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B Ensayo del Alma de la Toga. 1. Quien es abogado. El título profesional que se obtiene como abogado no garantiza que seamos abogados de verdad, se requiere otras condiciones en ese ser humano que permitan lograr su concreción profesional como abogado. El abogado tiene la capacidad de dar consejos jurídicos, de pedir ante los jueces el cumplimiento de la ley dentro del contexto de derecho social y de este modo se imparta justicia. 2. La fuerza interior Se necesita tener fuerza interior para afrontar constantemente el peso de la justicia. Para lograrlo el abogado debe actuar con criterio definido combinado con prudencia, la voluntad combinada con responsabilidad, resolución combinada con la actuación, orgullo combinado con dignidad, la fuerza combinada con la serenidad. 3. La sensación de la justicia. A la ley hay que imprimirle serenidad y sentimiento, inspirarnos en la experiencia de vida, para lograr experimentar la sensación de justicia. La norma por sí misma es rígida, no tiene fuerza, no tiene vida, hay que imprimirle arte. Es exteriorizar la justicia desde nuestra alma. 4. La moral del abogado En el ámbito del ejercicio del abogado se da la pugna entre la moral y la ley. La moral se modula por circunstancias de lugar y tiempo. El abogado tiene que anteponerse al qué dirán, si su actuar está estructurado en la moral y la norma, dejando de un lado aquellas oportunidades que ofrecen honorarios ostentosos a cambio de defender un asunto infame, propio de los criminales y corruptos. El abogado está marcado por la línea del deber y en ese sentido no debe desviarse del horizonte trazado, porque no llegará a tiempo.

Ensayo del alma de la toga

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B Ensayo del Alma de la Toga.

1. Quien es abogado.

El título profesional que se obtiene como abogado no garantiza que seamos abogados de verdad, se requiere otras condiciones en ese ser humano que permitan lograr su concreción profesional como abogado.

El abogado tiene la capacidad de dar consejos jurídicos, de pedir ante los jueces el cumplimiento de la ley dentro del contexto de derecho social y de este modo se imparta justicia.

2. La fuerza interior

Se necesita tener fuerza interior para afrontar constantemente el peso de la justicia. Para lograrlo el abogado debe actuar con criterio definido combinado con prudencia, la voluntad combinada con responsabilidad, resolución combinada con la actuación, orgullo combinado con dignidad, la fuerza combinada con la serenidad.

3. La sensación de la justicia.

A la ley hay que imprimirle serenidad y sentimiento, inspirarnos en la experiencia de vida, para lograr experimentar la sensación de justicia.

La norma por sí misma es rígida, no tiene fuerza, no tiene vida, hay que imprimirle arte. Es exteriorizar la justicia desde nuestra alma.

4. La moral del abogado

En el ámbito del ejercicio del abogado se da la pugna entre la moral y la ley.

La moral se modula por circunstancias de lugar y tiempo. El abogado tiene que anteponerse al qué dirán, si su actuar está estructurado en la moral y la norma, dejando de un lado aquellas oportunidades que ofrecen honorarios ostentosos a cambio de defender un asunto infame, propio de los criminales y corruptos.

El abogado está marcado por la línea del deber y en ese sentido no debe desviarse del horizonte trazado, porque no llegará a tiempo.

5. El secreto profesional

La discreción y la reserva son virtudes del abogado.

El abogado representa y ampara a su cliente. Se convierte en el medio para defender un pleito.

Es así que la función del abogado va más allá del cumplimiento de un contrato, sino el ejercicio de un ministerio, significa esto que no puede quebrantar el secreto ni ante una amenaza.

Puede llegar a convertirse en una encrucijada y verse inmerso en tres conflictos: la conveniencia, el interés particular ajeno y el factor social.

El secreto profesional se traslada a la conciencia del abogado, que le va a permitir resolver con acierto todos los secretos de sus clientes.

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6. La chicana

Chicana es sinónimo de triquiñuela, enredo, artería, mentira o embuste.

Desde la Novísima recopilación ya se planteaba una serie de prohibiciones a los abogados:

Alegatos maliciosos Pedir términos para probarlo que no se puede probar Aducir excepciones donde no las hay Prolongar los litigios

El abogado debe abstenerse en absoluto de la realización de todo trámite innecesario.

De ahí que el abogado se le condena por la chicana, ya que es vergonzoso a la hora de administrar justicia. La práctica de la chicana pone en tela de juicio el prestigio y por el contrario genera desprecio en el abogado.

