Rebeca de la Granja Sol Capitulo 03

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Literatura estadounidense, novela Rebeca de la Granja Sol, edición en español de 1953

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  • CAPITULO liiLAS TIAS DE NEBECA

    O sqbc yo que, o mis oos, ibcr q toccrme contri-buir q lo formocin de uno chiquillo

    -

    hobo di-cho Mirondq en el momento de doblcn lq cqrtode Aurelio y depositorlq en un cojn del tocqdor-.Supuse que mi hermqnq nos enviorq q lq nio so-

    licitcdo por nosotros, pero, doda su mqnerq de se, es nqturqlque nos enve q lc peor educqdo.

    -Recuerdq que dijiste que, en el cqso de que no pudierovenir Anq, podrcn venir Rebecq o Jenny -

    observ Juono.--Lo ecuerdo

    -

    replic, molhumorodo, Mirqndc -,

    pero,ia verdod es que espercbo otro coso.

    -Rebeco erq unq nio monsima cuqndo Ic vimos horcosq de tres oos -

    se qtrevi a qfirmor su hermqnq -,

    y hatenido tiempo de corregirse.

    -O de empeororl-No serq uno tcreq encontcrdorcr llevsrlq por el buencqmino?

    -

    interrog tmidqmente Juonq.-No 1o s, o, mejor dicho, creo que sero, por ei conlrcnio,uno tqrec muy enojosc. Si hcrsto hoy no ho logrado su mqdre

    enderezqrlo, no vomos nosotros q conseguirlo de repenie...Y este deprimente estodo de nimo dur hcstc el bien-

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    qventurqdo do de lc feliz lieqcda de Rebecc o Riverboro.-Si se porto oqu como en su ccrsq, yg podemos renunciqrcr lo esperonzq de vivir en pqz

    -

    suspir Mirondc mientrqstendc unos pcros de cocinq sobre los rosqles cerccrnos q lcrpuertq de servicio.

    -Con Rebeco o sin Rebeca tendrqmos que hccer iguol-mente lc limpiezo de lq cqss -

    observ Jucrna -,

    y lc verdodes gue no comprendo por cu, en su beneficio, hos lovcdo,plonchodo y fregotesdo tonto, ni por qu le hos comprcdo cWotson tqntos metros de telo.

    -T no conoces q Aureliq y yo s - replic Mircndo -.He visto su cqscr y he observqdo cmo los nios se ponen losropos de sus hermqnitos sin preosupqrse de si estm del revso del derecho; s cmo viven, cmo se visten, y t no. Esachiquillc lleqcn oqu con lo puesto por todo ccrpital, o conun sinnmero de prendos prestados por todo lq fomilic. Lle-vor los zcrpcrtos de Ano, lq comiso de John y los colcetinesde Mork, o cosc por el estilo. No sqbr lo gue es un Cedcrl,pues jqms se lo ho puesto en el dedo, pero yo guiero quelo sepc y 1o scbr crpenqs hcyon pcsodo unos dos. Hecomprcrdo unc piezc de telo blcrncq y otro de muselina progue comience o trqbqjcn y est qtcneqdc en qlgo. Clorc quejams hqr cosa buenq de umotu proprio"; probcrblementeignorcn lo gue es uns escobq y tcrdor tqnto en amoldqrsect nuestrqs costumbres como si firerq uno pequecr indio.

    -Claro gue le costor rrr:r poco - qdmiti Juonq -, perotql vez no secr ton difcil de monejqr como crees.-De todcs monerqs yo lc hobituqr

    q lo obediencia --contest Mircrndq, sacudiendo el ltimo poo de cocinq.

