma-d r e d e m u c h o s h i j o s ;pero llevaba un traje muyelaborado y una tiara, y,por encima de todo, ex-hibía ese aire indefiniblede l éx i to , e sa au reo laque, a los ojos de Paul,la convertían en una ver-dadera reina del Amor.

A l t e rminar un con-c ier to , Paul s iempre sesen t ía i r r i t ab le y des -g rac iado has ta que sedormía , y esa noche sesen t ía aún más inquie -t o q u e d e c o s t u m b r e .No se ve ía con fuerzasde des in f l a r se , de r e -nunc ia r a esa de l ic io -

a n d s h e h a d a b o u t a smuch right to sit thereas he had.

When the symphonybegan Paul sank into oneof the rear seats with along sigh of relief, andlost* himself as he haddone before the Rico*. Itw a s n o t t h a ts y m p h o n i e s , a s s u c h ,meant anything in parti-cu la r to Pau l , bu t thef i r s t s i g h o f t h eins t ruments seemed tof r e e s o m e h i l a r i o u s *s p i r i t w i t h i n h i m ,something that struggledthere like the Genius* inthe bottle found by theArab fisherman. He felta sudden zest* of l ife;the lights danced beforehis eyes and the concerth a l l b l a z e d * i n t ounimaginable splendor.W h e n t h e s o p r a n oso lo i s t came on , Pau lforgot even the nastiness*o f h i s t e a c h e r ’ sb e i n g t h e r e , a n dg a v e h i m s e l f u p t ot h e peculiar intoxication*such personages alwayshad for him. The soloistchanced to be a Germanwoman, by no means* inher first youth, and them o t h e r o f m a n ychildren; but she wore asatin gown and a tiara*,a n d s h e h a d t h a ti n d e f i n a b l e a i r o fa c h i e v e m e n t *, t h a tworld-shine* upon her,wh ich a lways b l indedP a u l t o a n y p o s s i b l edefects.

After a concert wasover, Paul was often irri-table and wretched* untilh e g o t t o s l e e p , a n dtonight he was even morethan usually restless. Hehad the fee l ing of notbeing able to let down*;of its being impossible togive up this delicious*

sank into, (se hundió)

painter (1500-1550) of the Byzantine school,

a native of Crete

(hilarante)

A genie in TheArabian Nights.

passion, zeal

shone, (resplandeció)

unpleasantness, (lodesagradable,

grosería)

(embriaguez)

(que distaba de estar)

diadem

accomplishment,success

(aureola internacional)

distressed, (desgra- ciado)

(relajarse, abando- narse)

(exquisita)

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nunciar a esta deliciosaa g i t a c i ó n q u e e r a l oúnico que podía l lamar-se vida. Se retiró duran-te el úl t imo número y,t r a s c amb ia r se a t odaprisa en los vestuarios,corrió a la puerta late-r a l donde e spe raba e lc o c h e d e l a c a n t a n t e .E m p e z ó a r e c o r r e r l acalle de un lado a otromient ras esperaba queella sal iera.

A lo le jos , e l ho te lSchenley, alto y cuadra-do, se destacaba en e lvacío, a través de la finalluvia: las ventanas desus doce pisos brillabancomo las de una de esascasas de cartón ilumina-das bajo un árbol de Na-vidad. Todos los cantan-tes y actores importan-t e s s e a l o j a b a n e n é lcuando venían a la ciu-dad , y muchos de l o sgrandes industriales dela región vivían allí eninvierno. Con frecuenciaPaul había rondado el ho-tel para ver a la gente en-trar y salir, deseando en-trar en él y dejar tras desí para siempre a los pro-fesores y las aburridaspreocupaciones.

Por f in salió la can-t an t e acompañada de ld i r e c t o r d e o r q u e s t a ,quien la ayudó a subira su carruaje y cerró lapue r t a con un co rd i a lauf wiedersehen, lo queindujo a Paul a pensar sino sería una antigua no-via suya. Paul siguió elcarruaje hasta el hotel yanduvo tan deprisa que,cuando la can tan te seapeó y desapareció traslas puertas de cristal ba-tientes que abría un negrocon chistera y levita, él yae s t a b a c e r c a d e l a e n -t r a d a . A l e n t r e a b r i r s el a p u e r t a , t u v o l a s e n -

emoción que era lo úni-co que merecía l lamar-se v ida . Se r e t i ró du -rante e l ú l t imo númeroy, t ras cambiarse rápi-damente en e l ves tua-r io , sa l ió en un instantep o r l a p u e r t a l a t e r a l ,donde aguardaba e l ca-r r u a j e d e l a s o p r a n o .Al l í empezó a pasearsepor la acera de arriba aabajo, esperando a queel la sa l iera .

A l o l e j o s , e lSchenley, en su vacía ex-tensión, se erigía alto ycuadrado a través de lafina lluvia, las ventanasde sus doce pisos ilumi-nadas como las de unacasa de cartón bajo unárbol de Navidad. Todoslos actores y cantantesde renombre se alojabanallí cuando se encontra-ban en la ciudad, y va-rios de los grandes in -dust r ia les de la regiónvivían allí en invierno.Paul había rondado me-nudo alrededor del hotel,observando a la gente en-trar y salir, deseando en-trar en él y dejar atráspara siempre a los profe-sores y las tediosas res-ponsabilidades.

Por fin salió la cantan-te, acompañada por el di-rector de orquesta, quela a y u d ó a s u b i r a s ucarruaje y cerró la por-tezue la con un cord ia lA u f Wi e d e r s e h e n q u edejó a Paul preguntándo-se si no ser ía un viejoamor de ella. Paul siguióel carruaje hasta el hotel,andando lo bastante de-prisa para no estar lejosde la entrada cuando lacantante se apeó y des-apareció tras las puertasgiratorias de cristal queabrió un negro con som-brero de copa y un abri-go largo. En el instante

sa emoción que e ra loú n i c o q u e p o d í a l l a -marse v iv i r. Se r e t i ródu ran t e e l ú l t imo nú -mero y, t ras cambiarseráp idamente en e l ves -tuar io , sa l ió a hur tad i -l l as por l a puer ta l a te -r a l , d o n d e a g u a r d a b ael carruaje de la sopra-no . Al l í empezó a pa-searse de acá para a l lá ,e s p e r a n d o a q u e e l l asa l i e ra .

A l o l e j o s , e lSchenley, en su vacía ex-tensión, se erigía alto ycuadrado a través de lafina lluvia, las ventanasde sus doce pisos ilumi-nadas como las de unacasa de cartón bajo unárbol de Navidad. En élse alojaban todos los ac-tores y cantantes de re-nombre cuando se en-contraban en la ciudad,y varios de los grandesfabricantes de la regiónvivían allí en invierno.Paul había haraganeado amenudo alrededor del ho-tel, observando a la gen-te entrar y salir, desean-do entrar en él y dejaratrás para siempre a losprofesores y las aburridasresponsabilidades.

P o r f i n s a l i ó l ac a n t a n t e a c o m p a ñ a d ap o r e l d i r e c t o r , q u e l aa y u d ó a s u b i r a s u c a -r r u a j e y c e r r ó l a p o r-t e z u e l a c o n u n c o r d i a lA u f Wi e d e r s e h e n q u edejó a Paul preguntándo-s e s i n o e r a u n v i e j oamor de él. Paul siguióel carruaje hasta el ho-tel, andando lo bastantedeprisa para no estar le-jos de la entrada cuandol a can t an t e s e apeó yd e s a p a r e c i ó t r a s l a spuertas batientes de cris-tal que abrió un negrocon sombrero de copa yun abrigo largo. En el

exc i tement which wasthe only thing that couldbe called l iving at al l .During the last numberhe withdrew* and, afterh a s t i l y c h a n g i n g h i sclothes in the dressing-room, slipped out* to thes i d e d o o r w h e r e t h esinger’s carriage stood.Here he began pacing*rapidly up and down thewalk, waiting to see hercome out*.

O v e r y o n d e r t h eSchenley, in i ts vacants t r e tch* , loomed* b igand square through thefine rain, the windows ofi t s t w e l v e s t o r i e sglowing* like those of al i g h t e d * c a r d b o a r d *house under a Christmastree. All the actors ands i n g e r s o f a n yimportance stayed therewhen they were in thecity, and a number of thebig manufac turers* ofthe place lived there inthe winter. Paul had oftenhung about* the hotel ,watching the people go ina n d o u t , l o n g i n g * t oe n t e r a n d l e a v eschoolmasters and dull*c a r e * b e h i n d h i mforever.

A t l a s t t h e s i n g e rcame out, accompaniedby the conductor, whoh e l p e d h e r i n t o h e rcarriage and closed thed o o r w i t h a c o r d i a la u f w i e d e r s e h e n * —whi ch se t Paul towondering whether shewere not an old sweetheartof his. Paul followed thecarriage over to the ho-tel, walking so rapidlyas not to be far from thee n t r a n c e w h e n t h es i n g e r a l i g h t e d * a n ddisappeared behind theswinging* glass doorswhich were opened by aNegro* in a tall hat and

retreated, (se retiró)

(salió a hurtadillas)

walking, (a pasearse)

appear, (salir)

(extensión) / rose, (seerguía)

shining, glimmering

(iluminadas) / (de cartón)

(industriales)

(rondado alrededor del), lingered idly

wishing

(aburrida)(responsabilidad)

‘good-bye’ in German

descended, (se apeó)

(giratorias)

color doorman

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s a c i ó n d e q u e t a m b i é né l e n t r a b a . L e p a r e c i óq u e s u b í a l o s e s c a l o -n e s t r a s e l l a y p e n e -t r a b a e n e l c á l i d o ei l uminado ed i f i c io , enu n m u n d o e x ó t i c o yt r o p i c a l d e s u p e r f i -c i e s b r i l l a n t e s , d e s -l u m br a n t e s , [ 2 3 7 ] yd e p l a c e n t ero reposo.Pensaba en los misterio-sos platos que se servíanen el comedor, en las bo-tellas verdes dentro de cu-biteras con hielo, comohabía visto en fotos defiestas reproducidas en elsuplemento dominical .Una violenta racha deviento hizo que la lluviacayera con repentina in-tensidad, y Paul se sobre-saltó al darse cuenta deque todavía seguía allíafuera, sobre la nieve me-dio fundida, en la gravi-lla del camino; de que leentraba agua en las botasy de que su ligero abrigole colgaba empapado; deque las luces de la sala deconciertos que tenía en-frente estaban apagadas yuna cortina de lluvia caíaentre él y el resplandornaranja de las ventanasque tenía encima. Allí es-taba lo que él deseaba, alalcance de la mano, comoel mundo encantado de uncuento de Navidad; mien-tras la lluvia le azotaba elrostro, Paul se pregunta-ba s i su des t ino se r íasiempre quedarse tiritan-do allí fuera, en la nocheoscura , mirando hac iaarriba.

Se dio la vuelta y em-pezó a caminar de malagana hacia las vías deltranvía. Alguna vez llega-ría el final de todo aque-llo: su padre con camisade noche en lo alto de laescalera; las explicacio-nes que no expl icabannada; las mentiras impro-

en que la puerta se entre-abrió, Paul tuvo la sensa-ción de entrar también.Le pareció que subía losescalones detrás de ella yentraba en el caldeado eiluminado edificio, en unmundo exótico y tropicalde supe r f i c i e s b r i l l an -t e s y r e fu lgen t e s , y dea c o g e d o r a p l a c i d e z .Visualizó las misteriosasfuentes que llevaban alc o m e d o r, l a s b o t e l l a sv e r d e s d e n t r o d ecubiteras, como en lasfotografías de cenas quehabía visto en el suple-men to de l d o m i n i c a l .Una ráfaga de v ien tohizo que la lluvia cayeracon una fuerza repentinay Paul se sobresaltó aldarse cuenta de que se-guía fuera, sobre la nievemedio derretida del cami-no de gravilla; que se lecolaba agua por las botasy su exiguo abrigo le col-gaba empapado; que lasluces de la fachada de lasala de conciertos estabanapagadas, y la lluvia caíaen cortinas entre él y elresplandor naranja de lasventanas más arriba. Allíestaba lo que él deseaba,tangible ante él, como eluniverso de hadas de unapantomina de Navidad,pero unos espíritus burlo-nes montaban guardia enlas puertas y, mientras lalluvia le azotaba la cara,se preguntó si estaba des-tinado a quedarse siemprefuera tiritando en la negranoche , mi rando hac iaarriba.

Dio media vue l t a yechó a anda r de ma lag a n a h a c i a lo s r a í l e sd e l t r a n v í a . A l g u n avez ten ía que l l egar e lf ina l ; su padre e n ropade dormir en lo a l to del a e s c a l e r a , e x p l i c a -c iones que no exp l ica -ban , h i s t o r i a s i m p r o -

instante en que la puertase entreabrió, Paul tuvola sensación de ent rartambién. Le pareció quesubía los escalones de-trás de ella y entraba enel acogedor e iluminadoedif ic io , en un mundoexótico y tropical de su-p e r f i c i e s b r i l l a n t e s yrefulgentes, y de placen-tero reposo. Visualizó lasmisteriosas fuentes quellevaban al comedor, lasbotellas verdes dentro decubiteras, como en las fo-tos de cenas que habíavisto en el suplem e n t od e l S u n d a y Wo r l d .Una ráfaga de viento hizoque la lluvia cayera conrepentina vehemencia yPaul se sobresaltó al dar-se cuenta de que seguíafuera, sobre la nieve me-dio derretida del caminode gravilla; que se le co-laba agua por las botas ysu exiguo abrigo le colga-ba empapado; que las lu-ces de la fachada de la salade conciertos estaban apa-gadas, y la lluvia caía encortinas entre él y el res-plandor naranja de lasventanas más arriba. Allíestaba lo que él quería,tangible ante él, como elmundo de hadas de unarevista musical de Navi-dad, pero unos espíritusburlones montaban guar-dia en las puertas y, mien-tras la lluvia le azotaba lacara, se preguntó si esta-ba destinado a quedarsesiempre fuera tiritando enla negra noche, mirandohacia arriba.

D io med ia vue l t a yechó a anda r de ma lagana hac ia l a s v ías de lt r a n v í a . A l g u n a v e zt en í a que l l ega r e l f i -na l ; su pad re con ropade dormir en lo a l to del a s e sca l e r a s , exp l i ca -c iones que no exp l i ca -b a n , m e n t i r a s i m p r o -

a l o n g c o a t . I n t h emomen t t ha t t he doorwas ajar*, it seemed toPaul that he, too, entered.H e s e e m e d t o f e e lhimself go after her upthe steps, into the warm,lighted building, into anexotic, a tropical worldof sh iny* , g l i s ten ing*sur faces and basking*ease*. He reflected uponthe mysterious dishes thatwere b rought in to thedining-room, the greenbottles in buckets of ice,as he had seen them in thesupper party pictures ofthe Sunday supplement. Aq u i c k g u s t * o f w i n dbrought the ra in downwith sudden vehemence,and Paul was startled tof i n d t h a t h e w a s s t i l loutside in the slush* ofthe gravel* driveway*;t h a t h i s b o o t s w e r eletting in the water andh i s s c a n t y * o v e r c o a twas clinging* wet abouthim; that the l ights infront of the concert hallwere out*, and that ther a i n w a s d r i v i n g i ns h e e t s * b e t w e e n h i mand the orange glow ofthe windows above him.There i t was , what hew a n t e d — t a n g i b l yb e f o r e h i m , l i k e t h ef a i r y * w o r l d o f aChr is tmas pantomime;as the rain beat* in hisf a c e , P a u l w o n d e r e dw h e t h e r h e w e r ed e s t i n e d a l w a y s t os h i v e r * i n t h e b l a c knight outs ide , lookingup at it .

H e t u r n e d a n dw a l k e d r e l u c t a n t l ytoward the car t racks*.T h e e n d h a d t o c o m esome time; his father inhis n ight-c lothes a t thet o p o f t h e s t a i r s ,e x p l a n a t i o n s t h a t d i dn o t e x p l a i n , h a s t i l yi m p r o v i s e d f i c t i o n s *

slightly open, (entre- abierta)

(refulgentes) /shining

delighting, (acogedo- ra, caldeada)

(placidez)

outburst, (ráfaga)

watery mud or thaw- ing snow

(grava) / path

barely sufficient, (exi-gua)

adhering

(apagadas)

(lluvia caía encortinas)

magic

pounded, (golpeaba)

tremble, (tiritar)

(vía del tranvía)

tales

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visadas apresuradamentey en las que siempre aca-baban por pillarle; su ha-bitación del piso de arri-ba y el espantoso papelamarillo en las paredes; elescritorio chirriante conla refinada y mugrientacaja de felpa para los cue-llos y, sobre la cama demadera pintada, los retra-tos de George Washingtony Jean Calvino, con ellema enmarcado «Al i -menta a mis corderos»,que su madre, a la quePaul no recordaba, habíabordado con lana roja.

Media hora después,Paul se apeaba del tranvíade Negley Avenue y baja-ba lentamente por una delas calles laterales que da-ban a la principal. Era unacalle muy respetable, enla que todas las casas eranexactamente iguales y enlas que empresarios demedio pelo engendraban ycriaban familias numero-sas de niños que asistíanlos domingos a la cate-quesis, aprendían el cate-cismo abreviado [238] ys e i n t e r e s a b a n p o r l aaritmética; niños que separecían tanto entre síc o m o s u s c a s a s , y e nconsonancia con la mo-notonía en la que vivían.Paul nunca pasaba porCordel ia St ree t s in unescalofr ío de asco. Sucasa estaba al lado de ladel pastor de la iglesiade Cumberland. Esta no-che se acercaba a e l lacon la impotente sensa-ción de derrota y el irre-mediable sentimiento deh u n d i r s e d e f i n i t i v a -mente en la fealdad y lavulgaridad que siempresentía al volver a casa.Desde el instante en quepisaba Cordelia Street,sen t ía cómo las aguasse cerraban s o b r e s ucabeza. Después de cada

v i s a d a s a p r e s u r a d a -men te que s i empre l epi l laban, su habi tac iónde l p i so de a r r iba conel horr ib le empapeladoamar i l lo , e l esc r i to r ioque c ru j ía con e l g ra -s ien to e s t u c h e de fe l -p a , y , e n c i m a d e s ucama de madera p in ta -d a , l o s r e t r a t o s d eG e o rg e Wa s h i n g t o n yJohn Calvin, y el lemaenmarcado «Dad de co-mer a mis ovejas» quesu madre, a quien é l norecordaba, había borda-do en estambre rojo.

Media hora más tardePaul se apeó del tranvíade la Avenida Negley yechó a andar despaciopor una de las calles la-terales que salían de lav ía pr inc ipa l . Era unac a l l e m u y r e s p e t a b l e ,donde todas l a s casaseran idénticas, y dondehombres de negocios demedios moderados en-g e n d r a b a n y c r i a b a ngrandes familias de niñosque iban a la escuela do-minical, donde aprendíanel catecismo abreviado, yse interesaban por la arit-mética; todos eran tanidénticos como sus casas,y estaban cortados a lamedida de la monotoníade sus vidas. Paul nuncasub í a p o r l a c a l l eCordelia sin un escalo-frío de repugnancia. Sucasa estaba al lado de ladel pastor de la iglesia deCumberland. Esa nochese acercó a ella con eldesánimo propio de la de-rrota, la desesperada sen-sación de hundirse parasiempre en la fealdad yvulgaridad que experi-mentaba al volver a suc a s a . E n c u a n t o s ea d e n t r a b a e n l a c a l l eCordelia, sentía que lasaguas arreciaban sobresu cabeza. Después de

v i s a d a s a p r e s u r a d a -men te que s i empre l ep i l l a b a n , s u h a b i t a -c ión de l p i so de a r r i -ba con e l ho r r ib l e em-p a p e l a d o a m a r i l l o , e le s c r i t o r i o q u e c r u j í acon e l g r a s i en to j oye -ro de f e lpa , y, enc imade su cama de made rap i n t a d a , l o s r e t r a t o sde Georg e Wash ing tony J u a n C a l v i n o , y e ll ema enmarcado «Dadd e c o m e r a m i s o v e -j a s» que su madre ha -b í a bo rdado en e s t am-bre ro jo .

Media hora más tardeP a u l s e a p e a b a d e s utranvía y echaba a andardespacio por una de lascalles laterales que sa-lían de la vía principal.Era una calle muy respe-tab le , donde todas lascasas eran idénticas, ydonde hombres de nego-cios de medios modera-dos engendraban y cria-ban grandes familias deniños que iban a la es-cuela dominical, dondeaprendían el catecismoabreviado, y se interesa-ban por la aritmética; to-dos eran tan idént icoscomo sus casas, y esta-ban con fo rmes con l amonotonía de sus vidas.P a u l n u n c a s u b í aCordel ia St ree t s in unescalofrío de repugnan-c ia . Su casa es taba a llado de la del pastor dela iglesia de Cumberland.Esta noche se acercó aella con la falta de ener-gía propia de la derrota,la desesperada sensaciónde hundirse de nuevo ypara siempre en la feal-dad y vulgaridad que ex-perimentaba al volver asu casa . En cuan to seadent raba en Corde l iaStreet, sentía cómo lasaguas se cerraban sobresu cabeza. Después de

t h a t w e r e f o r e v e rt r i p p i n g h i m u p * , h i su p s t a i r s r o o m a n d i t sh o r r i b l e y e l l o w w a l l -p a p e r , t h e c r e a k i n g *b u r e a u * w i t h t h eg r e a s y p l u s h * c o l l a r-b o x * , a n d o v e r h i spainted wooden bed thep i c t u r e s o f G e o r g eWa s h i n g t o n a n d J o h nCalvin , and the f ramedm o t t o * , “ F e e d m yL a m b s , ” w h i c h h a db e e n w o r k e d i n r e dw o r s t e d * b y h i sm o t h e r , w h o m P a u lcould not remember.

H a l f a n h o u r l a t e r,Paul alighted* from theNegley Avenue car andwent slowly down one ofthe side streets off themain thoroughfare*. I twas a highly respectables t r e e t , w h e r e a l l t h eh o u s e s w e r e e x a c t l yal ike, and where busi-ness men of modera tem e a n s b e g o t * a n dreared* large families ofch i ld ren , a l l o f whomwent to Sabbath school*and learned the shorter*c a t e c h i s m , a n d w e r einterested in arithmetic;a l l o f w h o m w e r e a se x a c t l y a l i k e a s t h e i rhomes, and of a piece*wi th t he mono tony inwhich they l ived. Paulnever went up CordeliaSt r e e t w i t h o u t ashudder* of loathing*.His home was next thehouse of the Cumberlandm i n i s t e r * . H ea p p r o a c h e d i t t o n i g h twith the nerveless senseof defeat, the hopelessfeeling of sinking back*forever into ugliness andcommonness that he hadalways had when he camehome. The moment het u r n e d i n t o C o r d e l i aStreet he felt the watersclose* above his head.A f t e r e a c h o f t h e s e

(pillándole)

(crujiente)

(escritorio)

(afelpado)

(cofre, estuche)

(lema)

(bordado en estam- bre rojo)

(se apeaba)

(calle principal)

procreated

(criaban)

(escuela Dominical)

(abreviado)

in keeping, uniform, (conforme)

(escalofrío) / hate

Presbyterian minister

dropping back,(cayendo en medio)

(arreciaban) X

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una de estas orgías devida, Paul sufría todoslos síntomas físicos dela depresión que sobre-v iene a un exces o : e lo d i o a l a s c a m a srespe tab les , a l a comi-da vu lga r, a una ca sainvadida de o lor a co-c ina ; una esca lof r ian terepuls ión por la ins ípi -da y desva ída ex is ten-c ia co t id iana , y un de-seo pa to lóg ico de co -sas e legantes , luces te-nues y f lo res f rescas .

Cuanto más se acerca-ba a la casa, más incapazse veía de enfrentarse atodo aquello: su espanto-so dormi tor io ; e l f r íocuar to de baño con lamugrienta bañera de zinc,el espejo resquebrajado,los grifos goteando; supadre, en lo alto de la es-calera, con las piernas pe-ludas asomando por deba-jo de la camisa de nochey los pies embutidos enzapatillas de fieltro. Eramucho más tarde de lo ha-bitual, así que, segura-mente, habría interrogato-rio y reproches. Paul sedetuvo un momento antesde llegar a la puerta. Estanoche no se sentía confuerzas para soportar laofensiva de su padre nipara seguir dando vueltasen aquella tétrica cama.No entraría. Le diría a supadre que no había conse-guido billete para el tran-vía y que, como llovíatanto, se había quedado apasar la noche en casa deuno de sus compañeros.

Pero, entretanto, esta-ba empapado y helado. Sedirigió a la parte traserade la casa y, al intentarabrir una de las ventanasdel sótano, vio que esta-ba abierta; la levantó concuidado y se deslizó porla pared hasta el suelo. Se

cada una de aquellas ex-plosiones de vida, expe-rimentaba toda la depre-sión física que sigue a undesenfreno: la aversióna las camas respetables,a la comida vulgar, a unacasa impregnada de losolores de la cocina; unaescalofriante repugnan-cia hacia el incoloro einsípido atajo de cosasc o t i d i a n a s; u n d e s e omórbido por cosas estu-pendas , luces tenues yflores frescas.

