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Trastornos Psicosomáticos. Revisión Bibliográfica (página 2) Enviado por MsC. Vanessa Esperanza Montiel Castillo Partes: 1, 2 Los tipos de evidencia para la interacción del SNC, algunos de los cuales se han mencionado incluyen: evidencia directa (lesiones) de la región del cerebro que controla la inmunidad y de inervación de órganos inmunes; psicológica (rasgo y estado) por factores en el inicio y curso de enfermedades de resistencia inmunológica (infecciosas y neoplásicas) y enfermedades mediadas (alergias y autoinmunes); las influencias de las hormonas de estrés en la inmunidad; los efectos de los neurotransmisores y neuropéptidos en la inmunidad; los efectos experimentados del estrés en la inmunidad en los animales; los efectos de estrés y ejercicios en la vida naturalista y experimental en la inmunidad en los humanos y las modificaciones conductuales de efectos de estrés en la inmunidad en los animales y humanos; los efectos de drogas psicoactivas en la inmunidad; la correlación de diferencias psicológicas individuales con la inmunidad en los animales y el hombre; la ocurrencia de anormalidades inmunológicas junto con las enfermedades mentales (la depresión y esquizofrenia); la influencia de productos del sistema inmunológico sobre el SNC, incluyendo las conductas inmunológicamente inducidas y la alteración por la intervención psicológica y el ejercicio de la inmunidad y el curso de las enfermedades relacionadas inmunológicamente. Mecanismo de conexión de ambos sistemas. Según Ader, hay una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y sistema inmunológico se comunican: sendas biológicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no están separados sino íntimamente interrelacionados. Luego de diversos estudios, David Felten concluyó que sin las terminaciones nerviosas el sistema inmunológico no responde como debería al desafío de las bacterias y los virus invasores. En resumen, el sistema nervioso no sólo se conecta con el sistema inmunológico, sino que es esencial para la función inmunológica adecuada.

Trastornos Psicosomáticos

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Trastornos Psicosomticos. Revisin Bibliogrfica (pgina 2)

Enviado por MsC. Vanessa Esperanza Montiel Castillo

Partes: 1, 2

Los tipos de evidencia para la interaccin del SNC, algunos de los cuales se han mencionado incluyen: evidencia directa (lesiones) de la regin del cerebro que controla la inmunidad y de inervacin de rganos inmunes; psicolgica (rasgo y estado) por factores en el inicio y curso de enfermedades de resistencia inmunolgica (infecciosas y neoplsicas) y enfermedades mediadas (alergias y autoinmunes); las influencias de las hormonas de estrs en la inmunidad; los efectos de los neurotransmisores y neuropptidos en la inmunidad; los efectos experimentados del estrs en la inmunidad en los animales; los efectos de estrs y ejercicios en la vida naturalista y experimental en la inmunidad en los humanos y las modificaciones conductuales de efectos de estrs en la inmunidad en los animales y humanos; los efectos de drogas psicoactivas en la inmunidad; la correlacin de diferencias psicolgicas individuales con la inmunidad en los animales y el hombre; la ocurrencia de anormalidades inmunolgicas junto con las enfermedades mentales (la depresin y esquizofrenia); la influencia de productos del sistema inmunolgico sobre el SNC, incluyendo las conductas inmunolgicamente inducidas y la alteracin por la intervencin psicolgica y el ejercicio de la inmunidad y el curso de las enfermedades relacionadas inmunolgicamente.

Mecanismo de conexin de ambos sistemas.

Segn Ader, hay una infinidad de modos en que el sistema nervioso central y sistema inmunolgico se comunican: sendas biolgicas que hacen que la mente, las emociones y el cuerpo no estn separados sino ntimamente interrelacionados.

Luego de diversos estudios, David Felten concluy que sin las terminaciones nerviosas el sistema inmunolgico no responde como debera al desafo de las bacterias y los virus invasores. En resumen, el sistema nervioso no slo se conecta con el sistema inmunolgico, sino que es esencial para la funcin inmunolgica adecuada.

Podemos citar la existencia de enervacin especfica de fibras nerviosas simpticas, a los rganos linfoides como bazo, timo, ganglios, y otros, en los cuales se comprob el contacto "sinptico" directo de las terminaciones nerviosas. Lesionando estructuras cerebrales como el hipotlamo anterior, se suprime la respuesta inmune.

Las clulas del sistema inmune producen sustancias llamadas inmunotrasmisores, que tienen efecto sobre la respuesta inmune y sobre el SNC. Las clulas del sistema inmune presentan receptores para una gran variedad de neuropptidos, hormonas y neurotransmisores. Al igual que las neuronas, los dos sistemas tienen aprendizaje y memoria. Las clulas del sistema inmune pueden producir hormonas, neuropptidos y neurotransmisores.