    Mircndo tenc, ncturclmente, corqzn, pero lo hcbo hcbi-iuqdo exclusivqmente cr pclpitor y regir lo circulocin de losqngre. Ercr justc, econmiccr, trcbojcdorc y ordenqdq; cum-plc puntuclmente sus deberes; pero crnte estos frqs virtudesse hubierq querido hclicn en ellq clqn clido defectillo osiguierc qlqunq omoble flcquezo, olgo, en fin, que demostra-rcr unc vidc interior. Hobcr recibido educqcin en lq vecinqesquela del distrito, pues todos sus ombiciones, todos sus de-seos, se concentrcrbcrn totolmente en el mqnejo de lc ccsc,

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    de lc qronjcr y de lc lechero. Juqnq hobo concurrido porsu.porte q unq qcqdemlo y luego q unq pensin pcno seo-ritqs; Aurelio hobo recibj.do educqcin similor; y ol cobo deIos cos, todqva se notobo jigersimq diferencio de lenquojey de modoles entre lq hermono moyor y los dos menores.

    Tombin Juono hobo gozc,do, poro lo formqcin de sucorcter, de 1a inoprecioble ventojq de sufrir, cdems de lcrpeno noturol que }e ocqsion 1o prdido de sus oncionos pc-dres, otros penos y dolores. Hobo estodo prcrneiido porc cq-sqrse con el joven Tom Corter, que si no poseo uno fortuncren que bcrsor su mqtrimonio, confiobo en qlconzqrlq, con eltiempo. Mos entonces estoli 1o guerro. Tom se cllist c Io pri-mero llqmcrdo. Hqstcr entonces Juqno le hqbo omqdo con unofecto pccfico y omistoso y hobo dodo c su potrio un coriosuove de lo mismq nqturolezq. Pero 1o lucho, lo crnsiedod,el peliqro de lc guerro lo hicieron sentir de otro modo. Lcr vidcrse convirti porcr el1a en qlgo distinto de lo rutino de lqs trescomidqs ol do, el cocinqr, lovor, plonchor y osistir los dosde fiesto ol ofici.o divino. Lq murmurocin descrpcreci de loscentros de io villo. Lcrs cosos grondes reemplozoron o lqspequeqs: los sogrodos dolores de esposos y modres, lospesqres de podres y esposos, los abnegcrciones, los simpo-tos, los deseos nuevos de cryudor c llevor Io corgo ojenq.Los chiquillos se convertcrn en oquel tiempo ro-oidomente enhombres y mujeres, se dabcrn cuentcr del peliqro que se cer-no sobre lo nqcin, y Juqncr despert de los sueos vqgosque olimentobo pcrc vivir uno nuevo exisiencio, paro olimen-tq nuevqs esperonzes, nuevos temores, nuevos propsltos.Luego, tros un oo de onsiedodes, despus de pcseorse unoo entero leyendo eI peridico con temor y el nimo en sus-penso, lles o Riverboro un telegromq con 1o noticio de queTom estqbq heridc, y Juqno, sin pororse o pedirle permiso oMirondo, hizo su equipoje y porti hocio el Sur. LIeq crtiempo cie sostene jq mono de Tom, que sufro ogudsimosdolores, de demostrcnle lo que es el corqzn cie uno muchs-cho qtormentodo por el qmor y lc ofliccin, de echqrle Iosbrqzos ol cuello porq que pudiercr morir en ellos... y nodoms. Nodo ms; pero olgo que vola lo peno.

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    fff---;,r--' "--7.---'5- --* ?t --^--5- " "V\\< :*/'--'V.---\-i|-rAquellc muerte Ia movj. q pqscr por olcurridos meses de

    enhenqmiento porcr poder cl fin cuidcr. q losi heridos en re-cuerdo del que hqbcr perdido, y 1o devolvi ol hoscr conver-tidcr en unq mujer supedor. Y cunqu.e en ios oos que si-quieron no yolvi o scrlir de su pos poco q poco se odcrptq lqs costumbres de su hermqnq y de los otrqs meres sol-terqs de Nuevq Inglqterrq, fu 1o cierto que por debojo detodo ello resoncbc cn el eco dbil y otenuqdo de la pcsinde su juventud. Su triste y fiel corqzn hoba crprendido ocrmqr y sufrf, y se empeobq en sequir qmcrndo y sufriendo.

