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8/17/2019 Num011_011 http://slidepdf.com/reader/full/num011011 1/12 Juan del Agua Los supuestos históricos del pensamiento político de Ortega La obra de Ortega ocupa un lugar tan preeminente en la historia con- temporánea de España que resulta imposible hablar con algún fundamento de cualquiera de los aspectos de su pensamiento, sin antes enumerar si- quiera unas cuantas cuestiones previas o «supuestos históricos! "uestiones que es preciso tener en cuenta no sólo para entender sus escritos, sino todav#a más para valorarlos con rectitud, consideración $sta esencial a la hora del balance % de la comprensión última de su filosof#a! &e trata del conocimiento de los ingredientes principales que componen la circunstancia o mundo en que hubo de vivir' la situación histórica de España % Europa a principios de siglo % durante su primera mitad, la si- tuación de la filosof#a %, de manera más general, el estado de la cultura española % europea durante ese mismo tiempo! Es decir, ha% que tener una idea precisa de los problemas % cuestiones que movili(aron su pensamiento en busca de solución, %a que constitu%en el subsuelo de su filosof#a, % de los que no podemos hacer abstracción sin desfigurarla o convertirla en un mero muñón de s# misma 1 . )l despertar el siglo, España vive en plena *estauración canovista! Lleva varias generaciones intentando renovar la vida nacional +el santo % seña de intelectuales % pol#ticos es «regeneracionismo+ con el fin de sacar a la sociedad española de la secular crisis histórica en que hab#a ca#do' par- ticularismos regionalistas, acción directa como comportamiento pol#tico, dis- cordia producida por la «cuestión social! La p$rdida de las últimas pose- siones de ultramar % la guerra con los Estados nidos, en ./., la agravan aún más, % hacen, por tanto, más urgente la necesidad de renovar los ci-  &obre esta capital cuestión en filosof#a v$ase lo que dice el propio Ortega en  Apuntes  sobre el pensamiento: su teurgia y su demiurgia, OC, 0, págs! 12/-134, % el reciente ensa%o de 5ulián 6ar#as «7ilosof#a % "ristianismo, publicado en Cuenta y Razón, otoño de /., % recogido despu$s en Problemas del Cristianismo, 2! a  ed!, 6adrid, /.2, págs! 28-49! Cuenta y Razón, n!: 6a%o-5unio /.;

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Juan del Agua

Los supuestos históricosdel pensamiento político de Ortega

La obra de Ortega ocupa un lugar tan preeminente en la historia con-temporánea de España que resulta imposible hablar con algún fundamentode cualquiera de los aspectos de su pensamiento, sin antes enumerar si-quiera unas cuantas cuestiones previas o «supuestos históricos! "uestionesque es preciso tener en cuenta no sólo para entender sus escritos, sino

todav#a más para valorarlos con rectitud, consideración $sta esencial a lahora del balance % de la comprensión última de su filosof#a!

&e trata del conocimiento de los ingredientes principales que componenla circunstancia o mundo en que hubo de vivir' la situación histórica deEspaña % Europa a principios de siglo % durante su primera mitad, la si-tuación de la filosof#a %, de manera más general, el estado de la culturaespañola % europea durante ese mismo tiempo! Es decir, ha% que tener unaidea precisa de los problemas % cuestiones que movili(aron su pensamientoen busca de solución, %a que constitu%en el subsuelo de su filosof#a, % delos que no podemos hacer abstracción sin desfigurarla o convertirla en unmero muñón de s# misma 1.

)l despertar el siglo, España vive en plena *estauración canovista!Lleva varias generaciones intentando renovar la vida nacional +el santo %seña de intelectuales % pol#ticos es «regeneracionismo+ con el fin de sacar a la sociedad española de la secular crisis histórica en que hab#a ca#do' par-ticularismos regionalistas, acción directa como comportamiento pol#tico, dis-cordia producida por la «cuestión social! La p$rdida de las últimas pose-siones de ultramar % la guerra con los Estados nidos, en ./., la agravanaún más, % hacen, por tanto, más urgente la necesidad de renovar los ci-

 &obre esta capital cuestión en filosof#a v$ase lo que dice el propio Ortega en  Apuntes sobre el pensamiento: su teurgia y su demiurgia, OC, 0, págs! 12/-134, % el reciente ensa%ode 5ulián 6ar#as «7ilosof#a % "ristianismo, publicado en Cuenta y Razón, otoño de /.,

% recogido despu$s en Problemas del Cristianismo, 2!a ed!, 6adrid, /.2, págs! 28-49!