7. La sensibilidad

El abogado debe actuar con legitimidad, busca equilibrio entre la moral y la ley, sin dejarse llevar por la codicia o por la ofuscación de su defendido. Poner el alma cuando se leen las normas.

No confundir la pasión con la emotividad. Amar sin preocuparnos por el objeto amado. La urdimbre sentimental del abogado.

8. El desdoblamiento psíquico

Es tener capacidad de entregarse al bien del otro. Estar al servicio del deber. El alma no se alquila, ni se vende, y en ese sentido las cualidades del abogado no varían de acuerdo al asunto en que ha de intervenir. Nuestros convencimientos tendrán en cuenta el contenido de la ley y las inclinaciones de nuestra conciencia.

El abogado debe ser el mismo, pero a la vez deberá apropiarse de las facultades que le otorga su cliente sobre un asunto.

9. La independencia

El abogado debe gozar de libertad y hacerla respetar a la hora de toma de decisiones. No dejarse llevar por las presiones de la sociedad, de la política, del poder, de la religión.

Tener la entereza de decir no ante una decisión que no es justa. La dignidad no tiene precio.

10. El trabajo

Hay que trabajar con gusto. El trabajo debe significar la expansión de nuestros conocimientos. El trabajo debe corresponder a nuestra vocación, de otra manera será esclavitud en la que sólo pretendemos recibir un sueldo.

Si el abogado no es capaz de trabajar con pasión, trabajará con el alma dormida o ausente.

11. La palabra

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El verbo es todo, en él reflejamos la conciencia, la emotividad, la reflexión, la efusión, el impulso, el freno, el estímulo, el sedante, la decantación y sublimación.

Con la palabra calmamos o enardecemos. Los hechos tienen más fuerza que la palabra, pero sin las palabras previas, los hechos no se producirán.

Para el abogado, la palabra le permitirá coordinar un discurso. El abogado es un orador, un buen discurso lo hará amo de la situación en pro de una defensa.

12. El estilo forense

Hay profesiones que se pueden ejercer con el alma fría y otras con el alma caliente. El abogado debe llevar en el alma el amor a la justicia.

No hay justicia cuando es el imperio de la ley del más fuerte o poderoso, ni el medio ambiente tendrá garantía. La justicia se refleja en la libertad.

El abogado tendrá entonces un estilo de pedir justicia a través de su palabra, de la pasión que le imprima a la palabra, a sus escritos, además de la redacción correcta. Luego la palabra debe ser empleada con dignidad, con pulcritud y con eficacia.

El abogado va adquiriendo habilidad en sus escritos de historiador, novelista y dialéctico; y en ese contexto expondrá sus propias razones y las que están escritas en otros libros, convirtiéndonos en voceros de verdad y no de engaño, de claridad y no de confusión, de brevedad y no un escrito extenso, de amenidad y no monotonía o textos inadecuados.

13. Elogio de la cordialidad

Tanto abogados como jueces entre sí pueden tener prevención y alarma, cada uno dentro de su esfera, es decir, un nivel de desconfianza.

Al igual que el abogado, el juez también debe estar comprometido con su carrera y con la tranquilidad de no estar sometido a la presión los unos y los otros, han de estimarse sin recelo. En últimas lo que se pretende es averiguar dónde está lo más justo.

14. Conceptos arcaicos

“Lo que está en el auto no está en el mundo”. No es tan cierto, la presión social influye en la resolución de un juez.

Una misma prueba podrá generar efectos distintos dependiendo del contexto social.

15. El arte y la abogacía

La abogacía rige pasiones, existe armonía entre las leyes y la pasión. Leer le va a permitir al abogado hacer manifestaciones artísticas tanto en los escritos que desarrolle como en la oratoria. En la medida que el abogado lea, tendrá mayor independencia para enriquecer sus conceptos.

16. La clase

Así como existen clases sociales, también se dan clases de abogados. Es importante identificar a qué clase de abogados pertenecemos; identificarnos en una clase dentro del gremio nos hará

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destacados o no. En la medida que seamos profesionales con virtudes permitirá dar un voto de confianza a nuestros clientes y por ende perteneceremos a una clase privilegiada.