Las neuronas del hipotlamo disparan espacialmente y de manera secuencial despus de la administracin del antgeno, y el eje HPA se activa por el antgeno y por citokinas pro-inflamatorias en un estado semejante al estrs. Los rganos inmunes, incluso el timo, el bazo y la mdula sea, reciben la inervacin simptica con sinapsis de las uniones entre las terminales nerviosas y los inmunocitos. La inmunidad es regulada cerebrocortical y lateralmente de forma especfica en la corteza cerebral izquierda, con la influencia de la maduracin y funcin de clulas T.

Los factores emocionales en el inicio y curso de las enfermedades autoinmunes incluyen las demandas de rasgo/adaptacin y estado, que predisponen factores como tensin e inseguridad, timidez, dificultad para expresar sentimientos, personalidades tipo "mrtir" y de caractersticas masoquistas, y sensibilidad para enojarse con otros. Los factores del estado psicolgico incluyen prdidas/duelos y depresin y factores circunstanciales como la prdida de modos previamente exitosos de adaptacin.

Las hormonas que responden al estrs, incluyendo pero no limitado a la adrenalina, a corticoesteroides y a catecolaminas, tienen una mirada de efectos de varios aspectos de la respuesta inmune en ambos sentidos de regulacin. Frecuentemente estas hormonas afectan la inmunidad en un solo sentido (una "U invertida") de forma supresiva, en valores anormales altos o bajos. El eje HPA como fue mencionado, se activa inmunolgicamente as como por eventos psicolgicos, es inmuno-regulador, y suelta ambos factores, corticotrofina (CRF) y la hormona adrenocorticotrofa (ACTH) y tiene efectos directos en la inmunidad adems de aquellas vas de induccin de descarga de cortisol.

El estrs en la vida humana y naturalmente en casos exhaustivos de evaluacin y cuidados crnicos, afecta adversamente una serie de medidas inmunolgicas. Estas incluyen: la funcin de clulas T, la actividad de clulas NK, la respuesta del anticuerpo a la inmunizacin, la funcin de los macrfagos y la activacin de virus latentes.

Un acercamiento al proceso salud-enfermedad

A lo largo de la historia se han elaborado varios modelos para explicar el proceso salud-enfermedad. Uno de estos lo constituye el modelo amplio y holista denominado modelo biopsicosocial. Este modelo fue elaborado por Engel (1977), con la intencin de integrar conocimientos procedentes de distintos campos mediante procesos interactivos. Desde este punto de vista la enfermedad fsica puede estar causada por la interaccin de mltiples factores como los sociales, los psicolgicos y los biolgicos. Esta aproximacin representa un cambio con respecto a las posiciones reduccionistas biomdicas, adems de que ha puesto especial nfasis en el concepto de salud, como complementario al de enfermedad, aunque posiciones ms recientes apuntan a concebir el proceso salud enfermedad como elementos intrnsecos.

Muy relacionado con la comprensin de la salud-enfermedad, est el concepto de medicina conductual que se ha planteado sus semejanzas con el de medicina psicosomtica, el primero fue elaborado formalmente en la conferencia de Yale en 1977 y se ha definido como:

el campo relacionado con el desarrollo del conocimiento de la ciencia conductual y con las tcnicas relevantes para el conocimiento de la salud fsica y de la enfermedad, y para la aplicacin de este conocimiento y estas tcnicas al diagnstico, prevencin, tratamiento, y rehabilitacin(Schwartz y Weiss, 1977).

Los conceptos de salud-enfermedad han sido comprendidos como dos procesos cualitativamente diferentes. Para otros, es ms una cuestin de grado a travs de un continuo en cuyos extremos se encuentran la salud y la enfermedad. La Organizacin Mundial para la Salud (OMS; 1986) define la salud como un completo estado de bienestar fsico y mental que resulta cuando la persona libre de enfermedad vive en armona con su entorno y los dems. La definicin incluye la dimensin biopsicosocial y aunque ha sido tachada de ser convencional y de escasa utilidad, pues se plantea que no es til para determinar el estado de la enfermedad, ni para evaluar los resultados del tratamiento, ni para la prevencin y la investigacin en salud.

Omita adems la forma en que varios procesos y funciones de la vida toman parte en el organismo humano, focalizndose en el resultado final o manifestaciones de estos procesos y funciones y en su experiencia subjetiva. Por otra parte, los estados subjetivos como bienestar o felicidad pueden ser experimentados por sujetos enfermos y viceversa. Las personas sanas pueden sufrir diversos grados de malestar fsico y mental.