C u a n t o m á s c e r c ae s t a b a d e s u c a s a , e lm á s c o m p l e t a m e n t ed i f e r e n t e Paul sent ía al a v is ta de t o d o : su feodormitorio; el frío cuar-t o d e b a ñ o c o n l am u g r i e n t a b a ñ e r a d ezinc, el espejo ro to , losgrifos goteando; su pa-dre en lo alto de la es-calera, las piernas pelu-das asomándole bajo lacamisa de d o r m i r , lospies metidos en pantu-f l a s . L l e g a b a m u c h omás ta rde d e l o h a b i -t u a l , de modo que s induda habría preguntas yreproches . Se paró enseco ante la puerta. Nose veía con fuerzas paraverse abordado por supadre esa noche , pa ravolver a dar vueltas enesa cama miserable . Noentraría. Diría a su pa-dre que no había tenidodinero para el tranvía yllovía tanto que se habíaido a casa de uno de susc o m p a ñ e r o s y p a s a d oallí la noche.

Entretanto, estaba em-papado y aterido. Rodeóla casa hasta la parte dedetrás y probó a abrir unade las ventanas de guillo-t ina del sótano, descu-brió que estaba sin ce-rrar, la levantó con cuida-do y se descolgó por la

cada una de esas orgíasde vida, experiment a b at o d a l a d e p r e s i ó n f í -s i c a q u e s i g u e a u n abacanal : la aversión alas camas respetables, ala comida vulgar, a unacasa impregnada de losolores de la cocina; unaescalofriante repugnan-cia hacia el incoloro e in-s í p i d o c o n j u n t o d e l aexistencia cotidiana; undeseo malsano por cosasfabulosas, luces tenues yflores frescas.

Cuanto más cerca esta-ba de su casa, más in-capaz se sent ía de en-frentarse a ese espectá-culo: su feo dormitorio;e l f r ío cuar to de bañocon la mugrienta bañe-r a d e z i n c , e l e s p e j oresquebrajado, los gri-fos goteando; su padreen lo al to de la escale-ra, las piernas peludasasomándole bajo la ca-misa de noche, los piesmet idos en zapa t i l l a s .Llegaba mucho más tar-de que de costumbre, demodo que sin duda ha-bría preguntas y repro-ches . Se paró en secoa n t e l a p u e r t a . N o s eve ía con fue rzas pa raverse abordado por supadre esa noche , pa ravolver a dar vueltas enesa tr iste cama. No en-traría. Diría a su padreque no había tenido di-nero para e l t ranvía yllovía tanto que se ha-bía ido a casa de uno desus compañeros y pasa-do al l í la noche.

Entretanto estaba em-papado y tenía frío. Ro-deó la casa hasta la partede detrás y probó a abriruna de las ventanas delsótano, descubrió que es-taba abierta y, levantán-dola con cuidado, se des-c o l g ó p o r l a p a r e d

org i e s o f l i v i n g , h ee x p e r i e n c e d a l l t h ep h y s i c a l d e p r e s s i o nw h i c h f o l l o w s adebauch*; the loathingof respectable beds, ofcommon food, of a housepermeated* by ki tcheno d o r s ; a s h u d d e r i n g *r e p u l s i o n f o r t h ef l a v o r l e s s , c o l o r l e s sm a s s * o f e v e r y d a ye x i s t e n c e ; a m o r b i d *desire for cool* thingsand soft lights and freshflowers.

The nearer heapproached the house, themore absolutely unequal*Paul felt to the sight of ita l l ; h is ugly s leepingchamber; the cold bath-room with the grimy* zinctub, the cracked* mirror,the dripping spigots*; hisfather, at the top of thes ta i rs , h is ha i ry legss t icking out f rom hisnightshi r t* , h is fee tthrus t* in to carpetslippers*. He was so muchlater than usual that therewould cer ta in ly beinquir ies an dr e p r o a c h e s . P a u ls topped shor t* be fo rethe door. He felt that hecould not be accosted*by h i s f a the r t on igh t ;that he could not toss*again on that miserablebed . He would no t goi n . H e w o u l d t e l l h i sf a t h e r t h a t h e h a d n oc a r f a r e * , a n d i t w a sraining so hard he hadgone home with one ofthe boys and stayed al lnight .

Meanwhi l e , he waswet and cold. He wenta round to the back ofthe house and tr ied oneo f t h e b a s e m e n t *windows, found it open,raised it cautiously, ands c r a m b l e d * d o w n t h ec e l l a r * w a l l t o t h e

intemperance,(desenfreno)

(impregnada)

(escalofriante)

(masa, sin relieve)

(malsano)

(guays, estupendas)

(diferente)

dirty, sooty, dull

(resquebrajado)

(grifos)

(camisa de dormir)

put, (metidos)

(pantuflas)

(se paró en seco)

(abordado)

(volver a dar vueltas)

(dinero para el tranvía)

(sótano)

went down, (se descolgó)

(sótano)

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incorporó, aguantando larespiración, [239] aterro-rizado por el ruido quehabía hecho, pero en elpiso de arriba no se oíanada ni tampoco se oíancrujir las escaleras. En-contró una caja de jabón,la arrastró hasta el débilanillo de luz que arrojabala caldera y se sentó enella. No intentó dormirporque tenía un miedoespantoso a las ratas, asíque ahí sentado, escudri-ñó la oscuridad con des-confianza, todavía aterra-do ante la posibilidad deque su padre se hubieradespertado. Paul siemprese creía enormemente lúci-do en aquellos momentosde reacción, cuando sussentidos quedaban amorti-guados tras una de aque-llas experiencias que con-vertían los aburridos espa-cios en blanco del calen-dario en días y noches. ¿Ysi su padre le hubiera oídoen t ra r por la ventana yhubiera bajado y dispara-do confundiéndole con unladrón? ¿Y s i su padrehubiera ba jado , p i s to -la en mano, y é l hubie-r a t e n i d o t i e m p o d egr i ta r y sa lvarse , y en-tonces su padre se ha-b r í a quedado ho r ro r i -zado a l pensar lo ce r-ca que hab ía es tado dematar lo? O ¿y s i l l ega-ra un d ía en que su pa-d r e r e c o r d a r a a q u e l l anoche y deseara no ha-be r o ído n ingún g r i t ode adver tenc ia que de-tuv ie ra su mano? Conesta úl t ima suposic ión,Paul se en t re tuvo has -ta e l amanecer.

El domingo siguien-te h izo bueno ; e l f r íohúmedo de nov iembrese vio interrumpido porel últ imo destello de unv e r a n o o t o ñ a l . C o m osiempre, Paul tuvo que

pared del sótano hasta elsuelo. Se quedó donde es-t aba , con ten iendo e laliento, aterrorizado porel ruido que había hecho,pero del piso de arriba nollegaba ningún sonido ytampoco se oían crujidosde los peldaños de la es-calera. Encontró una cajade jabón y, acercándola aldébil círculo de luz quesalía de la puerta de la cal-dera, se sentó en ella. Ledaban un miedo espanto-so las ratas, de modo quetrató de no quedarse dor-mido, escudriñando condesconfianza la oscuridad,todavía a ter ror izado pante la posibilidad de ha-ber despertado a su padre.En tales reacciones, despuésde una de esas experienciasque transformaban en días ynoches los monótonos espa-cios en blanco del calenda-rio, en que se le embotabanlos sentidos, Paul permane-cía siempre extraordinaria-mente lúcido. ¿Y si su padrelo hubiera oído entrar por laventana, y hubiera bajado ydisparado tomándolo por unladrón? O ¿y si su padrehubiera bajado, pistolaen mano, y é l hubierag r i t ado a t i empo pa rasalvarse, y su padre sehubiera quedado horro-r izado a l pensar en locerca que había estadode m a t a r l o ? O ¿ y s il legara e l d ía en que sup a d r e s e a c o r d a r a d eesa noche y l amenta raque un gr i to de adver-tenc ia hubie ra de ten i -d o s u m a n o ? C o n e s aúl t ima supos ic ión Pauls e e n t r e t u v o h a s t a e lamanecer.

El domingo siguientehizo bueno: el frío enlo-dado de noviembre se viointerrumpido por el últi-mo destel lo de ve ranootoñal . Por la mañanaPaul había tenido que ir

_______ hasta el suelo.Se quedó donde estaba,conteniendo el aliento,aterrorizado por el ruidoque había hecho, pero elsuelo de encima estabasilencioso y no llegaroncrujidos de las escaleras.Encontró una caja de ja-bón y, acercándola al dé-bil círculo de luz que sa-lía de la puerta de la cal-dera, se sentó en ella. Ledaban un miedo espanto-so las ratas, de modo quetrató de no quedarse dor-mido, ________escudri-ñando con desconfianzala oscuridad, todavía ate-rrorizado de que algo hu-biera despertado a su pa-dre. En tales reacciones,después de una de esasexperiencias que trans-formaban en días y no-ches los monótonos espa-cios en blanco del calen-dario, en que se le embo-taban los sentidos, Paulsiempre estaba extraordi-nariamente lúcido. ¿Y sisu padre lo hubiera oídoentrar por la ventana, yhubiera bajado y dispara-do tomándolo por un la-drón? O ¿y si su padrehubiera bajado, pistola enmano, y él hubiera grita-do a tiempo para salvar-se, y su padre se hubieraquedado horrorizado alpensar en lo cerca que ha-bía estado de matarlo? O¿y s i l legara el día enque su padre se acorda-ra de esa noche y lamen-tara que un grito de ad-vertencia hubiera dete-nido su mano? Con esaúlt ima suposición Paulse entretuvo hasta el ama-necer.

El domingo siguientehizo bueno: el frío em-papado de noviembre sevio interrumpido por elúltimo destello del vera-no otoñal. Por la maña-na Paul había ido a la

f loor. There he s tood ,h o l d i n g h i s b r e a t h ,terrified by the noise hehad made; but the f loorabove h im was s i len t ,and there was no creak*on the stairs . He founda soap box, and carriedit over to the soft r ingof l ight that streamed*from the furnace door,and sa t down. He washorribly afraid of rats ,s o h e d i d n o t t r y t os leep , bu t sa t look ingd i s t r u s t f u l l y a t t h ed a r k , s t i l l t e r r i f i e dl e s t * h e m i g h t h a v eawakened his father. Ins u c h r e a c t i o n s , a f t e rone of the experiencesw h i c h m a d e d a y s a n dn i g h t s o u t o f t h ed rea ry* b l anks o f t hec a l e n d a r , w h e n h i ssenses were deadened*,Paul’s head was alwayss i n g u l a r l y * c l e a r.Suppose his father hadheard him gett ing in att h e w i n d o w a n d h a dc o m e d o w n a n d s h o th i m f o r a b u r g l a r * ?T h e n , a g a i n , s u p p o s eh i s f a t h e r h a d c o m edown , p i s t o l i n hand ,and he had cried out int i m e t o s a v e h i m s e l f ,and his father had beenhorr i f ied to think hown e a r l y h e h a d k i l l e dh i m ? T h e n , a g a i n ,suppose a day shou ldcome when h i s f a the rw o u l d r e m e m b e r t h a tn igh t , and w i s h t h e r eh a d b e e n n o w a r n i n gcry to s tay* h i s hand?W i t h t h i s l a s ts u p p o s i t i o n P a u le n t e r t a i n e d h i m s e l fun t i l daybreak* .

The following Sundaywas f ine ; the sodden*N o v e m b e r c h i l l * w a sbroken by the last flash*of autumnal summer. Inthe morning Paul had tog o t o c h u r c h a n d

(crujido)

(salía, fluía)

(a no ser que, para que no)

(monótonos)

(embotados)

specially, unusually

thief

stop, (detener)

(amanecer)

wet, (empapado)

cold

(destello), gleam

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i r a la iglesia y a la ca-tequesis. Los domingospor la tarde, cuando ha-cía buen tiempo, los ve-cinos de Cordelia Streetso l í an sen ta r se en l a s«escalinatas» de la en-trada a charlar con losvecinos de al lado o lla-maban amistosamente alos del otro lado de laca l le . Los hombres sesentaban plácidamentes o b r e a l e g r e s c o j i n e scolocados en los esca-lones que conducían ala acera y las mujeres,con sus b lusas de do-mingo, sentadas en lasmecedoras de los estre-chos porches , s imula -b a n h a l l a r s e e n o r m e -mente a sus anchas. Losniños jugaban en las ca-l l e s ; hab ía t an tos queaquello parecía el patiode un jardín de infan-cia. Los hombres de lose s c a l o n e s – t o d o s e nmangas de camisa y cone l c h a l e c o [ 2 4 0 ] d e s -a b r o c h a d o – , s e n t a d o sc o n l a s p i e r n a s m u yabiertas y sacando có-m o d a m e n t e l a t r i p a ,charlaban sobre el pre-cio de las cosas o con-t aban anécdo tas de l asagacidad de sus distin-tos jefes y amos. De vezen cuando echaban unvistazo a la multi tud deniños que se peleaban,escuchaban con afectol a s v o c e s a g u d a s ynasa les , y sonre ían a lver sus propias inclina-ciones reproducidas ensus vás tagos ; mezc la -ban sus f ábu las sobrelos reyes del hierro conc o m e n t a r i o s s o b r e e lp rog re so de su s h i j o sen la escuela , sus notasen ar i tmét ica y e l dine-ro que los niños habíanmet ido en la hucha.

Aquel último domingode noviembre, Paul sepasó la tarde sentado en

a la iglesia y a la escueladominical, como de cos-tumbre . Los domingospor la tarde que hacía untiempo propio de la esta-ción, los habitantes de lacalle Cordelia siempre sesentaban en los peldañosd e s u s p e q u e ñ a sv a r a n d a s y c h a r l a b a ncon sus vecinos del por-tal de al lado, o llamabana los de enfrente de lacalle de forma amistosa.Los hombres se sentabanen alegres cojines en laescalera que conducía ala acera, mientras que lasmujeres, con sus blusasde domingo, se sentabanen mecedoras en sus ates-tados porches, fingiendoestar to ta lmente a s u sanchas. Los niños juga-ban en la calle: eran tan-tos que parecía el patiode recreo de una guarde-ría. Los hombres —to-dos en mangas de cami-s a , c o n l o s c h a l e c o sd e s a b r o c h a d o s — s esentaban en los escalo-nes con las piernas muyabiertas y sacando b ienla tr ipa, y hablaban delos precios de las cosas,o c o n t a b a n a n é c d o t a ssobre l a sagac idad des u s d i s t i n t o s j e f e s yamos. De vez en cuandoechaban un vistazo a lamultitud de niños peleán-d o s e , e s c u c h a b a n c o na f e c t o s u s v o c e sgangosas y c h i l l o n a s ,sonriendo al reconocersus propias inclinacionesreproducidas en sus vás-tagos, e intercalaban susleyendas sobre los mag-nates del hierro y el ace-ro con comentarios sobrelos progresos de sus hi-jos en el colegio, sus no-tas en ari tmética y lascant idades que habíanahorrado en sus huchas.Ese último domingo denoviembre, Paul se pasótoda la tarde sentado en el

iglesia y a la escuela do-minical , como de cos-tumbre . Los domingospor la tarde que hacía untiempo propio de la es-tación, los c iudadanosde Cordelia Street siem-pre se sentaban en susportales y hablaban consus vecinos de l por ta lde al lado, o llamaban alos del otro lado de lacalle de manera amisto-sa. Los hombres se sen-taban en alegres cojinesen la escalera que con-ducía a la acera, mien-t r a s q u e l a s m u j e r e s ,con sus b lusas de do-mingo, se sentaban enmecedoras en sus atesta-dos porches, f ingiendoestar totalmente relaja-das. Los niños jugabanen la calle: eran tantosque parecía el patio derecreo de una guardería.Los hombres —todos enmangas de camisa, conlos cha l ecos de sab ro -chados— se sentaban enl o s e s c a l o n e s c o n l a spiernas muy abiertas ysacando la tr ipa, y ha-blaban de los precios del a s c o s a s , o c o n t a b a nanécdotas sobre la saga-c idad de sus d i s t in tosjefes y amos. De vez encuando echaban un vis-tazo a la multitud de ni-ños pe leándose , e scu-chaban con afec to susv o c e s g a n g o s a s y d epito , sonriendo al reco-nocer sus propias incli-nac iones reproducidasen su progenie, e inter-calaban sus leyendas so-b r e l o s m a g n a t e s d e lhierro y el acero con co-mentarios sobre los pro-gresos de sus hijos en elc o l e g i o , s u s n o t a s e naritmética y las cantida-des que habían ahorradoen sus huchas. Ese últi-mo domingo de noviem-bre, Paul se pasó toda l at a r d e s e n t a d o e n e l

S a b b a t h s c h o o l , a salways. On seasonableSunday af ternoons theburghers* o f Corde l iaStreet usually sat out onthe i r f ron t “ s toops* , ”a n d t a l k e d t o t h e i rne ighbors on the nex tstoop, or called to thosea c r o s s t h e s t r e e t i nneighborly fashion. Themen sat placidly on gayc u s h i o n s p l a c e d u p o nthe steps that led downto the s idewalk, whi let h e w o m e n , i n t h e i rSunday “waists*,” sat inr o c k e r s * o n t h ec r a m p e d * p o r c h e s ,pretending to be greatlya t t h e i r e a s e . T h echi ldren played in thes t r ee t s ; t he re were somany of them that thep l a c e r e s e m b l e d * t h erecreation grounds of akindergar ten. The menon the steps—all in theirs h i r t s l e e v e s , t h e i rvests* unbuttoned—satw i t h t h e i r l e g s w e l la p a r t , t h e i r s t o m a c h scomfortably protruding,and talked of the priceso f t h i n g s , o r t o l da n e c d o t e s o f t h esagacity of their variousc h i e f s a n d o v e r l o r d s .T h e y o c c a s i o n a l l yl o o k e d o v e r t h em u l t i t u d e o fsquabb l ing* ch i l d r en ,l i s tened affec t ionate lyto their high-pitched*,nasal* voices, smiling tos e e t h e i r o w nproclivities* reproducedin their offspr ing, andi n t e r s p e r s e d t h e i rl e g e n d s o f t h e i r o nk i n g s * w i t h r e m a r k sa b o u t t h e i r s o n s ’progress at school, theirgrades in arithmetic, andthe amoun t s t hey hads a v e d i n t h e i r t o yba n k s * . O n t h i s l a s tS u n d a y o f N o v e m b e r,P a u l s a t a l l t h ea f t e r n o o n o n t h e

townsmen

porch or small veran- da or set of steps

in front of a house, (portal, pórtico)

(blusas)

(mecedoras)

(atestados)

looked like, seemed

(chalecos)

fighting, quarreling

(agudas)

(gangosas)

(inclinaciones)

(magnates)

(huchas)

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el escalón más bajo de su«escalinata», mirando fi-jamente la calle, mientrassus hermanas, en las me-cedoras, hablaban con lashijas del pastor, que vivíaen la casa de al lado, delas blusas que habían he-cho la semana pasada y delos barquillos que alguiense había comido en la úl-t ima cena par roqu ia l .Cuando hacía buen tiem-po y su padre estaba de unhumor par t icularmentecomunicativo, las chicaspreparaban limonada, quesacaban en una jarra decr is ta l rojo , esmaltadacon nomeolvides azules.A ellas les parecía muyfina, y los vecinos bro-meaban con el sospecho-so color de la jarra.

Hoy, el padre de Paul,sentado en el escalón másalto, charlaba con un jo-ven que se pasaba a unbebé inquieto de una ro-dilla a la otra. Se tratabacuriosamente del joven alque diariamente su padrele ponía de ejemplo y aquien tenía la esperanzade que imitase. El joventenía la tez rubicunda, la-bios rojos y apretados, yojos miopes y apagadoscon gruesas gafas de pa-tillas doradas alrededorde las orejas. Era emplea-do de uno de los magna-tes de una de las grandescompañías del acero y, enCorde l ia St ree t , todoslo consideraban un jo-ven con futuro. Corríae l rumor de que hacíaunos cinco años –ahoraapenas t endr ía ve in t i -séis– había pasado unaépoca un poco «disipa-da», pero con el f in deponer freno a sus apeti-tos y ahorrarse la pérdi-da de t iempo y energíaq u e h u b i e r a n [ 2 4 1 ]acar reado sus excesosjuveniles, había segui-

ú l t im o p e l d a ñ o de su«portal», mirando la ca-l le f i jamente , mientrassus hermanas, en sus me-cedoras, hablaban con lashijas del pastor de la casade al lado de cuántas blu-sas habían hecho la se-mana pasada, y cuántosbarquillos se había comi-do algu ien en l a ú l t imac e n a d e l a i g l e s i a .Cuando hacía calor y supadre estaba de un humorespecialmente jovial, lasniñas preparaban limonada,que siempre traían en unajarra de cristal rojo orna-mentada con nomeolvidesde esmalte azul. A ellas lesparecía muy elegante, y losvecinos siempre hacíanbromas acerca del sospe-choso color de la jarra.

Aquel día el padre dePaul estaba sentado en elescalón más alto, hablan-do con un joven que sepasaba a un bebé inquie-to de una rodilla a otra.Daba la casualidad de queera el joven que le poníancomo modelo d í a t r a sdía, y a quien su padre te-nía la esperanza de queimitara. Era un joven detez coloradota, boca rojay compr imida , y o josmiopes y gastados sobrelos que llevaba unas ga-fas de cristal grueso y pa-tillas doradas que se lecurvaban detrás de lasorejas. Era empleado deuno de los magnates deuna gran compañía deacero , y en l a c a l l eCordelia se le considera-ba un joven con futuro.Corría el rumor de que,hacía cinco años —ape-nas tenía veintiséis aho-ra—, había andado untanto disperso, y a fin decontener sus apetitos yevitar la pérdida de tiem-po y energía que podríahaber supuesto el que an-duviera de picos pardos,

e s c a l ó n m á s b a j o d es u po r t a l , m i rando l acalle, mientras sus her-manas, en sus mecedo-ras, hablaban con las hi-jas del pastor de la casade a l l ado de cuán ta sblusas habían hecho lasemana pasada, y cuán-tos barquillos se habíacomido alguien en la úl-tima cena de la iglesia.Cuando hacía calor y supadre estaba de un hu-mor particularmente jo-vial, las niñas prepara-ban limonada, que siem-pre traían en una jarrade cristal rojo ornamen-tada con nomeolvides deesmalte azul. A ellas lesparecía muy elegante, ylos vecinos siempre ha-cían bromas

Aquel día el padre dePaul estaba sentado en elescalón más alto, hablan-do con un joven que sepasaba a un bebé inquie-to de una rodilla a la otra.Daba la casual idad deque era el joven que leponían como modelo adiario, y a quien su padretenía la esperanza de queimitara. Era un joven detez rubicunda, boca rojay c o m p r i m i d a , y o j o smiopes y gastados sobrelos que llevaba unas ga-fas de cristal grueso ypatillas doradas ___ ___ _ _ ________ ___ _________ . Era secretario deuno de los magnates deuna gran compañía dea c e r o , y e n C o r d e l i aStreet se le considerabaun joven con porvenir.Corría el rumor de que,hacía cinco años —ape-nas tenía veintiséis aho-ra—, había estado un tan-to disperso, y a f in decontener sus apetitos yevitar la pérdida de tiem-po y energía que podríahaber supuesto el que an-duviera de picos pardos,

l o w e s t s t e p o f h i s“ stoop*,” staring* intothe street, while his sisters,in their rockers, were talkingto the minister’s daughtersnext door about how manyshirtwaists* they had madein the last week, and howmany waffles* someonehad ea ten a t the l a s tchurch supper. When theweather was warm, andh i s f a the r was in aparticularly jovial frameof mind, the girls madelemonade , which wasalways brought out in ared g lass p i t cher* ,ornamented with forget-me-nots in blue enamel*.This the girls thought veryfine, and the neighborsjoked about the suspiciouscolor of the pitcher*.

Today Paul’s father, onthe top step, was talkingto a young man whoshifted* a restless babyfrom knee to knee. Hehappened to be the youngman who was daily heldup to Paul as a model, andaf ter whom i t was h isfather’s dearest hope thathe would pattern*. Thisyoung man was o f aruddy* complexion, witha compressed, red mouth,and faded, nearsighted*eyes, over which he woreth ick spec tac les , wi thgold bows* that curvedabout his ears. He wasclerk to one of the mag-na tes o f a g rea t s t ee lcorpora t ion , and waslooked upon* in CordeliaStreet as a young manwith a future. There wasa story that, some fiveyears ago—he was nowbare ly twen ty-s ix—hehad been a t r i f l e*“d i ss ipa ted* ,” bu t inorder to curb* h i sappet i tes and save theloss of time and strengththa t a sowing o f wi ldoa t s* migh t have

(portal) / gazing, looking fixedly

(blusas)

(gofres, barquillos)

jar

(esmalte de la cobertura)

(jarra)

moved

(imitaría)

sanguine, (coloradota,rubicunda)

myopic

(patillas), sidepieces

(se le consideraba)

(un poco)

(disperso)

control, restrain

(juerga a lugares de mala nota, salida de picos pardos)

X

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do los conse jos de sujefe –que a menudo se losrepetía a sus empleados–, y se había casado a losveintiún años con la pri-mera mujer a la que logróconvencer de que compartiera susuerte. Resultó ser una maestrade escuela, flaca y estirada ,m u c h o m a y o r q u eé l y t a m b i é n c o ng a f a s g r u e s a s , q u el e h a b í a d a d o c u a -t r o h i j o s , t o d o sm i o p e s c o m o e l l a .