    Hoba pqsodo lct horc secrlodcr v ni Ic dilisenciq nimster Cobb cparecqn en la cclle desiertq'

    -Yq deba de estcn ccu - exclqm Mirqndq, mircndo,nerviosq y por vigsimq vez, el reloj de pored del comedor-.Todo est prepcrodo. Acobo de recoger dos tocllcs dei Ic-vcbo y le he puesto debcjo unq qlfombrillcr de pajq; pero loschiquillos echqn cr perder los muebles de unq crcsq. Dentrode un qo vers cmo Ic nuestrct est desconocidcr.

    Ante los tristes prescqrios de su hermono, Juqncr sentqsedeprimida y temerosc. La nicc diferencio entre qmbqs her-mqnqs toccnte q estct cuestin, erq gue mienirqs Mirondapenscbo slo cmo se las crrreglqrcr pcrrcl ctgruqntqr o Re-beca, Juonc tenq momentos de inspirocin en los quoles seprequntobo cmo soportcrcr Rebeccr c Mircrndc. Y fu enuno de estos momentos cuqndo corri escqlerqs cnribct ydej sobre lq mesitcr de Rebecc un florero lleno de floridcrsvcrqs de manzqno y de gnrisqntes de olor.

    Finalmente son el estrepitoso rodqr de la diiigencicr frenteq lq cqsc de lodrillo, y mster Cobb cvud o Rebeccr q crpeor-se del vehculo con todo el respeto debido q unq seorita.Eilc descendi con singulqr circunspeccin, puso el rqmo demcnchitas lilcs en mqnos de Mircndo v recibi su soludo...;no podrc llcmnsele un beso sin injuriqr ion bello nombre.

    -No tenas que hqberte tomqdo la molestiq de trcrer-t.

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    Te lleva arriba para ensearte tu habitacin.

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    flores -

    observ lc simpiica dqmo con su tccto hobituol -,ei jcrdn estd lleno de eilos.

    Despus Juqnq bes o Rebeco con vbrdqdero ofecto.

    -Deje el bol en io pueric, Jeremos - dijo cl Cobb -, yestq mismq tqrde io llevorn qrribq.-Si me lo permiten, seoritqs, yo mismo 1o subir.-No, no; no deje los ccbollos. Si poso un mozo ie 1lo-mqremos.-Como gusten. Adis, Rebecq. Adis, seoritcr Juona,seoritq Mirccndo. Aqu les he trodo uncr chiccr muy vivorc-

    cho que se me figura ies vcr q hqcer mucha compoo.AI or el odjetivo uvivqrcchq, cplicodo cl Io nio, Lo mcryor

    de los hermqnqs se estremeci visiblemente, pues teno lcrconviccin de que, si bien es necesqrio escuchqr de vez encuoncio a los nios, hqy que lmpeciirles o todcl costc quehobleru

    -Ni Juono n.i yo estqmos qcostumbrqdos ol ruido

    -

    re-plic con ocidez.

    Cobb se di cuento de que hobo cometido unc torpezc,pero no estqbq qcostumbrcrdo q orgumentor y por ianto nosupo expresorse mejor. Y se mqrch, tratoncio de explicorsequ oira polobro ms qdecuqdo podo haber escogido porodescribir o su interesonte pcsojero.

    -Te llevqr orribo poro enseorte tu hcbitccin, Rebeccr'- dijo Mircndo

    -.

    Ahoro cierrq bien detrs de ti Io puertcrmompcrro, pqrcr que no entren moscqs; cun no es ei tiernpode ellqs, pero quiero que te qcostumbres q hocer 1o que tediqo; ms vole preccrver que evitqr; restrigate los pies enlo cifombrillc, y qntes de posor cdeionte cuelgq del per-chero dei recibimiento la ccrpcr y el sombrero'

    -Es el mejor que tengo - insinu Rebeco.-En ese ccso llvolo orribo y 1o meteremos en un or-mqrio. Nunccr hubierq credo que el mejor sombrero que

    tienes Io usorqs poro ir de viaje.-Es que no iengo otro - explic Rebeco -. El otro esten un estqdo desostroso. Fanny ccobqr con 1.-Dejcr 1o sombrillo en el pqrqgero.

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    -Si no tienes inconveniente, lc subir tombin o 1o hcbi.tccin. Estor ms seqmrq.-Aqu no hqy iqdrones; pero qunque los hubierq no creoque se entretuvieran en quitcrte eso sombrillq; vqmos, ven.