Cuenta y Razón, n!: 6a%o-5unio /.;

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mientes de la vida española! <acen frente al problema principalmente losescritores % artistas, quienes, impulsados por una honda preocupación por España, renuevan completamente la literatura % el pensamiento, constru-%endo as# las bases interpretativas del futuro de la nación! La proclamaciónde la ma%or#a de edad de )lfonso =>>>, en /92, % la aparición de algunos

 pol#ticos ?óvenes, como 6aura, vuelven a encender por un momento la

esperan(a, pero la acumulación de problemas a los que no se da solución bloquea el sistema de la *estauración, que acaba dislocándose años mástarde! @or otra parte, la situación de Europa+aumento de la lucha declases, nacionalismo rentré % ego#sta de la ma%or#a de las grandes potencias,estallido de la primera guerra mundial en /3, revolución bolchevique en*usia en /4+ va a influir de manera terminante en la disgregación dela 6onarqu#a de &agunto! Estas dos crisis, la española % la europea, tienen,sin embargo, un origen espec#fico que es preciso distinguir!

6ientras la segunda surge del agotamiento de las virtualidades filosó-ficas del pensamiento moderno Aracionalismo, positivismo, idealismoB, fun-damento de la vida europea desde la segunda mitad del siglo Cvm +unagotamiento, no obstante, en forma de plenitud, si se me permite la para-do?a, %a que desemboca en un ha( de atisbos fecundos cu%a eCploraciónllevará al descubrimiento de nuevos principios filosóficos, más radicalese integradores+, la española viene de mucho más le?os! &us ra#ces se re-montan hasta las d$cadas centrales del siglo Cvn % lleva el nombre de«problema de España 2! <ab#a nacido de la (o(obra que causó en algunasminor#as la p$rdida de nuestra hegemon#a en el mundo % del deseo derecuperar la grande(a pasada! Durante el )ntiguo *$gimen, el restableci-miento del poder#o español, pensaron los ilustrados, deb#a pasar por unacendramiento de la tradición % la absorción de los nuevos saberes queconstitu#an la fuer(a % la gloria de algunos pa#ses europeos' las cienciasútiles, derivadas de la nueva interpretación matemática de la naturale(a!&e propusieron, por tanto, completar la cultura española con aquellas ra-mas del saber en cu%o desarrollo apenas hab#amos participado % que eran

indispensables para la plena restauración de la 6onarqu#a hispánica! @re-tensión de gran aliento, cu%a fecunda reali(ación fue desbaratada por elhuracán revolucionario franc$s! o ha% que olvidar tampoco la relativa fra-gilidad del edificio levantado por la >lustración! El fallo de su programafue no haberlo fundamentado filosóficamente, es decir, no haber cimentadoen un principio superador % eCpl#cito los diferentes elementos antit$ticosque pretend#an integrar! Fui(á faltó audacia a los ilustrados más creadores,

 pero tampoco hubo entre ellos, es preciso añadir, ninguna cabe(a filosóficarelevante! <a% que decir en su descargo que, a causa de la sólida estructuracredencial de la sociedad española en que estaban instalados, nunca sintie-

2 Dolores 7ranco ha reunido en su admirable antolog#a comentada,  spa!a como proble"ma, ;!a ed!, Garcelona, /.9, los teCtos más significativos sobre el tema, desde el siglo Cvn

al CC!

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ron una radical necesidad de la #iloso#$a. &ólo despu$s de las catástrofes quesiguieron a la ca#da del )ntiguo *$gimen +guerra de la >ndependencia,falta de consenso en las "ortes de "ádi( durante la elaboración % procla-mación de la "onstitución de .2, p$rdida de las provincias americanas,suspensión de la "onstitución liberal e instauración de un absolutismo ar-

 bitrario % despótico por 7ernando 0>>, guerras civiles, pronunciamientos

militares+, que asolaron España, se empe(ó a sentir la necesidad de lafilosof#a, la urgencia de elaborar un pensamiento filosófico propio a laaltura del tiempo! El via?e de 5ulián &an( del *#o, pensionado por el Estado

 para ir a estudiar filosof#a a G$lgica primero % a )lemania despu$s, en.3; % .33, constitu%e el punto de partida de esa aventura intelectual!En un diario #ntimo de .12, &an( del *#o de?ó anotado lo que iba a ser el pro%ecto histórico de España, la finalidad % los medios, para las próCimasgeneraciones' «uestro pensamiento general, nuestra aspiración permanentedebe ser ho% rehacer nuestra personalidad como pueblo, fortificarla, des-arrollarla, elevarla en sus diversas esferas de vida! 6as para esto no es ni

 puede ser bastante la voluntad! &e hace preciso tener una ciencia propia!&in esto, en vano viviremos ba?o la influencia más o menos voluntaria deotros pueblos! H!!!I &in duda, lo primero que tenemos que conocer es

nuestro destino providencialJ $l debe iluminar nuestros pasos % darnosfuer(a en nuestra marcha! @ara esto nosotros tenemos que refleCionar sobrenosotros, sobre nuestra historia, sobre nuestras disposiciones, sobre el pa#sque nos sirve de asiento! @ero a la ve( debemos dirigir nuestra investiga-ción hacia los otros pueblos que han adelantado más en el mismo sentido!De este modo aprenderemos a estudiarnos a nosotros con el e?emplo delestudio que ellos han hecho%.