El joven contaba cómosu jefe, que ahora estabade crucero por el Medite-rráneo, controlaba todoslos detalles del negocio y,mien t ras es taba en e lyate, destinaba unas horasal trabajo de oficina comosi estuviera en casa, «pro-duciendo suficiente traba-jo para mantener ocupa-dos a dos taquígrafos». Elpadre de Paul le contó quesu empresa estudiaba unp lan para monta r unaplanta de trenes eléctricosen El Cairo. Paul chas-queó los d ien tes ; l eaterrorizaba que lo estro-pearan todo antes de queél pudiera ir. No obstan-te, le encantaba escucharaquellas leyendas sobrelos reyes del hierro que secontaban y volvían a con-tar los domingos y fiestasde guardar; aquellas his-to r ias de pa lac ios enVenecia, yates en el Me-d i te r ráneo y juego enMontecarlo despertabansu fantasía; se interesabapor el triunfo de los chi-cos que se habían hechofamosos y que hab íanempezado trabajando entiendas, llevando el cam-bio de la caja a los mos-tradores; no obstante, laetapa de chico de los cam-bios no le atraía lo másmínimo.

Cuando acabó la cena

había seguido el consejode su jefe, reiterado a me-nudo a sus empleados, y alos veintiuno se había ca-sado con la primera mujera la que había logrado per-suadir para compartir sufortuna. Ella resultó seruna angulosa maestra deescuela , mucho mayorque él, que también lleva-ba gafas de cristal grueso,y qu ien le hab ía dadoc u a t r o h i j o s , t o d o smiopes como ella.

E l joven exp l icabacómo su jefe, en aquellosmomentos de crucero porel Mediterráneo, se man-tenía al corriente de todoslos pormenores del nego-cio, organizando sus ho-ras de trabajo en su yatecomo si estuviera en supropia oficina, y «despa-chando suficiente trabajocomo para mantener ocu-pados a dos taquígrafos».Su padre le contó, a suvez, el proyecto que suempresa estaba estudian-do de levantar una plan-ta eléctrica para el ten-dido del ferrocarril en elCairo. Paul chasqueó losdientes; tenía la impre-sión horrible de que pu-dieran estropearlo todoantes de que él l legaraallí. Sin embargo, le gus-taba oír esas leyendas so-bre los magnates del hie-rro y el acero que se con-taban una y otra vez to-dos los domingos y díasfestivos: esas historias depalacios en Venecia, yatesen el Mediterráneo y jue-go en Montecarlo espo-leaban su imaginación, yse interesaba por los éxi-tos de esos chicos encar-gados de ir a por cambioque se habían hecho céle-bres, aunque la etapa dechico de los cambios nole atraía demasiado.

C u a n d o t e r m i n ó d e

había seguido el consejode su jefe, reiterado a me-nudo a sus empleados, y alos veintiuno se había ca-sado con la primera mujera la que había logrado per-suadir para compartir sufortuna. Ella resultó seruna angulosa maestra deescuela , mucho mayorque él, que también lle-v a b a g a f a s d e c r i s t a lgrueso, y quien le habíadado cuatro hijos, todosmiopes como ella.

El joven explicaba cómosu jefe, en esos momen-tos en un crucero en elMediterráneo, se mante-nía al corriente de todoslos pormenores del ne-gocio, organizando sushoras de oficina en suyate como si nunca seh u b i e r a a u s e n t a d o , y«despachando suficientet raba jo pa ra mantenerocupados a dos taquígra-fos». Su padre le contó,a su vez, que su compa-ñía estaba considerandoinstalar en el Cairo untendido eléctrico para elfer rocarr i l . Paul chas-queó con los dientes; leaterrorizaba que pudie-ran estropearlo todo an-tes de que él llegara allí.Sin embargo, le gustabaoír esas leyendas sobrelos magnates del hierroy el acero que se conta-ban y volvían a contarlos domingos y días fes-tivos: esas historias depalacios en Venecia, ya-tes en el Mediterráneo yj u e g o e n M o n t e c a r l odespertaban su fantasía,y se interesaba por loséxitos de esos chicos en-cargados de ir a por cam-bio que se habían hechofamosos, aunque la eta-pa de chico de los cam-bios no le atraía dema-siado.

Después de cenar y

entailed, he had taken hisch ie f ’s adv ice , o f tre i t e ra ted to h i semployees, and at twenty-one had married the firstwoman whom he couldpersuade to sha re h i sfortunes. She happened tobe an angular *schoo lmis t ress , mucholder than he, who alsowore thick glasses, andw h o h a d n o w b o r n e *him f o u r c h i l d r e n , a l lnearsighted*, like herself.

The young man wasre la t ing how h is ch ie f ,n o w c r u i s i n g i n * t h eMedi te r ranean , kept int o u c h w i t h a l l t h edeta i ls of the business ,a r r a n g i n g * h i s o f f i c eh o u r s o n h i s y a c h tj u s t a s t h o u g h h ew e r e a t h o m e , a n d“ k n o c k i n g o ff * w o r ke n o u g h t o k e e p t w os t e n o g r a p h e r s b u s y. ’’H i s f a t h e r t o l d , i nt u r n , t h e p l a n h i sc o r p o r a t i o n w a sconsider ing, of put t ingin an e l ec t r i c r a i lwayp l a n t a t C a i r o . P a u lsnapped* h i s t ee th ; heh a d a n a w f u lapprehens ion tha t theym i g h t s p o i l * i t a l lb e f o r e h e g o t t h e r e .Yet he ra ther l iked tohea r t he se l egends o ft h e i r o n k i n g s * , t h a twere told and re told onSundays and ho l idays ;t h e s e s t o r i e s o fp a l a c e s i n Ve n i c e ,y a c h t s o n t h eM e d i t e r r a n e a n , a n dh i g h p l a y a t M o n t eCar lo appea led* to h i sf a n c y, a n d h e w a si n t e r e s t e d i n t h etr iumphs of cash boys*w h o h a d b e c o m efamous , though he hadno mind for the cash-boy s tage .

A f t e r s u p p e r w a s

having sharp fea- tures, (angulosa)

mothered, begotten

myopic, unable to see distant objects clearly

(de crucero por)

(organizando)

(despachando)

cracked, (chasqueó)

(estropear)

(magnates)

attracted, delighted, (despertaban)

(chicos encargados de ir a por cambio)

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y terminó de ayudar a se-car los platos, Paul pre-guntó nervioso a su padres i pod ía i r a casa deGeorge para que le echa-ra una mano con la geo-metría y, aún más nervio-so, le pidió dinero para eltranvía. Tuvo que repetiresta última petición por-que a su padre, en princi-pio, no le gustaba que lepidieran dinero, ya fuerapoco o mucho. Preguntó aPaul si no podía ir a casade algún otro chico queviviera más cerca, y ledijo que no debería dejarlos deberes de la escuelapara el domingo; pero, alfinal, le dio la moneda.No es que fuera un hom-bre pobre, pero tenía larespetable ambición deprosperar en la vida. Elúnico motivo por [242 ] elque permitía a Paul traba-jar de acomodador era suconvicción de que un mu-chacho tenía que ganaralgo de dinero.

Paul subió al piso dearriba, se restregó las ma-nos con el jabón apesto-so, que tanto aborrecía,para quitarse el olor agrasa del fregadero y seechó en los dedos unasgotas de agua de violetasque guardaba en un fras-co escondido en el cajón.Salió de casa con el librode geometría visiblemen-te bajo el brazo y, apenashubo de jado a t rásCordelia Street y se subióa un tranvía que iba en di-rección al centro, se sacu-dió el letargo de dos díasmortecinos y empezó a vi-vir de nuevo.

El joven galán de lacompañía de repertorioque actuaba en uno delo s t e a t ro s de l c en t roera conocido de Paul yhabía invitado al chicoa pasa rse , cuando pu-

cenar y de ayudar a se-car los platos, Paul pre-guntó nervioso a su pa-dre si podía ir a casa deGeorge para que le ayu-dara con la geometría, yaún más nervioso le pi-dió dinero para el t ran-v í a . Es t a ú l t ima pe t i -ción la tuvo que repetir,porque a su padre, porprincipio, le desagrada-ba oír peticiones de di-ne ro , ya fue ra poco omucho. Preguntó a Paulsi no podía ir a casa dealgún chico que vivieramás cerca, y lo repren-dió por dejar los debe-res del colegio para eld o m i n g o ; p e r o l e d i olos d iez cen tavos . Noera pobre, pero tenía lae n c o m i a b l e a m b i c i ó nde ascender en la vida.La ún ica razón por l aque dejaba que Paul tra-ba ja ra de acomodadorera porque creía que elc h i c o d e b í a g a n a r u npoco.

Paul subió a grandes zan-cadas al piso de arriba, se res-tregó de las manos el gra-siento olor del agua de lavarlos platos con la apestosa pas-tilla de jabón que tanto detes-taba, y dejó caer en sus dedosunas gotas de agua de viole-tas del frasco que guardabaescondido en su cajón. Salióde la casa con el libro degeometría b i e n visiblebajo el brazo, y en cuan-t o s a l i ó d e l a c a l l eCordelia y se sub ió aun t ranv ía para e l cen-t ro , se sacudió e l le tar-g o d e d o s d í a se n t u m e c e d o r e s y em-pezó a v iv i r de nuevo .

El joven galán de lacompañía de repertoriopermanente que actuabaen uno de los teatros delcentro era un conocido dePaul, y lo había invitadoa pasarse por los ensayos

de ayuda r a s eca r l o sp l a t o s , P a u l p r e g u n t ónervioso a su padre s ip o d í a i r a c a s a d eGeorge para que le ayu-dara con la geometría, yaún más nervioso le pi-dió dinero para el t ran-v í a . Es t a ú l t ima pe t i -ción la tuvo que repetir,porque a su padre, porprincipio, le desagrada-ba oír peticiones de di-ne ro , ya fue ra poco omucho. Preguntó a Paulsi no podía ir a casa dealgún chico que vivieramás cerca, y lo repren-dió por dejar los debe-res del colegio para eld o m i n g o ; p e r o l e d i olos d iez cen tavos . Noera pobre, pero tenía lae n c o m i a b l e a m b i c i ó nde ascender en la vida.La ún ica razón por l aque dejaba que Paul tra-ba ja ra de acomodadorera porque creía que elc h i c o d e b í a g a n a r u npoco.

Paul subió dando saltosal piso de arriba, se restre-gó el grasiento olor delagua de lavar los platos delas manos con la apestosapastilla de jabón que tan-to detestaba, y dejó caeren sus dedos unas gotas deagua de violetas del fras-co que guardaba escondi-do en su cajón. Salió de lacasa con el libro de geo-metría visiblemente bajoel brazo, y en cuanto salióde Cordelia Street y se su-bió a un tranvía para elcentro, se sacudió el letar-go de dos d íasembrutecedores y empezóa vivir de nuevo.

El joven galán de lacompañía de repertoriopermanente que actuabaen uno de los teatros delcentro era un conocidode Paul, y lo había invi-tado a pasarse por los en-

over, and he had helpedto dry the dishes , Pauln e r v o u s l y a s k e d h i sf a t h e r w h e t h e r h ecould go to George’s tog e t s o m e h e l p i n h i sg e o m e t r y, a n d s t i l lmore ne rvous ly a skedf o r c a r f a r e * . T h i sla t ter request he had torepeat , as his father, onpr inciple , d id not l iket o h e a r r e q u e s t s * f o rmoney, whe the r muchor l i t t le . He asked Paulw h e t h e r h e c o u l d n o tg o t o s o m e b o y w h ol ived nea re r, and to ldhim tha t he ought no tt o l e a v e h i s s c h o o lw o r k * u n t i l S u n d a y,b u t h e g a v e h i m t h ed i m e * . H e w a s n o t apoor man, but he had aw o r t h y * a m b i t i o n t ocome up* in the world .H i s o n l y r e a s o n f o ra l l o w i n g P a u l t ou s h e r * w a s t h a t h ethought a boy ought tobe earning a l i t t le .

P a u l b o u n d e d *upstairs, scrubbed* theg r e a s y o d o r o f t h edishwater from his handswith the ill-smelling soaphe hated, and then shookover his f ingers a fewd r o p s o f v i o l e t w a t e rfrom the bottle he kepthidden in his drawer*.He left the house with hisgeometry conspicuously*under his arm, and themoment he go t ou t o fC o r d e l i a S t r e e t a n db o a r d e d a d o w n t o w nc a r, h e s h o o k o f f t h el e t h a r g y * o f t w od e a d e n i n g * d a y s , a n dbegan to l ive again.

The leading juvenile*o f t h e p e r m a n e n tstock company* whichp layed a t one of thedowntown theaters was anacquaintance of Paul’s,and the boy had been

(dinero para el tranvía)

petitions, asking

homework

coin of 10 cents

(encomiable)

ascend

(ser acomodador)

ran with leaping strides

(se restregó)

(cajón)

clearly visible

(letargo, sopor)

dulling, lifeless, (en- tumecedores)

(joven galán)

(compañía derepertorio)

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diera, a ver los ensayosdel domingo por la no-che. Durante más de unaño, Paul había pasadocada minuto l ibre ron-dando e l camer ino deC h a r l e y E d w a r d s . S ehabía ganado un lugarentre los seguidores deEdwards , no sólo por-que el joven actor, quen o p o d í a p e r m i t i r s econtratar a un ayudantede camer ino , con f re -cuenc i a l o encon t r a r aú t i l , s i n o p o r q u ereconocía en Paul algosimilar a lo que la igle-sia l lama «vocación».

En realidad, se puededecir que donde Paul vivíade verdad era en el teatro yen el Carnegie Hall; el restoera sueño y olvido. Éste erael cuento de hadas de Pauly para él tenía t odo e latractivo de un amor se-creto. En el momento enque respiraba el gaseosoy polvoriento olor a pin-tura de las bambalinas –lo inhalaba como un pri-sionero liberado–, sentíadentro de sí la posibili-dad de hacer o decir co-sas espléndidas y brillan-tes. En el momento enque la desbaratada or-ques t a t ocaba l a obe r-tu ra de Martha o la se -r e n a t a d e R i g o l e t t o ,t odo lo f eo y e s túp idod e s a p a r e c í a , y s u ss e n t i d o s s e a v i v a b a np l a c e n t e r a p e r o d e l i -cadamen te .

En el mundo de Paul,lo natural casi siempreadoptaba el disfraz de lofeo; tal vez por eso, a élle parecía necesario quela belleza tuviera ciertadosis de artificiosidad.Tal vez fuera porque su experiencia [ 243] de la vidaen otras partes estaba re-pleta de picnics con la es-cuela dominical, de eco-

de los domingos por lanoche cuando le fuera po-sible. Durante más de unaño Paul había pasadocasi cada minuto disponi-b l e r o n d a n d o p o r e lcamer ino de Char leyEdwards. Se había gana-do un lugar entre los ad-miradores del joven actor,no sólo porque éste, queno podía permitirse con-tratar a un ayudante decamerino, a menudo leencontraba útil, sino por-que reconocía en Paulalgo parecido a lo que losclérigos l laman «voca-ción».

Era en el teatro y enel Carnegie Hall dondePaul vivía de verdad; elresto no era sino sueñoy o l v i d o . É s t e e r a e lcuento de hadas de Paul,y para é l tenía toda l afasc inación de un amors e c r e t o . E n c u a n t oinhalaba el efervescen-te olor a polvo y pintu-ra de entre bas t idores ,respiraba como un pr i -s ionero puesto en liber-tad, y sentía dentro de élla posibilidad de hacer odecir cosas magníficas ybrillantes. En cuanto ladesbaratadora orquestamachacaba la obertura deMartha o t raqueteaba laserenata de Rigoletto, to-das las cosas estúpidas yfeas se esfumaban , y sussen t idos s e a v i v a b a n d eforma agradable , aunquedel icada .

Tal vez porque, en elmundo de Paul, lo natu-ral casi siempre se pre-sentaba bajo el disfraz dela fealdad, le parecía ne-cesario en la belleza unc i e r t o e l e m e n t o d ear t i f i c ia l idad . Ta l vezporque su experiencia dela vida en otra parte es-taba tan llena de picnicscon la escuela dominical,

sayos de los domingospor la noche cuando lefuera posible . Durantemás de un año Paul habíapasado casi cada minutod i s p o n i b l e e n e lc a m e r i n o d e C h a r l e yEdwards. Se había gana-do un lugar entre los ad-miradores del joven ac-tor, no sólo porque éste,que no podía permitirsecontratar a un ayudantede camerino, a menudo leencontraba útil, sino por-que reconocía en Paulalgo parecido a lo que losclérigos l laman «voca-ción».

Era en el teatro y en elC a r n e g i e H a l l d o n d ePaul vivía de verdad; elresto no era sino sueño yolvido. Éste era el cuen-to de hadas de Paul, ypara él tenía todo el en-canto de un amor secre-to. En cuanto inhalaba elefervescente olor a polvoy pintura de entre basti-dores, respiraba como unprisionero recién puestoen libertad, y sentía den-tro de él la posibilidad dehacer o decir cosas mag-níficas, brillante s , poé -t i c a s . E n c u a n t o l aresquebrajada orquestat o c a b a l a o b e r t u r a d eMartha o se sacudía con laserenata de Rigoletto, to-das las cosas estúpidas yfeas salían de él, y sussen t idos desper tabanagradable aunque delica-damente.

Tal vez porque, en sumundo, lo natural casis iempre se p resen tabab a j o e l d i s f r a z d e l afealdad, le parecía ne-cesario en la belleza unc i e r t o e l e m e n t o d ear t i f i c ia l idad . Ta l vezporque su exper ienc iade la vida en otra parteestaba tan llena de pic-nics con la escuela do-

invited to drop in* at theS u n d a y n i g h trehearsals* whenever hecould. For more than ay e a r P a u l h a d s p e n tevery available momentloitering* about CharleyE d w a r d s ’s d r e s s i n groom. He had won a pla-c e a m o n g E d w a r d s ’sf o l l o w i n g * n o t o n l ybecause the young actor,who could not afford toemploy a dresser, oftenfound h im usefu l , bu tbecause he recognized inPaul something akin* tow h a t c h u r c h m e n t e r m“vocation.”

It was at the theaterand at Carnegie Hall thatPau l r ea l l y l i ved ; t herest was but a sleep anda forget t ing. This wasPaul’s fairy tale, and ith a d f o r h i m a l l t h eallurement* of a secretl o v e . T h e m o m e n t h ei n h a l e d t h e g a s s y * ,p a i n t y * , d u s t y o d o rbeh ind the scenes , hebreathed like a prisonerset* free, and felt withinh im the poss ib i l i ty o fd o i n g o r s a y i n gs p l e n d i d , b r i l l i a n tthings. The moment thecracked* orchestra beatout* the overture fromMartha, or jerked at* theserenade from Rigoletto ,a l l s t u p i d a n d u g l ythings sl id* from him,a n d h i s s e n s e s w e r ed e l i c i o u s l y y e tdelicately fired*.

P e r h a p s i t w a sbecause, in Paul’s world,the natural nearly alwaysw o r e t h e g u i s e * o fugliness, that a certainelement of art if iciali tyseemed to him necessaryin beauty. Perhaps it wasbecause his experienceof life elsewhere was soful l of Sabbath-schoolp i c n i c s , p e t t y *

come to

(ensayos)

lingering, idling, (me- rodeando, rondando)

(estela)

similar, (parecido)

attraction, (fascina- ción, encanto)

(efervescente)

(a pintura)

put, (puesto)

(desbaratadora)

(tocó con fuerte ritmo)

(traquetó)

(se esfumaron)

(avivados)

(disfraz)

trivial

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nomías miserables , deconsejos prudentes sobrecómo triunfar en la viday del ineludible olor de lacocina, por lo que encon-traba tan atractiva aque-l l a ex i s tenc ia , t an se -ductores a aquellos hom-bres y mujeres elegante-mente vestidos, y se sentíatan conmovido por aquelloshuertos de manzanos estre-llados, siempre en flor,bajo los focos.

Sería difícil expresarcon suf ic iente contun-dencia de qué forma tandecis iva la ent rada deaquel teatro era para Paulla puerta real a lo nove-lesco. Desde luego, nadiede la compañía lo sospe-chó jamás y menos quenadie, Charley Edwards.Era como las viejas his-torias que se contaban enLondres sobre judíos fa-bulosamente ricos, queposeían salones subterrá-neos con fuentes, palme-ras, luces tenues y muje-res, ricamente ataviadas,que nunca veían la de-cepcionante luz del díalondinense. Así, en me-dio de aquella ciudad en-vuelta en humo, cautiva-da po r l a s c i f r a s y e ltráfago mugriento, Paultenía su templo secreto,su alfombra voladora, supedacito de costa medite-rránea blanca y azul, ba-ñada por la perpetua luzdel sol.

Algunos de los profe-sores de Paul tenían lateoría de que la literaturafantástica había perverti-do su imaginación, perolo cierto es que rara vezleía. Los libros que habíaen su casa no eran de losque pueden tentar o per-vertir una mente joven yen cuanto a las novelasque algunos de sus ami-gos le recomendaban vi-

p e q u e ñ a s e c o n o m í a s ,c o n s e j o s s a n o s d ec ó m o t r i u n f a r e n l av i d a y e l i n e l u d i b l eolor a comida , encon-t r a b a t a n f a s c i n a n t ee s t a e x i s t e n c i a , t a natract ivos a esos hom-bres y mujeres elegante-mente ataviados , y tanc o n m o v e d o r e s e s o shuertos de manzanos es-trellados, siempre en florbajo los focos.

No r e s u l t a fácil ex-p r e s a r c o n s u f i c i e n t efuerza cuán categór ica-mente el vestíbulo de eseteatro era para Paul elverdadero pórtico de loIdeal. Desde luego, ningúnmiembro de la compañóalo sospechó jamás, y quienmenos de todos CharleyEdwards. Era como las his-torias que circulaban porLondres de judíos fabu-losamente ricos que teníansalones subterráneos conpalmeras y fuentes, lámpa-ras de luz tenue y mujereslujosamente ataviadasque nunca veían la decep-c ionan te luz de l d íalondinense. Así, en mediode esa ciudad envuelta enuna capa de humo, ena-morada de los números ydel trabajo gris, Paul te-nía su templo secreto, sualfombra de los deseos,su pequeño rincón de pla-ya mediterránea azul yblanca bañada en perpe-tuo sol.

Varios de los profe-sores de Paul tenían lateoría de que su imagi-n a c i ó n s e h a b í a v i s t opervertida por la ficciónf l o r i t u r e s c a , p e r o l ocierto es que él rara vezleía. Los libros que ha-bía en su casa no eran delos que tentarían o co-rromperían a una mentejoven, y en cuanto a leerlas novelas que le reco-

minical , pequeñas eco-nomías, consejos sanosde cómo t r iunfar en lav i d a y e l i n e l u d i b l eolor a comida , encon-t r a b a t a n s e d u c t o r ae s t a e x i s t e n c i a , t a natract ivos a esos hom-bres y mujeres elegan-te mente vestidos, y tanconmovedores esos huer-tos de manzanos estrella-dos, siempre en flor bajolos focos .

No es fácil expresarc o n s u f i c i e n t e f u e r z acuán convincentementeel vestíbulo de ese t e a -t r o e r a p a r a P a u l e lverdadero portal del Ro-manticismo. Desde luego, ja-más lo sospechó ningúnmiembro de la compañía, yquien menos de todos CharleyEdwards. Era muy semejantea las historias que corríanpor Londres de judíos fabu-losamente ricos que teníansalones subterráneos conpalmeras y fuentes, lámpa-ras de luz tenue y mujereslujosamente ataviadas quenunca veían la decepcio-n a n t e l u z d e l d í alondinense. Así, en me-d io de esa c iudad en-vuelta en humo, enamo-rada de los números ydel trabajo sucio, Paultenía su templo secreto,su alfombra de los de-seos, su trozo de playam e d i t e r r á n e a a z u l yblanca bañada en perpe-tuo sol.

Varios de los profe-sores de Paul tenían lateoría de que su imagi-n a c i ó n s e h a b í a v i s t opervertida por la ficcióndesmedida, pero lo cier-t o e s q u e é l r a r a v e zleía. Los libros que ha-bía en su casa no eran delos que tentarían o co-r romper ían una mentejoven, y en cuanto a leerlas novelas que le reco-

economies, wholesome*a d v i c e a s t o h o w t osucceed in life, and theunesc a p a b l e o d o r s o fc o o k i n g , t h a t h ef o u n d t h i s e x i s t e n c es o a l l u r i n g * , t h e s esmartly* clad* men andw o m e n s o a t t r a c t i v e ,that he was so moved byt h e s e s t a r r y * a p p l eorchards that b loomedp e r e n n i a l l y u n d e r t h elimelight*.

It would be difficultto put it strongly enoughhow conv inc ing ly t hes tage en t rance of tha ttheater was for Paul theactual* portal* of Ro-mance*. Certainly noneo f t h e c o m p a n y e v e rsuspected it, least of allCharley Edwards. It wasvery like the old storiesthat used to float* aboutLondon o f f abu lous lyr i c h J e w s , w h o h a dsubterranean halls, withpa lms , and foun ta in s ,a n d s o f t l a m p s a n dr i c h l y a p p a re l l e d *women who never sawthe disenchanting* lightof London day. So , inthe midst of that smoke-palled* city, enamored*of figures* and grimy*t o i l * , P a u l h a d h i ss e c r e t t e m p l e , h i sw i sh ing* ca rpe t* , h i sb i t o f b l u e - a n d - w h i t eM e d i t e r r a n e a n s h o r eb a t h e d i n p e r p e t u a lsunshine.

