Gaceta de Ediciones del Ermitaño

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Año 2, 2015 • Calle 2 número 36 bis, San Pedro de los Pinos, esq. Primero de Mayo • +52 (55) 6721-0496

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Segundo Festival Cultural de la Bibliodiversidad de San Pedro de los Pinos

El año pasado, la Librería del Ermitaño lanzó a los aires un bello proyecto: organizar un festival cultural anual en San

Pedro de los Pinos que tuviera como eje central el libro. Es-cogió para ello el 21 de septiembre, día en que se celebra la Bibliodiversidad (o Librodiversidad) en todo el mundo. Como su nombre pretende indicarlo (aunque no a todos les queda claro), de lo que se trata es de festejar el libro y la lectura. Pero, ¿acaso libro y lectura merecen festejo alguno? En mu-chos sentidos sí, pero en este caso lo que se busca es motivar a la gente para que se acerque al libro y lea, y a que todos reflexionemos acerca de su pasado, su presente y su futuro. Una de las actividades más distintivas es la “liberación” de libros, que consiste en regalar aquéllos que te hayan gustado, que te hayan marcado de alguna manera. Pero no a alguien en particular; la idea es que los dejes en lugares públicos para que “alguien” los tome, los lea y continúe con el ciclo. Un libro no tiene que ser leído sólo por una persona. Puede llegar a muchos lectores. Y tener o no recursos para comprarlos no debe ser un impedimento para hacerlo. Por eso buscamos pro-mover la cultura de la generosidad, del desprendimiento, de la compartición, del conocimiento y del recurso.

Nuestro festival cultural va más allá de eso. Lo que desea-mos es que nuestra colonia cuente con una fecha especial que poco a poco una a sus habitantes en torno a una creciente di-versidad de actividades culturales. Por “cultura” nos referimos a todo lo que se puedan imaginar: desde el libro y la lectura, por supuesto, hasta la gastronomía (en lo que nuestra colonia ha comenzado a distinguirse con su emblemático mercado), el turismo de barrio, las festividades vecinales, etc. De hecho, estamos invitando a todos a que hagan suya esta celebración. Que a ella se unan las escuelas, los espacios culturales, pero también quienes tienen un negocio, un changarro. Nuestro emblemático mercado, por ejemplo, debe jugar un papel esen-cial en este proyecto.

Ya el año pasado organizamos por primera vez el festival y fue exitoso y emotivo. En esta ocasión realizaremos aún más

actividades con muchos más participantes. Sabemos que en nuestra colonia vive mucha gente del sector cultural: escrito-res, pintores, escultores, músicos, en fin… También sabemos que muchos vecinos buscan alternativas culturales para ellos y para sus hijos. Ése es el objetivo de este festival y de quien lo promueve: la Librería del Ermitaño.

La Librería del Ermitaño: primera librería que se abre en nuestra colonia

San Pedro de los Pinos ya se merecía una librería, y Edicio-nes del Ermitaño, que es una editorial independiente con

más de 30 años de historia, decidió crearla. En realidad, hacía mucho tiempo que los ermitaños tenían en mente hacerlo. La editorial, que nació en esta misma colonia, había venido funcionando también como centro cultural y espacio librero ofreciendo básicamente su catálogo en sus propias instalacio-nes. Pero la idea era abrir algo para todo el público y con una oferta cultural más amplia, es decir, de otras editoriales.

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La oportunidad se dio cuando la fonda Mario’s ce-rró sus puertas y ofreció el traspaso. Ni tardos ni pere-zosos, los ermitaños se hicie-ron presentes y lograron el acuerdo. La fonda se conver-tiría, así, en la primera libre-ría de barrio de San Pedro de los Pinos.

Noemí Ravelo, su ge-rente, nos cuenta que al principio les costó trabajo imaginar cómo adecuar el es-pacio. Los recursos eran muy escasos, así que habría que hacer uso de la imaginación. Así, entre todos, poco a poco fueron imaginando la trans-formación. Eligieron los altos contrastes, básicamente el blanco y el negro, para darle una imagen distintiva al es-pacio. Un par de meses des-pués, el sueño se concretó. La esquina de Calle 2 y Primero de Mayo lució nueva imagen y un 29 de agosto el espacio abrió sus puertas.

Corredor Cultural de San Pedro de los Pinos: una colonia con tradición cultural

La apuesta fue innovadora. No sólo era una librería de barrio de escasos 50 metros cuadra-dos: la idea era organizar todo un centro cultural basado en el ingenio, en la imaginación de sus creadores con la ayuda de los mismos pobladores de la colonia.