Por tanto, la salud debe considerarse como un estado ms complejo, que incluye cierto grado de capacidad del organismo de mantener la armona y el equilibrio entre las manifestaciones vitales, tanto en el propio organismo como con respecto a su ambiente. Es por ello que se considera como la manifestacin bsica de la salud el funcionamiento de todas las manifestaciones vitales que contribuyan tanto a mantener como a desarrollar su existencia en los mbitos, psicolgicos y social.

El trmino saludable no debe incluir solamente para describir un diagnstico inmediato, sino que debe considerarse el posible riesgo de desarrollar una enfermedad. La salud se considera entonces como un proceso de la vida que asegura su mantenimiento, extensin y funcionamiento ptimo, as como la interaccin del organismo con el medio ambiente. En la actualidad se emplean varios trminos psicolgicos que son sinnimo del concepto de salud, dentro de estos se pueden ubicar la conducta de salud, conducta protectora de salud, conducta relacionada con la salud, conducta promotora de salud, conducta que incrementa la salud, entre otras.

Por otra parte la enfermedad se ha definido como un proceso que altera el curso de la salid de un organismo que daa los procesos y funciones vitales e interfiere con la capacidad del organismo para interactuar con el ambiente. La enfermedad puede significar un estado de alteracin objetiva en el organismo, pero tambin puede denotar un estado subjetivo en cuyo caso se refiere a las personas que se sienten enfermos. Generalmente la enfermedad subjetiva y objetiva coinciden, aunque hay personas que poseen sntomas son alteracin objetivable y viceversa existen enfermedad mdicas sin sintomatologa previa.

La denominada conducta de enfermedad se asocia a la enfermedad subjetiva y consiste en actividades que reflejan el estado de enfermedad y/o la bsqueda de algn remedio. Bajo estas circusntancias el individuo asume el rol de enfermo, sobre todo si se ve reforzado por la familia, los amigos y el mdico (Sandn, 1993).

La investigacin cientfica en este campo no debe centrarse nicamente a conocer los mecanismos biopsicosociales de la enfermedad, sino que resulta importante determinar los mecanismos relacionados con la salud. Esta orientacin de promocin de la salud se instaura en 1982 mediante la creacin de la APA de la Divisin 38 denominada Psicologa de la Salud. Previamente, Catarrazo (1980) haba definido la psicologa de la salud como el conjunto de:

Contribuciones de tipo educativo, cientfico y profesional de la disciplina de la psicologa para la promocin y mantenimiento de la salud, la prevencin y tratamiento de la enfermedad, la identificacin de los correlatos etiolgicos y diagnsticos de la salud, la enfermedad y las disfunciones relacionadas y para la mejora del sistema de la asistencia y formacin en poltica de salud. Surge entonces la Psicologa de la Salud como una disciplina que intenta explicar desde su perspectiva el proceso salud-enfermedad.

En este mismo sentido resulta imprescindible mostrar varios trastornos que se corresponden con la clasificacin de psicosomticos y que han sido tratados por la ciencia psicolgica como tal, lo que nos puede brindar una visin actualizada del fenmeno en cuestin. Por ahora, sern expuestos los ms frecuentes, porque describirlos en su totalidad sera una ambicin muy elevada.

Trastornos asociados al sistema inmune

La implicacin de los factores psicosociales sobre la regulacin y funcionamiento de la respuesta inmune se ha venido consolidando paulatinamente. Las obras publicadas por Ader y Cohen (1993) han demostrado que la actividad inmunolgica humoral y celular, al igual que algunos parmetro psicolgicos, pueden ser modificados por procesos de condicionamiento clsico, las investigaciones psicoinmunolgicas han demostrado que el estrs puede alterar algunos parmetros especficos del funcionamiento inmunolgico humano, siendo esta de ndole inmunosupresora. Es por ello que resulta necesario apuntar que los trastornos vinculados directamente con la actividad del sistema inmune podran explicarse por los efectos nocivos del estrs.