S e v e r a l o f P a u l ’st eache r s had a t heo rythat his imagination hadb e e n p e r v e r t e d b ygarish* fiction; but thetruth was, he scarcely*e v e r r e a d a t a l l . T h ebooks at home were nots u c h a s w o u l d e i t h e rt e m p t o r c o r r u p t ayouthfu l mind, and asfor reading the novelsthat some of his friends

beneficial

charming, (fascinante)

elegantly / dressed

shining like stars

spotlights, (focos)

(verdadero) / large andimpressive entrance to a noble edifice /

/ Ideal

(circular)

(ataviadas, engala-nadas)

(decepcionante)

(envuelta en humo) /(enamorada)

(cifras) /(sucio)

work

magic / (alfombra)

extravagant, (desme- dida, florituresca)

(raramente)

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vamente... bueno, le re-sultaba más rápido con-seguir las sensacionesque quería a través de lamús ica , con cua lqu ie rclase de música, desde lade una orquesta a la de unorganillo. Sólo necesita-ba la chispa, el indes-criptible estremecimien-to que convertía la ima-ginación en dueña de sussentidos, y él era capazde crear por sí mismo su-ficientes imágenes e his-torias. Pero tampoco po-día decirse –por lo me-nos, en el sentido que ha-bitualmente damos a esaexpresión– que fuera un«enamorado de las ta-blas». No deseaba ser niactor ni músico. No sen-t ía necesidad de hacerninguna de las dos cosas;lo que quería [244 ] eraver, estar en aquella at-mósfe ra , f lo ta r en suestela, que lo transportaselegua azul tras legua azul,lejos de todo.

Después de pasar unanoche entre bambalinas,el aula le parecía a Paulmás repulsiva que nunca:los suelos más desnudosy las paredes más vacías;los hombres prosa icosq u e j a m á s s e h a b í a npuesto un chaqué ni vio-letas en el ojal; las mu-jeres con vestidos anodi-nos, voces chi l lonas yuna seriedad patética alhablar de las preposicio-nes que rige el dativo. Nosoportaba que los otrosalumnos pensaran, ni porun instante, que él se to-maba en serio a aquellagente; debía transmitirlesque él consideraba todoaquello una trivialidad yque estaba allí sólo pordiver t i rse . Tenía fo tosf i rmadas de todos losmiembros de la compa-ñ í a d e r e p e r t o r i o q u em o s t r a b a a t o d o s s u s

m e n d a b a n a l g u n o s d es u s a m i g o s . . . , b u e n o ,conseguía lo que queríamucho más deprisa de lamúsica; cualquier t i pode música, desde una or-questa hasta un organi-l lo. Sólo necesi taba lachispa, la indescriptibleemoción que convert ías u i m a g i n a c i ó n e n l adueña de sus sentidos, ye ra capaz de inven ta rsuf ic ientes h i s to r i a s eimágenes po r s í so lo .Era igua lmen te c i e r toque no era un entusias-ta del teatro, por lo me-nos no en el sentido co-rriente del término. Éln o q u e r í a s e r a c t o r ,c o m o t a m p o c o q u e r í aser músico. No sentía lanecesidad de hacer nin-guna de esas cosas: loque a n h e l a b a e ra ve r,es ta r en l a a tmósfe ra ,flotar en sus olas, versetransportado, legua azultras legua azul, lejos detodo.

Después de pasar una no-che entre bastidores, el auladel colegio le parecía a Paulmás repulsiva que nunca: lossuelos desalfombrados y lasparedes desangeladas; loshombres prosaicos quen u n c a l l e v a b a n l e v i t an i u n a v i o l e t a e n e lo j a l ; l a s m u j e r e s c o nsus ve s t i dos t ed io sos ,voces es t r identes y la-m e n t a b l e s e r i e d a d a lhablar de las prepos i -c iones que r igen e l da-tivo. No podía soportar quelos otros alumnos pensa-ran, ni por un instante, queél se tomaba en serio a esagente; debía transmitirlesque todo aquello le pare-cía trivial y, de todas ma-neras, estaba al l í sólocomo una broma. Teníafotos dedicadas de todoslo s m i e m b r o s d e l acompañía de repertorioy l a s e n s e ñ a b a a s u s

m e n d a b a n a l g u n o s d es u s a m i g o s . . . , b u e n o ,conseguía lo que queríamucho más deprisa de lamúsica; cualquier clasede música, desde una or-questa hasta un organi-l lo. Sólo necesi taba lachispa, la indescriptibleemoción que convert ías u i m a g i n a c i ó n e n l adueña de sus sentidos, ye ra capaz de inven ta rsuficientes argumentose imágenes por sí solo.Era igua lmen te c i e r toque no era un entusias-ta del teatro, por lo me-nos no en el sentido co-rriente del término. Éln o q u e r í a s e r a c t o r ,c o m o t a m p o c o q u e r í aser músico. No sentía lanecesidad de hacer nin-guna de esas cosas: loque quería era ver, estaren la atmósfera, f lotaren sus olas, verse trans-portado, legua azul trasl e g u a a z u l , l e j o s d etodo.

Después de pasar unanoche entre bastidores,el aula del colegio le pa-recía a Paul más repul-siva que nunca: los sue-los insulsos y las pare-des desnudas; los hom-bres prosaicos que nun-ca llevaban levita ni unav io le ta en e l o ja l ; l a smujeres con sus t ra jesausteros, voz estridentey lastimera seriedad alhablar de las preposicio-nes que gobiernan el da-tivo. No podía soportarque los o t ros a lumnoscreyeran, ni por un ins-tante, que él se tomaba enserio a esa gente; debíatransmitirles que todo esole parecía trivial y, de to-das maneras, estaba allísólo como una broma. Te-nía fotos dedicadas de to-dos los miembros de lacompañía de repertorio ylas enseñaba a sus com-

urged upon him*—well,he got what he wantedmuch more quickly fromm u s i c ; a n y s o r t o fm u s i c , f r o m a no r c h e s t r a t o a b a r r e lorgan*. He needed onlyt h e s p a r k * , t h ei n d e s c r i b a b l e t h r i l l *t h a t m a d e h i simagina t ion mas te r o fhis senses, and he couldmake plots and picturesenough of h i s own. I twas equally true that hewas not stage-struck*—not, at any rate, in theu s u a l a c c e p t a t i o n * o fthat expression. He hadno desire to become anactor, any more than heh a d t o b e c o m e am u s i c i a n . H e f e l t n onecessi ty to do any ofthe se t h ings ; wha t hewanted was to see, to bein the atmosphere, floaton the wave of it , to becarried out, blue leagueafter blue league, awayfrom everything.

After a n ight behindthe scenes , Paul foundt h e s c h o o l r o o m m o r ethan ever repulsive; thebare* f loors and nakedwalls ; the prosy* menwho never wore f rockc o a t s , o r v i o l e t s i nthe i r bu t tonho les ; t hewomen with their dul l*gowns , shr i l l* voices ,and pi t i fu l ser iousnessabout preposi t ions thatgovern* the dat ive . Hecould not bear* to havethe other pupi ls th ink,for a moment , tha t het o o k t h e s e p e o p l eseriously; he must con-v e y t o t h e m t h a t h econsidered i t a l l t r iv ia land was there only byw a y o f * a j o k e ,a n y w a y. H e h a da u t o g r a p h p i c t u r e s o fa l l the members of thes tock company* whichh e s h o w e d h i s

(le recomendaban)

(organillo)

(chispa)

excitement, (emotion)

(entusiasta del teatro)

(acepción), ‘acceptance’

uncarpeted

boring

colorless

piercing, (estridentes)

(rigen)

(soportar)

(sólo como)

(compañía de reper- torio)

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c o m p a ñ e r o s d e c l a s e ,m i e n t r a s l e s c o n t a b ahistorias asombrosas des u f a m i l i a r i d a d c o naquellas personas, de surelación con las solistasque venían al CarnegieHall , de las cenas conellas y de las f lores queles enviaba. Cuando es-tas historias dejaban desurtir efecto y su públi-co se volvía indiferen-te, se despedía de todoslos chicos y les anun-ciaba que se iba de via-j e u n a t e m p o r a d a ; aNápo le s , Ca l i fo rn i a yEgipto. Luego, el luness igu ien te , aparec ía den u e v o , c o n s c i e n t e ysonriendo nervioso; suhermana estaba enfermay tendría que posponersu viaje hasta la prima-vera.

A Paul las cosas en elcolegio le iban cada vezpeor. En su deseo de de-jar claro a sus profesoresel profundo desprecio quesentía por ellos y cuánto leapreciaban en cualquierotro lugar, dijo un par deveces que no podía perderel tiempo con teoremas, yañadió –con un alzamien-to de cejas y uno de aque-llos toques de nerviosachulería que les dejabatan perplejos– que teníaque ayudar a los actoresde la compañía de reper-torio, todos ellos, viejosamigos suyos.

El resultado fue que eldirector llamó al padre dePaul, quien sacó al chicodel colegio y lo puso atrabajar. Pidieron al ge-rente del Carnegie Hallque lo sus t i tuyera porotro acomodador, advirt i e r o n [ 2 4 5 ] a lp o r t e r o d e l t e a t r od e q u e n o l o d e j a -r a e n t r a r y ,a r r e p e n t i d o ,

c o m p a ñ e r o s d e c l a s e ,contándoles l as h i s to -rias más asombrosas so-bre su familiaridad conesa gente, sus amis to -sas re lac iones con lossolistas que acudían alCarnegie Hal l , las ce-nas a las que asistía conellos y las flores que lese n v i a b a . C u a n d o e s a shistorias perdían su efec-to y su públ ico se vol-vía indiferente se despe-día de todos sus compa-ñeros , anunciando queiba a viajar un tiempo;por Nápoles, California,Venecia, Egipto. El lunessiguiente regresaba dis-cretamente, con su sonri-sa nerviosa e incómoda:su hermana estaba enfer-ma y había tenido queposponer su viaje hasta laprimavera.

A Pau l las cosas l eiban de mal en peor enel colegio. En sus ansiaspo r hace r s abe r a susprofesores lo mucho quelos despreciaba, y lo mu-cho que lo apreciaban aél en otras partes, men-cionó un par de vecesque no tenía tiempo quep e r d e r c o n t e o r e m a s ;añadiendo —con un t icde la ceja y una de esasbravuconadas nerviosasque tan perplejos los de-jaba— que ayudaba a lagente de la compañía derepertor io; eran viejosamigos suyos.

E l r e s u l t a d o f i n a lde todo aquello f u e q u ee l d i r e c t o r a c u d i ó a lp a d r e d e P a u l , q u i e ns a c ó a P a u l d e l c o l e -g i o y l o p u s o a t r a b a -j a r . A l g e r e n t e d e lC a r n e g i e H a l l s e l ep i d i ó q u e s e b u s c a r ao t r o a c o m o d a d o r ; a lp o r t e r o d e l t e a t r o s el e a d v i r t i ó q u e n ov o l v i e r a a d e j a r l o e n -

pañeros de clase, con-t á n d o l e s l a s h i s t o r i a smás asombrosas sobre suf a m i l i a r i d a d c o n e s agente, cómo conocía alos solistas que iban acantar al Carnegie Hall,las cenas a las que asis-tía con ellos y las floresque les enviaba. Cuandoesas historias perdían suefecto y su públ ico sevo lv í a i nd i f e r en t e , s edesesperaba, y se despe-día de todos sus compa-ñeros , anunciando queiba a viajar un tiempo;por Nápoles , Venec ia ,Egipto. El lunes siguien-t e r eg resaba d i sc re t a -mente , con su sonr i sanerviosa y forzada; suhermana estaba enfermay había tenido que pos-poner su viaje hasta laprimavera.

Las cosas iban de malen peor en e l colegio .En sus ansias por hacersaber a sus profesoreslo mucho que los despre-c iaba a e l los y sushomilías, y lo mucho quelo valoraban en otras par-tes, mencionó un par deveces que no tenía tiempoque perder con teoremas;añadiendo —con una con-tracción de la ceja y unade esas bravuconadas ner-viosas que tan perplejoslos dejaba que ayudaba alos actores de la compañíade repertorio; eran viejosamigos suyos.

E l r e s u l t a d o f i n a lf u e q u e e l d i r e c t o ra c u d i ó a l p a d r e d eP a u l , q u i e n s a c ó aP a u l d e l c o l e g i o y l op u s o a t r a b a j a r . A lg e r e n t e d e l C a r n e g i eH a l l s e l e p i d i ó q u es e b u s c a r a o t r o a c o -m o d a d o r , a l p o r t e r od e l t e a t r o s e l e a d v i r -t i ó q u e n o v o l v i e r a ad e j a r l o e n t r a r ; y

c l a s s m a t e s , t e l l i n gt h e m t h e m o s ti n c r e d i b l e s t o r i e s o fh i s f a m i l i a r i t y w i t ht h e s e p e o p l e , o f h i sacquaintance* wi th thes o l o i s t s w h o c a m e t oC a r n e g i e H a l l , h i ssuppers wi th them andt h e f l o w e r s h e s e n tt h e m . W h e n t h e s estories lost their effect ,and his audience grew*l i s t l e s s * , h e w o u l dbid* a l l the boys good-by, announcing that hewas going to t ravel fora w h i l e ; g o i n g t oNaples , to Ca l i fo rn ia ,t o E g y p t . T h e n , n e x tMonday, he would slip back*,conscious* and nervouslysmiling; his sister was ill,and he would have t odefer* his voyage unt i lspr ing.

Matters went steadilyworse* wi th Paul a tschool. In the itch* to lethis instructors know howhear t i ly* he despisedthem, and howthoroughly* he wasappreciated elsewhere, hementioned once or twicethat he had no t ime tofool* wi th theorems;adding—with a twitch* ofthe eyebrows and a touchof that nervous bravado*which so perplexedthem—that he was helpingthe people down at thestock company; they wereold friends of his.

The upsho t* o f t hem a t t e r w a s t h a t t h eP r i n c i p a l w e n t t oPaul’s fa ther, and Paulwas taken out of schoola n d p u t t o w o r k . Themanager* a t Carneg ieH a l l w a s t o l d t o g e ta n o t h e r u s h e r i n h i ss tead*; the doorkeepera t t h e t h e a t e r w a sw a r n e d n o t t o a d m i th im to the house ; and

friendly relations

(se volvía)

apathetic, lazy

say, utter

(regresaba discreta- mente)

(incómodo)

postpone

(cada vez peor)

desire, (ansias)

much, (lo harto)

fully, highly, completely

(tiempo que perder)

(contracción), spasm

(brabuconada)

consequence, result

(gerente)

place

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C h a r l e y E d w a r d sp r o m e t i ó a l p a d r ed e l c h i c o q u e n ov o l v e r í a a v e r l om á s .

A los miembros de lacompañía –sobre todo alas mujeres– les hizo mu-cha gracia enterarse de al-gunas de las historias dePaul. Eran mujeres traba-jadoras que, en su mayo-ría, al imentaban a ma-ridos o hermanosindolentes y s e r e í a namargamente al pensar quehabían despertado en elmuchacho invenciones tanapasionadas y compl icadas .Convinieron con la jun-ta de profesores y el pa-dre de Paul que el chicoera un caso difícil.

El tren en dirección aleste se abría paso a travésde la tormenta de nieve;e l pá l ido amanecer deenero empezaba a mostrarun tono gris cuando lamáquina tocó el silbatoanunciando que faltabauna milla para Newark.Paul saltó del asiento ene l que se hab ía acu-rrucado con un sueño agi-tado, limpió con la manoel cristal de la ventanillaempañado de al iento ymiró afuera. La nieve caíaen remolinos sobre lashondonadas y los coposformaban ya una gruesacapa en los campos; sobrelas vallas, aquí y allá, so-bresa l í an l as negrasgramíneas muertas hacíatiempo y los tallos secosde las malas hierbas. Lasluces brillaban en las ca-sas desperdigadas y unostrabajadores junto a lasvías saludaban agitandosus lámparas.

Paul hab ía dormidomuy poco y se sentía su-cio e incómodo. Había

t r a r ; y C h a r l e yE d w a r d s c o n r e m o r -d i m i e n t o s p r o m e t i ó a lp a d r e d e l c h i c o n ov o l v e r a v e r l o .

Los miembros de lac o m p a ñ í a s e d i v i r t i e -ron enormemente al en-t e r a r s e d e a l g u n a s d el a s h i s t o r i a s d e P a u l ,sobre todo las mujeres .La mayoría eran muje-r e s t r a b a j a d o r a s , q u emantenían a maridos ohermanos indigentes , yr i e r o n c o n b a s t a n t ea m a r g u r a d e l a sf e r v i e n t e s y o r n a d a sfantasías que habían provo-cado en el chico. Estuvie-ron de acuerdo con los pro-fesores y el padre en quePaul era un caso difícil.

El tren en direccióneste se abría camino enpleno enero a través de latormenta de nieve; el pá-lido amanecer empezabaa adquirir un tono griscuando la locomotora sil-bó a un kilómetro y me-dio de Newark. Paul se le-van tó de un sa l to de lasiento donde había per-manecido acurrucado enun sueño agitado, limpiócon una mano el cristal dela ventana empañada dealiento y miró afuera. Lanieve se arremolinaba so-bre la superf ic ie blan-quecina del suelo, y seamontonaba en los cam-pos y a lo largo de las va-llas, mientras que aquí yallá sobresalían la hierbalarga y muerta, y los ta-llos de la maleza seca. Delas casas desperdigadassalían luces, y a un ladode la vía un grupo de la-briegos saludaron con suslámparas.

Paul hab ía dormidomuy poco, y se sent íasucio e incómodo. Ha-

C h a r l e y E d w a r d s c o nr e m o r d i m i e n t o s p r o -m e t i ó a l p a d r e d e lc h i c o n o v o l v e r a v e r-l o .

Los miembros de lac o m p a ñ í a s e d i v i r t i e -ron enormemente al en-t e r a r s e d e a l g u n a s d el a s h i s t o r i a s d e P a u l ,sobre todo las mujeres .La mayoría eran muje-r e s t r a b a j a d o r a s , q u emantenían a maridos ohermanos indigentes , yr i e r o n c o n b a s t a n t ea m a r g u r a d e l a sf e r v i e n t e s y f l or idasfantasías que habían provo-cado en el chico. Estuvieronde acuerdo con los profeso-res y el padre en que Paulera un caso difícil.

E l t r e n d e l e s t e s eabría camino a través dela tormenta de nieve; elpálido amanecer empe-zaba a adquirir un tonogris cuando el maquinis-ta tocó el silbato a un ki-l ó m e t r o y m e d i o d eNewark. Paul se levantóde un salto del asientodonde había permaneci-do acurrucado en un sue-ño agitado, l impió conuna mano el cristal de lav e n t a n a e m p a ñ a d a d ealiento y miró afuera. Lanieve se a r remol inabasobre las tierras blancas,y se amontonaba en loscampos y a lo largo delas vallas, mientras queaquí y allá sobresalían lahierba larga y muerta, ylos tallos de la malezas e c a . E n l a s c a s a sdesperdigadas había lu-ces, y a un lado de la víaun grupo de labr iegossaludaron con sus lám-paras.

Paul hab ía dormidomuy poco, y se sentía su-cio e incómodo. Había

C h a r l e y E d w a r d sr e m o r s e f u l l y *p r o m i s e d t h e b o y ’sf a t h e r n o t t o s e e h i magain.

The members of thes t o c k c o m p a n y w e r ev a s t l y a m u s e d w h e nsome of Paul’s s tor iesr e a c h e d t h e m —especia l ly the women.They were hardworkingwomen , mos t o f t hems u p p o r t i n g * i n d o l e n thusbands o r b ro the r s ,and they laughed ratherb i t t e r l y a t h a v i n gstirred* the boy to suchf e r v i d a n d f l o r i d *inventions. They agreedwith the faculty and withh i s f a t h e r t h a t P a u l ’swas a bad* case .

The eastbound t rainwas plowing* through aJanuary snowstorm; thed u l l * d a w n w a sbeginning to show grayw h e n t h e e n g i n ewhist led a mile out ofNewark. Paul started upfrom the seat where heh a d l a i n * c u r l e d * i nu n e a s y * s l u m b e r * ,r u b b e d t h e b r e a t h -m i s t e d w i n d o w g l a s sw i t h h i s h a n d , a n dpee red ou t . The snowwas whirling* in curlingeddies* above the whitebo t tom lands , and thed r i f t s * l a y * a l r e a d ydeep in the f ie lds andalong the fences*, whilehere and there the longd e a d g r a s s a n d d r i e dweed stalks* protrudedblack above i t . Lightss h o n e f r o m t h escattered* houses, and ag a n g o f l a b o r e r s w h ostood beside the track*waved* their lanterns.

Paul had s lept ve ryl i t t l e , a n d h e f e l tgrimy* and uncomfortable.

(con remordimiento)

nourishing

estimulated, (incitado)

showy

(difícil)

(surcaba)

(mortecino)

(permanecido) / (acu- rrucado)

uncomfortable / sleep

spinning

(remolinos)

large masses of snow/ accumulated

(cercas)

(tallos)

(desperdigados)

(vía)

swung as greeting

(sucio)

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v i a j ado toda l a noches e n t a d o p o r q u e t e n í amiedo de que si cogía uncoche-cama podía verlealgún hombre de nego-cios de Pi t tsburgh quese hubiera fi jado en élen la oficina de Denny& C a r s o n . C u a n d o e ls i lbato lo desper tó , sep a l p ó r á p i d a m e n t e e lbo l s i l lo in te r io r de l achaqueta y miró a su al-rededor con sonrisa dedesconfianza, pero lospequeños i ta l ianos su-cios de yeso continua-ban aún dormidos; lasm u j e r e s , s u c i a s ydesaliñadas, atravesadase n e l p a s i l l o , y a c í a nd e s f a l l e c i d a s c o n l aboca abier ta e inclusolos [246 ] sucios bebésllorones estaban calladosde momento. Paul volvióa acomodarse para lucharcontra su impaciencia lomejor que podía.

Cuando llegó a la es-tac ión de Je rsey Ci ty,de sayunó dep r i s a , v i -siblemente incómodo, ys in dejar de mirar portodas pa r t e s . Una vezen la estación de la ca-l le Veinti trés, preguntóa un taxista por algunat ienda de a r t í cu los decaballero y éste le con-dujo hasta una que aca-b a b a n d e a b r i r . P a s ómás de dos ho ras a l l ícomprando con intermi-nables consideracionesy gran cuidado. Se pusos u t r a j e n u e v o e n e lprobador y metió el fracy la ropa de et iqueta ene l t ax i , j un to con susnuevas camisas. Luegopidió que lo l levasen auna t ienda de sombre-ros y a una zapa ter ía .Su próxima parada fueTiffany, donde eligió unjuego de cepil los mon-tados en plata y un al-f i ler de corbata. No es-

bía viajado toda la no-che sentado porque te-mía que s i t omaba uncoche-cama lo pudiesever algún hombre de ne-g o c i o s d e P i t t s b u rg h ,que podía haberse f i ja-do en él en la oficina deDenny & Carson. Cuan-do el silbato lo desper-tó, se llevó rápidamen-te una mano al bolsillodel pecho y miró en de-rredor con una sonrisaincierta. Pero los italia-nos menudos y salpica-d o s d e b a r r o s e g u í a ndormidos , l as mujeresdesal iñadas al otro ladodel pasi l lo estaban in-conscientes con la bocaabierta, y hasta los be-bés llorones y mancha-dos de gal le ta se hal la-ban por una vez calla-dos. Paul volvió a aco-modarse para luchar consu impaciencia lo mejorque pudo .

A1 l legar a la es ta-ción de Jersey desayunócon prisas, visiblemen-te nervioso y mirandoalerta en derredor. Unavez en la estación de lacalle Treinta y tres, con-sultó al conductor de uncoche de alquiler e hizoq u e l o l l e v a r a a u n atienda de artículos parac a b a l l e r o q u e e n e s emomento abría. Pasó allímás de dos horas com-prando con in termina-bles reconsideracionesy gran cuidado. Se pusosu nuevo traje de calleen el probador; el frac yla ropa de etiqueta loshizo llevar al coche dealqui ler, junto con lascamisas y las camisetasnuevas. A continuaciónse dirigió a un sombre-rero y a una zapatería.La siguiente parada fueTiffany’s, donde selec-cionó un juego de cepi-llos de plata y un nuevo

viajado toda la noche sen-tado, en parte porque ledaba vergüenza, vestidocomo iba, viajar en un co-che—cama, y en par teporque tenía miedo deque lo viera algún hombrede negoc ios dePittsburgh, que podía ha-berse fijado en él en laof ic ina de Denny &Carson. Cuando el silba-to lo despertó, se llevó rá-pidamente una mano albolsillo del pecho y miróen derredor con una son-risa incierta. Pero los ita-lianos menudos y salpica-dos de barro seguían dor-midos , l a s muje resdesaliñadas al otro ladodel pasi l lo estaban in-conscientes con la bocaabierta, y hasta los bebésllorones estaban por unavez callados. Paul volvióa acomodarse para lucharcon su impaciencia lo me-jor que podía.