Kodos los temas, aspiraciones, metas de la España de nuestro tiempoestán indicadas en estas l#neas del pensador de >llescas! Lo único que no

 percibe bien es que esa «ciencia propia tendrá que ser nue&a, una cienciaque supere los l#mites de la europea, % cu%a primera tarea deberá ser la deahondar en el campo de los principios en busca de otros más radicales que

los que han servido de fundamento a la modernidad! En esto va a consistir, precisamente, la obra de Ortega! @ero antes habrán desbro(ado el camino,desde las perspectivas más variadas +novela, poes#a, ensa%o+ 0alera,"osta, aldós, )larcón, iner de los *#os, 6en$nde( @ela%o, por nonombrar más que a unos cuantos escritores anteriores a la eneracióndel /., % por esta misma generación, contemporánea de la de Ortega % unade las más creadoras de la literatura española' namuno, )(or#n, los 6a-chado, 0alle->nclán, Garo?a, 6ae(tu, 6en$nde( @idal, )s#n @alacios, ó-me( 6oreno, etc!

%  0$ase 7ernando 6art#n Gue(as,  l 'rausismo espa!ol desde dentro, (anz del R$o. Auto"biogra#$a de intimidad, 6adrid, /4., págs! 12-1;! «Kodas las cosas humanas, al ser his-tóricas, tienen su prehistoria, escrib#a Ortega en su  )eibniz. &an( -del *#o representa la prehistoria de la historia de la filosof#a española del siglo CC! ada menos, pero tampoco

nada más!

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En actitud pol$mica con las anteriores, la eneración del /. se resuelvedecididamente a innovar! Desde el lengua?e hasta las pretensiones % lostemas, todo sale remo(ado de la pluma de esta prodigiosa generación! &onsus miembros los que, impulsados por un insobornable afán de autentici-dad % su intensa preocupación por España, nos han legado una imagen pre-cisa, concreta, repristinada de nuestra realidad histórica a trav$s de una

genial interpretación literaria. @or otro lado, el aporte filosófico de la obrade namuno, el miembro qui(á más importante de la eneración del /.,ha sido de gran trascendenciaJ no sólo por su deliberada utili(ación de lanovela como m$todo de conocimiento de la realidad humana, como señalóhace %a muchos años 5ulián 6ar#as, sino por haber reivindicado infatigable-mente como plano esencial de la vida del hombre el plano del sentido o delas ultimidades! El redescubrimiento de este plano decisivo por el pensa-miento ha sido un factor que ha influido de modo considerable en la ges-tación de la filosof#a de Ortega! En un art#culo de /9., «&obre el &anto,escrito, por tanto, cuando ten#a veinticinco años, dec#a' «Es preciso queel vie?o mundo de la fe % el nuevo mundo de la ciencia enca?en perfecta-mente para formar la esfera del universo espiritual! El hecho de que este«enca?e tenga que hacerse desde la filosof#a, es decir, que sea necesario

acercar los dos mundos mediante la ra(ón, por sus pasos contados +% Or-tega, que de?ó inconclusa su filosof#a, no llegó a «enca?arlos+, no esóbice para que el problema de las ultimidades actuase subterráneamentemu% pronto en sus refleCiones! M para que no hubiera el m#nimo equ#voco alrespecto, para que quedara clara su posición filosófica ante el tema, conclu#asu art#culo' «6irad que es terrible % amena(ador ver a nuestra an$micaconciencia nacional oscilar desde centurias entre la fe del carbonero % unescepticismo tambi$n del carbonero! &i aqu$lla me mueve a compasión, $stesuele infundirme ascoJ ambos, empero, me dan vergNen(a!

Estas l#neas pueden servir para mostrar la actitud de Ortega ante suscoetáneos % contemporáneos! )cepta la herencia que le legan los ma%ores,

 pero percibe sus limitaciones % el ineludible deber de superarlas, la nece-

sidad de una innovación radical en la cultura española3

! El  pensamientoliterario anterior, sobre todo el de la eneración del /., le parece admi-rable, pero insuficiente! La literatura muestra o descubre la realidad, perono demuestra, no da cuenta % ra(ón de ella, no permite en última instancia

 saber a *ué atenerse. «ecesitamos una introducción a la vida esencial,escribirá en /J es decir, una introducción a la filosof#a, la única tierrafirme sobre la que reconstruir España! @or eso, palad#n de la europei(ación,

3 )ceptación que implica una alta valoración del pasado más próCimo %, en general, dela realidad histórica de España, valoración que Ortega reafirma a lo largo de su obra' «Esacosa grande que es EspañaJ «los españoles son una ra(a antigua, complicada, respetable, etc!Ortega contaba con las virtudes históricas de su pueblo, unas virtudes remo(adas por la filo-sof#a, más de lo que su cr#tica de España de?a aparecer! @or lo demás, es bien sabido que,sin admiración previa de lo que se critica, la cr#tica no es fecunda, sino sólo un quehacer 

destructor o, cuando menos, la eCpresión resentida de nuestro malhumor!