El sistema inmune es el complejo ms importante que posee el cuerpo humano para defenderse de las enfermedades adquiridas y su funcin principal est asociada a identificar y eliminar las sustancias extraas que entran en contacto con el organismo. Las clulas que conforman el sistema inmune se originan en la mdula sea, posteriormente se van madurndose y se concentran en rganos especficos tales como el timo, rganos linfticos perifricos, el bazo y los ganglios linfticos. Dentro de este tipo de clulas las ms importantes son los leucocitos y se plantea que existen tres categoras de estas los granulocitos, los monocitos, y los linfocitos. Las dos primeras forman parte de la inmunidad innata o no especfica que proporciona la primera lnea de defensa con los antgenos. Estos tres tipos de clulas poseen una funcin especfica de fagocitosis, cuya principal funcin es ingerir y destruir los agentes extraos potencialmente peligrosos. El reconocimiento de los antgenos es llevado a cabo a travs de los macrfagos, que producen la interleucina-1 que estimula la produccin de linfocitos- T.

La tercera variedad de leucocitos, son los linfocitos que resultan particularmente importantes en la destruccin de los antgenos. Los linfocitos se agrupan en linfocitos B y linfocitos T. Los primeros maduran en la mdula y se responsabilizan de la produccin y secrecin de anticuerpos. A partir de estos se constituye la inmunidad humoral, que protege al organismo de las infecciones bacterianas. Por su parte, las segundas estn implicadas en la constitucin de la inmunidad celular, la cual interviene en la proteccin contra virus, neoplasias y hongos. Se habla de la existencia de tres subtipos de clulas T, denominadas clulas T colaboradoras, clulas T asesinas, y clulas T supresoras. Las clulas T colaboradoras son esenciales para la inmunidad humoral, favoreciendo el crecimiento de los linfocitos B y estimulan la sntesis de anticuerpos. Las clulas t citotxicas secretan sustancias txicas para los antgenos produciendo una accin lesiva sobre estos.

Las clulas T supresoras bloquean la produccin de celular B y T cuando stas no son necesarias, poniendo fin a la respuesta inmunolgica. Al margen de las clulas sealadas anteriormente se presentan dos variedades ms: las clulas asesinas y las clulas asesinas naturales. Las primeras en contraste con las clulas T asesinas slo pueden atacar al antgeno despus de que esta haya sido impregnada de anticuerpos. Las clulas asesinas naturales son capaces de destruir antgenos son ayuda del resto del sistema inmune, desempeando un papel relevante en la destruccin de las clulas infectadas por virus, as como la eliminacin de clulas tumorales.

Finalmente el trmino inmunocompetnecia hace referencia al grado en que el sistema inmune es activo y efectivo para evitar el desarrollo de enfermedades inducidas por diferentes agentes patgenos. Enfermedades comunes como la artritis reumatoide, lupus, y la esclerosisis mltiple parecen asociarse a un incremento en la proporcin de los dos tipos de linfocitos T.

En este mismo sentido se ha demostrado la relacin existente entre el sistema neuroendocrino y el sistema inmune. Esta accin se lleva a cabo a travs de los neurotransmisores, que median la actividad inmunolgicamente directamente. Se plantea que la seretonina, la dopamina, noradrenalina y la adrenalina tienen un papel importante en las actividades defensivas inmunolgicas, al igual que el nivel de catecolamina se asocia al incremento de las enfermedades respiratorias. Actualmente suele asumirse que la respuesta inmunolgica est mediada por la actividad del sistema hipotlamo-hipfiso-suprarrenal y las hormonas asociadas a este sistema como los glucocorticoides y la hormona hipofisiaria.

Factores psicolgicos e inmunocompetencia

Las variables psicosociales modifican de manera importante la funcin inmunolgica. La evidencia surgida en este tpico ha estado relacionada con el contexto del estrs psicosocial y de la influencia de los estados emocionales negativos, especialmente de la presin, como elementos moduladores del sistema inmune. Se plantea que las situaciones estresantes son muy diversas, en espacial los eventos relacionados con prdidas, desempleo, estrs acadmico, divorcio, separacin, son las que han recibido mayor atencin y que son capaces de producir decrementos en la inmunocompetencia, manifestadas a travs de cambios cualitativos y cuantitativos en las clulas asesinas naturales y en los linfocitos T y B. Se plantea adems que en situaciones de estrs agudo se observa un incremento de cortisol, as como la asociacin entre la depresin y el efecto inmunosupresivo.

La relacin entre el estrs y el sistema inmune fue estudiada en 1993 por Herbert y Cohen. La funcin inmunolgica estudiada fue la respuesta de proliferacin de linfocitos a la estimulacin con antgenos PHA y Con 4 y la actividad de las clulas asesinas naturales. Las categoras de variables de estrs incluidas en el estudio fueron las siguientes:

a. Sucesos. Incluye eventos de prdida, divorcio, estrs por atender a alguien, exmenes, desempleo y vivir cerca de zonas de riesgo radioactivo.

b. Estrs a largo plazo. Estresares naturales por ms de un mes de duracin.

c. Estrs a corto plazo. Estresares naturales de corta duracin.

d. Estrs interpersonal.

e. Estrs no social.

f. Autoinforme de estrs.