A1 l legar a la es ta-ción de jersey City de-sayunó con prisas, visi-blemente nervioso y mi-rando a le r ta en der re -dor. Una vez en la esta-ción de la calle Treintay tres, consultó al con-ductor de un coche dea lqui le r e h izo que lollevara a una tienda deartículos para caballeroq u e e s t a b a a b r i e n d o .Pasó más de dos horascomprando con intermi-n a b l e sr e c o n s i d e r a c i o n e s ygran cuidado. Se pusosu nuevo traje de calleen el probador; el frac yla ropa de etiqueta loshizo llevar al coche dea l q u i l e r, j u n t o c o n l aropa in ter ior. A cont i -nuación se dirigió a unsombrerero y a una zapa-tería. La siguiente para-da fue Tiffany’s, dondeseleccionó un juego depeine y cepillo de plata,

H e h a d m a d e t h e a l l -night journey in a dayc o a c h * b e c a u s e h ew a s a f r a i d i f h e t o o ka Pullman* he might bes e e n b y s o m eP i t t s b u r g h b u s i n e s sm a n w h o h a d n o t i c e dh i m i n D e n n y &Carson’s off ice . Whenthe whis t le woke him,he clutched* quickly ath i s b r e a s t p o c k e t ,g l anc ing* abou t h im*w i t h a n u n c e r t a i ns m i l e . B u t t h e l i t t l e ,c l a y - b e s p a t t e r e d *I t a l i a n s w e r e s t i l ls l e e p i n g , t h es l a t t e r n l y * w o m e nacross the aisle were ino p e n - m o u t h e doblivion*, and even thec r u m b y * , c r y i n g *b a b i e s w e r e f o r t h en o n c e * s t i l l e d * . P a u lsett led back to strugglewith his impatience asbest he could.

When he a r r ived a tthe Jersey City station,he hurr ied through hisbreakfast, manifestly illa t ease and keep ing as h a r p e y e a b o u t h i m .A f t e r h e r e a c h e d t h eTw e n t y - t h i r d St r e e tstation*, he consulted ac a b m a n , a n d h a dh i m s e l f d r i v e n t o amen’s furnishing* esta-b l i s h m e n t w h i c h w a sjust opening for the day.He spent upward of twohours there, buying withe n d l e s s r e c o n s i d e r i n gand great care. His newstreet suit he put on inthe f i t t ing- room*; thef rock coa t* and d ressclothes he had bundled*i n t o t h e c a b w i t h h i sn e w s h i r t s . T h e n h edrove to a hatter ’s anda shoe house. His nexte r r a n d * w a s a tTi f f a n y ’s , w h e r e h eselected silver-mountedb r u s h e s a n d a s c a r f -

(autobús)

train with very good facilities

seized, (se tocó)

looking quickly / (en su derredor)

(salpicados de barro)

slovenly,(desaseadas)

forgetfulness

(llenos de migajas) / (llorones)

(por una vez) /(callados)

The scene is now in New York City.

(de artículos para caballero)

(probador)

(levita)

pushed quickly

(parada)

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peraría a que le graba-s e n e l n o m b r e e n l o sobjetos de plata. Final-mente, se detuvo en unat i e n d a d e m a l e t a s d eBroadway y met ió suscompras en varias bol-sas de viaje.

Poco después de l auna, se dirigió al Waldorf,y, tras pagar al cochero,entró derecho a la recep-ción. Se registró comoprocedente de Washing-ton; dijo que su padre ysu madre habían estado enel extranjero y él habíavenido a esperar la llega-da del barco. Su manerade contar la historia eramuy convincente y no en-contró dif icul tades, yaque se ofreció a pagar poradelantado en el momen-to de alquilar sus habita-ciones, dormitorio, cuar-to de estar y baño.

No una, sino cientos deveces , hab ía p laneadoPaul aquella entrada enNueva York. Había repa-sado con Char leyEdwards cada uno de losdetalles, y en la libreta dedibujo que tenía en casahabía páginas enteras condescripciones de los hote-les de Nueva York, arran-cadas de los suplementosdominicales.

Cuando le acompaña-ron a su sala de estar enla octava planta, compro-bó de un vistazo que todoestaba correctamente dis-puesto; sólo había un de-talle que no se ajustaba ala imagen mental que sehabía formado, así quel l amó a l bo tones y l emandó que subiera unasflores. Se movió inquie-to por la habitación has-ta que el chico [247] vol-vió, guardando la ropainterior nueva y tocándo-la con placer mientras lo

a l f i l e r de corba ta . Noe s p e r a r í a a q u e s e l ograbaran, dijo. Por últi-mo , s e de tuvo en unat i e n d a d e m a l e t a s d eBroadway e hizo metersus compras en var iasbolsas de viaje.

Era poco después de launa cuando se dirigió alHotel Waldorf, y despuésde pagar al cochero, en-tró a la recepción. Se re-gistró como procedentede Washington; explicóque sus padres habían es-tado en el extranjero yque él había bajado a es-perar la l legada de subarco. Contó su historiade manera convincente yno tuvo problemas, yaque se ofreció a pagarpor adelantado al adqui-rir su suite: dormitorio,sala de estar y cuarto debaño.

N o u n a , s i n o c i e n t o sd e v e c e s , h a b í a p l a n e a -d o P a u l e s t a e n t r a d a e nN u e v a Yo r k . H a b í a r e -p a s a d o t o d o s l o s d e t a -l l e s c o n C h a r l e yE d w a r d s , y e n e l á l b u md e r e c o r t e s q u e t e n í a e nc a s a h a b í a p á g i n a s d ed e s c r i p c i o n e s d e h o t e -l e s d e N u e v a Yo r k r e -c o r t a d a s d e l o s p e r i ó d i -c o s d e l o s d o m i n g o s .

Cuando le mostraronsu sala de estar en la oc-tava planta comprobó deun vistazo que todo es-taba como debía ; só lohabía un detal le en suimagen mental que la es-t anc ia no cumpl ía , demodo que llamó pidien-do que e l bo tones su-biera y le trajera flores.Se paseó nervioso por lahabitación hasta que elchico volvió, guardandosu nueva ropa nueva yacariciándola mien t rastanto con deleite. Cuan-

y un nuevo a l f i l e r d ecorbata. No esperaría aque se lo grabaran, dijo.Por último, se detuvo enuna tienda de maletas deBroadway e hizo metersus compras en var iasbolsas de viaje.

Era poco después de launa cuando se dirigió alWaldorf , y después depagar al cochero, entró yse encaminó a la recep-ción. Se registró comoprocedente de Washing-ton; explicó que sus pa-dres habían estado en elextranjero y él había ba-jado a esperar la llegadade su barco . Contó suhistoria de manera con-vincente, y no tuvo pro-blemas, ya que se ofrecióa pagar por adelantado altomar su suite: dormito-rio, sala de estar y cuar-to de baño.

N o u n a , s i n o c i e n t o sd e v e c e s , h a b í a p l a n e a -d o P a u l e s t a e n t r a d a e nN u e v a Yo r k . H a b í a r e -p a s a d o t o d o s l o s d e t a -l l e s c o n C h a r l e yE d w a r d s , y e n e l á l b u md e r e c o r t e s q u e t e n í a e ns u c a s a h a b í a p á g i n a sd e d e s c r i p c i o n e s d e h o -t e l e s d e N u e v a Yo r k r e -c o r t a d a s d e l o s p e r i ó d i -c o s d e l o s d o m i n g o s .

Cuando le mostraronsu sala de estar en la oc-tava planta comprobó deun vistazo que todo es-taba como debía ; só lohabía un detal le en suimagen mental que la es-t anc ia no cumpl ía , demodo que llamó pidien-do que el botones le tra-jera flores. Se paseó ner-vioso por la habitaciónhasta que el chico vol-vió, guardando su nuevaropa interior y acaricián-dola con deleite. Cuandol legaron las f lores , se

pin*. He would not waitt o h a v e h i s s i l v e rm a r k e d * , h e s a i d .Lastly, he stopped at at r u n k s h o p * o nBroadway, and had hispurchases packed in tovarious traveling bags.

I t was a l i t t l e a f te ro n e o ’ c l o c k w h e n h edrove up to the Waldorf,and, after settling* withthe cabman, went in tothe office. He registeredfrom Washington; saidh i s mothe r and fa the rh a d b e e n a b r o a d , a n dthat he had come downto await* the arrival oftheir steamer*. He toldhis story plausibly* andhad no trouble, since heoffered to pay for themin advance, in engaging*h i s rooms ; a s l eep ingroom, sitting room andbath.

N o t o n c e , b u t ah u n d r e d t i m e s P a u lhad p lanned th i s en t ryin to New York . He hadgone over every de ta i lo f i t w i t h C h a r l e yEdwar d s , a n d i n h i ss c r a p b o o k * a t h o m et h e r e w e r e p a g e s o fd e s c r i p t i o n a b o u tN e w Yo r k h o t e l s ,c u t * f r o m t h e S u n d a yp a p e r s .

When he was shownto his sitting room on theeighth floor, he saw at aglance* that everythingw a s a s i t s h o u l d b e ;there was but one detailin his mental picture thatt h e p l a c e d i d n o trealize*, so he rang forthe bell boy and sent himdown fo r f l ower s . Hemoved about nervouslyunti l the boy returned,pu t t i ng away h i s newlinen* and fingering* itdelightedly as he did so.When the flowers came,

(alfiler de corbata)

(grabada)

(tienda de maletas)

(de pagar)

(a la espera de)

ship

(convincentemente)

checking in, signing in, (al registrarse)

(álbum de recortes)

(recortados)

quick look

(llevaba a cabo, cum- plía)

(ropa blanca) /feeling with the fin- gers its fineness

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hacía. Cuando llegaronl a s f l o r e s , l a s pusorápidamente en agua yluego s e d io un buenbaño caliente. Despuéssalió del blanco cuarto debaño, resplandeciente ,con la nueva ropa interiorde seda y jugando con lasborlas de su bata roja. Lanieve se a r remol inabacon tal inclemencia fue-ra de la ventana que ape-nas se alcanzaba a ver elotro lado de la calle; perodentro, el aire era deli-ciosamente suave y fra-gante. Puso las violetas ylos junquillos en un tabu-rete al lado del sofá y conun largo suspiro se tum-bó en él y se tapó con unamanta. Estaba totalmen-te agotado: había andadocon tantas prisas, aguan-tado tanta tensión y reco-rrido tantas millas en lasúltimas veinticuatro ho-ras que quería pensar encómo hab í a suced idotodo. Acunado por el so-nido del viento, el airetemplado y la fresca fra-gancia de las flores, sehundió en una profunda ys o m n o l i e n t aretrospección.

H a b í a r e s u l t a d oasombrosamente fác i l ;había tomado la decisióncuando le prohibieron laentrada al teatro y a las a l a d e c o n c i e r t o s ,privándole de todo. Erasólo cuestión de que sur-giera una oportunidad.Lo único que realmentele había sorprendido fues u v a l o r , p o r q u e e r aconsciente de que habíav i v i d o s i e m p r e a t o r-mentado por el miedo,con una especie de temory recelo que, en los últi-mos años, a medida quelas redes de mentiras quecontaba se cerraban entorno a él, le habían ten-sado cada vez más los

do llegaron las flores, seapresuró a ponerlas enagua, luego se sumergióen una bañera caliente.Por fin salió de su cuar-t o d e b a ñ o b l a n c o ,r e sp l andec i en t e en sunueva ropa inter ior deseda y jugueteando conl a s b o r l a s d e s u b a t aroja. Fuera, la nieve sea r r e m o l i n a b a c o n t a lf u e r z a q u e a p e n a s s eveía el otro lado de lacalle, pero dentro el am-b i e n t e e r a d e l i c i o s a -mente suave y fragante.Puso las violetas y losjunquillos en un tabure-te al lado del sofá, y sedejó caer en él con un lar-go suspiro, tapándose conuna manta romana. Esta-ba totalmente exhausto;había ido con tantas pri-sas, soportado tanta ten-sión, cubierto tantos kiló-met ros en l a s ú l t imasveinticuatro horas, quequería pensar en cómo ha-bía sucedido todo. Arru-llado por el susurro delviento, el calor agradabley la fresca fragancia delas flores, se sumió enuna profunda y soñolien-ta retrospección.

Había sido increíble-mente sencillo; cuando leprohibieron la entrada enel teatro y la sala de con-ciertos, cuando le arreba-taron su hueso, todo elasunto ya estaba prácti-camente decidido. El res-to sólo fue cuestión deesperar a que se presen-tara la ocasión. Lo únicoque le sorprendió fue supropio valor, porque erabastante consciente deque siempre había vividoatormentado por el mie-do, una especie de terrorap rens ivo que , en l o súltimos años, a medidaque se había visto atrapa-do en las redes de lasmentiras que había di-

apresuró a ponerlas enagua, luego se dejó caeren una bañera caliente.Por fin salió de su cuar-t o d e b a ñ o b l a n c o ,r e sp l andec i en t e en sunueva ropa inter ior deseda y jugueteando conl a s b o r l a s d e s u b a t aroja. Fuera, la nieve sea r r e m o l i n a b a c o n t a lf u e r z a q u e a p e n a s s eveía el otro lado de lacalle, pero dentro la tem-peratura era agradable yel aire fragante. Puso lasvioletas y los junquillosen un taburete a l ladodel sofá, y se dejó caeren él con un largo suspi-ro , tapándose con unamanta romana . Es tabatotalmente exhausto; ha-bía ido con tantas prisas,soportado tanto estrés,cubierto tantos kilóme-tros en las últimas cua-renta y ocho horas, quequería pensar en cómoh a b í a r e s u l t a d o t o d o .Arrullado por el susurrodel viento, el calor agra-dable y la fresca fragan-cia de las flores, se su-mió en una profunda ys o ñ o l i e n t aretrospección.

Había sido increíble-mente sencillo; cuando leprohibieron la entrada enel teatro y la sala de con-ciertos, cuando le arreba-taron su hueso, todo elasunto ya estaba prácti-camente decidido. El res-to sólo fue cuestión deesperar a que se presen-tara la oportunidad. Loúnico que le sorprendiófue su propio coraje, por-que era bastante cons-c ien te de que s iemprehabía vivido atormentadopor el miedo, una especiede terror aprensivo que,en los úl t imos años, amedida que se había vis-to atrapado en las redesde las mentiras que había

he put them hastily intow a t e r, a n d t h e ntumbled* into a hot bath.Presently* he came outof his white bathroom,resplendent in his news i l k u n d e r w e a r, a n dplaying with the tassels*o f h i s r e d r o b e . T h esnow was whirling* sof i e r c e l y o u t s i d e h i swindows that he couldscarcely see across thestreet; but within, the airw a s d e l i c i o u s l y s o f t *and fragrant. He put theviolets and jonquils* onthe tabouret* beside thec o u c h , a n d t h r e wh i m s e l f d o w n w i t h al o n g s i g h , c o v e r i n ghimsel f wi th a Romanb l a n k e t . H e w a sthoroughly tired; he hadbeen in such haste, hehad stood up to such astrain*, covered so muchg r o u n d i n t h e l a s ttwenty-four hours, thathe wanted to think howit had all come about*.Lu l l e d * b y t h e s o u n dof t he wind, the warma i r, a n d t h e c o o lfragrance of the flowers,h e s a n k i n t o * d e e p ,drowsy* retrospection.

I t had beenw o n d e r f u l l y s i m -p l e ; w h e n t h e y h a dshu t h im ou t o f* thetheater and concert hall,when they had taken awayhis bone* , the wholeth ing was v i r tua l ly*de te rmined* . The res twas a mere mat te r o foppor tun i ty. The on lything that at all surprisedh im was h i s owncourage— for he realizedwell enough that he hadalways been tormented byfea r, a so r t o fapprehensive dread that,o f l a t e yea rs , a s themeshes* of the lies he hadtold closed about him*,had been pull ing the

tossed himself

Then

(borlas)

(arremolinándose), swirling

agreeably

(junquillos)

(taburete)

(tensión, estrés)

(sucedido)

(Arrullado)

(se sumió en)

sleepy, lethargic

(prohibieron la en- trada al)

(lo más entrañable), ticket, (pase)

practically

decided

trickeries, nets, traps, (redes)

(le cercaban)

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músculos del cuerpo. Norecordaba un so lo d íahasta éste en que no hu-b iera ten ido miedo dealgo. Incluso de peque-ño, la sensación estabasiempre ahí, detrás, de-lante o a su lado. Siem-pre estaba aquel rincónen sombras, el lugar os-curo en el que no se atre-vía a mirar porque pare-c ía que s iempre habíaalgo en él, algo que lov ig i laba , y Paul sab íaque había hecho cosasque no eran agradablesde contemplar.

Pero ahora experimen-taba una curiosa sensa-ción de alivio, como sipor fin se hubiera enfren-tado a lo que acechaba enel rincón. [248 ]

No obstante sólo ha-c í a u n d í a q u e h a b í ar o t o l a r u t i n a ; e l d í aan te r io r por l a t a rde lehabían enviado a l ban-co con e l depós i to deDenny & Carson, comode cos tumbre: sólo quee s t a v e z l e m a n d a r o nq u e d e j a r a e l l i b r opara hacer e l ba lance .Había más de dos mi ld ó l a r e s e n c h e q u e s ycas i mi l en b i l l e tes debanco, que é l había sa-c a d o t r a n q u i l a m e n t ede l l ib ro y t ransfe r idoa s u b o l s i l l o . E n e lbanco , hab ía re l lenadou n n u e v o i m p r e s o d edepós i to . Conservó l ac a l m a s u f i c i e n t e p a r ar e g r e s a r a l a o f i c i n a ,t e r m i n a r e l t r a b a j o ypedi r f i es ta para e l d ías igu ien te , sábado , conun pre tex to to ta lmenter a z o n a b l e . S a b í a q u eno devolver ían e l l ibrohasta e l lunes o e l mar-t e s y q u e , l a s e m a n apróx ima, su padre es -t a r í a f u e r a d e l a c i u -dad . Desde e l momen-

c h o , l e h a b í a t e n s a d ocada vez más los múscu-los del cuerpo. No recor-daba un instante en queno hubiera tenido miedoa algo. Incluso cuandoera niño siempre habíaestado allí, detrás, delan-te o a cada lado. Siemprehabía habido un rincónsombrío, el lugar oscuroal que no se atrevía a mi-rar, pero donde siempreparecía haber alguien vi-gilando, y Paul había he-cho cosas que no eranagradables de ver, lo sa-bía.

Pero ahora experimen-taba una curiosa sensa-ción de alivio, como sipor fin hubiera arrojadoel guante a la criatura dela esquina.

Sin embargo, no hacíani un día que había esta-do enfurruñado por lashue l l a s ; no había s idosino el día anterior por latarde que le habían en-viado al banco con los in-g r e s o s d e D e n n y &Carson, como de costum-bre; pero esta vez coninstrucciones de dejar ellibro de cuentas para quelo cuadraran. Había másde dos mil dólares en ta-lones, y casi mil en bille-tes que había sacado dellibro y transferido en si-lencio a sus bolsillos. Enel banco había hecho unnuevo resguardo de in-greso. Había conservadosuficientemente la calmacomo para permitirse re-gresar a la oficina, don-de terminó su trabajo ypidió libre todo el día si-gu ien te , sábado , o f re -ciendo un pretexto per-fectamente razonable. Nodevolverían el libro, losabía, antes del lunes o elmartes, y su padre iba aestar fuera de la ciudad lasemana siguiente. Desde

dicho, le había tensadocada vez más los múscu-los del cuerpo. No recor-daba un instante en queno hubiera tenido miedoa algo. Incluso cuandoera niño siempre habíaestado con él, detrás, de-lante o a cada lado. Siem-pre había estado la esqui-na en penumbra, el lugaroscuro al que no se atre-vía a mirar, pero dondesiempre parecía haber al-guien vigilando, y Paulhabía hecho cosas que noeran agradables de ver, losabía.

Pero ahora experimen-taba una curiosa sensaciónde alivio, como si por finhubiera arrojado el guan-te a la criatura de la es-quina.

Sin embargo, no hacíani un día que había estadoenfurruñado; no habíasido sino el día anteriorpor la tarde que le habíanenviado al banco con losingresos de Denny &Carson, como de costum-bre; pero esta vez con ins-trucciones de dejar el li-bro de cuentas para que locuadraran. Había más dedos mil dólares en talones,y casi mil en billetes quehabía sacado del libro yguardado en silencio ensus bolsillos. En el bancohabía hecho un nuevo res-guardo de ingreso. Habíaconservado suf i -c ientemente la ca lmacomo para permitirse re-gresar a la oficina, dondeterminó su trabajo y pidiólibre todo el día siguien-te, sábado, ofreciendo unpretexto perfectamente ra-zonable. No devolveríanel libro, lo sabía, antes dellunes o el martes, y su pa-dre iba a estar fuera de laciudad la semana siguien-te. Desde el momento enque se metió los billetes

muscles of his body tighterand tighter. Until now, hecould not remember a timewhen he had not beendreading* something.Even when he was a littleboy, it was always there—behind him, or before, oron either side. There hada lways been theshadowed corner*, thedark place into which hedared not look*, but fromwhich something seemedalways to be watching him—and Paul had done thingsthat were not pretty* towatch, he knew.

But now he had acurious* sense of relief*,as though he had at lastth rown down thegauntlet* to the thing inthe corner.

Yet it was but a days i n c e h e h a d b e e nsulking* in the traces*;but yesterday afternoonthat he had been sent tothe bank with Denny &C a r s o n ’s d e p o s i t , a susual—but this time hewas instructed to leavet h e b o o k t o b eba l anced* . The re wasa b o v e t w o t h o u s a n ddol lars in checks , andnearly a thousand in thebank notes which he hadtaken from the book andquietly transferred to hispocket. At the bank heh a d m a d e o u t a n e wdeposit slip*. His nerveshad been steady* enought o p e r m i t o f h i sreturning to the office,where he had f in ishedhis work and asked for af u l l d a y ’s h o l i d a yt o m o r r o w, S a t u r d a y,g i v i n g a p e r f e c t l yreasonable pretext*. Theb a n k b o o k , h e k n e w,would not be re turnedb e f o r e M o n d a y o rTuesday, and his fatherwould be out of town for

(temiendo)

(sombrío rincón)

(no se atrevía a mirar)

(agradables)

strange / (alivio)

glove

brooding,(enfurruñado) / (huellas, rastro)

(para ser cuadradas las cuentas)

paper note, (resguar- do de ingreso)firm, controlable

(excusa)

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t o e n q u e d e s l i z ó l o sb i l l e tes en su bo ls i l lohas ta que se montó enel t ren nocturno a Nue-va York , no hab ía co-noc ido un momento devac i lac ión .

Era asombroso lo fácilque había resultado todo;aquí estaba él; lo habíahecho; y esta vez no des-pertaría, ni habría ningu-na figura en lo alto de laesca le ra . Contemplócómo se arremolinabanlos copos de nieve juntoa su ventana hasta que sequedó dormido.

Cuando se desper tó ,e r a n l a s c u a t r o d e l ata rde . Se levantó de unsa l t o : ¡ ya s e l e hab í apasado uno de sus pre -c i o s o s d í a s ! L e c o s t óuna hora ves t i r se , ob-s e r v a n d o a t e n t a m e n t een e l espe jo cada fasede su a r reg lo ; todo e raper fec to y é l e ra exac-t a m e n t e e l c h i c o q u es iempre hab ía deseadoser.

P a u l b a j ó , t o m óu n c o c h e y s u b i óp o r l a Q u i n t a A v e -n i d a h a s t a e l p a r -q u e . L a n i e v e h a b í aa m a i n a d o ; l o s c a -r r u a j e s y l o s c a r r e -t o n e s d e l o s c o m e r -c i a n t e s s e a f a n a b a nsilenciosos de aquí para allá enel crepúsculo invernal; unos chi-cos con bufandas de lana quita-ban con palas la nieve de los es-calones que daban a la calle; lospuestos de la avenida poníanuna pincelada de color en lac a l l e b l a n c a . En muchasesquinas se veían jardi-nes enteros con flores ensazón t ras escapa r a t e sde cr is ta l a los que loscopos de nieve se adhe-rían para, luego, fundirse;violetas, rosas, claveles,lirios del valle... mucho

el momento en que semetió los billetes en elbolsillo hasta que se su-bió a l t ren nocturno aNueva York , no hab íaexperimentado un segun-do de vacilación.

¡Qué asombrosamentefácil había sido todo! Allíestaba él, la cosa ya he-cha, y esta vez no habríadespertar, ni ninguna fi-gura en lo alto de la esca-lera. Contempló cómo loscopos de nieve se arremo-linaban junto a su venta-na hasta que se quedódormido.

Cuando se desper tóeran las cuatro de la tar-de. Se levantó de un brin-co; ¡ya se le había idou n o d e s u s p rec iososdías! Dedicó más de unahora a vestirse, exami-nando con detenimientoen el espejo cada fase desu a r reg lo . Todo eraabsolutamente perfecto;era exactamente la clase dechico que siempre habíaquerido ser.