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va a estudiar filosof#a a )lemania, pa#s donde su cultivo era más intenso!@ero no va a buscar un sistema, ni siquiera ideas o valores alemanes! 0a a

 buscar m$todos, maneras de plantear los problemasJ va a disciplinar suintelecto, a tomar posesión del ni&el al que hab#a llegado el pensamientocient#fico % filosófico europeo! Dicho con otras palabras' Ortega va a )le-mania en busca de ciertos instrumentos intelectuales de que carec#amos

 para intentar resolver el «problema de España! Europei(ar quer#a decir elaborar un pensamiento  propio ala altura de los me?ores de Europa, noimportar una filosof#a del eCtran?ero! "ontra este error de muchos «euro-

 pe#stas pondrá a los españoles en guardia, %a en /98! «ecesitamos cien-cia a torrentes +escribe en )a ciencia rom+ntica, a diluvios para quese nos enmolle(can, como tierras regadas, las resecas testas, duras % hasta

 berroqueñas! @ero los que más predican la buena nueva de la ciencia nohan advertido que quieren que tengamos ciencia alemana o ciencia fran-cesa, pero no ciencia española! La declaración, en un prólogo a una edi-ción de sus Obras, en /;2, de que «toda mi obra % toda mi vida han sidoservicio de España no era algo eCagerado ni vano! Desde el primer mo-mento la preocupación por la realidad española fue el motor de sus espe-ran(as % de sus esfuer(os1!

En )lemania, sin embargo, se le complicaron a Ortega un tanto lascosas! @ronto percibe que los principios que informan la filosof#a vigenteno permiten dar cuenta de la realidad concreta, del individuo en cuanto tal,del hombre de carne % hueso, es decir, de la realidad -istórica, que essiempre única e irreductible! La actitud intelectual de namuno le mostrabala otra alternativa, el irracionalismo, pero ambas eran inaceptables, puesconduc#an a un calle?ón sin salida! La ilimitada curiosidad de Ortega por todas las ramas del saber le salvó, sin embargo, del dilema! En efecto, por sus años mo(os, los m$todos % principios de las ciencias más ilustres quehab#a engendrado el pensamiento filosófico moderno +la f#sica, las mate-máticas, la biolog#a-+ empe(aban a dar muestras de haber llegado a susl#mites, %a que ciertas conclusiones cient#ficas compromet#an su valide(, los

 pon#an en tela de ?uicio

8

! @ero, a la ve(, estos hechos insinuaban la virtualeCistencia de otros principios más radicales, % esto fue, sin duda, un poderoso est#mulo para Ortega en su búsqueda de un manantial más hondode saber, capa( de dar ra(ón de toda la realidad tal % como se presentaal hombre, % de la realidad personal e histórica de $ste! @or otro lado, el

 propio Ortega ha confesado el papel que desempeñó la reci$n elaborada

1 En /9, en su famosa conferencia «La pedagog#a social como programa pol#tico, dec#ataCativo' «El español que pretenda huir de las preocupaciones nacionales será hecho prisionero de ellas die( veces al d#a % acabará por comprender que para un hombre nacido entreel Gidasoa % ibraltar es España el problema primero, plenario % perentorio! @roblema deEspaña, es decir, un problema histórico! De ah# que su pol#tica tenga que consistir en unconocimiento previo de la historia de España, % que empiece siendo «pedagog#a pol#tica!

8 0$anse las precisiones que sobre la cuestión da Ortega en un curso de /1, recientemente publicado /n&estigaciones psicológicas, 6adrid, /.2, cap! >B! 0$ase tambi$n lo quedice sobre «la manera de pensar en la filosof#a moderna, en  /dea del principio en )eibniz,

varios cap#tulos, OC, 0>>>!

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fenomenolog#a de <usserl en su descubrimiento de la vida humana comorealidad radical 

4!

)hora bien, esto quiere decir que el halla(go de ese nuevo principio orealidad radical iba a tener una doble significación! @or un lado, permitir lasolución del «problema de España, % por otro, superar la crisis en quehab#a entrado Europa a causa del agotamiento de las posibilidades históri-

cas que encerraban los principios sobre los que hab#a fundado su forma devida desde hac#a dos siglos! @or eso, en /9, año en que Ortega llega auna primera intuición de lo que va a ser su metaf#sica Ad+n en el Pa"ra$so0, escribe estas palabras entusiastas, palabras que vienen a ser la eC-

 presión del pro%ecto histórico de España para el siglo CC %, qui(á, un pocomás' «"uando postulamos la europei(ación de España, no queremos otracosa que la obtención de una forma de cultura distinta de la francesa, laalemana! H!!!I Fueremos la interpretación española del mundo! H!!!I nasecular tradición % e?ercicio de lo humano ha ido sedimentando densassecreciones espirituales! Desde lo alto se dominan espacios ilimitados! Estaaltura ideal es Europa' un punto de vista! "lávese sobre España el puntode vista europeo! La sórdida realidad ib$rica se ensanchará hasta lo infini-toJ nuestras realidades, sin valor, cobrarán un sentido dentro de s#mboloshumanos! M las palabras europeas que durante tres siglos hemos calladosurgirán de una ve(, cristali(ando en canto! Europa, cansada en 7rancia,agotada en )lemania, d$bil en >nglaterra, tendrá una nueva ?uventud ba?oel sol poderoso de nuestra tierra! España es una posibilidad europea! &ólomirada desde Europa es posible España! Esto último es esencial! Ortegave a España como parte irreductible de un todo, Europa, % es desde esa