Los resultados arrojaron una disminucin de la competencia inmunolgica asociada al estrs, se ha contemplado adems la posibilidad de incrementar la funcin inmune mediante las estrategias de intervencin focalizadas en la reduccin del estrs. Una de las consecuencias mayores es la aparicin de ansiedad y depresin. En este sentido la relacin entre los trastornos afectivos y la inmunidad ha sido revisada en numerosas publicaciones. A continuacin se har una revisin de los trastornos ms frecuentes en el sistema inmune.

I. Cncer

Las primeras referencias que vincularon los factores psicolgicos con el cncer aparecieron en siglo XIX, cuando Show (1983; citado por Cooper, 1981) observ que de un total de 250 historias clnicas de pacientes con cncer, en 156 haban precedentes de problemas afectivos, relacionados especficamente con prdidas en la aparicin del trastorno. A comienzos del siglo XX en el libro de Evans (1926, citado por Cooper 1988) sobre un estudio psicolgico del cncer se vuelve a sealar que una de las causas de la enfermedad esta la prdida de un motivo de amor o de una reaccin emocional importante. Desde fechas pasadas, hasta la actualidad se han hecho revisiones tericas de importante valor, aportando un amplio cmulo de observaciones clnicas y datos que han permitido corroborar la implicacin de los factores psicolgicos y conductuales de esta enfermedad.

Se proponen entonces dos vas complementarias a travs de las cuales los factores comportamentales y psicosociales afectan al cncer. Se plantea que determinadas conductas especficas pueden incrementar indirectamente el riesgo de padecer cncer, al exponer a los sujetos a cancergenos potenciales o alterar la supervivencia. Por otra parte, las variables emocionales, las estrategias de afrontamiento y el estrs afectan directamente al medio interno, influyendo sobre el riesgo y la supervivencia.

Los efectos negativos del estrs en la activacin de los procesos cancergenos, es de probada evidencia en la actualidad, lo que si no cabe duda es que los diferentes estresores pueden tener dismiles efectos en la salud. En este sentido, el concepto de cronicidad del estresor constituye una dimensin relevante a tener en cuenta. Se ha analizado la incidencia de los acontecimientos vitales estresantes en pacientes con cncer, demostrndose el aumento en la incidencia de estos momentos previos en la aparicin del cncer. Se plantea adems que el cncer se relaciona con factores que facilitan el desarrollo de reacciones de indefensin y desesperanza, ausencia de control, y en general formas pasivas de afrontamiento.

La idea de que ciertos caractersticas psicolgicas pueden jugar un papel relevante en el desarrollo del cncer ha sido abordad desde la poca de Galeno y se ha constatado que tiende a presentarse en individuos opacados, no agresivos e incapaces de expresar sus emociones adecuadamente. En 1985, el Dr. Wilfred Parker refiri que la afliccin aparece en especial frecuencia en el historial de pacientes con cncer de mama. En este sentido existiran entonces dos tipos de caractersticas psicolgicas precursoras del cncer. La inhibicin, represin y negacin de las reacciones emocionales, especialmente la inhibicin de la ira y las expresiones agresivas. Este tipo de variables contribuy al desarrollo del constructo denominado personalidad tipo C como patrn contrapuesto al de tipo A y diferente al de tipo B. la otra caracterstica se ha centrado en la dificultad para hacer frente de forma activa a situaciones de estrs, vinculadas a sentimientos de indefensin, desesperanza, estas ltimas variables se han asociado al fenmeno de progresin o curso del cncer.

Otras hiptesis apuntan al papel del apoyo social en la progresin y curso de la enfermedad, lo que puede operar cognitivamente modulando y reforzando soluciones activas de afrontamiento sobre las fases de la enfermedad, las estrategias exitosas de afrontamiento incrementan la autoestima, reducen la depresin y a su vez las concomitantes fisiolgicas de estrs permiten que las funciones inmunes y endocrinas retomen el balance homeosttico. As mismo, si el poyo social permite un afrontamiento del estrs ms eficaz esto podra ayudar al sujeto a evitar las consecuencias emocionales y cognitivas negativas, permitiendo una resolucin adecuada de las mismas, incrementando la adherencia al tratamiento, y disminuyndose la recurrencia del trastorno.

Otro elemento importante es el hecho de que el sistema inmune constituye un elemento crucial para el control del cncer, ya que por una parte es capaz de identificar y destruir los agentes cancergenos antes de que invadan el organismo, as como identificar y destruir los tejidos cancerosos antes de que el ritmo de reproduccin celular se acelere desmesuradamente.