La librería de Ediciones del Ermitaño tiene más de veinte años de historia buscando abrirse espacio, pero la Librería del Ermitaño, como proyecto librero y cultural, como posible modelo de negocio replicable y sustentable, cumplió en agosto un glorioso año de existencia.

Sus creadores sueñan con motivar a muchos emprendedores para que establezcan librerías similares a lo largo y ancho de la República. Y están más que dispuestos a compartir sus cono-cimientos con quieres quieran seguir sus pasos.

Lo cierto es que hoy muchos sampedreños ya no se imaginan su barrio sin su librería. Espe-remos que no sólo viva mucho tiempo, sino que también crezca y se reproduzca.

¿De dónde sacaron la idea de crear un corredor cultural en esta colonia?, les preguntamos a los ermitaños. La historia

es larga, nos contestan. “Si bien la idea de crear una librería y un festival es nueva, desde hace muchos años ha habido mu-cho movimiento cultural que quizá nos se ve, pero se siente. Desde hace 31 años, Ediciones del Ermitaño ha tenido en esta colonia su sede y ha realizado infinidad de actividades cultu-rales. Pero también tenemos aquí la Fundación Sebastián y el centro cultural La Pirámide que, en alguna ocasión, adminis-tró la Asociación de Escritores Mexicanos (AEM) con apoyo de nuestra editorial”. También circuló durante mucho tiempo el pequeño periódico Entre Vecinos y se organizaron los po-pulares encuentros de Arte de Garage, que impulsaba Mauri-cio Soriano. Vecinos de San Pedro de los Pinos fueron Emilio Carballido y Vicente Leñero. Si hiciéramos un recuento, nos sorprenderíamos de los personajes que han vivido y que han convivido aquí. Además, el barrio sigue teniendo en muchas de sus calles y avenidas ese aire vecinal, tranquilo, del pasado.

Pero algo que es emblemático para este proyecto es que en esta colonia conviven personas de todos los niveles económi-cos y sociales. Es un barrio “viejo” y a la vez joven, que necesi-ta de opciones que no obliguen a sus habitantes a abandonar sus calles para buscar diversión y esparcimiento. Tienen cerca la colonia Condesa, pero trasladarse en esta ciudad, aun a lu-gares aparentemente cercanos, a veces es todo un sufrimiento.

Convertir parte de San Pedro de los Pinos en un Corredor Cultural es una necesidad para sus habitantes. Por eso, los lunáticos emprendedores de Ediciones del Ermitaño y de su Librería del Ermitaño han lanzado esta iniciativa social y cul-tural. Estos años de trabajo sociocultural han ido convencien-do de que hay muchas posibilidades de lograrlo. Entre más vecinos participen, más cerca estarán del objetivo.

Suena bien, ¿no? Únete a la iniciativa. Acude a la Libre- ría del Ermitaño e inscríbete en el programa “Unidos por la Cultura en San Pedro de los Pinos”. Nada cuesta y se siente chido.

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Llenemos de libros, lectura y cultura nuestra colonia

Leer no tiene que costar. Y si bien escritores, editores y libre-ros de algo tienen que vivir (de la venta de libros, pues), ac-

ceder a la lectura es un derecho por el que hay que pugnar. Si quieres leer un libro que acaba de ser publicado, generalmente tendrás que pagar algo por acceder a él. Pero, ¿sabías que hay millones de libros que están exentos de derechos de autor y que puedes leer libremente en dispositivos electrónicos? En serio: son millones de títulos. Claro, en todos los idiomas. Hasta el 2010 se calculaba que había más de 130 millones de títulos publicados, y seguro la cifra se queda corta. Así que, si tienes un dispositivo electrónico y deseas leer libros escritos hace más de 100 años, puedes pasarte el resto de tu vida leyen-do sin repetir ninguno y sin gastar un solo centavo, aún si no comieras ni durmieras. Serían muchos más, claro, si incluyes los libros pirateados.

Pero supongamos que deseas leer libros actuales. Libros de editoriales independientes, como la de Ediciones del Ermitaño o de muchas otras que encuentras en su librería. Bueno, en ese caso la posibilidad de que encuentres el libro pirata dismi-nuye. Puedes, claro, ir a la Librería del Ermitaño y leer todo lo que quieras allí. Porque ellos creen en la función social de la lectura. De hecho, tienen un espacio para el intercambio gra-tuito de libros. Llevas un libro de literatura (novela, cuento, poesía, etc.) y te llevas uno de los que están allí, para ti. Como en una biblioteca, pero sin credencial.