17. Como se hace un despacho

Hay varias formas de organizarse en un despacho:

a. Asociarse con varios compañerosb. Darse a conocer por el talentoc. Aprovechar las ocasiones donde nos podemos dar a conocer sin caer en la exhibición, a

través de la academia o en periódicos o foros o discursos.

18. El amianto

En el ejercicio de la carrera como abogados se corre el riesgo de asumir un cargo, o desempeñar funciones o roles que se distancia del derecho, a pesar que puede tener status. Sería entonces un error caer en esa dinámica, que en lugar de asesorar jurídicamente una entidad financiera terminan haciendo proyecciones de mercadeo, por ejemplo.

19. Los pasantes

Hay que cambiar el paradigma del concepto de pasantes y de esa misma manera el desempeño de los mismos que se vuelve simplemente que se vuelve simplemente operativo.

Los abogados que contratan un pasante tienen un compromiso en la formación y la orientación de conciencia que le pueda imprimir al pasante.

Hay que poner en contexto al pasante, con el fin de perfilarlo como un abogado profesional con sentido social.

20. La defensa de los pobres

Defender a los pobres es una función de asistencia pública. El Estado debe garantizar justicia a las personas que no tienen posibilidad de cubrir los gastos. Por esta razón existen los defensores de oficio o la defensoría del pueblo.

Este compromiso se debe atender con la misma responsabilidad como cuando se atiende a una persona que tiene capacidad de pago.

No se puede dejar a los pasantes tan importante labor, deben tener el apoyo de un profesional con experiencia se trata de una labor loable para que un abogado sea igualmente prestigioso.

21. La toga

La toga por sí sola no tiene ningún significado.

Para el abogado tiene dos significados: freno e ilusión.

La Toga es freno: porque se controla la bestia humana fue llevarnos por dentro para abrirse al entendimiento y guardan compostura.

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La Toga es ilusión: hace referencia a la confianza que en nosotros se ha puerto. Nos llama a ser justo, sabio y elocuente. La ilusión es un estimulante espiritual.

Para el público que contempla al togado, se dice que le connota diferenciación y respeto. Porque el público siempre hará la lectura que el togado es un hombre bueno y sabio.

22. La mujer en el bufete

Un abogado soltero, es un abogado incompleto. El matrimonio y la paternidad le brindan al abogado comprensión, serenidad, piedad, transigencia, luego el abogado con familia adquiere atributos que le permiten mirar con el cerebro y el corazón. El sólo cerebro no permite abogar.

El ideal de pareja para el abogado es que tenga el alma abierta de igual manera, eso hará crecer al abogado.

El abogado debe ser cauto en las relaciones con los clientes, no es saludable confundir la relación contractual con otro tipo de relaciones.

Y por último el abogado debe mantener sus secretos profesionales para sí mismo.

23. Hacia una justicia patriarcal

Para un buen procedimiento judicial se requiere cuatro condiciones:

Oralidad: La palabra hablada le permite al juez comprender una situación en el medio instante del diálogo, además que el ánimo se resalta de manera directa.

En la palabra escrita, se hace más dispendioso porque el juez deberá proceder con escritos, lo que hace demorado el trámite y de alguna manera también se presta para ocultar o disimular los comportamientos de las partes que integran el proceso.

En la oralidad, la publicidad es inherente e implícita. Se hace de manera automática para todas las partes intervinientes.

En la oralidad el juez escucha todo lo que las partes hablen, mientras que en lo escrito se corre el riesgo que alguna parte se quede sin leer.

Publicidad: Que el público sea tenido en cuenta le da transparencia y legitimidad a un proceso. La oportunidad de conocer los resultados de una sentencia, los testimonios, la participación en las audiencias, o la opción de leerlas en el periódico, garantiza que los establecidos por el legislador a través de las leyes no son de letra muerta.

Sencillez: Ser profesionales, pero procediendo con sencillez teniendo un orden patriarcal, el jefe, el anciano, el monarca, dan consejo. Hay que atender las querellas con procedimientos pero sin obstáculos.

Eficacia: Obedece a la organización del sistema judicial, que propende por dar respuesta en forma oportuna con el menor recurso. Este sistema atraviesa todo los poderes y actúa sobre todos los ciudadanos.

El juez no es un simple profesional, tiene la misión de entregar justicia a la comunidad.

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24. Decálogo del abogado

Para ser un buen abogado se debe tener en cuenta el Decálogo del abogado escrito por el jurista español Angel Ossorio y Gallardo.