La relacin del sistema inmune y los procesos implicados en el cncer se explica a partir de la teora sobre la vigilancia inmunolgica. La misma postula que las clulas neoplsicas que se forman regularmente en el organismo son eliminadas a travs de ciertos mecanismos inmunolgicos. La importancia evolutiva de la vigilancia inmunolgica estriba en prevenir el desarrollo de clulas mutantes malignas. Los mecanismos de vigilancia se han identificado como un sistema de inmunidad celular natural, que implicando a los linfocitos T, a los macrfagos y a las clulas asesinas naturales, especializadas en destruir las clulas tumorales.

Un descenso inmunolgico en estos tres tipos de clulas incrementa la vulnerabilidad del organismo al desarrollo de clulas cancergenas. Sin embargo, Sandn (1993) concluye que slo algunas clulas neoplsicas son suficiente antignicas como para ser detectadas y eliminadas por el sistema inmune, dado que las clulas naturales asesinas pueden actuar sin necesidad de reconocer un antgeno especfico, es por ello que se le concede un papel central en el posible sistema de vigilancia inmunolgica. En relacin a esta teora se han sugerido varias crticas y se le cuestiona su operatividad para explicar todos los tipos de tumores, si se tiene en cuenta que diferentes cnceres pueden responder a distintas etiologas y diferentes pronsticos.

II. Sndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH)

En el momento actual los anlisis que en torno al SIDA se han hecho es si los sujetos portadores de VIH es parte de la inevitable progresin de la enfermedad o depende de factores externos que actan como mecanismos elicitadores del trastorno, ya que la presencia del virus es slo una condicin necesaria, pero no suficiente para que aparezca la enfermedad. Existe un acuerdo en sealar que las variables de carcter psicosocial y en concreto los factores estresantes, pueden reactivar la seropositividad incrementndose la posibilidad de ocurrencia del SIDA al originar una reduccin en las respuestas inmunolgicas. Los estresores psicosociales, y las variables emocionales negativas en combinacin con estmulos patgenos pueden estar en la base etiolgica de la enfermedad.

III. Alergias y problemas en la piel

En relacin a estos trastornos existen pocas investigaciones que demuestran la implicacin de los factores psicolgicos en la aparicin y desarrollo de los mismos. Muchas de estas hiptesis han sido de corte psicoanaltico, que recurren a explicaciones diversas. Segn estas teoras los trastornos alrgicos se explican por una excesiva experiencia de dependencia infantil asociada a una conducta de dominancia de la madre. Por otra parte, algunas teoras han asociado el estrs con la formacin de un posible anticuerpo especfico alrgico y se ha demostrado la relacin del estrs y el brote o exacerbacin de reacciones alrgicas en personas predispuestas.

Los trastornos alrgicos y de la piel tienen un componente hereditario, que se puede denominar vulnerabilidad inmunolgica, sobre esta vulnerabilidad los factores estresantes pueden provocar cambios emocionales y de afrontamiento que puede afectar la eficacia de la funcin inmunolgica. Se plantea que los trastornos de la piel pueden alterarse a travs de mecanismos directos inducidos por la activacin del sistema nervioso autnomo.

IV. Artritis Reumatoide

La posible influencia de los factores psicolgicos en el comienzo de esta alteracin inmune se remonta a principios del siglo. Los primeros planteamientos fueron hechos por Alexander en 1950, quien incluy esta enfermedad entre los siete trastornos psicosomticos ms importantes. Se plantea que el comienzo y el agravamiento de la enfermedad estn relacionados con la presencia de acontecimientos estresantes. Los estresores menores predicen de forma ms satisfactoria que las mayores, las fluctuaciones observadas en la enfermedad, aunque tambin existe consenso en que el comienzo de la artritis puede predecirse desde otros factores diferentes y/o adicionales al estrs.

V. Enfermedades infecciosas

Estas constituyen un grupo heterogneo de trastornos causados por virus, bacterias, y hongos. El papel que ejercen los factores psicolgicos para incrementar la susceptibilidad del organismo ha sido planteado a travs de reiterados estudios. Se plantea que el estrs y su relacin con trastornos de tipo infecciosos se asemejan a la relacin entre estrs y funcionamiento inmunolgico.

La tuberculosis posee un fuerte componente psicolgico. Diversos estudios han asociado las situaciones las situaciones psicolgicas adversas con el comienzo de infecciones respiratorias leves. El estudio de las variables psicolgicas asociadas a la mononucleosis y al herpes simple, han arrojado resultados conflictivos y contradictorios.