    Requerdo que porq subir cl primer piso no debes uscrr sinolo escqlerq de servj.cio; no usomos Io escalerq principol pcnono estropeor lo clfombrq; ten cuidodo, cqu hoy un recodo,no vqyqs q resbqlqr. Ahorcr vrlelve c 1o derecho y entrc.Cuqndo te hqyqs lqvodo Iq ccra y los monos y te hoyqspeincrdo un poco, podrs volver o bojqr, deshoremos el bolpoquito q poco qntes de lcr horq de cenar... Por qu nollevos el vestido qbrochodo o un lodo?

    Rebeco baj lc cqbezo y contempl 1o hiiero de perlcsgrises que corrq de qrribq obcjo de su pecho liso.

    -Abrochodo q un lqdo, hos dicho? Ah, yo entiendol

    Si tuvierqs seis hermqnitos no iendros tiempo de cbrochorlesy desobrochqrles lq ropq...; dejqros que hiciercn por smismos eso operqcin. En cqscr tenemcs toCos los vestidosobierlos oor delqnte. Miro slo tiene tres qos, pero tombinsobe qbrochqrse"

    Mirondo no contest y cerr la puertc, rnas su mirodq uen el ccto ms eiocuente de Io que hubieon sldo si-is pcr-lqbros.

    Lci nio se qued de pie en mltod de Io hobiiocin y 1orecorri de uno ojeodo. Delonte de codo nueble vi uncuqdrodo de iinleo, y uno olfombrillo de felpc onte lc comode cuqiro columnos, subierto por ntidc colchq bionccr.

    Todo estobo ion limpio como lq cero en oquel cposentode techo mucho ms elevqdo que cuqntos hostq oll vieroRebeco. Estobo orientqdo cl Norte y lq ventono, lorgo yestrechq, dcbo o1 potio y frente q lcs dependenciqs de 1o cqso.' No fu lcr hobiiocin, mucho ms confortoble que 1o que

    Rebecq tenq en 1o gronjcr de su modre; no fu lo folto deperspectivc, ni el lcngo viqje que no Io hobo fotiqodo, niel miedo de hollorse en uno cqsq extrqo, pues le ogrqdcbcerperimentqt sensqciones nuevos y ver siti.os desconocidos;fu unq mezclq sinqnrlor de emociones lo que impuls c Re-becq cr dejqr en un rincn lo sombrillo, q orrqncqrse de lcr

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    ccrbezc el sombrero -

    su mejor sombrero -

    y cf tirqrlo sobelq mesq y q precipitcnse en lq como cubrindose lq cabezcrcon 1o inmoculqda colchcr bionco'

    En este mismo instonte se obri siienciosqmente lc puerta'Lcr llomoda previo ercl un refincrmiento de cortesq descono-cido en Riverboro, v cie hcberse conocido no se le hubierodediccdo nunco q unc chiquiilo.

    Ta Mirondcr entr v ql error su mirqda por 1o hobitocinvcrccr, coy oI fin sobre el tempestuoso ocono que formoboicl subidcr colchcr y lo fiquro de la forqsterq' un occrno queondulobo y se ogitobcr como si fuerq de verdod'

    -Rebeccr!Lo' ,ot poreci surgir de lo ms hondo de lc coso' vibry despert los ecos de lcr silencioso hobitocin'.Unamqsqobscuroderevueltoscobel]osyunpordeojosqsustcrdos oporecieron por entre io cubierto del lecho'- - -

    Poro qr te echqs en lcr como en pleno do? No vesgue lostos Io plumo de los olmohodqs v ensucios las roposcon el polvo de los zcrPotos?

    Rebeccl se levont' Se reconocc culpoble' pero no se leocuni ninqunq excusq. Su folto ero tql que pcrcr disculporlono hubiero bqstodo explicocin qlguncr'

    -Perdn, to Mirondo..., no s c{u me ha dqdo"''' no

    sqbro expliccrlo.-Bien, si te clo

    eso c menudo tendremos que busccn lcrexplicocin. Hoz el fcrvor de qlisor lq colchcr v de mullirlcrs crlmohados. Bijch Flcrgq sube yq con tu bcrl v si encuen'tro el cuqrto en desorden mqono estqr enterqdo de e110todo el pueblo.