Además, están los DíaB, es decir, los días en que todos li-beramos libros.

No tener lana para comprar libros ya no es un impedimen-to para clavarte en la lectura. Los Ermitaños y demás cómpli-ces te ayudan.

Y si la lectura aún no te atrapa, puedes acudir a sus tertu-lias en la Librería del Ermitaño. Porque si lo tuyo, lo tuyo no es leer, podrás explorar lo que es escuchar. Todo se vale.

El chiste es que al menos todos en esta colonia tengan ac-ceso a los libros y a las expresiones culturales sin importar si tienen o no lana.

Por eso, el año entrante no sólo impulsarán el programa “Café Pendiente”, sino también el de “Lectura Pendiente”.

¿Te animas?

Quién es quién

Editoriales independientes. En últimos años se ha escucha-do por aquí y por allá el término “editorial independien-

te”, aunque muchas veces no es clara su definición ni por qué es distinta de cualquier otra. Una editorial independiente es aquella que constantemente se encuentra tratando de cam-biar la escala de valor del libro, enfocándose en un buen con-tenido y no siempre en las ganancias que éste pueda producir. Generalmente, sus tirajes son cortos, pues ellas mismas finan-cian la mayor parte de sus ediciones, es decir, no dependen de ningún otro sello o empresa mayor que les dicte qué deben publicar. Estas editoriales se han caracterizado por promover la lectura desde otro ángulo, desde la crítica y la diversidad que debe existir en los libros, ofrecen propuestas novedosas y cambiantes cada cierto tiempo y no temen dar oportunidad tanto a escritores conocidos como a autores nuevos. Desafor-tunadamente, debido a sus recursos limitados, no siempre es fácil encontrar sus ediciones en las librerías ni conocer una dé-cima parte de sus interesantes catálogos, por eso buscan pro-mover su producción en ferias y eventos que no sólo vendan

libros, sino que además fomenten la lectura y otras expresio-nes culturales, lo cual va de la mano con sus valores: acercar a la gente a los libros, sea cual sea su gusto, presupuesto, ánimo o estilo.

Artesanos. En México tenemos infinidad de artesanos y de distintos tipos, tan diversos como los materiales con los que trabajan o las ideas que proponen, pero siempre caracte-rizados por el esmero de su trabajo manual. A pesar de esto, muchas veces es difícil acercarse a ellos, pues prevalece la equivocada idea de que sus productos tendrán precios exor-bitantes o que lo que hace uno lo podemos comparar con lo que hace otro. La realidad es que todos tenemos un poquito de artesanos, y se manifiesta cuando buscamos formas de de-sarrollar nuestra creatividad con manualidades, herramientas, esculturas, bisutería o cualquier otro objeto que nos despier-te esa cosquillita por crear. La diferencia es que los artesanos de oficio se dedican enteramente a su tarea creadora, se han profesionalizado dentro de lo posible y buscan vivir de su tra-

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bajo… ¡como todos! Por eso es esencial apoyarlos, impulsar a este tipo de empresarios culturales que no sólo buscan su sustento, sino que además son reflejo vivo de la diversidad cultural, de nuestras expresiones artísticas y de la capacidad e ingenio que existe entre nosotros.

Encuadernadores. De la mano con lo anterior, un oficio verdaderamente artesanal es el que realizan los encuaderna-dores. Hoy en día hacer libros y libretas, si bien sigue requi-riendo de minuciosa atención y conocimiento, cuenta con el apoyo de máquinas e instrumentos que facilitan enormemen-te la existencia a los editores desde la Revolución industrial. Sin embargo, el arte de encuadernar un libro de manera arte-sanal es una tarea que combina arte y técnica, con resultados verdaderamente hermosos. Los encuadernadores sienten un profundo respeto por el libro y por eso mismo se dedican a diseñar no sólo su contenido, sino cada detalle: usan papeles especiales y buscan maneras de ocupar de manera elegante papeles comunes, los forros o portadas se elaboran de manera individual y muchas veces ellos mismos fabrican sus propias herramientas. Generalmente ningún libro es igual a otro, aun-que se hayan usado los mismos materiales, al ser elaborados a mano, siempre tienen detalles especiales que los hacen únicos. Por eso, ellos también son impulsores de la diversidad a su manera. Un libro o una libreta encuadernada artesanalmente es siempre un regalo para quien lo recibe, es un pedacito de su ingenio, de su corazón y de su amor por los libros.

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