De manera general se ha elaborado una teora para explicar la relacin del estrs con las enfermedades infecciosas. La susceptibilidad a la infeccin est mediatizada por la funcin inmune predominantemente. Finalmente el desarrollo de la enfermedad infecciosa puede ocurrir por exposicin a determinados agentes patgenos, en el que juegan un papel importante las estrategias de afrontamiento social, se entiende que el mayor nmero de interacciones sociales que el individuo utiliza como amortiguador de los eventos estresantes supondra un incremento en la interaccin con otras personas. En relacin al curso de la enfermedad infecciosa, se plantea que el estrs puede influir sobre el curso y la severidad de las enfermedades infecciosas mediante una accin directa sobre el tejido implicado en la enfermedad.

Trastornos cardiovasculares

I. Factores psicolgicos y cardiopata coronaria

Los factores de riesgo cardiovascular no han sido suficientemente para explicar el elevado porcentaje de muertes producidas por las enfermedades coronarias. Por otra parte, algunos de estos factores constituyen hbitos de conducta relacionados con la salud e influidos por procesos psicolgicos que pueden servir al sujeto como estrategias de afrontamiento del estrs o la ansiedad. Adems se ha venido destacando la particular importancia que desempean los factores psicolgicos relacionados ms o menos directamente con el estrs.

Se ha planteado que el estrs psicosocial, la conducta tipo A, el complejo ira-hostilidad-agresin, y el tipo de reaccin interpersonal al estrs, se plantean como factores de riesgo coronario que pueden ejercer su efecto negativo.

Se ha demostrado que los individuos que han sido afectados con infarto de miocardio o que han muerto sbitamente por causas cardacas, han experimentado un exceso de sucesos vitales durante las semanas o meses precedentes y existe una asociacin entre la severidad del problema cardaco y el nmero de cambios vitales (Theorell, 1982). Una de las crticas ms consistentes que se le ha hecho a este enfoque es que no se ha establecido la diferenciacin, segn cada persona del impacto de los sucesos vitales pertenecientes a reas diversas como el trabajo, la familia, finanzas, predicen la ocurrencia de angina de pecho e infarto de miocardio.

Existen una serie de mecanismos psicofisiolgicos que influyen decisivamente en la aparicin y desarrollo de las enfermedades coronarias. Se plantea que el eje hipotlamo-hipfiso-mdula-suprarrenal ha sido el principal nexo sobre el que se han formulado las hiptesis que vinculan las variables psicolgicas de los trastornos cardiovasculares.

La mdula suprarrenal secreta las hormonas catecolaminas, la adrenalina es vasosupresora y aumenta la presin arterial, estimula el msculo cardaco y aumenta el output y gasto del corazn. La noradrenalina se libera como respuesta a la hipotensin, siendo un importante vasosupresor. El incremento de catecolaminas se asocia a la hipertensin esencial, importante factor de riesgo de la enfermedad coronaria. El incremento de estas hormonas puede incrementar o descompensar una insuficiencia cardiaca o una isquemia en pacientes con reserva cardiaca disminuida.

Distintos factores psicolgicos pueden influir por mediacin del sistema nervioso autnomo, en otros mecanismos patofisiolgicos como arritmias, la isquemia del miocardio, el tono muscular coronario y la agregacin plaquetaria que pueden ser importantes precursores de la muerte sbita cardiaca. En relacin a la hostilidad esta pudiera explicarse a travs del aumento en la reactividad cardiovascular. Los individuos hostiles experimentan la reactividad fisiolgica como respuesta a agentes estresantes, propiciando activamente ms frecuentes e intensas condiciones de estrs en relacin transaccional con el entorno.

En la explicacin de los diferentes mecanismos psicofisiolgicos involucrados en la gnesis y evolucin de la enfermedad coronaria implica la consideracin de los factores hereditarios, de personalidad, sociales, y psicosociales, interactuando entre s.

Trastornos Gastrointestinales

En la actualidad se est produciendo un renovado inters por el estudio de los factores psicolgicos de los trastornos gastrointestinales. Se ha demostrado que este sistema se relaciona de forma muy estrecha con los procesos psicofisolgicos asociados al estrs, mediado por la activacin del sistema nervioso autnomo. Se ha retomado la idea de que los factores psicosociales juegan un papel esencial en relacin a los problemas que aquejan a este sistema, tienen un papel importante en la etiologa, mantenimiento o remisin de la sintomatologa. Podemos encontrar los siguientes:

I. Ulcera pptica

Con relacin a este trastorno se ha postulado que los sucesos vitales estresantes pueden contribuir significativamente a la etiologa, particularmente en la lcera duodenal, asumindose que las reacciones psicofisiolgicas relacionadas con la respuesta de estrs determinan el incremento de la secrecin de cidos responsables del trastorno.