C u a n d o P a u l b a j ó ,tomó un coche de alquilery subió por la Quinta Ave-nida hac i a e l parque. Lato rmenta de n ieve hab íaamainado a l g o y los ca-rruajes y lo s ca r roma tosd e l o s c o m e r c i a n t e s s ea p r e s u r a b a n e n s i l e n c i ode acá para allá en el cre-púsculo del invierno; chi-cos con bufandas de lanaquitaban a paladas la nie-ve de los portales; los es-c a p a r a t e s d e l a a v e n i d aeran bonitas pinceladas decolor sobre la calle blan-ca. Aquí y allá en las es-quinas había puestos conjardines enteros de floresabiertas detrás de vitrinas,en cuyos lados se adheríany fundían los copos de nie-ve: violetas, rosas, clave-les, lirios del valle... , por

en el bolsillo hasta que sesubió al tren nocturno aNueva York , no habíaexperimentado un segun-do de vacilación. No era laprimera vez que navegabaen aguas traicioneras.

Era asombroso lo fácilque había sido todo; allíestaba él, con el plan he-cho, y esta vez no desper-taría, no habría ninguna fi-gura en lo alto de la esca-lera. Contempló cómo loscopos de nieve se arremo-linaban junto a su venta-na hasta que se quedó dor-mido.

Cuando se desper tóeran las tres de la tarde.Se levantó de un salto;¡ya se le había ido mediode sus preciosos d ías!Dedicó más de una horaa vestirse, examinandocon detenimiento en elespejo cada fase de suarreglo personal . Todoera absolutamente per-fecto; era exactamente laclase de chico que siem-pre había querido ser.

Cuando bajó, tomó uncoche de alquiler y subióla Quinta Avenida hastael parque. La tormentade nieve había amainadoy los carruajes de los co-merciantes corrían sigi-losos de acá para allá enel crepúsculo del invier-no; chicos con bufandasde a lgodón qui taban apaladas la nieve de losportales; los escaparatesde la avenida eran boni-tas pinceladas de colorsobre l a ca l l e b l anca .Aquí y allá en las esqui-nas había pues tos conjardines enteros de flo-res abiertas detrás de vi-trinas, en cuyos lados sefundían los copos de nie-ve: violetas, rosas, cla-veles, lirios del valle...,por alguna razón mucho

the next week. From thet i m e h e s l i p p e d * t h eb a n k n o t e s i n t o h i spocket until he boarded*the night train for NewYork, he had not knowna moment’s hesitation.

How as tonishingly*e a s y i t h a d a l l b e e n ;here he was, the thingd o n e ; a n d t h i s t i m et h e r e w o u l d b e n oawakening*, no figure atthe top of the stairs. Hewatched the snowflakesw h i r l i n g * b y h i sw i n d o w u n t i l h e f e l lasleep.

W h e n h e a w o k e , i tw a s f o u r o ’ c l o c k i nt h e a f t e r n o o n . Hebounded up with a start*;one of his precious daysgone already! He spentnearly an hour in dressing,watching every stage* ofhis toi let* carefully inthe mirror. Everythingw a s q u i t e p e r f e c t ; h ewas exactly the kind ofb o y h e h a d a l w a y swanted to be.

W h e n h e w e n tdownstairs, Paul took acar r iage and drove upFifth Avenue toward theP a r k . T h e s n o w h a ds o m e w h a t a b a t e d * ;c a r r i a g e s a n dt r a d e s m e n * ’s w a g o n sw e r e h u r r y i n gsoundlessly to and fro inthe winter twilight; boysi n w o o l e n m u f f l e r s *were shoveling off* thedoors t eps ; the avenuestages* made fine spotso f c o l o r a g a i n s t t h ewhite s t reet . Here andt h e r e o n t h e c o r n e r swho le f l ower ga rdensblooming behind glasswindows, against whichthe snow flakes* stucka n d m e l t e d ; v i o l e t s ,roses, carnations*, liliesof the valley—somehow

(se metió)

(subió)

(asombrosamente)

(despertar)

(arremolinándose), swirling

(Se levantó de un salto)

(pormenor, paso, fase)

(arreglo )

(amainado)

(comerciantes)

scarfs, (bufandas)

clearing the snow from

scenes, views

(copos)

(claveles)

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más encant a d o r e s [ 2 4 9 ]y seductores por f lo re-ce r en l a n i eve de fo r -m a t a n p o c o n a t u r a l .E l p r o p i o p a r q u e e r au n m a r a v i l l o s o e s c e -na r io i nve rna l .

C u a n d o v o l v i ó , l ap a u s a d e l c r e p ú s c u l ohabía terminado y habíacambiado la melodía delas calles. La nieve caíamás aprisa, las luces sa-lían a borbotones de losh o t e l e s , q u e , i n t r é p i -dos, alzaban sus nume-rosos pisos en medio dela tormenta, desafiandolos huracanados vientosdel Atlántico. Un largoreguero de carruajes ne-gros bajaba por la ave-nida y se cruzaba de vezen cuando con otros re-gueros similares en sen-tido horizontal. Alrede-dor de la entrada al ho-te l , había un gran nú-mero de taxis, y el con-d u c t o r d e l s u y o t u v oque esperar. Muchachoscon l i b r ea en t r aban ysalían bajo el toldo ex-tendido a lo ancho de laace ra , de una pun ta aotra de la alfombra rojade terciopelo, desde lapuerta del hotel hasta lacalzada. Encima, a l re-dedor y dentro de todo,estruendo y clamor, laprisa y la agitación demiles de seres humanost a n á v i d o s d e p l a c e rcomo él y, a ambos la-dos , l a des lumbranteafirmación de la omni-potencia de la r iqueza.

E l ch ico apre tó losdientes y juntó los hom-bros convulsos ante unarevelación: el argumentode todos los dramas, eltexto de todas las novelasrománticas, el tejido ner-v ioso de todas l a ssensaciones se arremoli-naba en torno a él como

alguna razón mucho másencantadoras y seductorasfloreciendo de esa maneratan poco natural en la nie-ve . El mismo parque eraun maravi l loso decoradode invierno.

C u a n d o é l v o l v i ó ,había cesado el interva-l o d e l c r e p ú s c u l o ycambiado el murmullode las calles. La nievec a í a m á s d e p r i s a ; l a sluces se extendían comoregueros en los hoteles,dando vida a sus doce-nas de plantas que osa-damente se erguían en latormenta, desafiando losrec ios v ien tos de l At -lántico. Una larga hile-ra de coches negros ba-j a b a p o r l a a v e n i d a ,cruzada aquí y al lá poro t ras que se extendíanhorizontalmente . Alre-dedor de la entrada dee s e h o t e l h a b í a u n ave in tena de coches , ysu cochero tuvo que es-perar. Chicos con libreas a l í a n y e n t r a b a n c o -rriendo del toldo exten-d i d o s o b r e l a a c e r a ,yendo y viniendo por laalfombra de terciopelor o j a q u e i b a d e s d e l apuerta a la calle. Enci-ma, alrededor y dentro,estruendo y clamor, lasprisas y los movimien-tos bruscos de miles deseres humanos tan ávi-dos de placer como él ,y a cada lado de él seerigía la deslumbranteafirmación de la omni-potencia de la r iqueza.

E l ch ico apre tó losdientes y juntó los hom-bros en un instante de re-velació n : l a t r a m a d et o d o s l o s d r a m a s , e largumento de todas lasnovelas románticas, lostejido nervioso de todaslas emociones se arremo-linaban alrededor de él

más encantadoras y se-ductoras floreciendo deesa manera tan poco na-tural en la nieve. El mis-mo parque era un mara-villoso decorado de in-vierno.

C u a n d o é l v o l v i ó ,h a b í a c e s a d o e l i n t e r -v a l o d e l c r e p ú s c u l o yc a m b i a d o l a m e l o d í ad e l a s c a l l e s . L a n i e -v e c a í a m á s d e p r i s a ,s e e n c e n d í a n l u c e s e nl o s h o t e l e s q u e s e a l -z a b a n c o n s u s d o c e -n a s d e p l a n t a s e n l at o r m e n t a , d e s a f i a n d os i n t e m o r l o s r e c i o sv i e n t o s d e l A t l á n t i -c o . U n a l a r g a h i l e r ad e c o c h e s n e g r o s b a -j a b a p o r l a a v e n i d a ,c r u z a d a a q u í y a l l áp o r o t r a s h o r i z o n t a -l e s . A l r e d e d o r d e l ae n t r a d a d e e s e h o t e lh a b í a u n a v e i n t e n ad e c o c h e s , y s u c o -c h e r o t uvo que e spe -rar. Chicos con l ib reas a l í a n y e n t r a b a n c o -r r i e n d o d e l t o l d o e x -tend ido sobre la a c e r a__ __ _ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __ __ __ __ ___ __ __ __ __ __. Encima,alrededor y dentro, es-t r uendo y c l amor, l a sprisas y los movimien-tos bruscos de miles deseres humanos tan ávi-dos de placer como é l , ya c a d a l a d o d e é l s ee r ig í a l a deslumbranteafirmación de la omnipo-tencia de la riqueza.

El chico apre tó losdientes y juntó los hom-bros en un instante de re-velación: el guión de to-dos los dramas, el argu-mento de todas las nove-las románticas, el tejidonervioso de todas las emo-ciones se arremolinabanalrededor de él como co-

vastly more lovely anda l l u r i n g * t h a t t h e yb l o s s o m e d t h u su n n a t u r a l l y i n t h es n o w. T h e P a r k i t s e l fw a s a w o n d e r f u ls t a g e winter-piece*.

W h e n h e r e t u r n e d ,t h e p a u s e * o f t h et w i l i g h t h a d c e a s e d ,a n d t h e t u n e o f t h es t r e e t s h a d c h a n g e d .The snow was f a l l i ngfaster, l ights streamed*f r o m t h e h o t e l s t h a tr e a r e d * t h e i r m a n ys to r i e s* f ea r l e s s ly upinto the storm, defyingt h e r a g i n g * A t l a n t i cw i n d s . A l o n g , b l a c ks t r e a m * o f c a r r i a g e sp o u r e d d o w n t h ea v e n u e , i n t e r s e c t e dhere and there by others t r e a m s , t e n d i n g *h o r i z o n t a l l y. T h e r ew e r e a s c o r e o f c a b sabou t t he en t r ance o fhis hotel, and his driverh a d t o w a i t . B o y s i nlivery* were running inand out of the awning*s t r e t c h e d a c r o s s t h esidewalk, up and downt h e r e d v e l v e t c a r p e tla id* f rom the door tot h e s t r e e t . A b o v e ,a b o u t , w i t h i n i t a l l ,w a s t h e r u m b l e * a n dr o a r * , t h e h u r r y a n dtos s* o f t housands o fhuman be ings as ho t*f o r p l e a s u r e a sh imse l f , and on everys i d e o f h i m t o w e r e d *t h e g l a r i n g *a f f i r m a t i o n o f t h eomnipotence of wealth.

T h e b o y s e t * h i st e e t h a n d d r e w h i sshoulders together in as p a s m o f r e a l i z a t i o n ;th e p l o t * o f a l l d r a -m a s , t h e t e x t * o f a l lr o m a n c e s , t h e ne rve -s tuff* of a l l sensa t ionsw a s w h i r l i n g a b o u th i m l i k e t h e

charming, (encanta- dores)

(decorado deinvierno)

intermission,(intervalo)

emitted

(que daban vida)

(pisos, plantas)

violent, (recios)

(hilera)

(que se extendían)

uniform, (librea)

(toldo)

(extendido)

(ruido)

(estruendo)

(movimiento brusco, sacudida)

(ávidos)

dominated, (se erguía)

(deslumbrante)

(apretó)

(trama, argumento, nudo, meollo)

(contenido)

(tejido nervioso)

X

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copos de n ieve . Ard íacomo un haz de ramas enuna tormenta.

Cuando bajó a cenar,la música de la orquestasubía flotando por el hue-co del ascensor para dar-le la bienvenida. Al pisarel pasi l lo atestado , sehundió en uno de los si-llones que había contra lapared para recobrar e laliento. Las luces, la chá-chara, los perfumes, lasorprendente combina-ción de colores...; por unmomento, tuvo la impre-sión de que no iba a podersoportarlo. Pero sólo fueun momento; ésta era sugente, se dijo. Caminó len-tamente por los pasillos,atravesó las salas destina-das a escribir cartas, lossalones de fumar, las sa-las de recepción, como siexplorase las cámaras deun pa lac io encan tado ,construido y poblado sólopor y para él.[250]

Cuando l legó al co-medor, se sentó a unamesa al lado de la ven-tana. Las flores, el linoblanco, las copas de vinode distintos colores, losalegres trajes de las mu-jeres, el seco taponazode los corchos, las on-d ul a n t e s r e p e t i c i o n e sde El Danubio azul quel l e g a b a n d e s d e l a o r-questa, todo colmaba elsueño de Pau l con unresplandor desconcertan-te. Cuando a aquello vinoa sumarse el matiz rosadodel champán –ese líquidofrío, precioso y burbu-jeante que espumeaba ensu copa–, se preguntó siexist i r ía algún hombrehonrado en e l mundo .Por esto era por lo quet o d o s l u c h a b a n , r e -flexionó; éste era el ob-jetivo de la pelea. Duda-ba que su pasado fuera real.

como copos de nieve. Ar-día como un haz de ramasen una tempestad.

Cuando bajó a cenar,la música de la orques-ta subía f lotando por elhueco del ascensor parasaludarlo. C uando salióa l abarrotado pas i l lose dejó caer en una de las si-llas colocadas contra la pa-red para recuperar el aliento.Las luces, el ronroneo de lasconversaciones, los perfu-mes, la sorprendente combi-nación de colores...; por uninstante sintió que no ibaa ser capaz de resistir-lo. Pero sólo por un ins-tante; ésa era su gente, sedijo. Recorrió despaciolos pasillos, cruzó los sa-lones para escribir car-tas, los salones para fu-madores, los salones derecepción, como si ex-plorara las cámaras de unp a l a c i o e n c a n t a d o ,c o n s t r u i d o y p o b l a d opara él solo.

Cuando llegó al come-dor, se sentó en una mesapróxima a una ventana.Las flores, el mantel ní-veo, las múltiples copasteñidas con colores delvino, los alegres adornos feme-ninos, los apenas audiblestaponazos de los corchos,las ondulantes repeticio-nes de El Danubio azulprocedentes de la orques-ta, todo inundó el sueñode Paul con un descon-certante fulgor. Cuando atodo ello se sumó el ma-tiz rosado de su champán—ese líquido frío, precio-so y burbujeante con es-puma y espumeante de sucopa—, Paul se maravillóde que p u d i e s e h a b e rhombres honrados en elmundo. Eso era por lo quetodo el mundo luchaba,pensó; a eso se debía todala lucha. Dudaba de lareal idad de su pasado.

pos de nieve. Ardía comoun haz de leña en una tem-pestad.

Cuando bajó a cenar, lamúsica de la orquesta subíaflotando por el hueco delascensor para saludarlo. Lacabeza le daba vueltascuando salió al abarrotadopasillo y se dejó caer en unade las sillas colocadas con-tra la pared para recuperarel aliento. Las luces, lacharla, los perfumes, ladesconcertante combina-ción de colores...; por uninstante creyó no ser ca-paz de soportarlo. Perosólo por un instante; ésae r a su gen t e , s e d i j o .Recor r ió despac io lospasillos, cruzó los salo-nes para escribir cartas,los salones para fumado-res, los salones de recep-ción, como si exploraralas cámaras de un pala-c i o e n c a n t a d o ,c o n s t r u i d o y p o b l a d opara él solo.

Cuando l legó al co-medor, se sentó en unam e s a p r ó x i m a a u n aventana. Las f lores, elmantel blanco, las copasde colores, los alegresvestidos de las mujeres,los débiles taponazos delos corchos , las ondu-lantes repeticiones de ElDanubio azul proceden-tes de la orquesta, todoinundó el sueño de Paulde desconcer tante res-plandor. Cuando a todoello se sumó el matiz ro-sado de su champán —ese líquido frío, precio-so y burbujeante que ha-cía espuma en su copa—, Paul se maravi l ló deq u e h u b i e r a h o m b r e shonrados en el mundo.Eso era por lo que todoel mundo luchaba , re -flexionó; a eso se debíatoda la lucha . Dudabade la realidad de su pa-

snowflakes . He burnedl i k e a f a g g o t * i n atempes t .

When Paul came downto dinner, the music of theorchestra floated up* theelevator shaft* to greethim. As he stepped intothe thronged* corridor,he sank back* into one ofthe cha i r s aga ins t thewall to get h is breath .The lights, the chatter, theperfumes, the bewildering*m e d l e y * o f co lo r—hehad, for a moment, thefeeling of not being ableto stand it*. But only fora moment; these were hisown peop le , he to ldhimself. He went slowlyabout the cor r idors ,th rough the wr i t ingrooms, smoking rooms,recep t ion rooms , a sthough he were exploringthe chambers * o f ane n c h a n t e d p a l a c e ,built and peopled for himalone.

When he reached thedining room he sat downat a table near a window.The flowers, t h e w h i t el i n e n * , t h e m a n y -co lo r ed w ine g l a s se s ,t h e g a y t o i l e t t e s * o ft h e w o m e n , t h e l o wpopp ing o f co rks , t heundula t ing repe t i t ionsof the Blue Danube fromthe orchestra, all flooded*Paul’s dream wi thbewilder ing radiance .When the roseate* tinge*of h is champagne wasadded—that cold ,precious, bubbling stuff*that creamed* andfoamed* in his glass—Paul wondered that therewere honest men in theworld a t a l l . This waswhat all the world wasfighting for, he reflected;th is was what a l l thestruggle* was about. Hedoubted the reality of his

(haz de ramas)

(subía por), boomed up

case, hole, (hueco)

(concurrido)

(se dejó caer)

(sorprendente)

(maraña), miscellany

(resistirlo)

(estancias)

(mantelería)

(afeites, peinado y ma- quillaje, adornos)

inundated,overwhelmed

(rosado) / flavor, taste

(burbujeante líquido)

(espumoso)

(espumeante)

effort

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¿Había conocido alguna vez unlugar llamado Cordelia Street,un lugar en el que hombres denegocios de aspecto fatigadocogían el primer tren de la ma-ñana? A Paul le parecían sim-ples remaches de una máqui-na, tipos deprimentes, con ela b r i g o s i e m p r e l l e n od e p e l o s d e p e i n a r al o s n i ñ o s y e l o l o r ac o m i d a e n l a r o p a .Cordelia Street... ¡Aque-llo pertenecía a otra épo-ca y lugar! ¿Acaso él nohabía sido siempre así?¿No se había sentado aquínoche tras noche, hastadonde le alcanzaba la me-mor ia , con templandopensativo aquellas texturastornasoladas y d a n d ov u e l t a s l e n t a m e n t e a lc u e l l o d e u n a c o p acomo ésta en t r e e l pu l -g a r y e l d e d o c o r a -z ó n ? P r e f e r í a p e n s a rq ue así era.

No se sentía en absolu-to desconcertado ni solo.No tenía ningún deseo es-pecial de encontrarse conaquella gente ni de conocera ninguna de aquellas per-sonas; lo único que pedíaera el derecho a observar yhacer conjeturas, a contem-plar el espectáculo. Lucha-ba únicamente por los sim-ples atributos del teatro. Nitampoco se sintió solo mástarde, esa noche, en el pal-co del Metropolitan. Se ha-bía librado totalmente desus agitados recelos, de suforzada agresividad, de lanecesidad imperiosa de de-mostrar que él no pertene-cía a aquel entorno. Ahoratenía la sensación de que suentorno lo decía todo de él.Nadie cuestionaba la púr-pura. Sólo había que vestir-la con indiferencia. Sólotenía que bajar la vista y[251] mirar su abrigo paraasegurarse de que aquí se-ría imposible que alguienle humillara.

¿Había conocido algunavez una ca l l e l l amadaCordelia, un lugar don-de hombres de negociosde aspecto ago tado sesubían a l pr imer t ran-vía, meros remaches deuna máquina , hombresdeprimentes, con pelos desus hijos siempre adheri-dos a los abrigos y el olora comida impregnado enla ropa? L a c a l l eCordelia..., ah, eso perte-necía a otra época y otrolugar; ¿acaso no habíasido siempre así, no sehabía sentado allí nochetras noche, hasta donde lealcanzaba la memoria ,contemplando pensativolas texturas tornasoladasy dando vueltas al pie deuna copa como la que te-nía en esos momentos en-tre el pulgar y el índice?Se inclinaba a pensar queasí era.

No se sentía en lo másmínimo contrito o solo.No tenía un deseo espe-cial de conocer a esa gen-te o saber nada de ella; loúnico que pedía era el de-recho a observar y hacerconjeturas, a contemplarel espectáculo. Eran sólolos atrezos lo que anhe-laba. Tampoco se sintiósolo más tarde esa nocheen su palco de la Opera .S e h a b í a l i b r a d o p o rcompleto de sus suspi-cacias nerviosas, de suforzada agresividad, dela necesidad imperiosade mostrarse distinto desu entorno. Ahora teníala sensación de que suentorno lo decía todo porél. Nadie cuestionaba lapúrpura, bastaba con quela l levara de forma pa-s iva . Bas taba con queb a j a r a l a v i s t a a s uatuendo para convencer-se de que allí sería im-posible que alguien lohumillara.

sado. ¿Había conocidoalguna vez una calle lla-mada Cordelia, un lugardonde hombres de nego-cios de aspecto cansadose subían al primer tran-vía, meros remaches deuna máquina, hombresdeprimentes, con pelosde sus hijos siempre afe-rrados a los abrigos y elolor a comida impregna-do en la ropa? CordeliaStreet..., ah, eso pertene-cía a otra época y otro lu-gar; ¿no había sido siem-pre así, no se había sen-tado allí noche tras no-che, hasta donde le al-canzaba la memoria, con-templando pensativo lastexturas tornasoladas ydando vueltas al pie deuna copa como la que te-n ía en esos momentosentre el pulgar y el índi-ce? Se inclinaba a pensarque así era.

No se sentía en lo másmínimo desconcertado osolo. No tenía un deseo es-pecial de conocer a esagente o saber nada de ella;lo único que pedía era elderecho a observar y ha-cer conjeturas, a ver el es-pectáculo. Se contentabasólo con los meros acce-sorios. Tampoco se sintiósolo más tarde esa noche,en su palco delMetropoli tan. Se habíalibrado por completo desus recelos nerviosos, desu forzada agresividad,de la necesidad imperio-sa de demostrar que élera distinto de su entor-no. Ahora tenía la sensa-ción de que su entorno lodecía todo por él. Nadiecuestionaba la púrpura,bastaba con que la vistie-ra de forma pasiva. Bas-taba con que bajara lavista a su atuendo paraconvencerse de que allísería imposible que al-guien lo humillara.

past. Had he ever knowna place called CordeliaStree t , a p lace wherefagged*-looking businessmen boarded the ear lycar? Mere r ivets* in amachine they seemed toPaul—sickening* men,wi th combings ofchi ldren’s ha i r a lwayshanging to their coats andthe smell of cooking intheir c lothes. Cordel iaStreet—ah, that belongedto another t ime andcountry! Had he notalways been thus, had henot sat here night afternight, from as far back ashe could remember,looking pensively over justsuch shimmering*textures, and slowlytwirling* the stem* of aglass like this one betweenhis thumb and middlefinger? He rather thoughthe had.

He was not in the leastabashed* or lonely. Hehad no especial desire tomeet or to know any oft h e s e p e o p l e ; a l l h edemanded was the rightt o l o o k o n a n dconjecture*, to watch thepageant * . The merestage propert ies* wereal l he contended* for.Nor was he lonely lateri n t h e e v e n i n g i n h i sloge* at the Opera. Hewas entirely rid of* hisnervous misgivings*, ofhis forced aggressiveness,of the imperative desiret o s h o w h i m s e l fd i f f e r e n t f r o m h i ss u r r o u n d i n g s . H e f e l tn o w t h a t h i ssurroundings explainedhim. Nobody questionedthe purple*; he had only towear it passively. He hadonly to glance* down athis dress coat to reassurehimself that here it wouldbe impossible for anyoneto humiliate him.

(cansados, fatigados)

(remaches)

disgusting, very annoy-ing, repugnant

(tornasoladas)

spinning / (pie)

ashamed, contrite

(hacer conjeturas)

show, (espectáculo)

(atrezo)

struggled

(palco)

(librado)

apprehensions

(color asociado con la dignidad y la agonía)

get a quick look

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Aquella noche le resul-tó difícil abandonar suhermosa sala de estar parairse a la cama y, durantemucho ra to , e s tuvocontemplando la furiosatormenta desde la venta-na de su torreón. Cuandose acostó, dejó las lucesdel dormitorio encendi-das, en parte porque siem-pre había sido miedoso yen parte para no tener, sise despertaba por la no-che, un doloroso momen-to de duda, ni la horriblesospecha del papel amari-llo en la pared, ni Was-hington o Calvino sobresu cama.

El domingo por la ma-ñana, la c iudad estabap r á c t i c a m e n t e p a -ra l i zada po r l a n i eve .Paul desayunó tarde y,después de comer, co-noc ió a un l i cenc iosomuchacho de San Fran-cisco, un estudiante deprimer año en Yale quese había escapado aqueldomingo para hacer al-guna «locura». El jovense ofreció a enseñarle laciudad nocturna, y losdos chicos salieron jun-tos después de cenar yn o v o l v i e r o n a l h o t e lhasta las siete de la ma-ñana del día siguiente.Habían comenzado conla calurosa confianza deuna amistad auspiciadapor el champán, pero ladespedida en el ascensorfue singularmente fría.El estudiante se recom-puso a tiempo para cogerel tren, y Paul se acostó.Se despertó a las dos dela tarde, sediento y ma-reado; llamó para pediragua helada, café y losperiódicos de Pittsburgh.