    Cucrndo oquello noche encer Cobb en el estqblo c losccrlcallos tom una sillcl de lo cocinq y fu o sentorse eneI porche, ol lado de su mujer'-- '-U" Moplewood he trodo hov en 1o diliqencio o River'boro

    -

    le dijo -,

    cr uncr pequecr Rqrldqll' Dice que es so-brino de lcrs seoritos Swcryer y que viene q vivir con ellqs

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  • .-_g,;\ l'rtto temporcdo. Es hija de Aurelio, lcr que se ccs con el hijo i) de Susanq Rcndoll qucrndo vinimos cr vivir oqu, te qcuerdqs? 7'l

    -Qu edod tiene lc pequec?I -;os diez qos o cosa os, pero es muy menudq pctrq \t su edqd. Cunto me sustqrq gue lc hubieros odo chcrlcr...l t1 Trobajo me cost contestqr q sus preguntqs, porque es muy

    \ avispado. Es lo ms rcrrq de qucrntqs nicrs rarcrs he cono- ;4 cido. No es bonitq; todcr la grocio lq tiene en los ojos. Pero II cLlcndo crezccr y est ms llenito, llomor lc ctencin. Cun- '.,i to me qgrqdcra que Iq oyerqs hoblor!f.

    -No comprendo qu hobr podido decirle unq nicr o \i r.rn extrcro como t -

    observ mistress Cobb. i\' -Como si o ello le importoro eso! Lo mismo hoblora con

    i4 uncr piedrc de molino. Antes cJue estcnse colladc creo yo Vi que debe de hcblor consigo misma.N

    -Y de qu hobl? . r\ -iQtt. *. o"p.n si s repetirlo! Te qseqruro que me dej \\' confuso. Llevobc en lq mono uno sombrillq de juguete, color l'

    'l de roscr, a lc que se cderrqbcr como un perro hombriento Icr un hueso, y al aconsejcnle yo que 1o qbrierq (eI sol ercr i.

    o bostcrnte fuerte) me contest que no, pues no guero que se il.'-]epusierqdescoloridcr,ySe1ometidebojodelofoIdo.' Recuerdo que dijo:

    "Es pcncr m el objeto ms querido del i. mundo, pero me hace pqsqr muchos crpuros.> Estcrs fueron IL/ sus proplos polcbrcs, nicqs gue recuerdo exqctqmente. i

    lvlster Cobb se ri qqu en voz oltc y ech hocio otrs i, el respoldo de su sillc hcrstc dejorlo crpoycdo en la pared \l, del porche

    -.

    Tombin me confi unq cosq muy qrocioso. :' Hoblcrndo de un desfile de circo por lcs cqlles de Temperon-i ce, de lcr encontqdorq de serpientes y de uncr cqrretelq do- ? rcdo, dijo: uEro hermossimq, mster Cobb, tcnto, que clI mircnlq se me hizo un nudo en lcr gcnqrqntcr.' Pero, vendr '"

    n* cr verte, lq vers y podrs juzscrlc por ti mismcr. Pobrecillc! \\, Qni"rcr Dios gue se crvengo con Mironda Swqyer.i Lc mismcr dudo fu expresodcr ms o menos obiertcrmenteI por iodos los habitontes de Riverboro que, sin embcrgo, se {/ formcon dos opiniones sobre lcr questin: uncr erct lo deAguec]encgrgqISedeeduccrrc]cniadeAurelio,lqsseo-t1tfu-t-\-.---

    33Rebeca de lo granja iol.

    - 3

  • ritas Swcryer demostrcbcrn unc generosidqd mcrnifiestq; otrc,lc de gue estq educocin sero cdgr-ririda o un precio exorbi-tcrnte, excesivo Poro su vqlor.

    Y Icrs primercs cqrtcs de Rebeca q su mqdre pcreconindiccn que icr nia coincidq exqctqmente con el segundopunto de vistcr.