II. Sndrome de Intestino Irritable

Los sntomas originados por un aumento de la respuesta matriz intestinal (colon), a estmulos que afectan al tracto intestinal y/o por un aumento de la sensibilidad visceral a estos estmulos va sistema nervioso central y autnomo. Respecto a los sntomas se plantea que origina en los receptores sensibles a la distensin provocada por la presencia de gases, heces o contracciones espsticas del intestino en la porcin distal del coln. Se plantea que los pacientes que sufren este sndrome tienen alteraciones en la percepcin del dolor o alteraciones en la trasmisin del dolor visceral.

Este tipo de trastorno ha sido muy estudiado desde el punto de vista psicolgico, pues no se ha podido asociar a trastornos orgnicos objetivables. Las caractersticas de la morbilidad del sndrome hacen que el paciente desarrolle una serie de comportamientos relacionados con sus sntomas y que sin determinantes en la manera en que cmo el paciente percibe, evala y acepta los sntomas presentes. Estos comportamientos son determinados por factores psicosociales, es por ello que las implicaciones clnicas no bastan con la evaluacin y tratamiento de los sntomas fisiolgicos, sino que debe prestarse atencin a la contribucin de estos factores.

Trastornos Respiratorios

I. Asma Bronquial

La respiracin constituye un fenmeno estrechamente relacionado con los fenmenos psicolgicos, en particular con aquellos que implican activacin autnoma. Los aspectos psicolgicos asociados al asma han sido tratados hace ya algn tiempo al definida como una enfermedad psicosomtica. Esto conlleva al anlisis desde dos perspectivas, por una parte el estudio de las variables psicolgicas que favorecen la indiccin de crisis de asma y la segunda el estudio de ciertas variables disposicionales como la ansiedad-rasgo y los estilos cognitivos o bien trastornos tales como la ansiedad y la depresin que ejercen una influencia notable en la evolucin del asma.

La presencia de disnea se explica a partir de la presencia de factores cognitivos, tales como las creencias, las expectativas, o bien por caractersticas personolgica, Con relacin a los estudios que pretenden determinar la existencia de relaciones entre evolucin y/o pronstico del asma y las disposiciones o rasgos de personalidad, normales o patolgicos.

Diabetes Mellitus

Aunque en un inicio la diabetes era considerada como un trastorno endocrino, a finales de los aos setenta y hasta la fecha se ha venido constatando un marcado inters a analizar este trastorno desde un punto de vista psicolgico. Lo que se vio justificada al concluir que los niveles de glucosa en sangre, inducidos mediante la insulina, eran susceptibles, al igual que los parmetros inmunolgicos mediante los mecanismos de condicionamiento clsico. Ms que analizar la influencia de estos factores, se ha analizado la influencia del estrs sobre dicha enfermedad. Se plantea que el estrs puede incrementar los niveles de glucosa en sangre a travs de la secrecin de hormonas. El estrs influye en el agravamiento de la diabetes, alterando el metabolismo de la glucosa asociada al incremento de eventos negativos.

Dolor Crnico

El dolor crnico representa uno de los mayores problemas de salud en la actualidad. Constituye el principal motivo de demanda de atencin mdica y en trminos econmicos suponiendo altos costos. A esto se debe sumar los costos sociales que se refieren a las interferencias que el problema ocasiona en la vida de las personas. Se plantea que el dolor disfuncional se caracteriza por la presencia de un desajuste psicofisiolgico, que puede explicar su origen y funcionamiento.

Conclusiones

Una vez que hemos culminado la revisin sobre el tema se ha llegado a la conclusin como se ha manejado desde el principio, lo controvertido que resulta el tema desde los resultados actuales de las investigaciones, las cuales cada vez ms nos arrojan resultados ms confiables a la hora de abordar el proceso salud-enfermedad, y asumir posiciones tericas que permitan avanzar en sus anlisis. Lo cierto es que todas las enfermedades fsicas tienen en s un alto componente psicolgico, y viceversa lo que debe ser tomado en cuenta no slo por loas psiclogos sino por los profesionales de las ciencias mdicas, quienes tienen por delante un camino por avanzar y descubrir en el complejo mundo que resulta el proceso salud-enfermedad.

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Autor:

MsC. Vanessa Montiel Castillo

Partes: 1, 2

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