Paul no había levan-t a d o s o s p e c h a s e n l adirección del hotel . En

Esa noche l e cos tóabandonar su bonita salade es tar para i rse a lacama, y permaneció largorato sentado, contemplan-do la fur iosa tormentadesde la ventana de su to-rreón. Cuando se acostólo hizo con las luces deldormitorio encendidas;en parte por su vieja timi-dez, en parte para que, sise despertaba en mitad dela noche, no hubiera ni unp e n o s o momento deduda, ningún hor rendoindicio del empapeladoamarillo o de Washingtony Calvin encima de sucama.

El domingo por la ma-ñana l a c iudad es tabaprácticamente bloqueadapor la nieve. Paul desayu-nó tarde, y hacia el me-diodía se conoció por ca-sualidad a un estrafalariojoven de San Francisco,un estudiante de primeraño de Yale que había ba-jado ese domingo pararealizar un «asuntillo de-licado». El joven se ofre-ció a enseñarle el ladonocturno de la ciudad, ylos dos muchachos salie-ron juntos después de ce-nar y no regresaron al ho-tel hasta las siete de lamañana siguiente. Habíancomenzado en la confia-da efusión de una amistadcreada por el champán,pero la despedida en elascensor fue espec ia l -mente fría. El estudiantese sobrepuso a t iempopara coger su tren y Paulse fue derecho a la cama.Se despertó a las dos dela tarde, muerto de sed ymareado, y llamó pidien-do agua helada, café y losperiódicos de Pittsburgh.

Por lo que se refierea la dirección del hotel,Paul no levantó sospe-

Esa noche le cos tóabandonar su bonita salade es tar para i rse a lacama, y permaneció largorato sentado, contemplan-do la furiosa tormenta des-de la ventana de su to-rreón. Cuando se acostó lohizo con las luces del dor-mitorio encendidas; enparte por su vieja timidez,en parte para que, si sedespertaba en mitad de lanoche, no hubiera ni undeprimente momento deduda, ningún desagrada-ble indicio del empapela-do amarillo o de Washing-ton y Calvino encima desu cama.

El domingo por la ma-ñana l a c iudad es t abaprácticamente bloqueadapor la nieve. Paul desa-yunó tarde , y hacia e lmediodía conoció a unestrafalario joven de SanFrancisco, un estudiantede pr imer año de Yaleque había bajado ese do-mingo para realizar una«operación arriesgada».El joven se ofreció a en-señarle el lado nocturnode la ciudad, y salieronjuntos después de cenary no regresaron al hotelhasta las siete de la ma-ñana siguiente. Habíancomenzado en la confia-da efusión de una amis-tad creada por el cham-pán, pero la despedida enel ascensor fue extraordi-nariamente fría. El estu-d ian te se sobrepuso atiempo para coger su treny Paul se fue derecho ala cama. Se despertó a lasdos de la tarde, muertode sed y mareado, y lla-mó pidiendo agua helada,café y los periódicos dePittsburgh.

Por lo que se refiere ala dirección del hotel ,Paul no suscitó ninguna

He found i t hard tol e a v e h i s b e a u t i f u lsitting room to go to bedthat night, and sat longw a t c h i n g t h e r a g i n g *storm from his turret*window. When he wentto sleep, it was with thelights turned on in hisbedroom; partly becauseof his old timidity, andp a r t l y s o t h a t , i f h eshould wake in the night,t h e r e w o u l d b e n owre t ched* momen t o fd o u b t , n o h o r r i b l es u s p i c i o n o f y e l l o wwallpaper*, or of Was-h i n g t o n a n d C a l v i nabove his bed.

On Sunday morningthe ci ty was pract ical lys n o w b o u n d * . P a u lbreakfasted late, and inthe afternoon he fell in with*a wi ld* San Franciscob o y , a f r e s h m a n *a t Y a l e , w h o s a i dh e h a d r u n d o w nf o r a “ l i t t l e f l y e r * ”o v e r S u n d a y. T h eyoung man o ffe red tos h o w P a u l t h e n i g h ts ide o f t he town , andthe two boys went offt o g e t h e r a f t e r d i n n e r,not returning to the ho-te l unt i l seven o’clockthe next morning. Theyhad s ta r ted ou t in theconfiding* warmth of achampagne fr iendship,but their parting* in theelevator was singularly*c o o l . T h e f r e s h m a npulled himself together*to make his t ra in , andP a u l w e n t t o b e d . H eawoke at two o’clock int h e a f t e r n o o n , v e r ythirsty and dizzy*, andr a n g f o r i c e w a t e r ,c o f f e e , a n d t h ePit tsburgh papers.

O n t h e p a r t o f t h eh o t e l m a n a g e m e n t * ,P a u l e x c i t e d n o

(furiosa)

high tower of a castle, lordly turret window

depressing

(papel pintado)

(bloqueada por la nieve)

(se encontró con), met by chance

(estrafa lar io)

first year university student

(“asuntillo”)

trustful, (confiado)

farewell

particularly

regained his self-control

(mareado)

(dirección)

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su favor, había que de-c i r que disf rutaba cond i g n i d a d d e s u s p r e -b e n d a s y n o s e h a c í anotar. Su mayor codiciares id ía en sus o ídos ysus ojos , y sus excesosno eran ofensivos . Susplaceres más preciadoseran los gr ises crepús-c u l o s d e i n v i e r n o e naquella sala de estar; els i lencioso goce de lasf lores , de su ropa, delamplio diván, de su c i -garr i l lo , y la sensaciónde poder. No recorda-ba una época en la quese hubie ra sen t ido tanen paz cons igo mismo.La l i be rac ión que su -ponía no tener que de-c i r ment i ras t r iv ia les ,de ment i r todos y cada[252] uno de los d ías ,l e d e v o l v i ó e l a m o rp r o p i o . J a m á s h a b í ament ido por placer, n is iquiera en la escuela ,s i n o p a r a l l a m a r l aatención y para que loa d m i r a s e n , p a r a a f i r -mar su d i fe renc ia conl o s d e m á s c h i c o s d eC o r d e l i a S t r e e t . S esentía mucho más vir i l ,i n c l u s o m á s h o n r a d oahora que no tenía ne-ces idad de fa tuas pre-t e n s i o n e s , a h o r a q u epodía , como decían susamigos ac to res , «ves -t i r s e p a r a e l p a p e l » .E r a p r o p i o d e é l n osentir remordimientos.Sus días dorados t rans-cur r í a n s i n u n a s o m -b r a y é l l o s v i v í a c o nt o d a l a p e r f e c c i ó nq u e podía .

Al octavo día de sul legada a Nueva York,descubr ió que los pe -r iódicos de Pi t t sburghhabían destapado todo elasunto, con tal abundan-cia de detalles que indi-caba la escasez de noti-cias locales sensaciona-

cha a lguna. Había quedecir a su favor que lle-vaba sus trofeos con dig-nidad y no se hacía no-tar. Su pr inc ipa l codi -c ia a tañía a sus oídos ya sus o j o s , y s u s e x c e -s o s n o r e s u l t a b a no f e n s i v o s . S u s m á sq u e r i d o s p l a c e r e se r a n l o s g r i s e s c r e -p ú s c u l o s d e i n v i e r n oe n s u s a l a d e e s t a r ; s us i l e n c i o s o d i s f r u t e d es u s f l o r e s , s u r o p a , suampl io d iván , su c iga -r r i l l o y s u s e n s a c i ó nd e p o d e r. N o r e c o r d a -b a h a b e r s e s e n t i d on u n c a t a n e n p a z c o n -s i g o m i s m o . L a m e r al i b e r a c i ó n d e t e n e rq u e d e c i r p e q u e ñ o se m b u s t e s , d e m e n t i rd í a t r a s d í a , r e s t a u r ós u a m o r p r o p i o . Nun-c a h a b í a m e n t i d o p o rp l ace r, n i s i qu i e r a ene l c o l e g i o ; s ó l o p a r al l a m a r l a a t e n c i ó n ys u s c i t a r a d m i r a c i ó n ,para demostrar que erad i s t i n t o d e l o s o t r o sc h i c o s d e l a c a l l eC o r d e l i a ; y s e s e n t í amucho más hombre, in-c l u s o m á s h o n r a d o ,ahora que no tenía ne-cesidad de pretensionesjactanciosas, ahora que,como decían sus amigosactores, podía «vestirsecomo lo exige el papel».Q u e n o t uv i e r a r e m o r d i -mientos era muy propio de é l .S u s días dorados transcu-rrieron sin una sombra, yél h i z o d e c a d a u n o d ee l l o s l a c o s a m á s p e r -f e c t a p o s i b l e .

Al octavo día de su lle-gada a Nueva York descu-brió que los periódicos dePittsburgh habían explo-tado todo el asunto, conuna abundancia de deta-lles que indicaba que losperiódicos locales de tiposensacionalista se halla-

sospecha. Había que decira su favor que llevaba sustrofeos con dignidad y nose hacía notar. Ni siquierabajo el efecto del vino nun-ca se mostró bullicioso, aun-que lo veía como una varitamágica que hacía milagros.Su principal codicia ata-ñ í a a s u s o í d o s y s u sojos, y sus excesos noeran ofensivos. Sus másquer idos p la ceres eranlos grises crepúsculos deinvierno en su sala de es-tar; su silencioso disfrutede sus flores, su ropa, elamplio diván, un cigarri-llo y la sensación de po-der. No recordaba haber-se sentido nunca tan enpaz consigo mismo. Lamera liberación de la ne-cesidad de decir peque-ñas mentiras, de mentirdía tras día, restauró suamor propio. Nunca habíamentido por placer, ni si-quiera en el colegio; sólopara llamar la atención ysusc i t a r a d m i r a c i ó n ,para demostrar que eradistinto de los otros chi-cos de Cordelia Street;y se sentía mucho másh o m b r e , i n c l u s o m á shonrado, ahora que notenía necesidad de pre-tensiones jactanciosas,ahora que, como decíansus amigos actores, podía«vestirse como lo exigeel papel». Era muy pro-p io de é l no tener re -mordimientos. Sus díasdorados t ranscurr ieronsin sombra de amenaza,y é l h izo cada uno dee l l o s l o m á s p e r f e c t oposible.

Al octavo día de su lle-gada a Nueva York descu-brió que los periódicos dePittsburgh habían explota-do todo el asunto, con unaabundancia de detal lesque indicaba que los pe-riódicos locales de tiposensacionalista se halla-

s u s p i c i o n . T h e r e w a sthis to be sa id for h im,t h a t h e w o r e h i ss p o i l s * w i t h d i g n i t ya n d i n n o w a y m a d ehimsel f conspicuous* .Hi s ch i e f g reed ines s *l a y * i n h i s e a r s a n deyes , and his excessesw e r e n o t o f f e n s i v eo n e s . H i s d e a r e s tpleasures were the graywinter twi l ights in hiss i t t ing room; his quie te n j o y m e n t o f h i sf l o w e r s , h i s c l o t h e s ,h i s w i d e d i v a n , h i sc igaret te and his senseof power. He could notremember a t ime whenhe had fe l t so a t peacewith himself . The merer e l e a s e * f r o m t h en e c e s s i t y o f p e t t y *lying, ly ing every dayand every day, restoredh i s s e l f - r e s p e c t . H eh a d n e v e r l i e d f o rp l e a s u r e , e v e n a ts c h o o l ; b u t t o m a k eh i m s e l f n o t i c e d a n dadmired , to asse r t h i sd i f f e r ence f rom o the rC o r d e l i a St r e e t b o y s ;and he fe l t a good dealm o r e m a n l y, m o r ehonest , even, now thath e h a d n o n e e d f o rboas t fu l* pre tens ions ,now tha t he cou ld , a sh i s ac tor f r i ends usedt o s a y, “ d r e s s t h ep a r t * . ” I t w a sc h a r a c t e r i s t i c t h a tremorse did not occurt o h i m . H i s g o l d e nd a y s w e n t b y w i t h o u ta s h a d o w , a n d h em a d e e a c h a s p e r f e c tas he could.

O n t h e e i g h t h d a yafter his arrival in NewYork, he found the wholeaffa i r exploi ted in theP i t t s b u rg h p a p e r s ,exploited with a wealth*of detail which indicatedt h a t l o c a l n e w s o f asensational nature was at

(trofeos)

noticeable, evident

(codicia)

(radicaba, atañía)

liberation

trifle, (nimio, insig- nificante)

pompous, (jactan- cioso)

(bordar el papel, es- tar a la altura del

papel)

(abundancia)

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l i s t a s . La compañ íaDenny & Carson anun-ciaba que el padre del mu-chacho había devuelto lasuma total del robo y queellos no tenían intenciónde presentar una denuncia.Habían entrevistado alpastor de Cumberland,que expresaba la esperan-za de recuperar al mucha-cho, huérfano de madre, ya su profesora de la escue-la parroquial, quien decla-ró que ella no escatimaríaesfuerzos para lograr idén-tico fin. En Pittsburgh co-rría el rumor de que ha-bían visto al muchacho enun hotel de Nueva York, ysu padre se había ido alEste para buscarlo y lle-varlo a casa.

Paul acababa de en-t ra r a ves t i r se para lacena; se hundió en un si-llón; las rodillas le tem-blaban y se agarró la ca-beza en t re l a s manos .Ser ía peor que i r a l acárcel; las tibias aguasde Cordelia Street lo cu-brirían finalmente y parasiempre . La monoton íag r i s s e e x t e n d í a a n t eé l a l o l a r g o d e a ñ o saburridos y sin esperanza;la escuela parroquial, los«encuentros juveniles», lahabitación empapelada deamar i l lo , los húmedostrapos de cocina: todoaquello volvía a caer so-bre él con una intensidadrepugnante. Tenía la an-tigua sensación de quela orquesta se había de-tenido de repente y e lamargo sentimiento deque la obra había termi-nado. El sudor bañabasu rostro; se p u s o e np i e d e u n s a l t o , m i r óa s u a l r e d e d o r [ 2 5 3 ]c o n a q u e l l a s o n r i s ab l a n c a y d e l i b e r a d a ,y g u i ñ ó u n o j o a le s p e jo. Con un rastro defe infantil en los milagros

ban en un punto bajo. Lacompañía de Denny &Carson anunció que elpadre del chico había de-vuelto la totalidad de lacantidad robada y que notenían intención de de-mandarlo. Habían entre-v i s t ado a l pas to r deCumberland, quien expre-só su esperanza de recu-perar al muchacho huér-fano de madre, y a su pro-fesora de ca teques i s ,quien declaró que ella noescat imaría ningún es-fuerzo con tal fin. Habíallegado a Pittsburgh elrumor de que se había vis-to al chico en un hotel deNueva York, y su padrehabía ido a l Este parabuscarlo y traerlo a casa.

Paul acababa de entrarpara cambiarse para ce-nar; se dejó caer en unas i l l a , con l a s rod i l l a stemblando, y se cogió lacabeza entre las manos.Iba a ser peor incluso quela cárcel; las tibias aguasde la calle Cordelia ibana cerrarse sobre él de unavez para siempre. La mo-notonía gris se extendíaante él en años de deses-peranza sin remisión; laescuela dominical , losEncuentros de jóvenes, lahabitac ión empapeladade amarillo, los húmedostrapos de cocina: todovolvía a él con una in-tens idad nauseabunda.Tuvo la vieja impresiónde que la música habíac e s a d o d e r epen te , l asensación de hundimien-to de que la función sehabía acabado. Rompió asudar por la cara y se le-vantó de un salto y, mi-rando alrededor con susonrisa blanca y delibe-rada, se h izo un guiñoen el espejo. Con algo dela antigua fe infantil enlos milagros con que tana menudo había i d o a

ban en un punto bajo. Lacompañía de Denny &Carson anunció que el pa-dre del chico había de-vuelto la totalidad de lacantidad robada y no te-nía intención de deman-darlo. Habían entrevista-do a l pas to r deCumberland, quien expre-só su esperanza de recupe-rar al muchacho huérfanode madre, y a su profeso-ra de catequesis, quien de-claró que ella no escatima-ría ningún esfuerzo con talf in . Había l legado aPittsburgh el rumor de quese había visto al chico enun hotel de Nueva York, ysu padre había ido al Estepara buscarlo y traerlo denuevo a casa.

Paul acababa de en-trar para cambiarse paracenar; se sentó al sentirque se le aflojaban laspiernas, y se l levó lasmanos a la cabeza. Iba aser peor incluso que lacárcel; las tibias aguasde Cordelia Street ibana cer ra rse sobre é l deuna vez para s iempre .L a m o n o t o n í a g r i s s eextendía ante él en añosde desesperanza total ;l a e s c u e l a d o m inica l ,los Encuentros de jóve-nes, la habitación empa-pelada de amarillo, loshúmedos trapos de coci-na: todo volvía a él conuna intensidad nausea-bunda. Experimentó loque solía experimentarcuando la orquesta deja-ba de tocar de repente, lasensación de hundimien-to de que se había acaba-do la obra. Rompió a su-dar por la cara y se levan-tó de un salto y, mirandoalrededor con su sonrisablanca y deliberada, seguiñó un ojo en el espe-jo. Con algo de la antiguafe infantil en los mila-gros con que tan a menu-

a low ebb*. The firm ofD e n n y & C a r s o nannounced that the boy’sf a t h e r h a d r e f u n d e dt h e f u l l a m o unt of histheft, and that they hadn o i n t e n t i on o fp r o s e c u t i n g * . T h eC u m b e r l a n d m i n i s t e rhad been in te rv iewed,and expressed his hopeo f y e t r e c l a i m i n g t h em o t h e r l e s s l a d , a n dPaul ’s Sabba th-schoolteacher declared that shewould spare no effort tothat end. The rumor hadreached Pittsburgh thatthe boy had been seen ina New York hotel , andhis father had gone Eastto f ind h im and br inghim home.

Paul had just come into dress for dinner; hesank into* a chair, weaki n t h e k n e e s , a n dclasped* his head in hisha n d s . I t w a s t o b eworse than ja i l , even ;t h e t e p i d * w a t e r s o fCordel ia Street were toc l o s e o v er him finallyand fo rever. The g raym o n o t o n y s t r e t c h e d *before him in hopeless,unre l i e v e d * y e a r s ;Sabbath school, YoungPeop le ’s Mee t ing , theye l low-pape red room,the damp* d i sh towels;i t a l l r u s h e d b a c k *u p o n h i m w i t hs i c k e n i n g * viv idness .H e h a d t h e o l df e e l i n g t h a t t h eo r chestra had suddenlys t o p p e d , t h e s i n k i n gsensation that the playwa s o v e r * . T h es w e a t b r o k e o u t o nh i s f a c e , a n d h es p r a n g t o h i s f e e t ,l o o k e d a b o u t h i mw i t h h i s w h i t e ,c o n s c i o u s s m i l e , a n dwinked at himself* in themirror. With something ofthe childish belief in

tide, (punto bajo)

(demandarlo)

(se hundió)

grasped, hold

(tibias)

(se extendía)

(implacables),unmitigated

wet

(se precipitaban, de nuevo volvían)

(nauseabunda)

finished

(se hizo un guiño a sí mismo)

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con el que tantas veceshabía asistido a clase sinsaberse la lección, se vis-tió y salió disparado, sil-bando por el pasillo haciael ascensor.

T a n p r o n t o c o m oe n t r ó e n e l c o m e -d o r y r e c o n o c i ó__________ la mús ica ,sus recuerdos se al ige-raron gracias al viejo yacomodaticio poder dereivindicar el momento,elevarse con él y encon-t r a r l o a b s o l u t a m e n t esatisfactorio. El brillo yel resplandor, los sim-p l e s a c c e s o r i o sescén icos , r e c o b r a r o nde nuevo, y por últimavez, su antigua fuerza.Se demostraría a sí mis-mo que era va l ien te yr e m a t a r í a e s p l é n -didamente lo que habíaempezado. Dudaba másque nunca de la existen-cia de Cordelia Street y,por primera vez, se be-bió el vino precipitada-mente. ¿Acaso no era, apesar de todo , uno deaquellos seres afortuna-dos? ¿No era todavía élmismo y estaba en el lu-gar que le correspondía?Repiqueteó un nerviosoa c o m p a ñ a m i e n t o a l amúsica, miró a un ladoy a otro y se repitió unay otra vez que había me-recido la pena.

A n t e l a c r e c i e n t eintensidad del violín y ladulzura helada del vino,pensó somnoliento quepodía haberlo hecho me-jor. Podía haber cogido unbarco de vapor y, a estasalturas, estaría fuera dela lcance de sus garras .Pero la o t ra punta delmundo le había parecidoentonces demasiado leja-na e incierta; no habríapodido esperar a llegarallí; su necesidad había

c l a s e s i n s a b e r s e l al ecc ión , Pau l s e v i s t i óy s i l b a n d o r e c o r r i óc o m o u n a e x h a l a c i ó ne l pa s i l l o ha s t a e l a s -censo r.

A p e n a s h a b í ae n t r a d o e n e l c o -m e d o r y c a p t a d o l acadencia de la música cuan-do sus preocupaciones sediluyeron ante su antigua yelástica capacidad de recla-mar el momento presente,elevándose con él y encon-trándolo enteramente sufi-ciente. La deslumbrante luzy el resplandor alrededorsuyo, los meros accesoriose s c é n i c o s , t e n í a n d en u e v o , y p o r ú l t i m avez, su v ie ja fuerza . Sedemostraría a sí mismoq u e n o t e n í a m i e d o anada y pond r í a f i n a la s u n t o a l o g r a n d e .Dudó más que nunca dela existencia de l a ca -l l e Cordelia, y por pri-m e r a v e z b e b i ó v i n oc o n i n m o d e r a c i ó n .¿Acaso no era, despuésde todo, uno de esos se-res afortunados? ¿Y noseguía siendo él mismoy seguía estando en e lsi t io donde é l pe r tene-c ía? Tamborileó un ner-vioso acompañamientode la música y miró a sua l r e d e d o r, d i c i é n d o s euna y otra vez que ha-bía merecido la pena.

Cabiló adormilado, enel crescendo del violín yla f r ía e x q u i s i t e z delvino, y se dijo que podríahaber actuado más sabia-mente. Podría haber subi-do a un barco de vapor aultramar y a estas alturasestar más allá de sus ga-rras. Pero el otro lado delmundo le había parecidodemasiado distante y de-masiado incierto; no ha-bía podido esperar : sunecesidad había sido de-

do había ido a clase sinsaberse la lección, Paulse vist ió si lbando y re-corrió como una exha-lación e l pas i l lo hastael ascensor.

N o h a b í a n i e n -t r a d o e n e l c o m e -d o r n i r e c o n o c i d o_____ la música cuandosu recuerdo se vio alige-rado por el viejo y elásti-co poder de reclamar elmomento presente, ele-vándose con él y encon-trándolo enteramente sufi-ciente. La deslumbranteluz y el brillo a su alrede-dor, los meros accesorioses c é n i c o s , t e n í a n d enuevo, y por última vez,su vieja potencia. Se de-mostraría a sí mismo queno tenía miedo a nada ypondría fin al asunto a logrande. Dudó más quenunca de la existencia deCorde l ia St ree t , y porprimera vez bebió vinocon imprudencia. ¿Aca-so no e ra , después detodo, uno de esos seresa f o r t u n a d o s n a c i d o spara la púrpura, y no se-guía siendo él mismo yseguía estando en su si-tio? Tamborileó un ner-vioso acompañamientod e l a m ú s i c a d ePagliacci y miró a su al-rededor, diciéndose unay otra vez que había me-recido la pena.

Reflexionó adormila-do, en el crescendo de lamúsica y la fría suavidaddel vino, y se dijo que po-dría haber actuado mássabiamente. Podría habersubido a un barco de va-por _______ y a estas al-turas estar más allá desus garras. Pero el otrolado del mundo le habíaparecido demasiado dis-t an te y demas iado in -cierto; no había podidoe s p e r a r : s u n e c e s i d a d

miracles with which he hadso often gone to class, allhis lessons unlearned, Pauldressed and dashed*whistling down the corridorto the elevator.

H e h a d n o s o o n e re n t e r e d t h e d i n i n gr o o m a n d c a u g h t t h emeasure* of the music,than h i s r emembrancew a s l i g h t e n e d b y h i so l d e l a s t i c p o w e r o fclaim i n g t h e m o m e n t ,m o u n t i n g w i t h i t , a n df i n d i n g i t a l ls u f f i c i e n t . T h eg l a r e * a n d g l i t t e r *a b o u t h i m , t h e m e r escenic accessor ies hadagain , and for the las tt i m e , t h e i r o l dp o t e n c y * . H e w o u l ds h o w h i m s e l f t h a t h ewas game* , he wou ldf i n i s h t h e t h i n gs p l e n d i d l y . H ed o u b t e d , m o r e t h a never, the ex i s t ence o fC o r d e l i a S t r e e t , a n df o r t h e f i r s t t i m e h ed r a n k h i s w i n er e c k l e s s l y * . Wa s h en o t , a f t e r a l l , o n e o fthese for tunate beings?Wa s h e n o t s t i l lhimself , and in his ownplace? He drummed* anervous accompanimentto the music and lookeda b o u t h i m , t e l l i n ghimsel f over and overthat i t had paid*.