 perspectiva europea que España volverá a encontrarse a s# misma, a serla que tiene que ser! «&ólo mirada desde Europa es posible España! Esta

 postura eCclu%e todo nacionalismo+por el que Ortega sent#a «eCquisitodesprecio+-pero afirma, en cambio, vigorosamente la realidad nacional,%a que Europa está constituida de ellas! @ara Ortega, cada nación lo es conlas demás, implica a las demás, tiene que contar con las demás! En ello

consiste la rique(a de Europa' ser una y plural. "uando una de las parteso varias fallan, siempre queda alguna otra en reserva para continuar pro- pulsando la historia de Europa, M Ortega piensa que, dada la situación delas grandes naciones europeas +la crisis estallará con una incre#ble bruta-lidad en /3J % volverá a estallar, más destructora aún, en /;/+, esel momento de que España vuelva a entrar en escena! «"reemos, en efecto,que ha empe(ado para nuestro pa#s una buena $poca, escrib#a en /1,convicción que repetirá a menudo hasta /;8, % que en la forma de guardaresperan(a en la capacidad de su pueblo mantendrá hasta el fin de sus d#as!El fundamento o punto de partida no es, puesP ninguna abstracción qfigura ideal de Estado o sociedad, sino la realidad concret#sima de España,realidad que es necesario poner en #orma mediante la filosof#a, esto es, el

4 0$ase Prólogo para alemanes, O", 0>>>, pág! 32!

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conocimiento racional % la imaginación creadora! @uesta en forma que debecomen(ar por los elementos más simples +las aldeas-+ hasta conseguir latotal revertebración del pa#s! «0amos a inundar con nuestra curiosidad %

nuestro entusiasmo los últimos rincones de España, eCclama en ie2a ynue&a pol$tica A/3BJ catorce años despu$s, en otro de sus teCtos pol#ticosmás importantes, )a redención de las pro&incias, vuelve a insistir' «"on-

centr$monos en una gran tarea histórica, cu%a primera e imprescindibleestación es conquistar para España el nivel de los tiempos! <a% que re-mo(ar a España! Kotalmente! En todos sentidos! H!!!I <a% que ir a lareforma de España! @ero España no es el 6inisterio de la obernación, ni$l @arlamento, ni la Dictadura, ni la "onstitución! España es esos millonesde labriegos con la mano en la meceráJ es esas villas polvorientas % esasopacas capitales de provinciaJ es todo ese fondo nacional que, entretenidosen mirar la superficie, solemos olvidar! La primera e imprescindible esta-ción' ocuparse de la España profunda que vive, olvidada, en la «intra-historia! Q&e ve hasta qu$ punto Ortega sigue un camino distinto del delos pol#ticos al usoR @ara $l obierno, @arlamento, "onstitución +demo-crática % liberal, esto se sitúa para Ortega en el nivel de la buena educa-ción +no son más que medios, instrumentos. El Estado es el órgano de la

autoridad, el instrumento social organi(ador de los recursos eCistentes envista de la reali(ación colectiva del pro%ecto histórico que es la nación! ElEstado administra, #omenta, está al servicio de la sociedad! De ah# quedefina a la pol#tica' «@ol#tica es tener una idea clara de lo que se debehacer desde un Estado en una nación! La gran pol#tica se reduce a situar el cuerpo social en forma que pueda 2are da se.3 7rente al individualismoinsolidario % disgregador del liberalismo burgu$s del siglo CiC, en que «lasociedad no tiene carácter sustancial, sino que es meramente el te?ido re -sultante de las relaciones entre los individuos, %, frente al arca#smo sim-

 plista % tiránico del fascismo % del comunismo+-«bolchevismo % fascismoson dos seudoalboradasJ no traen la mañana de mañana, sino la de unarcaico d#aJ son primitivismo+, Ortega considera a la sociedad como

uno de los ingredientes esenciales de la vida humana, incluso previo a lavida individual que únicamente se da dentro de ella, % afirma su carácter  program+tico. &u pol#tica es, por consiguiente, una pol#tica de la libertad,fundada en la interpretación de las sociedades % civili(aciones como proyec"tos de &ida colecti&a. @ro%ectos que ha% que ir inventando, % cu%a tramaestá hecha de vidas personales, esto es, de vidas aut$nticas e innovadorasque han aceptado libremente el reto que impone siempre el destino! Losgrados de autenticidad % creación pueden ser mu% variados, pero no se olvi-de que ambas pueden darse en la reali(ación cotidiana de los quehaceres

más elementales! En cambio, cuando el hombre se entrega a cualquier en-gaño o simplismo % la imaginación le abandona, el pro%ecto que constitu%ea la sociedad se esfuma, % $sta decae, se desagrega o desaparece! La vida esuna tarea que reali(amos en % con las cosas del mundo, % está aque?ada de

una radical inseguridad! Es como una interminable novela a la que ha% que

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ir encontrando argumento % sentido +hac#a adelante % hacia atrás+, unaaventura que sólo vive de continuidad innovadora, de solidaridad histórica,en una palabra, de historia, única sustancia de que está hecho lo humano!

La revertebración de España, empero, no representa más que la primerafase de la reconstrucción nacional! España no se reduce a la eCpresión desus l#mites geográficos peninsulares, sino que ha dado vida a un en?ambre

de pueblos allende el mar' el mundo -isp+nico,, la primera manifestaciónde eso que más tarde va a llamarse Occidente! Kiene, por tanto, que resol-verse a emprender su organi(ación+una organi(ación compartida por to-dos % para todos, % en la que España podr#a e?ercer la función de «@la(a6a%or! «o queda a nuestra ra(a +escribe Ortega en /1+ otra salida

 por el camino real de la historia si no es )m$rica! La organi(ación denuestro influ?o moral en el uevo 6undo es la sola pol#tica de altura enque podemos pensar! Este pro%ecto no significa ningún apartamiento deEuropa, al contrario! &e trata de una necesaria «retracción a la realidadhispánica. como consecuencia de la guerra europea, eCpresión $sta de laradical crisis en que el continente europeo se hallaba sumido! La guerra,en efecto, significa el #allo de la Europa civili(ada, o que se tiene por tal'falta de imaginación para superar los problemas, incapacidad de diálogo,

 preeminencia de los intereses particulares sobre los europeos entre lasgrandes naciones, c-au&inismo morboso en casi todas ellas, ca#da de losintelectuales más prestigiosos en el partidismo nacionalista e ideológico,etc$tera! Esto último era, qui(á, lo más inquietante! La dimisión de losintelectuales, el abandono de su misión de mantener la verdad en todacircunstancia, significaba el abandono de la brú?ula que hab#a servido deorientación a Europa a lo largo de su historia! Kodav#a más' la desaparicióndel fundamento de la vida europea, es decir, la interpretación razonada dela realidad! &olicitado por parte de algunos intelectuales franceses % ale-manes a que «tomara partido por la cultura de unos o de otros, Ortega,que era «aliadófilo, se niega, precisamente, en nombre de uropa. «Des-

 pu$s del *enacimiento +escribe+, la cultura consiste en la comunidad %

colaboración espiritual de estos tres pueblos' 7rancia, >nglaterra % )lema-nia! o cabe, pues, hablando rigorosamente, aislar de las otras la culturade uno de estos pueblos que sólo se diferencian en matices, cu%a integra-ción es la verdadera cultura! M se refiere a la actitud de los intelectualeseuropeos en estos t$rminos' «@or primera ve( ha faltado en Europa esaeCigua minor#a de hombres en quienes, a la hora de la pasión, la ceguera% el torbellino, parece locali(arse la conciencia serena de los intereses con-tinuos humanos frente a los intereses transitorios de un pueblo o grupo de

 pueblos, hombres cu%o silencio, por decirlo as#, activo pon#a algún frenoa los frenes#es que en $l ve#an como anticipados sus remordimientos!

Esta situación de dimisión de Europa es la qu$ lleva a Ortega a pro-

. &obre esto, el ensa%o de 5ulián 6ar#as «La retracción a España del europeo Ortega

A/43B, en Obras, >=, págs! 8/-8;2!

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clamar la necesidad apremiante de reorgani(ar el mundo hispánico en sutotalidad, %a que representa en aquella co%untura el solo recurso de EuropaAel otro recurso eran los Estados nidos, pero lo han sido +lo son+ desde otra perspectiva % en otros dominiosB! Esta es la ra(ón por la que

 pide a sus compatriotas una «pol#tica de lo serio % lo grande, % en la pre-sentación de l (ol, en diciembre de /4, escribe en las páginas del ilus-

tre periódico' «&i no nos determinamos a dar ma%or finura, ma%or eviden-cia % concreción, ma%or elegancia a nuestros pensamientos, todo será envano! Kenemos que ensancharnos las cabe(as para dar a nuestras ideas di-mensiones de mundialidad! La España villorrio no nos interesa' queremos% creemos posible una España mundial! "uando España fue, fue una Españamundial +fue la inventora de lo mundial+! o aceptó que hubiese nadaen la tierra que le fuera eCtraño! "on ma%or o menor acierto, puso en todomano % se de?aba conmover por cuanto en el niverso acaec#a! H!!!I LaeCistencia histórica ha tomado luego otras formas, % ho%, vida mundial noquiere decir, como entonces, dominio del mundo, sino sensibilidad paracuanto acontece en el mundo, cabe(a múltiple, sutil % clara!