H e r e f l e c t e ddrowsily , to the swell*o f t h e v i o l i n a n d t h ech i l l swee tness o f h i swine, that he might havedone it more wisely. Hemigh t have caugh t anoutbound* steamer andbeen wel l out of the i rclutches* before now*.But the other side of thewor ld had seemed toof a r a w a y a n d t o ouncertain then; he couldnot have waited for i t ;

went down fast

(sintonía, tono, caden- cia, ritmo, compás)

(resplandor) / (brillo)

force

was bold, (no tenía miedo a nada)

rashly, foolhardily, (temerariamente)

(tamborileó)

it was worthwhile

(en el crescendo)

outward

reach, grasp / (a es- tas alturas)

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sido demasiado acuciante.S i m a ñ a n a t u v i e r aq u e v o l v e r a e l e g i r ,h a r í a l o m i s m o .Con templó con afecto elcomedor, ahora envuelto enuna suave bruma dorada.¡Realmente, había mere-cido la pena!

A la mañana siguien-te, le despertaron unasdolorosas punzadas en lacabeza y en los pies. Sehabía echado sobre l acama sin desnudarse yhabía dormido con loszapa to s pues to s . Losmiembros y las manos lepesaban como si fuerande hierro; tenía la lenguay la garganta resecas. En-tonces experimentó unode aquellos fatídicos ata-ques de lucidez que sólole sobrevenían cuandoestaba físicamente [254]agotado y tenía los ner-vios a f lor de piel . Sequedó inmóvil, cerró losojos y dejó que lo inva-diera aquella avalanchade realidades.

Su padre es taba enNueva York, «metido ena lguna fonducha» , sedijo. El recuerdo de lossucesivos veranos pasa-dos en los escalones de laentrada cayó sobre él conel peso del agua sucia. Nole quedaban ni cien dóla-res, pero ahora sabía me-jor que nunca que el di-nero lo era todo, el muroque se alzaba entre todolo que odiaba y todo loque deseaba. Aquello seacababa; lo había pensa-do en su primer día glo-rioso en Nueva York e in-cluso se había provisto dealgo para cortar definiti-vamente el hilo. Ahoraestaba sobre el tocador; lohabía sacado la noche an-terior cuando subió borra-cho de la cena, pero elbrillo del metal le cegaba

masiado acuciante . Dehaber podido elegir denuevo, habría hecho lomismo mañana. Recorriócon una mirada llena deafecto el comedor, ahoradorado en una suave bru-ma. ¡Ah, había va l idorealmente la pena!

A la mañana siguien-te lo desper taron unasdolorosas palpitacionesen l a cabeza y en lo spies. Se había t i rado so-bre la cama sin desves-tirse y se había dormidocon los zapatos puestos.Le pesaban los miem-bros y las manos comoplomo, y tenía la lenguay la garganta resecas. Lesobrevino uno de esosfunestos ataques de luci-dez que sólo experimen-taba cuando estaba físi-camente exhausto y teníalos nervios a flor de piel.Permaneció inmóvil, conlos ojos cerrados, y dejóque lo invadiera la olea-da de los acontecimien-tos.

Su padre es taba enNueva York; «alojado enalgún que otro tugurio»,se dijo. El recuerdo de losveranos sucesivos en elpor ta l de su casa cayósobre él como un peso deagua negra. No le queda-ban ni c ien dólares ; yahora sabía, mejor quenunca, que el dinero loera todo, el muro que sealzaba entre todo lo queodiaba y todo lo que de-s eaba. La cosa es tabapróxima; había pensadoen ella en su primer glo-rioso día en Nueva York,y hasta se había provistode una manera de cortarel hilo. En esos momen-tos estaba encima de sutocador; la había sacadola noche anterior, cuandovino a ciegas del come-dor, pero el brillante me-

h a b í a s i d o d e m a s i a d oacuciante. De poder ele-g i r de nuevo, har ía lomismo mañana. Recorriócon una mirada llena deafecto el comedor, aho-ra dorado en una suavebruma. ¡Ah, había vali-do realmente la pena!

A la mañana siguien-te lo desper taron unasdolorosas palpitacionesen l a cabeza y en lo spies. Se había arrojadosobre la cama sin des-vestirse y dormido conlos zapatos puestos. Lepesaban los miembros yl a s m a n o s , y t e n í a l alengua y la garganta re-secas. Le sobrevino unod e e s o s f u n e s t o s a t a -q u e s d e l u c i d e z q u es ó l o e x p e r i m e n t a b ac u a n d o e s t a b a f í s i c a -mente exhausto y teníal o s n e r v i o s a f l o r d epiel . Permaneció inmó-vil , con los ojos cerra-dos, y dejó que lo inva-d i e r a l a ava l ancha delos acontecimientos.

Su padre es taba enNueva York; «detenién-dose en algún que otro tu-gurio», se dijo. El recuer-do de los veranos sucesi-vos en el pórtico de sucasa cayó sobre él comoun peso de agua negra. Nole quedaban ni cien dóla-res; y ahora sabía, mejorque nunca, que el dinerolo era todo, el muro quese alzaba entre todo loque odiaba y todo lo queamaba. E l f in e s tabapróximo; había pensadoen él su primer gloriosodía en Nueva York, y has-ta se había provisto deuna manera de cortar elhilo. En esos momentosestaba encima de su mesa;lo había sacado la nocheanterior, cuando vino aciegas del comedor, peroel brillante metal le hería

his need had been toos h a r p * . I f h e h a d t ochoose over aga in , hewould do the same thingtomorrow. He lookedaffectionately about thedining room, now gilded*with a soft mist . Ah, i thad paid indeed*!

Pau l was awakenedn e x t m o r n i n g b y ap a i n f u l t h r o b b i n g * i nh i s head and fee t . Heh a d t h r o w n h i m s e l facross the bed wi thoutu n d r e s s i n g , a n d h a dslept with his shoes on.H i s l i m b s a n d h a n d swere lead heavy*, andh i s t ongue and t h roa twere pa rched* . The recame upon him one ofthose fa teful a t tacks ofc lear-headedness* thatnever occurred exceptwhen he was physicallye x h a u s t e d a n d h i snerves hung loose*. Helay s t i l l and c losed hiseyes and le t the t ide*of rea l i t i es wash overhim.

His father was in NewYork; “stopping at somejoint* or other,’’ he toldhimself. The memory ofsuccessive summers onthe front stoop* fell uponhim like a weight of blackwate r. He had no t ahundred dollars left; andhe knew now, more thanever, tha t money waseverything, the wall thats tood be tween a l l heloa thed* and a l l hewanted. The thing waswinding* itself up; he hadthought of that on his firstglorious day in New Yorkand had even provided away to snap the thread*.I t l ay on h i s d ress ingtable now; he had got itout last night when hecame b l ind ly up f romdinner, but the shiny me-tal* hurt his eyes, and he

(acuciante)

embellished,(dorada)

(había valido real- mente la pena)

(palpitaciones)

(como de plomo)

dried, (resecas)

(lucidez)

(nervios a flor depiel)

(marea, avalancha)

(tugurio), drinking place

(en los escalones del porche)

hated, rejected / desired

finishing up

(cortar el hilo)

arm, revolver

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los ojos y, además, no legustaba su aspecto.

Se levantó y se mo-vió con un doloroso es-fuerzo, sucumbiendo ar e p e t i d o s a t a q u e s d enáusea. Era la vieja de-pres ión aumentada ; e lmundo entero se habíaconvertido en CordeliaSt r e e t . C u r i o s a m e n t e ,s in embar go , no t en íamiedo de nada, es tabacompletamente tranqui-l o , t a l vez po rque , a lf i n , h a b í a m i r a d o e naquel r incón oscuro, yahora sabía. Lo que ha-bía visto en él era bas-tante malo, pero, de al-g u n a f o r m a , n o t a n t ocomo e l t emor que l ehabía inspirado durantetanto t iempo. Ahora loveía todo c la ro . Teníal a sensac ión de habe rsacado el máximo pro-vecho, de haber vividola vida que quería viviry, durante media hora,estuvo sentado mirandoel revólver. Finalmente,se di jo que aquél la noera la manera, as í queb a j ó y c o g i ó u n t a x ihasta el ferry.

Cuando Paul llegó aNewark, bajó del t ren,tomó otro taxi e indicó altaxista que siguiera losraíles del ferrocarril dePens i lvan ia has ta l a safueras de la ciudad. Lanieve había cubierto lascarreteras y se amontona-ba en el campo abierto.Sólo la hierba muerta olos tallos secos de los ras-trojos sobresalían en unou o t ro pun to , ex-trañamente negros. Cuan-do se adentraron en elcampo, Paul despidió elcoche y caminó siguiendotorpemente las vías, conla [255]] cabeza llena deun popur r í de cosasintrascendentes. Parecía

tal le hería la vista y ledesagradaba su aspecto.

Se levantó y se moviópor la habitación con do-loroso esfuerzo, sucum-biendo de vez en cuandoa ataques de náusea. Erala vieja depresión peroexacerbada: el mundo en-tero se había convertidoen la calle Cordelia. Sinembargo, por alguna ra-zón , no ten ía miedo anada, estaba totalmentesereno; tal vez porque porfin había mirado al oscu-ro rincón, y sabía. Erahorrible lo que había vis-to a l l í , pe ro d e a l g ú nm o d o no t an h o r r i b l ecomo el miedo que le ha-bía tenido, durante tantot iempo. Ahora lo ve íatodo con claridad. Teníala sensación de que le ha-bía sacado el máximo par-tido, que había vivido laclase de vida que estabadestinado a vivir, y duran-te media hora permaneciósentado m i r a n d o f i j a -mente el revólver. Pero sedijo que ésa no era la ma-nera, de modo que bajó ytomó un coche hasta el re-molcador.

Cuando Pau l llegó aNewark, se bajó del tren ycogió otro coche, dandoindicaciones al cocheropara que siguiera las víasde Pensilvania que salíande la ciudad. La nieve ha-bía cubierto las calzadas yse había amontonado enlos campos abiertos. Sólola hierba muerta y los ta-llos de maleza seca sobre-salían aquí y allá, excep-cionalmente negros. Unavez en pleno descampa-do, Paul despidió al co-chero y echó a andar condif icul tad a lo largo delas vías, con una marañade cosas irrelevantes en lamente. Parecía conservaruna imagen real de todo

la vista y le desagradabasu aspecto.

Se levantó y se moviópor la habitación con do-loroso esfuerzo, sucum-biendo de vez en cuandoa ataques de náusea. Erala vieja depresión peroexacerbada: el mundo en-tero se había convertidoen Cordelia Street. Sinembargo, por alguna ra-zón , no ten ía miedo anada, estaba totalmentesereno; ta l vez porquepor fin había atisbado eloscuro rincón, y sabía.Lo que había visto allíera horrible, pero no tanhorrible como el miedoque le había tenido, du-rante tanto tiempo. Aho-ra lo veía todo con clari-dad. Tenía la sensaciónde que le había sacado elmáximo partido, que ha-b ía v iv ido la c lase devida que estaba destina-do a vivir, y durante me-dia hora permaneció sen-tado, contemplando el re-vólver. Pero se dijo queésa no era la manera, demodo que bajó y tomó uncoche hasta el remolca-dor.

C u a n d o l l e g ó aNewark, se bajó del treny cogió otro coche, y dioindicaciones al cocheropara que siguiera las víasde Pensilvania que salíande la ciudad. La nievehabía cubierto las calza-das y se había amontona-do en los campos abier-tos. Sólo la hierba muer-ta y los tallos de malezaseca sobresalían aquí yallá, excepcionalmentenegros . Una vez en e lcampo, Paul despidió elc o c h e y e c h ó a a n d a rtambaleándose a lo largode las vías, con una ma-raña de cosas irrelevan-tes en la mente. Parecíaconse rva r una imagen

disliked the look of it ,anyway.

He rose and movedabout wi th a pa in fu leffort, succumbing nowand again to attacks ofnausea. It was the oldestdepression exaggerated*;a l l t h e w o r l d h a db e c o m e C o r d e l i aS t r e e t . Ye t s o m e h o wh e w a s n o t a f r a i d o fa n y t h i n g , w a sa b s o l u t e l y c a l m ;p e r h a p s b e c a u s e h eh a d l o o k e d i n t o t h edark corner a t las t , andk n e w. I t w a s b a de n o u g h , w h a t h e s a wt h e r e ; b u t s o m e h o wnot so bad as h i s longfear o f i t had been . Hes a w e v e r y t h i n g , w a sc lear ly now. He had af e e l i n g t h a t h e h a dm a d e t h e b e s t o f i t ,t h a t h e h a d l i v e d t h es o r t o f l i f e h e w a smeant* to l ive , and forh a l f a n h o u r h e s a ts ta r ing a t the revolver.B u t h e t o l d h i m s e l ftha t was no t the way,so he went downs ta i r sand took a cab to thefe r ry* .

When Paul arrived atNewark, he got off thetrain and took anothercab, directing the drivert o fo l l ow thePennsylvania tracks* outof* the town. The snowl a y h e a v y o n t h eroadways and had drifteddeep* in the open fields.Only here and there thed e a d g r a s s o r d r i e dweed* stalks* projected,singularly black, abovei t . Once wel l in to thecountry, Paul dismissedthe carriage and walked,floundering* along thet r a c k s , h i s m i n d amed ley* o f i r r e l evan tt h i n g s . H e s e e m e d t ohold in his brain an ac-

(exacerbada)

bound, destined

boat for goods and passengers

(vía) / (que salía)

(se habíaacumulado)

wild herbs / (tallos)

(andando con difi- cultad), trudging

miscellany, (maraña, mezcolanza)

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conservar en la cabeza uncuadro real de todo lo quehabía visto aquella maña-na. Recordaba cada unade las facciones de losdos conductores, a la vie-ja desdentada a la que ha-bía comprado las floresrojas que llevaba en elabrigo, al empleado quele había vendido el billetey a todos los pasajeros delferry. Su cabeza, incapazde ocuparse de los asun-tos vi tales inmediatos,trabajaba febril y hábil-mente para o rdenar yagrupar estas imágenes.Para él, eran una parte dela fealdad del mundo, desu dolor de cabeza y delamargo ardor de su len-gua. Se inclinó y, mien-tras caminaba, se metióen la boca un puñado denieve, pero también aque-llo parecía estar caliente.Cuando alcanzó la laderade una pequeña colina enla que los raíles atravesa-ban por encima de una ríaque discurría unos seismetros por debajo, se de-tuvo y se sentó.

Se dio cuenta de que losclaveles languidecían defrío en la solapa del abri-go: su rojo esplendor sehabía acabado. Pensó quetodas las flores que habíavisto en los escaparates lanoche que l legó, hacíatiempo que debían de ha-ber corrido la misma suer-te. Sólo tenían un instantede esplendor, a pesar de laosadía con la que, al otrolado del cristal, desafiabanal invierno. Parecía que, alfinal, esta rebelión contralos sermones que gobier-nan el mundo era una par-tida que estaba perdida deantemano. Paul se quitócuidadosamente de la sola-pa uno de los capullos,hizo un pequeño agujeroen la nieve y lo enterró.Luego, como estaba tan

lo que había visto aquellamañana. Recordaba cadauna de las facciones de losdos cocheros, de la ancia-na desdentada a la que ha-bía comprado las floresencarnadas que llevabaen el abrigo, el agente alque le había comprado elbillete, y todos los pasa-jeros que habían ido conél en el remolcador. Sumente, incapaz de sobre-llevar los asuntos vitalesque tenía entre manos, tra-bajaba febrilmente paraordenar y agrupar condestreza esas imágenes.Eran p a r a é l una par tede la fealdad del mun-do, del dolor de cabezay e l ardor amargo en lal engua que s en t í a . Sea g a c h ó y s e l l e v ó u np u ñ a d o d e n i e v e a l aboca sin dejar de andar,pero has ta eso le pare-c i ó c a l i e n t e . C u a n d ol legó a una pequeña la-dera donde las v ías pa-saban po r un c o r t a d ou n o s s e i s m e t r o s p o rdebajo de é l , se detuvoy se sentó .

Los claveles del abri-go habían languidecidoc o n e l f r í o , a d v i r t i ó ;todo su esplendor rojohabía conc lu ido. Se leocurrió pensar que todaslas flores que había vis-to esa primera noche de-trás de los escapara tesdebían de haber segui -d o e l m i s m o c a m i n o ,m u c h o a n t e s i n c l u s o .Sólo tenían un magnífi-co soplo de vida, a pe-sar de la osadía con quese burlaban del inviernofuera del cristal; y, al fi-nal , la par t ida parecíap e r d i d a d e a n t e m a n o ,esa revuelta contra lashomilías que gobiernanel mundo. Paul se quitócon cuidado una de lasflores del abr igo , h i zoun pequeño hoyo en l a

____ de todo lo que ha-bía visto esa mañana. Re-cordaba cada una de lasfacciones de los dos co-cheros, de la anciana des-dentada a la que habíacomprado las flores rojasque llevaba en el abrigo,el agente al que le habíacomprado el billete, y to-dos los pasajeros que ha-bían ido con él en el re-molcador. Su mente, in-capaz de sobrellevar losasuntos vitales que teníaentre manos, t rabajabafebrilmente para ordenary agrupar con destrezaesas imágenes. Consti-tuían para él una parte dela fealdad del mundo, deldolor de cabeza y el ar-dor amargo en la lenguaque sentía. Se agachó yse l levó un puñado denieve a la boca sin dejarde andar, pero hasta esole pareció demasiado ca-l iente . Cuando l legó auna pequeña ladera don-de las vías pasaban poruna zanja unos seis me-tros por debajo de él, sedetuvo y se sentó.

L o s c l a v e l e s d e labrigo habían languide-cido con el fr ío, segúnadvi r t ió , su esp lendorr o j o h a b í a c o n c l u i d o .Se le ocurrió pensar quetodas las f lores que ha-bía visto esa primera no-che detrás de vitrinas de-bían de haber seguido suspasos mucho antes inclu-so. Sólo tenían un magní-fico soplo de vida, a pe-sar de la osadía con quese burlaban del inviernofuera del cristal; y, al fi-nal , la par t ida parecíaperdida de antemano, esarevue l t a con t ra l a shomilías que gobiernan elmundo. Paul se quitó concuidado una de las flores delabrigo, hizo un pequeñohoyo en la nieve y la ente-rró. Luego dormitó un

tua l * p i c t u r e o feverything he had seent h a t m o r n i n g . H er e m e m b e r e d e v e r yf e a t u r e o f b o t h h i sdrivers, the toothless oldwoman f rom whom heh a d b o u g h t t h e r e dflowers in his coat, theagen t* f rom whom hehad got his ticket, and allof his fellow passengerson the ferry. His mind,unable to cope with* vi-tal matters near at hand,worked feverishl y a n ddeftly* at sorting* andgrouping these images.T h e y m a d e f o r h i m apart of the ugliness ofthe world, of the ache*i n h i s h e a d , a n d t h ebi t te r burning* on h ist o n g u e . H e s t o o p e d *a n d p u t a h a n d f u l o fsnow into his mouth ash e w a l k e d , b u t t h a t ,too, seemed hot*. Whenhe reached a l i t t le hi l l-s ide , where the t racksran through a cut* sometwenty feet below him,h e s t o p p e d a n d s a tdown.

The carnations* in hiscoat were drooping* withthe cold, he noticed; alltheir red glory over. Itoccurred to him that allthe flowers he had seenin the show windows thatf i r s t n i g h t m u s t h a v egone the same way, longbefore this. It was onlyo n e s p l e n d i d b r e a t h *they had, in spite of theirbrave* mockery* at* thewinter outside the glass.It was a losing game inthe end*, it seemed, thisr e v o l t a g a i n s t t h ehomil ies by which theworld is run. Paul tooko n e o f t h e b l o s s o m scarefully from his coatand scooped* a little holein the snow, where hecovered it up*. Then hedozed* a while, from his

(real)

(agente)

deal with, (manejar)

skilfully, (con destreza) / (ordenando)

continuous dull pain

(ardor)

leaned, (se agachó)

(muy caliente)

(desnivel)

(claveles)

dying, (languideciendo)

(soplo de vida)

(osada) / (burla) /(contra)

(era una partida per- dida de antemano)

dug, (hizo, excavó)

(lo enterró)

slept

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débil , se adormeció unrato, aparentemente insen-sible al frío.

El silbido de un trenque se aproximaba lo des-pertó y se puso de pie, re-c o r d a n d o t a n s ó l o l adecisión tomada y teme-roso de llegar demasiadotarde. Se quedó mirandola locomotora que seaproximaba, con los dien-tes castañeteando y loslabios separados de losdientes con una sonrisaasustada; una o dos vecesmiró nervioso, como si leestuvieran observando.Luego, en el momentopreciso, dio un salto; alcaer, comprendió con me-ridiana claridad [256 ] lalocura de aquella prisa,la enormidad de lo quehabía dejado sin hacer.Por su cabeza, pasaroncomo un re lámpago e lazul del agua del Adriá-tico y el amarillo de lasarenas de Argelia.

Sintió que algo le gol-peaba el pecho, su cuer-po vo laba ver t ig i -nosamente por los aires,infinitamente lejos y rá-p i d o , m i e n t r a s s u smiembros se re la jabans u a v e m e n t e . L u e g o ,como el mecanismo defabr icac ión de imáge-nes había sido aplasta-do, las inquietantes vi-siones se fundieron ennegr o , y Paul se acostum-bró de nuevo al i n m e n s odesignio de las cosas.

n i eve y la en te r ró , in -sens ib l e a l pa rece r a lf r ío .

Lo despertó el ruido deun tren que se acercaba yempezó a levantarse, re-cordando únicamente ladecisión que había tomadoy temiendo que fuera dema-siado tarde. Permaneció depie contemplando la loco-motora que se aproximaba,con los dientes castañeteán-dole, los labios retirados enuna sonrisa asustada; unpar de veces miró hacia loslados nervioso, como si loestuvieran observando.Cuando llegó el momentoadecuado, dio un salto.Mientras caía, comprendiócon despiadada claridad lanecedad de sus prisas, lavastedad de todo lo que ha-bía dejado por hacer. Por sucabeza cruzaron como re-lámpagos, con más claridadque nunca, el azul del aguadel Adriático, el amarillo dela arena argelina.

Sintió cómo algo le gol-peaba el pecho, y cómo sucuerpo salía despedido enel acto por los aires,inconmensurablementelejos y rápido, mientraslos miembros se distendíansuavemente. Luego, por-que el mecanismo de fa-br ica r imágenes hab íaquedado hecho t r i z a s ,l a s v i s i o n e s p e r t u r b a -d o ra s s e fundieron ennegro y P a u l c a ía deespaldas a l i n m e n s odesignio de las cosas.

rato, a causa de lo débilque estaba, insensible alparecer al frío.

Lo despertó el ruido deun tren que se acercaba yempezó a levantarse, re-cordando únicamente ladecisión que había tomadoy temiendo que fuera dema-siado tarde. Permaneció depie contemplando la loco-motora que se aproximaba,con los dientes castañeteán-dole, los labios retirados enuna sonrisa asustada; unpar de veces miró hacia loslados nervioso, como si loestuvieran observando.Cuando llegó el momentoadecuado, dio un salto.Mientras caía, comprendiócon despiadada claridad lanecedad de sus prisas, lavastedad de todo lo que ha-bía dejado por hacer. Conmás claridad que nuncadesfilaron por su cabeza elazul del agua del Adriáti-co, el amarillo de la arenaargelina.

Sintió cómo algo le gol-peaba el pecho, y cómo sucuerpo era lanzado rápida-mente a l a i r e ,inconmensurablementelejos y deprisa, mientraslos miembros se le rela-jaban poco a poco . Lue-go, porque el mecanismopara fabricar imágeneshabía quedado hecho tri-zas, las visiones perturba-doras se fundieron _____y Paul cayó de nuevoe n el i n m e n s o d i s e ñ ode las cosas.

w e a k c o n d i t i o n * ,seeming insensible to thecold.

The sound o f anapproaching train wokehim, and he started to hisfeet*, remembering onlyhis resolution, and afraidlest* he should be toolate. He stood watchingthe approach inglocomot ive , h i s t ee thcha t t e r ing* , h i s l ipsdrawn away* from themin a f r igh tened smi le ;once or twice he glanced*nervously s idewise, asthough he were be ingwatched. When the rightmoment came, he jumped.As he fell, the folly* ofhis haste occurred to himwi th merc i l e ss*clearness, the vastness ofwhat he had left undone.There flashed through*his brain , c learer thanever before, the blue ofAdriatic water, the yellowof Algerian sands.

H e f e l t s o m e t h i n gs t r i k e h i s c h e s t — h i sbody was being throwns w i f t l y * t h r o u g h t h ea i r , o n a n d o n ,immeasu rab ly f a r andf a s t , w h i l e h i s l i m b sgent ly r e l axed . Then ,b e c a u s e t h e p i c t u r e -m a k i n g m e c h a n i s mw a s c r u s h e d * , t h ed i s t u r b i n g * v i s i o n sflashed into black*, andPaul dropped back into*the immense design* ofthings.

(estado de debilidad)

(comenzó a levantarse)

that, for fear that

(castañeándole)

(retirados)

cast a quick look

(necedad)

(despiadada)

(atravesaron como un relámpago por)

(rápidamente)

(quedó hecho trizas)

/ (perturbadoras)

(se fundieron en negro)

(cayó de espaldas al,se abismó en)

fate, destiny, (designio)

XXXX

X