)un cuando el dominio español tuviese tambi$n otra finalidad que ladel mero poder +España luchó durante casi dos siglos por el restableci-

miento de la unidad religiosa en Europa+, la situación actual, en efecto,es mu% otra! )hora es la cultura, los principios mismos sobre los que sefunda, la que está en crisis! De ah# que, en ie2a y nue&a pol$tica, al hablar de los problemas % pro%ectos que deben configurar la nueva pol#tica, ad-vierta de manera inequ#voca' «La pol#tica no es la solución suficiente del

 problema nacional porque es $ste un problema histórico! @or tanto, estanueva pol#tica tiene que tener conciencia de s# misma % comprender que no

 puede reducirse a unos cuantos ratos de frivola peroración ni a unos cuan-tos asuntos ?ur#dicos, sino que la nueva pol#tica tiene que ser toda una acti-tud histórica!

Desde el principio, Ortega ha tenido plena conciencia de que los ver-daderos problemas de la $poca eran problemas culturales, históricos, que

afectaban no a una ma%or o menor ?usticia distributiva o social, sino a lara#( misma de la civili(ación/! En sus años ?uveniles, cuando proclama lanecesidad de remo(ar la «emoción liberal % dice que $sta tiene que ser sociali(adora, esto es, reconstruetora de la vie?a ciudad terrestre que lasrevoluciones han derruido, pero no reconstruido, acusa a sus contemporá-neos de haber ca#do en la trampa materialista % del primado económico,de?ando en barbecho las partes esenciales del hombre! @recisamente aque-llas que es más urgente despertar, revitali(ar, regenerar' los deseos, los

/ Lo cual no quiere decir que para Ortega los problemas de la ?usticia social % de lacreación de rique(a no fueran capitales! &e trata de que los problemas más graves de nuestrotiempo se encuentran en un estrato aún más hondo que el de $stos! Los problemas no pro -vienen principalmente del «hacer, sino «de lo *ue -ay que hacer! &obre la ?usticia socialcomo ingrediente de la vida humana, v$ase el libro de 5ulián 6ar#as )a 2usticia social y otras 2usticias, 2!a ed!, 6adrid, /4/, donde se encontrarán análisis mu% pertinentes acerca de este

tema, que tanto lugar ocupa en la vida contemporánea!

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sentimientos, la sensibilidad, las pretensiones, las ideasJ en una palabra,todo lo que se refiere a la cultura del alma. )s#, en «La reforma liberal,art#culo de /9.' «Llamo liberalismo a aquel pensamiento pol#tico que an-tepone la reali(ación del ideal moral a cuanto eCi?a la utilidad de una por-ción humana, sea $sta una casta, una clase o una nación! Defensa apasio-nada de lo esencial sobre lo accesorio o secundario, de lo profundo sobre

lo superficial, del inter$s general sobre el inter$s propio, defensa de la queel hombre «moderno hab#a perdido la costumbre, % hasta la ra(ón de susentido!

En otro art#culo pol#tico, escrito en octubre de /29, a ra#( del aumentode los asesinatos pol#ticos % de la discordia que a(otaba al pa#s, vuelvesobre el tema' «El capitalismo del siglo CiC ha desmorali(ado a la humanidad! &in duda que creó una fabulosa rique(a materialJ pero ha empobre-cido la conciencia $tica del hombre! "ultivando con insensato eCclusivismoel nervio del inter$s % el dogma de la utilidad, ha embotado en los indivi-duos todas las emociones propiamente morales! La cr#tica de la cultura %de los valores decimonónicos es constante en la obra de Ortega' politicis-mo, partidismo, materialismo, marCismo, capitalismo, tradicionalismo, radi-calismo! "onsidera que la «modernidad es una cultura de medios % que

la reforma más urgente es devolver a la realidad todos los planos de queestá compuesta! 7rente a la cultura moderna, que reduce % desdibu?a la

 perspectiva que configura la vida humana, Ortega proclama la necesidadde crear una nueva cultura, una cultura de postrimer$as #undada en la #ilo"

 so#$a, en la nueva idea de la vida humana como realidad radical +o prin-cipio en el que se enrai(an o se dan todas las demás realidades+, descu-

 bierta por $l! Esta interpre tación de la realidad en que el «%o % las «co -sas no son más que dos ingredientes o elementos constitutivos de la únicarealidad que es &i&ir +%o haciendo, teniendo que hacer siempre, algo conlas cosas, % ellas «haci$ndome a m#+ llena el mundo de realidades con-cretas, consistentes, graves, dramáticas, % lo convierte en un «escenarioen el que todo vuelve a adquirir espesor, gravedad, a cargarse de posibili-

dades % de esperasJ en una palabra, a cargarse de destino. «La cultura, ri-gorosamente hablando +escribe Ortega en las últimas páginas de  l es" pectador A/;9B+, es el sistema de convicciones últimas sobre la vidaJ eslo que se cree con postrera % radical fe sobre el mundo! Esta fe puede sercient#fica o no, religiosa o sin Dios! La cuestión es que el hombre vea antes#, con evidencia decisiva, la arquitectura de su mundo! H!!! I &iempre faltaa nuestra cultura ese último garfio por el cual agarre ineCorablementenuestra adhesión! na cultura +como las ha habido+ de que el hombreno puede desentenderse porque está fundida con su eCistencia individuales lo que llamo una cultura con ra#ces, hincada en el hombre, autóctona!La moderna, al consistir en cosas plausibles % admirables, pero no necesa-rias e ineludibles, forma una mitolog#a H!!!I de dioses secundarios, todosconvenientes % can?eables, pero ninguno necesario! &ólo el plano de la ulti-

midad coloca en su sitio al otro' el de las penultim#dad$s! H!!!I na vida

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sin mundo, es decir, sin contorno definitivo, sin tierra firme en que acon-tecer, es una vida falsa, sin ra#ces ni autocton#a!

La creación de una nueva cultura, repito, que tenga en cuenta todaslas dimensiones de la realidad, tal es, según Ortega, el tema de nuestrotiempo, el gran pro%ecto histórico que es necesario emprender para volver a dar a nuestra civili(ación occidental un norte % un sentido! Empresa con

varios planos % niveles que se interpretan % sostienen mutuamente, % quevan desde la revitali(ación de nuestras aldeas % comarcas hasta las grandescuestiones % problemas internacionales de nuestra $poca! @rograma quesólo puede llevarse a cabo con un conocimiento minucioso de la realidad 9'de la realidad histórica de España, de la del mundo hispánico, de la de lasdemás naciones de Europa % de )m$rica, de la situación del mundo en quevivimos +% que Ortega describió con sin igual agude(a en su libro  )arebelión de las masas +  , de las (onas todav#a ineCploradas del nuevo con-tinente filosófico descubierto por $l! "onocimiento, por tanto, de nuestros

 problemas, recursos % posibilidades! De este conocimiento de la realidadforma parte su pensamiento pol#tico, que trata de la manera de poner enmarcha, desde el punto de vista colectivo, esta gran creación histórica! Ka-rea nada fácil si se piensa en las dos condiciones que implica tal ha(aña'no imitar al eCtran?ero e innovar a partir del pie for(ado que nos d$ laconcreta realidad española! «<a% que inventarlo todo +advert#a en/2/+' los grandes temas, las ideas ?ur#dicas, los gálibos de las institu-ciones, los sentimientos motores % hasta el vocabulario!

La empresa era inmensa % los molinos de los dioses muelen mu% despa-cio! 0ista desde nuestros d#as, % dada la borrasca que soplaba de Europa

 +«fero( viento de desánimo, dice Ortega en el «@rólogo a la primeraedición de sus Obras +, no es demasiado sorprendente que la navecilla es-

 pañola se fuera a pique en /;8! La *epública, en cu%o advenimiento Or-tega hab#a participado con tanto entusiasmo, siguió el torpe camino de lafacilidad % entró pronto en el calle?ón sin salida de la discordia! Desde suescaño de diputado, Ortega intentó, con su clarividencia % su poderosa

retórica, rectificar su rumbo, pero no se le hi(o caso, % en octubre de /;2abandonó toda actividad pol#tica! Emprendió entonces su «segunda navega-ción, es decir, la profundi(ación % desarrollo de su sistema, desarrollosque han permitido ahondar aún más en el conocimiento histórico, sustratode su pensamiento pol#tico, % de toda idea que pretenda estar a la alturade la $poca! La cultura española hab#a dado pasos mu% importantes hacia

9 &obre la imperiosa necesidad de atenerse a la realidad, de evitar el pensamiento utó- pico, escribió Ortega, en su  spa!a in&ertebrada: «La suplantación de lo real por lo abstrac-tamente deseable es un s#ntoma de puerilidad! o basta que algo sea deseable para que seareali(able, %, lo que es aún más importante, no basta que una cosa se nos anto?e deseable para que lo sea en verdad! &ometido al influ?o de las inclinaciones dominantes en nuestrotiempo, %o he vivido tambi$n durante algunos años ocupado en resolver esquemáticamentecómo deben ser las cosas! "uando luego he entrado de lleno en el estudio % meditación del pasado histórico, me sorprendió superlativamente hallar que la realidad social hab#a sido enocasiones mucho más deseable, más rica en valores, más próCima a una verdadera perfec-

ción, que todos mis sórdidos % parciales esquemas OC, >>>, pág! 99B!

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las metas esbo(adas por $l % pensó que, con la a%uda de las generaciones ?óvenes, la continuación creadora acabar#a por influir en la vida pol#ticanacional! Desgraciadamente no fue as#! Los trágicos sucesos españoles de/;8 % la situación europea, que desembocó poco más tarde en la segundaguerra mundial, retardaron por muchos decenios el comien(o de sus espe-ran(as! En /;1 hi(o una advertencia que, despu$s de los desastres %

acontecimientos vividos desde entonces, nadie deber#a deso#r, %a que setrata, nada menos, de la clave de nuestro futuro' «"omo la llamada $pocamoderna es el tiempo de la ra(ón f#sica, la etapa que ahora se inicia serála de la ra(ón histórica! Esper$moslo cuando menos! De no serlo, nuestracivili(ación sucumbir#a en una pavorosa % vertiginosa retrogradación! )d-vertencia, qui(á, de ma%or actualidad ho% que en aquel momento!

5! DE L )!S

S @rofesor de 7ilosof#a!